El libro de Diego Sheinbaum, Poéticas en torno a Slaughterhouse Five, novela emblemática de Kurt Vonnegut, vio la luz a finales de 2020. Este dato es importante por dos razones: el estudio sobre Slaughterhouse Five (Matadero cinco. La cruzada de los niños) de Sheinbaum se publica en la época aciaga de pandemia, en donde Matadero cinco se inscribe en el concierto del estado de excepción que, como decía Walter Benjamin, es más bien la regla desde el siglo XX. La otra razón que debemos destacar es que al año siguiente, en 2021, aparece una nueva traducción al español de la novela de Vonnegut, de la mano de Miguel Temprano García, para la editorial Blackie Books de Barcelona, que se une a la traducción de la novela gráfica homónima de Albert Monteys y Ryan North, traducida por Óscar Palmer, para Atisberri ediciones de Bilbao en 2020. ¿Por qué son importantes estos datos, en el contexto de la lectura del estudio de Sheinbaum? Para el público de habla española, al que está dirigido el libro sobre Vonnegut es fundamental. Slaughterhouse Five era inencontrable en los últimos años en español y si uno quiere seguir el trabajo de Sheinbaum, aunque parezca una obviedad, necesariamente tiene que haber leído la novela de Vonnegut. Esta condición sine qua non no es una limitante, sino un incentivo. Justo en el primer capítulo del libro sobre este autor de culto norteamericano: “Kurt Vonnegut: ciencia ficción, sátira, humor negro y metaficción”, Sheinbaum da cuenta de la pobreza de trabajos dedicados a su obra tanto en México, como en el resto de Latinoamérica. A cuentagotas y en este tercer milenio, han ido apareciendo traducciones de la obra de Vonnegut, sobre todo en las llamadas editoriales independientes y, aun cuando su obra es todavía poco leída, su figura es reconocida como una referencia entre los autores más importantes de novela contemporánea. Ante este panorama, el estudio de Sheinbaum sería el más completo y minucioso hasta ahora en nuestro idioma, referencia obligada para enriquecer y ampliar la experiencia de leer la novela de Vonnegut y otras de sus obras como Sirens of Titan (1959) y Cat’s Cradle (1963).
¿Qué es Slaughterhouse Five? Si bien el libro de Sheinbaum es exhaustivo al responder esta pregunta, sería necesario ponerla en contexto, para emprender el viaje que realiza nuestro autor. Kurt Vonnegut (Indianápolis, 1922-Nueva York, 2007) publica su novela en 1969, pero el relato tiene como eje un episodio de la Segunda Guerra Mundial, el bombardeo por parte de Reino Unido y EE. UU. a la ciudad alemana de Dresde, en 1945, a escasas doce semanas de la capitulación de la Alemania nazi. Las cifras hablan de 25,000 a 40,000 muertos entre la población civil y de la destrucción prácticamente total de esta ciudad. Vonnegut advierte en las primeras páginas de la novela, en un ejercicio de metaficción: “Todo esto ocurrió, más o menos. Al menos la parte de la guerra es casi toda verdad […]. He cambiado todos los nombres” (7). Vonnegut mismo es un observador de la devastación de Dresde, como prisionero del ejército alemán. El bombardeo a esta ciudad alemana es especialmente espinoso para una historia que lee los acontecimientos en clave maniquea. El testimonio de Vonnegut, desde este punto de vista, se encuentra en los límites incómodos de una operación bélica de los Aliados, que aún hoy no encuentra un sustento estratégico. Pero Slaughterhouse Five no es una novela histórica en estricto sentido, sino un ejercicio de ficción que intenta rebasar la indecibilidad de un lamentable acontecimiento histórico, para pronunciarse en contra de toda acción de guerra. Vonnegut cierra esta introducción con las siguientes líneas: “Se supone que la gente no debe mirar atrás. Desde luego, yo no pienso hacerlo más. Ya he terminado mi libro sobre la guerra. El siguiente que escriba será divertido” (26). Billy Pilgrim es el protagonista de la novela y su entrada nos da la clave de la estructura:
Escuchad: Billy Pilgrim se ha despegado del tiempo. Se fue a dormir siendo una viudo senil y despertó el día de su boda. Cruzó una puerta en 1955 y salió por otra en 1941. Ha vuelto a pasar por esa puerta para encontrarse en 1963. Dice haber visto su nacimiento y muerte muchas veces, y hace visitas aleatorias a todos los sucesos entre ambas cosas. Eso dice (27).
Pilgrim es un hombre común, cuya inteligencia es inversamente proporcional a su suerte: se salva de la guerra, se casa con una rica y provinciana heredera, tiene hijos, trabaja como optometrista y vive una otra vida extraordinaria gracias a sus “viajes temporales”, que navegan entre la ambigüedad de la locura de Pilgrim (propio de un sobreviviente de una guerra) y las “verdaderas” aventuras espaciales y en el tiempo, a partir de la abducción de unos extraterrestres, cuya clave se encuentra en la ávida lectura que Pilgrim hace de la obra de un escritor de ciencia-ficción marginal, Kilgore Trout. Hasta aquí el contexto necesario para leer Poéticas en torno a Slaughterhouse Five de Diego Sheinbaum .
