Introducción
En las últimas cuatro décadas, el Estado Mexicano ha puesto mayor énfasis en el apoyo a la agricultura de exportación y menos a la pequeña agricultura. Los precios subsidiados de alimentos importados y la falta de un comercio justo han dejado en la pobreza a más de tres millones de productores. A esto se suman las políticas económicas de corte neoliberal y los programas agroalimentarios burocratizados e inefectivos, presupuestos insuficientes y mal aplicados, bajas inversiones en bienes públicos, debilidad de las instituciones del sector, duplicidades y falta de coordinación entre dependencias, así como niveles vergonzosos de corrupción. Estos factores han inhibido el desarrollo del sector, aumentando la pobreza rural, afectando al 20% de la población del país y dejando sin oportunidades a los jóvenes rurales, exponiéndolos a actividades ilícitas y fomentando su emigración (Baca et al., 2021; Villalobos, 2018).
En México se ha manifestado públicamente que el sector agroalimentario será una prioridad para el “Gobierno de la Cuarta Transformación”, quien propone lograr el rescate del campo mexicano privilegiando el apoyo a los pequeños productores, sin dejar de considerar a quienes producen los mayores volúmenes de alimentos en este país (Haro, 2019). Para ello, se han creado una serie de nuevos programas de tipo social y productivos que impulsan el desarrollo de los pequeños productores, dentro de los que destaca el programa Sembrando Vida, que tiene como fin incrementar la productividad agroforestal con base en criterios de sostenibilidad e inclusión, para contribuir a incrementar el grado de autosuficiencia alimentaria y el bienestar de los habitantes (Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria [CEDRSSA], 2020).
Este programa es de los más importantes para rescatar el campo mexicano. Significa generar producción, crear empleos, arraigar a los campesinos a sus lugares de origen, mejorar y proteger el medio ambiente y reconstruir el tejido social. Además, es el programa más grande en la creación de empleos del país (López, 2019).
Ante las aseveraciones de que se está construyendo un nuevo sistema agroalimentario mexicano, productivo, justo, saludable, incluyente y sustentable, es necesario corroborar si efectivamente estamos ante una transformación del campo mexicano o seguimos manteniendo estrategias de sexenios anteriores. Para ello, es importante buscar enfoques para analizar de manera integral este tipo de estrategias con la finalidad de tener una visión más completa sobre los aciertos, deficiencias y áreas de mejora de estas iniciativas.
En ese sentido, el enfoque de la agricultura multifuncional podría ser una opción, ya que a través del entendimiento de las múltiples funciones de la agricultura (Tabla 1) se pueden comprender los bienes y servicios que está proveyendo el programa a sus beneficiarios en los ámbitos ambiental, social y económico, y con ello aportar elementos que puedan contribuir a mejorar el programa.
En este contexto, el presente trabajo tiene como objetivo analizar, desde el enfoque de la agricultura multifuncional, el diseño e implementación del programa Sembrando Vida, con la finalidad de determinar su impacto en el desarrollo socioeconómico de sus beneficiarios y en el uso y manejo de los recursos naturales, en el municipio de Chahuites, Oaxaca.
Materiales y métodos
La investigación se realizó en el Municipio de Chahuites (Figura 1), perteneciente a la región denominada Istmo de Tehuantepec, ubicado en la parte sureste del Estado de Oaxaca (16° 17’ 12” N y 94° 12’ 44” O). Cuenta con una superficie de 60.63 km2 y una altura promedio de 30 m.s.n.m. Colinda al norte, sur, este y oeste con el municipio de San Pedro Tapanatepec (Instituto Nacional de Estadística y Geografía [INEGI], 2020). La población es de 11 105 habitantes distribuidos en cinco localidades. La población rural asciende a 10 939 habitantes, representando el 98% de la población total (INEGI, 2020). Dentro de las principales actividades económicas figuran el sector primario (50.48%), el sector industrial (10.23%) y el sector terciario (35.81%) (INEGI, 2020). El 74% del territorio está dedicado a la agricultura (4500 ha). Los cultivos más importantes son maíz, frijol, sorgo, melón, sandía y una alta producción de mango (Sistema de Información Agroalimentaria y Pesquera [SIAP], 2017).
