Introducción
El presente artículo tiene como objetivo presentar un análisis del nivel de competitividad de las Pequeñas y Medianas Empresas (PyMEs) del municipio de Umán, Yucatán, para ello es importante analizar el concepto de PyME. Antes de ello, es necesario señalar el concepto de empresa, Chiavenato (2007) menciona que, es una organización social que aprovecha una gran diversidad de recursos para conseguir objetivos estipulados. Es una organización social por ser una asociación de individuos para el aprovechamiento de un negocio y que tiene por fin un objetivo particular, que puede atender una necesidad social u obtener ganancia. Por su parte, Pallares, et al., (2005) indican que la empresa se puede contemplar como un sistema en el cual un individuo o un grupo de personas desarrollan un cúmulo de actividades dirigidas a la producción y/o distribución de bienes y/o servicios encuadrada en un particular objeto social.
Cardozo, et al., (2012) agregan que definir a la PyME implica una alta complejidad, los criterios más utilizados para ello son el número de empleados y el volumen de ventas. De acuerdo con el Diario Oficial de la Federación (DOF) el rango de trabajadores que puede tener un negocio para que se encuentre en la clasificación de PyME (Pequeña y Mediana Empresa) es de 11 hasta 250 trabajadores y de igual manera el rango de ventas que puede tener es de 4.01 hasta 250 millones de pesos al año (DOF, 2009). En ese orden de ideas, se tendría que una PyME es aquella empresa que cumple con el número de empleados y ventas establecido anteriormente.
Las Pequeñas y Medianas Empresas (PyMEs), son relevantes para el funcionamiento de la economía mexicana, tanto en número de unidades económicas como en el número de personas ocupadas por unidad de negocio. De acuerdo con datos del Estudio sobre Demografía de Negocios del año 2020 realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI, 2021) a nivel nacional se tienen 135,906 PyMEs con un promedio de 20.15 empleos por unidad de negocio equivalentes a 2,739,185 empleos, mientras que, a nivel estatal, en Yucatán se tienen 3,016 PyMEs y 19.37 empleos por empresa en promedio equivalentes a 58,435 empleos, por lo que, estas empresas cumplen con una función social. En el estado de Yucatán, las PyMEs son de gran relevancia para la economía tanto local como nacional, ya que generan el sustento diario de un gran número de familias.
Saavedra y Tapia (2012) señalan que la PyME en México se enfrenta a diversas problemáticas, estas se observan principalmente en bajos niveles del Producto Interno Bruto (PIB) per cápita, ausencia de empleo digno y acceso a vivienda; la cultura empresarial mexicana presenta una falta de visión a largo plazo y el rechazo hacia la delegación de responsabilidad y el trabajo en equipo, la implementación de políticas públicas de apoyo a la PyME con alcances limitados y un entorno para establecer negocios que ha mejorado en los últimos años en algunos aspectos, sin embargo hay otros que se encuentran pendientes de atención como son el registro de propiedades, obtención de crédito, protección de inversionistas y pago de impuestos.
Es importante mencionar que actualmente el mercado es más dinámico y competitivo, por lo que los factores de competitividad de las empresas es un tema que requiere atención para mantenerse vigentes en el mercado, más en el caso de las PyMEs, ya que su subsistencia y permanencia en el mercado genera fuentes de autoempleo para los propietarios de estas empresas y sus familias, lo cual contribuye a la economía local y nacional del país.
Los negocios requieren ser competitivos para mantenerse en el mercado, por lo que resulta necesario describir el concepto de competitividad. Este se ha ido adaptando a lo largo de la historia, tiene sus orígenes en las teorías económicas clásicas y cada vez va teniendo mayor importancia. En consecuencia, se percibe como en diversas partes del mundo y en particular en México se tiene inclinación por ser más competitivos, principalmente por estar inmersos en la globalización económica (Hernández, et al., 2015).
Por su parte, Saavedra (2014) indica que la competitividad empresarial es muy compleja y no es posible manejar la competitividad empresarial sin tomar en cuenta los elementos del ambiente que repercuten en la organización. Esta autora aporta una propuesta metodológica para la determinación de la competitividad empresarial que se fundamenta del mapa del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para estudiar los factores internos de la PyME, mientras que utiliza el enfoque de la competitividad sistémica de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) para los factores externos.
