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Estudios sociológicos

versión On-line ISSN 2448-6442versión impresa ISSN 0185-4186

Estud. sociol vol.41 no.122 Ciudad de México may./ago. 2023  Epub 13-Oct-2023

https://doi.org/10.24201/es.2023v41n122.2246 

Notas de investigación

Dispersión transnacional de la vulnerabilidad: ejes de análisis y el caso binacional

Transnational Dispersion of Vulnerability: Analytical Axes and The Binational Case

Edel J. Fresneda1  , Catedrático Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología
http://orcid.org/0000-0002-3522-1853

1Catedrático Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, Guadalajara, México, edel.fresneda@gmail.com


Resumen

El objetivo es examinar el alcance teórico de la categoría “vulnerabilidad”, para entender la migración como un proceso cíclico, con etapas interdependientes; cuando los flujos parten de una naturaleza particular de desarrollo. En este enfoque, la interdependencia se expresa cuando existe una reiteración de obstáculos para la reproducción socioeconómica durante la trayectoria migrante. Así, con ese objetivo, aquí se presentan ejes de análisis; cuyas dimensiones e indicadores pretenden enunciar esa complejidad en la migración; los que se utilizan aquí de modo particular para evaluar el caso de binacionales mexicanos. Se da cuenta de esa manera del concepto Dispersión Transnacional de la Vulnerabilidad, como una propuesta que retoma y que fortalece los diálogos entre análisis teóricos previos sobre migración y desarrollo.

Palabras clave: dispersión transnacional de la vulnerabilidad; migración; binacionales; desarrollo; exclusión

Abstract

This article seeks to examine the theoretical scope of the concept of “vulnerability” to understand migration as a cyclical process, with interdependent stages during which migratory flows arise from the particular nature of development. In this approach, interdependence is expressed when there is a reiteration of obstacles to social reproduction throughout the migratory journey. To this end, the author presents analytical axes with dimensions and indicators that attempt to encompass the complexity of migration, used here to evaluate the case of Mexican binationals. The concept of Transnational Dispersion of Vulnerability is framed as a proposal that addresses previous theoretical analyses of migration and development and enhances the dialogue between them.

Keywords: transnational dispersion of vulnerability; migration; binatio­nals; development; exclusion

La migración es una consecuencia tanto de la incapacidad como de la anomia de los estados nación -y sus distintos niveles de intendencia- para solucionar problemas y obstáculos que enfrentan segmentos poblacionales vulnerables. Principalmente cuando esos problemas y obstáculos que subsisten impiden una integración eficiente de los segmentos en el ámbito socioeconómico endógeno, y, por consiguiente, no se facilita una reproducción social equilibrada para sectores marginados históricamente. Al respecto es justo reconocer que en la prevalencia de esos obstáculos subyacen interdependencias territoriales -o factores exógenos- vinculadas a la expansión del capitalismo. Se trata de un tipo de crecimiento que influye en el debilitamiento de clases políticas y sociales como un efecto negativo cuando limita su capacidad de transformación y las hace disfuncionales para un cambio estructural endógeno.

A propósito de esa exégesis anterior, aquí se defiende la tesis de que en ese contexto global la migración es un fenómeno transnacional además, porque desde una condición de vulnerabilidad inicial pueden reproducirse circunstancias de desventaja y marginación posteriormente, durante las etapas que componen el ciclo migratorio. Sobre todo, cuando la migración deriva de una particular “naturaleza de desarrollo” (Sunkel, 1971) donde los obstáculos para la reproducción social -interpretados por los propios migrantes al influir en su decisión de irse- originan diversas carencias no superadas por la movilidad.

Desde ahí es posible entrever que en las diferentes etapas que c­omponen el ciclo migratorio -origen, tránsito, asentamiento y re­torno- es posible verificar la incapacidad o limitaciones para acceder a activos y estructuras (Esping-Andersen, 2008) como características que provienen y perviven por los tipos de desbalances que enfrentan los migrantes en sus sociedades de origen -los que a su vez son secuelas de la integración global desventajosa. Con tal reflexión, este enfoque cuestiona las “perspectivas de la migración exitosa” (Portes, 2011) bajo esas condiciones cuando revaloriza y relaciona la exclusión y la marginación directa, parcial o relativa que sufren los migrantes en las distintas etapas del ciclo migratorio, como situaciones que contradicen el éxito de la reinserción de los migrantes en mercados laborales con mayores ingresos u otro tipo de estructuras.

Así, es un objetivo implícito exponer cuán útil es incluir las distintas experiencias de vulnerabilidad durante la trayectoria migrante para ampliar las discusiones sobre migración y desarrollo. Es decir, una aproximación multidimensional para explicar la migración contextualmente y que abarca el ciclo migratorio e incluye, además, la perspectiva de los migrantes. Dichos aspectos permiten reconsiderar nociones teóricas ya establecidas, que superan la aparente contradicción entre ellas.

Esto último se realiza, por una parte, al contextualizar las nociones que especialmente consideran la espontaneidad en la decisión individual o familiar (Stark, & You, 2003; Portes, 2007). Por otra, al profundizar en la relevancia de un imaginario social que interpreta la migración como una estrategia y acepta al mismo tiempo que esas interpretaciones se elaboran frente un contexto de desventaja social con profundas raíces históricas y económicas (Delgado Wise, 2018). Las experiencias de desventaja pueden extenderse en las etapas del ciclo migratorio, incluso cuando éstas conllevan una trayectoria migrante (Faist, & Gerdes, 2006) que involucra a varias generaciones -como se verá más adelante con el análisis del caso de los binacionales.

Es vigente, por tanto, la pregunta de cuán efectiva es la migración para eliminar esos obstáculos o límites de reproducción social en la sociedad de tránsito o de acogida. Y, por ende, es cuestionable la certidumbre sobre la reinserción equilibrada de los migrantes frente a situaciones de vulnerabilidad en contextos de tránsito y asentamiento e, incluso, cuando se insertan en mercados laborales o sociedades donde a pesar de recibir mayores ingresos, siguen experimentando circunstancias de desventaja.

En función de esto último, aquí se reconoce la migración como un ciclo donde es posible, o no, corroborar la superación efectiva, relativa o insuficiente de tales limitaciones de reproducción social, en un sentido individual, familiar o grupal. Ciclo conformado por etapas interdependientes que no necesariamente representan una superación de las situaciones de desventajas y marginación presentes en las sociedades de origen, aunque se corroboren cambios cualitativos respecto a ellas en otras sociedades de asentamiento y tránsito. Un ejemplo preciso que ilustra lo anterior, y que contradice las nociones que de manera indirecta o directa reconocen el carácter exitoso de la migración, es que mayores ingresos en las socie­dades de asentamiento y tránsito no implicarían necesariamente la eliminación de la vulnerabilidad. Los desequilibrios que causan las situaciones de desventaja y marginación -que pueden reproducirse de manera similar o diferenciada en otras sociedades de tránsito y acogida- se reconocen como límites para acceder a estructuras y activos (vulnerabilidad según Esping-Andersen, 2008) en el mediano y largo plazo.