Se utilizó una metodología mixta basada en tres estrategias: análisis documental de políticas públicas, análisis de frecuencias y análisis basado en evidencia, aplicada a un estudio de caso simple. De acuerdo con Mejía-Pérez (2019), este tipo de estudios se centran en generar una correcta comprensión de los casos y de su contexto.
Se realizó un análisis documental del marco normativo del programa Sembrando Vida con el propósito de identificar los bienes y servicios que provee esta estrategia. La metodología que se utilizó fue la propuesta por Rivera-Aguilera (2017), la cual se basa en seis pasos que permiten interrogar a los documentos y sus formas de conexión global/local. Dichos pasos se mencionan a continuación.
Identificar un área a analizar de las políticas públicas: identificar un área en la cual se desarrollará la investigación. Es importante que en esta fase se puedan hacer conexiones entre documentos de política global/local en torno al tema escogido.
Elaboración de pregunta(s) de investigación: permitirán abordar analíticamente los puntos de conexión y ensamblaje entre niveles globales/locales de las políticas públicas.
Revisión y selección de documentos públicos: recolección de material documental en torno a la pregunta de investigación desarrollada. Esto permitirá ampliar el corpus textual en torno a la temática. Para esto deberá buscar documentos de políticas globales/locales en torno a la problemática seleccionada.
Seleccionar un corpus (global y/o local) y desarrollar un análisis descriptivo secuencial: Analizar la información. Para esto se sugiere ordenar la información global/local, cronológicamente de manera separada. Esto permitirá presentar la información desde un primer nivel descriptivo/secuencial. A partir de esto, se seleccionarán las citas más representativas de los documentos.
Interrogar a los textos desde un nivel analítico que incorpore problematizaciones, autoridades y tecnologías: preguntas que permiten entender problematizaciones: ¿Cómo emergen problemas que tienen que ser intervenidos por las políticas públicas? ¿Cuáles son los discursos de las políticas que podemos identificar a través del análisis documental? Preguntas que permiten identificar autoridades: ¿Quién tiene la capacidad para hablar con autoridad sobre los problemas sociales y políticas elegidas para nuestra investigación? ¿Qué organismos o instituciones a nivel global o local son representados por esa autoridad? ¿Cuáles son los intereses y estrategias desarrolladas por esa autoridad en la definición de políticas públicas? ¿Desde qué institucionalidad los discursos de estas autoridades están validadas: investigación académica, estadísticas, lenguaje jurídico, conocimiento médico, valores religiosos, sistemas económicos y sistemas políticos? Preguntas que permiten identificar tecnologías: ¿Qué elementos discursivos de los documentos seleccionados permiten entender formas de gobernar sujetos, organizaciones y comunidades? Para esto es importante centrar el análisis en cómo esas formas de moldear conductas se generan en direcciones deseadas y a través de qué estrategias programáticas se buscan encarnar esas técnicas.
Reflexiones finales y nuevas preguntas de investigación: Discutir sobre los resultados que emergen del análisis documental, estableciendo un dialogo con otras políticas, documentos e investigaciones. A partir de estos resultados, se sugiere plantear nuevas preguntas de investigación respecto al tema desarrollado.
Para fines de este trabajo, la pregunta que se utilizó fue ¿Qué funciones de la agricultura multifuncional se contemplan en el marco normativo del programa Sembrando Vida? Los documentos que se interrogaron fueron los lineamientos y reglas de operación del programa Sembrando Vida correspondientes a los años 2019, 2020 y 2021.
De forma complementaria, se realizó un análisis de frecuencia de los bienes y servicios identificados en el análisis documental con la finalidad de definir su importancia. Para ello se utilizó el software MAXQDA versión 2020. Posteriormente, se procedió a corroborar si los bienes y servicios encontrados en el diseño del programa Sembrando Vida realmente se están obteniendo. Para ello, se realizó un análisis basado en evidencias como un mecanismo que ayuda a formular políticas, programas y proyectos bien informados porque pone a disposición de quienes toman las decisiones, y quienes las ejecutan, evidencia científica relevante a la hora de su construcción y puesta en marcha (Barradas et al., 2019).
De acuerdo con Sutcliffe & Court (2006), existen diversos tipos de evidencias o pruebas como el acopio de datos estadísticos, las evaluaciones críticas, la construcción de teorías y el análisis discursivo. Pero considerar solo los datos duros como evidencias estaría limitando al enfoque, ya que no se estaría considerando la experiencia ni la percepción de las personas (Buchanan, 2009).
