Introducción
La pandemia de SARS-CoV2 (COVID-19) implicó grandes retos en los ajustes de los estilos de vida de las personas, propiciando la generación de estrategias para la prevención, cura y tratamiento de la nueva enfermedad 1. Para el sector educativo, el impacto fue profundo por lo que, desde lo político hasta lo operativo, implementaron estrategias que permitieron desarrollar acciones para mitigar las consecuencias en estudiantes, procurando evitar el rezago académico. Las estrategias implementadas se enfocaron en la adaptación de métodos de enseñanza basados en dinámicas digitales y la virtualidad 2, con la finalidad de cumplir con los requerimientos del distanciamiento social, siendo un cambio totalmente radical que impactó en la vida académica en los estudiantes, siendo este el grupo más afectado 3.
Para las carreras del área de la salud, como lo es enfermería, los retos fueron mayores debido a la dinámica académica y formativa, implicando una prueba para la capacidad de actuación en dichas instituciones 3. El cambio de la enseñanza tradicional a la virtualidad, así como las propias complejidades académicas de una formación universitaria en el área de enfermería, impactaron en la salud mental de estudiantes, donde situaciones de aislamiento durante el periodo de cuarentena favoreció el desarrollo de desórdenes de estado de ánimo y angustia 4, observando elevados niveles de estrés, ansiedad, depresión y otros síntomas psicológicos que alteran el bienestar en las personas 5-7.
Sobre los problemas de salud mental, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) 8 reportó en 2021 que el 19.5 % de mujeres y el 10.7 % de los hombres presentaron algún síntoma de depresión, mientras que el 56 % de las mujeres y el 44.7 % de los hombres mostraron signos de ansiedad. En Tamaulipas, México, el 21.6 % mostró síntomas de depresión y el 43.2 % de ansiedad 8, donde las mujeres mostraron una prevalencia mayor de depresión (19.2 %) como de ansiedad (51.2 %) en comparación con los hombres (9.4 % y 36.8 % respectivamente) 9.
Aunado a lo anterior, la situación de casos positivos y defunciones por COVID-19 propiciaron en las personas tanto problemas emocionales como pensamientos negativos 6. Los informes a finales del 2020 por parte de la Secretaría de Salud en Tamaulipas; indicaron un balance de 40,317 casos positivos, de los cuales se presentaron 3,339 defunciones 10. Del total de estas defunciones, solo 25 de ellas estaban asociadas al grupo de 18 a 25 años, rango de edad que se relaciona al grupo de estudiantes universitarios 11. Estas cifras indican que, aún y cuando los estudiantes se resguardaron en sus hogares, pudieron haberse contagiado junto a su círculo familiar y social o bien, haber enfermado o haber tenido una pérdida personal muy significativa para ellos. Estas situaciones también fueron factores que incidieron en la presencia de problemas de salud mental durante el desarrollo de la pandemia 1,5,6.
Una forma en la cual podemos ver el efecto de las repercusiones tanto del estado de salud mental como de las experiencias vividas durante el periodo de pandemia de COVID-19 en estudiantes es a través del estrés académico. Esta situación se manifiesta en estudiantes cuando experimentan las exigencias tanto de docentes como de las instituciones educativas relacionadas con su aprendizaje 12-14. El uso de esta variable puede ayudarnos a comprender el impacto que se tiene en el tema de salud mental y las experiencias vividas ante la pandemia de COVID-19 en la vida académica del estudiante de enfermería, y describir los posibles riesgos de reprobación, rezago o deserción.
El profesional de enfermería debe ser capaz de identificar las situaciones de salud mental en la población, particularmente en los recursos humanos en formación, con la finalidad de brindar el apoyo y/u orientación adecuada para que éstos no evolucionen a problemas más serios. No se puede negar que situaciones de angustia, estrés, ansiedad, depresión entre otras que se han mostrado en estudiantes de enfermería presentaron variaciones importantes durante la pandemia, repercutiendo en el desarrollo de su vida académica 15.
La no identificación oportuna de problemas de salud mental en estudiantes y de las condiciones o motivos que lo propicia, implica una repercusión académica negativa, impactando los indicadores educativos. Por lo anterior, el objetivo del presente estudio fue evaluar el nivel de estrés académico en estudiantes de enfermería y su relación con la ansiedad, depresión, insomnio, estrés postraumático y experiencias durante la pandemia de COVID-19.
