Introducción
A pesar de los recientes avances en la comprensión del envejecimiento humano a lo largo de la vida, su estudio en adultos mayores sigue siendo un desafío.1,2 Las mediciones de las diferencias en las tasas de envejecimiento biológico en adultos mayores con edades cronológicas (EC) similares se han caracterizado por emplear metodologías que captan los cambios asociados a la edad con base en la función física, la independencia y la resiliencia.3 En concreto, los adultos mayores presentan perfiles de envejecimiento heterogéneos que van desde cambios fisiológicos modestos hasta deterioros significativos en la función física, la discapacidad y la dependencia.4-6 Entre los métodos disponibles para medir el envejecimiento se encuentran los conceptos de edad biológica (EB) y fragilidad, que a menudo se tratan de manera intercambiable y se ha propuesto que comparten vías comunes.7,8
Datos recientes revelan que los cambios en la EB en adultos de mediana edad saludables se asocian a una acumulación progresiva de déficits, multimorbilidad y fragilidad.9,10 Los datos sobre la influencia de la EB en los fenotipos de fragilidad en adultos mayores son escasos; sin embargo, la evidencia en centenarios sugiere que dichos marcadores son útiles para modelar el envejecimiento, incluso en edades extremas.11,12 Recientemente, desarrollamos AnthropoAge como un proxy de la EB que captura la multimorbilidad y los cambios en la composición corporal asociados al riesgo de mortalidad a 10 años.13 Sin embargo, la aplicación de AnthropoAge en adultos mayores no ha sido reportada, ni su asociación con los fenotipos de fragilidad. Aquí se analizan datos de adultos mayores que viven en la comunidad en la Ciudad de México para validar el uso de AnthropoAge en esa población, con el objetivo de caracterizar los siguientes aspectos:
Material y métodos
Diseño del estudio y participantes
Se analizaron datos del estudio prospectivo de la Cohorte de Coyoacán, basado en población de adultos ≥ 70 años seleccionados aleatoriamente que viven en comunidad en el municipio de Coyoacán, Ciudad de México. Los detalles completos de esa investigación ya fueron publicados.14 Brevemente, la recopilación inicial de datos se llevó a cabo de marzo de 2008 a julio de 2009 en un proceso de dos etapas:
Se entrevistó a los participantes para obtener información sociodemográfica y la relacionada con la salud mediante cuestionarios estandarizados, seguidos de exámenes médicos y antropométricos realizados por personal de salud capacitado.
En 2011, se efectuó una evaluación de seguimiento, donde se repitieron los cuestionarios y se determinó el estado vital.
Los procedimientos de recopilación de datos fueron aprobados por el Comité de Ética del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán. Para este subanálisis, se incluyó a los participantes con mediciones antropométricas completas y datos para evaluar dos medidas de fragilidad.
Medidas de antropometría y función física
La altura y el peso se midieron con estadiómetro Seca-214 y báscula Seca-803. Las circunferencias del brazo medio superior, cintura, cadera y pantorrilla en posición de pie se midieron en centímetros con una cinta métrica de fibra de vidrio sin estirar en el lado izquierdo del cuerpo. La fuerza máxima de prensión voluntaria de la mano no dominante se midió en kilogramos con un dinamómetro de resorte Baseline™ Smedley. El índice de masa corporal (IMC) se obtuvo mediante la división del peso en kilogramos por el cuadrado de la altura en metros; la relación cintura-altura (RCA), con la división de la cintura entre la altura en centímetros; y la relación cintura-cadera (RCC), con la división de la cintura entre la circunferencia de la cadera en centímetros. La velocidad de la marcha se midió en la caminata de 4 m, incluida en la prueba de batería corta de rendimiento físico,15 y con la prueba levántate y anda, que mide el tiempo en segundos mientras el participante se levanta de una silla sin apoyo, camina 3 m, gira, camina de regreso y se sienta nuevamente.16 Los datos de fuerza de prensión, velocidad de la marcha y levántate y anda estuvieron disponibles solo para una submuestra de 283, 267 y 232 participantes, respectivamente. Las estimaciones de todas las medidas antropométricas fueron el promedio de al menos dos mediciones no consecutivas de pie.14
Estimación de AnthropoAge como un proxy de la edad biológica
AnthropoAge utiliza la EC y la antropometría para predecir el riesgo de mortalidad a 10 años específico por sexo como un proxy de la EB.13 Para este análisis, se calculó la versión simplificada de AnthropoAge (S-AnthropoAge),17 que utiliza las mediciones basales de EC, IMC y RCA. Para estimar la aceleración de la EB, se calculó AnthropoAgeAccel mediante los residuos de un modelo lineal que regresa AnthropoAge a la EC.13,18 La aceleración del envejecimiento se definió como AnthropoAgeAccel ≥ 0 años.
