Señor editor: La Encuesta Nacional de Salud 2017 deberá levantarse a cinco años de la Ensanut 2012, siguiendo la periodicidad esperada. La Ensanut 2017 será una herramienta fundamental para dar cuenta de tres importantes tendencias en el panorama de la salud de México: la predominancia de las enfermedades crónicas no transmisibles, el acercamiento a la protección financiera universal y la integración de redes de atención personalizadas. La Ensanut 20121 aportó información clave para las políticas en materia de: prevalencia del sobrepeso, obesidad, diabetes e hipertensión; así como en relación con las oportunidades para mejorar la calidad de la atención y el desencuentro entre actividad física y sedentarismo. Identificó una cobertura de protección financiera de 84% de la población nacional, así como evidencia sobre el excesivo gasto de bolsillo y la importancia de la participación de los prestadores privados de servicios de salud en la atención médica de primer contacto de todos los estratos sociales.2
Los aportes de la Ensanut 2012 apuntan a limitaciones y retos para su levantamiento en 2017. Destaca la mejora del reporte de enfermedades crónicas y su desagregación, principalmente para los cánceres más prevalentes, así como para los tipos de diabetes. También hay oportunidad de mejorar el reporte de motivos de atención, ya que la opción de respuesta “Otro motivo” de la Ensanut 2012 concentra poco más de 27% de los motivos de atención. Puede cuidarse, además, que las listas de diagnósticos y motivos de atención coincidan. Otra limitación es la falta de información sobre las principales complicaciones de las enfermedades crónicas. Es importante incrementar el grado de precisión del interrogatorio y poder así precisar la incidencia y prevalencia de diagnósticos y motivos.
La atención de las enfermedades crónicas implica procesos complejos y barreras al acceso y a la cobertura efectiva. Con el Modelo de Atención Integral a la Salud (MAIS) 3 recientemente publicado, resulta importante explorar la relación entre prestadores a lo largo de la trayectoria de las enfermedades crónicas, su importancia para la adherencia a tratamientos, así como el papel que juegan los prestadores de primer nivel -tanto públicos como privados- para coordinar dichas trayectorias. La Ensanut 2017 podrá contribuir a identificar el reto a la demanda y recepción de servicios médicos integrales y personalizados, tal y como lo exige el modelo de atención crónica a la salud.4 En efecto, ya no basta con preguntar sobre la última consulta ambulatoria o sobre actividades puntuales de detección y control. Es preciso identificar la calidad de las rutas de prevención y atención médica, la participación de diversos profesionales y establecimientos -incluida la atención de urgencias-, así como el apoyo social y comunitario que se recibe. Sería muy valioso, también, observar la valoración que hacen los encuestados sobre el acceso a los servicios de salud en las diferentes opciones a su alcance, más allá de observar la satisfacción cuando son objeto de utilización.
En materia de protección financiera, sería relevante identificar los incentivos a la afiliación voluntaria al Seguro Popular y el interés por acceder a diversas opciones de aseguramiento, sobre todo entre los trabajadores independientes y la población en condiciones de pobreza que aún carecen de estos beneficios. Se requiere, además, que la Ensanut 2017 indague en mayor profundidad sobre el gasto privado para la atención hospitalaria, identificando el monto y el destino de los recursos.
El reto de las enfermedades crónicas exige tamaños de muestra de casos y de utilizadores de servicios de salud que permitan obtener información de prevalencia, demanda, gastos y calidad de los servicios de salud para los diagnósticos más prevalentes. Es clave procurar los recursos financieros necesarios para ampliar las muestras. Al ofrecer mayor detalle en la información sobre el papel de aseguradores y prestadores privados de servicios de salud, sería factible su contribución financiera para el levantamiento de la encuesta, así como ya lo hacen las instituciones públicas.
El rediseño de la Ensanut debe, por supuesto, mantener en la medida de lo posible, la comparabilidad con encuestas previas. No obstante, el rediseño a fondo es imperativo para obtener los nuevos conjuntos de información requeridos para apoyar la toma de decisiones de un Sistema Nacional de Salud en rápida evolución. La Ensanut debe apoyarse en esfuerzos de investigación de encuestas encaminados a resolver los retos que encara.