Introducción
El abuso sexual infantil (ASI) puede definirse como “cualquier contacto sexual, acto sexual completado o intentado, o explotación con fines sexuales de un(a) niño(a) por parte de un(a) cuidador(a), adulto(a) o niño(a) mayor;”1 y es un problema global de salud pública cuyas secuelas físicas y mentales pueden perdurar a largo plazo.2,3,4
El ASI se encuentra asociado con un mayor riesgo de problemas psicológicos y psiquiátricos en la adolescencia y la edad adulta, como el abuso de alcohol y de drogas,5,4 la depresión, la ansiedad, el trastorno de estrés postraumático,2,3,4 las prácticas sexuales de riesgo,6,7 revictimización sexual,6,8 intentos suicidas2,9 y trastornos de la alimentación.2,10
La gravedad de las afectaciones se explica por las implicaciones traumáticas del suceso. Características tales como el número de incidentes, el grado de contacto, el uso de la fuerza, la edad en la que ocurrió el abuso y la relación con el perpetrador pueden afectar la fuerza de la asociación con efectos negativos.11 El ASI frecuentemente ocurre en el ámbito doméstico o en otros espacios cercanos en los que existen relaciones familiares y/o vínculos de confianza. Este problema es estigmatizado socialmente y conlleva barreras estructurales que impiden que quienes lo hayan sufrido sean detectados.7 Resultados de investigación sugieren que quienes han sido víctimas por parte de un miembro de la familia sufren síntomas físicos y emocionales más graves que las víctimas de ASI extrafamiliar.12,13
Las revisiones sistemáticas estiman una prevalencia de entre 10 y 20% para niñas, y menos de 10% en varones,14,15 aunque los reportes pueden variar desde 2% hasta 60%.14 Esta amplitud de rango se debe a las diferencias en la definición conceptual, el instrumento de medición, las características de la muestra y el diseño del estudio.15,16 La prevalencia es menor si se utiliza una definición que sólo incluya contacto fisico en comparación con una que implique conductas abusivas sin este contacto.1,14 Las estimaciones se incrementan cuando se realizan preguntas múltiples vs. una sola pregunta, o el autorreporte vs. la entrevista cara a cara.7,17,18 Sin embargo, cuando éstas son realizadas por personal sensible y capacitado, la proporción de ASI aumenta en comparación con los cuestionarios autoadministrados.17 Una menor estimación también está influida por la cercanía con el agresor, la cronicidad y la gravedad del abuso.19 Los registros de los servicios de salud y judiciales revelan prevalencias menores porque es donde se registran los casos más graves.1
La prevalencia de ASI en América Latina es de 13.4% (IC95%: 6.2-26.5) para mujeres y de 13.8% (IC95%: 3.7-40) para varones.15 En México, la mayoría de las encuestas consideran sólo a mujeres adultas; estas encuentas reportan prevalencias de actos sexuales en contra de su voluntad antes de los 15 años de 7.3% en 200320 y 13.3% en 2006.21 Con base en la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2016 (Endireh), se calcula que 5.1% de las mujeres mexicanas han sido violadas o intentaron violarlas antes de los 15 años.22 En encuestas con estudiantes de secundaria y preparatoria, donde se incluyó contacto físico y/o penetración, la prevalencia fue de 4.4% en mujeres y 4.3% en hombres.23 Estudios posteriores reportaron proporciones de 3.6 y 1.9% para ASI con penetración antes de los 18 años para mujeres y hombres.24 En 2014, una muestra probabilística, representativa de 47 ciudades, en hogares y con adolescentes de 12 a 17 años, encontró una prevalencia de ASI con y sin contacto fisico de 8.3% para mujeres y 3.4% para hombres.25
A pesar de la variación en las prevalencias, la literatura concuerda en que las mujeres tienen mayor riesgo de experimentar ASI que los hombres,26,27 suele ocurrir dentro del ámbito familiar,13 es cometido por personas cercanas23,28 y los perpetradores son varones mayoritariamente;23,27 aunque los hombres abusados sexualmente pueden reportar proporciones más elevadas de mujeres perpetradoras.29
Por sus características y consecuencias, el ASI es un problema asociado con fallas sistémicas del Estado y de instituciones que deben asumir responsabilidades de protección a la población infantil en contra del maltrato y atender sus secuelas.30 De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE),1 México es uno de los países donde el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral a la Familia (DIF) no está suficientemente desarrollado. Además, no existe una fuente que brinde información directa y confiable sobre la magnitud del problema,1,25,31 las características objetivas de la experiencia y los indicadores sociodemográficos y de salud mental de quienes lo enfrentan. Conocer esta información puede proporcionar una perspectiva sobre la necesidad de futuras investigaciones, así como de acciones de prevención y tratamiento de los y las sobrevivientes según su sexo y edad.
