Introducción
La biodiversidad en México ha permitido la subsistencia y evolución de las culturas que dieron origen a los pueblos que hoy conforman nuestro país. Asimismo, es identidad cultural, la base del sustento material de los pueblos y la fuente de diversos bienes y servicios ecológicos, entre los que se encuentra la alimentación. La comunidad académica internacional ha señalado que las prioridades de investigación en el conocimiento de los ecosistemas son referentes al consumo de alimento, salud humana, salud de los ecosistemas, el uso sustentable de los recursos naturales y el papel del océano en el cambio climático (Lara et al., 2008). La pesca es uno de los servicios ambientales que ofrece el medio marino y es parte de la seguridad alimentaria; además, es una cadena productiva donde se generan empleos directos e indirectos, valor agregado, divisas y materia prima para otras industrias. Las pesquerías son parte integral de las sociedades costeras y coadyuva significativamente al desarrollo económico y social de muchos países y sus productos son utilizados de diversas formas, desde el autoconsumo hasta el comercio local, regional e internacional. La producción pesquera en las zonas continentales marinas ofrece amplias posibilidades de elección de un alimento exquisito. En épocas pasadas, las pesquerías marinas por su gran abundancia eran un alimento básico para los pobres y para los países menos desarrollados.
La demanda excesiva de los productos de la pesca ha generado esfuerzo pesquero y tasas de aprovechamiento, generalmente superiores a los recursos marinos de importancia comercial, provocando la sobreexplotación de los recursos y problemas asociados, como son la captura incidental de especies no objetivo, el descarte de especies sin valor comercial, el deterioro de hábitats y la contaminación (Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación [Sagarpa], 2012). La mayoría de las poblaciones pesqueras explotadas en el mundo están en sus niveles máximos sostenibles. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés, 2004) reportaba que el 50% de los recursos pesqueros se explotan al límite, el 25% se encuentra sobre-explotados y el esfuerzo de pesca sigue incrementándose en el mundo como respuesta a la presión social derivada de la pobreza y a la falta de controles eficientes de acceso al recurso pesquero. En el Pacífico mexicano se considera que las pesquerías se encuentra plenamente explotadas, es decir, en niveles cercanos al máximo rendimiento sostenible (MRS), por lo que no se debe incrementar la tasa de explotación y se requiere establecer limitaciones de acceso a la pesquería, cuotas de captura adecuadas al MRS y otras regulaciones asociadas a tallas mínimas y máximas de captura, vedas reproductivas y/o cierre de áreas de reproducción del recurso (Sagarpa, 2012).
Los moluscos marinos forman parte de las pesquerías de mayor importancia en nuestro país (Sagarpa, 2013b), y en el Pacífico mexicano son pocos los estudios referentes a este taxoceno. Algunos reportes que se enfocan en los moluscos de importancia comercial en aspectos de ecología o pesquerías se encuentran los de Baqueiro & Aldana (2003), Félix-Pico, RamírezRodríguez & Holguín-Quiñonez (2009), Flores-Garza et al. (2012), Gutiérrez & Cabrera (2012), Ríos-Jara, Navarro-Cervantes, Sarmiento-Nafate, Galván-Villa & López-Uriarte (2008), Rojas (1988) y Torreblanca-Ramírez et al. (2014).
Por otra parte, los datos de las dependencias oficiales responsables de llevar a cabo el registro y control las capturas en el estado de Guerrero son confusos e imprecisos. De ellos se puede rescatar que durante el periodo de 2000-2011, de la producción derivada de la pesca ribereña, el ostión queda en segundo lugar, solo por debajo del huachinango (Sagarpa, 2013a), sin embargo, no especifica de que especies se trata. Además, la información oficial omite otras especies que también son importantes, como son las de caracol chino (Hexaplex princeps, H. radix, H. regius) o el callo margarita (Spondylus limbatus), por mencionar algunos. Tomando en cuenta que en la costa de Guerrero por su vocación turística la explotación con fines comerciales de los recursos pesqueros, como es el caso de los moluscos, es intensa y la información sobre estas actividades es escasa e imprecisa; surge la necesidad de conocer el estado actual de la pesca ribereña de moluscos, con la finalidad de generar la información necesaria para la elaboración de planes y programas de manejo que hagan a esta actividad sustentable. La presente investigación se llevó a cabo en la búsqueda de aportar información sobre la pesca de moluscos que son capturadas para el consumo humano en el municipio de Acapulco de Juárez, y los objetivos fueron actualizar el inventario de moluscos que se capturan para el consumo humano, determinar las especies que tienen mayor importancia en las pesquerías y analizar la composición de las tallas de captura.