Precisamente, para analizar la aparente contradicción entre el mantenimiento de circunstancias de desventaja o vulnerabilidad no obstante al logro de cambios cualitativos en una trayectoria migrante y respecto a un tipo de reinserción en apariencia exitoso y de movilidad social, se escogieron los casos de 691 migrantes de segunda generación, binacionales mexicanos en los Estados Unidos. Muestra donde se observaron las variables trabajo, acceso a estructuras e ingresos y escenario social2 para comprobar la reproducción de circunstancias de vulnerabilidad para migrantes en el espacio de asentamiento, no obstante existir una reinserción legal bajo políticas migratorias restrictivas.3 Esto es una marginación relativa con la prevalencia de “tipologías de exclusión” que abarcan un ciclo migratorio intergeneracional y que están asentadas en dimensiones culturales e históricas. Una muestra donde se puede comprobar, no obstante los múltiples factores a su favor, experiencias desventajosas en el asentamiento.

Se busca así reconocer la utilidad del enfoque dispersión transnacional de la vulnerabilidad para describir distintas situaciones en las que los ciclos migratorios se desenvuelven desde contextos de origen hacia la reinserción de esos migrantes en sociedades receptoras y de tránsito. Empero, también, en un sentido contrario: de las sociedades de asentamiento a las de origen, donde se corrobore la posibilidad de reinserción de los migrantes en estructuras binacionales para así evitar los obstáculos a la reproducción social en sus espacios habituales de desenvolvimiento. Tesis esta que, desde un reexamen crítico de la relación migración y desarrollo, debate aproximaciones parcializadas cuyos énfasis deter­minan un sentido y una dirección de la migración, y evaden las múltiples dimensiones presentes en el proceso y se enfocan en las peculiaridades de los mercados laborales, las diferencias salariales y las decisiones familiares e individuales.

Este cuestionamiento no niega la utilidad para el análisis de los énfasis mencionados. Más bien los reconoce como necesarios en una visión más amplia sobre los procesos migratorios. Enfoque donde se interpretan y observan las analogías y diferencias entre las condiciones anteriores de desventaja y los procesos de reinserción e interacción en sociedades receptoras o de tránsito en función de la reproducción o exposición a diferentes escenarios de vulnerabilidad, con relativa independencia a cambios cualitativos relacionados con el ingreso, el acceso a estructuras y activos, cuando no se corroboran otros aspectos culturales y sociales de movilidad social. Dos ejemplos donde es funcional esa lógica son:

  1. la migración centroamericana en tránsito por México;

  2. a migración laboral o calificada que, a pesar de obtener mejores ingresos en sociedades de asentamiento, sigue siendo relativamente excluida y marginada por distintos motivos.

Por dicha razón se subraya la idea de que en los estudios migratorios cuyo objeto es la reinserción o el tránsito, resulta necesario confirmar más allá de análisis descriptivos, si aquellos procesos ocurren en escenarios donde no se reproducen condiciones de desventaja, vulnerabilidad o exclusión. Condiciones que no se explican solamente por el acceso al mercado laboral, que abarcan distintas dimensiones, y donde, por qué no, la subjetividad e interpretación de las personas migrantes sobre su realidad, sus derechos e inclusión social también son indicadores relevantes.

Así, el objetivo explícito de este texto es profundizar en el examen de la migración como un proceso cuyas etapas están relacionadas por la reproducción de la vulnerabilidad, cuando ésta es la principal causalidad presente en el origen, y cuando ella se vincula con obstáculos de reproducción socioeconómica y política durante toda la trayectoria migrante. Se presentan a discusión con ese propósito ejes de análisis con dimensiones e indicadores relevantes para evaluar la reproducción de la vulnerabilidad durante todo el ciclo migratorio.

La estructura de este texto entonces es la que sigue: un primer apartado donde se presenta brevemente una discusión sobre la utilidad de ampliar el análisis de la vulnerabilidad en las aproximaciones teóricas que describen la migración. Un segundo donde se profundiza en el enfoque y el método de la Dispersión Transnacional de la Vulnerabilidad. Y, por último, una tercera sección donde se expone un breve análisis sobre las experiencias sociales y el contexto de vulnerabilidad de binacionales con el uso del método que aquí se propone. En las conclusiones se contextualizan las ideas expuestas y se reiteran los hallazgos más relevantes de esta investigación.

Desde aportes teóricos previos hacia la utilidad conceptual del término Dispersión Transnacional de la Vulnerabilidad

Hay aportes teóricos que, al analizar las diferencias entre las sociedades de origen y las de asentamiento, mantienen su vigencia para describir aspectos de la causalidad en la movilidad humana y sus consecuencias, aunque por separado no abarcan dinámicas negativas de interacción, exposición a riesgos y exclusión presentes en las distintas etapas del m­ismo fenó­meno. En conjunto, éstas son teorías que revelan cómo existen reacciones individuales o familiares a las características negativas del contexto donde habitualmente se desenvuelven los futuros migrantes, y que tienen como referencia a otras sociedades donde los mismos sujetos suponen encontrar soluciones parciales o definitivas a los problemas que enfrentan en sus lugares de origen. Tal vigencia, no obstante, se ve limitada en ocasiones por el aparente desencuentro que hay entre posiciones que, por un lado, otorgan mayor peso a las decisiones individuales y familiares, y por el otro, dan más importancia a las características del contexto. Al respecto, aquí se sigue la lógica de que la migración es un fenómeno complejo y multicausal donde se manifiesta una interrelación entre ambos tipos de condicionamientos subjetivos y contextuales.

Así, conceptos como “elección racional” (Stark, & You, 2003), “privación relativa” (Stark, & Young, 2003; Portes, 2007), “trayectoria migrante” (Faist, & Gerdes, 2006), “Transnacionalismo” (Glick; Schiller et al., 1995) y “migración forzada” (Castels, 2003; Delgado Wise, 2018) tienen el mérito de describir una relación causal aunque con énfasis diferenciados que, por una parte, otorgan mayor o menor protagonismo a la capacidad de agencia de los individuos, y por otra, a la prevalencia de factores ajenos a los sujetos y más vinculados a las dinámicas socio­económicas y políticas tanto exógenas como endógenas.

Lejos de encontrar diferencias que legitiman uno u otro concepto (Portes, 2011), un análisis complejo y más objetivo simpatizaría con los nexos que entre esos enfoques existen y en su utilidad para presentar:

  1. problemas subjetivos que ocurren como parte del proceso de interpretación que realizan las personas migrantes de su realidad inmediata y sus referentes en el pasado y a futuro, y,

  2. también los problemas socioeconómicos y políticos existentes en esa realidad y su historia.

Claro está que para un migrante es más lógico explicar su decisión por los obstáculos que enfrenta en su vida cotidiana y menos a través de una interpretación sobre cómo se originan esos obstáculos en el ámbito de las relaciones internacionales.

Sin embargo, para los estudiosos de la migración es posible interpretar el origen de esa subjetividad en los problemas estructurales que enfrentan los sujetos de análisis en su vida cotidiana. Esfuerzo útil para evitar un déficit argumentativo, presente en ocasiones y que propone, en algunos casos, explicar la migración de segmentos poblacionales por un conjunto de decisiones individuales sin un vínculo aparente con la historia del contexto de desventaja y la preeminencia de circunstancias de vulnerabilidad. Por el contrario, aquí se coincide con la apreciación de Martínez (2000) quien reconoce el proceso migratorio como un resultado de desigualdades socio-espaciales que se reproducen sistemáticamente, donde los flujos y contraflujos de personas más los escenarios políticos que con ellos interactúan determinan un sistema migratorio.