Para la obtención de la evidencia, se aplicaron entrevistas semiestructuradas (Anexo 1) con preguntas enfocadas a confirmar si el programa Sembrando Vida está promoviendo en su implementación los bienes y servicios identificados en su marco normativo con la finalidad de corroborar qué tanto y de qué manera está mejorando el desarrollo socioeconómico de sus beneficiarios, así como el uso y manejo de los recursos naturales.
En este análisis no se determinó un método de muestreo estadístico para la aplicación de las entrevistas; por tanto, fue mediante un estudio de caso (Diaz et al., 2011). En ese sentido, se eligió para este estudio al municipio de Chahuites, Oaxaca, ya que es uno de los municipios donde se está implementado el programa Sembrando Vida, además de que se encuentra en una de las regiones prioritarias del actual gobierno para impulsar el desarrollo del sureste mexicano (Istmo de Tehuantepec). La población de estudio fue de 66 entrevistados, dentro de los cuales 60 fueron beneficiarios, tres becarios, un técnico productivo, un técnico social y un facilitador.
Resultados y discusión
Bienes y servicios contemplados en la normatividad del programa Sembrando Vida
La identificación de temas prioritarios en una estrategia de gobierno puede ser realizada por medio de una matriz de frecuencia de términos y/o por una nube de palabras. Estas técnicas permiten descubrir la frecuencia de los términos más recurrentes en un determinado documento o corpus textual. En la Figura 2 se muestran los bienes y servicios más frecuentes en el marco normativo del programa Sembrando Vida.
De acuerdo con la matriz de frecuencias, los bienes y servicios que mayor incidencia tienen en el programa Sembrando Vida son: Impulsar la participación de la mujer (con 32 apariciones en los documentos), Otorgar acompañamiento técnico (con 32 apariciones), Promover la inclusión productiva (con 28 apariciones), Fomentar la autosuficiencia alimentaria (18 apariciones), Recuperar la cobertura forestal (con 18 apariciones), Promover la organización social (con 12 apariciones) y Generación de empleos (con 10 apariciones).
Estos ejes que se muestran en la Figura 2 forman la columna vertebral del programa Sembrando Vida. Ello tiene como finalidad incentivar a los pequeños y medianos productores a establecer sistemas de producción agroforestal. Con ello se pretende contribuir a generar empleos, incentivar la autosuficiencia alimentaria, mejorar los ingresos de los pobladores y recuperar la cobertura forestal de un millón setenta y cinco mil hectáreas en el país. Eso se debe lograr bajo un enfoque de sustentabilidad, con lo cual se conserven los agroecosistemas y el conocimiento tradicional, además de que se fomenten prácticas sustentables que ayuden a los productores a mitigar los efectos del cambio climático.
En la Figura 3 se muestran en un diagrama de nube de palabras los conceptos más relevantes para el programa Sembrando Vida.
En la nube de palabras se percibe que los conceptos que más aparecen a lo largo de los textos son: sujetos, técnico, agrarios y social. Sin embargo, hay un concepto del cual se habla en la mayor parte del texto, este es “desarrollo”. Pero ¿a qué se refiere mayoritariamente el programa Sembrando Vida cuando habla de desarrollo?. De acuerdo con el análisis documental, este concepto aparece con mayor frecuencia cuando se refiere a “Desarrollo Regional” y esto es porque este nuevo gobierno pretende alcanzar el desarrollo de las zonas rurales a través del fortalecimiento de los territorios rurales mediante el fomento de empresas sociales y cooperativas dedicadas a las actividades agroalimentarias.
Bienes y servicios ofertados en la implementación del programa Sembrando Vida
Impulsar la participación de la mujer
En la normatividad del programa se menciona que se impulsará la participación efectiva de las mujeres, con la intención de contribuir a cerrar brechas de desigualdad por género y etnia en el acceso a los apoyos, por lo que la condición de mujer u hombre no será motivo de restricción para la participación y elegibilidad.