Este estudio tiene como objetivo determinar la prevalencia de ASI por sexo en adolescentes a partir de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2018-19 y analizar las asociaciones con características sociodemográficas, conductas de riesgo e indicadores de salud mental.
Material y métodos
Los datos provienen de un análisis secundario de la Ensanut 2018-19, que es una encuesta probabilística con representatividad nacional. Los procedimientos operativos fueron autorizados por las comisiones de ética, investigación y bioseguridad del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), y se solicitó el asentimiento para menores de edad. También se les pidió el consentimiento informado a los padres o adulto responsable del hogar.
El levantamiento de datos se realizó de julio de 2018 a febrero de 2019.32 En este trabajo se analiza el cuestionario de adolescentes (de 10 a 19 años), el cual considera información del hogar y de los integrantes del mismo.
Variables de interés
Abuso sexual infantil (sí/no) considera como casos a aquellos que contestaron afirmativamente a una definición amplia: ¿A lo largo de tu vida, alguien te manoseó, tocó o acarició alguna parte de tu cuerpo o tuvo relaciones sexuales contigo cuando eras muy pequeño/a?
Además se utilizaron: 1) Características demográficas, sexo, edad (10-11, 12-14 y 15-19 años), estado conyugal (unido/a, o no unido/a), nivel socioeconómico (bajo, medio y alto), región (Norte, Centro, Ciudad de México y Sur), tamaño de localidad (urbana para las localidades con 2 500 o más habitantes, rural para las localidades con menos de 2 500 habitantes);33 2) conductas de riesgo: consumo de 100 cigarros durante toda la vida (sí/no); alcohol en exceso, considerado como el consumo de más de cinco copas en una misma ocasión para el caso de los hombres y más de cuatro copas en una misma ocasión para el caso de las mujeres (sí/no); 3) indicadores de salud mental: sintomatología depresiva en la última semana (sí/no) e ideación suicida (sí/no) y 4) características objetivas del ASI: sexo del/la perpetrador/a, relación con él/ella, búsqueda de servicios de salud y motivos para denunciar o no judicialmente.
Análisis estadístico
Se realizó un análisis descriptivo estratificado, comparativo e inferencial para el ASI (n=484). Se estimaron porcentajes e intervalos de confianza al 95% (IC95%), y se estratificaron por ASI (cuadro I), después se calcularon las prevalencias de ASI e IC95% según las características sociodemográficas, conductas de riesgo e indicadores de salud mental. Se realizaron pruebas ji cuadrada y diferencia de proporciones entre ASI y las características, conductas y/o indicadores. Finalmente, se construyeron modelos logísticos estratificados por sexo. La bondad de ajuste de cada modelo se evaluó con el estadístico F-ajustada34 por lo que en el caso de los hombres, si se consideraban las variables de estado conyugal, localidad y consumo excesivo de alcohol, similar al modelo final en mujeres, el ajuste del modelo era pobre, por lo tanto se presenta un modelo para hombres sin dichas variables. El análisis consideró el diseño probabilístico de la muestra. Se utilizó Stata 14.0.*
Resultados
Características generales de la población adolescente con ASI
Los resultados muestran que de 17 925 adolescentes, que representan a más de 22 millones de personas de 10-19 años, 2.5% reportó abuso sexual en la infancia. El 76.5% fueron mujeres, 72.7% tienen entre 15-19 años, en su mayoría no están unidos/as (87.6%) y viven en áreas urbanas (82.6%). El 15.1% consumió por lo menos 100 cigarros a lo largo de su vida y 35.6% consumió alcohol en exceso. El 36.1% tuvo pensamientos suicidas y 35.0% presentó sintomatología depresiva en la última semana previa a la encuesta (cuadro I).