A partir de la consideración de la competitividad sistémica el presente trabajo tiene como objetivo presentar un análisis del nivel de competitividad de las PyMEs del municipio de Umán, Yucatán, lo anterior representa un aporte para ampliar el conocimiento existente relacionado a la competitividad en las empresas, ya que no se tienen estudios que analicen el nivel de competitividad de las PyMEs a nivel municipal en la localidad estudiada.
Marco teórico
La apertura económica ha generado cambios internos en las naciones que están inscritas en el desarrollo, estas transformaciones en la economía han expuesto que la competitividad y el crecimiento económico son el efecto de la interconexión de diversas estructuras. La economía, los mercados y las empresas han cambiado y son más competitivas, esta competitividad se ve condicionada por diversos factores. Es posible comprender la competitividad como la habilidad de una nación, región, sector o empresa para adentrarse al mercado eficientemente (Gracia, 2006).
Porter (2002) indica que el significado de competitividad puede ser diferente cuando se refiere a una empresa, una nación o también de acuerdo con el enfoque o la especialidad. La competitividad en una nación es proporcionar calidad y menor precio en la producción de bienes y servicios lo cual favorece a la población de un país por tener un incremento en los ingresos reales.
De acuerdo con Samuelson y Nordhaus (2003), la competitividad se refiere al nivel en que pueden competir los bienes o servicios de un país. Por su parte el Banco Interamericano de Desarrollo (2001) indica que una economía es más competitiva cuando el ambiente en el que funcionan las empresas está orientado al crecimiento sostenido de la productividad y de los niveles de ingreso per cápita.
Para un sector o industria, la competitividad se concibe como el potencial o la capacidad que tiene para crecer y tener un rendimiento atractivo sobre la inversión efectuada (Porter, 2002). Por su parte, Hernández (2000) realizó un estudio de la competitividad industrial en México y estableció dos tipos de competitividad industrial: la competitividad artificial y la competitividad real. La competitividad industrial artificial es aquella que se asocia con la radical reducción de la demanda interna y el incremento de la capacidad instalada ociosa, este tipo de competitividad no es sustentable a largo plazo debido a que se integra del aprovechamiento de cuantiosos recursos naturales y humanos. Mientras que la competitividad industrial real es sustentable a largo plazo, ya que se sustenta en la continua mejoría de la productividad que de manera general posibilita incrementar los sueldos del capital humano y a mediano plazo mejorar su calidad de vida.
Por su parte, cuando la competitividad se refiere a una empresa, esta se comprende como la cualidad para diseñar, generar y mercantilizar bienes y servicios, en donde habrá de diferenciarse con un valor agregado más llamativo que la de sus competidores (Porter, 2002). Mientras que, Solleiro y Castañón (2005) apuntan que la competitividad es la capacidad de una organización para mantener o incrementar su participación en el mercado basada en nuevas estrategias empresariales, en un sostenido aumento de la productividad, en la aptitud interempresarial para participar en convenios con diversas instituciones y otras compañías dentro de su entorno, en un ambiente competitivo establecido por el sector y el mercado de los consumidores y en políticas incorporadas por los gobiernos nacionales y alianzas económicas regionales.
La competitividad es dinámica, multisectorial, holística y multidimensional. No es posible obtener competitividad sin poseer una visión sistémica e integradora. Existen diversos modelos de competitividad, uno de ellos es el de competitividad sistémica. Esser, et al., (1996) indican que la competitividad de una empresa se sustenta en el patrón organizativo de la sociedad en su conjunto y los parámetros de relevancia competitiva en todos los niveles del sistema y la interrelación entre ellos es lo que produce ventajas competitivas, por lo que concluyeron que la competitividad es sistémica. Este concepto de competitividad conforma un marco referencial para los países industrializados y en desarrollo. Estos autores identifican los factores de la competitividad industrial los cuales se distribuyen en cuatro niveles de análisis: meta, macro, meso y micro.
Saavedra (2014) señala 8 factores que influyen en la competitividad sistémica de las empresas: planeación estratégica, producción y operaciones o aprovisionamiento, aseguramiento de la calidad, comercialización, contabilidad y fianzas, recursos humanos, gestión ambiental y sistemas de información.
La planeación estratégica es cometida de todo director en los diversos niveles de una empresa, en la actualidad esta planeación es vital para que la compañía alcance el éxito. Este proceso de planeación puede referirse a la confirmación o rechazo de áreas específicas de negocios, a cómo se establecen los recursos, ampliar o diversificar sus operaciones, y a la identificación de los sujetos sociales y los mercados (Jama, 2019).
