I. Introducción
La lectura es un tema ampliamente referenciado en la literatura científica. En este sentido, es prolífica la lista de revistas especializadas cuya línea temática principal se centra en esta actividad. De hecho, una búsqueda bibliográfica en red suele generar un círculo de lecturas tan amplio como inabarcable. Y es que la lectura aparece en el foco de la acción investigadora debido a su relevancia social desde el análisis de las prácticas lectoras en el ecosistema escolar y los diversos agentes que intervienen (Romero et al., 2020; Wicht et al., 2020).
Desde esta perspectiva holística e interpretativa debemos ser conscientes de que la sociedad en la que nos desenvolvemos es líquida (Bauman, 2019); fluye y cambia, modificando actitudes, concepciones y prácticas hacia el disfrute del texto. Aparecen nuevos escenarios expandidos desde pantallas multimodales en la red, definidos por Barron (2004) como “el conjunto de contextos que se encuentran en los espacios físicos o virtuales y que ofrecen oportunidades para el aprendizaje” (p. 198); en el caso de la lectura, nuestra reflexión gira en torno al análisis de las preferencias lectoras respecto al soporte elegido (digital, analógico o indiferente) y la diversidad textual en formatos digitales que los jóvenes suelen consumir en su vida cotidiana para abarcar la realidad actual y la existencia de nuevos perfiles lectores (Ambrós y Breu, 2014; Lopez-Gil y Franco-Chávez, 2021; Torche, 2007). Así, nuestra investigación se encuadra en torno a las siguientes líneas dicotómicas:
Lectores versus no lectores: los hábitos lectores de la población de distintos rangos etarios (García-Delgado y Arias, 2014; Moreno-Morilla et al., 2017; Munita, 2019; Trigo et al., 2020);
Digital versus en papel: los soportes en los que se realiza la lectura, donde se pretende determinar las preferencias hacia el soporte digital o en papel (Cassany, 2012; Farinosi et al., 2016; Moya y Gerber, 2016; Parodi et al., 2019; Wang y Bai, 2016; Woody et al., 2010);
Lecturas vernáculas versus académicas: los “nuevos” modos de lectura digital desde el uso del WhatsApp (Molina, 2020), la creación de subtítulos en comunidades fansub (Tian-Zhang y Cassany, 2019; Torrego-González et al., 2021), o los contextos en que las comparten en las redes sociales (Castro y Díaz, 2021; Lluch et al., 2015; Manresa y Margallo 2016; Paladines y Margallo 2020); frente a la lectura académica o especializada (Santos-Díaz et al., 2021; Sologuren y Castillo-Fadić, 2020).
En este sentido, reflexionamos sobre la lectura y la tecnología, que en múltiples ocasiones han sido consideradas antagonistas por la escuela y se convierten en el gran debate al representar dos procesos inversos: por un lado, la lectura se contempla con una sensación de fracaso fuera del entorno del aula (Lynch y Zwerling, 2020); y, por otro lado, la tecnología se percibe con una sensación de éxito fuera de la escuela (Bringué y Sábada, 2009). Dos procesos de dentro hacia fuera y viceversa, lo que debe hacernos pensar que en el caso de la lectura el problema está fuera, en la sociedad, mientras que en el caso de la tecnología está dentro de la escuela (Romero et al., 2020).
Si bien la relación entre lectura y tecnología ha sido ampliamente estudiada, aún son escasas las investigaciones que se centran en la obtención de perfiles lectores de la población adolescente desde sus preferencias lectoras. Así, consideramos necesario adentrarnos en los comportamientos lectores de esta población desde una pregunta inicial: ¿Tienden más a leer en formato digital los jóvenes que afirman que le gusta la lectura o es a la inversa? El objetivo principal se centra en conocer las preferencias lectoras (en papel o en soporte digital) de los adolescentes en el momento en que inician su andar por la educación secundaria. Para ello, se plantean tres objetivos secundarios:
Determinar las preferencias en formato digital entre los hábitos y prácticas sociales de la lectura.
Establecer un perfil de lectura digital indagando en las diferencias de género y el comportamiento lector.
