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Revista latinoamericana de estudios educativos

versión On-line ISSN 2448-878Xversión impresa ISSN 0185-1284

Rev. latinoam. estud. educ. vol.53 no.2 Ciudad de México may./ago. 2023  Epub 02-Oct-2023

https://doi.org/10.48102/rlee.2023.53.2.555 

Sistematización de experiencias

Sistematización de las experiencias del estudiantado del TCU-452. Impacto en su vida personal, académica y profesional

Systematization of the Experiences of the Student Body of the TCU-452. Impact on their Personal, Academic and Professional Life

María del Pilar Cambronero Artavia* 
http://orcid.org/0000-0001-6894-5957

*Universidad de Costa Rica, Costa Rica. maria.cambronero@ucr.ac.cr


Resumen

Desde la Universidad de Costa Rica nos preocupamos por el impacto que nuestros proyectos tienen en las comunidades que intervenimos, pero no siempre en el que tiene en el estudiantado a cargo de llevar a cabo esos proyectos. Nuestro objetivo general es evidenciar de qué manera la experiencia del proyecto de Trabajo Comunal Universitario (TCU) 452 ha impactado la vida personal, académica y profesional del estudiantado participante del proyecto entre los años 2019 y 2022. Para ello, exponemos la metodología y relatamos algunas experiencias del estudiantado participante gracias a una colecta de información por medio de cuestionarios respondidos por 42 personas, donde consultamos cuál era su actitud hacia el requisito de 300 horas de TCU para graduarse; en cuáles actividades y con qué frecuencia participó en ellas, cuál actividad disfrutó más y cuál le representó un reto mayor, y si después de realizarlas consideraba que todo estudiante debería vivir esa experiencia; para al final reconocer sus percepciones sobre el impacto de la misma en sus vidas. Utilizamos el enfoque metodológico cualitativo y el modelo o sistema conceptual-inductivo para comprender, en las experiencias de nuestro estudiantado, su realidad social. El resultado es sumamente positivo y el impacto del TCU es evidente.

Palabras clave: sociedad; servicio social; comunidad

Abstract

At the Universidad de Costa Rica, we care about the ways our projects impact the communities we touch, but not the ones that concern our students in charge of developing them. Our main goal is to highlight how the experience of the University Community Work TCU-452 impacted the personal, academic, and professional lives of our students participating from 2019 to 2022. To do so, we expose the work methodology and we narrate some of the students’ experiences by gathering information through questionnaires answered by 42 people, where we asked about their attitude towards the 300 hours of social work as a requirement to get their degrees; in which activities and how often they participated, which one they enjoyed the most, which one was the biggest challenge and if, after all, they considered it was important to do it; to finally acknowledge their perceptions of how the whole experience impacted their lives. We used the qualitative methodological approach and the conceptual-inductive model or system to understand, in the experiences of our students, their social reality. The result is extremely positive, and the impact of the TCU is significant.

Keywords: society; social action; community

El Trabajo Comunal Universitario (TCU) es un requisito para optar por el título en las carreras de grado en nuestro país, y en muchísimos casos, es únicamente visto como tal. Es frecuente escuchar al estudiantado referirse con desánimo a la obligación de inscribirse en un proyecto y muchas personas en sus adentros anhelan tener la oportunidad de realizar cualquier actividad desde la comodidad de su casa, con el menor esfuerzo y afectación a sus rutinas. Sin embargo, llegado el momento de tener que involucrarse con una comunidad, y aportar desde los conocimientos adquiridos en su formación académica, termina representando un cambio de paradigma en su actitud hacia el TCU.

Desde la Universidad de Costa Rica (UCR) se procura medir el impacto que nuestros proyectos tienen en las comunidades que visitamos, los grupos humanos a los que contactamos y las poblaciones que intervenimos, pero no siempre dedicamos nuestra atención a la experiencia del estudiantado a cargo de llevar a cabo esos proyectos. Por lo tanto, el objetivo general de este artículo es realizar la sistematización de la experiencia del trabajo comunal para evidenciar de qué manera la participación en el proyecto TCU-452 (Cooperación interinstitucional para la difusión del francés a las comunidades) ha impactado la vida personal, académica y profesional del estudiantado participante del proyecto entre 2019 y 2022. La sistematización es la interpretación crítica de experiencias que, una vez ordenadas, permiten descubrir o explicar la lógica del proceso vivido y las variables que intervinieron, buscando comprenderlas, extraer sus enseñanzas y comunicarlas (Jara, 2011); por lo tanto, nuestro trabajo buscó compilar lo vivido por nuestro estudiantado para ver el impacto que la labor de TCU tiene en él.

Para ello, y en respuesta a los objetivos específicos que nos planteamos, hicimos una descripción de la metodología de trabajo del TCU basada en la consulta de los informes anuales que se presentan a la Institución. Además, relatamos algunas experiencias del estudiantado participante del proyecto TCU-452 en los últimos años gracias a una colecta de información por medio de cuestionarios, en cuyas respuestas buscamos identificar los puntos comunes y divergentes en las experiencias de unas y otras personas según las diferentes actividades en las que participaron, para por último reconocer las percepciones del estudiantado sobre el impacto de la experiencia en su vida personal, académica y profesional.

Para desarrollar nuestra investigación, utilizamos el enfoque metodológico cualitativo. Según Mejía, citado por Katayama (2014, p. 43), podemos definir la investigación cualitativa como “el procedimiento metodológico que utiliza palabras, textos, discursos, dibujos, gráficos e imágenes”. Es decir, la investigación cualitativa estudia diferentes objetos para comprender la vida social del sujeto, o en nuestro caso, un evento social de nuestro estudiantado, a través de los significados desarrollados por éste. Es un enfoque definido por Villalobos (2019) como un proceso reflexivo, que tiene como punto de partida un origen vivencial, se mantiene emergente, y se conforma de manera progresiva durante el desarrollo del trabajo y la interacción con el objeto de estudio, en este caso, las vivencias del estudiantado.