Abuso sexual infantil |
Total |
|||||
No |
Sí |
|||||
% |
IC |
% |
IC |
% |
IC |
|
n* |
17 441 |
484 |
17 925 |
|||
N‡ |
22 317.4 |
97.5(97.2-97.8) |
568.1 |
2.5(2.2-2.8) |
22 885.5 |
|
Sexo | ||||||
Hombre |
51.3§ |
(50.2-52.4) |
23.5 |
(18.2-29.8) |
50.6 |
(49.5-51.7) |
Mujer |
48.7 |
(47.6-49.8) |
76.5 |
(70.2-81.8) |
49.4 |
(48.3-50.5) |
Grupo de edad (años) | ||||||
10-11 |
20.9§ |
(20.0-21.9) |
6.8 |
(4.4-10.4) |
20.6 |
(19.7-21.5) |
12-14 |
30.9 |
(29.9-32.0) |
20.5 |
(16.1-25.8) |
30.7 |
(29.7-31.7) |
15-19 |
48.1 |
(47.0-49.2) |
72.7 |
(67.0-77.7) |
48.7 |
(47.6-49.8) |
Estado conyugal | ||||||
No unido/a |
95.8§ |
(95.3-96.2) |
87.6 |
(81.4-92.0) |
95.6 |
(95.1-96.0) |
Unido/a |
4.2 |
(3.8-4.7) |
12.4 |
(8.0-18.6) |
4.4 |
(4.0-4.9) |
Nivel socioeconómico | ||||||
Bajo |
33.6 |
(32.5-34.8) |
32.5 |
(26.6-38.9) |
33.6 |
(32.5-34.8) |
Medio |
33.7 |
(32.6-34.8) |
35.7 |
(29.5-42.4) |
33.8 |
(32.7-34.9) |
Alto |
32.6 |
(31.5-33.8) |
31.9 |
(26.0-38.4) |
32.6 |
(31.5-33.7) |
Región | ||||||
Norte |
20 |
(19.4-20.7) |
23.7 |
(19.0-29.0) |
20.1 |
(19.5-20.8) |
Centro |
36.5 |
(35.3-37.7) |
34.7 |
(28.3-41.7) |
36.5 |
(35.3-37.7) |
Ciudad de México |
10.3 |
(9.4-11.4) |
12.4 |
(7.9-19.0) |
10.4 |
(9.4-11.4) |
Sur |
33.1 |
(32.2-34.1) |
29.3 |
(24.2-35.0) |
33 |
(32.1-34.0) |
Tamaño de localidad | ||||||
Urbano |
74.7§ |
(73.7-75.6) |
82.6 |
(77.7-86.7) |
74.9 |
(73.9-75.8) |
Rural |
25.3 |
(24.4-26.3) |
17.4 |
(13.3-22.3) |
25.1 |
(24.2-26.1) |
Consumo de más de 100 cigarros durante la vida | ||||||
No |
95.1§ |
(94.6-95.6) |
84.9 |
(79.0-89.4) |
94.9 |
(94.3-95.4) |
Sí |
4.9 |
(4.4-5.4) |
15.1 |
(10.6-21.0) |
5.1 |
(4.6-5.7) |
Consumo de alcohol en exceso | ||||||
No |
83.7§ |
(82.8-84.5) |
64.4 |
(57.8-70.6) |
83.2 |
(82.3-84.1) |
Sí |
16.3 |
(15.5-17.2) |
35.6 |
(29.4-42.2) |
16.8 |
(15.9-17.7) |
Alguna vez ha pensado en suicidarse | ||||||
No |
95.7§ |
(95.3-96.1) |
63.9 |
(57.4-70.0) |
94.9 |
(94.5-95.4) |
Sí |
4.3 |
(3.9-4.7) |
36.1 |
(30.0-42.6) |
5.1 |
(4.6-5.5) |
Sintomatología depresiva (última semana) | ||||||
No |
89.8§ |
(89.1-90.5) |
65.0 |
(58.6-71.0) |
89.2 |
(88.5-89.8) |
Sí |
10.2 |
(9.5-10.9) |
35.0 |
(29.0-41.4) |
10.8 |
(10.2-11.5) |
* Tamaño de la muestra
‡ Frecuencia en miles
§ Valor p<0.05, ji-cuadrada de independencia entre abuso sexual infantil y la característica correspondiente
IC: intervalo de confianza al 95%
Prevalencias de ASI por sexo
La prevalencia es mayor entre las mujeres en comparación con los hombres (3.8 vs. 1.2%). El grupo de 15-19 años concentra la mayor proporción (3.7%) (IC95%: 3.2-4.3), siendo más elevada entre las mujeres (5.6 vs. 1.9%). También se encontró una prevalencia mayor de ASI en mujeres no unidas, pertenecientes al nivel socioeconómico medio o alto, habitantes en las regiones Norte, Centro y Sur, así como en localidades urbanas, en comparación con sus pares hombres.
