Introducción
El método de coeficiente de localización de Flegg (Flegg, Webber y Elliott, 1995) ha sido ampliamente utilizado para obtener matrices insumo-producto regionales. En Colombia, por ejemplo, destaca el uso de esta técnica para la identificación de sectores clave en la región del Caribe colombiano (Ramos, Polo y Arrieta, 2017), la determinación de las actividades con mayor impacto macroeconómico en la economía de Boyacá (Sanabria-Bautista y Cely-Acero 2018) y la detección de los efectos multiplicadores y flujos intersectoriales relevantes para la economía de Colombia en su conjunto (Gaytán y Del Pilar, 2017). En México se ha empleado esta metodología en la construcción de matrices insumo-producto y contabilidad social para estados y regiones (Dávila y Valdés, 2012; Dávila, 2015 y 2019), para estudiar diversos fenómenos como energía (Ayala, Chapa y Treviño, 2015), efectos regionales del libre comercio (Ayala, Chapa, Treviño, Matteo y Pérez, 2015) y cuestiones de equidad de género (Chapa y Ayala, 2018 y 2019), entre otros. Así también, su uso abarca la construcción de un modelo insumo-producto para la ciudad de Buenos Aires, Argentina (Mastronardi y Romero, 2012), el análisis de coeficientes de localización para Córdoba, Argentina (Romero, Mastronardi y Faye, 2012; Flegg, Mastronardi y Romero, 2015) y el estudio del subsidio al sector silvícola de la región del Biobío, Chile (Mardones y Hernández, 2017).
El método es muy sencillo de aplicar y requiere de solo dos piezas de información, la matriz insumo-producto nacional y un vector de empleo o valor agregado sectoriales para la región en cuestión. En cambio, aún y cuando el método de entropía cruzada sólo requiere el vector de producción regional, involucra la solución de un problema de programación lineal que pudiera tener problemas de convergencia (ver Lamonica, Rechionni, Chelli y Salvati, 2019), y otros como como el RAS, qué es fácil de implementar, requieren los vectores de producción y de demanda intermedia intrarregional (ver Temursho, Oosterhaven y Cardenete, 2020).
Si bien existen otros métodos de cuotas que usan la misma información, diferentes estudios que comparan las estimaciones de los métodos de cuotas contra matrices obtenidas por métodos directos (e.g. Flegg y Thomo, 2011, 2016a y 2016b) o mediante simulaciones de Monte Carlo (Bonfiglio y Chelli, 2008), tienden a concluir que el método de Flegg et al. es el más preciso.
No obstante, visualizando el método de Flegg et al. (1990) como modelo, este propone varias hipótesis implícitas, entre ellas que el parámetro del modelo del factor del tamaño de la región debe ubicarse entre cero y uno, que a mayor cuota de industria cruzada (CIQ por sus siglas en inglés) mayor debe ser el coeficiente intrarregional, que la elasticidad del CIQ, así como la de los coeficientes nacionales con respecto a los coeficientes intrarregionales debe ser uno, entre otras.
Hasta donde conocemos, no se ha probado empíricamente si estas hipótesis se confirman en la realidad. El presente artículo pretende contribuir en esta línea de investigación, contrastando empíricamente el modelo de Flegg en su formulación original con un modelo que no restringe las elasticidades de los coeficientes intrarregionales al CIQ, o en su caso las cuotas de localización del sector vendedor y comprador, y los coeficientes técnicos nacionales.