Conocer las preferencias textuales en las prácticas lectoras digitales respecto a la tipología y extensión.
II. Método
Este trabajo, de corte descriptivo, presenta una investigación cuantitativa cuya finalidad es observar las prácticas lectoras de los adolescentes. Se tomó como muestra base a 664 estudiantes del primer curso de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) de la provincia de Cádiz y, en una fase posterior, y con la única intención de detectar si existen tendencias coincidentes o divergentes, se replicó la investigación en diversos contextos, como se explica a continuación.
Se tomaron como referencia cinco muestras recogidas en distintos contextos: Cádiz, España, Chile, Portugal y Polonia; todas tienen en común las características de sus informantes: adolescentes del primer curso de educación secundaria con edades comprendidas entre los 12 y 14 años. En la fase inicial (durante el curso 2017/2018) en el marco del proyecto “Factores determinantes en los hábitos lectores de los estudiantes de educación secundaria. Un estudio desde las variables del contexto educativo” (PR2017040), financiado por el Plan Propio de Investigación de la Universidad de Cádiz en el Programa de Impulso de la Actividad Investigadora (Parrado et al., 2020; Romero et al., 2020; Tabernero et al., 2020; Trigo et al., 2020). En la provincia de Cádiz participaron 664 estudiantes (n = 333 chicos y n = 331 chicas). Durante el curso 2017/2018 cursaban 1.º de ESO en centros públicos de la provincia de Cádiz 12 639 estudiantes, lo que posibilita que la muestra ofrezca una precisión de d = .04, situando el error de muestreo en el 4%. En el resto de España la población se compone de 192 estudiantes (n = 94 chicos y n = 98 chicas) provenientes de Almería, Barcelona, Cuenca, Granada, Huesca y Valladolid.
Para comprobar si los hábitos y prácticas lectoras se replicaban en otros contextos nacionales e internacionales, se tomó la provincia de Cádiz como muestra de referencia y se realizó un estudio de contraste con una representación: por un lado, durante el curso 2017-2018, con diferentes ciudades de España; y, por otro lado, en el curso 2018-2019, se amplió a un contexto internacional mediante el proyecto “Hábitos lectores en contextos internacionales de estudiantes de Educación Secundaria. Un estudio de prácticas educativas para el fomento de la lectura” (PR2018057) (Arenas et al., 2020; González-Ramírez et al., 2020). Las razones que motivaron la selección de la muestra internacional fueron dos: un primer criterio de proximidad con España, recogido en la muestra de Portugal, concretamente en el distrito de Braga, compuesta por 138 estudiantes (n = 71 chicos y n = 67 chicas). Y un segundo criterio de lejanía: por un lado, un país de Europa del este, Polonia con una representación de 175 estudiantes oriundos de Łódź y Silesia, (n = 61 chicos y n = 114 chicas); y otro país hispanohablante, Chile, donde participaron 178 estudiantes de las comunas de Valparaíso y Viña del Mar (n = 100 chicos y n = 18 chicas).
En esta investigación se utilizó el cuestionario “Los hábitos lectores de los adolescentes españoles” (2003), elaborado por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte (MEDC); el cuestionario, inicialmente pensado para el último curso de la ESO, fue adaptado por Romero et al. (2020) y traducido a la lengua materna de los informantes no hispanohablantes en Polonia y Portugal. En primera instancia, plantea 4 preguntas sobre datos sociológicos (sexo, centro escolar, curso y grupo) y 34 relacionadas con los hábitos y consumos lectores: 28 son cerradas en escala tipo Likert y 6 son de desarrollo. Algunas preguntas están confeccionadas por dimensiones sobre un tema específico, instando al informante a contestar más de un ítem, cuestión que permite realizar un análisis en conjunto y por cada subpregunta. Sin embargo, para este estudio seleccionaron tres que servirán para dar respuesta a los objetivos.
Para procesar los datos de forma homogénea las respuestas en papel se pasaron a un cuestionario en línea a través de Google Forms. De esta forma se generó una tabla en Excel unificada que, una vez codificada, se exportó al paquete estadístico IBM SPSS Statistics (v.23).
