Introducción
Un factor primordial en la pérdida de cultivos de interés agrícola es por problemas fitosanitarios, principalmente por aquellas ocasionadas por fitopatógenos durante el desarrollo de la planta (Ritz et al., 2015). Entre los agentes causales, destacan los hongos y bacterias, los cuales, generan pérdidas de hasta un 80% en un sistema de producción agrícola, cuando éstas no son tratadas con eficacia y en condiciones favorables para los patógenos. En la República Mexicana, el cultivo de chile (Capsicum annuum L.) es de una gran importancia por el aspecto económico que genera, el social y el alimenticio; sin embargo, un problema fitosanitario que afecta a su producción, es la enfermedad denominada marchitez del chile, que puede generar pérdidas económicas hasta en un 76% en estado de germinación y plántula, y hasta en un ٩٣٪ cuando la planta es afectada en la fase de floración (Pérez-Acevedo et al., 2017), considerando condiciones del ambiente favorable para el patógeno, como las de alta humedad ambiental y también a nivel de suelo, además de una falta de prácticas de manejo inapropiadas (Guigón-López y González-González, 2001). La presencia de fitopatógenos, puede ocurrir en los diferentes agrosistemas de producción como son a campo abierto, invernadero y casa sombra (Guigón-López y González-González, 2001). Entre los diversos factores bióticos que están implícitos en la marchitez del chile se encuentra un complejo de hongos del género Fusarium spp., Rhizoctonia solani, Phytium spp.; Vesicatoria spp., Alternaria alternata, Oidiopsis taurica, Leveillula taurica, Sclerotinia sclerotium y Sclerotium rolfsii (Chew et al., 2008), ocasionando grandes pérdidas en la producción no solo en México, sino a nivel mundial (Vásquez et al., 2009; Montero-Tavera et al., 2013). Otro hongo que sobresale además de los previamente citados, es Phytophthora capsici (Segovia et al., 1994; Guigón-López et al., 2003), el cual, es un Oomicete que ocasiona daños significativos y pérdidas desde un 10 hasta un 100% (Avelar, 1989) al presentarse por todos los continentes con afectaciones considerables (Goldberg, 1998).
Para controlar este problema fitosanitario, los agricultores se han basado en el uso de fungicidas químicos afectando al medio ambiente, a la salud humana, una resistencia a los fungicidas y el incremento en los costos de producción (Chew et al., 2008; Hernández-Castillo et al., 2014). Uno de los controles solicitados en la actual Agricultura de Conversión, demanda aquellos que sean sustentables al medio ambiente, entre ellos figuran la combinación de biofumigaciones (Wang et al., 2014) y el uso de injertos en patrones resistentes (Gilardi et al., 2013); actualmente desde hace una década resalta el uso de hongos rizosféricos =hongos micorrízicos arbusculares (HMA) y las rizobacterias promotoras del crecimiento vegetal (Rpcv), los primeros con acción antagónica vs especies del género Fusarium y de Rhizoctonia solani (Ozgonen y Erilic, 2007; Ramos-Sandoval et al., 2010; Pérez-Acevedo et al., 2017); y los segundos han sido evaluados vs Pseudomonas corrugata y Chryseobacterium indologenes, entre otros más (Kyung and Deok, 2012). Ambos microorganismos (HMA y Rpcv), tienen la capacidad de encontrarse en el interior de tejidos sanos (Schulz y Boyle, 2006; Pérez y Chamorro, 2013), y cumplir varias funciones como la promoción del crecimiento vegetal, control biológico de fitopatógenos, mejorando la eficiencia en procesos de fitorremediación de compuestos tóxicos y como fuente inagotable de más de 20,000 compuestos biológicamente activos que influyen en el rendimiento y la supervivencia de la planta (Pérez y Chamorro, 2013), además producen un gran número de metabolitos secundarios que funcionan como antibióticos (Castillo et al., 2002; Igarashi et al., 2007). En los últimos años, el control biológico mediante organismos antagónicos (HMA y Rpcv), se advierte como una valiosa herramienta para la protección de los cultivos hortícolas contra hongos fitopatógenos sobre todo cuando éstos son aplicados mediante consorcios (mezclas) o co-inoculaciones, ya que se han obtenido resultados significativos en diversas variables morfofisiológicas; los consorcios microbianos son asociaciones naturales de dos o más especies que actúan como una comunidad. Es decir, se trata de sistemas naturales en los que microorganismos de distintas especies, a menudo de distintos géneros, coexisten espacialmente y cooperan, posibilitando así la supervivencia de todos ellos y con quien cohabitan, asimismo, estas poblaciones mixtas tienen la capacidad y los recursos necesarios para llevar a cabo funciones que resultan muy complicadas o incluso imposibles de realizar para una única especie (Ramírez-Mares y Hernández, 2015).
El estado de México, sobresale a nivel nacional como un fuerte productor de chile. Sin embargo, los productores agrícolas son afectados por la presencia del hongo Phytophthora capsici como agente causal de la marchitez del tomate; actualmente están interesados en el uso de este tipo de alternativas biológicas como son los consorcios microbianos para el control del hongo, y es por lo anterior que el objetivo de la presente investigación consistió en evaluar consorcios de hongos micorrízicos y rizobacterias como control biológico vs Phythopthora capsici, en cultivares de chile (Capsicum annuum L.).