En la puesta en marcha del programa se está impulsando la participación de la mujer, al grado de que las comunidades de aprendizaje campesino (CAC) están conformadas en un 50% por mujeres. Lo mismo aplica para el personal operativo del programa, el 50% de los técnicos sociales y productivos son mujeres. Así lo confirma el facilitador del programa en su testimonio:
“El programa fomenta la equidad de género, tan es así que el personal operativo a mi cargo está conformado en un 50% por mujeres. En el caso de las CACs aplica el mismo porcentaje. Si llegara haber una baja tanto en el personal operativo como en las comunidades de aprendizaje se da preferencia a las mujeres para cubrir esos lugares” (Javier, facilitador, abril 2021).(Facilitador…)
Desde el punto de vista de los entrevistados, el 90% de ellos ven con buenos ojos la inclusión de las mujeres a estos programas, ya que comentan que son las que mandan, las que se organizan más rápido y las que tienen más iniciativa a la hora de realizar las actividades. El otro 10% comenta que la toma de decisiones dentro de las CAC se ve obstaculizado por las mujeres, ya que carecen de experiencia en las actividades del campo. Se anexan afirmaciones:
“Está muy bien que participen porque tienen más iniciativa e impulsan que se hagan las actividades del programa” (Ángel, beneficiario, abril 2021).
“Sí está bien, deben de reconocer el papel de la mujer porque desde siempre han trabajado en el campo” (Ana, beneficiaria, abril 2021).
“No me parece bien porque opinan sin conocer, todo se les hace fácil" (Juan, beneficiario, 2021).
Otorgar acompañamiento técnico
El acompañamiento técnico, en la normatividad del programa, menciona que los técnicos sociales coordinarán las acciones que fortalezcan el tejido social y la solución de los problemas comunitarios detectados en las CAC, y que los técnicos productivos coordinarán la asesoría para implementar los sistemas denominados maíz intercalado con árboles frutales (MIAF) y sistemas agroforestales (SAF), en diálogo con los sujetos de derecho, en los aspectos técnico-productivos. Asimismo, se menciona que los viveros y las biofábricas serán atendidas por los sujetos de derecho con el acompañamiento de los técnicos.
En lo que concierne al acompañamiento técnico social, el 100% de los entrevistados mencionan que han recibido asesoría sobre cómo organizarse, resolver conflictos, pero, sobre todo, cómo trabajar en equipo. En cuanto al acompañamiento técnico productivo, la totalidad de beneficiarios mencionan que solo han recibido asesoría sobre actividades referentes al vivero (llenado de bolsas, germinación de semillas), pero a nivel de implementación de los sistemas MIAF y SAF solo les brindan los arreglos topológicos. Se anexa testimonio:
“Nos asesoran dos técnicos, uno social y otro productivo, el que más nos apoya es el social, nos orienta sobre cómo organizarnos, trabajar en equipo y como resolver nuestras diferencias al interior del grupo. El productivo nos dice qué plantas debemos sembrar en el vivero, cómo hacerlo y los cuidados que deben tener, también nos capacita sobre a qué distancias debemos sembrar en nuestros terrenos los arbolitos” (Juan Antonio, beneficiario, abril 2021).
En términos generales, los beneficiarios carecen de asesoría en la parte productiva, ya que no los orientan sobre qué especies asociar en determinados suelos, y esto se debe principalmente a que los técnicos social y productivo realizan más actividades administrativas. Se adjuntan testimonios:
“Recibimos asesoría sobre organización, sobre el llenado de bolsas y siembra de plantas, pero no tenemos asesoría sobre qué arboles sembrar en nuestros suelos, porque no todos tenemos el mismo tipo y los técnicos nos obligan a sembrar las mismas, aunque no se adapten y se mueran” (Pedro, beneficiario, abril 2021).
“Los ingenieros están más preocupados por llenar sus reportes y por seguir metiendo más gente al programa que capacitarnos, realmente nos están dejando solos y cada uno está haciendo su sistema a su manera” (Eduardo, beneficiario, abril 2021).
Promover la inclusión productiva
Para efectos de este programa, la inclusión productiva es un mecanismo mediante el cual los sujetos agrarios que habitan en municipios catalogados de media a muy alto rezago social se incorporan de forma productiva a los procesos de desarrollo rural, a través del establecimiento de un sistema agroforestal, contribuyendo a la reducción de las desigualdades y superación de la pobreza de manera estructural.