Las interdependencias en ese sistema migratorio son aspectos complejos que expresan una concatenación de circunstancias, en tanto interactúan distintos elementos en el entorno de la capacidad de agencia de los migrantes y las distintas estructuras que enfrentan (Carballo et al., 2019), donde las situaciones de desventajas, en algunas sociedades, adquieren un carácter congénito. En tal consideración, resulta sustantivo explorar en qué sentido es un denominador común en las sociedades de origen que los mercados laborales y las políticas públicas no permiten soluciones de reproducción social en el espacio habitual de desenvolvimiento de los migrantes -qué historia hay detrás de ese desenvolvimiento negativo-. También, cómo se traducen esos problemas en la interpretación que hacen sobre su realidad los segmentos poblacionales que emigran. A modo de ejemplo, para Carballo et al. (2019) es preciso reconocer la influencia del carácter periférico y dependiente de las naciones involucradas en los flujos para entender el sistema migratorio en Centroamérica y el Caribe.

Entonces, al analizar las interdependencias complejas que subsisten en el ciclo migratorio -que es co-dependiente del sistema migratorio donde se desenvuelve-, es posible demostrar que, por ejemplo, el enfoque de la “migración forzada” (Delgado Wise, 2018) no objeta necesariamente el argumento de la “elección racional” (Stark, & You, 2003) sino que lo contextualiza al referir qué ocurre en el origen de la migración y cómo distintos fenómenos se incorporan en la interpretación de los migrantes sobre su contexto -con las excepciones de la migración que resulta de crisis ambientales, guerras o de la violencia que provoca desplazados-. Al ser la migración una alternativa visible de reproducción social para los migrantes, cuando no perciben otras o las consideran inalcanzables, es posible hablar de migración forzada.

Principalmente porque la vulnerabilidad que resulta de una natura­leza de desarrollo desventajosa tiende a estar vinculada a una extenuación -e incapacidad para asimilar a sectores poblacionales-, de los mercados laborales y al deterioro de las condiciones económicas locales. Al respecto, Sassen (2016) expone que los patrones migratorios no se pueden explicar solamente con la noción de búsqueda de bienestar, sino que son resultantes de las estrategias de desarrollo implementadas que no cambiaron tal condición desventajosa del desarrollo. Esas circunstancias incluso fortalecen el carácter transnacional (Glick-Schiller et al., 1995) de la reproducción social frente a políticas de desarrollo ineficientes con la consumación de estrategias de sobrevivencia que se elaboran en el ámbito familiar e individual, que buscan el auto-aseguramiento, el acceso a mejores ingresos y trabajo frente a un escenario de vulnerabilidad que subyace. No obstante, cuando ese tipo de extrapolación de las funciones y roles de la familia al ámbito internacional no elude circunstancias de vulnerabilidad durante el tránsito y el asentamiento, similares o análogas a las enfrentadas en sus sociedades de origen, la definición transnacional no se traduce solamente en términos de expectativas para familias e indi­viduos, o en los vínculos culturales y sociales, sino también en cuanto a la reiteración de circunstancias de desventaja durante la “trayectoria migrante” (Faist, & Gerdes, 2006) y en cuanto a las limitaciones del uso de redes y capital social (Massey; Durand, & Riosmena, 2006) que representa tal reiteración.

Y es que las características de la reinserción desventajosa de los m­igrantes en otras sociedades es un asunto no fehacientemente incluido en las teorizaciones sobre migración y desarrollo. Particularidades que, de tenerse en cuenta, amplían el nivel de análisis más allá de las condiciones del origen y el destino de la migración y desmitificarían indicadores exclusivamente utilizados para evaluar los resultados de la movilidad humana -como los ingresos y las diferencias en los mercados laborales-. A modo de ejemplo, los aciertos epistemológicos de la definición de “privación relativa” (Stark, & You, 2003) subrayan la evaluación4 que hacen los migrantes sobre su realidad y sus condiciones de vida. Aunque ese enfoque refiere una comparación entre sociedades de origen y destino sobre ingresos, consumo y mercados laborales, éste no incluye explícitamente argumentos que atienden a las condiciones estructurales desventajosas de desenvolvimiento como umbral de la vulnerabilidad, ni tampoco contempla otras dimensiones que reflejan exclusión o situaciones de desventaja que concurren con una relativa independencia a los mercados laborales y que influyen en cómo los migrantes se insertan en ellos.

Una exégesis sustantiva de lo anterior es que hay nociones teóricas esenciales para describir etapas de causación y asentamiento del ciclo migratorio, que no impugnan el campo de descripción de otras categorías, pero que tampoco representan de manera individual una teoría que analice las interdependencias entre las etapas del ciclo migratorio. De ahí la necesidad de una integración conceptual para describir etapas simultáneas y coligadas entre sí, en atención al origen y reproducción de la vulnerabilidad en la migración, en el tránsito, el asentamiento y el retorno.

Al responder a esa necesidad, aquí se profundiza en la categoría Dispersión Transnacional de la Vulnerabilidad como un camino que vincula en el análisis las expectativas de reproducción social y cómo éstas se consiguen o no en las etapas de tránsito, asentamiento y retorno -un tipo de interpretación que alude también a la interacción que sostienen los migrantes con diversas estructuras a lo largo del ciclo migratorio-. Su función es describir y comprender aquellas etapas migratorias donde hay una reproducción de condiciones de vulnerabilidad cuando las circunstancias de desventaja que enfrentaban en las sociedades de origen no desaparecen con la migración sino que se incrementan o varían. Tal enfoque no se ciñe a la atención sobre la causalidad en el contexto. Tampoco se circunscribe a la evaluación o comparación que hacen los sujetos sobre su realidad, ni al relativo éxito en los procesos de inserción posteriores.

Por el contrario, aquí se asume que la dispersión -transnacional- de la situación de vulnerabilidad desde los países emisores responde a condiciones estructurales heterogéneas y de desventaja y a políticas económicas recesivas de baja capacidad de transformación social, con acciones y prácticas negativas heredadas que no se expresan públicamente en el discurso bajo ambientes democráticos. Bajo esta lógica la reproducción de circunstancias de desventaja durante el ciclo migratorio demuestra que las políticas migratorias restrictivas o de atención a los flujos son ineficaces cuando no promueven transformaciones socioeconómicas e­ndógenas e internacionales, coordinadas entre sí para cambiar los sis­temas migratorios. En lo relativo a las naciones involucradas en los flujos, un aspecto poco estudiado es la desarticulación de discursos de inclusión y participación de los migrantes respecto a la continua exposición a la vulnerabilidad de los mismos.

Como antecedente teórico más cercano a tal perspectiva, está la contribución de Martínez Pizarro et al. (2018) quien hace énfasis en los distintos tipos de “vulnerabilidades” sustentadas en el carácter marginal de algunas poblaciones, quienes al participar en la migración, reducen la presión sobre las economías y los mercado de trabajos locales. Circunstancia que evidencia que la pobreza en sí misma no explica el flujo migratorio, sino más bien un contexto de origen cuyo desenvolvimiento permite desigualdades profundas desde las que la posibilidad de emigrar sigue siendo una alternativa y ante factores como la economía global, las crisis nacionales y los vínculos históricos que entretejen la trama migratoria.

Pero, ¿por qué dispersión en ese contexto? El término dispersión se ha utilizado en geografía para analizar las ciudades y cómo en ellas ocurre la concentración de población con el incremento o decrecimiento de externalidades positivas en las economías de aglomeración, lo que contempla procesos de fragmentación y conformación de jerarquías espaciales que moldean la amplitud o extensión de los centros urbanos y que inciden en la movilidad humana. La difusión del desarrollo en el territorio afecta la organización e interacción en los espacios (Gallo, et al., 2010).

