Códigos JEL: L14; O31
Introducción
En los países en vías de desarrollo y de economía emergente de cualquier parte del mundo es fundamental la identificación de las principales variables que afectan el crecimiento de la economía local y nacional (Vrgovic, Vidicki, Glassman y Walton, 2012), y de entre las múltiples variables que se han publicado en la literatura, la innovación es considerada por un número imponente de investigadores, académicos y profesionales como la variable que ejerce mayores efectos positivos en el crecimiento (Jaffe y Lerner, 2006). Sin embargo, la innovación ha sido escasamente estudiada en las pequeñas y medianas empresas (Pymes) de los países de economías emergentes, como es el caso de México, de manera científica, por lo cual es necesario que se orienten más tanto los estudios teóricos como empíricos, para aumentar el análisis y las aportaciones de esta importante variable (Gupta, 2009).
Adicionalmente, el crecimiento de la economía de la mayoría de los países depende, en un alto porcentaje, de las actividades de innovación realizadas por las Pymes (Siu, 2005; Nieto y Santamaria, 2010). Además, existe un reconocimiento por parte de la comunidad científica y académica de que el crecimiento de las Pymes tiene un fuerte impacto positivo y significativo en el desarrollo de la economía y la sociedad, a través de la creación de puestos de trabajo y de las actividades de innovación que realizan de manera constante (Carter y Jones-Evans, 2006). Asimismo, existe evidencia empírica en la literatura de que un número importante de Pymes están implementando cada vez más actividades de innovación tendientes a mejorar significativamente sus procesos, principalmente las Pymes ubicadas en los países en vías de desarrollo (Vrgovic et al., 2012).
Estudios recientes aplicados en las Pymes de diversos países alrededor del mundo, especialmente en países en vías de desarrollo, muestran que las actividades de colaboración e interacción que tienen las empresas con otras organizaciones son cada vez más importantes no solamente para que las Pymes puedan aumentar sus actividades de innovación, sino también para mejorar la promoción e incremento de las habilidades de innovación (Biggs y Shah, 2006; Liefner, Hennenmann y Xin, 2006). Sin embargo, cuando se adoptan e implementan las actividades de innovación en las Pymes de los países en vías de desarrollo y de economía emergente tienen una serie de obstáculos o barreras que frenan de alguna manera el impacto a largo plazo que las Pymes puedan ejercer, tanto en el crecimiento de las localidades donde se ubican como en la región (Vrgovic et al., 2012).
En este sentido, existen diversos estudios publicados en la literatura de las ciencias de la gestión, tanto por investigadores y académicos como por profesionales del campo de las ciencias empresariales y del marketing, que establecen la importancia que tienen las actividades de colaboración entre las empresas, como por ejemplo los estudios realizados por Powell, Koput y Smith-Doerr (1996), Walker, Kogut y Shan (1997), Gulati (1998), Ahuja (2000) y Schilling y Phelps (2007). Asimismo, también existen estudios que se han orientado en los efectos específicos que tienen las actividades de colaboración en la innovación de las empresas, principalmente en las Pymes, como por ejemplo los estudios de Ahuja, Lampert y Tandon (2008), Vrgovic et al. (2012) y Ozer, Demiskan y Gokalp (2013).
Así, los primeros estudios realizados consideraron un nuevo punto de vista en el cual se establecía que las actividades de colaboración que efectuaban las empresas generaban un mayor nivel de innovación en las organizaciones participantes a través del flujo de los canales de información, los recursos disponibles y la facilidad en la solución de los problemas más apremiantes que aquejan a los negocios (Powell et al., 1996). Por lo tanto, las actividades de colaboración generalmente permiten a las organizaciones participantes una reducción significativa de sus costos y una flexibilidad de las alternativas de solución de sus principales problemas, lo cual les permite a las empresas combinar e integrar tanto el conocimiento generado como sus competencias (Hagedoorn, 1993; Ahuja, 2000).
Bajo este contexto, y siguiendo las recomendaciones de Vrgovic et al. (2012) y de Ozer et al. (2013) de incrementar el análisis y discusión de las actividades de colaboración y la innovación en las Pymes de los países en vías de desarrollo, la principal aportación de este estudio empírico está en análisis de la relación existente entre la colaboración y la innovación en las Pymes de un país de economía emergente, como es el caso de México, y la segunda aportación es referente a la metodología utilizada en esta investigación, ya que se emplearán las ecuaciones estructurales para dar respuesta a la hipótesis planteada, lo cual permite analizar con mayor detalle la relación entre estas 2 importantes variables.