Debido a que no se tiene acceso a una matriz insumo-producto nacional y a las matrices de sus regiones obtenidas con base en encuestas, el ejercicio se realiza asumiendo que la Unión Europea (EU por sus siglas en inglés) es el estado-nación y los países que la conforman son las regiones sub-nacionales. Para ello, se utilizan las matrices insumo-producto del Sistema de Cuentas Nacionales Europeo, esto es, la matriz insumo-producto del agregado de 17 países de la Unión Europea (EU17) y las matrices de nueve países que eran comparables con la matriz agregada.1 Consideramos que esta estrategia es válida dada la alta integración económica y política de la EU, de hecho, la política regional de la EU tiene por objetivo esencial la cohesión económica y social2, esto es, lograr mayor igualdad de productividad e ingreso a través de sus regiones.3
La siguiente sección contiene una breve revisión de las aplicaciones del método de Flegg et al. Posteriormente, examinamos el método de un modelo más general donde se flexibilizan los parámetros y se permite un componente estocástico, esto con el fin de evaluar las hipótesis implícitas del método, así como las restricciones que deben satisfacer. Finalmente, se estima econométricamente el modelo generalizado para probar si las hipótesis y las restricciones del método se cumplen en un sentido estadístico. Concluimos que el método de Flegg et al. en su forma original sigue siendo razonablemente preciso a un costo más bajo, pero el ejercicio muestra que no todas las hipótesis del modelo se cumplen, lo que sugiere nuevas líneas para desarrollar otros métodos indirectos.
EL MÉTODO DE FLEGG
1. Revisión de la literatura
Entre los métodos indirectos más utilizados para obtener estimadores de los coeficientes técnicos intrarregionales se encuentran los métodos denominados de cuota, el de Flegg et al. (1995) es un caso especial. En general, esta familia de métodos propone obtener los coeficientes técnicos intrarregionales de acuerdo con (1):
Donde definimos el coeficiente insumo-producto
Dos métodos muy comunes para determinar el parámetro
La cuota de localización simple o SLQ (por sus siglas en inglés) es la razón de la proporción de la producción (denotado por x) del sector i en la región r, en la producción total de la región en comparación nacional de ese sector. Es una variable que refleja tamaño o ventaja comparativa del sector i, que es el vendedor, en la región r. Si es mayor a 1, significa que el sector i es más importante en la región, es decir, se revela que la región tiene ventaja en la producción del sector i. Si es menor a 1 entonces es más bien pequeño por lo que hay que ajustar hacia abajo el coeficiente nacional. La cuota cruzada define el factor de ajuste no en términos absolutos de la cuota simple del vendedor, sino en términos relativos al “tamaño” del comprador, el sector j. Es decir, un sector vendedor i puede tener una
Flegg et al. (1995) y Flegg y Webber (1997) reconocieron que la cuota cruzada puede ser un avance sobre la simple, pero tiene el problema de no incorporar el tamaño de la región, lo cual es una omisión importante. Esto es así porque las regiones relativamente más pequeñas tienden a importar más de otras regiones, o de otros países, que las más grandes. Este hecho puede deberse a las economías a escala: en este contexto las regiones con mercados más grandes tienden a desarrollar más proveedores locales para la región más autosuficiente. Esta omisión en los métodos de cuotas simple y cruzada podría ser la causa de la sobrestimación de los coeficientes técnicos y los multiplicadores de producto cuando se contrastaban este tipo de estimaciones con los que se obtienen con base en métodos directos.
Así, Flegg y Webber (1997) proponen el siguiente ajuste sobre la cuota de localización cruzada:
Y los coeficientes intrarregionales se obtendría de acuerdo con la siguiente regla:
El método propuesto soluciona el problema de la sobrestimación de los métodos de cuota simple y cruzada al costo de tener que estimar un parámetro, en este caso
Con base en los casos de Peterbourough en 1969 y de Escocia en 1989, Flegg y Webber (1997 y 2000) propusieron que un valor de δ = 0.3 es razonable para el método Flegg. En otro estudio para 20 regiones finlandesas Flegg y Thomo (2011) obtuvieron un valor óptimo de δ = 0.25, y en Flegg y Thomo (2016b) se obtuvo que los valores de deltas óptimos para las regiones de Gyeongbuk y Daegu de Corea del Sur eran de 0.4 y 0.35 respectivamente.
Otra forma de arribar al parámetro
Si bien la evidencia da soporte para pensar en que δ se ubica en la vecindad de 0.3 y de 0.4 en el método aumentado, hay que reconocer que en la región de Finlandia de Keski-Pohjanmaa Thomo (2004) encontró una δ menor a 0.1, y en la región de Córdoba en Argentina Flegg, Mastronardi y Romero (2015) encontraron una delta óptima también de 0.1. En el otro extremo, Bonfiglio (2009) estimó deltas óptimos muy por arriba de los valores comúnmente empleados: 0.66 y 0.79 para la región de Marche de Italia.