El sistema de producción de una empresa se encarga de convertir en valor los productos o servicios que la organización vende a sus clientes, usualmente a través de transformar alguna materia prima. En términos empresariales se comprende como producción a los diversos procesos, técnicas y estrategias, aplicados de manera sistemática, a través de los cuales es posible conseguir algunos determinados bienes y servicios y aumentar su valor para responder a la demanda de sus clientes (Buzón, 2019).
La logística del aprovisionamiento se encarga del proceso de obtención y resguardo de productos como las materias primas, materiales, piezas, etc., desde los proveedores hasta el comienzo del proceso productivo. La logística permite gestionar la empresa a partir del flujo material e informativo que va desde los proveedores hasta los clientes, y donde el flujo material se lleva a cabo a partir de la gestión de los aprovisionamientos, la gestión de los procesos de transformación y la gestión de la distribución (López, 2004). Por su parte, Gómez (2013) agrega que, desde el punto de vista empresarial, la logística hace referencia a la manera de organización que aplican las empresas para el aprovisionamiento de los materiales, la producción, el almacenamiento y la distribución de los productos.
La calidad es un factor que ayuda a lograr una ventaja competitiva la cual crea una diferencia con los competidores, mientras que el uso de modelos de gestión proporciona a las empresas un marco para el desarrollo de compromisos, estrategias y le ayuda a lograr los fines propuestos a través de tener a sus clientes satisfechos (Santamaría, 2017).
Los empresarios requieren comprendan la relevancia del uso de sus recursos y capacidades en la ejecución de las actividades de comercialización, ya que estas presentan una relación provechosa con la competitividad que le genera rentabilidad a largo plazo, lo que a su vez se interpreta en la continuidad en el mercado (Saavedra et al., 2020).
La contabilidad es vital para que las PyMEs consigan el éxito empresarial, porque ayuda a que cumplan sus obligaciones legales y fiscales, garantiza la transparencia y la responsabilidad empresarial, y es imprescindible para la toma de decisiones informadas dentro de la organización (Carvajal, 2022).
La gestión del capital humano es considerada en la actualidad como una herramienta preciada para cualquier empresa, porque a medida que las organizaciones gestionan sus recursos humanos también alcanzan altos niveles de competitividad y control de procesos (Niebles et al., 2019).
La dimensión ambiental de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) toma en cuenta la responsabilidad ambiental de las empresas en sus procesos productivos. La gestión ambiental dentro de la RSE implica el mejoramiento de un conjunto de actividades orientadas a promover la previsión e inspección de las consecuencias ambientales que puedan producirse en la etapa de adquisición de un servicio o producto y al concluir su ciclo de vida (González, 2022).
Los empresarios no perciben la relevancia de poseer un sistema de información, la falta de sistemas creados para las PyME o que sean muy costosos contribuye a que las empresas no desarrollen el factor de sistemas de información. Sin embargo, existe relación entre todos los aspectos del área de tecnologías de la información y la competitividad en las empresas micro, pequeñas y medianas por igual. Debido a ello, se requiere promover en las organizaciones la ejecución de los sistemas de información para optimizar su operación (Saavedra et al., 2019).
La relevancia de las pequeñas empresas no solo radica en su contribución al PIB, al empleo y otras variables relacionadas. Estas organizaciones poseen ciertas ventajas específicas de las que se originan contribuciones significativas al desarrollo económico. Estas se sintetizan en: son fuentes considerables de crecimiento económico, son fuentes valiosas de innovación, posibilitan una distribución del ingreso más justa y benefician la economía local (Vázquez y Arredondo, 2014).
Las PyMEs son sustanciales para el desarrollo económico sustentable, porque son generadoras de riqueza y son elementos variables que establecen, emplean y desarrollan nuevas acciones productivas. Estas empresas deben sobrevivir en los mercados altamente competitivos, por lo que requieren conseguir un desarrollo empresarial que se los permita. Es necesario que el empresario se capacite en temas de crecimiento económico, cultura empresarial, gestión del conocimiento, innovación, liderazgo, los cuales conformarían un desarrollo empresarial para la PyME (Delfín y Acosta, 2016). Debido a lo anterior, resulta significativo estudiar a las empresas y su nivel de competitividad.
Metodología
La investigación desarrollada se hizo con un enfoque cuantitativo, de corte transversal aplicando encuestas a los propietarios de las PyMEs del municipio de Umán, Yucatán.