Revisión de la literatura
En un mercado altamente globalizado y cada vez más competitivo, las Pymes tienen que modificar constantemente sus estrategias empresariales para adecuarlas a los cambiantes requerimientos del mercado, de tal manera que les permita mejorar sus procesos tecnológicos y su crecimiento. Por lo tanto, para ser más eficientes y efectivas en el mercado en el cual participan, las Pymes tienen que estar constantemente mejorando ó innovando tanto sus procesos como sus productos (O'Regan, Ghobadian y Sims, 2006), ya que comúnmente las Pymes obtienen un margen de utilidad mayor cuando adoptan e implementan a la innovación como una estrategia empresarial, además de generar una operación más eficiente de la organización y establecer diversas ventajas competitivas y un mayor nivel de rendimiento (Bhaskaran, 2006).
En contraste, las Pymes son totalmente diferentes de las grandes empresas en cuanto a que no tienen un proceso formal para el desarrollo de nuevos productos o servicios (Nieto y Santamaria, 2010), particularmente porque carecen de los recursos económicos y humanos suficientes y necesarios para dedicarlos exclusivamente a las actividades de investigación y desarrollo (I+D), lo cual genera un círculo vicioso que reduce las posibilidades de obtener un crecimiento substancial en las Pymes; aun cuando este tipo de organizaciones tengan un departamento de I+D, será muy difícil que puedan lograr los resultados que tienen los grandes corporativos, pero sí es factible que puedan lograr un mayor porcentaje de sus utilidades totales que aquellas Pymes que no lo tienen (Narula, 2004).
En este sentido, en la literatura existe un claro consenso entre investigadores y académicos de que la mayoría de las Pymes realizan actividades de innovación totalmente diferentes a las que efectúan las grandes empresas, y se están orientando cada vez más en la realización de actividades de colaboración con otras empresas, clientes y proveedores para mejorar de manera significativa sus actividades de innovación (Kleinknecht y Reijner, 1992; Bullinger, Auernhammer y Gomeringer, 2004). Por lo tanto, las actividades de innovación de las Pymes por lo general se enfocan más en las primeras etapas de la innovación, consistentes en la búsqueda de recursos económicos, financieros, tecnológicos y de propiedad intelectual para hacer más efectivas y eficientes a las organizaciones, los cuales se pueden obtener a través de las actividades de colaboración con otras empresas y con sus mismos proveedores (Chesbrough y Crowther, 2006; Vanhaverbeke y Cloodt, 2006).
De igual manera, en la actualidad las Pymes necesitan implementar actividades que les permitan reducir de manera significativa sus costos totales, y realizar actividades de investigación para poner en práctica sus ideas, por lo cual tienen que llevar a cabo actividades de colaboración con empresas, investigadores independientes y agencias de investigación de mercados, ya que diversos investigadores, académicos y profesionales de las ciencias empresariales y de la gestión han llegado a la conclusión de que las Pymes tienen un mayor impacto positivo y significativo en sus actividades de innovación cuando trabajan de manera colaborativa con sus diferentes proveedores y organizaciones (Brioschi, Brioschi y Cainelli, 2002; Becker y Dietz, 2004; Bullinger et al., 2004; Nieto y Santamaria, 2010).
Así, la colaboración es considerada en la literatura como una estrategia empresarial que les permite a las organizaciones, primordialmente a las Pymes, realizar muchas más actividades de innovación que las grandes empresas (Narula, 2004), además existe evidencia teórica y empírica que demuestra que el éxito de las Pymes, en comparación con los grandes corporativos nacionales e internacionales, radica principalmente en la habilidad que este tipo de empresas posean para la realización de actividades de colaboración internas y externas con otras organizaciones de manera más eficiente y efectiva (Rothwell y Dodgson, 1994; Van de Vrande, de Jong, Vanhaverbeke y de Rochemont, 2009).