Materiales y Métodos
Área de estudio
El municipio de Acapulco se ubica entre los 16º52' y 16º41' de longitud Norte a los 99º29' y 100º11' de latitud Oeste, tiene 62 km de litoral, y la Bahía de Santa Lucía es la más importante (Tabla 1). De acuerdo con la información proporcionada por la Sagarpa, en Acapulco se ubican nueve Sociedades Cooperativas de Producción Pesqueras (SCPP).
Trabajo de campo y laboratorio
Para obtener información sobre las SCPP y las pesquerías de moluscos marinos en Acapulco, se analizaron los reportes oficiales de la Sagarpa, dependencia gubernamental encargada del manejo y procesamiento de los datos de la pesca en México, y se encuestaron a presidentes de cooperativas y pescadores de las nueve SCPP.
Para realizar el inventario de especies, se llevaron a cabo muestreos de 2011 al 2014; de las especies que se capturan para el consumo humano en Acapulco, se acudió a las nueve SCPP (Figura 1) para revisar las capturas, también se visitaron sitios de salida y arribo de los pescadores y los diferentes lugares donde se venden moluscos (restaurantes, marisquerías y expendios de mariscos) (Figura 2). Se solicitó autorización para examinar los moluscos capturados por los pescadores o en exhibición para la venta. Se visitaron los sitios de muestreo hasta obtener una muestra representativa de los organismos. Se consideró que una muestra era representativa cuando al visitar el lugar de muestreo no se encontrara una especie diferente a las ya registradas en colectas anteriores. Los especímenes examinados fueron identificados, medidos y fotografiados. Se compraron ejemplares de los cuales se tuviera duda en cuanto a su identificación y también para incluirlos en la colección de moluscos marinos de la Unidad Académica de Ecología Marina-Universidad Autónoma Guerrero.
Los moluscos recolectados fueron fijados en frascos con alcohol etílico al 96%. Una vez en el laboratorio, se procedió a la adecuada ubicación taxonómica de los especímenes recolectados, la cual requirió de una fase de confirmación y actualización de la nomenclatura, para lo cual se usó literatura especializada (Coan & Valentich, 2012; Kaas, Van Belle & Strack, 2006; Keen, 1971; Sirenko, 2006; Skoglund, 2001; Tenorio, Tucker & Chaney, 2012; World Register of Marine Species [WoRMS], 2015).
Para el análisis de la composición de tallas por captura, a los gasterópodos se les midió en milímetros la longitud del ápice a la parte final del canal sifonal; en poliplacóforos se midió desde la región anterior del cinturón en la placa cefálica hasta la región posterior en la placa anal (Ortiz-Arellano & FloresCampaña, 2008); y en bivalvos se midió la longitud de la distancia vertical máxima, usualmente en ángulo recto con el largo (Coan & Valentich, 2012), se utilizó un calibrador digital (0.01 mm). Los registros se capturaron en hojas de campo, después la información se procesó para estimar los estadísticos descriptivos (mínimo, máximo, media, desviación estándar).