Entre las principales fortalezas del método cualitativo está el hecho de que rescata al ser humano como centro de la reflexión, al tiempo que brinda una comprensión integral de éste, pues posibilita el análisis de fenómenos muy subjetivos, se centra en fenómenos típicamente humanos y facilita el examen de relaciones sociales no generalizadas (Katayama, 2014). En esta incidencia, usamos el modelo o sistema conceptual-inductivo con las variantes de la hermenéutica que corresponden a la fenomenología de la existencia y a comprender, en el caso estudiado (las experiencias de nuestro estudiantado), la realidad social como polisignificativa.

De esta forma, quisimos ver cómo la experiencia del TCU en el contexto específico de nuestro proyecto tiene un interés especial para comprender la actividad desarrollada por nuestros participantes. ¿Cómo lo hicimos? Usamos sobre todo dos técnicas de recolección: la aplicación de cuestionarios y la observación documental. Ellas permiten obtener datos de distintas fuentes que serán confrontadas durante el proceso de análisis e interpretación (Villalobos, 2019).

La observación documental tiende a confundirse con la consulta bibliográfica de análisis de contenido, pero no de recolección de datos. La observación que se utilizó en este trabajo buscaba, como lo propone el mismo Villalobos (2019), lanzar una mirada indirecta a la realidad del estudiantado que formó parte del proyecto para la recolección y sistematización de las acciones humanas. Para esto, se consultaron los informes anuales de la coordinación del proyecto que a su vez contienen los reportes de TCU del estudiantado donde describen su labor y experiencia en el proyecto.

La otra técnica utilizada fue aplicar cuestionarios a un total de 42 personas participantes del proyecto de TCU-452 entre 2019 y 2022. La aplicación se extendió por tres días y cada persona requirió cerca de 15 minutos para completar el cuestionario. Según Villalobos (2019), esta técnica permite recolectar la información de las experiencias del estudiantado para proceder después a su análisis. Es importante identificar que, al momento de diseñar el cuestionario, se deben elaborar preguntas claras, comprensibles, que no incomoden, referentes a un solo tema y que no lleguen a inducir las respuestas (Hernández et al., 1998). Así las cosas, elaboramos un cuestionario que incluyó cuatro preguntas cerradas (de selección única) y ocho abiertas (la persona expresó su percepción en sus propias palabras) donde consultamos cuál era la actitud de la persona hacia tener que cumplir 300 horas de TCU como requisito para graduarse antes de empezar el proyecto, en cuáles actividades y con qué frecuencia participó en ellas, cuál actividad disfrutó más y cuál le representó un reto mayor, y si consideraba que todo estudiante debería vivir esa experiencia. Además, consultamos cuál es su percepción sobre el impacto que tuvo la práctica del TCU en su vida personal, académica y profesional.

Una vez que recolectamos los datos, realizamos el análisis de contenido. Berelson (citado por Hernández et al., 1998) manifiesta que la intención de esta etapa es la de describir tendencias, develar diferencias, identificar intenciones y características, así como reflejar actitudes, valores y creencias. Según el mismo Berelson, las respuestas deben ser clasificadas en categorías que deben ser “exclusivas (un mismo elemento del contenido no puede ser clasificado de manera aleatoria en otras categorías diferentes), objetivas (dos codificadores diferentes deben llegar a los mismos resultados) y adecuadas o pertinentes (adaptadas al contenido y al objetivo)” (López Noguero, 2022, pp. 176-177). Ésta fue la parte más intensa de nuestro trabajo, ya que, gracias a la abundancia de participantes, fue necesario cotejar las diferentes experiencias y percepciones del impacto del proyecto en sus vidas. Procedimos a tabular las 41 respuestas a cada pregunta, luego de lo cual pudimos identificar puntos comunes y divergentes en las respuestas más cerradas, así como analizar las experiencias en su singularidad, ya que cada una de las 42 personas lo vivió de manera muy particular. Un resumen de la categorización de las respuestas recibidas puede ser consultado en el Cuadro 1.

Cuadro 1. Categorización de respuestas recibidas.  

Temática Pregunta Tipo de pregunta Categorización
Información general 1 Selección única Género Femenino
Masculino
2 Carrera de formación Bachillerato en francés
Bachillerato en la Enseñanza del francés
Bachillerato en música
Bachillerato en tecnología e informática
3 Nivel de avance en la carrera Tercer año
Cuarto año
Actitud hacia el TCU 4 Respuesta de redacción Actitud antes de iniciar Positiva
Negativa
11 Actitud después de terminar Es importante
No es importante
Participación en las actividades 5 Selección múltiple Actividades en las que participaron Frecuencia
Experiencias respecto a las actividades 6 Respuesta de redacción Actividad más disfrutada Creación de material didáctico
Talleres orales
Tropa de teatro
7 Actividad más retadora Creación de material didáctico
Talleres orales
Tropa de teatro
Percepciones respecto al impacto de las experiencias en su vida 8 Respuesta de redacción Impacto en vida académica Diversas según cada persona
9 Impacto en vida profesional Diversas según cada persona
10 Impacto en vida personal Diversas según cada persona
Anécdotas 12 Respuesta de redacción Experiencias personales Diversas según cada persona

Fuente: elaboración propia.

Una vez que distinguimos esas categorías, procedimos a tabular las respuestas por categoría y determinamos que las primeras siete preguntas serían mejor representadas en forma de gráfico. Las demás contaban con una pluralidad que no permitió sacar tendencias específicas más allá de poder indicar la cantidad de personas con temáticas afines. Para referenciar las opiniones de quienes participaron, las identificamos con un P y el número de respuesta, iniciando desde P1 para la primera respuesta, hasta P42, que fue la última persona en responder.

Los TCU se nutren de la fuerza que les da el estudiantado, de su motivación, su involucramiento y su interés. El impacto que los proyectos generan va en dos vías: no solamente se deja una huella en las poblaciones intervenidas, sino también en las personas encargadas de animar las actividades. Este artículo pretende resaltar ese impacto en nuestro estudiantado participante del proyecto.