Esto quiere decir que cuando las externalidades son negativas se manifiestan flujos poblacionales hacia otros espacios de mayor dina­mismo. El tipo de difusión del desarrollo influye en el carácter que adquiere la organización e interacción en los espacios. Un proceso descrito por Hirschman (1970), quien lo define como “efecto goteo”, con características como la concentración del empleo, la localización de la población y del ingreso en regiones a los que no todos los segmentos poblacionales tienen acceso.

La dispersión, entonces, representa “desplazamientos y re-asentamientos en función de cómo se ordena el territorio y que inciden en la concentración poblacional” (Hierro, 2005). Las diferencias territoriales influyen en los movimientos migratorios internos o exógenos. Y esas diferencias, tanto como los ordenamientos que ocurren en las sociedades periféricas, también están sujetos a las influencias externas de interacción de los países. En las sociedades de origen, con el crecimiento de externalidades negativas, aumentan los límites a la capacidad de reproducción social de segmentos poblacionales. Esa limitación tiene un carácter variable de acuerdo con la fortaleza o disminución de las externalidades positivas de un centro económico y engloba un amplio espectro de circunstancias donde se reproduce el deterioro paulatino de acceso a estructuras y disposición de activos.

Un aspecto sustantivo dentro de esa lógica es que se considera que hay influencias negativas en los territorios -tipos de organización e interacción que ocurren en él-, asociadas a la difusión desigual del desarrollo, que fortalecen jerarquías, estigmas, distintos tipos de violencia -como la de género-, violación de derechos, exiguos accesos a estructuras, entre otras. Éstos son fenómenos que se incorporan a las experiencias sociales de los migrantes y son vivencias relacionadas con la vulnerabilidad que, además de ser causas de la migración, también pueden experimentarse en las sociedades de tránsito y asentamiento.

El estado de gravedad de esas experiencias sociales en las vidas de los migrantes aumenta la necesidad de articular procesos de reproducción social satisfactorios ajenos a círculos viciosos de marginación endó­gena. El principal reto teórico en relación con la situación antes descrita es dilucidar cómo la asimilación de los migrantes en otros mercados laborales disminuye formas de exclusión y segmentación culturales al mismo tiempo que frena el rezago familiar e individual experimentado en sociedades de origen. Es decir, cómo la reinserción de los migrantes en sociedades de tránsito y destino permite evadir un tipo de vinculación social desventajosa y reducir la disfuncionalidad y marginación que experimentaron antes por causas estructurales.

En cuanto a esas experiencias sociales negativas, las decisiones individuales o familiares son una interpretación, sea profunda o superficial, de esa realidad donde son las diferencias salariales y de mercados laborales los principales referentes sobre fenómenos menos evidentes para los marginados-migrantes como las desarticulaciones sectoriales y los desequilibrios resultantes de la heterogeneidad estructural. Tales a­spectos desarraigan las posibilidades de amplios segmentos poblacionales de disponer de activos y accesos a estructuras porque son marginados estructuralmente; en ocasiones, incluso, con independencia de la fortaleza o debilidad de los tipos de vínculos que establecen en lo socio-laboral en las sociedades de origen.

Al respecto, aquí se defiende la tesis de que las diferencias salariales y de mercados de trabajo entre economías distintas y que tienden a m­otivar a los migrantes son relevantes por la fortaleza de los desequilibrios endógenos resultantes de una naturaleza de desarrollo, y por tanto, no son una diferencia noble entre dos economías integradas desigualmente. De ese modo, las formas de exclusión y fragmentación que forman parte de la realidad previa a la migración no sólo son medibles a través del ingreso como lo propone la nueva economía de la migración, ni el cálculo racional de la familia se circunscribe a ese ámbito exclusivamente.

En este punto, la tesis de que la vulnerabilidad es también una consecuencia de una marginalidad que sobrevive, como un fenómeno que hace “disfuncionales a amplios segmentos poblacionales” (Sunkel, 1970), resultaría controversial para muchos estudiosos. No obstante, tal argument­o expresa una solidez teórica porque la marginalidad se revela cuando las áreas de dinamismo creciente en los centros económicos y dentro de la heterogeneidad se desenvuelven con una mayor prevalencia de “tareas simples” (Sztulwark, 2020). Tareas que refuerzan los desequilibrios estructurales, desde los que resulta una redistribución inequitativa del ingreso, que no permiten el ahorro necesario para la inversión en políticas públicas o estrategias económicas virtuosas que cambien la situación de desbalances. A ese tipo de desenvolvimiento también contribuye la anomia o ineficacia política en el intento de cambiar tal situación y, por la misma razón, este último sería un elemento no económico que también influye en la perpetuación de la vulnerabilidad. Características de contexto que son importantes al analizar la desigualdad y cómo se reproducen en las sociedades según Castels (2003) y Delgado Wise (2018).

En el caso de reiterarse en sociedades de asentamiento y tránsito problemas que no permiten una reproducción social adecuada como la ineficacia de políticas públicas, la inserción desequilibrada en mercados laborales, junto a otros tipos de exclusión y marginación asimiladas en las experiencias sociales de los migrantes es posible reconocer la r­eproducción de la vulnerabilidad.

Ejes de análisis en el enfoque DTV

El enfoque permite un análisis comparativo a través de ejes analíticos que evalúa la magnitud, relación y reproducción transnacional de la vulnerabilidad como una dimensión amplia de examen útil para estudiar distintos tipos de migraciones -laboral, calificada, entre países del sur e incluso política-. Sobre todo porque permite comprender si ocurre una reproducción o una reiteración de circunstancias de desventajas para los migrantes dentro del ciclo migratorio y con un sentido temporal -antes y después-. Se incluye la interpretación (subjetiva) que hacen los m­igrantes sobre las características de su contexto (pasado e inmediato) de interacción y reproducción social y al profundizar en los vínculos entre las etapas del ciclo migratorio.

Los ejes de análisis que propone este enfoque son:

  1. grado de disfuncionalidad;

  2. tipos de exclusión;

  3. intensidad de la exclusión;

  4. fortaleza o debilidad de activos;

  5. consecuencias de la situación de vulnerabilidad.

En cada uno de tales ejes se establecen dimensiones e indicadores útiles para recopilar información sobre las características históricas del contexto de origen y el presente donde se desenvuelven los migrantes, así como la interpretación contemporánea que sobre el mismo realizan los sujetos. Se contempla así la complejidad multifactorial presente en el ciclo migratorio.

Con el eje “grado de disfuncionalidad” se profundiza en el tipo de marginación que experimentaron en sociedades de origen y cómo la interpretan. También, en un sentido temporal, es posible observar la reproducción de esas experiencias de forma similar en los contextos de tránsito y asentamiento. Algunos de los indicadores y dimensiones relevantes en ese eje son:

  1. acceso al empleo -precario, estable o ausente-;

  2. acceso a estructuras -de cuidado, educativas, de salud-;

  3. ingresos -per cápita en la familia, individuales y uso de los ingresos-;

  4. consumo -carencias o privaciones de bienes básicos, carencias de alimentación saludable-.

En ese eje es fundamental explorar el déficit de acceso a estructuras y activos como características que refuerzan la vulnerabilidad.

Otro eje importante es el de la “intensidad de exclusión”. Y lo es porque profundiza en la situación social que enfrentaron y enfrentan los migrantes en relación con las experiencias de asimilación, inclusión o reinserción en mercados laborales de menor o mayor dinamismo. Se presume que un mayor número de experiencias de desconexión o de inclusión esporádica, intermitente o informal en mercados laborales y políticas públicas representan una limitación relativa o aguda de la capacidad de reproducción social y consumo, y a la vez, un condicionamiento latente a la movilidad.