El programa en este municipio ha sembrado exclusión, ya que el 50% de los beneficiarios rebasa las 10 ha, situación que no les permitiría participar, pero que en la operatividad es muy común encontrar; ya que a través de contratos de aparcería estos productores obtienen los recursos del programa, como se aprecia en los siguientes testimonios:
“En nuestro grupo hay un compañero que les rentó tierras a otros tres para que pudieran entrar al programa, les cobra mil pesos por hectárea mensuales” (Martha, beneficiaria, abril 2021).
“En mi CAC hay una familia de cinco integrantes que entraron por contratos de aparcería que el papá les dio, eso yo no lo veo bien, porque dejan fuera a mucha gente que realmente necesita el apoyo, no sé por qué lo permiten los técnicos, además de que en la toma de decisiones siempre se hace lo que ellos dicen por ser mayoría” (Axel, beneficiario, abril 2021).
Promover la agricultura orgánica
En la normatividad del programa se menciona que se establecerán biofábricas de insumos, además de que este podrá dotar parte o la totalidad de los materiales necesarios para elaborar biofermentos, biopreparados y otras sustancias agroecológicas que promuevan la agricultura orgánica. Las biofábricas serán atendidas por los sujetos de derecho con el acompañamiento de los técnicos.
En lo que concierne a la elaboración de biopreparados, la totalidad de los entrevistados mencionan que la capacitación no está dada por los técnicos del programa, sino por técnicos externos que pertenecen a transnacionales como Walmart. Asimismo, señalan que para recibir la capacitación se deben de comprometer a venderles su producción. Se anexan afirmaciones:
“Hemos recibido capacitación sobre elaboración de composta y caldo sulfocálcico por técnicos de Walmart, pero para poderla recibir debemos comprometernos a venderles nuestra producción” (David, beneficiario, abril 2021).
“Por parte de los técnicos del programa no hemos recibido capacitación de manera directa, más bien han hecho convenios con empresas como Walmart para que nos asesoren, con el compromiso de venderles exclusivamente a ellos nuestra producción, cosa que no se nos hace justo porque nunca nos lo consultaron” (Pedro, beneficiario, abril 2021).
Respecto a la provisión de materiales para la elaboración de biopreparados, el 100% de los entrevistados mencionan que ellos proporcionan la totalidad de los materiales y no el programa. Se adjuntan testimonios:
“Nosotros tenemos que comprar los materiales a pesar de que los técnicos nos han comentado que hay apoyo para ese tipo de gastos” (María, beneficiaria, abril 2021).
“Nosotros los compramos, el programa no nos da nada, los técnicos dicen que hay apoyo para comprar material, pero nunca dicen como hacerlo” (Rubén, beneficiario, abril 2021).
Promover la organización social
Los lineamientos del programa mencionan que se trabajará intensamente en la organización de los beneficiarios para formar cooperativas que les permitan mejorar la producción y comercialización de sus productos.
El 100% de los entrevistados refieren que todas las actividades al interior de las CAC son en equipo, desde la limpieza del vivero hasta la elaboración de biopreparados, pero a nivel de parcela son individualmente. Así lo demuestran sus respuestas:
“En el vivero todo es grupal, en la parcela es individual” (Ana, beneficiaria, abril 2021).
“Tenemos que trabajar en equipo porque si no nos sancionan, más en el vivero porque en la parcela nadie nos ayuda” (Pedro, beneficiario, abril 2021).
Fomentar la autosuficiencia alimentaria
Los lineamientos del programa mencionan que se incentivará la autosuficiencia alimentaria de los pobladores a través del establecimiento de sistemas de producción como el MIAF.
El 10% de los beneficiarios del municipio de Chahuites han podido implementar completamente el MIAF. El otro 90% está más preocupado por cubrir las metas de carácter administrativo (cantidad de árboles por hectárea), dejando de lado la producción de granos básicos. Se adjuntan afirmaciones:
“No hemos podido sembrar maíz en nuestros sistemas agroforestales porque ahorita los técnicos nos han comentado que la prioridad del programa es llegar a la meta de plantación (2800 plantas/ 2.5ha)” (David, beneficiario, abril 2021).
“Nos están presionando los ingenieros para que sembremos más árboles, porque según ellos tenemos que llegar a la meta este año y que la siembra de maíz y frijol puede esperar” (Guadalupe, beneficiario, abril 2021).
