Introducción
A partir de 1976, en Tailandia, se empezó a comercializar la primera bebida energética y debido al éxito en las ventas, actualmente este tipo de bebida es vendida por diversas marcas 1). Sus componentes se basan principalmente en cafeína y azúcares, lo que genera un estado de alerta y sobre energía, el cual ayuda en situaciones de estudio o diversión, atrayendo principalmente a la población juvenil 2. Algunos estudios indican que, a nivel mundial, el consumo de bebidas energizantes en adolescentes ha aumentado del 10 % a entre el 20 % y el 50 % en los últimos diez años 3,4. Se estima que un alto porcentaje de esta población consume estas bebidas para aumentar positivamente los efectos sobre la agilidad mental, poder estar más tiempo despierto y tener mayor energía, sin embargo, no muchos conocen los efectos adversos como insomnio, bajo rendimiento académico, irritabilidad, entre otros 5.
Los efectos adversos anteriormente mencionados podrían afectar la salud mental de la población juvenil, ya que se estima que cerca de 58 millones de niños y adolescentes presentan ansiedad y alrededor de 23 millones de estos, presentan depresión 6. Frente a dichas cifras, resulta indispensable conocer cuáles son los factores que se asocian al desarrollo de estas problemáticas, sobre todo si se trata de factores atribuibles a los estilos de vida que mantiene la población juvenil (7).
Enfermería cumple un rol fundamental para poder satisfacer las necesidades de salud mental de los adolescentes y adultos jóvenes, incluyendo cuidados de enfermería como; educación en salud, grupos, terapia cognitivo-conductual, relaciones interpersonales y actividades que involucren al adolescente, su familia, sus pares y el ambiente escolar 8. En Chile, no existe la figura de la enfermera escolar, a pesar de su reconocida importancia asistencial y educativa 9, por lo cual el profesional de enfermería tiene acceso a la población infanto juvenil en momentos puntuales, lo cual dificulta la continuidad de la atención, por lo que deben realizar una valoración adecuada de las necesidades del adolescente o adulto joven, no sólo del área física, sino también mental, para poder intervenir en forma temprana sobre los riesgos pesquisados.
Como resultado de lo anterior se definió la pregunta según corresponde a Paciente, Intervención, Comparación, Outcome o resultados 10 basado en el acrónimo PICO, quedando el planteamiento de ¿Cómo afecta el consumo de bebidas energéticas en la salud mental de los adolescentes y adultos jóvenes?, por lo que se estableció el objetivo de conocer cómo afecta el consumo de bebidas energéticas en la salud mental de adolescentes y adultos jóvenes.
Metodología
Revisión sistemática bajo los elementos del método de elementos de informes preferidos para revisiones sistemáticas y metaanálisis (PRISMA) definida como una guía de publicación de la investigación, creada para mejorar la integridad y calidad de las revisiones sistemáticas 11. Para su realización se efectuaron búsquedas en bases de datos electrónicas Web Of Science, Medline, Scopus y Pubmed aplicando filtros de idioma, español, inglés y portugués, y año de publicación (últimos cinco años). Las palabras claves fueron rescatadas desde el Medical Subject Headings (MeSH) 12, utilizando finalmente: energy drinks, mental health, young adult, adolescent, mediante la siguiente ecuación de búsqueda: (Adolescent) OR (young adult) AND (mental health) AND (Energy drink). Se definieron como criterios de inclusión: artículos publicados desde el 2017 hasta el 2022, en idioma español, inglés o portugués y cuya población fueran adolescentes y/o adultos jóvenes (rango de edad 13 a 25 años), y como criterios de exclusión: artículos que fueran revisiones sistemáticas, editoriales, cartas al editor u opiniones de expertos, que estudiaran trastornos de salud mental asociados a factores hereditarios, estudios que relacionaran exclusivamente cafeína y salud mental, artículos no disponibles en texto completo de forma gratuita o mediante bases de datos de universitarias.