De esta forma, la práctica más habitual ha sido emplear el método de Flegg para regionalizar matrices insumo-producto en caso de no disponer ninguna otra información a nivel regional, y se asume un valor de δ de 0.25 o 0.3, en las matrices regionales que se construyeron. Chapa y Ayala (2018) realizaron un ejercicio de sensibilidad de los resultados variando el parámetro en un intervalo de 0.2 a 0.4, estimándose una variación promedio en los multiplicadores de un 5%.
Siguiendo esta práctica, el método se ha aplicado en México para construir matrices insumo-producto de las mesoregiones (Dávila y Valdés 2012; Dávila 2015); para construir matrices de contabilidad social regionales (Dávila 2015; González, de la Cruz y Neri 2020); para estimar los impactos del agotamiento de los pozos petroleros de Campeche (Ayala, Chapa y Treviño 2015); para estimar el impacto del libre comercio en la zona noreste (Ayala, Chapa, Treviño, Matteo y Pérez 2015); para identificar encadenamientos productivos en regiones mineras de México (Gaytán, Mendoza y Vargas 2018); para estimar el impacto de la industria automotriz en las regiones económicas de México (Torre, Alvarado y Quiroga 2017); para determinar interdependencias productivas (Vera y Langle 2019) y para construir matrices de contabilidad social para cuatro regiones de México con una perspectiva de género (Chapa y Ayala 2018).
2. Generalizando el método de Flegg: desarrollo de hipótesis
El método de Flegg definido por las ecuaciones (2) y (3) ha probado ser muy útil y de razonable precisión ante la falta de información regional específica, esas ventajas se dan al costo de solo tener que estimar o asumir un parámetro. Sin embargo, para lograr esta simplificación, el modelo asume implícitamente algunos otros supuestos, en especial los siguientes:
La relación entre los coeficientes técnicos intrarregionales y el CIQ es positiva y lineal con una elasticidad de los coeficientes intrarregionales al CIQ de uno;
Dado que el CIQ es la razón de los SLQ, entonces las elasticidades de los coeficientes intrarregionales al SLQ del sector vendedor es 1, y la del sector comprador es -1;
Finalmente, la relación con el coeficiente nacional es positiva, lineal, y su elasticidad es uno.
Para determinar las hipótesis implícitas al método de regionalización de Flegg et al., conviene presentar un modelo más general, tal y como los que se presentan en las ecuaciones (4) y (5). En estas expresiones añadimos un término estocástico
Adicionalmente, liberamos el valor de las elasticidades de los coeficientes intrarregionales al CIQ, el SLQ del vendedor y del comprador y la de los coeficientes técnicos nacionales, y asumimos que éstas son constantes, pero con valores indeterminados expresados por
En este marco, las elasticidades instantáneas del valor esperado de la distribución de los coeficientes técnicos intrarregionales con respecto a los índices de las cuotas y los coeficientes técnicos nacionales son las siguientes: en (4)
Sin embargo, delta no nos da una medición del cambio porcentual en los coeficientes intrarregionales cuando cambia en el tamaño de la región en sí. En cambio,
Comparando el método de Flegg con las especificaciones (4) y (5), es claro que el método asume que
3. Regionalizando países europeos
Para contrastar las hipótesis implícitas del modelo de Flegg requerimos de un conjunto de datos. Debido a la escasez de matrices insumo-producto regionales elaboradas mediante métodos directos, optamos por realizar el contraste empírico con base a las matrices de los países de la EU17. Aparte de la gran ventaja de contar con las matrices de cada país y la agregada de toda la región, puede argumentarse que, por la notable integración económica de estos países, el bloque puede tomarse como una aproximación de regiones dentro de un estado nación. Este enfoque ha sido adoptado en otras contribuciones, por ejemplo, en los estudios de convergencia Barro y Sala-i-Martin (1992) comparan la convergencia de los estados de Estados Unidos con la que se da entre las diferentes regiones de Europa, tomando a todo el continente como un solo estado nación. Jahn (2017), por otro lado, estima un modelo gravitacional para los flujos comerciales de los diferentes países europeos y usa los coeficientes estimados para predecir los intercambios entre diferentes regiones de Alemania.