Se considera, de ese modo, el daño abrupto o paulatino que sufren segmentos poblacionales respecto a su acceso a activos y a estructuras para su reproducción socioeconómica. Además se explora el grado de disfuncionalidad y los daños a la estructura relacional de individuos y su capacidad de agencia. Esto último se basa en una estructura teórica que contempla la marginación como una consecuencia de la disfunciona­lidad al desarrollo -fuere esta constante o variable- (Sunkel, 1971; Nun, 2010). Un tipo de disfuncionalidad que aquí se vincula con situaciones de vulnerabilidad social (Sánchez, & Sauma, 2011) cuando se infiere que la exclusión por debilidad de activos y extenuación de accesos a estructuras de oportunidades (Kaztman, 2001) evidencian vínculos sociales que no facilitan el necesario intercambio material y simbólico para la reproducción social (Busso, 2011). Nexos incapaces para desarrollar lo que Esping-Andersen (2008) entiende son las herramientas principales para una inserción exitosa en las dimensiones de la vida social: la capacidad de movilizar recursos y utilizar el capital humano para activar estrategias.

La vulnerabilidad por disfuncionalidad al desarrollo (Sunkel, 1970 y 1971; Nun, 2010) se entiende entonces por la incapacidad de algunos segmentos poblacionales para acceder a esas estructuras de oportunidades. Esto es un tipo de desconexión socioeconómica y política que se expresa en formas diferenciadas de segmentación (desbalance en los niveles de bienestar) constatables en las sociedades contemporáneas (como laborales, educativas y residenciales), así como en la afectación de los distintos capitales con los que cuentan los sujetos: “capital social individual”, “capital social colectivo” y “capital ciudadano”, aspectos en conjunto considerados por Kaztman (2001) para definir un “índice de aislamiento social”. En tal tipo de vínculo social desventajoso, que deriva de una naturaleza de desarrollo desigual y heterogéneo, la marginación es una categoría que expresa el proceso sistémico que tiene lugar en esos contextos, y la vulnerabilidad social es su consecuencia no circunscrita a la cuestión económica exclusivamente, sino que abarca otras dimensiones culturales y sociales.

Por ello, el eje “intensidad de la exclusión” también permite un estudio temporal cuando facilita profundizar en las experiencias de desventaja anteriores y vigentes que en última instancia influyeron en la decisión de movilidad y que enfrentan en las distintas etapas los migrantes. Esa temporalidad de las experiencias de desventaja y la interpretación sobre ellas son asequibles a través de dimensiones e indicadores relevantes como:

  1. historia de la exclusión -efectividad y estabilidad de las políticas públicas para cambiar situaciones de vulnerabilidad, acceso a estructuras de oportunidades, acceso y uso de capital social y redes de apoyo-;

  2. generacional -capacidad de movilización y representación política, percepción generacional sobre la pervivencia de las circunstancias de vulnerabilidad-;

  3. regional -nivel de desarrollo socioeconómico de la región habitual de desenvolvimiento-;

  4. ambiental -tipos de desequilibrios ambientales en el espacio habitual de desenvolvimiento-.

Desde esas lógicas y de forma conexa, el eje “tipos de exclusión” incluye dimensiones e indicadores sustantivos como:

  1. laboral -acceso al empleo formal, empleo informal, duración del desempleo en miembros de la familia e individual-;

  2. educativa -nivel de estudios, escolaridad de miembros de la familia, formación para el empleo-;

  3. cultural, familiar e identitaria -experiencias de discriminación o exclusión por creencias, religión, etnia, nacionalidad o raza; experiencias de maltrato o abuso físico por miembros de la familia o comunitarios-;

  4. género -experiencias de violencia de género, discriminación por orientación sexual, maternidad o paternidad adolescente-;

  5. representación política -capacidad para tomar decisiones, posibilidad de elegir representantes políticos, posibilidad de estar en un ambiente libre de conflictos políticos-, y

  6. espacial o territorial -hogares con déficits constructivos, posibilidad de estar en un ambiente libre de violencia, acceso a agua potable y electricidad, posibilidad de estar en un ambiente libre de contaminación.

Por su parte, el eje “fortaleza o debilidad de activos” permite estimar la fortaleza o debilidad de esos capitales en los migrantes y cómo se utilizan en las acciones relacionadas con la movilidad y la reinserción en otras sociedades. Entre otras dimensiones e indicadores, aquí son relevantes los siguientes:

  1. capital económico -que refiere los recursos familiares o individuales utilizados en la movilidad-;

  2. capital social y redes -que remiten a los tipos de activos disponibles, a la fortaleza de las relaciones interpersonales, fami­liares o comunitarias para recibir apoyos diversos.

Por último, el eje de análisis “consecuencias de la situación de vulnerabilidad” abre la posibilidad de corroborar la interpretación y subjetividad en los migrantes sobre las causas, motivaciones, experiencias principales durante el ciclo migratorio. Indicadores sustantivos aquí son:

  1. percepción sobre las circunstancias que lo motivaron a emigrar;

  2. acciones que realizaron o realizan para evadir las experiencias de desventajas;

  3. planes y metas inmediatas vinculadas con la movilidad;

  4. principales obstáculos que perciben para alcanzar sus propósitos.

Se abre la posibilidad de una comparación subjetiva desde los propios s­ujetos de investigación sobre la cualidad de los cambios que experimentan.

Experiencias sociales de desventaja y contexto de vulnerabilidad en binacionales mexicanos en Estados Unidos

Como se mencionó antes, se escogió esta muestra para comprobar experiencias desventajosas en el asentamiento, no obstante ser migrantes con una condición migratoria que garantiza accesos a distintas estructuras y activos. La condición de binacionalidad puede representar un aspecto de movilidad social y acceso a diversas estructuras de oportunidades en distintos países. Sin embargo, en el estudio realizado se observaron experiencias de desventaja y exclusión vinculadas más con aspectos culturales y sociales que se constituyeron en obstáculos en ocasiones para asegurar una movilidad social plena en el caso de migrantes de segunda generación.

Aunque en los entrevistados se pudo corroborar una inclusión financiera, laboral y educativa en la sociedad de asentamiento, esos obstáculos basados en aspectos culturales y sociales los conminaron a buscar alternativas de inserción educativa y de empleo en la sociedad de origen en algunos de los casos. Algunos estigmas y prejuicios, por otra parte, desmitificaron la noción de que con la asimilación de los migrantes en los mercados laborales se disminuyen formas de exclusión y marginación, toda vez que expresaron en sus opiniones que hay una segmentación cultural en el mercado laboral que tiende a reforzar una posición en ese ámbito, con ingresos y tipos de empleos asociados y que no amparan la calificación lograda en algunos casos.

Así, desde las experiencias de desventaja declaradas se percibe una marginación relativa con la prevalencia de “tipologías de exclusión” que abarcan un ciclo migratorio intergeneracional, que están asentadas en dimensiones culturales e históricas y que existen con relativa independencia a cambios cualitativos relacionados con el ingreso, el acceso a estructuras y activos.