La encuesta que se aplicó fue una adaptación del instrumento validado de Saavedra (2014) el cual consta de 110 ítems agrupados en los 8 factores para las PyMEs del sector industria, 89 ítems agrupados en los 8 factores para las PyMEs del sector comercio y del sector servicios. Los factores que se estudiaron fueron: planeación estratégica, producción y operaciones (para el giro industria), aprovisionamiento (para el caso de empresas de comercio y servicios), aseguramiento de la calidad, comercialización, contabilidad y finanzas, recursos humanos, gestión ambiental y sistemas de información. Dichos factores fueron las variables para medir el nivel de competitividad de las PyMEs estudiadas. En la Tabla 1, se muestra la operacionalización de las variables que conforman los factores de competitividad.
Variables | Indicadores | ||
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Planeación estratégica | Proceso de planeación estratégica | ||
Implementación de la estrategia | |||
Producción y operaciones | Planificación y proceso de producción | ||
Capacidad del proceso | |||
Mantenimiento preventivo | |||
Investigación y desarrollo | |||
Aprovisionamiento | |||
Manejo de inventarios | |||
Ubicación e infraestructura | |||
Aprovisionamiento | Aprovisionamiento | ||
Manejo de inventarios | |||
Ubicación e infraestructura | |||
Aseguramiento de la calidad | Aspectos generales de la calidad | ||
Sistema de calidad | |||
Comercialización | Mercado nacional (comercialización y ventas) Mercado nacional (mercadeo y ventas) |
||
Mercado nacional (servicios) | |||
Mercado nacional (distribución) | |||
Contabilidad y finanzas | Monitoreo de costos y contabilidad | ||
Administración financiera | |||
Normas legales y tributarias | |||
Recursos humanos | Aspectos generales | ||
Capacitación y promoción del personal | |||
Cultura organizacional | |||
Salud y seguridad industrial | |||
Gestión ambiental | Política ambiental de la empresa | ||
Estrategia para proteger el medio ambiente | |||
Concientización y capacitación del personal en temas Ambientales | |||
Administración del desperdicio | |||
Sistemas de información | Planeación del sistema | ||
Entradas | |||
Procesos | |||
Salidas |
Fuente: Saavedra, 2014.
El periodo de aplicación fue de enero a junio de 2023. La población del estudio fue de 95 con una muestra de 77 unidades de negocio. El software estadístico que se utilizó para el procesamiento de los
datos fue SPSS.
Resultados y discusión
Se establecen cinco niveles de competitividad de 0 a 20% corresponde a un nivel muy bajo de competitividad, de 21 a 40% a un nivel bajo, de 41 a 60% a un nivel medio, de 61 a 80% a un nivel alto y de 81 a 100% a un nivel muy alto. También resulta relevante señalar que cada factor de competitividad estudiado se compone a su vez de otras dimensiones.
Respecto al factor de planeación estratégica de las PyMEs de industria en el municipio de Umán se tiene un nivel de 61.74% (nivel alto), las del sector comercio presentan un nivel de 78.54% (nivel alto), las de servicios presentan un nivel de 56.90% (nivel medio), como se observa en la Figura 1. Este factor evalúa si la empresa ha realizado el proceso de planeación estratégica en los últimos años, el trabajo en equipo, objetivos medibles, análisis de fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas, además del benchmarking, la asignación de recursos, entre otros rubros.
Referente al factor producción y operaciones en las PyMEs de industria en Umán se tiene un nivel de 78.61% como se muestra en la Figura 2, dicho factor evalúa el proceso de producción, el mantenimiento al equipo y maquinarias, la innovación e investigación en la empresa, la adquisición de materias primas, el manejo de sus inventarios, entre otros rubros
Relacionado al sector de comercio, se tiene que el factor de aprovisionamiento se compone por la ubicación e infraestructura, el manejo de inventarios y el aprovisionamiento. En la Figura 3 se observa que las empresas de comercio estudiadas presentan un nivel de 79.32%, lo cual corresponde a un nivel alto. En el sector comercio sobresale el manejo de inventarios como el rubro mejor evaluado. Mientras que, en el sector de servicios se observó un nivel de 56.58% del factor de aprovisionamiento, lo cual corresponde a un nivel medio. En este factor, la ubicación e infraestructura fueron los mejor evaluados.