De la acción social, la creación de comunidades de aprendizaje y su impacto

La teoría de la acción social, según Allones (2005, p. 57), “trata de la acción humana colectiva con independencia de su contenido. Quiere averiguar de qué manera los individuos de nuestra especie consiguen entrelazar sus acciones corporales para la realización de una cosa en común, la que sea, en cualquier lugar y tiempo”. En otras palabras, se interesa en cómo interactúan las personas en la consecución de un objetivo, independientemente de cuál sea. En el caso de la UCR, la acción social es vista como una

actividad sustantiva que integra y realimenta permanentemente a la Universidad con la comunidad nacional e internacional, con el objetivo de poner a su servicio la capacidad académica institucional y lograr, en conjunto, las transformaciones requeridas para el mejoramiento de la calidad de vida en el país… representada, entre otros proyectos, con millones de horas de trabajo comunal que realizan los estudiantes …como la alianza que logra establecer la academia con la sociedad, para que, juntas, construyan programas que conduzcan a una resignificación de la vida social y permitan cambiar la realidad social (Universidad de Costa Rica, 2022a, s. p.).

De esta manera, se procura servirse del conocimiento académico que se genera desde la misma universidad, utilizado por los actores de la institución, para producir acciones que en conjunto con la sociedad impacten para modificar la realidad. Gran parte de los actores es el propio estudiantado que debe participar de un proyecto de Trabajo Comunal Universitario (TCU) como requisito para completar su plan de estudios. Tal como lo concibe la Vicerrectoría de Acción Social (VAS) de la UCR (2022, s. p.), el TCU

plantea un proceso académico interdisciplinario en el que estudiantes y docentes universitarios se vinculan de forma dinámica y crítica con grupos sociales y comunidades para contribuir con las transformaciones que la sociedad necesita para el buen vivir, potenciando oportunidades e incidiendo en la solución de problemas.

Esto se logra por las actividades que cada proyecto plantee, gracias a los cuales se desarrollan procesos de enseñanza-aprendizaje, colaboraciones entre la comunidad universitaria y las poblaciones impactadas y soluciones conjuntas que permitan que se empoderen. Como se puede observar, es un actuar continuo en ambas vías, donde tanto el estudiantado como las comunidades se ven beneficiados: las poblaciones ven modificada su realidad y, en el mejor de los casos, logran un progreso en su calidad de vida; el estudiantado ve fomentados algunos aprendizajes como el valor de trabajar en equipo, la organización del trabajo en equipos interdisciplinarios o la motivación a expresarse creativamente; así también el desarrollo de habilidades pedagógicas que implican aprender a desplegar estrategias didácticas, planear, preparar y animar actividades, investigar y buscar metodologías apropiadas… en fin, saber adaptar su conocimiento académico al trabajo con la comunidad (Barboza et al., 2020).

Según Paniagua (2012, p. 40), “las actividades sociales sirven de sensibilización y empuje para actividades de transformación y también como elementos de primera mano para el análisis de la situación del país, la región centroamericana y la sociedad, en el contexto actual”. El TCU debe ser, entonces, valorado más allá del cumplimiento del requisito por parte del estudiantado, y de las halagadoras cifras de impacto que terminan beneficiando a la Institución con políticas específicas y prestigio internacional. El TCU debe considerarse una oportunidad con la cual

Convertir cada espacio, cada instancia, cada acción, en experiencias y espacios pedagógicos, de crecimiento y aprendizaje colectivo. Convertir al movimiento en sujeto pedagógico implica poner en un lugar destacado la reflexión y la evaluación permanente de todo lo que está sucediendo, abrirse como espacios de autorreflexión y, por lo tanto, darse tiempos interiores que naturalmente no coinciden con los tiempos de los partidos y el Estado (Zibechi, citada por Paniagua, 2012, p. 41).

Como se ha mencionado, en los TCU se abren opciones que favorecen las competencias pedagógicas, y en el caso específico del TCU-452, una parte importante de las actividades que se desarrollan implican la animación de talleres (tanto de francés oral como no lingüísticos), con los cuales llegamos a establecer Comunidades de aprendizaje (CA) gracias a experiencias centradas en poblaciones específicas como la Asociación de Desarrollo de los Sitios de Moravia, en el aula construida por la comunidad; la población atendida en las instalaciones del Centro Cívico por la Paz, ubicado en la Capri, y el cuerpo de la Policía Turística, que participó de los talleres en la Escuela Nacional de Policía. Las CA son expuestas por Beltrán et al. (2015) como proyectos de transformación social y cultural basados en el aprendizaje dialógico, donde toda la comunidad se ve involucrada en un espacio que bien puede ser un aula, en la que se concibe la acción social en su contexto cultural y político con prácticas que facilitan la socialización de sus miembros. Es un concepto más amplio que el de un espacio de educación escolar o formal, en el caso de los adultos.

Nuestro estudiantado participa de esas CA y se ve tan beneficiado como las poblaciones. Existen los mecanismos institucionales para evaluar el impacto hacia el exterior de la universidad (aplicación de formularios, grupos focales y otros, que se reflejan en los informes de labores anuales de los responsables de los proyectos), y para recabar las experiencias a lo interno (reportes de conclusión de TCU del estudiantado). Sin embargo, estas labores de acción social no siempre son sistematizadas ni socializadas para dar a conocer sus alcances. Jara, en el prólogo al documento Sistematización de experiencias de la acción de Solís et al. (2019, p. 9), explica que

las experiencias encierran múltiples y ricos aprendizajes que son necesarios de identificar, descubrir y explicitar… La interpretación produce conocimientos críticos y aprendizajes significativos, desde la particularidad de lo vivido en las experiencias y por parte de quienes las han vivido. Esto implica, muchas veces, que logremos percibir dimensiones y perspectivas inéditas que estaban presentes en nuestras experiencias, pero no las habíamos percibido ni reconocido.

Así las cosas, es importante generar acciones que visibilicen el impacto de los TCU en los actores que participan de él, sean las comunidades intervenidas, o bien el estudiantado a cargo de animar esas intervenciones. Su experiencia es valiosa y necesaria. Pero esto no se evidencia con la frecuencia deseada. Uno de los pasos primordiales es realizar una reflexión profunda que haga crecer a la persona participante y le expanda la visión de las situaciones a las que se encuentra a partir de la multiplicidad de miradas, limitaciones y dificultades a las que se deba enfrentar (Paniagua, 2012).