Admitimos que las escalas cambian, como los países son más grandes que las regiones, estados o ciudades, seguramente estarán más diversificados y tendrán menos propensión a importar mercancías de los otros países, en comparación con lo que sucede con las regiones. De ser este el caso, lo que esperamos es que el coeficiente δ óptimo disminuya sensiblemente, posiblemente por debajo del rango de 0.1 a 0.4 que mencionamos en la revisión de literatura. Aun así, como quiera, es posible todavía contrastar las hipótesis sobre el CIQ, los SLQ’s y el coeficiente técnico nacional, que es el objetivo del presente trabajo.
Usamos las matrices insumo-producto del Sistema de Cuentas Europeas (ESA por sus siglas en inglés) disponible en Eurostat, tanto para la EU17 en su conjunto, así como para nueve de los diecisiete países de la EU17 que cuentan con las bases de datos en las mismas condiciones de comparabilidad respecto a la agregada de la EU (año y nivel de desagregación): Bélgica, Alemania, Estonia, Irlanda, Francia, Italia, Austria, Eslovenia, Eslovaquia4. Todas las matrices corresponden al año 2010 con base a la metodología de ESA 95, ya que es el último año para el cual está publicada la matriz agregada de la EU, debido a que en ESA 10 no está disponible la matriz agregada. En todas las matrices se empleó la misma desagregación sectorial correspondiente a 63 actividades económicas.
En la mayor parte de las aplicaciones de los métodos de regionalización se parte de una matriz nacional para estimar multiplicadores regionales. En esta investigación se parte de una matriz insumo-producto correspondiente a un conjunto de países, la cual tendrá la función de la matriz “nacional”, para poder derivar coeficientes “intrarregionales”, que en realidad serán los coeficientes domésticos de cada uno de los países integrantes de la EU contemplados en este análisis.
Hay que tomar en cuenta que los países contemplados seguramente tienen una dinámica económica distinta a la que tendrían algunas regiones a escala subnacional, debido a mayores barreras al comercio interregional y a que los países tienden a ser más autosuficientes que las regiones. Esto último es evidente en la tabla 1, que muestra los Índices de Herfindahl-Hirschman (IHH), una de las medidas más populares de concentración económica y que oscila en un rango de 0 (nula concentración) a 10, 000 (concentración máxima). Como puede observarse, en casi todos los países incluidos en el análisis los IHH son menores a 400, cifra que sugiere una diversificación importante, no obstante que los países estudiados difieren en forma importante en tamaño, donde se destacan Alemania, Francia e Italia, que concentran el 26%, 21% y 16% del valor agregado de la EU17; en contraste con el resto de los seis países, los cuales tienen una participación menor al 4%.
4. Contrastación empírica del modelo de Flegg sin restricciones
La estrategia de contraste de las hipótesis, o supuestos, del modelo de Flegg en el contexto europeo consiste en estimar econométricamente las ecuaciones (4) y (5), donde las regiones son los nueve países considerados, desplegados a 63 actividades económicas. De esta forma, estimamos las cuotas de localización simples (
Contribución al Valor Agregado | Índice Herfindahl-Hirschman | |
---|---|---|
Alemania Austria | 0.2646 0.0304 | 410 360 |
Bélgica | 0.0376 | 390 |
Eslovaquia Eslovenia Estonia |
0.0071 0.0037 0.0015 |
400 340 350 |
Francia | 0.2061 | 380 |
Irlanda | 0.0169 | 400 |
Italia | 0.1646 | 360 |
Promedio | 0.0814 | 377 |
Fuente: elaboración propia a partir de información de Eurostat