Recuperación de la cobertura forestal
Los lineamientos del programa señalan que se promoverá la reforestación de las tierras de los beneficiarios. Sin embargo, el 80% de los entrevistados mencionan que tuvieron que desmontar y quemar áreas forestales, porque los encargados de registrarlos les exigían tener un predio limpio y cultivable. Se adjunta testimonio:
“Tuve que desmontar hectárea y media para poder entrar al programa, porque los técnicos solicitaban terrenos limpios, quité árboles que ahora me piden sembrar” (Jorge, beneficiario, abril 2021).
Por otro lado, los técnicos y el facilitador mencionan que el programa no induce a la deforestación, sino que en la zona de estudio tienen la costumbre de practicar roza, tumba y quema, y que debido al arraigo de estas prácticas el programa está teniendo malos comentarios. Se anexa testimonio del facilitador del programa:
“El programa no incita a la deforestación, más bien los beneficiarios de este municipio y de la región del Istmo tienen muy arraigada la práctica de roza, tumba y quema, y están haciendo un uso indiscriminado de esta para poder ingresar al programa, pero ya estamos trabajando en ello a través de un cambio de mentalidad, pero es muy difícil cambiar los usos y costumbres de las personas de la noche a la mañana, más en estados como Oaxaca con una diversidad cultural muy grande” (Javier, facilitador, abril 2021).
Conservar la agrodiversidad
Los lineamientos del programa mencionan que se producirá planta en los viveros, con material vegetativo local, las cuales se utilizarán en el establecimiento de los SAF y MIAF. En el caso de los beneficiarios de Chahuites, el 50% de las especies forestales plantadas en sus sistemas han sido traídas de viveros militares de Veracruz.
De acuerdo con algunos testimonios de los beneficiarios, el programa los ha presionado para desmontar y quitar especies locales como palo de Brasil (Haematoxylum brasiletto H. Karst.), que por mala planeación y desconocimiento de los técnicos vuelven a plantar, pero ahora, con planta introducida, la cual no se adapta muy bien a la región. Se adjuntan afirmaciones:
“Mi terreno se encuentra en una zona de manglar donde crecían árboles como el botoncillo y madresal, pero por cumplir con los requisitos que pedían los técnicos del PSV [programa Sembrando Vida] tuve que quemarlos, ahora que los ingenieros ya están más empapados sobre el programa y que vieron que ningún frutal más que cocos se dará en mi terreno, me están recomendado que trasplante botoncillo y madresal, lo cual lo veo como una burla, ya que si esa recomendación hubiese sido antes seria uno de los que ya hubiera cumplido con la meta de plantación y no estaría en la tablita floja en la que hoy me encuentro” (Juan, beneficiario, abril 2021).
“Los técnicos no tienen en claro lo que quiere el programa, porque al principio nos pedían desmontar, ahora dicen que hay que brechar, primero nos decían tiren todos los árboles que quede limpio el terreno, ahora nos piden que sembremos árboles que ya estaban en nuestros terrenos como el palo de Brasil, pero con planta traída de Veracruz que no se adapta muy bien a la región y eso nos perjudica porque se nos mueren muchas plantas” (Alberto, beneficiario, abril 2021).
Generación de empleos
El programa pretende que los beneficiarios perciban al apoyo económico como un sueldo y a las actividades del programa como un empleo. Lo cierto es que la totalidad de los entrevistados perciben las actividades como un trabajo y el apoyo económico como una ayuda del gobierno, como se aprecia en los siguientes testimonios:
“Como trabajo si, como empleo no, el dinero que nos da el gobierno es un apoyo para tratar de cumplir con lo que pide el programa, pero la verdad no alcanza, necesitamos el doble o un poco más para poder realizar las actividades que nos piden” (Juan Antonio, beneficiario, abril 2021).
“Es un apoyo que nos da el gobierno, pero para que nos lo den tenemos que trabajar en lo que nos piden los técnicos” (Luisa, beneficiaria, abril 2021).