¿Quiénes son y qué hacen las personas que participan del TCU-452?

El TCU está dirigido al estudiantado universitario que haya completado al menos la mitad de los créditos de su plan de estudios. En el caso del proyecto TCU-452, siendo que el objetivo inicial es cooperar con comunidades e instituciones para la difusión del francés, la mayoría de las personas participantes son estudiantes de las carreras de Bachillerato en francés y en la Enseñanza del francés, quienes asumen la mayor carga de la preparación de talleres y material didáctico. Sin embargo, complementamos nuestras actividades con estudiantes de enseñanza de la música para los talleres no lingüísticos; de artes gráficas para colaborar con diseño de campañas informativas y de folletos de apoyo a docentes; de comunicación para las campañas informativas e incluso de carreras relacionadas con la programación e informática para el diseño de sitios web tanto para instituciones colaboradoras como para nuestro propio proyecto, tal como lo evidencia el Informe final del proyecto en la plataforma BITÈ de 2022 (UCR, 2022b).

Para el presente estudio, consideramos a 99 personas que han realizado y concluido su TCU entre 2019 y 2022, de las cuales 42 respondieron el cuestionario que les enviamos. Según sus características, esas personas se distinguen como se muestra en el Cuadro 2.

Cuadro 2. Clasificación por género  

Género Cantidad de estudiantes
Femenino 28
Otro 1
Masculino 13

Fuente: elaboración propia.

Como podemos observar en los Cuadros 2, 3 y 4, hay una marcada superioridad en cantidad de mujeres respecto a otros géneros, lo cual se justifica en que la mayoría de personas estudiantes pertenecen a las carreras de Bachillerato en francés y en la Enseñanza del francés donde la mayoría de la población es femenina. Además, identificamos que la mayoría se encontraba entre su tercer y cuarto año de carrera al momento de realizar su TCU, lo que implica, para las carreras antes mencionadas, un nivel avanzado de lengua y una primera experiencia de práctica docente para las personas estudiantes de Enseñanza. Este nivel de formación les capacita para poder asumir las actividades que el proyecto propone, siendo la más frecuente los Talleres orales en comunidad como se observa en el Gráfico 1, a continuación:

Cuadro 3. Clasificación por carrera  

Carrera Cantidad de estudiantes
Bachillerato en francés 18
Enseñanza de la música 1
Informática y tecnología multimedia 2
Enseñanza del francés 21

Fuente: elaboración propia.

Cuadro 4. Clasificación por nivel de avance en sus planes de estudio  

Nivel de avance en plan de estudios Cantidad de estudiantes
Carrera ya concluida 4
Entre segundo y tercer año de carrera 2
Entre tercer y cuarto año de carrera 36

Fuente: elaboración propia.

Fuente: elaboración propia.

Gráfico 1. Actividades realizadas con frecuencia o mucha frecuencia  

Del gráfico anterior se observa que siete de las actividades realizadas con mayor frecuencia están directamente relaciones con el uso de la lengua francesa, mientras que las dos primeras (creación de material audiovisual con diseño gráfico y diseños web o programación) son realizadas por estudiantes con formación específica en el área. Independientemente de eso, consultamos al estudiantado cuál consideró que fue la actividad que les representó el mayor reto, a lo cual la mayoría respondió que fueron los talleres orales como se observa en el Gráfico 2.

Gráfico 2. Actividad más retadora  

Es curioso destacar que tal como lo muestra el Gráfico 2, a pesar de que la mayoría de las personas estaba avanzada en su formación y que las actividades tienen una relación directa con ésta, enfrentarse a la preparación y animación de los talleres, el trato con las comunidades y la coordinación de trabajo con colegas representó un desafío para nuestro estudiantado. Más curioso aún es descubrir que esa actividad, siendo la más retadora, fue también la que más disfrutaron, como se observa en el Gráfico 3.

Fuente: elaboración propia.

Gráfico 3. Actividad más disfrutada  

Estas respuestas nos permiten extraer un aprendizaje: por una parte, comprobamos que, no porque una actividad esté directamente relacionada a la formación de los participantes, ésta será considerada como fácil, y por otra parte, está claro que aunque la experiencia sea retadora, dar la oportunidad de realizarla puede acarrear satisfacciones para nuestro estudiantado. En este caso la sistematización nos permite tener certeza de la clase de actividades que es pertinente continuar programando, para el provecho de nuestra población. En síntesis, el TCU no es una labor fácil, pero sí puede ser agradable para nuestro estudiantado y puede aportarle grandes beneficios en su vida académica, profesional y personal.

¿De qué sirve tener que cumplir con el requisito del TCU para completar los planes de estudio?

Encontramos la clave de esta pregunta en la palabra “requisito”. El tema no ha estado exento de discusión, respecto a la utilidad del TCU, el cuestionamiento del porqué en algunas universidades se exige y en otras no, o al provecho que obtienen los estudiantes por deber cumplir con 300 horas (sin cuestionar el beneficio a las comunidades que ha sido harto documentado a lo largo de tantos años de impacto social) e incluso la idea del estudiantado de que, de alguna forma, los proyectos están desligados de su plan de estudios.

Al consultar a nuestros participantes, una amplia mayoría del 69% admitió tener expectativas negativas antes de iniciar el proyecto, como se puede observar en el Gráfico 4.

Fuente: elaboración propia.