En cuanto al factor aseguramiento de la calidad, este factor evalúa el impulso y capacitación sobre la calidad, la documentación de normas de calidad, el cumplimiento de las normas técnicas en el sector, las especificaciones técnicas en las materias primas, entre otros aspectos. En las PyMEs de industria en Umán, este factor tiene un nivel del 78.89%. Por su parte las empresas que pertenecen al sector del comercio tienen un nivel de 78.12% correspondiente a un nivel alto. En este sector el rubro conformado por los aspectos generales de la calidad resulto mejor evaluado. Mientras que, las empresas que pertenecen al sector de servicios presentan un nivel del 69.67% correspondiente a un nivel alto, en este sector sobresalen los sistemas de calidad como el rubro mejor evaluado, como se observa en la Figura 4.
Respecto al factor comercialización de las PyMEs de industria en Umán se tiene un nivel del 59.89% como se muestra en la Figura 5, este factor evalúa la generación de planes de mercado, la información de los competidores, los recursos asignados al marketing, el contacto con los clientes, la fuerza de venta capacitada, entre otros rubros.
En la Figura 6 se observa que las empresas que pertenecen al sector comercio presentan un nivel del 81.25%, lo que corresponde a un nivel muy alto, donde sobresale el rubro de mercadeo y ventas como el mejor evaluado. Por su parte, las empresas del sector de servicios presentan un nivel del 76%, lo que corresponde a un nivel alto, en este factor destaca el mercadeo y ventas como el rubro mejor evaluado.
En cuanto al factor de contabilidad y finanzas de las PyMEs, este factor evalúa si los sistemas de contabilidad y costos proporcionan información oportuna y confiable, la frecuencia de elaboración de presupuestos, ingresos y egresos, así como la utilidad de sus inversiones, entre otros aspectos. En el sector de industria de Umán este factor tiene un nivel del 60.38%. Por su parte el sector comercio presenta un nivel del 79.76%, lo cual corresponde a un nivel alto. En este sector sobresale el rubro del monitoreo de costos y contabilidad como el mejor evaluado. Por su parte, las empresas de servicios presentan un nivel del 75.97%, lo que corresponde a un nivel alto, en este sector el rubro mejor calificado fue el monitoreo de costos y contabilidad, como se observa en la Figura 7.
Referente al factor de recursos humanos de las PyMEs, dicho factor evalúa las políticas y manuales de procedimientos, programas de capacitación para el personal, la comunicación y sentido de pertenencia dentro de la empresa, el programa de seguridad industrial, entre otros rubros. En el sector industria en Umán, se tiene un nivel del 59.41%. Mientras que, en las empresas del sector de comercio, se tiene un nivel del 79.59%, lo que corresponde a un nivel alto. En este sector sobresale la cultura organizacional como el rubro mejor evaluado. Por su parte, las empresas de servicios presentan un nivel del 75.04% del factor de recursos humanos, en este destacan la cultura organizacional y los aspectos generales relacionados a los recursos humanos como los factores mejor evaluados, lo anterior se puede observar en la Figura 8.
Respecto al factor gestión ambiental de las PyMEs, dicho factor evalúa el conocimiento de las normas ambientales, el tomar en cuenta las regulaciones ambientales cuando se desarrollan los productos y servicios, la definición de tareas para el cumplimiento de las regulaciones ambientales, la minimización del uso de recursos, la medición de los desperdicios, entre otros rubros. En el sector industria se tiene un nivel del 47.27%. También se observó un nivel del 49.05% del factor de gestión ambiental en las empresas pertenecientes al sector de comercio. En este sector el rubro de administración del desperdicio fue el mejor evaluado y el rubro de estrategia para proteger el medio ambiente fue el peor evaluado. En cuanto a las empresas de servicios, estas presentan en la gestión ambiental un nivel del 58.59%, que corresponde a un nivel medio. En este sector los rubros de estrategia para proteger al medio ambiente fue el mejor evaluado, mientras que la concientización y capacitación del personal en temas ambientales fue el que muestra el menor puntaje, lo anterior se puede observar en la Figura 9.
Por su parte, el factor de sistemas de información de las PyMEs evalúa si los sistemas de información cumplen con los requerimientos de información de la empresa, la actualización en programas, equipos de cómputo y capacitación de su uso, si los archivos de la empresa se almacenan adecuadamente, la sistematización y almacenamiento seguro de los respaldos de los archivos de la empresa, la generación de información oportuna y confiable de los sistemas, entre otros aspectos. En el sector industria en Umán se tiene un nivel de 60.06%. Mientras que, las empresas que pertenecen al sector de comercio presentan un nivel del 61.48%, lo que corresponde a un nivel alto. En este sector, el aspecto de la planeación del sistema es el mejor evaluado. Por otro lado, las empresas del sector de servicios presentan un nivel de 67.73%, lo que corresponde a un nivel alto. En este sector sobresalen las entradas y la planeación del sistema como los aspectos mejor evaluados, lo cual se observa en la Figura 10.