Además, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Innovación (Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática [NEGI], 2006) respecto a las actuales actividades de innovación de las Pymes en México en el sector manufacturero y de servicios, el 24.9% llevaron a cabo un proyecto de innovación de un total de 16,398 empresas, demostrando también que las empresas están enfocando esfuerzos hacia la innovación, especialmente las empresas con 101 a 250 empleados. Sin embargo, a pesar del incremento de desarrollo de proyectos de innovación, en esta encuesta se demuestra que la gran mayoría los ha desarrollado sin contar con alguna colaboración con centros de investigación o instituciones de educación superior, lo que nuevamente pone en relieve la pobre vinculación entre academia y empresa. En general, los proyectos de innovación realizados en estas empresas mexicanas demuestran que la mayor parte de su colaboración la realizan, de mayor a menor, primeramente con otras empresas, después con IES, con institutos de investigación públicos ó privados no lucrativos y finalmente con otros. Este patrón se observó claramente en todos los sectores, solo en el sector de productos minerales no metálicos se encontró que su colaboración fue mayor con institutos de investigación públicos o privados no lucrativos. Además que se identificó que principalmente las empresas buscan apoyo externo de proveedores y clientes para la realización de dichos proyectos de innovación.
Van de Vrande et al. (2009) concluyeron en su estudio que la colaboración externa permite a las empresas participantes la adquisición de nuevo conocimiento, el cual es de suma importancia para el desarrollo de las actividades de innovación, con lo cual las Pymes pueden obtener no solamente mayores beneficios si realizan actividades de colaboración con otras Pymes, sino además una mejor dirección y gestión de la organización (Inkpen y Tsang, 2005), adquirir o incrementar sus ventajas competitivas (Bougrain y Haudeville, 2002), mejorar sus capacidades de innovación (Lee, Park, Yoon y Park, 2010) y aumentar de manera significativa tanto su nivel de productividad como el crecimiento y desarrollo de la localidad y del país en donde se ubican las Pymes (Biggs y Shah, 2006).
Por ello, la colaboración ayuda sustancialmente a las Pymes a innovar y desarrollar nuevos productos y servicios (Gulati, 1998), además de que también permite a todas las empresas participantes compartir sus experiencias y habilidades, las cuales tendrán en un futuro cercano mayores efectos positivos en las actividades de innovación (Lundvall, 1993; Argote e Ingram, 2000). Sin embargo, generalmente las Pymes tienen un mayor nivel de incertidumbre y más barreras que frenan o inhiben la innovación, pero la colaboración es una estrategia esencial que permite dar respuesta a la inseguridad que tienen las Pymes para ayudarlas a desarrollar y utilizar nueva tecnología, con lo cual se reduce significativamente la incertidumbre para la adopción e implementación de las actividades de innovación entre las empresas participantes (Diez, 2000).
En este contexto, la innovación en las Pymes es mucho más efectiva y eficiente cuando se trabaja de manera colaborativa con otras Pymes y con organizaciones sociales, que con las instituciones tales como universidades, institutos de investigación públicos y privados o con las grandes empresas (Rothwell, 1991; Massa y Testa, 2008; Todtling, Lehner y Kaufmann, 2009). Sin embargo, son relativamente pocas las Pymes que realizan actividades de colaboración de manera frecuente, sobre todo las Pymes de los países en vías de desarrollo o de economía emergente, por lo cual será necesario que consideren la colaboración como una estrategia empresarial para que puedan generar nuevo conocimiento al interior de las organizaciones, o proteger el conocimiento existente en la empresa (Vrgovic et al., 2012).
Aun cuando en los países en vías de desarrollo cada vez es más común la instalación de grandes empresas trasnacionales, las cuales comúnmente no realizan frecuentes actividades de innovación de productos o servicios, se cuentan con otros métodos para lograr incentivar y desarrollas las actividades de innovación, tal es el caso de las actividades de colaboración, ya que la colaboración que realizan las Pymes con otras Pymes es considerada por diversos investigadores y académicos, como esencial para implementar o desarrollas la innovación en productos o servicios (Radas y Bozic, 2009), pero dado que la mayoría de la Pymes esperan que al adoptar las actividades de colaboración se mejore significativamente su crecimiento, es importante que las Pymes generen conocimiento relevante y lo traduzcan en nuevos productos o servicios (Zeng, Xie y Tam, 2010).