La variable dependiente objeto de análisis es la preferencia por el tipo de soporte, en la que los adolescentes elegieron entre tres opciones: si les es indiferente, en papel o digital. Las variables independientes con las que se relacionó fueron el sexo y gusto por la lectura.
En primer lugar, se analizan los datos de las cinco muestras de forma independiente para presentar los datos univariantes sobre la preferencia en un formato u otro; le siguen análisis bivariantes en los que se presenta en forma de tablas de contingencia la frecuencia observada de la variable sobre la preferencia en un soporte u otro en relación con su sexo y el gusto por la lectura. Asimismo, se muestran los datos estadísticos obtenidos de la ji al cuadrado, el cual es una prueba de independencia de contraste unilateral a la derecha.
Por último, se presenta a través de un árbol de decisión de forma gráfica cuál es el perfil de los adolescentes según su preferencia de lectura tomando como variables dependientes el sexo, el lugar y el gusto por la lectura. El método estadístico seleccionado es el análisis CHAID (Chi-Squared Automatic Interaction Detector), cuyo algoritmo procede del ámbito de la inteligencia artificial y, asume que las variables explicativas son categóricas u ordinales, como ocurre en este caso con la preferencia por la lectura. La minería de datos permite explorar grandes bases de datos de forma automática o semiautomática. Su objetivo principal es encontrar patrones repetitivos, tendencias o reglas que expliquen el comportamiento de los datos en un determinado contexto.
El método CHAID resuelve el problema de segmentación más eficientemente que con el planteamiento clásico de búsqueda exhaustiva. Su utilización aporta las siguientes ventajas:
Se puede aplicar utilizando los paquetes estadísticos más utilizados actualmente: SPSS, R, Statistica, etc.
Ofrece resultados interpretables e intuitivos sin necesidad de poseer conocimientos estadísticos avanzados.
Mediante el CHAID se exploran de forma eficaz los cortes posibles en todas las variables y se selecciona el que da el menor p-valor asociado a la ji al cuadrado. Este proceso se divide en dos etapas: en una primera fase (merge o fusión), agrupa las categorías de las variables explicativas que superen un umbral determinado y, en una segunda fase (split o división), divide la agrupación con contraste más significativo (menor p-valor ajustado). Como resultado, se obtiene un modelo de clasificación basado en diagramas de flujo que facilitan la comprensión del comportamiento de una determinada variable que, en el caso analizado, se refiere a la preferencia por la lectura en formato digital o en papel.
III. Resultados
Los resultados se presentan en tres fases. En primer lugar se presta atención a la preferencia por el soporte (digital o en papel) manifestada por los informantes a través del análisis estadístico univariante. Enseguida, atendiendo al análisis bivariante, se expone la distribución observada a través de las preferencias lectoras de los adolescentes y se relaciona con su gusto por la lectura y con el sexo. Por último, se determina el perfil lector de los estudiantes aplicando el análisis CHAID y generando un árbol de decisión.
3.1 Preferencia por el tipo de soporte
Con objeto de obtener una panorámica general de la preferencia de soporte según el lugar del estudio, la Figura 1 recoge la distribución porcentual en cada caso. El mayor porcentaje de informantes a los que les da igual un soporte u otro se localiza en Portugal (40.6%), seguido de Polonia (40%), Chile (25%), el resto de España (12.9%) y Cádiz (16.7%).
Respecto a la preferencia en soporte papel, los estudiantes de Cádiz tienen una mayor preferencia en este sentido, si bien esos datos son similares a los del resto de España (61.9% frente al 60.9%). Les siguen los datos de Chile, Polonia y Portugal, siendo los adolescentes portugueses los que menos prefieren el formato papel (39.9%).
En cuanto al formato digital, los estudiantes chilenos encabezan porcentualmente la clasificación (24.7%) seguidos con un porcentaje similar los estudiantes portugueses (22.4%) y gaditanos (21.3%). En este caso, los datos apuntan a que en el resto de España prefieren leer menos en formato digital con respecto a Cádiz, seguidos de los estudiantes de Polonia.