Se encontraron mayores prevalencias de ASI en mujeres que han consumido 100 cigarros o más a lo largo de su vida en comparación con los hombres (17.2 vs. 4.1%), y con consumo excesivo de alcohol (10.3 vs. 2.0%). La prevalencia de ASI en personas con sintomatología depresiva fue de 8% (IC95%: 6.6-9.8), y se presenta con mayor prevalencia en las mujeres (11.0 vs. 3.7%). Entre adolescentes con ideación suicida la prevalencia de ASI fue de 17.7% (IC95%: 14.5-21.5) y no se encontraron diferencias estadísticamente significativas por sexo (cuadro II).
Mujeres |
Hombres |
Total |
||||
% |
IC |
% |
IC |
% |
IC |
|
n* |
375 |
109 |
484 |
|||
N‡ |
43 449.3 |
13 358.8 |
568.1 |
|||
% IC |
3.8§ |
(3.3-4.5) |
1.2 |
(0.9-1.5) |
2.5 |
(2.2-2.8) |
Sexo | ||||||
Hombre |
- |
- |
- |
- |
1.2 |
(0.9-1.5) |
Mujer |
- |
- |
- |
- |
3.8 |
(3.3-4.5) |
Grupo de edad (años) | ||||||
10-11 |
1.0 |
(0.6-1.8) |
0.6 |
(0.3-1.3) |
0.8 |
(0.5-1.3) |
12-14 |
2.9§ |
(2.2-3.9) |
0.4 |
(0.3-0.7) |
1.7 |
(1.3-2.1) |
15-19 |
5.6§ |
(4.7-6.7) |
1.9 |
(1.3-2.6) |
3.7 |
(3.2-4.3) |
Estado conyugal | ||||||
Unida/o |
8.4 |
(5.3-13.1) |
3.5 |
(0.8-14.0) |
6.9 |
(4.4-10.7) |
No unida/o |
3.5§ |
(3.0-4.1) |
1.1 |
(0.8-1.4) |
2.3 |
(2.0-2.6) |
Nivel socioeconomico | ||||||
Bajo |
3.2 |
(2.4-4.1) |
1.6 |
(1.1-2.5) |
2.4 |
(1.9-3.0) |
Medio |
4.3§ |
(3.3-5.5) |
1.0 |
(0.6-1.7) |
2.6 |
(2.1-3.3) |
Alto |
4.1§ |
(3.2-5.3) |
0.8 |
(0.5-1.4) |
2.4 |
(1.9-3.1) |
Región | ||||||
Norte |
4.7§ |
(3.7-5.9) |
1.2 |
(0.7-2.1) |
2.9 |
(2.3-3.7) |
Centro |
3.9§ |
(2.9-5.2) |
0.9 |
(0.5-1.5) |
2.4 |
(1.8-3.0) |
Ciudad de México |
3.7 |
(2.0-6.7) |
2.3 |
(1.0-5.2) |
3 |
(1.8-4.8) |
Sur |
3.3§ |
(2.6-4.2) |
1.1 |
(0.7-1.5) |
2.2 |
(1.8-2.7) |
Tamaño de localidad | ||||||
Urbano |
4.4§ |
(3.7-5.2) |
1.1 |
(0.8-1.6) |
2.7 |
(2.4-3.2) |
Rural |
2.2 |
(1.6-3.1) |
1.2 |
(0.7-1.9) |
1.7 |
(1.3-2.3) |
Consumo de más de 100 cigarros | ||||||
No |
3.5§ |
(3.0-4.1) |
0.9 |
(0.7-1.3) |
2.2 |
(1.9-2.6) |
Sí |
17.2§ |
(11.0-25.8) |
4.1 |
(2.2-7.4) |
7.3 |
(5.1-10.4) |
Consumo de alcohol en exceso | ||||||
No |
2.9§ |
(2.4-3.5) |
0.9 |
(0.7-1.3) |
1.9 |
(1.6-2.3) |
Sí |
10.3§ |
(8.1-12.9) |
2.0 |
(1.2-3.4) |
5.3 |
(4.2-6.5) |
Alguna vez ha pensado en suicidarse | ||||||
No |
2.6§ |
(2.2-3.2) |
0.8 |
(0.6-1.0) |
1.7 |
(1.4-2.0) |
Sí |
21.1 |
(17.1-25.8) |
11.6 |
(6.8-19.1) |
17.7 |
(14.5-21.5) |
Sintomatología depresiva (última semana) | ||||||
No |
2.8§ |
(2.3-3.4) |
0.9 |
(0.6-1.3) |
1.8 |
(1.5-2.1) |
Sí |
11.0§ |
(8.8-13.7) |
3.7 |
(2.4-5.8) |
8 |
(6.6-9.8) |
* Tamaño de la muestra
‡Frecuencia en miles
§Valor p<0.05, prueba de diferencia de proporciones en la prevalencia de abuso sexual infantil entre hombres y mujeres
IC: intervalo de confianza al 95%
Características sociodemográficas, conductas de riesgo e indicadores de salud mental asociadas con ASI