Medidas de fragilidad
La fragilidad es un fenómeno multidimensional que abarca la acumulación de déficits y cambios fenotípicos. Debido a su complejidad, la fragilidad se ha operacionalizado a partir de diferentes enfoques.19 En la presente investigación se implementaron dos distintas medidas de fragilidad:
Fenotipo de fragilidad modificado: se utilizó una definición modificada del fenotipo de fragilidad propuesto por Fried et al. previamente validado para la población en estudio,20,21 que emplea datos de cuestionarios de entrevista para identificar pérdida de peso no intencional ≥ 5 kg en los últimos 12 meses, agotamiento, baja actividad física, lentitud y debilidad. Como se informó anteriormente, los participantes fueron clasificados como frágiles si cumplían con tres o más criterios, prefrágiles si cumplían con uno o dos y no frágiles, si no cumplían con ninguno.22
Índice de fragilidad (IF): el cálculo del IF se llevó a cabo con el procedimiento de Searle, que tiene en cuenta datos de 42 déficits, incluidos síntomas, signos, discapacidades y enfermedades.23-25 Los déficits considerados se codifican como variables binarias e incluyen dificultades respiratorias, infarto de miocardio, accidente cerebrovascular, hipertensión, cáncer, diabetes, dislipidemia, enfermedad tiroidea, fracturas, artritis, incontinencia urinaria, dificultades de visión, dificultades auditivas, caídas, dolor, fumar, dificultades para empujar objetos pesados, levantar una moneda, permanecer sentado, levantarse de una silla, preparar una comida, bañarse, vestirse, usar el inodoro, entrar y salir de la cama, moverse por la casa, comer, hacer compras, tomar fármacos y manejar las finanzas; así como sueño inquieto, sentimientos de felicidad, soledad y tristeza; baja energía, depresión, sensación de que todo es un esfuerzo, salud autoevaluada, salud autoevaluada en comparación con el año anterior y hospitalización reciente. Posteriormente se suman todos los déficits y se dividen entre el número de déficits, lo que resulta en un cociente que sigue una distribución gamma, que varía de cero a uno, con valores más altos que representan mayor severidad de la fragilidad.25
Análisis estadístico
Las variables categóricas se expresaron como recuentos y frecuencias, y las variables continuas como medianas con rangos intercuartílicos (RIC). Las variables categóricas se compararon con las pruebas de χ2 y de Fisher, mientras que la pruebas de rango con signo de Wilcoxon se empleó para variables continuas. Todos los análisis se efectuaron mediante el programa R versión 4.3.3 y la significación estadística se definió con un valor de p < 0.05.