Para determinar si existen diferencias estadísticamente significativas entre el lugar de la encuesta y la preferencia por el tipo de soporte, se realizó la prueba ji al cuadrado. En la Tabla 1 se observa que el número de casillas con frecuencias esperadas menor que 5 es menos al 20% (0.0%). La significación de la ji al cuadrado es de 0.000 < 0.05 por lo que se rechaza la hipótesis nula, a un nivel de significación del 0.05. Por tanto, se puede decir que hay realización entre el lugar de la prueba y el tipo de preferencia por el tipo de soporte (formato digital, papel o ambos).
3.2 Distribución observada a partir de las preferencias lectoras
Según el gusto por la lectura. Al mostrar la distribución de frecuencias sobre la preferencia de lectura -Tabla 2- se pretende conocer qué soporte prefieren aquellos a los que les gusta leer frente a los que no están tan motivados por la lectura, lo que permitirá extraer información relevante de cara a la planificación de estrategias en la formación de lectores.
En Cádiz, de los informantes a los que les gusta leer, tan solo un 15.86% afirma que le resulta indiferente un formato u otro. Este porcentaje aumenta ligeramente en el caso de los que prefieren el formato digital (17.54%), hasta alcanzar su máximo en los informantes que prefieren el papel (un 66.6%). En cambio, cuando indican que no les gusta leer, los datos en cuanto a la preferencia por el papel (42.19%) y lo digital (37.50%) se acercan -Tabla 2-
En el resto de España los jóvenes han presentado un menor porcentaje en la opción de digital y apenas hay diferencias entre si les gusta leer o no (15.43% frente a 13.33%). Sin embargo, en Chile, Polonia y Portugal, los datos están más polarizados, ya que hay un mayor porcentaje de estudiantes que marcan la opción digital cuando no les gusta leer.
Como en la muestra gaditana, cuando les gusta leer, la opción más frecuente suele ser el formato papel en todos los países a excepción de Portugal, donde existe una ligera tendencia a marcar que les da igual el tipo de soporte (45.19% frente al 41.35% que ha marcado el formato papel).
Lugar | Soporte de lectura | Recuento | Gusto por la lectura | Total | |
---|---|---|---|---|---|
No | Sí | ||||
Cádiz | Me resulta indiferente | Frecuencia | 26 | 85 | 111 |
% | 20.31 | 15.86 | 16.72 | ||
En formato papel | Frecuencia | 54 | 357 | 411 | |
% | 42.19 | 66.60 | 61.90 | ||
En formato digital | Frecuencia | 48 | 94 | 142 | |
% | 37.50 | 17.54 | 21.39 | ||
Total | Frecuencia | 128 | 536 | 664 | |
% | 100 | 100 | 100 | ||
Resto de España | Me resulta indiferente | Frecuencia | 12 | 34 | 46 |
% | 40 | 21 | 24 | ||
En formato papel | Frecuencia | 14 | 103 | 117 | |
% | 46.67 | 63.58 | 60.94 | ||
En formato digital | Frecuencia | 4 | 25 | 29 | |
% | 13.33 | 15.43 | 15.10 | ||
Total | Frecuencia | 30 | 162 | 192 | |
% | 100 | 100 | 100 | ||
Chile | Me resulta indiferente | Frecuencia | 12 | 26 | 38 |
% | 26.67 | 19.55 | 21.35 | ||
En formato papel | Frecuencia | 14 | 82 | 96 | |
% | 31.11 | 61.65 | 53.93 | ||
En formato digital | Frecuencia | 19 | 25 | 44 | |
% | 42.22 | 18.80 | 24.72 | ||
Total | Frecuencia | 45 | 133 | 178 | |
% | 100 | 100 | 100 | ||
Polonia | Me resulta indiferente | Frecuencia | 18 | 52 | 70 |
% | 58.06 | 36.11 | 40 | ||
En formato papel | Frecuencia | 4 | 80 | 84 | |
% | 12.90 | 55.56 | 48 | ||
En formato digital | Frecuencia | 9 | 12 | 21 | |
% | 29.03 | 8.33 | 12 | ||
Total | Frecuencia | 31 | 144 | 175 | |
% | 100 | 100 | 100 | ||
Portugal | Me resulta indiferente | Frecuencia | 9 | 47 | 56 |
% | 26.47 | 45.19 | 40.58 | ||
En formato papel | Frecuencia | 8 | 43 | 51 | |
% | 23.53 | 41.35 | 36.96 | ||
En formato digital | Frecuencia | 17 | 14 | 31 | |
% | 50 | 13.46 | 22.46 | ||
Total | Frecuencia | 34 | 104 | 138 | |
% | 100 | 100 | 100 |
Para conocer si estas dos variables categóricas son independientes o si existe algún tipo de relación entre ellas se realizó un contraste de hipótesis mediante la prueba estadística ji al cuadrado. La variable independiente X es la preferencia de la lectura y la Y es el gusto por la lectura. Se procede, por tanto, a analizar dos hipótesis: hipótesis nula (H0) en la que se probaría que la preferencia por un soporte u otro es independiente de si les gusta o no la lectura y la hipótesis alternativa (H1) en la que la preferencia por el soporte y el gusto por la lectura son dependientes. En función de los datos, en la Tabla 3 se indica si se acepta una u otra hipótesis. En este caso, en todos los contextos analizados se rechaza la H0 en favor de la H1 y, por tanto, existe relación entre el formato y el gusto por la lectura.