Para determinar las especies que tienen mayor importancia en las pesquerías de moluscos en Acapulco, se aplicó una encuesta a los presidentes, miembros de las SCPP y comerciantes de moluscos marinos. La encuesta incluyó las siguientes preguntas: ¿qué especies captura?, ¿cuál era la duración de la temporada de captura de cada especie?, ¿qué cantidad capturaban por día de trabajo? y aproximadamente ¿cuántos días trabajaban por temporada de pesca? A partir de esta información se procedió a estimar la cantidad de días que un pescador trabaja por semana, las especies y el número de organismos extraídos por especie, por temporada de pesca, por pescador y por cooperativa. La información proporcionada por los pescadores se verificó en el campo en visitas a los sitios de desembarco, a los lugares donde comercializan el producto de la pesca y en salidas a pescar acompañando a los pescadores y se realizaron los ajustes correspondientes.
Resultados
Se aplicaron 72 encuestas a pescadores y se analizaron 1747 organismos; se encontraron representadas en las muestras 48 especies de moluscos, de las cuales 26 pertenecen a la clase Gastropoda, 21 a la bivalvia y una a la polyplacophora (Figuras 3 y 4). Las familias mejor representadas en riqueza de especies fueron: Muricidae (seis géneros y siete especies) seguidas por Fasciolariidae (cuatro géneros y cinco especies) y Chamidae (un género y cinco especies) (Tablas 2 y 3).
De acuerdo con las encuestas aplicadas a los presidentes de cooperativas y pescadores y a observaciones de campo, estimamos que en promedio el pescador trabaja 4.8 días a la semana, lo que nos da al año un promedio de 230.4 días trabajados (63.1% del año). La actividad extractiva de moluscos es suspendida, principalmente cuando las condiciones climáticas no se lo permiten y/o cuando se implementa la veda, ya sea de protección a la especie o por marea roja.
Con respecto a las vedas que impone la Sagarpa para la conservación de los recursos, solo existe para el ostión de roca (Striostrea prismatica), todas las demás especies se siguen capturando durante todo el año, además la intensidad de la pesca aumenta en las temporadas (Semana Santa, vacaciones de verano y de inverno, así como puentes y fines de semana) en que Acapulco es destino de un mayor número de turistas.
Se determinó que las especies que tiene los mayores volúmenes de captura y soportan el abastecimiento del mercado son 16: Striostrea prismatica, Crucibulum umbrella, Chama coralloides, Chiton articulatus, Pinctada mazatlanica, Hexaplex princeps, Neorapana muricata, Vasum caestus, Opeatostoma pseudodon, Hyotissa hyotis, Polygona tumens, Leucozonia cerata, Vasula speciosa, Fissurella nigrocincta, Fissurella gemmata, Modiolus capax (Tabla 4). De todas ellas, las únicas que tienen algún tipo de protección son las especies Pinctada mazatlanica y Striostrea prismatica, para el caso de la segunda especie, tiene tres meses de veda. El resto de las especies se capturan sin ningún tipo de control y vigilancia. Se estimó que la especie que mayormente se captura en Acapulco por las SCPP es el Hexaplex princeps, seguido por Striostrea prismatica.
Según los pescadores, algunas especies han disminuido drásticamente sus bancos o poblaciones, entre ellas están Lobatus galeatus, Malea ringens, Hexaplex regius, Hexaplex radix, Periglypta multicostata, Megapitaria squalida, Spondylus limbatus, Anadara formosa, Pinna rugosa, Nodipecten subnodosus, Gari panamensis y Pteria sterna. Cabe mencionar que la especie Spondylus limbatus se encuentra protegida por la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010 (Diario Oficial de la Federación [DOF], 2010) y aun así se captura sin ningún tipo de control o vigilancia. También se recibió información de especies que han desaparecido como el Ancistromesus mexicanus.
De la clase Gastropoda, Conus brunneus, Fissurella nigrocincta presentaron la menor talla en largo, y las especies Lobatus galeatus y Malea ringens mostraron las tallas máximas (Tabla 5). De la clase bivalvia, Chama coralloides y C. equinata presentaron las tallas mínimas, y las especies que mostraron las tallas máximas fueron Pinna rugosa y Pinctada mazatlanica. De la clase polyplacophora, solo se encontró una especie que fue el Chiton articulatus (Tabla 6).