Asociación entre las puntuaciones de fragilidad y AnthropoAge
Para explorar la asociación entre AnthropoAge o AnthropoAgeAccel con el IF basal, se empleó la correlación de Spearman (ρ); esta asociación también se exploró para el número de componentes en el fenotipo de fragilidad (codificado como 0, 1, 2 o ≥ 3), como un análisis de sensibilidad. Se identificó la asociación del IF con AnthropoAgeAccel a nivel basal y con regresión lineal multivariable ajustada por EC, sexo y número de comorbilidades, para tener en cuenta su influencia; también se valoró la relación entre AnthropoAgeAccel y los fenotipos de fragilidad (no frágil, prefrágil y frágil) mediante regresión logística ordinal para estimar razones de momios o probabilidades (RM) de fragilidad grave, ajustadas por EC, sexo y número de comorbilidades a nivel basal. Como análisis exploratorio, se compararon las medidas antropométricas y de rendimiento físico en participantes con y sin envejecimiento acelerado (valores de AnthropoAgeAccel ≥ 0 versus < 0 años), estratificadas por sexo para investigar el impacto de la ausencia de fragilidad frente a la prefragilidad o fragilidad en los distintos fenotipos etarios.13
Aceleración de la edad biológica y puntuaciones de fragilidad
Se estudiaron las transiciones entre los fenotipos basales de fragilidad hasta el seguimiento de tres años, estratificados por la presencia de envejecimiento acelerado. Para explorar el envejecimiento acelerado basal como un factor de riesgo para estas transiciones, se ajustó una regresión logística ordinal de efectos mixtos con el programa ordinal de R para estimar las RM para la progresión de fragilidad, ajustadas por sexo, EC y número de comorbilidades a nivel basal. Los resultados se presentan como coeficientes beta (β) en los modelos de regresión lineal y como RM con sus correspondientes intervalos de confianza de 95 % (IC 95 %) en los modelos de regresión logística binaria y ordinal.
Resultados
Población del estudio
De los 1124 participantes reclutados, se incluyeron 735 para este análisis. Entre ellos, 389 eran mujeres (53 %), la edad cronológica mediana fue de 76 años (RIC = 73-81) y 335 participantes presentaban envejecimiento acelerado (45.6 %). Comparados con aquellos sin envejecimiento acelerado, los participantes con envejecimiento acelerado tenían una EC similar, pero una mayor prevalencia de fragilidad, mayor IF, IMC y RCA, así como una mayor prevalencia de diabetes (Tabla 1). Los participantes con envejecimiento acelerado también tenían menor fuerza de prensión manual y velocidad de marcha. Se observó una fuerte correlación entre AnthropoAge y EC (ρ = 0.93, IC 95 % = 0.92-0.94), sin diferencias debido al sexo (p = 0.515), Figura 1. Tras el seguimiento, se conocía el estado de 586 participantes (79.7 %), de los cuales 61 habían fallecido (10 %), sin diferencias en aquellos con envejecimiento acelerado (Tabla 1).
Característica | Muestra total (n = 735) | No acelerado (n = 400) | Acelerado (n = 335) | p* | |||
---|---|---|---|---|---|---|---|
n | % | n | % | n | % | ||
Sexo femenino | 389 | 53 | 206 | 52 | 183 | 55 | 0.4 |