Lugar | Estadístico del contraste y p-valor | Interpretación |
---|---|---|
Cádiz | 57.403 p = 0.000 < 0.05 | Rechazada H0 |
Resto de España | 21.488 p = 0.006 < 0.05 | Rechazada H0 |
Chile | 14.078 p = 0.001 < 0.05 | Rechazada H0 |
Polonia | 49.605 p = 0.000 < 0.05 | Rechazada H0 |
Portugal | 23.840 p = 0.02 < 0.05 | Rechazada H0 |
Según el sexo. La distribución de sexos en cada respuesta es muy similar en Cádiz, España y Chile, sobre todo en las dos primeras variantes: “me resulta indiferente” y “en formato papel”, estando un poco más diferenciados los datos en cuanto a la preferencia por lo digital según sexo. Así, en la Tabla 4 se observa que en Cádiz los chicos tienden a preferir el formato papel más que las chicas (24.02% frente al 18.73%). En cambio, en Portugal la preferencia está más sesgada, ya que un 35.21% de los chicos ha marcado la opción de digital frente al 8.96% de chicas.
Lugar | Soporte de lectura | Recuento | Sexo | Total | |
---|---|---|---|---|---|
Masculino | Femenino | ||||
Cádiz | Me resulta indiferente | Frecuencia | 56 | 55 | 111 |
% | 16.82 | 16.62 | 16.72 | ||
En formato papel | Frecuencia | 197 | 214 | 411 | |
% | 59.16 | 64.65 | 61.90 | ||
En formato digital | Frecuencia | 80 | 62 | 142 | |
% | 24.02 | 18.73 | 21.39 | ||
Total | Frecuencia | 333 | 331 | 664 | |
% | 100 | 100 | 100 | ||
Resto de España | Me resulta indiferente | Frecuencia | 27 | 19 | 46 |
% | 28.72 | 19.39 | 24.0 | ||
En formato papel | Frecuencia | 52 | 65 | 117 | |
% | 55.32 | 66.33 | 60.94 | ||
En formato digital | Frecuencia | 15 | 14 | 29 | |
% | 15.96 | 14.29 | 15.10 | ||
Total | Frecuencia | 94 | 98 | 192 | |
% | 100 | 100 | 100 | ||
Chile | Me resulta indiferente | Frecuencia | 24 | 14 | 38 |
% | 24 | 17.95 | 21.35 | ||
En formato papel | Frecuencia | 45 | 51 | 96 | |
% | 45 | 65.38 | 53.93 | ||
En formato digital | Frecuencia | 31 | 13 | 44 | |
% | 31 | 16.67 | 24.72 | ||
Total | Frecuencia | 100 | 78 | 178 | |
% | 100 | 100 | 100 | ||
Polonia | Me resulta indiferente | Frecuencia | 34 | 36 | 70 |
% | 55.74 | 31.58 | 40 | ||
En formato papel | Frecuencia | 16 | 68 | 84 | |
% | 26.23 | 59.65 | 48 | ||
En formato digital | Frecuencia | 11 | 10 | 21 | |
% | 18.03 | 8.77 | 12 | ||
Total | Frecuencia | 61 | 114 | 175 | |
% | 100 | 100 | 100 | ||
Portugal | Me resulta indiferente | Frecuencia | 26 | 30 | 56 |
% | 36.62 | 44.78 | 40.58 | ||
En formato papel | Frecuencia | 20 | 31 | 51 | |
% | 28.17 | 46.27 | 36.96 | ||
En formato digital | Frecuencia | 25 | 6 | 31 | |
% | 35.21 | 8.96 | 22.46 | ||
Total | Frecuencia | 71 | 67 | 138 | |
% | 100 | 100 | 100 |
Tan solo en Chile, Polonia y Portugal -Tabla 5- se rechaza la hipótesis nula y se acepta la alternativa de relación entre el sexo y la preferencia por un soporte u otro.