Adicionalmente, varios investigadores y académicos han resaltado en la literatura de las ciencias de la gestión la importancia que tiene la colaboración como una variable esencial que explica en un alto porcentaje el nivel de innovación de las empresas, principalmente de las Pymes (Kogut, Shan y Walker, 1992; Powell et al., 1996; Walker et al., 1997; Gulati, 1998; Ahuja, 2000; Demirkan y Demirkan, 2012; Yong-Yoon y Moon-Soo, 2012). Estos autores coinciden en que las actividades de colaboración que realicen las empresas les pueden facilitar a estas el acceso a la información y los recursos disponibles en otras empresas y organizaciones, lo cual permitirá un incremento significativo de las actividades de innovación de las Pymes (Burt, 1992; Podolny, 2001).
Además, las actividades de colaboración permiten que las empresas puedan acceder a los recursos técnicos, humanos y financieros de otras empresas y organizaciones, creando con ello diversas ventajas competitivas entre las empresas participantes (Dyer y Singh, 1998). Por lo tanto, existe una coincidencia entre investigadores, académicos y profesionales de que las actividades de colaboración promueven la innovación en las empresas colaboradoras, a través del flujo de información en los distintos canales de comunicación que tienen las empresas y organizaciones, ya que comúnmente todas las empresas pueden disponer sin problema alguno de los recursos existentes entre las empresas asociadas, lo cual facilita la creación y flujo de nuevo conocimiento entre las organizaciones colaboradoras (Kogut, 1988; Mowery, Oxley y Silverman, 1996; Powell et al., 1996).
Asimismo, las actividades de colaboración permiten a las empresas participantes obtener múltiples beneficios, entre los que se encuentran un incremento significativo de las habilidades y del conocimiento (Teece, 1992; Su, Tsang y Peng, 2009), de la calidad y fiabilidad de los productos y/o servicios que ofrece la organización (Stuart, Hoang y Hybels, 1999). Además, estas actividades de colaboración conllevan que las empresas que participan en el proceso de colaboración deberán de tener muy clara la necesidad de explorar y generar nuevas ideas e información, para la generación interna y externa de nuevo conocimiento que podrá ser transformado en nuevos productos y/o servicios, los cuales no puedan ser tan fácilmente copiados por sus principales competidores, y puedan ser explotados y comercializados por todas las empresas participantes (Powell et al., 1996).
Mas, sin embargo, un porcentaje elevado de empresas y organizaciones no tienen un claro conocimiento de este tipo de ventajas que ofrece la colaboración, ni tampoco de cuáles empresas elegir para realizar las actividades de colaboración, puesto que los beneficios que puedan lograr las empresas colaboradoras dependerá, en gran medida, de las situaciones particulares de cada una de ellas y de las organizaciones participantes, además de los cambios que demande el mercado y los negocios en esos momentos (Zucker, Darby y Brewer, 1998; Peng y Wang, 2000). Por lo tanto, la colaboración entre las empresas deberá ser a largo plazo y se integrarán las empresas y organizaciones que se consideren pertinentes, para que se esté en posibilidades de mejorar o generar de manera significativa nuevo conocimiento entre las empresas colaboradoras (Ozer et al., 2013).
Finalmente, las actividades de colaboración facilitan el uso de los recursos externos de las empresas y organizaciones participantes, lo cual refleja el rol importante que tiene la colaboración no solamente en la innovación, sino también en el incremento significativo del rendimiento empresarial, la productividad y las ventas de las empresas colaboradoras (Lichtenthaler, 2008). Por lo tanto, el incremento de la innovación es posible lograrlo si se integran de manera colaborativa las actividades estratégicas de las empresas, tales como la adquisición y transferencia de la tecnología, las actividades de I+D y las actividades de inversión conjunta entre empresas y organizaciones (Yong-Yoon y Moon-Soo, 2012).