Discusión
Ríos-Jara et al. (2008) reportan para Chiapas y Oaxaca 47 especies de bivalvos y gasterópodos de interés comercial o potencial para consumo humano. Gutiérrez & Cabrera (2012) reportan que en el litoral del estado de Guerrero se capturan aproximadamente 23 especies de moluscos de importancia económica. Señalando que las de mayor importancia por su demanda son: Pinctada mazatlanica, Crassostrea iridiscensis, Crassostrea corteziensis, Chama buddiana, Atrina maura, Spondylus princeps, Megapitaria squalida, Megapitaria aurantiaca, Periglypta multicostata, Hexaplex princeps, Phyllonotus regius, Pleuroploca princeps, Malea ringens, Calyptraea spirata. Este trabajo coincide con el reporte anterior en diez especies. Las especies que en esta investigación como producto de la pesca ribereña no se encontraron fueron: Crassostrea corteziensis, Spondylus princeps, Megapitaria aurantiaca, Pleuroploca princeps, Calyptraea spirata, Crassostrea collumbiensis y Mytrella strigata.
Flores-Garza et al. (2012) reportan que en Acapulco la captura para el consumo humano de 15 especies de gasterópodos, 9 de bivalvos y una de poliplacóforos. En los gasterópodos, 11 especies son similares en este trabajo. No se encontraron a C. erythrostomus, S. gracilior, C. scutellatum y M. corona. En caso de los bivalvos, este reporte coincide con el trabajo anteriormente citado en siete especies. B. reeveana y G. maxima no se encontraron en la muestra analizada. Con respecto a los poliplacóforos, ambos reportes encontraron solo al Chiton articulatus.
En el caso de la familia muricidae, no se registró a H. erythrostomus y las abundancias de H. radix y H. regius fueron muy bajas, dado que entre estas dos especies representaron el 0.86% de la muestra analizada. En el presente trabajo se adiciona a Stramonita biserialis entre las especies de esta familia que se capturan para el consumo humano. Para la familia fasciolariidae, se adicionan tres especies que se capturan para el consumo humano: Polygona tumens, P. praestantior y P. mediamericanus, esta última es poco común. Con respecto a la familia strombidae, este trabajo reporta a Lobatus galeatus como capturada en Acapulco, y Flores-Garza et al. (2012), como introducida, sin embargo, solo se encontraron dos especímenes en la muestra analizada y no se encontró a Strombus gracilior. En la familia Calyptreidae se coincide con Flores-Garza et al. (2012) en Crucibulum umbrella, que es una de dos especies que ellos reportan. En la familia Fissurellidae se coincide con la especie Fissurella gemmata, además se presentan tres nuevas adiciones a la lista de especies que se capturan para consumo humano: Fissurella nigrocincta, F. rubropicta y F. asperella. En la familia Tonnidae se reporta a Malea ringens, también registrada por Gutiérrez & Cabrera (2012).
En esta investigación no se encontró la familia melongenidae, pero sí a cuatro nuevas familias: Conidae con tres nuevas adiciones a la lista de especies (Conus princeps, C. brunneus y C. purpurascens), Lottiidae, Turbinidae y Neritidae, con la adición de una especie cada una (Lottia fascicularis, Uvanilla unguis y Nerita scabricosta).
Con respecto a los bivalvos, Megapitaria squalida, Periglypta multicostata, Nodipecten subnodosus, Anadara formosa, y Modiolus capax se registraron como capturadas en el municipio de Acapulco, mientras que Flores-Garza et al. (2012) las registró como introducidas. De hecho, M. capax en este trabajo se reconoce como una de las que soportan la pesquería de moluscos en Acapulco. En la familia Veneridae se registró a Chionopsis amathusia, como una nueva adición de especie que se captura para el consumo humano, en la familia Pinnidae a Atrina maura, en la familia Pteriidae a Pteria sterna. Para la familia Chamidae se obtienen cuatro nuevos adiciones: Chama echinata, Chama mexicana, Chama sordida y Chama buddiana, en la familia Psammobidae una nueva adición fue Gary panamensis. Por otro lado, la familia Carditidae se encontró como nuevo registro con dos especies que se adicionan al listado y son Cardites crassicostatus y Cardites grayi.