La primera palabra del título: Poéticas nos remite al libro seminal de Aristóteles, Peri Poietiké (Sobre la Poética), en tanto que es el primer tratado sobre literatura que conocemos, centrado en la taxonomización de la tragedia, comedia y epopeya. Al ser la Poética aristotélica un texto acroamático, es decir, la reunión de apuntes del filósofo, pensados para una exposición oral, tiene lagunas e inconsistencias, pero lo habita el espíritu de clasificación, deslindes y creación de conceptos. En este sentido, el trabajo de Sheinbaum explora la obra de Vonnegut en los terrenos no sólo de la clasificación sino también de la inmanencia. Su lectura, emparentada también con el formalismo ruso y el estructuralismo francés, apenas tocará los terrenos de lo histórico y los estudios culturales, para apostar por un marco teórico que le permita, por un lado, acuñar el concepto fabuladores-reflexivos y más adelante emprender un estudio comparado entre la novela y el guión cinematográfico de la adaptación que hizo Stephen Geller en el filme de George Roy Hill de 1972. Este aliento teórico también dedica espacios para actualizar nociones como la posmodernidad, sobre la que Sheinbaum propone más bien la de posmodernismo, para hablar del movimiento “cultural y literario que se fue desarrollando en la segunda mitad del siglo XX en Estados Unidos, a diferencia de la posmodernidad entendida como una proceso civilizatorio” (9).
Decir que el trabajo de Sheinbaum es caleidoscópico no es osado dados los diversos temas que toca y la libertad con la que maneja el legado teórico anglosajón. Una revisión somera de la bibliografía da cuenta de ello, con honrosas excepciones como M. M. Bajtín. De este teórico ruso tomará la herencia de los géneros cómico-serios (diálogo socrático y sátira menipea), para inscribir a Slaughterhouse Five, como ya lo hizo Bajtín con respecto a la obra de Dostoievski, en esta tradición. La sátira menipea será fundamental para Sheinbaum, no sólo con respecto a esta representación carnavalizada en la literatura, sino para observar cómo opera el fenómeno de la parodia. Si Luciano de Samosata nos sorprende en el Icaromenipo con el vuelo de Menipo al Olimpo, con un ala de buitre y otra de águila, y sus irreverentes diálogos con dioses, no lo es menos el hecho de que el rocambolesco viaje sirve a fines mucho más profundos, como es la crítica a la impostura de los filósofos del tiempo de Luciano. Del mismo modo, apunta Sheinbaum, el trabajo de Vonnegut como fabulador-reflexivo estará encaminado a formular cuestiones más complejas de las que se nos presentan en forma lúdica, a través del personaje de Billy Pilgrim, su simpleza y sus hiperbólicas aventuras. El estudio bajo la perspectiva bajtiniana se extiende, a través de epígonos como Robert Stam, a las afinidades con el Quijote de Cervantes, que ocupará una importante parte del trabajo de Sheinbaum, para apuntalar su concepto clave de fabuladores-reflexivos, definida por su creador como
Cronistas especializados en recorridos por experiencias traumáticas. Tales autores se caracterizan por transitar las zonas de desastre desplegando una serie de estrategias que agrupo bajo los términos de “fabulación” y “reflexividad” […]. Necesitan ser versátiles en un vasto repertorio de modos narrativos, tanto antiguos como modernos; desde el mito, la fábula, la parábola y la sátira, hasta la ciencia ficción y la novela de espionaje. A través de estos recursos se entregan a las fantasías más desaforadas, al mismo tiempo que marcan con un plumón negro las formas en que el deseo, el miedo o el poder imponen en sus ficciones (Sheinbaum: 8).
Los protagonistas de fabuladores-reflexivos como Cervantes o Vonnegut o el mismo Luciano de Samosata son frágiles como el cristal y rozan constantemente la locura, pero el resultado de sus “hazañas”, por más fantasiosas o simples que parezcan, nos regalan la nitidez de una crítica feroz en la que nos adentramos con la suavidad de una sonrisa envenenada de terribles certezas humanas.
El estudio de Sheinbaum sigue los pasos de Vonnegut emulando, a su manera, un estilo de exposición que resulta más clara y disfrutable en la “Introducción”. Si bien se trata de un trabajo académico en toda regla: investigación, aparato crítico, vasta bibliografía y apuestas conceptuales propias, las primeras páginas nos anuncian la intención de apostar por un estilo desenfadado y claro que sea legible por los especialistas y, al mismo tiempo, por un público más amplio. Estructurado por párrafos numerados en todos sus apartados, lejos de fragmentar el discurso, permite descansos necesarios para asimilar referencias e ideas del autor. Aun cuando su escritura fluye de una manera amable, hay contrastes en los grados de dificultad del texto, que -dado el tipo de contenido, altamente teórico- no puede conservar el apetecible estilo de su “Introducción”. Siete son los capítulos que conforman este universo sobre Kurt Vonnegut en donde se tocan problemas taxonómicos como la ciencia ficción; la metaficción; los fabuladores-reflexivos; la relación de la novela con la tecnología, la religión y el poder, entre otros temas, y -como un plus de estas disquisiciones-, un espacio dedicado al análisis del guión cinematográfico y las adaptaciones de obras literarias.
Se trata, en suma, de un valioso estudio que disfrutarán los seguidores de Slaughterhouse Five de Vonnegut, los estudiantes de Letras y Cine, los especialistas e interesados. Al mismo tiempo, es un esfuerzo plausible por crear categorías teóricas de análisis. Recordemos que en el panorama de los estudios literarios latinoamericanos se producen excelentes ensayos, pero pocas aportaciones teóricas. En este sentido, el término fabuladores-reflexivos invita a extender sus límites en un trabajo aparte, en donde el mismo Sheinbaum nos ofrezca una galería más amplia de autores y, tal vez, una aproximación que desarrolle el diálogo que se prefigura con lo político y lo social.
Aprovechemos las coincidencias de la nueva edición de Slaughterhouse Five (Matadero cinco. La cruzada de los niños) en español -novela fundamental de la literatura contemporánea-, para disfrutar en toda su extensión de la mirada crítica, arriesgada y puntual de Diego Sheinbaum.