Gráfico 4. Actitud hacia el TCU antes de empezar en el proyecto  

Entre los comentarios expresados, encontramos clara aversión por parte de las personas 1, 2, 11, 33 y 38, que manifestaron que su actitud hacia el TCU era “mala”, “reacia”, “con pereza y aburrido, porque se veía como obligación para poderse graduar”, “no lo quería hacer” y “quería terminar lo antes posible”. Algunas personas fueron menos tajantes, pero muchas mencionaron su indisposición respecto a la cantidad de horas con comentarios como “estaba preocupada porque eran muchas horas” (P24), “me asustaba ya que pensaba que 300 horas es mucho” (P15) y “pensé que eran demasiadas horas y no iba a poder cumplirlas” (P34), por poner algunos ejemplos. Otras personas sentían ansiedad respecto a lo que tendrían que hacer como parte de las actividades como lo expresaron la P8 “tenía una actitud algo temerosa en cuanto a la dificultad de las tareas que tuviera que hacer”, la P27 “un poco abrumada y ansiosa de participar en las actividades” o la P31 quien indicó que inició con “un poco de miedo al no saber la complejidad de los retos”.

Ahora bien, no todas las actitudes previas eran negativas. El mismo Gráfico 4 nos muestra que 29% de las personas tenía una expectativa positiva antes de iniciar. Algunos comentarios valiosos son: “estaba muy emocionado por participar en este TCU, ya que se involucraba la aplicación de la carrera en muchos ámbitos” (P5), “positiva, porque sabía que podía contribuir con mi conocimiento a la comunidad” (P30) o bien “anuente y optimista, con ganas de llevar a cabo los proyectos y tareas asignadas” (P40).

Lo más interesante fue descubrir que, a pesar de que la mayoría tenía aprehensión o desinterés de cumplir con el requisito, la experiencia tuvo un impacto positivo en el estudiantado que afirmó la importancia de tener que vivir esta experiencia (excepto una persona, que sólo expresó opiniones negativas en la totalidad del cuestionario) (Gráfico 5).

Fuente: elaboración propia.

Gráfico 5. ¿Es importante tener que vivir la experiencia del TCU?  

Algunos de los comentarios que refuerzan esta afirmación son: “es una forma sumamente importante para conocer diferentes personas, diferentes situaciones y ser más empático” (P6), “considero que es importante. No solamente por el impacto social que la universidad ejerce sobre el país, sino que por la experiencia misma. Es enfrentarse a diferentes tareas que probablemente vayamos a enfrentar en nuestra vida profesional” (P7), “es vital para el ejercicio de su profesión y para el enriquecimiento personal del intercambio social que se da en la interacción con las personas. Todo es llevado a la praxis, ya no es teoría en un laboratorio, es vincularse con la realidad” (P13) y “somos privilegiados por tener acceso a educación universitaria de calidad a un muy bajo costo. El TCU es nuestra manera de retribuir a la sociedad, sin dejar de lado la gran satisfacción personal que éste brinda” (P19), sólo por citar algunos de los 41 comentarios positivos expresados en apoyo a la realización del TCU como requisito para completar el plan de estudio.

Recordamos entonces que, tal como lo expuso Paniagua (2012) la experiencia es valiosa y es necesaria, pero con frecuencia fallamos en evidenciarlo. Muchas de las personas participantes completaron su proceso de 300 horas sin tener conciencia, sino hasta el final, del grado de influencia que el TCU tuvo en los diferentes ámbitos de su vida. Gracias a la oportunidad de expresarse en respuesta a una pregunta puntual (¿Considera importante que todo el estudiantado deba pasar por la experiencia del TCU?), estas personas reflexionaron sobre el proceso y su importancia.

Desde la coordinación del proyecto se tiene una percepción de los beneficios que el TCU-452 aporta al estudiantado participante, tal como se refleja en el Informe de formulación del proyecto en la plataforma SIPPRES para 2023, al indicar que

a nivel estudiantil, se busca el desarrollo teórico y práctico de los estudiantes inscritos en el TCU, el cual se va a ver mejorado por medio de la participación en las diferentes áreas de acción con las que cuenta el TCU; el cual les va a permitir al mismo tiempo tener un acercamiento a la compleja realidad nacional en áreas como la educación y buscar soluciones prácticas pero eficientes mediante el trabajo coordinado en equipo (UCR SIPPRES, 2022c, p. 24).

Además, al haber consultado los reportes de conclusión de TCU, encontramos valoraciones positivas que nos reforzaron esta percepción. Tomando en cuenta que este proyecto ha contado con la participación de más de 150 personas desde 2019, a continuación, anotamos algunos testimonios elegidos de manera aleatoria. Por ejemplo, la persona estudiante con número de reporte 23 de 2021 indicó:

este proyecto fue bastante enriquecedor debido a que me permitió crecer como profesional y probar un ámbito que creí que nunca me iba a gustar, que es la enseñanza. Además, pude conocer bastantes personas de diferentes lugares del país y del extranjero que me contaron sus experiencias con el idioma francés; sin duda, el compartir con ellos fue una actividad muy agradable y me hizo darme cuenta que no es que las personas no se interesan por los idiomas, sino que no todos tienen las mismas oportunidades que uno, entonces, el que ellos pudieran tener la oportunidad de aprender un poco de la lengua francesa de manera gratuita, fue un aspecto verdaderamente satisfactorio.

Como podemos observar, esta persona supo identificar una situación que afectaba el entorno de la comunidad impactada y el privilegio que representa para sí mismo contar con tantas oportunidades. El estudiante con el reporte #14 de 2021, por su parte, tuvo una ventana de autoconocimiento gracias a la experiencia del TCU, tal como podemos leer a continuación:

Francamente, nunca había trabajado con adultos y a decir verdad me encantó. Fue muy interesante y alentador el haber mantenido la excelente relación que se tuvo con ellos. Me motivó mucho más que todo porque ellos se mostraban muy participativos y dinámicos en las clases, se les notaba el interés y la gana de aprender con nosotros. En varias ocasiones, más que todo al final de las clases, ellos incluso nos agradecían y nos felicitaban por nuestros métodos de enseñanza y por nuestras buenas habilidades para llevar amenamente una lección, esto sin caer en lo monótono ni lo tradicional.