Al ser migrantes de segunda generación se utilizaron dimensiones e indicadores ajustados a esa condición. Un aspecto sustantivo al respecto es la observación de que, desde una condición binacional, las experiencias de desventaja no representan un “grado de disfuncionalidad” crítico en términos de inserción socioeconómica de los entrevistados. No obstante, la prevalencia de algunas tipologías de exclusión evidencian situaciones de vulnerabilidad que influyen en las posibilidades de reproducción social de los binacionales. Ante tales situaciones, como se mencionó, la ventaja de la doble nacionalidad permite alternativas y estrategias también binacionales o bidireccionales que posibilitan la reinserción en estructuras y en cuanto a la búsqueda de capitales o activos cuando se perciben o están presentes obstáculos para la reproducción social.

En apariencia, que los entrevistados sean binacionales desafía la utilidad de los ejes analíticos presentados aquí. Sobre todo porque en términos jurídicos podría considerarse que esa condición asegura la restitución de sus derechos y facilita su inserción efectiva respecto a estructuras y en cuanto a sus accesos a activos para la reproducción social. Sin embargo, lo que se demuestra es que el método es útil para exponer que esa inserción y accesos pueden estar mediados por otros tipos de exclusión que no son abarcados por teorías que profundizan en las diferencias entre las sociedades de origen y destino de la migración. La presencia de esas circunstancias de vulnerabilidad refleja una inserción desequilibrada, un tipo de dispersión sui generis de la vulnerabilidad.

Otro aspecto interesante vinculado con la condición binacional es que la “intensidad de la exclusión” se manifiesta con cambios graduales desde el punto de vista generacional, aunque mantiene el carácter f­amiliar e histórico de esa vulnerabilidad, lo que significa que aunque los binacionales corroboran procesos relativamente eficientes de accesos a estructuras y activos, la prevalencia de “tipologías de exclusión” -basadas en los aspectos de identidad y culturales- manifiestan una evolución de las circunstancias de vulnerabilidad desde antecedentes negativos vinculados a la región, los ingresos y el trabajo en generaciones anteriores que vivían en México hacia situaciones de relativa desventaja donde los estigmas y prejuicios representan obstáculos para su reproducción social, de acuerdo con la representación social de los entrevistados sobre sus propias vidas. De nueva cuenta, la binacionalidad refleja un ciclo migratorio donde las herencias culturales y de identidad, que ocurren transnacionalmente, están en la base de los escenarios de exclusión y marginación que sufren los migrantes de nueva generación.

Así, dos aspectos resultan más significativos:

  1. el primero, que la condición de binacionalidad asegura, desde la perspectiva migrante, experiencias más ventajosas de reinserción generacional e individual en términos migratorios, pero no del mismo modo en el ámbito social y político.

  2. el segundo, con la migración se manifiesta un co-aseguramiento familiar reflejado en las experiencias de los binacionales, que incluye acciones realizadas por distintas generaciones -como el cruce de fronteras de indocumentados para dar a luz y asegurar de ese modo el acceso a estructuras y activos a futuro para esos hijos e hijas.

De tal manera, la “intensidad de la exclusión” adquiere un carácter sui generis toda vez que se vincularon experiencias de exclusión y marginación como antecedentes generacionales para migrantes, que incluso nacieron en las sociedades de asentamiento. Es decir, un tipo de trayectoria migrante que vinculaba las situaciones de desventaja en sociedades de origen y el proceso de reinserción que involucró a varias generaciones.

En algunos de los casos, esto significó que la interpretación sobre la circunstancia de desventaja se basó en un marco de referencia a partir de la situación que vivieron padres y abuelos. Resultó interesante valorar bajo tal característica cómo la condición de binacionalidad de los migrantes permitió una articulación efectiva entre estructuras también binacionales y frente a los límites de la capacidad de reproducción social en la so­ciedad de asentamiento. Los principales aspectos que evidenciaron la presencia de esos límites fueron: raza, etnia, nacionalidad, cultural e identidad, de representación política, laboral y el alcance de las redes de apoyo.

No obstante existir mejores accesos al empleo, ingresos y al consumo, así como a estructuras de cuidado respecto a las vivencias de generaciones anteriores, las “tipologías de exclusión” evidenciaron una precarización laboral con empleos de menor remuneración, asociados a los mismos estigmas sobre la cultura e identidad.5 Es en el aspecto educativo y en el acceso a estructuras de cuidado de mejor calidad donde se manifiestan en mayor medida cambios cualitativos respecto a la situación de desventaja que enfrentaban generaciones anteriores en las sociedades de origen. Así es posible interpretar que el carácter sui generis de la “intensidad de la exclusión” -que se expresa mayormente en el ambiente sociopolítico y respecto a la asimilación cultural e identitaria-, se manifiesta por la inefectividad de las políticas para cambiar la situación de vulnerabilidad de algunos colectivos migrantes. Tal aspecto tiene consecuencias negativas en la vida de los binacionales y amplía la temporalidad de esa exclusión -al constituirse no sólo en un aspecto vinculado a las vivencias de antecedentes familiares, sino un marco de referencia que incluye el estigma de la migración mexicana en Estados Unidos.

Hay una correlación negativa entre la condición binacional favorable y la influencia de aspectos de índole cultural e identitario en la reproducción social de los sujetos porque existen prejuicios que influyen en el acceso a espacios, al empleo, a estructuras de cuidado, educativas y de salud (“grado de disfuncionalidad”). Tales “tipos de exclusión” por razones culturales influyen en los tipos de capitales -y su alcance-, con los que cuentan los migrantes de nueva generación (económico, social y de redes). Al respecto resulta sustantivo reiterar que esto ocurre aun cuando los binacionales alcanzaron mayores niveles educativos respecto a las generaciones que le precedían, y, aunque como generalidad, declararon asimismo ingresos familiares y per cápita suficientes. Tampoco se corroboró la existencia de privaciones sobre bienes y servicios básicos ni un déficit en alimentación saludable.

El acceso al empleo se clasificó aquí como precario, estable o ausente, y en la mayoría de los casos evidenciaron un historial laboral formal en el área de servicios, con prevalencia de estabilidad, aunque no adecuadas del todo a las capacidades educativas logradas. Hubo algunas excepciones de desempleo y estrategias laborales relacionadas con el emprendimiento en el momento de la entrevista, pero no representativas dado que la mayoría se declararon como empleados asalariados.

Es el acceso a estructuras de cuidado y, dentro de ellas, a la salud un aspecto que cualitativamente los entrevistados asocian como un b­eneficio de ostentar la doble nacionalidad por nacimiento. En especial, la principal referencia fue el acceso al Medicaid -donde a grandes rasgos se establecen ayudas para personas de recursos limitados al nivel estatal-, y al Medicare -programa federal donde se proporcionan ayudas a adultos mayores o con alguna discapacidad o condición médica-. También se referenciaron programas de ayuda al desempleo y el seguro social.

En lo relativo al acceso a estructuras educativas hay una diferencia sustantiva desde el punto de vista generacional entre los binacionales y sus padres. Mientras que los binacionales tienen una formación con prevalencia en educación media superior y superior, sus padres tienen una sobrerrepresentación de educación primaria y básica como se refleja en la tabla 1.

Fuente: Elaboración propia.

Tabla 1 Acceso educativo de binacionales y sus padres  

La doble nacionalidad permite, además, una articulación de procesos en ambas sociedades, de origen y asentamiento, cuando los entrevistados buscaron acceder a la educación teniendo en cuenta costos y beneficios públicos para tales propósitos. En ese contexto, es representativo el caso de los binacionales que adquirieron la nacionalidad como resultado de una estrategia migratoria de familiares con nacionalidad mexicana que implicó el cruce de fronteras para nacimientos en Estados Unidos. Esa estrategia de co-aseguramiento familiar funcionó positivamente respecto a las alternativas de acceso a estructuras educativas, sobre todo cuando se comparan los niveles educativos alcanzados por los binacionales con los logrados por sus padres donde se reproduce la misma tendencia general presentada en la tabla anterior.