Se encontró que las PyMEs del municipio de Umán del sector industria presentan un nivel de competitividad de 64.16% como se muestra en la Figura 11. Destaca el factor de aseguramiento de la calidad como el factor más alto en las empresas estudiadas.
En las PyMEs del municipio de Umán del sector comercio se encontró que presentan un nivel de competitividad de 75.64%. En este sector destaca el factor de comercialización como el factor más alto en las empresas estudiadas, mientras que, la gestión ambiental es el factor que presenta mayores oportunidades de mejora. Además, se encontró que las PyMEs del municipio de Umán del sector servicios presentan un nivel de competitividad de 67.93%. En este sector los factores mejor evaluados fueron la comercialización y la contabilidad y finanzas, mientras que los factores con niveles menores fueron la gestión ambiental y el aprovisionamiento, como se muestra en la Figura 12.
Conclusiones
Es necesario señalar que los factores de competitividad cada día son más importantes para que las PyMEs puedan sobrevivir y de esta forma continuar siendo la base del sustento de las familias que dependen de estas. Estos negocios al ser pequeños cuentan con infraestructura y capital limitados para invertir y mejorar sus características que le permitan tener un mejor desarrollo en sus actividades, por lo que resulta indispensable que identifiquen los factores de la competitividad para contribuir a mejorar su participación y desempeño en el mercado.
Las PyMEs del municipio de Umán, Yucatán presentan un nivel de competitividad mayor al 61%, por lo que se puede concluir que estas empresas estudiadas presentan un nivel de competitividad alto. Cabe mencionar que el nivel que presentan en cada factor varía de un nivel medio a un nivel alto.
Respecto a cada sector productivo, se observó que los tres sectores del municipio estudiado presentan un nivel de competitividad alto. El sector industrial presenta un nivel del 64.16%, el sector de comercio un nivel del 75.64% y el sector de servicios un nivel de 67.93%. Debido a lo anterior se concluye que el sector de comercio presenta un nivel más alto de competitividad en el municipio de Umán, Yucatán.
En las empresas estudiadas se observó que destacan dos factores de competitividad, el aseguramiento de la calidad y la gestión ambiental.
El primer factor, el aseguramiento de la calidad, fue uno de los factores mejores evaluados en los tres sectores, siendo importante la calidad para las empresas, ya que al ofrecer un servicio o producto requieren cumplir con los estándares de calidad para ofrecer a sus clientes productos que cumplan sus expectativas y la demanda del mercado, el cual al ser altamente competitivo se espera de las empresas que los productos que ofrezcan estén adecuadamente elaborados. Respecto a este factor, en los tres sectores se presentó un nivel alto de competitividad, se obtuvo un nivel de 78.89% para el sector industria, un nivel de 78.12% para el sector comercio y un nivel de 69.67% para el sector de servicios.
Por otra parte, el factor, gestión ambiental, fue uno de los factores evaluados con los menores puntajes en los tres sectores, se observó que las empresas han ido adoptando medidas que reduzcan su impacto ambiental, sin embargo, aún falta desarrollar una mejor cultura ambiental en las empresas, lo cual traería beneficios al medio ambiente, a la sociedad e incluso a las empresas al usar los recursos de manera eficiente. Referente a este factor, se observó un nivel medio de competitividad en los tres sectores, en el sector industria se tuvo un nivel de 47.27%, en el sector comercio un nivel de 49.05% y en el sector de servicios un nivel de 58.59%.
Se apunta que la competitividad de la empresa requiere ser analizada de forma sistémica, evaluando los factores de competitividad que ayudan a mejorar las actividades de las unidades de negocios, teniendo en cuenta que es relevante para ser más competitivos medir el nivel de competitividad para tomar acciones que ayuden a mantener lo que la empresa ya hace bien y tomar medidas para aplicar estrategias para contribuir y mejorar las áreas de oportunidad que la empresa presenta.
Finalmente, como se observó en los resultados de la investigación el nivel de cada factor de competitividad incide en el nivel de competitividad de las PyMEs estudiadas y en el nivel de competitividad de la localidad. De igual modo, es relevante señalar que el estudio de la competitividad es importante por la afectación que tiene en las empresas, en sus actividades, en su relación con la región y en los beneficios que producen para los habitantes de la localidad.