Igualmente, se han publicado en la literatura diversos estudios teóricos y empíricos que han demostrado que las actividades de colaboración generan efectos positivos y significativos en la innovación, a través del análisis estratégico de la adquisición y comercialización de la tecnología, la innovación de productos y/o servicios y la evaluación de la innovación de las actividades tecnológicas que realizan las empresas (Arora, Fosfuri y Gambardella, 2001; Kline, 2003; Amara y Landry, 2005; Gassmann y Reepmeyer, 2005). Asimismo, otros estudios más han aportado evidencia teórica y empírica de que el éxito de las actividades de innovación dependerá en un elevado porcentaje de las actividades de colaboración que realicen las empresas con otras empresas y organizaciones (Fritsch y Lukas, 2001; Tether, 2002; Belderbos, Carree y Likshin, 2004). Por lo tanto, considerando la información anteriormente presentada en estos momentos se puede presentar la siguiente hipótesis:
H1 . A mayor nivel de colaboración, mayor será el nivel de innovación de las Pymes
Metodología
Para corroborar la hipótesis planteada en el modelo teórico de colaboración se aplicó un estudio empírico en las Pymes de Aguascalientes, utilizando como marco de referencia el directorio del Sistema de Información Empresarial de México (SIEM) del año 2010 para el Estado de Aguascalientes, contando con un registro de 1,242 empresas de 5 a 250 trabajadores hasta el 30 de junio del mismo año. Asimismo, la encuesta se diseñó para que fuera contestada por los gerentes y/o propietarios de las Pymes, y fue aplicada por medio de una entrevista personal a una muestra de 400 Pymes seleccionadas de acuerdo a un muestreo aleatorio con un error máximo del ± 4.5% y un nivel de confiabilidad del 95%, lo que representó un poco más del 23% del total de la población objeto de estudio. Del total de encuestas aplicadas solamente se validaron 346 empresas, lo cual representó un 87% del total de la muestra.
Las variables que se utilizaron en este trabajo de investigación fueron la colaboración y la innovación, las cuales están definidas por escalas unidimensionales y fueron medidas por medio de una escala tipo likert de 5 puntos, de 1 = completamente en desacuerdo a 5 = completamente de acuerdo como límites. La colaboración fue medida en una escala de 14 ítems y fue adaptada de Heide y John (1990), Zaheer, McEvily y Perrone (1998) y Corsten y Felde (2005), y la escala de la innovación fue medida en una escala de 6 ítems y fue adaptada de Gilley y Rasheed (2000) y de Corsten y Felde (2005). La tabla 1 muestra la operacionalización de las variables y los autores de los cuales fueron adaptadas.
Preguntas | Autores | |
---|---|---|
Colaboración | Trabajamos conjuntamente con nuestros respectivos proveedores en cuanto a: | Von Hippel (1988); Inkpen y Tsang, E.W. K. (2005); Scannell, Vickery y Dröge (2000); Cannon y Perreault (1999); Walter, Müller, Helfert y Ritter (2003); y Corsten y Felde (2005) |
..."desarrollo de tecnología" | ||
..."desarrollo de procesos de producción y/o servicios" | ||
..."costes de mercado" | ||
..."planeación de proyectos" | ||
Innovación | Comparando las relaciones con otros proveedores: | |
..."con nuestros proveedores generamos más innovaciones en los productos" | ||
..."con nuestros proveedores generamos más innovaciones en los procesos" | ||
..."los gastos en I+D se han reducido a través de las relaciones con nuestros proveedores" |
Además, las otras 10 preguntas para la variable de colaboración y las otras 3 preguntas para la variable de innovación fueron adaptadas de Maldonado-Guzmán (2008). Por otro lado, para evaluar la fiabilidad y validez de las escalas de medida se realizó un análisis factorial confirmatorio utilizando el método de máxima verosimilitud con el software EQS 6.1 (Bentler, 2005; Brown, 2006; Byrne, 2006).
Asimismo, la fiabilidad de las escalas de medida se evaluó a partir del coeficiente α de Cronbach y del índice de fiabilidad compuesta (IFC) (Bagozzi y Yi, 1988). Todos los valores de la escala excedieron el nivel recomendado de 0.70 para el α de Cronbach y el IFC que proporciona una evidencia de fiabilidad y justifica la fiabilidad interna de las 2 escalas utilizadas (Nunnally y Bernstein, 1994; Hair, Anderson, Tatham y Black, 1995).
Los ajustes que se utilizaron en este modelo fueron el NFI , NNFI , CFI y RMSEA (Bentler y Bonnet, 1980; Byrne, 1989; Bentler, 1990; Hair et al., 1995; Chau, 1997; Heck, 1998). Valores del NFI, NNFI y CFI entre 0.80 y 0.89 representan un ajuste razonable (Segars y Grover, 1993) y un valor igual o superior a 0.90 son una buena evidencia de un buen ajuste (Jöreskog y Sörbom, 1986; Byrne, 1989; Papke-Shields, Malhotra y Grover, 2002).