Lugar | Estadístico del contraste y p-valor | Interpretación |
---|---|---|
Cádiz | 2.998 p = 0.224 > 0.05 | No se rechaza H0 |
Resto de España | 2.788 p = 0.248 > 0.05 | No se rechaza H0 |
Chile | 7.770 p = 0.021 < 0.05 | Rechazada H0 |
Polonia | 17.884 p = 0.000 < 0.05 | Rechazada H0 |
Portugal | 14.199 p = 0.001 < 0.05 | Rechazada H0 |
Perfil lector. Para tener una visión en conjunto del perfil lector, la Figura 2 presenta el árbol de clasificación CHAID. El primer nodo, en cuanto a la observación según el tipo de formato, representa el gusto por la lectura. A partir de ahí, los nodos creados en cada subconjunto son diferentes. Los informantes a los que les gusta leer prefieren el formato papel (51.2%). Ese porcentaje es mayor en el caso de Cádiz, el resto de España y Chile (65.1%) y menor en Polonia y Portugal (46.9%). Tal como se vio en el apartado anterior, existen tres países (Chile, Polonia y Portugal) en los que el sexo se relaciona con la preferencia del soporte. Por ello, el p valor del nodo terminal que incluye la variable sexo es menor en el caso de Polonia y Portugal (p = 0.000), donde los chicos indican que les resulta indiferente en un 50.6% y las chicas prefieren el papel en un 59.3%, que en el del grupo formado por Cádiz, resto de España y Chile (p = 0.049), donde chicos y chicas prefieren el formato papel en un porcentaje similar (61.2% frente a 69.1%).
En cuanto al segundo nodo, creado a partir de los que no les gusta leer, destaca con una mayor proporción el grupo de informantes que prefiere leer en soporte digital (36.5%). A partir de ahí, los datos se dividen por zonas: Cádiz, Chile y Portugal tienen datos similares frente a los resultados del resto de España y Polonia. En el primer grupo, los estudiantes a los que no les gusta leer optan por el formato digital principalmente (en un 40.6%) mientras que los del segundo grupo indican que les resulta indiferente (49.2%).
IV. Discusión y conclusiones
El análisis de la lectura en formato digital o en papel entre adolescentes rompe con una concepción apriorística respecto a la preferencia digital al ofrecer una horquilla inferior que oscila entre el 21.4% en la provincia de Cádiz y el 35% en Chile. La tendencia en todos los contextos del estudio ofrece porcentajes superiores respecto a la lectura en papel (de un máximo valor en Cádiz -61.9%- hasta el 39.9% en Portugal). Estos resultados coinciden con los estudios de Figueroa et al. (2016) o Trigo et al. (2020) sobre consumos lectores analógicos; sin embargo, el aumento de consumo de lectura digital que ofrecen diversos informes, como el presentado por la Federación de Gremios de Editores de España (2019) o PISA desde una visión internacional, hace necesario un estudio de distribución de respuestas tomando como referencia los hábitos y prácticas sociales de lectura de nuestros adolescentes.