La estimación econométrica de las especificaciones (4) y (5) presenta dos dificultades. La primera de ellas se refiere a cómo introducir el término estocástico, en principio puede ser en forma aditiva, tal y como se expone en (4) y (5), de forma que el modelo es no-lineal y no puede transformarse en uno lineal simplemente aplicando una transformación logarítmica. Alternativamente, existe la posibilidad de introducir un residual multiplicativo del tipo
Ambas opciones son en principio válidas, decidimos quedarnos con la que predice mejor los coeficientes técnicos intrarregionales (no su logaritmo), es decir experimentamos corriendo los modelos en las dos versiones, la no-lineal que minimiza
La segunda dificultad radica en acotar la muestra de observaciones que deben incluirse en la estimación. Los métodos de cuotas estiman un coeficiente intrarregional siempre y cuando la cuota relevante (simple, cruzada o de Flegg) sea menor a la unidad, una vez que rebasa ese límite, la estimación es exactamente el coeficiente nacional. Por tal motivo, la muestra relevante para la estimación debe ser aquella donde
Para resolver esta circularidad decidimos emplear dos alternativas, que como se verá arrojan resultados semejantes. En una primera instancia, integramos la muestra con las observaciones donde la cuota cruzada
La segunda forma de delimitar la muestra es a través de un proceso iterativo. En el primer paso estimamos los modelos (4) y (5) con mínimos cuadrados no lineales para los datos donde
Las estimaciones para la muestra donde las cuotas cruzadas son menores a 1 se presentan en la tabla 2 y las que se obtienen mediante el método iterativo en la tabla 3. En ambas tablas se presentan cinco modelos distintos, los primeros tres corresponden a la ecuación (4), liberando un parámetro a la vez, y los dos últimos a la ecuación (5). Es decir, la estimación de la columna (1) libera el parámetro δ en la ecuación (4), por lo que aparece el coeficiente estimado y su error estándar abajo del mismo, mientras que los parámetros β y γ se restringen a 1 por lo que su coeficiente toma el valor de 1 pero no hay un error estándar dado que no se trató de una estimación. Así se interpretan el resto de las estimaciones.
Muestra con observaciones donde CIQ<1 | |||||
---|---|---|---|---|---|
Variable | (1) | (2) | (3) | (4) | (5) |
Tamaño | 0.022978*** | 0.057181*** | 0.073325*** | 0.081276*** | 0.092391*** |
(0.002003) | (0.002677) | (0.003493) | (0.002508) | (0.00349) | |
CIQ | 1.0000 | 0.536315*** | 0.580158*** | ||
(0.017887) | (0.019069) | ||||
SLQ vendedor | 0.516589*** | 0.564295*** | |||
(0.023949) | (0.026143) | ||||
SLQ comprador | -0.164005*** | -0.203183*** | |||
(0.02068) | (0.022468) | ||||
Nacional | 1.0000 | 1.0000 | 0.966888*** | 1.0000 | 0.977975*** |
(0.004244) | (0.004483) | ||||
N | 18232 | 18232 | 18232 | 18232 | 18232 |
SSR | 2.2763 | 2.2041 | 2.2041 | 2.2503 | 2.2472 |
SE | 0.0112 | 0.0110 | 0.0110 | 0.0111 | 0.0111 |
R2 | 0.5302 | 0.5451 | 0.5466 | 0.5355 | 0.5362 |
R2 adjusted | 0.5302 | 0.5450 | 0.5466 | 0.5355 | 0.5361 |
Criterio Información Schwarz | -6.149988 | -6.181656 | -6.184515 | -6.16039 | -6.161208 |
Nota: ***p<0.01, **p<0.05, *p<0.1
Fuente: elaborado por los autores con información del Eurostat
Muestra con observaciones donde FLQ<1 | |||||
---|---|---|---|---|---|
Variable | (6) | (7) | (8) | (9) | (10) |
Tamaño | 0.01909*** | 0.047107*** | 0.065075*** | 0.063325*** | 0.071596*** |
(0.001727) | (0.001596) | (0.002578) | (0.001435) | (0.002511) | |
CIQ | 0.567577*** | 0.502405*** | |||