En las bases de datos utilizadas se identificaron 372 artículos en total, y tras la aplicación de filtros (año de publicación 2017 a 2022 e idiomas español, inglés y portugués) quedaron 210 estudios. Fueron excluidos 163 artículos por lectura de título y/o resumen, quedando 47 artículos para revisión completa, sin embargo, 3 de ellos no lograron ser recuperados en texto completo. Por consiguiente, de los 44 artículos que fueron recuperados, 17 de ellos no fueron incluidos por cumplir con algunos criterios de exclusión y, asimismo, 17 artículos fueron eliminados por estar duplicados, quedando un total de 10 artículos para la evaluación de la calidad metodológica, la cual se realizó mediante la aplicación de pautas Critical Appraissal Skills Programme Español (CASPe), asociación sin fines de lucro que enseña lectura crítica de la evidencia clínica a personas del área de la salud. Esta herramienta es accesible en línea y cuenta con ocho plantillas compuestas de preguntas, con el fin de brindar al lector una ayuda para entender y analizar investigaciones 13.
Los 10 estudios cumplían con la calidad metodológica mínima, siendo clasificados como “satisfactorios”, por lo cual fueron incluidos en la presente revisión, esto se evidencia en el flujograma PRISMA 14, (Figura 1).
Al ser una revisión sistemática, no se tiene contacto con personas, por lo cual se considera una investigación sin riesgo 15. La información recolectada de cada artículo incluyó título, año, país, muestra y principales hallazgos. Los datos utilizados fueron debidamente referenciados, respetando e identificando a sus autores.
Resultados
Los estudios analizados fueron 30 % de Asia y Europa cada uno, y 20 % en Norteamérica y Oceanía simultáneamente. Encontrando que 90 % 16,19-25 tuvieron diseño transversal y sólo 10 % fue de cohorte 17, (Tabla 1).
Publicaciones incluidas (Número/título/referencia) | Año | País |
1. Energy drink consumption, psychological distress, and suicidality among middle and high school students (16) | 2020 | Estados unidos |
2. Consumption of energy drinks is associated with depression, anxiety, and stress in young adult males: Evidence from a longitudinal cohort study (17) | 2020 | Australia |
3. Mental and physical effects of energy drinks consumption in an Italian young people group: a pilot study (18) | 2018 | Italia |
4. Energy drink consumption among New Zealand adolescents: Associations with mental health, health risk behaviors and body size (19) | 2017 | Nueva Zelanda |
5. High stress, lack of sleep, low school performance, and suicide attempts are associated with high energy drink intake in adolescents (20) | 2017 | Corea |
6. Does Caffeine Intake Influence Mental Health of Medical Students? (21) | 2021 | Malasia |
7. Energy drink use in U.S. service members after deployment: associations with mental health problems, aggression, and fatigue (22) | 2018 | Estados Unidos |
8. Energy drink consumption, depression, and salutogenic sense of coherence among adolescents and young adults (23) | 2020 | Hungría |
9. Intake of caffeine and its association with physical and mental health status among university students in Bahrain (24) | 2020 | Bahrein |
10. Energy drinks consumption associated with emotional and behavioral problems via lack of sleep and skipped breakfast among adolescents (25) | 2021 | Eslovaquia |
Fuente: Elaboración propia.
La población mínima estudiada fueron 10 personas 18 y la máxima 121,106 20 manteniendo un rango de edad desde los 11 a los 27 años 18,25. Según los resultados se indica que el consumo de bebidas energéticas aumentó sobre todo los niveles de ansiedad, estrés y depresión 17-19,24 inclusive se menciona la correlación entre el alto consumo de bebidas energéticas con intentos de suicidio 16,20. También se observó la relación del consumo de bebidas energéticas con conductas agresivas, fatiga y bajo rendimiento académico (22,23,25 sin embargo, en algunos estudios los autores refieren la necesidad de seguir investigando para una mejor correlación (18,24, (Tabla 2).