La estimación de los días de pesca por año en el caso de esta investigación es muy similar al resultado reportado por Gutiérrez & Cabrera (2012), para el estado de Guerrero. Con base en la estimación de los volúmenes de pesca y los días de pesca se determinaron las especies que principalmente soportan la pesquería de moluscos en Acapulco, entre estas, para el caso de H. princeps, no se encontraron estudios sobre la determinación de su talla de primera madurez sexual o talla mínima de captura, sin embargo si los hay para H. erythrostomus, en la cual se determinó que la primer gametogénesis se da a los 42.2 mm y recomiendan que la talla mínima de captura sea de 90 mm (Baqueiro, Masso & Velez, 1983; DOF, 2012). En la muestra analizada se observó que poco más 50% de los especímenes de H. princeps fueron capturados con tallas menores a los 85 mm.
Referente a S. prismatica, Hernández-Covarrubias, Patiño-Valencia & Aguirre-Villaseñor, (2014) determinaron que la maduración sexual de este ostión se alcanza a los 90 mm; además, en la Carta Nacional Pesquera (DOF, 2012) se señala que la talla mínima de captura para el Pacífico mexicano es de 90 mm. El 82.84% de los especímenes analizados en la muestra se capturaron antes de llegar a la talla mínima de captura señalado en la Carta Nacional Pesquera.
Concerniente a C. coralloides, Coan & Valentich (2012) reportan que la talla maxima es de 80 mm. Para esta especie no se encontraron reportes sobre maduración sexual o talla mínima legal de captura, por lo que es difícil determinar si los especímenes tienen al menos la talla mínima que garantice que su participación en la renovación del stock reproductivo se haya cumplido.
En la especie P. mazatlanica, Solano, Cabrera, Protti & Cruz (1994), en Costa Rica, determinaron la talla de primera madurez sexual en 45 mm. No se encontraron reportes para la talla mínima de captura. Esta especie se encuentra en categoría sujeta a protección especial en la NOM-059-SEMARNAT-2010 (DOF, 2010). Por otra parte, los pescadores mencionaron que la pesquería de madre perla se basaba en la Pteria sterna, recurso que actualmente ha disminuido de manera considerable, motivo por el cual sus esfuerzos se han enfocado en la P. mazatlanica.
Para V. caestus, no se encontraron reportes sobre estudios biológicos pesqueros. Keen (1971) reporta para esta especie una talla máxima de 90 mm.
Referente a N. muricata, no se encontraron reportes sobre la determinación de la talla de primera madurez sexual o talla mínima de captura. Keen (1971) registra tallas de hasta 100 mm de largo con promedio de 55 mm.
Concerniente a L. cerata, no se encontraron reportes de estudios biológico pesqueros. Según Keen (1971), la talla de este caracol esta alrededor de los 50 mm, Torreblanca-Ramírez et al. (2014) observa la talla máxima de 69.13 mm y Flores-Rodríguez et al. (2014) registran como talla máxima 41.5 mm.
Respecto a C. umbrella, no se encontraron reportes sobre estudios biológicos pesqueros. Torreblanca-Ramírez et al. (2014) reportan para el C. umbrella una talla máxima de 57.30 mm, Flores-Garza et al. (2011) una talla máxima de 56.06 mm y Keen (1971) reporta para esta especie una talla de 55 mm a 60 mm.