La oportunidad de tener experiencias con grupos sociales distintos permite al estudiantado crecer tanto profesional como personalmente, tal como lo indica la persona con el reporte #28 de 2022:

Esta experiencia me ha permitido establecer un vínculo más fuerte con las personas de la tercera edad y con los jóvenes, que siempre están deseosas de expandir su conocimiento, sobre todo en el dominio de las lenguas extranjeras. Ha sido todo un reto, puesto que nunca imaginé enseñar la lengua francesa, aunque se tratara sólo de un pequeño taller, el hecho de estar interactuando con tantas personas siempre se me ha dificultado debido a mis pocas habilidades sociales. Esta experiencia ha sido enriquecedora para mi trayecto profesional y de cierto modo he podido aportar un granito a la sociedad costarricense.

El crecimiento profesional es compartido por otras dos personas que lo reflejaron en sus reportes como lo vemos a continuación:

El participar de este tipo de experiencias, para mí como estudiante de la carrera de francés, me parece que es muy enriquecedor, porque muestra que el área en el que me puedo desempeñar va más allá de lo académico y me permite relacionarme con comunidades y transmitir conocimiento a personas de diferentes edades (persona estudiante con el reporte #31 de 2022).

El TCU-452 ha sido una de las mejores experiencias profesionales en las que pude participar durante el proceso de formación académica en la Universidad de Costa Rica y que, gracias a éste, pude obtener experiencia en áreas que realmente no eran de mi interés hasta el momento en el que colaboré en el proyecto (persona estudiante con el reporte #07 de 2021).

Todas estas personas son testimonio vivo del impacto que la experiencia del TCU tuvo en ellas. Sin embargo, de manera más puntual, consultamos a las personas participantes de la aplicación de los cuestionarios sobre los aportes que consideran que obtuvieron del TCU en el ámbito académico, profesional y personal y recibimos opiniones reveladoras desde su perspectiva.

Percepciones del estudiantado en cuanto al aporte del TCU a su vida académica

En esta sección encontramos las consideraciones del estudiantado en cuanto a cómo el TCU vino a sumar en el ámbito académico, refuerzo a su formación y a sus conocimientos. Todas las personas, a excepción de una, reportaron al menos un aporte, siendo los más frecuentes la necesidad de refrescar los contenidos estudiados en sus carreras y la consecuente mejora de su aprendizaje (12 personas), el desarrollo de estrategias de aprendizaje y conocimiento de nuevas plataformas para compartir el conocimiento, en particular para los talleres trabajados de manera virtual por la pandemia por Covid-19 (siete personas) y otros aportes como la mejora de su organización, manejo del tiempo y de la presión para seguir rindiendo en sus cursos al tiempo que se dedicaban al TCU. La persona que indicó que no tuvo ningún aporte en ningún ámbito de su vida, que no disfrutó ninguna actividad y para la que el TCU no tiene ninguna utilidad (P1) debe ser igualmente referida en este documento, pues volviendo al recordatorio de Paniagua (2012) sobre la importancia de realizar reflexión profunda para favorecer el crecimiento de la persona participante, como responsables del TCU debemos tener oídos atentos a cada una de las experiencias y las posibilidades de mejora en la labor que realizamos.

A continuación, mostramos algunos de los comentarios expresados por la gran mayoría de personas que manifestaron aportes en los diferentes ámbitos:

En mi vida académica me aportó una visión del idioma más allá de ser sólo un estudiante. Ahora, con la experiencia de enseñar, se abre un conocimiento más amplio sobre diferentes temas (P5).

Me ayudó muchísimo a mejorar mi nivel en el idioma, tanto en escritura como en fonética, también reforzó el sentido humanista (P9).

Como estudiante de Enseñanza de francés, el TCU me permitió poner en práctica todo lo aprendido a través de mis años de carrera tanto en la rama de enseñanza como en la de francés, y también me impulsó a buscar y aprender nuevas cosas, como por ejemplo, de la cultura francófona había cosas que no sabía y tuve que investigar para poder enseñarlo a mis grupos de talleres orales (P15).

Me permitió tener un mayor aprendizaje de temas que, al no estudiarlos tan seguido, a veces se nos olvidan ciertos detalles (P20).

Académicamente me ayudó a poner en práctica todo lo aprendido en los cursos de educación (P25).

Me ayudó a saber cuáles conocimientos debía reforzar, cuáles eran mis debilidades y fortalezas y a mejorar mi comprensión de ciertos temas (P34).

De esta manera, podemos observar que las actividades de TCU exigieron del estudiantado una revisión de los contenidos estudiados en sus diferentes formaciones, les hicieron tomar conciencia de temas que debían repasar y les demandó investigar y conocer más para estar a la altura de la labor.

Percepciones del estudiantado en cuanto al aporte del TCU a su vida profesional

En este apartado evidenciamos cómo el TCU tiene una razón de ser dentro de los planes de estudio. No sólo ayuda a reforzar contenidos como lo notamos en la sección anterior, sino que sirve como preparación a la vida laboral. Al menos 18 personas (casi la mitad de quienes respondieron) reconocieron que las actividades desarrolladas les beneficiaron en cuanto a la preparación y ejecución de talleres, reflejado de manera directa en la labor docente. Ya que la mayoría del estudiantado proviene de formaciones en enseñanza, reconocer este aporte es sumamente valioso; y más allá, para quienes no provienen de esa formación, les preparó para un contexto que quizá no tenían previsto, pero al que se podrían enfrentar en su futuro laboral.

Además, nueve personas más se refirieron al desarrollo de competencias que incluyen la capacidad de trabajo en equipo y el manejo de personas, lo que tendrán que aplicar en todas las áreas laborales. La persona 40 incluso destacó cómo la actividad a la que le dedicó más tiempo (el taller oral para la policía turística) viene a sumar un punto importante en su currículum vitae, lo cual se aprecia como favorecedor al momento de incorporarse a la fuerza laboral.

De los 41 comentarios que destacan los beneficios en su vida profesional, a continuación mostramos algunos valiosos sobre el aporte del TCU:

Contrario a la práctica docente, el TCU me permitió organizar el curso de manera autónoma velando siempre por las necesidades del estudiantado. Esto permitió que me sintiera más confiando con respecto a mi labor (P7).