Para las adolescentes, la edad se relaciona positivamente con el reporte de haber experimentado ASI; estar unidas (RM=1.86, IC95%: 1.02-3.38), vivir en localidades urbanas (RM=1.79, IC95%: 1.21-2.65) y el consumo excesivo de alcohol (RM=1.76, IC95%: 1.09-2.85) se asociaron positivamente con el reporte de ASI. Tener sintomatología depresiva incrementa dos veces las posibilidades de ASI (RM=2.09, IC95%: 1.43-3.05), asimismo, tener ideación suicida incrementa cinco veces las posibilidades de ASI (RM=5.77, IC95%: 3.98-8.38) (cuadro III).
En el caso de los hombres, pertenecer a un estrato socioeconómico alto disminuye en 55% experimentar ASI (RM=0.45, IC95%: 0.22-0.95). El padecer sintomatología depresiva y pensamientos suicidas se asociaron positivamente con experimentar ASI en 2 y 10.5 veces, respectivamente, en comparación con sus pares que no lo padecen (RM=2.19, IC95%: 1.03-4.66 y RM=10.55, IC95%: 4.69-23.75) (cuadro III).
En el total de la población, además de las asociaciones ya mencionadas, el consumo excesivo de tabaco está asociado de manera positiva con el ASI y no se encontró ningún efecto diferencial por sexo (RM=1.92, IC95%: 1.10-3.35) (cuadro III).
Mujeres |
Hombres |
Total |
|||||||
RM |
Valor p |
IC95% |
RM |
Valor p |
IC95% |
RM |
Valor p |
IC95% |
|
Sexo |
|||||||||
Hombre |
- |
- |
- |
- |
- |
- |
1.00 |
||
Mujer |
- |
- |
- |
- |
- |
- |
3.14 |
0.00 |
(2.19-4.50) |
Grupo de edad (años) |
|||||||||
10-11 |
1.00 |
1.00 |
1.00 |
||||||
12-14 |
2.17 |
0.014 |
(1.17-4.01) |
0.64 |
0.389 |
(0.24-1.75) |
1.60 |
0.09 |
(0.93-2.72) |
15-19 |
2.74 |
0.001 |
(1.51-5.00) |
2.14 |
0.103 |
(0.86-5.32) |
2.50 |
0.00 |
(1.50-4.19) |
Estado conyugal |
|||||||||
No unido/a |
1.00 |
- |
- |
- |
1.00 |
||||
Unido/a |
1.86 |
0.044 |
(1.02-3.38) |
- |
- |
- |
1.78 |
0.04 |
(1.02-3.10) |
Nivel socioeconómico |
|||||||||
Bajo |
1.00 |
1.00 |
1.00 |
||||||
Medio |
1.15 |
0.502 |
(0.77-1.70) |
0.57 |
0.111 |
(0.28-1.14) |
0.94 |
0.72 |
(0.66-1.33) |
Alto |
1.02 |
0.918 |
(0.69-1.51) |
0.45 |
0.036 |
(0.22-0.95) |
0.83 |
0.31 |
(0.58-1.19) |
Tamaño de localidad |
|||||||||
Rural |
1.00 |
- |
- |
- |
1.00 |
||||
Urbano |
1.79 |
0.004 |
(1.21-2.65) |
- |
- |
- |
1.53 |
0.02 |
(1.07-2.20) |
Consumo de más de 100 cigarros durante la vida | |||||||||
No |
1.00 |
1.00 |
1.00 |
||||||
Sí |
1.76 |
0.159 |
(0.80-3.89) |
2.13 |
0.065 |
(0.95-4.73) |
1.92 |
0.02 |
(1.10-3.35) |
Consumo excesivo de alcohol | |||||||||
No |
1.00 |
- |
- |
- |
1.00 |
||||
Sí |
1.76 |
0.022 |
(1.09-2.85) |
- |
- |
- |
1.44 |
0.07 |
(0.96-2.16) |
Sintomatología depresiva (última semana) | |||||||||
No |
1.00 |
1.00 |
1.00 |
||||||
Sí |
2.09 |
0.000 |
(1.43-3.05) |
2.19 |
0.042 |
(1.03-4.66) |
2.10 |
0.00 |
(1.49-2.96) |
Alguna vez ha pensado en suicidarse | |||||||||
No |
1.00 |
1.00 |
1.00 |
||||||
Sí |
5.77 |
0.000 |
(3.98-8.38) |
10.55 |
0.000 |
(4.69-23.75) |
6.79 |
0.00 |
(4.70-9.81) |
RM: razón de momios
IC95%: intervalo de confianza al 95%
Prueba de ajuste para el modelo de las mujeres: F-ajustada= 0.215; Prueba de ajuste para el modelo de hombres: F-ajustada= 0.535; población total F-ajustada: 0.336
Diferencias por sexo en las características del ASI