Metodología
Estudio descriptivo, correlacional con análisis exploratorio multivariable. Se realizó en una dependencia de educación superior (DES) del sector público que forma licenciados en enfermería en Ciudad Victoria, Tamaulipas, México; durante el periodo de enero a mayo del 2021. La población del estudio fue la matrícula total de 1,609 estudiantes inscritos durante el periodo en la DES. Se incluyeron estudiantes de 1° a 10° semestre que aceptaron participar en la encuesta. Se excluyeron aquellos que indicaron no querer participar y cuestionarios incompletos. La muestra fue de 1,009 estudiantes que cumplieron los criterios mencionados.
La variable dependiente fue el estrés académico. Las variables independientes incluyeron datos sociodemográficos (edad, sexo, periodo académico), experiencias durante la pandemia de COVID-19 (diagnóstico confirmado, diagnóstico en familiar, pérdida de familiar, contacto con caso sospechoso o confirmado), ansiedad, depresión, gravedad de insomnio y estrés postraumático. Para la recolección de la información sociodemográfica, se utilizó una ficha de datos generales y para las experiencias durante la pandemia se diseñaron cuatro preguntas con opción de respuesta dicotómica Sí/No.
Se utilizó la Escala de Trastorno de Ansiedad Generalizada (GAD-7) que clasifica la ansiedad en normal, leve, moderado y severo, con valores de alfa de Cronbach que oscila entre 0.79 a 0.91 (16. El Cuestionario de Evaluación del Estado de Salud del Paciente (PHQ-9) 17 valoró el nivel de depresión, considerando las categorías de mínimo, leve, moderado, grave y severo. El PHQ-9 ha mostrado alfa de Cronbach de 0.89 18. La gravedad de insomnio fue valorada con el Índice de Severidad de Insomnio (ISI-7) 19 que maneja los niveles sin insomnio, por debajo del umbral, moderado y grave 19. La Escala de Impacto de Evento-Revisada (IES-R) 20) clasifica los niveles bajo, moderado y alto de estrés postraumático (angustia) 20. Los instrumentos muestran valores de alfa de Cronbach de 0.9119) y 0.89 20 respectivamente.
El nivel de estrés académico se obtuvo con el Inventario Sistémico Cognoscitivista (SISCO-21), Tiene una pregunta filtro que determina si existen señales de estrés, y 21 preguntas enfocadas a estresores, síntomas y estrategias de afrontamiento, reportando un alfa de Cronbach de 0.85 12. Se calcula la media de las 21 preguntas para obtener un porcentaje que permite su clasificación en leve, moderad y severo. Se consideró la categoría sin estrés que se obtiene a partir de la negación en la pregunta filtro 12. Todos los instrumentos empleados mostraron buena consistencia interna (GAD-7, a= 0.917; PHQ-9, a= 0.932; ISI-7, a= 0.906; IES-R, a= 0.985; SISCO-21, a= 0.955).
El instrumento de recolección de datos fue aplicado de manera virtual mediante Google Forms, cuya liga fue proporcionada vía plataforma virtual de enseñanza a la matrícula de estudiantes. Esta estrategia se optó por las condiciones de emergencia epidemiológica en el momento del estudio. El análisis de datos fue con el paquete Statistical Package for the Social Scienes (SPSS) versión 23. Se utilizó estadística descriptiva, pruebas de Ji cuadrada y Rho de Spearman para la relación entre las variables y el modelo de regresión logística para el efecto de las variables independientes con respecto al estrés académico.
La investigación se apegó al Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de Investigación en Salud 21, contando con la aprobación del Comité de Investigación y Ética de la Facultad de Enfermería (Dictamen No. 003/2020). La información del estudiante se manejó de forma confidencial. Se preguntó su opinión de participar en fases posteriores del proyecto y, en caso de aceptar, se les solicitó un medio de contacto (número telefónico), resguardado por el grupo de investigación. Cuando se identificaron casos severos de problemas de salud mental, se ofrecieron canalizaciones con profesionales de psicología para el apoyo correspondiente.