Los resultados de la aplicación del análisis factorial confirmatorio se presentan en la tabla 2 y muestran que el modelo de medición proporciona un buen ajuste de los datos (S−BX2 = 531.588; df = 134; p = 0.000; NFI = 0.857; NNFI = 0.873; CFI = 0.889; y RMSEA = 0.079).
Variable | Indicador | Carga factorial |
Valor t consistente |
Promedio de la carga Factorial |
α de Cronbach |
IFC | IVE |
---|---|---|---|---|---|---|---|
Colaboración | CO1 | 0.677*** | 1.000a | 0.751 | 0.940 | 0.940 | 0.571 |
CO2 | 0.648*** | 15.040 | |||||
CO4 | 0.713*** | 17.314 | |||||
CO6 | 0.714*** | 14.367 | |||||
CO7 | 0.799*** | 15.874 | |||||
CO8 | 0.793*** | 15.521 | |||||
CO9 | 0.820*** | 15.214 | |||||
CO10 | 0.801*** | 14.749 | |||||
CO11 | 0.813*** | 15.201 | |||||
CO12 | 0.804*** | 15.947 | |||||
CO13 | 0.648*** | 11.612 | |||||
CO14 | 0.778*** | 15.087 | |||||
Innovación | IN1 | 0.646*** | 1.000a | 0.733 | 0.876 | 0.876 | 0.543 |
IN2 | 0.806*** | 27.360 | |||||
IN3 | 0.730*** | 18.545 | |||||
IN4 | 0.664*** | 11.570 | |||||
IN5 | 0.619*** | 12.671 | |||||
IN6 | 0.731*** | 16.601 | |||||
S-BX2 (df = 134) = 531.588; p < 0.000; NFI = 0.857; NNFI = 0.873; CFI = 0.889; RMSEA = 0.079 |
a Parámetros constreñidos a ese valor en el proceso de identificación.
*** p<0.001.
Como evidencia de la validez convergente, los resultados del análisis factorial confirmatorio indican que todos los ítems de los factores relacionados son significativos (p < 0.001) y el tamaño de todas las cargas factoriales estandarizadas son superiores a 0.60 (Bagozzi y Yi, 1988).
La tabla 1 muestra una alta consistencia interna de los constructos, en cada caso, el α de Cronbach excede el valor de 0.70 recomendado por Nunnally y Bernstein (1994). El IFC representa la varianza extraída entre el grupo de variables observadas y el constructo fundamental (Fornell y Larcker, 1981). Generalmente un IFC superior a 0.60 es considerado como deseable (Bagozzi y Yi, 1988), en este estudio este valor es superior. El índice de la varianza extraída (IVE) fue calculado para cada par de constructos, resultando un IVE superior a 0.50 en los 2 factores (Fornell y Larcker, 1981).
Por lo que respecta a la evidencia de la validez discriminante, la medición se proporciona en 2 formas que se pueden apreciar en la tabla 3. Primero, con un intervalo del 95% de confianza, ninguno de los elementos individuales de los factores latentes de la matriz de correlación contiene el valor 1 (Anderson y Gerbing, 1988). Segundo, la varianza extraída entre cada par de constructos es superior que su correspondiente IVE (Fornell y Larcker, 1981). En base a estos criterios, se puede concluir que las distintas mediciones realizadas en este estudio demuestran suficiente evidencia de fiabilidad y validez convergente y discriminante.
Variables | Colaboración | Innovación |
---|---|---|
Colaboración | 0.571 | 0.177 |
Innovación | 0.317-0.525 | 0.543 |
La diagonal (en negritas) representa el índice de varianza extraída, mientras que por encima de la diagonal se muestra la parte de la varianza (la correlación al cuadro). Por debajo de la diagonal, se presenta la estimación de la correlación de los factores con un intervalo de confianza del 95%.
Resultados
Se analizó el modelo conceptual propuesto en este estudio utilizando el con el software EQS 6.1 (Bentler, 2005; Byrne, 2006; Brown, 2006). Asimismo, se realizó un modelo de ecuaciones estructurales para comprobar la estructura del modelo y obtener los resultados que permitieran contrastar las hipótesis planteadas. La validez nomológica del modelo teórico fue analizada a través del desempeño del test de la Chi cuadrada, en el cual el modelo teórico fue comparado con la medición del modelo (Anderson y Gerbing, 1988; Hatcher, 1994). Los resultados obtenidos de este análisis se presentan en la tabla 4.