El 89% (IC95%: 83.7-92.3) de los perpetradores son hombres, sobre todo cuando las víctimas son mujeres (97.5 vs. 60.1% en hombres) y se trata de un familiar tanto para mujeres como para hombres (49.5 vs. 34.9%), seguido de una persona desconocida y de un vecino u otro conocido.
En 68% (IC95%: 61.9-74.1) de los casos no se solicitó atención sanitaria después del ASI y cuando se hizo, fue al servicio de atención psicológica (14% [IC95%: 9.4-20.2]) siendo principalmente las mujeres quienes lo solicitaron (cuadro IV). Sólo 15.6% (IC95%: 11.2-21.1) realizó una denuncia ante las autoridades, esto fue más frecuente entre las mujeres (17.8 vs. 8.2%). De las razones para no hacerlo destacan el miedo (31.1%), la vergüenza (18.1%) y el desconocimiento (14.5%), aunque en proporciones diferentes según el sexo (cuadro IV).
Sexo |
Total |
|||||
Mujeres |
Hombres |
|||||
% |
IC95% |
% |
IC95% |
% |
IC95% |
|
n* |
375 |
109 |
484 |
|||
N‡ |
434.5 |
133.6 |
568.1 |
|||
Sexo de la persona perpetradora§ | ||||||
Hombre |
97.5 |
(94.9-98.8) |
60.1 |
(45.6-73.0) |
88.7 |
(83.7-92.3) |
Mujer |
2.0 |
(0.9-4.4) |
39.4 |
(26.5-53.9) |
10.8 |
(7.2-15.8) |
No responde |
0.4 |
(0.1-3.1) |
0.5 |
(0.1-3.7) |
0.5 |
(0.1-2.1) |
Relación con la persona |
||||||
Pareja |
0.1 |
(0.0-0.6) |
1.1 |
(0.3-4.0) |
0.3 |
(0.1-1.0) |
Familiar |
49.5 |
(42.0-57.0) |
34.9 |
(22.6-49.7) |
46.1 |
(39.5-52.7) |
Amigo/a |
8.7 |
(4.9-15.0) |
17.4 |
(9.9-28.6) |
10.7 |
(7.1-15.9) |
Novio/a |
0.7 |
(0.3-2.0) |
2.1 |
(0.7-6.2) |
1 |
(0.5-2.2) |
Vecino/a u otro/a conocido/a |
19.1 |
(13.0-27.1) |
17.5 |
(9.1-31.1) |
18.7 |
(13.5-25.4) |
Desconocido/a |
21.1 |
(16.1-27.2) |
23.5 |
(13.1-38.4) |
21.6 |
(16.9-27.3) |
No responde |
0.8 |
(0.3-2.1) |
3.4 |
(0.5-20.6) |
1.4 |
(0.5-4.5) |
Personal que brindó atención despues del abuso§ | ||||||
Nadie lo/a atendió |
64.5 |
(56.9-71.5) |
80.5 |
(70.8-87.6) |
68.3 |
(61.9-74.1) |
Remedios caseros, automedicación |
1.2 |
(0.3-5.5) |
0.6 |
(0.1-4.1) |
1.1 |
(0.3-4.1) |
Curandero/a o yerbero/a |
0.4 |
(0.1-2.8) |
0 |
0.3 |
(0.0-2.1) |
|
Encargado/a de la comunidad |
0.2 |
(0.0-1.6) |
1 |
(0.2-4.9) |
0.4 |
(0.1-1.4) |
Psicólogo/a, terapeuta |
16.6 |
(10.9-24.3) |
5.5 |
(2.3-12.4) |
14 |
(9.4-20.2) |
Médico, consultorio |
3.3 |
(1.7-6.1) |
1.9 |
(0.5-7.7) |
3 |
(1.7-5.3) |
Clínica, sanatorio u hospital |
0.5 |
(0.1-2.3) |
0 |
0.4 |
(0.1-1.7) |
|
Otro |
9.1 |
(5.6-14.5) |
6.2 |
(3.0-12.4) |
8.4 |
(5.6-12.6) |
No responde |
4.1 |
(2.1-7.9) |
4.2 |
(1.6-10.4) |
4.1 |
(2.4-7.1) |
Denuncia ante autoridades§ |
||||||
Sí |
17.8 |
(12.6-24.7) |
8.2 |
(3.6-17.4) |
15.6 |
(11.2-21.1) |
No |
80.9 |
(74.0-86.3) |
91.3 |
(82.2-96.0) |
83.4 |
(77.7-87.8) |
No responde |
1.3 |
(0.4-3.8) |
0.5 |
(0.1-3.6) |
1.1 |
(0.4-3.0) |
Motivo de no denuncia§ |
||||||
Miedo |
36.3 |
(28.5-45.0) |
15.9 |
(7.4-31.1) |
31.1 |
(24.5-38.6) |
Vergüenza |
11.2 |
(7.9-15.8) |
37.9 |
(24.3-53.8) |
18.1 |
(13.3-24.1) |
Amenazas |
4 |
(1.9-8.2) |
0.6 |
(0.1-2.3) |
3.1 |
(1.5-6.3) |
Desconocimiento |
14.8 |
(9.6-22.0) |
13.7 |
(7.1-24.9) |
14.5 |
(10.1-20.4) |
Otro |
18.7 |
(13.6-25.2) |
8.3 |