Monumental, creo que se convirtió en una verdadera práctica laboral. Aprendí a tener compasión y empatía con las flaquezas, habilidades y diferencias de mis estudiantes. Todos significaron un reto que me motivaba a animarles a no abandonar su sueño de aprender francés. Mi reto máximo fue que se enamoraran del francés y que compartieran conmigo la pasión por esta lengua. Impartí talleres siempre en francés y mi satisfacción fue que ellos me comprendieran (P13).

Fue una excelente forma de adquirir más experiencia para mi vida profesional como docente. Al realizar este tipo de actividades logré poner en práctica mis conocimientos y al mismo tiempo, incrementarlos. Si bien en la práctica docente tuve una experiencia en realizar actividades y clases presenciales, este TCU me brindó la oportunidad de aprender y realizar clases virtuales, así como actividades diferentes e interactivas (P17).

Para mi vida profesional, el TCU me preparó para situaciones inesperadas y sobrellevarlo de la mejor manera posible. También me ayudó mucho a adaptarme a personas con diferentes ideas para trabajar en conjunto (P19).

Me preparó mucho para administrar mi tiempo, priorizar tareas, así como transportarme a un lugar nuevo y asumir nuevos retos (P27).

Me preparó mucho mejor laboralmente ya que al estar en un ambiente interactuando con otras personas y tratando de plasmar en un sitio sus ideas es muy enriquecedor (P35).

Cada uno de los comentarios refleja un aspecto positivo, un elemento que vino a sumar en preparación y un reflejo de la satisfacción de haber sacado provecho del TCU.

Percepciones del estudiantado en cuanto al aporte del TCU a su vida personal

Si bien el TCU se enmarca en un contexto académico de preparación para la vida laboral, la acción social tiene un peso preponderante en el impacto sobre las personas, sobre su ser más allá de los requisitos administrativos o su lugar en la economía futura del país. La acción social toca al ser humano, lo sensibiliza y abre su visión de mundo. Es por esto que el aporte del TCU a la vida personal del estudiantado es el más significativo desde la experiencia de cada persona. Algunos de los comentarios que el estudiantado quiso compartir con nosotros sobre ese impacto son los siguientes:

El involucrarse con las comunidades lo hace a uno crecer empáticamente y como persona. También nos ayuda a desarrollar habilidades sociales y a poder ver la carrera como un medio de inclusión en la sociedad (P5).

Fue un impacto positivo ya que normalmente no socializo con las personas por sucesos personales. Pero esto me demostró que no es tan complicado y que se puede aprender mucho de otras personas (P8).

En mi vida personal tuvo un impacto muy importante, ya que conocí a muchas personas muy buenas, entablé discusiones y ayudé en la manera que pude a muchas personas que querían aprender el idioma, dicha situación fue muy enternecedora y a la vez motivadora (P9).

Me hizo creer más en mí misma y en las capacidades que tengo. Siempre he sido muy insegura y el TCU me ayudó a abrir los ojos y ver que, si tenemos miedo a hacer algo, lo tenemos que hacer aún con más ganas. No cambiaría esta experiencia por nada (P19).

Además, el TCU hizo que muchas personas tomaran conciencia de la realidad de las comunidades en las que trabajaron, les sensibilizó y abrió su panorama:

Me ayudó a comprender muchas otras realidades y saber que todos estamos para ayudar y colaborar (P11).

Me ayudó a ser más consciente de la realidad de las personas en lugares tan cercanos como puede ser La Capri (P18).

Me ayudó mucho a conocer la realidad sobre el impacto que tiene el francés en las comunidades lo que hizo que me enamorara más de la lengua (P25).

Sensibilización, siento que me ayudó a acercarme a la realidad del país, muchas comunidades que no se visitan por miedo o prejuicios y la realidad es que hay muchas personas talentosas y con deseos de aprender (P30).

Me permite ver que existen muchas personas y comunidades que necesitan ayuda de una u otra forma, que sin el TCU probablemente no habría una manera tan eficaz de ayudarles (P35).

Por último, el TCU trajo satisfacción al estudiantado que pudo atestiguar el impacto que su esfuerzo tuvo en las comunidades con las que trabajó:

Un impacto positivo y de vocación, el servicio dado y el agradecimiento recibido fue mucho. El mensaje de empoderamiento que logramos transmitir a las comunidades fue bastante motivador (P39).

Es satisfactorio ver cómo las personas se interesan en aprender y el hecho de poder ayudar es simplemente gratificante (P4).

Dimensionar verdaderamente el impacto de dicho proyecto en la comunidad, conocer de cerca las necesidades existentes y entender la importancia del trabajo en comunidades (P40).

Queda claro que la acción social de las universidades no sólo afecta a las poblaciones a las que se sirve, sino que deja una huella profunda en nuestro estudiantado, sin el cual sería imposible llegar a tanta gente en áreas tan diversas.

Tal como evidenciamos en el punto tres, sobre la utilidad de cumplir con el requisito del TCU para completar los planes de estudio, estas percepciones coinciden con las declaraciones del mismo estudiantado en sus reportes de conclusión de proyecto de TCU (los cuales son entregados por la totalidad del estudiantado a los docentes responsables, para incorporarlos en el informe anual de labores), en los cuales se presentan aportes recurrentes donde las personas manifiestan la importancia de comprender el contexto nacional, para así poder generar cambios sustanciales; la relevancia y el alcance que tienen los proyectos de TCU dentro de las comunidades y la importancia de velar por su permanencia para seguir trabajando con muchas más poblaciones; la comprensión del valor de combinar adecuadamente práctica y teoría a nivel académico; el descubrimiento de comunidades desconocidas, valorando la importancia de llevar conocimientos nuevos a comunidades que, por motivos socioeconómicos, no pueden acceder a ellos, y el desarrollo académico y personal que genera el TCU en el estudiante, el cual permite el crecimiento de valores que son indispensables para el ser humano (Informes BITÈ 2021 y 2022, en UCR, 2022b).