Hipótesis | Relación estructural |
Coeficiente estandarizado |
Valor t consistente |
---|---|---|---|
H1: A mayor nivel de
colaboración, mayor será el nivel de innovación de las Pymes |
Colaboración → Innovación | 0.577*** | 9.741 |
S-BX2 (df = 134) = 531.588; p < 0.000; NFI = 0.857; NNFI = 0.873; CFI = 0.889; RMSEA = 0.079 |
*** p=<0.01.
Con respecto a la hipótesis de investigación planteada H1, los resultados que se obtuvieron (β = 0.577, p < 0.01), indican que la colaboración tiene efectos positivos significativos en la innovación de las Pymes, lo cual demuestra y porta evidencia empírica de la relación existente entre estos 2 importantes constructos. Estos resultados son coincidentes con los obtenidos por Ozer et al. (2013), quienes encontraron en la industria farmacéutica de EE. UU. una relación positiva entre las actividades de colaboración y la innovación. Además, Vrgovic et al. (2012) obtuvieron resultados similares a los encontrados en este estudio empírico, al concluir que existe una estrecha relación entre la colaboración y la innovación. Finalmente, Yong-Yoon y Moon-Soo (2012) tuvieron resultados coincidentes con los de esta investigación, al concluir que las actividades de innovación tienen efectos positivos significativos sobre la innovación de las Pymes de servicios. Además, es importante resaltar que las Pymes mexicanas han demostrado una mayor colaboración, para desarrollar proyectos de innovación, primeramente con sus clientes, posteriormente con sus proveedores y en tercer lugar con empresas competidoras (Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática [NEGI], 2006). Con relación a esto se presentan a continuación las principales conclusiones y reflexiones derivadas de esta investigación.
Conclusión y discusión
Los resultados obtenidos en este trabajo de investigación permiten concluir 2 aspectos esenciales. En primera instancia, es posible concluir que las actividades de colaboración que realizan las organizaciones, principalmente las Pymes, tanto con otras empresas como con instituciones públicas y privadas, no solo generan mayores actividades de innovación sino también crean las condiciones necesarias y óptimas para la adopción e implementación de la innovación. Por lo tanto, la colaboración deberá ser considerada por los gerentes de las Pymes no solamente como una estrategia empresarial, sino más bien como una actividad del día a día en las empresas, la cual tendrá que sea implementada en la totalidad de los departamentos o áreas funcionales de la organización, para que de esta manera sea factible lograr los beneficios que generan las actividades de colaboración.
En segunda instancia, además es posible concluir que si las organizaciones, especialmente las Pymes, quieren adoptar o incrementar sus actividades de innovación entonces será necesario, en primer lugar, que los gerentes de las Pymes busquen la implementación de las actividades de innovación, tanto con otras empresas como con organismos públicos y privados, ya que mediante la colaboración con otras organizaciones existe una mayor probabilidad de que las Pymes obtengan un mayor nivel de innovación. Por lo tanto, la colaboración tendrá que implementarse en las empresas antes de las actividades de innovación, ya que con ello se aprovecharán más lo recursos humanos, técnicos y económicos de que disponen las organizaciones y se tendrán mejores resultados en el nivel de innovación de las Pymes.
De igual manera, estos resultados obtenidos tienen serias implicaciones para las empresas y los empresarios. Para las empresas implica, por un lado, que tienen que implementar cursos de capacitación para sus trabajadores y empleados, de tal manera que aprendan a trabajar de manera colaborativa y en equipo, tanto con sus propios compañeros como con personal externo a la organización. De lo contrario, si no es posible que se realicen actividades de colaboración con personal de otras empresas e instituciones, entonces será muy complicado y difícil que las Pymes puedan lograr adoptar o implementar las actividades de innovación, puesto que se ha demostrado en diversos artículos publicados en la actual literatura que la colaboración genera un mayor nivel de innovación, además de que también afecta de manera directa al crecimiento de la propia Pyme.