Estado de fragilidad | < 0.001 | ||||||
No frágil | 366 | 50 | 221 | 55 | 145 | 43 | |
Prefrágil | 284 | 39 | 151 | 38 | 133 | 40 | |
Frágil | 85 | 12 | 28 | 7.0 | 57 | 17 | |
Infarto de miocardio | 63 | 8.6 | 35 | 8.8 | 28 | 8.4 | 0.9 |
Accidente cerebrovascular | 22 | 3.0 | 13 | 3.3 | 9 | 2.7 | 0.7 |
Diabetes | 157 | 21 | 70 | 18 | 87 | 26 | 0.005 |
Hipertensión | 412 | 56 | 215 | 54 | 197 | 59 | 0.2 |
Cáncer | 42 | 5.7 | 24 | 6.0 | 18 | 5.4 | 0.7 |
Dislipidemia | 264 | 36 | 142 | 36 | 122 | 36 | 0.8 |
Número de comorbilidades | |||||||
0 | 185 | 25 | 108 | 27 | 77 | 23 | |
1 | 266 | 36 | 144 | 36 | 122 | 36 | |
2 | 181 | 25 | 101 | 25 | 80 | 24 | |
≥ 3 | 103 | 14 | 47 | 12 | 56 | 17 | 0.2 |
Muerte en el seguimiento | 61 | 10 | 28 | 8.9 | 33 | 12 | 0.2 |
Desconocido | 149 | 85 | 64 | ||||
Estado de fragilidad en el seguimiento | 0.017 | ||||||
No frágil | 81 | 31 | 49 | 37 | 32 | 24 | |
Prefrágil | 138 | 52 | 67 | 51 | 71 | 54 | |
Frágil | 44 | 17 | 15 | 11 | 29 | 22 | |
Desconocido | 472 | 269 | 203 | ||||
Mediana (RIC) | Mediana (RIC) | Mediana (RIC) | |||||
Edad cronológica (años) | 76.0 (73.0-81.0) | 76.0 (73.0-81.0) | 76.0 (73.0-81.0) | 0.3 | |||
AnthropoAge (años) | 76 (72-81) | 74 (71-79) | 77 (74-83) | < 0.001 | |||
Índice de fragilidad | 0.28 (0.23-0.33) | 0.25 (0.23-0.33) | 0.28 (0.23-0.35) | 0.005 | |||
IMC (kg/m²) | 26.8 (24.0-29.5) | 26.4 (24.3-28.4) | 27.3 (23.5-31.2) | 0.034 | |||
Relación cintura-altura | 0.61 (0.56-0.66) | 0.58 (0.54-0.62) | 0.66 (0.60-0.70) | < 0.001 | |||
Relación cintura-cadera | 0.96 (0.90-1.01) | 0.92 (0.87-0.97) | 0.99 (0.95-1.04) | < 0.001 | |||
Circunferencia de pantorrilla (cm) | 33.7 (31.4-36.3) | 34.4 (32.4-36.3) | 32.6 (30.3-36.1) | < 0.001 | |||
Circunferencia de brazo (cm) | 28.4 (26.1-30.7) | 28.5 (26.7-30.5) | 28.2 (25.1-31.1) | 0.079 | |||
Índice de fragilidad | 0.28 (0.23-0.33) | 0.25 (0.23-0.33) | 0.28 (0.23-0.35) | 0.005 | |||
Fuerza de prensión (kg) | 20 (16-26) | 21 (17-27) | 20 (15-25) | 0.011 | |||
Velocidad de marcha (s) | 5.6 (4.5-7.9) | 5.4 (4.2-6.9) | 6.4 (4.7-10.0) | < 0.001 | |||
Prueba de levántate y anda | 13.7 (10.8-16.4) | 13.0 (10.4-15.6) | 14.3 (11.0-17.3) | 0.084 |
*Prueba de χ2 de Pearson; prueba de rangos con signo de Wilcoxon.
Aceleración de la edad biológica y puntuaciones de fragilidad
Se observó asociación entre AnthropoAgeAccel y el IF (ρ = 0.12, IC 95 % = 0.05-0.19), así como entre AnthropoAgeAccel y el número de componentes en el fenotipo de fragilidad (ρ = 0.17, IC 95 % = 0.10-0.24), Figura 2. Se identificó incremento en el IF (β = 0.0053, IC 95 % = 0.0027-0.0079) por cada incremento de un año en la aceleración de la edad biológica medida por AnthropoAgeAccel (Figura 3A). Los individuos que presentaban envejecimiento acelerado tenían mayor IF y aquellos con un mayor número de componentes de la Escala de Fragilidad de Fried, mayores valores de AnthropoAgeAccel, con independencia del sexo (Figuras 3B-C). Los valores de AnthropoAgeAccel también fueron mayores en individuos que presentaban componentes individuales del fenotipo de fragilidad, excepto en la pérdida de peso no intencional (Figuras 3D-H).