Es más, hasta los propios funcionarios del programa mencionan que si se dividiera el apoyo económico entre los treinta días del mes se obtendría un salario diario de $150 pesos, lo cual no alcanzaría para satisfacer las necesidades básicas de los beneficiarios, mucho menos para cumplir las actividades del programa. Se anexa testimonio del facilitador del programa:
“Si dividiéramos el apoyo ($4500/mes) que reciben los beneficiarios en los treinta días del mes, nos daría un salario diario de $150 pesos, salario que no les alcanza a los sembradores para cumplir con las tareas del programa, mucho menos para satisfacer sus necesidades básicas. Debido a esto, el programa está permitiendo que los beneficiarios trabajen para que con sus ingresos complementen el apoyo y con ello puedan satisfacer sus necesidades básicas y cumplir con el programa” (Javier, facilitador, abril 2021).
Aunque el programa quisiera que sus beneficiarios vieran como un sueldo el recurso que les otorga, y que estos a su vez se involucraran de lleno a las actividades del programa como un empleo, lo cierto es que está generando de manera indirecta empleos temporales, ya que gran parte de los beneficiarios tienen sus empleos y muchas veces tienen que contratar jornales para cumplir con el programa. Las actividades donde se contratan jornales son: limpieza de terreno, llenado de bolsa, riego de árboles, entre otras. Se anexan testimonios:
“Tengo que contratar gente para limpiar el terreno, regar, porque uno solo no puede y aunque sean mi familia les tengo que pagar para que vayan a ayudarme” (Miguel Ángel, beneficiario, abril 2021).
“Trabajo de maestro y no dispongo de tiempo libre para cumplir con las actividades del programa, por eso tengo que contratar trabajadores para que me apoyen a realizarlas, a veces para regar mis arbolitos, otras veces para llenar bolsitas en el vivero” (Jorge, beneficiario, abril 2021).
Intercambio de conocimientos y experiencias
En el intercambio de conocimientos y experiencias, el programa menciona en su normatividad que se establecerán Centros de Formación en sistemas agrícolas y agroforestales para intercambiar conocimientos entre los técnicos y los beneficiarios.
En la implementación del programa, no se está dando un intercambio de conocimientos, lo único que se aprecia es una asignación de tareas, con las cuales deben cumplir los beneficiarios y desarrollarlas con su experiencia. Así lo manifiestan los beneficiarios en sus respuestas:
“Sinceramente no existe un intercambio de experiencias entre los técnicos y nosotros, más bien es una relación de patrón y empleado, porque tenemos que hacer lo que ellos nos piden y si no lo llegáramos hacer nos amonestan o hasta nos dan de baja” (Miguel, beneficiario, abril 2021).
“No existe ningún intercambio de conocimientos ni entre nosotros mismos, cuanto más con los técnicos y los becarios, los cuales nos ven con inferioridad, como personas que no sabemos nada y que debemos obedecerles para no ser sancionados” (José, beneficiario, abril 2021).
Conclusiones
A nivel de diseño, podemos decir que el programa Sembrando Vida tiene un enfoque de agricultura multifuncional, ya que brinda una gran variedad de bienes y servicios en su normatividad, dentro de los que se destacan: incluir a la mujer en los programas para el campo, otorgar acompañamiento técnico, fomentar la autosuficiencia alimentaria, promover la agricultura orgánica, conservar la agrodiversidad, promover la organización social y generar empleos.
Respecto a la implementación del programa en el área de estudio, gran parte de los bienes y servicios identificados en su diseño no se están obteniendo de la mejor manera, prueba de ello son los testimonios negativos que tienen los beneficiarios. Solo el impulso de la participación de la mujer presenta buenos comentarios.
En lo que concierne al impacto del programa Sembrando Vida en el desarrollo socioeconómico de los beneficiarios de Chahuites, este es negativo, ya que el apoyo que reciben no les alcanza para cumplir con las tareas del programa, mucho menos para tratar de satisfacer sus necesidades básicas.
Por otra parte, el programa Sembrando Vida ha causado degradación de los recursos naturales en el municipio de Chahuites, debido a que los funcionarios no tenían claro las características de los predios que iban a seleccionar como aptos, lo que provocó desmonte de zonas de transición como los manglares, perdiéndose gran parte de la agrobiodiversidad.
Por último, podemos decir que el enfoque de la agricultura multifuncional es una herramienta que puede ayudar a evaluar políticas agrarias, ya que permite identificar errores en el diseño e implementación de dichas políticas. Esto es posible a través de la identificación de los bienes y servicios que estas ofrecen hacia la sociedad y al medio ambiente.