Eventos especialmente recordados por el estudiantado

De algunos hechos puntuales queda registro del beneficio en términos tangibles, como la cantidad de personas capacitadas y participantes de los talleres, las páginas web o el material confeccionado para donación a las instituciones, pero otros permanecerán en el recuerdo de las personas por el aspecto vivencial. Las experiencias se ven marcadas por las actividades, sus características, las sensibilidades despertadas y las emociones afectadas en cada persona que participa. Por eso es importante sistematizar las experiencias, para dejar un testimonio de las acciones que se tomaron y de los efectos que tuvieron. Algunas anécdotas del estudiantado son:

En la Fundación Jesuita para Migrantes en el programa Merienda y Zapatos se trabajaba con niños y adolescentes y uno se da cuenta de la emoción de aprender de los niños y adolescentes, es muy interesante brindar dicha motivación, también se comprende mejor la situación de personas migrantes y el agradecimiento de dichos niños es muy enternecedor (P9).

Me gustó compartir con los profes, más que como profes, como nos lo dijeron “como colegas”. Me sorprendió mucho que semejantes instituciones en la carrera como lo son estos profes, nos traten como iguales cuando andamos afuera representando a todos en el TCU (P11).

En un taller impartido en un colegio, una estudiante se me acercó y me dijo que podía ver la pasión y el amor que yo tenía por la lengua y eso la inspiró a estudiar francés. Me contó que quería estudiarlo, pero le daba miedo porque todos estudian inglés, pero le di la confianza para hacerlo. En ese momento me di cuenta de que cada segundo de TCU valió la pena y lo volvería a hacer sin dudarlo (P19).

Me conmovió mucho el cariño que los chicos de Los Sitios me mostraron. Ellos mismos se organizaron y un día hicieron una merienda compartida. En mi último día me despidieron con un gran abrazo. Todavía pienso en ellos y espero que se encuentren muy bien (P27).

En un taller de arte, teníamos varios grupos y recuerdo un señor mayor, tal vez de 60 años, que asistía con mucho entusiasmo para aprender de arte, ya que quería mejorar su técnica porque era artesano. Lo recuerdo porque me marcó de manera emotiva, esto me llamó la atención, ya que, siendo artesano, de igual manera le entusiasmaba que estudiantes de la UCR le ayudaran a aprender para poder desempeñar de mejor manera su profesión (P30).

Al finalizar el taller oral en Los Sitios, el grupo de adultos se organizó para celebrarnos los cumpleaños a los profes que estábamos en ese momento con temática parisina, estaban muy agradecidos y motivados con lo aprendido (P39).

Al finalizar el proceso de TCU, el estudiantado logra visualizar la riqueza de la experiencia, tal como lo demuestran tanto los reportes finales consultados, como las respuestas al cuestionario aplicado. No es casualidad que las experiencias que generaron mayor impacto tuvieron que ver con los talleres orales, pues las personas participantes tuvieron un mayor contacto con las comunidades y salieron de sus zonas de confort al enfrentarse a situaciones ajenas a su cotidianeidad.

Conclusión

La acción social es uno de los pilares de la Universidad de Costa Rica. Quizás a nivel generalizado hay un desconocimiento del gran impacto que nuestros proyectos de TCU tienen en las comunidades en las áreas más diversas a lo largo y ancho del país, y esto ha hecho que algunas personas se enfrenten al cumplimiento de este requisito con desgano o aprehensión. Sin embargo, la experiencia de invertir ese tiempo en ayudar a poblaciones externas a nuestra institución logra sensibilizar al estudiantado hacia la importancia de la labor que realizan.

Desde la institución se procura divulgar los aportes que damos a las comunidades; de hecho, las mismas personas beneficiadas transmiten el aprovechamiento de todo el conocimiento y apoyo que reciben de nuestra parte, pero con menor frecuencia evidenciamos la vivencia de nuestro estudiantado y los beneficios directos que obtienen de completar sus proyectos de TCU: más allá de cumplir el requisito que les permitirá recibir un diploma universitario, las actividades que realizan impactan positivamente en su vida académica mientras son parte del proyecto, pues debieron volver a los libros y hacer uso de sus conocimientos para desarrollar las actividades; pudieron prepararse para su vida profesional en cuanto se integren a la fuerza laboral del país, gracias a la asignación de funciones y responsabilidades similares a las que tendrán que asumir en su desempeño profesional y, sobre todo, les enriquece a nivel personal al sensibilizarles sobre la realidad de las comunidades y la respuesta que reciben de las poblaciones con las que trabajan. Algunas personas descubrirán una vocación de servicio que no sabían que podían tener.

Es evidente que no se puede considerar que la actitud hacia las experiencias sea unánime. Si bien una mayoría casi absoluta identificó los beneficios del trabajo comunal universitario, no podemos ignorar (en particular en una investigación de enfoque cualitativo) la posibilidad de que haya quien se enfrente a esta actividad con hostilidad y cuya actitud no varíe. Aun si una única persona fue quien manifestó no haber obtenido ningún aporte en su vida académica, profesional y personal, el hecho de que no disfrutara ninguna actividad ni percibiera la utilidad del TCU debe ser un llamado de atención para quienes nos hacemos cargo de organizar los proyectos.

Al sistematizar las experiencias vividas por la población consultada, podemos identificar las actividades que tienen mayor impacto en sus vidas (sea para crecimiento personal o por la oportunidad de desarrollar competencias específicas útiles en el contexto laboral) y procurar seguir facilitando este tipo de acciones para el provecho de las futuras generaciones participantes.

En el balance general, la experiencia vivida por el estudiantado da cuenta de que el requisito de graduación que implica la participación en el proyecto se encuentra bien fundamentado en que, según las áreas de desarrollo académico de las personas, posiblemente sea la única oportunidad de entrar en contacto con las comunidades, de sensibilizarse hacia la vocación que debe implicar el ejercicio profesional de sus carreras y, aún más allá, de conocerse en otro contexto: uno más humano. Ese aporte que la experiencia del TCU trae a la vida del estudiantado es el que hemos querido destacar en nuestro trabajo, como agradecimiento a su labor y como recordatorio de la importancia de continuar desarrollando proyectos de acción social.

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Recibido: 29 de Septiembre de 2022; Aprobado: 22 de Marzo de 2023

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