Fenotipo de fragilidad y envejecimiento biológico acelerado
Comparados con los adultos mayores no frágiles, los frágiles presentaron mayor aceleración de la edad biológica ajustada (β = 1.71, IC 95 % = 1.16-2.25), sin diferencias entre los adultos mayores prefrágiles y frágiles (β = −0.25 años, IC 95 % = −0.10-0.60). Un incremento de un año en AnthropoAgeAccel se asoció a ~16 % más de probabilidades (RM = 1.16, IC 95 % = 1.09-1.25) y AnthropoAgeAccel ≥ 0 con ~74 % más de probabilidades de fenotipos de fragilidad más severos (RM = 1.74, IC 95 % = 1.31-2.32) a nivel basal.
Fenotipos de envejecimiento biológico acelerado y fragilidad
A nivel basal, 145/366 (39.6 %) de los adultos mayores no frágiles presentaron envejecimiento acelerado, el cual se incrementó a 133/284 (46.8 %) para los prefrágiles y a 57/85 (67.1 %) para los adultos mayores frágiles (Figura 4A). Las participantes femeninas no frágiles con envejecimiento acelerado mostraron IMC, RCA, RCC y circunferencia del brazo más altos a pesar de menor fuerza de prensión manual y velocidad de marcha, lo que indica una mayor adiposidad y menor función física (Figura 4B). En cambio, los participantes masculinos no frágiles con envejecimiento acelerado presentaban RCA y RCC más altas, valores similares de IMC y menor circunferencia de la pantorrilla y del brazo, además de menor fuerza de prensión manual y velocidad de marcha, indicativo de un fenotipo de adiposidad abdominal, disminución de la masa magra apendicular y menor función física (Figura 4C). Entre los participantes prefrágiles o frágiles, no se registraron diferencias basadas en el sexo, y quienes presentaban envejecimiento acelerado mostraron medidas corporales caracterizadas por una mayor adiposidad abdominal, disminución de la masa magra apendicular y función física deteriorada, independientemente del sexo (Figuras 4D-E).
Influencia del envejecimiento acelerado en el avance hacia la fragilidad
Al analizar a 256 participantes con seguimiento completo de tres años. Entre ellos, 134 eran no frágiles (52.3 %), 96 eran prefrágiles (37.5 %) y 26 eran frágiles (10.2 %). Entre los participantes no frágiles, 63/134 presentaban envejecimiento acelerado al inicio (47.0 %) a diferencia de 47/96 prefrágiles (49.0 %) y 17/26 frágiles (65.4 %, Figura 5A). Posterior al seguimiento, el número de los participantes con fragilidad cambió a 42 (se incrementó 162 %), el de los prefrágiles fue 136 (se incrementó 142 %) y el de los no frágiles disminuyó a 78 (decremento de 42 %, Figuras 5B-C). Un incremento de un año en los valores de AnthropoAgeAccel a nivel basal predijo ~19 % más de probabilidades de avance de no fragilidad a prefragilidad y de prefragilidad a fragilidad en el seguimiento (RM = 1.19, IC 95 % = 1.08-1.31); de forma similar, los participantes que presentaban envejecimiento acelerado al inicio (AnthropoAgeAccel ≥ 0 años) mostraron ~74 % más de probabilidades ajustadas de progresión a fenotipos de fragilidad más graves durante el seguimiento (RM = 0.74, IC 95 % = 1.11-2.75).