Por otro lado, además las Pymes tienen que generar un ambiente de trabajo en el interior de la organización que propicie y estimule la colaboración de los trabajadores y empleados, para que con ello se facilite la participación del personal en las actividades de colaboración y el trabajo en equipo con personal externo a la empresa. Asimismo, las empresas también tienen que implementar un sistema de colaboración en el que involucren tanto a sus clientes como a sus proveedores en la toma de decisiones de la propia organización, ya que de lo contrario será demasiado complicado que las Pymes estén en condiciones de poder cumplir con sus compromisos actuales y futuros de producción y comercialización de sus productos y servicios, por lo cual las actividades de colaboración que realicen con sus clientes y proveedores serán esenciales para lograr mejorar significativamente su nivel de innovación.
En cuanto a las implicaciones para los empresarios, estos tienen que efectuar cursos formales e informales de actualización profesional, tanto en sistemas de colaboración como en actividades de innovación, puesto que la alta gerencia es la que debe estar en primera instancia convencida de las bondades y beneficios que genera a la organización, no solamente las actividades de colaboración que se formalizan con otras empresas y organizaciones sino también las actividades de innovación, pues de lo contrario los esfuerzos que se realicen por adoptar e implementar tanto las actividades de colaboración como de la innovación serán efímeros, y no tendrán ni los beneficios ni los resultados esperados en el nivel de crecimiento y desarrollo de la Pyme.
Finalmente, los gerentes de las Pymes tienen que buscar el apoyo de la administración pública de los 3 niveles y de las cámaras y asociaciones empresariales, para obtener el financiamiento necesario que requiere la adopción e implementación de las actividades de colaboración e innovación que necesitan las empresas, buscando en todo momento que este financiamiento se pueda obtener a tasas preferenciales. De lo contrario, se reducirán en forma exponencial las posibilidades de que las Pymes no solamente puedan lograr realizar actividades de innovación, sino además permanecer y sobrevivir en los mercados en los cuales participan. Por lo tanto, es indispensable que los gerentes de las Pymes estén en contacto permanente con las entidades financieras públicas y privadas, para solicitar a estas entidades los recursos económicos y financieros que requiere la organización para adoptar o incrementar sus actividades de colaboración, lo cual le generará tanto en el corto como en el mediano plazo, un mayor nivel de innovación.
Evidentemente, este estudio empírico tiene una serie de limitaciones que en este momento es importante precisar. Una primera limitación es la utilización del instrumento de recolección de la información, ya que se les dejó en su mayoría a los gerentes de las Pymes para que lo contestaran, lo cual probablemente pueda introducir algunos problemas relacionados con los sesgos de los métodos comunes. Una segunda limitación es la obtención de la información, puesto que solamente se ha considerado una parte de la información de la colaboración y de la innovación. Dado el interés por continuar trabajando en este campo del conocimiento, una tercera limitación de este trabajo es que la mayoría de las Pymes entrevistadas consideran la información solicitada como muy confidencial y privada, por lo cual los datos obtenidos no necesariamente reflejan las actividades de colaboración e innovación que realizan las empresas.
Una cuarta limitación se encuentra en que las 2 variables consideradas en este estudio (colaboración e innovación) fueron medidas utilizando una escala cualitativa de 14 y 6 ítems respectivamente, por lo cual en estudios futuros será indispensable la utilización de escalas distintas y cuantitativas para corroborar si se obtienen los mismos resultados. Una quinta limitación es que las encuestas fueron dirigidas únicamente a los gerentes y/o propietarios de las Pymes, por lo cual los resultados obtenidos pueden diferir si se utiliza una población distinta como pueden ser los proveedores o clientes de las empresas. Por último, será necesario en estudios futuros replicar esta investigación en otros sectores y países para corroborar los resultados obtenidos. Sin embargo, los resultados obtenidos en este estudio empírico aportan evidencia empírica suficiente que puede impactar en la práctica habitual de las empresas en las actividades de colaboración e innovación.
Por ello, es importante ir más allá de los resultados obtenidos y discutir con mayor profundidad en estudios futuros: ¿qué efectos se tendría en la innovación de las Pymes si se utiliza una escala cuantitativa de las actividades de colaboración? ¿Qué resultados se obtendrían en las Pymes si se utiliza un modelo más sofisticado y cuantitativo para la medición de la colaboración y la innovación? ¿Qué actividades específicas de la colaboración son las que tienen un mayor efecto en la innovación de las Pymes? Estos y otros cuestionamientos que puedan surgir podrán ser contestados en futuras investigaciones derivadas de este estudio.