Otros aspectos sustantivos que se manifiestan en el estudio sobre los binacionales -con los ejes analíticos de la DTV que aquí se proponen- son:

  1. que la condición de binacionalidad -percibida como “privilegio”, “alternativa” y “oportunidad”- en efecto asegura el acceso a estructuras pero en ambas direcciones, de ahí que,

  2. los binacionales tienen alternativas de reproducción social también binacionales que pueden utilizar cuando perciben obstáculos para lograr sus objetivos. Es la educación uno de los ambientes en donde más se materializa esa doble posibilidad que refleja, además, en un sentido inverso un flujo de personas que acuden a otros escenarios para superar los costos de la educación.

Los principales escenarios de vulnerabilidad -según la percepción de los entrevistados-, se materializan en “tipos de exclusión” relacionados principalmente con aspectos culturales e identitarios, estigmas y prejuicios que subliminalmente influyen en el acceso a las estructuras de oportunidades. En cuanto a tal estructura, el acceso al trabajo es el principal elemento donde los entrevistados perciben dificultades. También, de forma similar a lo que ocurre con la búsqueda de oportunidades educativas, la doble nacionalidad permite explorar alternativas en distintos mercados laborales.

Muy difícil me la pasé meses y yo creo que como un año, bus­cando trabajo […] porque al principio me dediqué a buscar trabajo en Calexico […] pues no… era muy difícil porque la mayoría me decía que no había trabajo o que me iban a llamar o que nada más había para las vacaciones eh de, thanks givin o navidad y así y pues nunca me llamaban […]. Nunca me llamaban, y pues ya, me di por vencida y ya no busqué allá, mejor me dediqué a buscar aquí, dije: “Pues mientras busco aquí y si en dado caso al, al tiempo me llevan a marcar de allá, pues me voy para allá […]”. Pero si allá se me hizo muy difícil, aquí rápido encontré.6

En relación con los estigmas y prejuicios, la doble nacionalidad no asegura el ejercicio pleno de los derechos de los entrevistados ni la posibilidad de estar en un “ambiente libre de violencia” (exclusión espacial o territorial), según su opinión. Estigmas y prejuicios que se basan mayormente en una representación social negativa sobre el fenotipo7 y que originan agresiones y provocaciones en espacios públicos de manera consuetudinaria (intensidad de la exclusión con un carácter histórico). Circunstancias que los entrevistados (83% del total de binacionales que es 196) reconocen como situaciones que han experimentado o pueden experimentar como parte de su vida en los Estados Unidos, a pesar de tener la doble nacionalidad o haber nacido en el mismo país.

Y en Estados Unidos, sí, o sea, gente me ha dicho: “Regrésate a México, ¿no?”. Gringos, güeros europeos de Estados Unidos me han dicho, ¿no?: “Regrésate, regrésate a México. Éste es nuestro país, [han] dicho mojado, eres nada más un campesino”. ¿Verdad?, me han quitado trabajo, me han quitado trabajo para darle el trabajo a alguien güero, americano, ¿verdad?, por ser mexicano, por ser, porque saben que ellos pueden, la sistema está hecho para eso, entonces la […] aparte que la discriminación de mi color o de ser mexicano, está... a... conjunto con, eh, la sistema a... de Estados Unidos, que se convierte al, de discriminación al racismo. ¿No? Porque sí, si la sistema no está hecho para, para, discriminar a un grupo, entonces no es racismo, es nada más discriminación, ¿no?, pero para entender qué es racismo, es que, no, no más es la discriminación de esa persona, pero que todo la institución está hecho también igual, ¿no?, para eso, ¿no?8

Ante la reiteración de tales circunstancias negativas se observa en los entrevistados un fortalecimiento de activos cuando articulan redes de apoyo y distintos tipos de capitales sociales en ambos lados de la frontera, que tienen como base la identidad cultural, familiar y comunitaria.

Por mi raza. No es el mismo trato a un americano que a un mexicano, o que un hispano, o que un latino, y vete a donde quieras, ve y tú puedes decir vamos y presentamos una aplicación para un trabajo, éste, equis, la misma capacidad intelectual, mismo conocimiento de la experiencia, pero el hecho de ser hispano como que es rechazado y le favorece más al americano y más si el empleador es americano. Él siempre trata de buscar su sangre, de decir, bueno, pues me voy con mi pariente, con mi gente, y el mexicano o el hispano, espérate, ya luego te doy chanza, pero le van dando preferencias a su gente, no debería de ser, pero lo seguimos viendo.9

Otra cuestión relacionada con tipologías de exclusión cultural e identitaria son las experiencias negativas que refieren cuando utilizan el idioma español en espacios públicos.10 Un aspecto que en reiteradas ocasiones fue referido como una situación que dificultaba la inserción en ambientes educativos.

En ese tiempo, pero tampoco, sí me gustaba hablar más español. Pero en términos de la escuela sí era todo un mundo diferente porque ahí se ríen de ti si no lo hablas bien. So, desde que estuve en el cuarto grado hasta el octavo grado tuve experiencias de bullying por eso, porque se reían de mí porque no hablaba el inglés bien y hasta ahora hasta la universidad puedo hablar el inglés bien pero lo hablo con acento todavía y es algo que yo nunca noté y otra gente sí lo nota y siempre me preguntan que de dónde soy porque la manera en que hablo el inglés y yo siempre digo “soy de aquí” y hasta ahorita me dicen todavía “¿por qué tienes acento?” pero yo nunca noté ese acento, quién sabe qué acento hablo, todavía no sé. Pero sí fue muy duro, en las escuelas es muy duro. Entre la casa te sientes a gusto pero en la escuela es muy diferente porque no nomás se ríen den ti por no poder hablar el inglés también es toda una cultura americana de “así se debe de hacer la familia, así se deben de hablar, así se deben de…” esa cultura blanca de los Estados Unidos para mí con mis papás migrantes era muy diferente, yo no tenía como el autoestima para poder hablar sobre eso porque pensaba: “Pos pa qué, no les importaba o se van a reír de mí”. Es en la escuela sí es duro, ya en la universidad es... era un poco más diferente y en la high school también era diferente, un poco mejor. Me fue mejor en la high school porque mi high school era 99 por ciento de estudiantes mexicanos, de hijos de migrantes, so tuvimos… todos tuvimos la misma experiencia y en la universidad también tuve la suerte de tener en CSUN (California State University-Northridge)…11

Conclusiones

El fenómeno de la migración expresa el carácter negativo de procesos globales de integración cuando el carácter de las relaciones sociales, económicas y políticas dentro de los estados nación refleja una integración desequilibrada o nula de segmentos poblacionales que acuden a la movilidad para acceder a activos y estructuras. Cuando esa condición particular de vulnerabilidad trasciende fronteras se observa una dispersión de una desventaja que por su naturaleza responde a las condiciones de las sociedades de origen, pero que puede reproducirse en otros contextos cuando se reiteran o agregan otras circunstancias negativas que impiden una reinserción efectiva en sociedades de tránsito y destino.