Discusión
En esta muestra de adultos mayores de la Cohorte de Coyoacán que viven en la comunidad, se observó una asociación entre el envejecimiento acelerado y la fragilidad, de tal forma se caracterizaron como entidades entrelazadas pero separadas. Los adultos mayores con envejecimiento acelerado tienen una mayor prevalencia de prefragilidad y fragilidad, así como menor fuerza de agarre y velocidad de marcha, lo que probablemente indica una menor función física. También se identificó que los adultos mayores prefrágiles o frágiles con envejecimiento acelerado presentaban un fenotipo indicativo de acumulación de adiposidad visceral, disminución de la masa magra apendicular y función física, independientemente del sexo. Este hallazgo contrasta con los de nuestra investigación anterior,13 que caracterizó diferencias en la composición corporal basadas en el sexo relacionadas con el envejecimiento acelerado, las cuales solo fue posible observar en adultos mayores no frágiles. Finalmente, también mostramos que AnthropoAgeAccel y los fenotipos de envejecimiento acelerado en la línea base aumentaron el riesgo de progresión en los fenotipos de fragilidad con el tiempo, lo que sugiere que la aceleración de la EB es un factor de riesgo independiente para el avance de la fragilidad. En general, nuestros datos sugieren que la fragilidad y el envejecimiento acelerado son fenómenos intersectantes pero probablemente distintos en los adultos mayores, y que su evaluación debe explorarse por separado para comprender mejor los mecanismos de envejecimiento biológicamente significativos.26,27
La distinción entre el envejecimiento biológico y la fragilidad ha sido objeto de controversia.2,28,29 La fragilidad se considerado como un síndrome clínico integrado por poca fuerza de agarre, velocidad de marcha lenta, pérdida de peso, agotamiento y baja actividad física,20 así como acumulación de déficits relacionados con la edad que conduce a una mala salud y mayor riesgo de resultados adversos.3,24 La evidencia reciente sugiere que las dos definiciones de fragilidad, aunque se usan indistintamente, son probablemente expresiones de fenómenos distintos.26
Mientras que el IF captura la acumulación de déficits y el deterioro multisistémico con diversos antecedentes fisiopatológicos, el fenotipo de fragilidad tiene una fisiopatología más unificada y puede ocurrir en individuos sin comorbilidad o discapacidad.30,31 Al introducir la EB en esta evaluación, la complejidad es mayor, ya que se ha demostrado que estas medidas predicen distintos fenómenos relacionados con la edad, pero complementarios.32 En coincidencia con estos hallazgos, nuestro estudio confirma que la EB acelerada, capturada por AnthropoAge, identifica cambios relacionados con la edad que no son completamente capturados por el IF ni por el fenotipo de fragilidad.
También confirmamos que AnthropoAge es útil para identificar a individuos con rendimiento físico deteriorado y acumulación de déficits antes de que los participantes cumplan con los criterios de prefragilidad o fragilidad, y que podría explorarse como un marcador potencialmente útil para la longevidad excepcional en adultos mayores.12
La sarcopenia y la disminución de la función muscular se suelen superponer con la fragilidad en los adultos mayores.33,34 Los adultos mayores frágiles presentan un fenotipo de composición corporal caracterizado por disminución de la masa magra apendicular acompañada de un incremento de la adiposidad.35 Investigaciones previas mostraron diferencias basadas en el sexo en la contribución de la composición corporal para la predicción de la fragilidad con el tiempo; la adiposidad visceral y la corporal total fueron predictivas de fragilidad en mujeres, no así en hombres.36,37 La disminución de la actividad física, la inmovilidad y el agotamiento pueden llevar a incremento de la adiposidad visceral y disminución de la masa muscular en adultos mayores frágiles, lo que aúna a la complejidad en la relación entre la composición corporal y la fragilidad.38,39
En el presente estudio, las diferencias del envejecimiento acelerado basadas en el sexo registradas por AnthropoAge permanecieron presentes en adultos mayores no frágiles, pero no en adultos mayores prefrágiles o frágiles. Este hallazgo probablemente indica que los cambios fisiopatológicos y conductuales que ocurren en adultos mayores prefrágiles y frágiles se ven influidos por el envejecimiento acelerado, llevando a la acumulación de adiposidad visceral, disminución de la masa muscular y disminución de la función física en hombres y mujeres.