(0.014955) | (0.013311) | ||||
SLQ vendedor | 0.58665*** | 0.611868*** | |||
(0.018514) | (0.018544) | ||||
SLQ comprador | -0.240529*** | -0.253047*** | |||
(0.015988) | (0.015705) | ||||
Nacional | 1.0000 | 1.0000 | 0.983571*** | 1.0000 | 0.984246*** |
(0.003719) | (0.00353) | ||||
N | 19390 | 23284 | 25347 | 27284 | 27723 |
SSR | 2.6606 | 3.9183 | 4.2653 | 4.6310 | 4.746407 |
SE | 0.0117 | 0.0130 | 0.0130 | 0.0130 | 0.013086 |
R2 | 0.5518 | 0.5396 | 0.5459 | 0.5498 | 0.550969 |
R2 adjusted | 0.551753 | 0.539589 | 0.545841 | 0.549771 | 0.550921 |
Criterio Información Schwarz |
-6.055591 | -5.85113 | -5.850837 | -5.842289 | -5.833277 |
Nota: ***p<0.01, **p<0.05, *p<0.1
Fuente: elaborado por los autores con información del Eurostat
En general las estimaciones son del mismo orden de magnitud para los dos métodos que empleamos, aquel que restringe la muestra a las observaciones donde CIQ<1 y el método iterativo donde en cada paso se estiman los parámetros del modelo en cuestión y con ellos se construyen las cuotas de Flegg. Las estimaciones de la delta crecen en ambas estimaciones a medida que liberamos el resto de los parámetros, en el primer caso de 0.02 hasta 0.09, y con el segundo método de 0.02 a 0.07; consistente con el modelo, la delta es positiva y significativamente diferente de cero, y como esperábamos, se tratan de deltas pequeñas ya que los países tienden a ser más diversificados que las regiones.
Los coeficientes del CIQ se ubican en un rango de 0.50 a 0.58 en las columnas (2), (3), (7) y (8), positivos y significativamente distintos de cero; lo que indica que mientras mayor es la cuota cruzada, mayor es el valor esperado de contenido intrarregional del coeficiente técnico. La estimación del parámetro
Finalmente, en los modelos donde en lugar de usar el CIQ empleamos por separado las cuotas de localización simples del vendedor y del comprador, éstas son significativamente distintas de cero y tienen los signos correctos; es decir mientras más grande es el vendedor y menor es el comprador, mayor será el coeficiente intrarregional. Llama la atención que, en todos los casos, siempre es mayor el coeficiente del SLQ del vendedor y es aproximadamente el doble del valor absoluto del del comprador, además la suma de ambas da una estimación muy cercana a la que ocurre cuando usamos el CIQ.
La tabla 4 presenta los contrastes empíricos de las hipótesis que asume el modelo de Flegg y que presentamos en secciones anteriores, específicamente que
Muestra con observaciones donde CIQ<1 | Muestra con observaciones donde FLQ<1 | |||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Hipótesis | (2) | (3) | (4) | (5) | (7) | (8) | (9) | (10) |
β=1 (t) | -25.9234*** | -22.01654*** | -28.91422*** | -37.38124*** | ||||
γ=1 (t) | -7.802476*** | -4.913182*** | -4.417648*** | -4.463084*** | ||||
β=1 & γ=1 (F) | 356.4873*** | 788.4463*** | ||||||
βv=1 (t) | -20.18494*** | -16.66638*** | -22.3259*** | -20.92991*** | ||||
βc= -1 (t) | 40.42627*** | 35.46514*** | 47.50338*** | 47.5616*** | ||||
βv=1 & βc= -1 (F) | 1039.813*** | 911.616*** | 1410.429*** | 1441.596*** | ||||
βv=1 & βc= -1 & γ=1 (F) | 685.4842*** | 962.7631*** |
Nota: ***p<0.01, **p<0.05, *p<0.1
Fuente: elaborado por los autores con información del Eurostat
Todas las hipótesis que se probaron se rechazan al 1%, es decir la evidencia no es consistente con que la elasticidad de la cuota cruzada ni la de los coeficientes técnicos nacionales sean 1, tampoco con que las elasticidades de las cuotas simples de localización del vendedor y del comprador sean simultáneamente 1 y -1.