Resultados
El 77.0 % fueron mujeres. La media de edad fue 21 años, dentro de un rango intercuartílico de 19 y 22 años. La edad mínima fue 17 años mientras que la máxima fue 41 años. En cuanto la distribución por periodo académico, se tuvo una mayor participación del 7° periodo (22.6 %), mientras que los que menos participaron fueron 9° periodo (3.4 %).
En cuanto a la experiencia vivida con la enfermedad de COVID-19, el 6.4 % indicaron haber contraído la enfermedad durante el periodo que correspondió al inicio de la pandemia en México hasta la fecha de haber contestado el cuestionario. Por proporción, los hombres fueron los que más presentaron dicha enfermedad (7.8 %). También el 28.6% afirmaron que algún familiar fue diagnosticado con la enfermedad, mientras que el 8.0 % reportó la pérdida de familiares por COVID-19. Finalmente, el 15.3 % expresó que tuvo contacto con persona sospechosa o con diagnóstico confirmado de SARS-CoV2, (Tabla 1).
Variable* | Hombre | Mujer | General |
Distribución | 232 (23.0) | 777 (77.0) | 1009 (100.0) |
Edad† | 21.0 (20.0 – 23.0) | 21.0 (19.0 – 22.0) | 21.0 (19.0 – 22.0) |
Periodo académico | |||
1° | 22 (9.5) | 75 (9.7) | 97 (9.6) |
2° | 18 (7.8) | 61 (7.9) | 79 (7.8) |
3° | 35 (15.1) | 111 (14.3) | 146 (14.5) |
4° | 12 (5.2) | 54 (6.9) | 66 (6.5) |
5° | 21 (9.1) | 58 (7.5) | 79 (7.8) |
6° | 37 (15.9) | 71 (9.1) | 108 (10.7) |
7° | 41 (17.7) | 167 (24.1) | 228 (22.6) |
8° | 18 (7.8) | 57 (7.3) | 75 (7.4) |
9° | 4 (1.7) | 30 (3.9) | 34 (3.4) |
10° | 24 (10.3) | 73 (9.4) | 97 (9.6) |
Experiencias durante la pandemia de COVID-19 | |||
Diagnóstico confirmado | |||
No | 214 (82.2) | 730 (94.0) | 944 (93.6) |
Sí | 18 (7.8) | 47 (6.0) | 65 (6.4) |
Diagnóstico en familiar | |||
No | 177 (76.3) | 543 (69.9) | 720 (71.4) |
Sí | 55 (23.7) | 234 (30.1) | 289 (28.6) |
Pérdida de familiar | |||
No | 220 (94.8) | 708 (91.1) | 928 (92.0) |
Sí | 12 (5.2) | 69 (8.9) | 81 (8.0) |
Contacto con persona sospechosa o confirmada | |||
No | 196 (84.5) | 659 (84.8) | 855 (84.7) |
Sí | 36 (15.5) | 118 (15.2) | 154 (15.3) |
Fuente: Elaboración propia * Variables continúas representadas con mediana y cuartiles. Variables categóricas representadas por frecuencias y porcentajes. † Prueba de Kolmogórov-Smirnov, sig.>0.05
Situación de salud mental en estudiantes
La tabla 2 muestra que, en el caso de la ansiedad, el 38.0 % mostraron signos moderados y severos. Por otro lado, el 36.4 % reflejó tener signos de depresión entre valores moderados y severos, mostrando comportamientos similares entre hombres y mujeres. En el caso del problema de insomnio, el 19.8 % mostró síntomas moderados y severos. Para el estrés postraumático, el 23.7 % reflejó cuadros moderados y severos. Finalmente, en cuanto al nivel de estrés académico, el 39.5 % presentaron cuadros moderados y severos. Es importante mencionar que tanto para los niveles de ansiedad, insomnio, estrés postraumático y estrés académico, las mujeres presentaron prevalencias mayores en comparación con los hombres.