Publicaciones (Referencia) | Muestra | Principales hallazgos |
16 | 5,538 estudiantes entre 13 y 18 años | El consumo de bebidas energéticas se asoció con mayor riesgo de moderado a grave (IRR 1.2, IC del 95 %: 1.0-1.4) y niveles graves de angustia psicológica (IRR: 1.5, IC del 95 %: 1.1-1.9), pensamientos suicidas (IRR: 1.9, IC 95 %: 1.6-2.4) e intentos de suicidio (IRR: 3.7, 95 % IC: 2.3-5.9). La asociación entre el consumo de bebidas energéticas y la salud mental fue mucho más fuerte en estudiantes de secundaria varones. |
17 | 429 personas entre 20 y 22 años | Los participantes que cambiaron de no consumidores de bebidas energéticas a consumidores tuvieron aumento promedio en puntuaciones de estrés de 2.3 (IC del 95 % = 0.04, 4.6) durante el seguimiento de 2 años. Los hombres, pero no las mujeres, que cambiaron de ser no consumidores a consumidores tuvieron aumentó promedio en puntuaciones depresión, ansiedad y estrés de 6.1 (IC 95 %= 3.4, 8.8), 3.8 (IC 95 %= 1.8, 5,7) y 3.2 (IC 95 %= 0.5, 5.9) respectivamente. |
18 | 10 personas entre 18 y 27 años | Las pruebas de ansiedad y depresión mostraron que antes del consumo de bebidas energéticas, los sujetos estaban en el rango mínimo de ansiedad (percentiles 10 y 60) y no informaron nivel de depresión. Después del consumo de bebidas energéticas se registró leve ansiedad, el instrumento de depresión mostró un caso con perfil patológico. |
19 | 8500 estudiantes secundarios | El 35 % de los participantes consumieron bebidas energéticas y el 12 % consumió bebidas energéticas cuatro o más veces en la última semana. Los estudiantes en el grupo de alta frecuencia de consumo de bebidas energéticas reportaron mayores síntomas depresivos (P<0,001), mayores dificultades emocionales (P<0,001) y menores niveles de bienestar (P<0,001) que los estudiantes que no consumieron bebidas energéticas. |
20 | 121,106 adolescentes entre 13 y 18 años | El alto nivel de estrés, tiempo de sueño anormal y bajo rendimiento escolar se relacionaron proporcionalmente con mayor ingesta de bebidas energéticas (P<0,001). La ingesta frecuente de bebidas energéticas se asoció significativamente con intentos de suicidio en los análisis de regresión logística múltiple (OR ajustado para frecuencia de ingesta de energía ≥ 3 veces a la semana= 3.03, IC 95 %= 2.6-3.5, P< 0,001). |
21 | 262 estudiantes de medicina | La prevalencia de ingesta de cafeína entre estudiantes de medicina fue 98.5 %, la concentración media de ingesta de cafeína entre consumidores fue 67.9 (percentil 25, 75: 24.8, 139.7) mg/día. Los encuestados deprimidos según la puntuación DASS-21 consumieron más cafeína por día a una media de 87.7 mg/día en comparación con aquellos no deprimidos a 66.1 mg/día. Sin embargo, la diferencia en consumo de cafeína entre quienes deprimidos y no deprimidos no fue significativa (p= 0.2). Los encuestados con ansiedad consumieron un poco más, 70.0 mg/día, que los que no tenían ansiedad, que consumieron 67.4 mg/día, la diferencia no fue significativa (p=0.9). Los encuestados no estresados consumieron cafeína por día a razón de 68.2 mg/día que aquellos estresados (11.1 mg/día), la diferencia no fue significativa (p= 0.2). |
22 | 627 soldados de infantería masculinos | El uso de bebidas energéticas del mes pasado fue reportado en 75.7 % de los soldados, un 16.1 % consumiendo niveles altos (2+ bebidas energéticas/día). El uso de bebidas energéticas se asoció con problemas de salud mental (OR ajustados de 2.0 a 2.7), comportamientos agresivos (OR ajustados de 2.3 a 3.5) y fatiga (p= <0.001) en relación con aquellos que bebían nada o menos de uno por semana. |