(4.3-15.4) |
16.1 |
(12.0-21.2) |
No responde |
3.4 |
(1.7-6.7) |
10.2 |
(2.9-30.0) |
5.2 |
(2.5-10.4) |
No sabe |
11.5 |
(7.4-17.5) |
13.3 |
(7.1-23.7) |
12 |
(8.3-16.9) |
Autoridad ante la que se denunció§ | ||||||
Ministerio Público |
70.2 |
(49.8-84.8) |
82.8 |
(62.2-93.4) |
71.7 |
(53.5-84.9) |
DIF |
2.9 |
(1.0-8.3) |
9 |
(1.6-38.2) |
3.7 |
(1.5-8.9) |
Síndico |
2.5 |
(0.4-15.7) |
0 |
- |
2.2 |
(0.3-14.0) |
Otro |
24.4 |
(11.0-45.6) |
8.2 |
(1.9-29.3) |
22.4 |
(10.5-41.4) |
* Tamaño de la muestra
‡Frecuencia en miles
§Valor p<0.05, prueba de independencia entre sexo y la característica de interés
IC95%: intervalo de confianza al 95%; DIF: Desarrollo Integral de la Familia
Discusión
La prevalencia de 2.5% de ASI en este estudio es inferior a 4.3% de la Encuesta Nacional de Estudiantes de 1991 y a 5.8% de la Encuesta de Cohesión Social para la Prevención de la Violencia y la Delincuencia 2014;25 pero es similar a la de 2.9% reportada por la Encuesta de Estudiantes de 12 a 24 años de Morelos en 2003-2004.24 Como en la mayoría de los estudios, la prevalencia y el riesgo es más elevado para las mujeres que para los hombres.1,14,15,18,26,27 En ellas, la prevalencia de 3.8% es menor a las reportadas en la literatura internacional (entre 5 y 10%); mientras que para los hombres la prevalencia de 1.2% concuerda con la evidencia (entre 1 y 5%).35
Estas diferencias podrían explicarse por la medición de la Ensanut que incluyó solamente una pregunta acerca del contacto y/o penetración y no comportamientos abusivos sin contacto.35 Como ya se mencionó, cuando se incluye cualquier forma de abuso sexual en las preguntas, las estimaciones tienden a ser más elevadas.35 Además, se desconoce el contexto en que los(as) participantes respondieron el cuestionario; en presencia de alguien, las y los adolescentes podrían no haber revelado el abuso por temor o vergüenza.25,36 Los métodos anónimos están asociados con estimaciones de prevalencia más altas.37
En México no hay una fuente concreta al respecto, ni existen datos sistematizados que puedan considerarse indicadores sobre este problema,31 por lo que es difícil determinar qué tan acorde con la realidad es el reporte respecto a la ocurrencia del ASI. La OCDE incluso señala que no cuenta con datos comparativos de la prevalencia de ASI entre los países que pertenecen a dicha organización.1 La relevancia de este estudio radica precisamente en el reporte de una muestra nacional representativa y en la que puede existir un menor sesgo de memoria en comparación con la población adulta sobreviviente de ASI.38
Es fundamental desarrollar mediciones de ASI que permitan estimaciones de estas experiencias a lo largo de la vida y en el último año. Esto implicaría mejorar las preguntas y desarrollar acercamientos con población infantil y adolescente considerando las implicaciones éticas y de seguridad. Existen reportes que indican que niños y niñas en escuelas tienen siete veces más probabilidades de revelar experiencias de ASI mediante métodos más confidenciales en comparación con la entrevista cara a cara.39