Variable* | Hombre | Mujer | General |
Ansiedad | |||
Normal | 91 (39.2) | 231 (29.7) | 322 (31.9) |
Leve | 69 (29.7) | 235 (30.7) | 304 (30.1) |
Moderada | 48 (20.7) | 211 (27.2) | 259 (25.7) |
Severa | 24 (10.3) | 100 (12.9) | 124 (12.3) |
Depresión | |||
Mínima | 88 (37.9) | 272 (35.0) | 360 (35.7) |
Leve | 60 (25.9) | 221 (28.4) | 281 (27.9) |
Moderada | 40 (17.2) | 140 (18.0) | 180 (17.8) |
Grave | 29 (12.5) | 75 (9.7) | 104 (10.3) |
Severa | 15 (6.5) | 69 (8.9) | 84 (8.3) |
Gravedad de insomnio | |||
Sin insomnio | 112 (48.3) | 329 (42.3) | 441 (43.7) |
Por debajo del umbral | 85 (36.6) | 283 (36.4) | 368 (36.5) |
Moderado | 30 (12.9) | 141 (18.1) | 171 (16.9) |
Grave | 5 (2.2) | 24 (3.1) | 29 (2.9) |
Estrés postraumático | |||
Bajo | 184 (79.3) | 588 (75.7) | 772 (76.5) |
Moderado | 35 (15.1) | 130 (16.7) | 165 (16.3) |
Alto | 13 (5.6) | 59 (7.6) | 72 (7.2) |
Estrés académico | |||
Sin estrés | 55 (23.7) | 89 (11.5) | 144 (14.3) |
Leve | 103 (44.4) | 364 (46.8) | 467 (46.3) |
Moderado | 35 (15.1) | 126 (16.5) | 163 (16.1) |
Severo | 39 (16.8) | 196 (25.2) | 235 (23.3) |
Fuente: Elaboración propia * Variables categóricas representadas por frecuencias y porcentajes.
La relación entre datos sociodemográficos y de salud con los problemas de salud mental, se identificó que la ansiedad mostró asociaciones estadísticamente significativas con las variables sexo, periodo académico, diagnóstico confirmado y contacto con caso sospechoso o confirmado de COVID-19 (p= .000). En el caso del nivel de depresión e insomnio, solo se observó asociación estadística significativa con periodo académico, diagnóstico confirmado, diagnóstico en el familiar, pérdida de familiar y contacto con caso sospechoso o confirmado de COVID-19 (p= .002). El estrés académico solo mostró asociación estadística significativa con sexo, periodo académico, diagnóstico en familiar y contacto con persona sospechosa o confirmada de COVID-19 (p= .001). El estrés postraumático solo mostró asociación estadística significativa con el contacto de persona sospechosa o confirmada con la enfermedad (p= .010), (Tabla 3).
Variable | Ansiedad sig. | Depresión sig. | Insomnio Sig. | Estrés postraumático sig. | Estrés académico Sig. |
Sexo† | .031 ** | .467 | .183 | .450 | .000 * |
Edad‡ | .356 | .307 | .150 | .063 | .126 |
Periodo académico† | .008 ** | .000 * | .001 * | .101 | .000 * |
Diagnóstico confirmado† | .002 ** | 006 ** | .029 ** | .094 | .124 |
Diagnóstico en familiar† | .000 * | .000 * | .002 ** | .320 | .000 * |
Pérdida de familiar† | .075 | .024 ** | .019 ** | .258 | .493 |
Contacto con persona sospechosa/confirmada† | .000 * | .003 ** | .002 ** | .010 ** | .001 * |
Fuente: Elaboración propia † Prueba de Ji Cuadrada; ‡ Correlación de Spearman * p ≤ .001; ** p ≤ .050
Se realizó un análisis de regresión logística binaria para identificar los factores que podrían estar influyendo en la presencia de estrés académico de los estudiantes, para ello, la muestra se reclasificó en aquellos que presentaron o no algún nivel de estrés académico, se observó que el ser mujer (OR= 2.724, IC 95%= 1.677-4.426), haber tenido un familiar con la enfermedad de COVID-19 (OR= 1.863, IC 95%= 1.001-3.465) y haber tenido contacto con algún caso sospechoso/confirmado de COVID-19 (OR= 2.643, IC 95%= 1.191-5.867) mostraron asociaciones estadísticas significativas con la presencia de estrés académico en los estudiantes. Con respecto a los problemas de salud mental, se observaron asociaciones estadísticamente significativas entre la presencia de estrés académico con niveles de ansiedad leve (OR= 3.366, IC 95%= 1.904-5.949) y moderada (OR= 3.945, IC 95%= 1.367-11.386), así como con niveles de depresión leve (OR= 1.840, IC 95%= 1.010-3.352) y moderada (OR= 10.604, IC 95%= 1.277-88.093). Lo mismo sucedió con la presencia de insomnio, siendo más notorio la relación del estrés académico con insomnio clínico moderado (OR= 12.751, IC 95%= 1.232-131.929), (Tabla 4).