El énfasis de los ejes aquí expuestos en el acceso a distintos tipos de estructuras, las experiencias e interpretación de los migrantes y los tipos de activos que disponen durante todo el ciclo migratorio, facilita el análisis sobre distintos tipos de migración, ya fuere laboral, calificada o incluso Sur-Sur. Sobre todo cuando ese énfasis permite corroborar, o no, desequilibrios latentes que favorecen la reiteración de circunstancias de desventaja. Respecto a esto último, evidencias contrarias a desequilibrios negativos para la reinserción de migrantes en sociedades de destino -una de las etapas del ciclo migratorio- pueden demostrar grados diversos de movilidad social sin que se desvalore la interpretación que desde condiciones de desventaja ocurre una dispersión de ellas al contexto internacional a través de la migración.

Así, aunque aquí se defiende la lógica de que en la base de la migración están desequilibrios socioeconómicos vinculados a una relación desigual entre naciones -cuya consecuencia más visible son segmentos poblacionales con un vínculo social desventajoso porque enfrentan obs­táculos para la reproducción social-, ese raciocinio no excluye otros enfoques que hacen mayor énfasis en aspectos subjetivos. No lo hace porque en esa subjetividad existen interpretaciones útiles para describir procesos posteriores de reinserción en otras sociedades, donde limitaciones para acceder a activos y estructuras pueden reproducirse en las distintas etapas del ciclo migratorio del mismo modo que en las sociedades de origen. Aspectos que también desmitifican el dogma que entiende la migración como solución a circunstancias de desventaja bajo un cálculo racional individual o familiar.

Los ejes analíticos aquí propuestos favorecen el análisis de esas inter­dependencias complejas. Las mismas que se constituyen en marcos de referencia más amplios para evaluar la trayectoria migrante, incluso en un sentido intergeneracional -como se observa en este trabajo y el caso de los binacionales-. Y que incluyen, al mismo tiempo, los desbalances en las sociedades de origen y los problemas vigentes para migrantes en un proceso de reinserción transnacional. Un examen de la migración que centra exclusivamente su análisis en el acceso al mercado laboral y los ingresos, y que no abarca la exclusión y marginación parcial o relativa presentes en las etapas del ciclo migratorio, es fragmentado. Lo es cuando circunscribe las evidencias de movilidad social a una reinserción relativamente exitosa en mercados laborales y mejores ingresos sin considerar otras tipologías y experiencias de exclusión y vulnerabilidad.

Justamente, para analizar la evolución y correspondencia de las etapas a lo largo del ciclo migratorio aquí se observó el caso de los binacionales y las distintas circunstancias de vulnerabilidad que ellos expe­rimentan, porque constituye una reinserción relativamente equilibrada de migrantes mexicanos en los Estados Unidos. En este caso, es relevante que haya otras tipologías de exclusión como los estigmas, la violencia de género, la violación de derechos, los exiguos o deficientes accesos a estructuras y el deterioro de activos; el desconocimiento y la ausencia de identidad, el desamparo institucional; la falta de representación política. Aspectos menos explicados por las teorías migratorias aunque sin duda descritos en múltiples trabajos e investigaciones. Al respecto, tipologías de exclusión vinculadas a la animadversión cultural y política y a prejuicios culturales sobre las costumbres y el idioma influyen en la reinserción de migrantes en mercados laborales y sus ingresos, y son factores que no favorecen una inserción exenta de riesgos e incertidumbre no obstante a la condición jurídica favorable. En este caso se corrobora un tipo de dispersión sui generis donde la vulnerabilidad que enfrentan migrantes de segunda generación tiene como antecedente la circunstancia de desventaja socioeconómica que motivó a migrar a generaciones anteriores.

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1Base de datos que contiene entrevistas en profundidad a 242 migrantes mexicanos a Estados Unidos, elaborada por el Dr. Pablo Mateos y su equipo de investigación de CIESAS en 2015, procesadas con el programa de análisis cualitativo NVIVO, que permite el estudio y correlación de variables de interés y que posibilitó evaluar las experiencias de vida e inserción de los binacionales en los Estados Unidos, así como los antecedentes familiares y generacionales contenidos en la trayectoria migrante. Las entrevistas se realizaron principalmente en California, Texas, Guadalajara y otras zonas fronterizas de México.

2No se incluyeron todos los indicadores por la singularidad del caso, aunque sí se presentan en el artículo como parte de la presentación de los ejes de análisis de la DTV.

3Este análisis es válido para los casos de la migración calificada y laboral toda vez que el origen de estos flujos se basa en la ausencia de oportunidades en sociedades de origen o en una inserción desequilibrada en mercados laborales endógenos. Escenarios de vulnerabilidad que son superados parcialmente mediante una reinserción relativa en otros mercados laborales, cuando existen límites en la integración social, económica, política y cultural de esos migrantes.

4Estimación colectiva o personal que se corrige cultural y selectivamente por historias de relativo éxito y que moldean la mentalidad colectiva.

5Hay trabajos que profundizan en las circunstancias de desventajas que enfrentan los migrantes mexicanos en la sociedad estadounidense. Véase a modo de ejemplo Galindo, S. (2019), “las palabras importan: representación de los inmigrantes mexicanos en periódicos de México y Estados Unidos”, Migraciones Internacionales, vol. 10. DOI: http://dx.doi.org/10.33679/rmi.v1i1.2024

6101_MEXUSA_MXL_YB_YASMINE_201501

7Elementos internos\\260_MEXUSA_LA_EP_ISAMAR_20150930 Elementos internos\\276_MEXUSA_OAK_YB_JANET_20151004 Elementos internos\\119_MEXUSA_MXL_MM_BLANCA_20150314

8Elementos internos\\242_MEXUSA_GDL_YB_PEDRO_20150827

9Elementos internos\\98_MEXUSA_CLX_YB_RENÉ_20150126

10Elementos internos\\276_MEXUSA_OAK_YB_JANET_20151004 Elementos internos\\278_MEXUSA_GAT_YB_BRENDA_20150929 Elementos internos\\279_MEXUSA_FRS_YB_GILDA_20151004 Elementos internos\\98_MEXUSA_CLX_YB_RENÉ_20150126 Elementos internos\\119_MEXUSA_MXL_MM_BLANCA_20150314 Elementos internos\\137_MEXUSA_MXL_FT_NANCY_20150127 Elementos internos\\146_MEXUSA_CHO_AE_JEZRAEL_20141221 Elementos internos\\155_MEXUSA_LA_MM_HELIBERTO_20150530

11Elementos internos\\182_MEXUSA_LA_EP_NANCY_20150611

Recibido: 31 de Julio de 2021; Aprobado: 31 de Enero de 2022

Acerca del autor

Edel J. Fresneda es investigador del programa Cátedras de CONACYT, adscrito al Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antro­pología Social (CIESAS). Es doctor en Estudios del Desarrollo por la Unidad Académica de Estudios del Desarrollo de la Universidad Autónoma de Zacatecas. Sus principales áreas de investigación son migración y desarrollo; desarrollo sustentable; pobreza. Dos de sus obras más recientes son:

1. Fresneda, Edel. J., & Valenzuela-Muñiz, Ana M. (2021). El transporte aéreo como indicador para medir la susten­tabilidad turística: el caso de Cancún en Quintana Roo. Acta universitaria, 31. https://doi.org/10.15174/au.2021.2519

2. Fresneda, Edel J. (2020). La funcionalidad de lo ilegal en las experiencias de migrantes mexicanos. Problemas del Desarrollo, 51(201), 133-153. https://doi.org/10.22201/iiec.20078951e.2020.201.69430

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