Sobre las conductas de riesgo e indicadores de salud mental, como muestran los resultados del presente estudio, existe evidencia sobre su asociación con el consumo de tabaco,40 el consumo excesivo o dependencia de alcohol,41,42,43 la sintomatología depresiva44,45,46 y la ideación suicida.47,48,49 Un punto que requiere particular atención, son las diferencias por sexo, pues el vínculo entre las experiencias traumáticas y los problemas de salud mental suele ser más fuerte para las mujeres que para los hombres.46 Los estudios han señalado mayores tasas de trastorno depresivo, consumo de alcohol y tabaquismo en niñas abusadas sexualmente50 y se ha sugerido que el abuso de sustancias puede estar mediado por esas afecciones psiquiátricas,51 y por la sintomatología de trastorno por estrés postraumático52 y/o las emociones negativas.41
Hallazgos que requieren profundizarse son, por un lado, el riesgo mayor en los varones de presentar sintomatología depresiva e ideación suicida. Una revisión sistemática reporta que las autolesiones intencionales son más frecuentes en hombres abusados sexual y emocionalmente en comparación con mujeres.39 Además, dos terceras partes de quienes reportaron ASI en esta investigación no solicitaron atención sanitaria y no habían denunciado ante las autoridades. Los hombres fueron quienes menos lo realizaron y la principal razón fue la vergüenza, lo que concuerda con lo encontrado en otros estudios.53 Estos resultados apuntan a la importancia de reflexionar sobre el papel que puede tener el género en la problemática.
Por otro lado, es de llamar la atención el incremento de riesgo de reportar ASI en 1.86 veces entre las mujeres unidas en comparación con las que no lo están. Aunque es difícil establecer una hipótesis directa, se ha encontrado una asociación entre ASI intrafamiliar y tener relaciones sexuales a edades tempranas con una pareja, embarazo adolescente y matrimonio temprano.54,55 Esto podría estar relacionado con comportamientos de riesgo asociados a los efectos postraumáticos del abuso o a que, el unirse con alguien es una salida para escapar del abuso intrafamiliar.
Considerando que la mayoría de los perpetradores son familiares y conocidos, enseñar a niños/as a detectar el ASI y denunciar a los abusadores deposita la responsabilidad de la prevención primaria en las víctimas y no es suficiente para prevenirlo. De ahí que sea necesario dirigir la atención también a los perpetradores e investigar más sobre comportamientos, características y motivaciones asociadas a perpetrar un daño sexual y desarrollar esfuerzos preventivos al respecto.56
Estos hallazgos plantean la urgencia de dirigir mayor atención al ASI en distintos niveles y ámbitos de intervención. Desde un enfoque de salud pública, hace falta recolectar datos con mayor precisión y periodicidad, así como realizar investigación para comprender e intervenir los mecanismos que pueden explicar la asociación entre el ASI y otras problemáticas.