Tocante a C. articulatus, Rojas (1988) señala que inicia sus procesos reproductivos a partir de 40 mm, y calculó una talla mínima de captura de 59.54 mm. Ávila-Poveda & Abadia-Chanona (2013) mencionan que la primera maduración sexual inicia a los 32 mm en hembras y en machos a los 17 mm. Tomando la talla mínima de captura estimada por Rojas (1988), entonces el 96.52% de los organismos analizados en la muestra fueron capturados antes de garantizar la renovación del stock reproductivo. Ahora si tomamos la talla de maduración sexual en hembras de Ávila-Poveda & Abadia-Chanona (2013), entonces podemos suponer que la talla mínima de captura sería de 50 mm; si este supuesto fuera correcto más del 90% de los especímenes analizados fueron capturados antes de garantizar la renovación del stock reproductivo.
Para H. hyotis hay reportes de ciclos reproductivos, pero no mencionan a que talla tienen su primer desove, solo nos indican los meses en que inician dicho periodo. Coan & Valentich (2012) reportan que la talla máxima para esta especie es de 230 mm. Con base en la información anterior, suponemos que la talla mínima de captura debiera superar los 100 mm. Si el supuesto fuera verdadero, poco más del 20% de los especímenes analizados fueron capturados antes de que lograran cumplir su función en la renovación del stock de reproductores.
Referente a P. tumens, no encontramos reportes sobre estudios biológico pesqueros. Keen (1971) reporta que la talla de este caracol esta alrededor de los 68 mm de largo.
Concerniente a V. speciosa, no se encontraron reportes sobre estudios biológicos pesqueros. Keen (1971) registra un largo 36 mm; por otro lado, se observó en la muestra analizada que las tallas de 30 mm a 45 mm tuvieron poco más del 50% de los registros.
Tocante a M. capax, Ochoa-Báez (1985), en la Paz Baja California, determina que la maduración sexual inicia a los 40 mm, sin embargo no se encontraron estudios donde determinen la talla mínima de captura.
Para Opeatostoma pseudodon no se encontraron reportes de estudios biológicos pesqueros. Keen (1971) reporta que la talla de este caracol está alrededor de los 42 mm, y Torreblanca-Ramírez et al. (2014) observa una talla máxima de 45.57 mm.
Conclusiones
La riqueza de especies de moluscos para el consumo humano reportada por el presente trabajo es superior a lo que se ha reportado en otros trabajos similares en el litoral del Pacífico mexicano. Ello indica que la intensidad de pesca de moluscos en Acapulco es mayor y, para lograr satisfacer parte de la demanda en el puerto, la actividad pesquera se ha diversificado, de tal manera que se han incluido especies que no eran objeto de la pesca como es el caso de Nerita scabricosta, Plicopurpura pansa, Lottia fascicularis, Fissurella asperella, Fissurella rubropicta, Conus princeps, Conus brunneus y Conus purpurascens.
Acapulco se caracteriza por presentar pesquerías de pequeña escala, principalmente de subsistencia, con escaso desarrollo en infraestructura y un fuerte rezago social. La pesca de moluscos marinos se ejerce sin ningún tipo de control, regulación o manejo sustentable. De acuerdo con la entrevista realizada a los miembros de las SCPP, en el caso de los caracoles chinos, debido a su demanda en el mercado y a la intensidad de la pesca sobre este recurso, las abundancias en las poblaciones de H. erythrostomus, H. radix y H. regius han sufrido una disminución drástica. La especie que actualmente está soportando la pesquería es H. princeps. Otra especie, que de acuerdo con los informes de los pescadores ha disminuido drásticamente su abundancia, es Malea ringens.
Para la mayoría de las especies que se explotan no existen estudios biológicos-pesqueros que den pauta al desarrollo de programas de manejo, por lo que se hace necesario enfocar los esfuerzos de investigación en este campo, sobre todo en la determinación tallas de primera madurez sexual y tallas mínimas de captura. Asimismo, es necesario el desarrollo de tecnologías para el cultivo de especies nativas, con la finalidad de colaborar en la satisfacción de la demanda del mercado y con fines de repoblación.
Para que prospere la pesca responsable y sostenible, se requiere de una mayor participación de las dependencias gubernamentales, de la sociedad civil y el sector privado para ayudar a la solución de esta problemática y al desarrollo de tecnologías amigables con el medio.