23 | 631 estudiantes de secundaria y universitarios | Un total de 31.1 % (IC 95 %: 27,.4-34.7) de los encuestados consumieron bebidas energéticas, 24.0 % de los afectados consumieron bebida energética con alcohol, 71.4 % (IC 95 %: 64.7-77.3) experimentaron efectos adversos después del consumo de bebidas energéticas y 10.2 % (IC 95 %: 6.7-15.2) experimentaron al menos cuatro síntomas simultáneamente. El sentido de coherencia y tendencia a depresión tuvieron influencia significativa en las probabilidades de adicción de los encuestados. La tendencia a la depresión aumentó las posibilidades de adicción, mientras que un fuerte sentido de coherencia disminuyó los efectos de depresión. |
24 | 727 estudiantes universitarios de Bahrein | Los participantes que consumieron 400 mg/día o más mostraron diferencias estadísticamente significativas para cinco síntomas: dolores de cabeza (p= 0.02, IC 95 %= 1.1–3.0), episodios de terror o pánico (p= 0.001, IC 95 %= 1.2-2.8), sentirse atrapado (p= 0.001, IC 95 %= 1.3-3.2), preocuparse demasiado por las cosas (p= 0.01, IC 95 %= 1.2–2.5), sentimientos de inutilidad (p= 0.03 , IC 95 %= 1.1-1.1), puntuación de ansiedad (p= 0.001, IC 95 %= 1.2-2.6) y angustia psicológica (p= 0.001, IC 95 %= 1.2-2.7). |
25 | 8,405 adolescentes de 11 a 15 años | El consumo de bebidas energéticas se asoció significativamente con problemas emocionales (p< 0.001) y conductuales (p< 0.001), un mayor consumo de bebidas energéticas condujo a más problemas emocionales y de comportamiento. |
Fuente: Elaboración propia. Nota: IRR: Incidencia ajustada cociente de tasas. IC: intervalo de confianza OR: Odds ratio.
La evaluación de calidad de los artículos utilizando la lista de verificación CASPe para estudios transversales, evidenció una impresión de satisfactorio en todos los artículos 16-25, (Tabla 3).
Publicaciones (Referencia) | 1 | 2 | 3 | 4 | 5 | 6 | 7 | 8 | 9 | 10 | 11 | Impresión final |
16 | S | S | S | S | S | S | Se obtuvo que el consumo de bebidas energéticas estuvo asociado con problemas de salud mental entre adolescentes, que demostraron tener mayor riesgo de niveles graves de angustia psicológica | S | S | S | Consumir bebidas energéticas aumentó el riesgo de angustia psicológica y tendencia suicida entre estudiantes secundarios, es importante tomar conciencia sobre efectos negativos que conduce beber bebidas energéticas. | SAT |
18 | S | S | S | S | S | N | Inicialmente los participantes se consideraban en nivel mínimo de ansiedad, luego del consumo de bebidas energéticas subió a nivel leve. | S | S | S | Las bebidas energéticas pueden ser un problema para la salud pública, por sus efectos positivos a corto plazo, sin embargo, a dosis altas o largo plazo pueden afectar de mala manera a los adolescentes. | SAT |
19 | S | S | S | S | S | S | El consumo de bebidas energéticas se asoció a conductas de riesgo, se reportó mayor sintomatología depresiva, menor bienestar y dificultades emocionales. | S | S | S | Los profesionales de salud deberían considerar el consumo de bebidas energéticas como un marcador que aumenta el riesgo de presentar conductas nocivas para la salud mental. | SAT |
20 | S | S | S | S | S | S | El nivel de estrés subjetivo, tiempo de sueño y rendimiento escolar mostraron asociaciones significativas con consumo de bebidas energéticas, la población mostró asociación entre esta práctica con riesgo de suicidio. | S | S | S | Los intentos de suicidio aumentaron con ingesta frecuente de bebidas energéticas, lo cual representa un problema de salud pública. | SAT |