Si bien no se pudo establecer la direccionalidad en las asociaciones transversales y la cohorte abarca un tiempo de seguimiento corto, nuestros resultados llaman a realizar estudios longitudinales adicionales para explorar si el envejecimiento acelerado influye en los cambios en la composición corporal de manera diferencial en adultos mayores frágiles en comparación con adultos mayores no frágiles.
Nuestro estudio tuvo varias fortalezas: constituye el primero en validar el uso de AnthropoAge en una muestra de adultos mayores mexicanos que viven en la comunidad como un proxy de la EB. Al utilizar dos definiciones de fragilidad fue posible caracterizar el fenotipo físico y el de acumulación de déficits. Finalmente, al utilizar el componente longitudinal de la Cohorte de Coyoacán, se determinó el envejecimiento acelerado como un factor de riesgo para el avance de la fragilidad en adultos mayores, estableciendo así a AnthropoAgeAccel como un posible marcador de fragilidad.
Para interpretar adecuadamente los resultados, deben reconocerse algunas limitaciones: a pesar de ser un abordaje previamente validado en otros estudios, en el fenotipo de fragilidad modificado no se incluyeron medidas objetivas como la fuerza de agarre o la marcha lenta, las cuales estaban disponibles en una submuestra seleccionada de participantes. Así, la fuerza de las asociaciones pudo haber sido subestimada, junto con el número de participantes frágiles y prefrágiles. Además, el uso de antropometría para evaluar la composición corporal solo permite inferencias aproximadas sobre el impacto de la fragilidad en las diferencias de composición corporal relacionadas con el envejecimiento acelerado según el sexo, con la necesidad de estudios adicionales basados en técnicas más precisas para explorar este fenómeno. Factores adicionales como el estilo de vida, el uso de medicamentos, las comorbilidades crónicas y los factores sociodemográficos pudieron influir en que la EB y la fragilidad no estuvieran disponibles, y, por lo tanto, su presencia llevar a una confusión no medida en las asociaciones reportadas.
Finalmente, en los análisis longitudinales se evaluaron los cambios en el fenotipo de fragilidad con el tiempo, pero no en AnthropoAge con otras covariables; a pesar de ajustar su efecto en la línea base, su influencia dinámica en el tiempo sobre el avance de la fragilidad no pudo ser caracterizada. Se requieren investigaciones adicionales para evaluar prospectivamente la influencia del envejecimiento acelerado en el avance de la fragilidad y explorar la utilidad de AnthropoAge como una medida complementaria para evaluar la EB en adultos mayores que viven en la comunidad.
Conclusiones
Nuestros resultados sugieren que, a pesar de estar intrínsecamente unidos, el envejecimiento biológico y el envejecimiento acelerado son fenómenos en gran medida independientes de la fragilidad, tanto a manera de fenotipo como de acumulación de déficits asociados a la edad. Los adultos mayores frágiles que viven en la comunidad muestran una mayor aceleración de la EB en comparación con los participantes prefrágiles y no frágiles, a pesar de tener una EC similar. Las diferencias basadas en el sexo en la composición corporal observadas en participantes no frágiles con envejecimiento acelerado se pierden en los adultos mayores frágiles con envejecimiento acelerado, en quienes la acumulación de adiposidad visceral, la disminución de la masa magra apendicular y la función física son más marcadas que en los adultos mayores frágiles sin envejecimiento acelerado.
Finalmente, el envejecimiento acelerado, representado por AnthropoAgeAccel, constituyó un factor de riesgo y un biomarcador potencialmente útil para el avance en la gravedad del fenotipo de fragilidad. Los resultados son útiles para comprender la compleja interacción entre la EB, la acumulación de déficits y la fragilidad física en adultos mayores y resaltan la necesidad de estudios prospectivos para entender determinar diferentes mecanismos de envejecimiento.