Variable | Odds Ratio | Sig. | IC al 95% | |
Inferior | Superior | |||
Sexo | ||||
Mujer | 2.724 | .000 * | 1.677 | 4.426 |
Hombre † | ||||
Periodo académico | ||||
Décimo | .134 | .000 * | .047 | .383 |
Primer † | ||||
Ansiedad | ||||
Leve | 3.366 | .000 * | 1.904 | 5.949 |
Moderada | 3.945 | .011 ** | 1.367 | 11.386 |
Normal† | ||||
Depresión | ||||
Leve | 1.840 | .046 ** | 1.010 | 3.352 |
Moderada | 10.604 | .029 ** | 1.277 | 88.093 |
Mínima † | ||||
Insomnio | ||||
Debajo del umbral | 3.316 | .000 * | 1.770 | 6.214 |
Clínico moderado | 12.751 | .033 ** | 1.232 | 131.929 |
Sin insomnio † | ||||
Estrés postraumático | ||||
Moderado | .490 | .254 | .144 | 1.670 |
Alta | 1.5 E+07 | .997 | .000 | .000 |
Bajo † | ||||
Diagnóstico de COVID-19 | ||||
Sí | 2.221 | .248 | .574 | 8.592 |
No † | ||||
Familiar con COVID-19 | ||||
Sí | ||||
No † | 1.863 | .050 ** | 1.001 | 3.465 |
Pérdida de familiar por COVID-19 | ||||
Sí | ||||
No † | .329 | .036 ** | .117 | .928 |
Contacto con casos sospechosos/confirmados COVID-19 | ||||
Sí | ||||
No† | 2.643 | .017** | 1.191 | 5.867 |
Fuente: Elaboración propia † Categoría de referencia *p ≤ .001; ** p ≤ .050
Discusión
Con base al objetivo de evaluar el nivel de estrés académico en estudiantes de enfermería y su relación con ansiedad, depresión, insomnio, estrés postraumático y experiencias durante la pandemia de COVID-19, se pudo identificar que la distribución de los estudiantes de enfermería encuestados fueron semejante scon los datos reportados por la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) del 2020-2021, donde el 77.8 % de la matricula registrada en la carrera de enfermería en México fueron mujeres 22. En cuanto a la edad, los resultados obtenidos fueron similares a lo que la ANUIES reportó a nivel nacional, donde la edad mínima oscilaba en los 17 años y la máxima por encima de los 40 años 22.
Diversos autores 23,24 reportaron que había pocos casos de estudiantes que experimentaron que algún familiar fue diagnosticado con COVID-19 o el haberse enfermado, situación distinta a lo que se reporta en esta investigación, donde casi un tercio de los estudiantes vivieron casos de diagnóstico COVID-19 en familiares. Es importante aclarar que ambos estudios 23,24 realizaron sus investigaciones al inicio de la pandemia en China y los resultados que se reportan en este estudio corresponden aproximadamente a un año de la pandemia de SARS-CoV2 en México.
Por otro lado, cuando se habla de situaciones como la pérdida familiar y el haber tenido contacto con casos sospechosos, si bien muestran valores de prevalencias bajas, estas experiencias fueron muy significativas para los estudiantes, quienes se sintieron afectados emocionalmente, al respecto un investigador 6) comentó que cuando hay una pérdida de un ser querido a causa de COVID-19, la imposibilidad de tener una despedida adecuada tiende a generar en las personas duelo patológico. Otro aspecto que alteró la salud mental tuvo que ver con el hecho de haber tenido contacto con personas que sufrieron la enfermedad o fueron sospechosas, reflejándose en problemas de ansiedad 3,23,24.