La primera conclusión respecto a las preferencias lectoras, al rechazarse la hipótesis nula en favor de la hipótesis alternativa y verificando la relación entre el formato y el gusto por la lectura en todos los contextos, evidencia que los adolescentes con mayor gusto por la lectura prefieren el disfrute del libro en papel frente a los que no se consideran lectores (que muestran mayor predilección por el formato digital). Sin embargo, el comportamiento de la variable sexo no actúa de manera homogénea en España respecto a los contextos internacionales: si bien en España se confirma la hipótesis nula, en el resto de los países explorados se verifica la hipótesis alternativa, en donde sí existe relación entre el sexo y la preferencia por el formato digital. Estos datos ofrecen posibilidades para trazar estrategias didácticas específicas en torno al fomento de la lectura (Heredia y Amar, 2018; Núñez et al., 2019) y valernos de los entornos virtuales y formatos digitales de los adolescentes en la línea de investigaciones para acercar el hecho lector a los jóvenes: blogs (Manresa y Margallo, 2016); e-books (Hupfeld et al., 2013); epitextos (Lluch et al., 2015); Facebook (Lluch, 2014); Tuenti (Torrego, 2011); Twitter (Heredia y Amar, 2018); o Youtube (Cruces, 2017; Rovira, 2017).
La segunda conclusión surge del análisis CHAID para delimitar el perfil lector respecto a los formatos digitales y prácticas lectoras. La construcción automática de un árbol donde cada nodo representaba un segmento formado por un conjunto de características de los informantes elaborado por un proceso interno de optimización maximizó el impacto en la variable preferencia por la lectura en formato papel o digital en cada segmento. Un primer nodo, conformado por los adolescentes que manifiestan un gusto por la lectura, dibuja un perfil lector que se caracteriza por el formato analógico y en el que las chicas muestran una constante por la lectura en papel en todos los países, mientras que en el caso de los chicos se evidencia una mayor indiferencia. Si bien el hecho lector está vinculado al libro tradicional en papel para este grupo, no debe olvidarse que, como indican Alonso y Cordón (2014), “la lectura se hace eminentemente social, en una generación 2.0 marcada por las capacidades de las redes sociales y en la que el saber que importa es el que es capaz de entrar en conexión con todos los demás saberes” (p. 125). Son lectores que, a pesar de disfrutar en formato analógico, suelen compartir su experiencia literaria a través de comunidades virtuales y redes sociales (Castro y Díaz, 2021; Rovira-Collado, 2015) y en los que los influencers suelen tener un efecto positivo (Cruces, 2017; Lopez-Gil y Franco-Chávez, 2021). Con estas prácticas se han ido generando un entramado de prácticas literarias en las que destacan términos como fanfic, fan-fiction o fic (Torrego-González et al., 2021).
Respecto al segundo nodo desarrollado en el CHAID, se comprueba que el perfil de los adolescentes con menor hábito lector presenta una tendencia hacia el formato digital. El alejamiento de los jóvenes hacia la lectura literaria en estas edades puede afrontarse desde la lectura en línea y sus prácticas vernáculas desde la idiosincrasia de generaciones como la Z o la millennial para acercarlos al disfrute lector (Álvarez et al., 2019).
Por último, el perfil obtenido a través de los análisis estadísticos ofrece una serie de posibilidades para abrir caminos de interconexión entre el comportamiento de los adolescentes en formatos analógicos y digitales y sus preferencias lectoras. La inteligencia artificial ha puesto de manifiesto que aquellos jóvenes a los que no les gusta leer confiesan acercarse a esta actividad utilizando los medios digitales. El hecho de que los resultados obtenidos en la muestra de base repliquen tendencias en el resto de los contextos explorados vislumbra que la globalización parece ser un efecto que sobrepasa la esfera consumidora y se adentra en la cultura de los grupos etarios, independientemente del contexto en el que se desarrollen. Estos hallazgos apuntan hacia la necesidad de seguir indagando sobre nuevos modos de lectura digital (Cordón y Jarvio, 2015; De Amo, 2019) tanto desde el planteamiento ficcional como no ficcional (Area y Guarro, 2012; Hughes, 2006; White, 2011), cuestiones que habrán de ser abordadas en una futura investigación.