En la formulación originaria del modelo de Flegg las elasticidades de las cuotas cruzadas y de los coeficientes técnicos se encuentran restringidos, ¿Qué tanta precisión se gana al liberar los coeficientes y no restringirlos? Esta cuestión puede ser respondida al comparar las medidas de bondad de ajuste de la columna (1), que corresponde al modelo de Flegg original, contra las medidas expresadas de la columna (2) a la (5), que no asume que se cumplan los supuestos del modelo de Flegg7 (tabla 2). Al liberar los parámetros, la R2 ajustada aumenta y el criterio de Schwarz disminuye, el mejor modelo de acuerdo con estos criterios es el que emplea el CIQ y los coeficientes técnicos nacionales (columna 3). La ganancia en el ajuste es de solo un punto porcentual y medio, con el costo de tener que estimar 3 parámetros en lugar de solo 1. En nuestro caso, con la muestra tan grande que tenemos ese costo es ínfimo, pero en la mayoría de los casos donde se aplica el método de Flegg, los datos son realmente escasos.
Conclusiones
Planteamos un modelo de determinación de coeficientes técnicos intrarregionales al estilo Flegg, pero liberando las elasticidades de las cuotas cruzadas y de los coeficientes técnicos nacionales, o incluso introduciendo los coeficientes simples de localización del vendedor y del comprador en lugar de la cuota cruzada. El propósito es contrastar si se cumplen las premisas básicas del modelo de Flegg en lo general, que son: a) el coeficiente delta es positivo; b) a mayor cuota cruzada o coeficiente técnico nacional, el coeficiente intrarregional es mayor, y las elasticidades de estas variables son 1; c) a mayor cuota simple del vendedor y menor del comprador, el coeficiente intrarregional es mayor, y sus elasticidades son 1 y -1 respectivamente. Para este ejercicio tomamos la matriz insumo-producto EU17 como la matriz nacional y tomamos las matrices de nueve países de este grupo como regiones. Estimamos los modelos mediante mínimos cuadrados no lineales, y con una variante iterativa para actualizar la muestra relevante con cada conjunto de parámetros estimados.
Los resultados son mixtos, por una parte, la evidencia es consistente con los signos de las variables o el sentido de las relaciones, es decir los coeficientes intrarregionales en promedio son mayores si las cuotas cruzadas, las simples del vendedor y los coeficientes técnicos nacionales aumentan, y son menores si la cuota simple del comprador aumenta. Sin embargo, en todos los casos, los supuestos puntuales sobre las elasticidades se rechazan. Llama la atención que la estimación de la cuota cruzada es de alrededor de 0.5, y que cuando se introducen por separado las cuotas simples del vendedor y del comprador, la del primero es siempre alrededor de dos veces el valor absoluto de la segunda, y si se suman se obtiene un número cercano a 0.5. Aun así, no encontramos un aumento importante en la precisión de la estimación de los coeficientes intrarregionales, de acuerdo con las diferentes medidas de ajuste que empleamos.
En conclusión, aun y cuando no se cumplen los supuestos numéricos de las elasticidades de las variables del modelo de Flegg, sí se corrobora el sentido lógico de las variables, importante en la determinación de los coeficientes intrarregionales al explicar alrededor de la mitad de la variabilidad en los mismos, y su capacidad predictiva es en general muy parecida a la de los modelos más generalizados, pero que requieren la estimación de más de un parámetro. Creemos que, en el balance, el método de Flegg sale bien librado del contraste empírico que realizamos.
Aun así, las estimaciones de los modelos más generalizados dejan dos hechos estilizados en nuestra muestra, mismos que podrían dar lugar a desarrollos de métodos posteriores de regionalización de matrices insumo-producto. El primero de ellos es que la elasticidad de la cuota cruzada es significativamente menor a uno, la mitad en nuestro ejercicio, lo que sugiere una relación no lineal interesante, el ajuste en los coeficientes intrarregionales ante un cambio en la cuota cruzada debe ser mayor cuando esta es pequeña y menor cuando tienda a uno. El segundo resultado es que, al parecer, el impacto de la cuota simple del vendedor es más importante que la del comprador.
Ciertamente no podemos generalizar estos resultados, menos aun cuando trabajamos con una muestra de países en lugar de información subnacional. En este sentido, creemos que es necesario llevar a cabo más contrastes, especialmente en los casos donde se cuente con matrices insumo-producto subnacionales recabadas con métodos directos.