Diversos estudios realizados 3-6,15,23-29, tanto en estudiantes como en poblaciones abiertas, reportaron prevalencias importantes de ansiedad, depresión, insomnio y estrés postraumático en diferentes momentos del desarrollo de la pandemia de SARS-CoV2, mostrando a su vez asociaciones estadísticas importantes con los problemas de salud. Se ha descrito que durante la cuarentena derivada por la Pandemia de SARS-CoV2, la falta de comunicación interpersonal propició la aparición de problemas de depresión y ansiedad en las personas 6. Asimismo, en un estudio 29 se ha explicó que una de las causales que generó el incremento de síntomas y estados de ansiedad, angustia y estrés en los estudiantes fue el propio confinamiento/aislamiento social, considerando que estos problemas de salud mental se incrementaron con el temor de presentar la enfermedad o la pérdida de seres queridos. Al revisar el comportamiento de estos problemas de salud mental, algunos de los resultados obtenidos muestran diferencias con lo que se han reportado en otros estudios en cuanto a los niveles de prevalencia de estrés, ansiedad, angustia y depresión 23,28,30,31. Por ejemplo, en estudiantes universitarios extranjeros en Corea del Sur se observó que los problemas de insomnio, ansiedad y depresión mostraban mayores prevalencias en hombres 31, así mismo, se identificó que en poblaciones jóvenes estos problemas se agudizaron con el confinamiento o distanciamiento social por la pandemia 28. Si bien, es cierto que existen prevalencias importantes de problemas de salud mental en la población estudiada en la presente investigación, el grupo de mujeres fue el más afectado.
La situación por las experiencias como el haberse enfermado, tener familiares enfermos, fallecimientos de personas cercanas o el haber tenido contacto con casos confirmados o sospechosos, se observó que también incidieron en niveles elevados de problemas de salud mental, en ansiedad, haber tenido contacto con personas con sospechas de la enfermedad mostraron valores elevados 23. Para el caso de la ansiedad en estudiantes universitarios 3,24, se exploró este problema al inicio de la pandemia, donde mostraban una relación importante cuando un familiar o amigo presentaron la enfermedad de COVID-19, así como el haberse enfermado, esta situación fue similar a los hallazgos encontrados en este trabajo, donde se observó una asociación estadística significativa entre la presencia de los problemas de salud mental con estas experiencias vividas durante la pandemia.
En el caso del estrés postraumático (angustia) e insomnio, previamente se habían observado manifestaciones en estudiantes de la salud en un periodo de pandemia, tal como sucedió con el virus AH1N1, en donde los varones fueron los más afectados 32, también se describió una prevalencia importante de estudiantes con estrés postraumático y, casi un cuarto con problemas de insomnio (30, siendo totalmente opuestos a lo reportado en la presente investigación, donde las prevalencias fueron bajas para este problema, sin embargo, a pesar de tener prevalencias bajas, se considera que es importante abordarlas ya que esto puede generar el desarrollo de otros problemas fisiológicos, tal como lo es el insomnio (28.
En relación con el estrés académico, trabajos realizados en Perú 13 y en México 14 antes del inicio de la pandemia por COVID-19, describen que estudiantes de la carrera de enfermería mostraban valores de estrés académico moderado con una prevalencia muy elevada, siendo la sobrecarga académica la principal causa del problema. En años recientes, el tema siguió siendo analizado, pero ahora bajo el efecto de la pandemia 33, en donde se ha observado una elevada prevalencia de estrés académico moderado, con un aumento de la prevalencia de nivel alto. Las prevalencias identificadas de estrés académico en estudiantes de enfermería fueron similares a lo que diversos autores han expuesto 13,14,33. Estos hallazgos coinciden, que las mujeres fueron el grupo más afectado, presentando niveles de estrés académico elevado en comparación con los hombres, encontrando similitudes en los resultados de otros investigadores 26,34.