21 | S | S | S | S | S | S | Los encuestados más deprimidos no mostraron diferencia mayor con consumo de bebidas energéticas. Hubo leve aumento de predisposición a sufrir ansiedad, estrés o episodios depresivos en personas que consumieron bebidas energéticas, sin diferencias significativas. | S | S | S | Los investigadores concluyen que el estudio no obtuvo datos significativos en comparación a otros estudios sobre el tema y comentan que probablemente es porque se entrevistó una población reducida. | SAT |
22 | S | S | S | S | S | S | Los resultados arrojan que un 16.1 % de los soldados que consumen bebidas energéticas de forma excesiva presentaron más fatiga, conductas agresivas y problemas en la salud mental en relación a los no consumidores. | S | S | S | Los investigadores concluyen que los resultados son alarmantes, existiendo así la necesidad de agregar a las bebidas energéticas como producto que representa un riesgo para la salud mental. | SAT |
23 | S | S | S | S | S | S | Hubo una alta tasa de consumo de bebidas energéticas entre jóvenes, se asoció a presentación de síntomas como temblores, insomnio y taquicardia. | S | S | S | Se debe educar a la población (sobre todo a padres) para prevenir el uso de bebidas energéticas debido a sus negativos efectos adversos. | SAT |
24 | S | S | S | S | S | S | El alto consumo de cafeína se asoció con dolor de cabeza, ansiedad y angustia psicológica. | S | S | S | Si bien no se pudo demostrar causalidad entre exceso de consumo y sintomatología de problemas de salud mental, se realizó asociación que permitirá a otros investigadores estudiar más a fondo este tema. | SAT |
25 | S | S | S | S | S | S | El consumo de bebidas energéticas se asoció indirectamente con problemas emocionales y de comportamiento, debido a menor cantidad de sueño y consumo de desayuno. | S | S | S | Se concluyó que los adolescentes con mayor consumo de bebidas energéticas, presentaron menor cantidad de sueño, problemas emocionales y de conducta. | SAT |
Fuente: Elaboración propia. Nota. S: Sí, N: No, NS: No sé. SAT: Satisfactorio. NOSAT: No satisfactorio.
Para el estudio de cohorte 17, la evaluación de calidad según la pauta aplicada fue clasificado como satisfactorio, (Tabla 4).
Publicaciones (Referencia) | 1 | 2 | 3 | 4 | 5 | 6 | 7 | 8 | 9 | 10 | 11 | Impresión final |
17 | S | S | S | S | S | El primer control mostró que las personas que pasaron de no consumir bebidas energéticas a consumirlas aumentaron sus puntuaciones de estrés. En el segundo control los hombres aumentaron niveles de depresión, ansiedad y estrés, no así las mujeres. | 95% | S | S | S | N | SAT |
Fuente: Elaboración propia. Nota: S: Sí, N: No, NS: No sé. SAT: Satisfactorio. NOSAT: No satisfactorio.
Discusión
En base al objetivo de conocer cómo afecta el consumo de bebidas energéticas en la salud mental de adolescentes y adultos jóvenes, se pudo identificar que en general, los estudios revisados evidencian que ser consumidor frecuente, o después de consumir bebidas energéticas, los niveles de ansiedad, depresión 17-19,21,24 y, en menor medida, la agresividad 20,22,23,25 y riesgo suicida 16,20, aumentaron en comparación con aquellos que no consumían. Los resultados de los estudios muestran una relación entre el consumo de bebidas energéticas y malestar psicológico de distintas formas, evidenciando cómo el cese o disminución de este consumo disminuyen los niveles de estrés y ansiedad 18. Esto se puede ver influenciado por género y edad, siendo más afectados los adolescentes de género masculino 17.
En una revisión sistemática con alcance similar a la presente, destacan que, en cuanto al sexo, los hombres consumían más bebidas energéticas que las mujeres, además reportaron una fuerte asociación positiva entre el consumo y la probabilidad de conductas de riesgo como; tendencia a la ansiedad, depresión e impulsividad; bajo rendimiento académico; y alteraciones del sueño 26.
Sumado a estas alteraciones de salud mental, destacan los efectos en la salud física, lo cual debe ser una preocupación para el profesional de enfermería, ya que se estima que casi la mitad de los estudiantes universitarios consumen bebidas energéticas 27. Como se mencionó en un principio el principal componente de las bebidas energéticas es la cafeína y, según la evidencia científica, una de sus acciones es sobre el sistema cardiovascular, generando, por ejemplo, elevaciones de la presión arterial y frecuencia cardiaca, lo cual podría ser un factor de riesgo para presentar enfermedades cardiovasculares en el futuro 28,29. Sumado a esto, algunos estudios también mencionan que los consumidores de bebidas energéticas tienen una mayor tendencia al uso de múltiples sustancias, incluidos alcohol, tabaco y drogas blandas y duras, desarrollando deterioro de la percepción, debilidad, cefalea, aumento de conductas violencias y de riesgo 30,31. Además de lo anterior, los consumidores frecuentes de bebidas energéticas tienen más probabilidades de presentar malos hábitos alimenticios, incluido el consumo de bebidas azucaradas y comida chatarra 31.
Se deben considerar los principales motivos de su consumo al momento de realizar intervenciones de prevención del consumo excesivo. Se han identificado como principales motivos de uso la participación en estudios, proyectos o exámenes, permanecer despierto o alerta y la participación en actividades físicas/deportivas 27. No hay evidencia científica sólida que soporte el uso de bebidas energizantes como agentes terapéuticos en las condiciones promocionadas, como los mencionados anteriormente, por el contrario, existen múltiples reportes de casos en los cuales se asocia el consumo de bebidas energizantes con efectos adversos, afectando una gran variedad de órganos y sistemas 32.
Los/las enfermeros/as deben realizar asociaciones con otros profesionales, como nutricionistas y psicólogos, para enfocar sus intervenciones, no sólo a advertir sobre los posibles riesgos del consumo excesivo, expuestos con anterioridad, sino también educar sobre alternativas más saludables para obtener los mismos resultados, como el manejo efectivo del tiempo, talleres sobre hábitos de estudio 33,34, mindfulness para mejorar la memoria y la atención 35,36, intervenciones de alimentación saludable 37, entre otros.
A modo de limitación se puede mencionar que no se tuvo acceso a algunos artículos por ser de pago, además de existir una baja cantidad de estudios que respondieran la pregunta de investigación. Cabe destacar también la diferencia importante en los tamaños muestrales y el tipo de diseño de investigación, que, si bien relacionan el consumo de bebidas energéticas con riesgos para la salud mental, la mayoría de las investigaciones examinadas utilizaron diseños transversales, por lo cual no es posible determinar causalidad o dirección del efecto 38. Por esta razón, se requieren estudios longitudinales y de intervención para aumentar la comprensión de la naturaleza de las relaciones observadas.
Por lo mencionado anteriormente, es importante estudiar con mayor profundidad el tema planteado puesto que el consumo de bebidas energizantes es algo regular y los problemas de salud mental van en aumento. Es imperativo que existan más estudios al respecto para que pueda ser considerado como un tema a tratar al hablar de promoción y prevención de la salud 39,40.
Conclusiones
El consumo de bebidas energéticas afecta la salud mental de los adolescentes y adultos jóvenes, produciendo trastornos de salud mental como ansiedad, estrés y/o depresión, llegando incluso a ideación suicida, como también con cambios conductuales como agresividad, bajo rendimiento académico y trastornos de sueño. Los profesionales de Enfermería cumplen un rol fundamental en la promoción de la salud mental en todo el ciclo vital, siendo de mayor relevancia en una etapa tan lábil como lo es la adolescencia y la adultez joven. Es mediante el conocimiento de los factores de riesgo que se puede educar a la población para evitar el consumo de riesgo de bebidas energéticas.
Con este estudio no se busca vetar por completo la venta y consumo de bebidas energéticas, sino que generar conciencia en los consumidores y profesionales de la salud, resaltando que, como con todas las comidas y actividades, el exceso no es recomendable, pues sumado a los efectos en la salud física, existe riesgo de alteraciones en la salud mental.