Se identificó que la presencia de estrés académico si estaba afectada con la presencia de problemas de salud mental y algunas de las experiencias a las cuales los estudiantes de enfermería se enfrentaron durante el periodo de confinamiento por COVID-19, se observó que este problema es 3.9 veces mayor con ansiedad moderada, 10.6 veces mayor con depresión moderada, 12.7 veces mayor con insomnio clínico moderado, 1.8 veces mayor con familiar diagnosticado con la enfermedad y 2.6 veces mayor si tuvo contacto con casos sospechosos/confirmados de COVID-19. Si bien, algunos estudios 25,27 evidenciaron que existió relación estadísticamente significativa entre los problemas de salud mental con el estrés académico, en particular con los niveles de ansiedad, estos no explicaron como impactó en combinación con la pandemia de COVID-19. Independientemente de la presencia o no de los problemas de salud mental e insomnio, las experiencias analizadas durante la pandemia de SARS-CoV2 mostraron mayor impacto con el estrés académico. Esta situación no ha sido reportada, por lo que el grupo de investigación consideró que es un hallazgo que se debe tomar en cuenta, ya que si bien, estas experiencias durante la pandemia afectan la salud mental del estudiante, también se ve reflejado en el ámbito académico a través del estrés académico.
El aislamiento social, el confinamiento, así como todas aquellas experiencias relacionadas a la pandemia por SARS-CoV2 mostraron un impacto importante en la presencia y nivel de gravedad de los problemas de salud mental en estudiantes, siendo una necesidad que debe abordar el profesional de enfermería. En este sentido, se requiere brindar una capacitación continua que permita generar las competencias necesarias para la identificación, prevención, orientación y cuidados a personas con problemas de salud mental, dirigido tanto al profesional como al estudiante en formación. No solo es abordar la situación en estudiantes que presentaron estos problemas, sino que se tiene que pensar en orientar y apoyar a la familia de éste, ya que también se encuentran afectados, esto se lograría a través de una intervención integral, o a través de nuevas estrategias de intervención. Existe la necesidad de capacitar al docente en la identificación oportuna y canalización adecuada de los casos que se presenten en el aula, con el fin de actuar adecuadamente ante dichas situaciones.
Finalmente, en las investigaciones que se han realizado sobre el tema de salud mental y el estrés académico en los últimos años, han remarcado que, si bien, son problemas que han estado presentes en el desarrollo formativo del estudiante de cualquier carrera, estos se vieron agudizados tanto por el contexto de la pandemia y las estrategias que se implementaron para aminorar el número de casos, como lo fueron la cuarentena y el aislamiento social 4. Los resultados del presente estudio muestran un escenario poco abordado dentro del área de la salud, siendo particular la etapa formativa de los profesionales de la salud. Generalmente, se tiene la idea errónea que todo estudiante del área de la salud, como lo es enfermería, muestra un estado de salud aparentemente sano, sin embargo, existen problemas de salud que no se distinguen adecuadamente, tal como sucede con la salud mental, quedando evidenciado en el presente trabajo. Es necesario recordar que el profesional de enfermería debe adquirir habilidades y destrezas que permitan la identificación oportuna de los problemas de salud mental, desde la formación académica hasta el ámbito laboral, y que dichas competencias sean aplicadas en todo momento.
Conclusiones
Los resultados mostrados en el presente estudio hacen reflexionar sobre las repercusiones académicas y mentales que se generaron a partir de la pandemia de SARS-CoV2, siendo indispensable una pronta actuación para poder confrontar estos estragos en las poblaciones universitarias, tal como lo es la carrera de enfermería. Los problemas de salud mental mostraron relación significativa con el nivel de estrés académico en estudiantes de enfermería durante la pandemia por COVID-19. No sería de extrañar que estos comportamientos que aquí se describen también se reflejen en otras poblaciones de estudiantes en los diferentes grados académicos, por lo que se debe trabajar en proyectos de intervención para disminuir el daño, o bien, buscar la estabilización emocional del estudiante.
El profesional de enfermería debe diseñar estrategias educativas y de capacitación para disminuir los niveles de estos problemas a lo largo de su formación y vida laboral. Una de las estrategias sugeridas por el equipo de investigación es el desarrollo de una propuesta de intervención educativa, cuya finalidad sea la mejora positiva de los problemas de salud mental que estudiantes enfermería estén manifestado; coadyuvando, de esta forma, el no incremento de las tasas de deserción y/o rezago de estos. No solo hay que ver el tema como consecuencia de lo que es el fenómeno de la pandemia por COVID-19, sino que también hay que estar pensando que las estrategias a implementar sean consideradas dentro del programa educativo de cada carrera, con personal capacitado para ello, donde el profesional de enfermería puede tomar acción de manera multidisciplinaria.