Materiales y métodos
Se evaluaron 23 genotipos de chile procedentes de diversas localidades agrícolas en el país (Tabla 1), divididos en cinco tipos: Pasillas (3), Anchos (4), Guajillos (4), Puya (4), Serrano (3) y Jalapeño (5) (Tabla 1), en condiciones de invernadero en el Colegio de Posgraduados, Campus Montecillo, en Montecillo, Texcoco, México. El trabajo se realizó en un invernadero de vidrio durante el período otoño-invierno-primavera 2019-2020.
Tipo de chile | Genotipos | % emergencia | altura (cm) | ||||||
T1 | T2 | T3 | T4 | T1 | T2 | T3 | T4 | ||
Pasillas | 1. UAA/Ags. | 51def | 60b | 62b | 60b | 67(±2)de | 77(±1)ba | 75(±1)b | 79(±1)ab |
2. Perales 1/Zac. | 52def | 62b | 63b | 67b | 65(±2)de | 78(±1)ba | 75(±1)b | 79(±1)ab | |
3. Perales 2/Zac. | 52def | 63b | 63b | 63b | 67(±2)de | 78(±1)ba | 75(±1)b | 80(±1)a | |
Anchos | 4. UAA 2008/Ags. | 53def | 61bc | 60bc | 60bc | 63(±3)de | 74(±1)bc | 73(±2)bc | 75(±1)b |
5. AP Neek/SLP. | 55def | 63bc | 61bc | 63bc | 65(±2)de | 75(±1)b | 73(±2)bc | 74(±1)b | |
6. 3v/Zac. | 52def | 62bc | 62bc | 62bc | 62(±3)de | 74(±2)bc | 72(±2)bc | 75(±1)b | |
7. SR-2009/Dgo. | 51def | 63bc | 63bc | 63bc | 61(±1)ef | 74(±2)bc | 73(±2)bc | 75(±1)b | |
Guajillos | 8. Don Luis/SLP | 49ef | 57de | 58de | 59de | 58(±2)fg | 70(±2)cd | 69(±2)cd | 71(±2)cd |
9. Perales/Zac. | 50ef | 58de | 59de | 59de | 57(±3)fg | 69(±3)cd | 70(±2)cd | 70(±2)cd | |
10. Mirasol 3v/Zac. | 51ef | 59de | 57de | 58de | 56(±3)fg | 71(±1)cd | 70(±2)cd | 72(±2)cd | |
11. Don Ramón/SLP | 49ef | 57de | 58de | 57de | 56(±3)fg | 71(±1)cd | 71(±2)cd | 73(±2)cd | |
Puya | 12. 91/SLP | 48ef | 55de | 56de | 55de | 48(±6)gh | 66(±3)de | 62(±5)de | 68(±2)de |
13. Saladillo 1/Zac. | 49ef | 55de | 55de | 56de | 53(±1)gh | 65(±3)de | 63(±4)de | 67(±2)de | |
14. Saladillo 2/Zac. | 49ef | 56de | 57de | 54de | 51(±2)gh | 67(±2)de | 65(±2)de | 67(±2)de | |
15. Caudillo/Dgo. | 50ef | 56de | 55de | 56de | 56(±4)fg | 65(±4)de | 64(±2)de | 66(±2)de | |
Serrano | 16. Hib. Coloso/Tamps. | 52ef | 86a | 81a | 82a | 72(±2)cd | 81(±2)a | 80(±2)a | 83(±2)a |
17. Hib. HS44/Tamps. | 51ef | 85a | 81a | 81a | 70(±2)cd | 80(±2)a | 79(±1)a | 83(±2)a | |
18. Hib. Centauro/Tamps. | 53ef | 84a | 81a | 80a | 71(±2)cd | 82(±4)a | 78(±1)a | 83(±2)a | |
Jalapeño | 19. Don Benito1/Tamps. | 60bcd | 87a | 87a | 85a | 72(±2)cd | 82(±2)a | 82(±2)a | 83(±2)a |
20. Don Benito2/Tamps. | 69bcd | 85a | 84a | 87a | 72(±2)cd | 82(±4)a | 80(±1)a | 84(±2)a | |
21. Don Pancho/Tamps. | 60bcd | 87a | 85a | 86a | 77(±2)cd | 83(±3)a | 81(±2)a | 86(±4)a | |
22. Apache/Chih. | 61bcd | 84a | 85a | 85a | 71(±2)cd | 82(±3)a | 79(±1)a | 85(±3)a | |
23. Isabel/Chih. | 62bcd | 84a | 83a | 83a | 72(±2)cd | 82(±3)a | 82(±3)a | 87(±8)a |
T1= Testigo (Sin aporte nutrimental), T2= Consorcio de los seis HMA, T3= Consorcio de seis HMA más un consorcio de cuatro Rpcv, T4= Fertilización química a base una solución nutrimental. Literales diferentes entre tratamientos muestras significancia con Tukey p<0.05.
Desinfestación de la semilla y preparación de semilleros para la siembra
Las semillas utilizadas para la siembra de cada uno de los 23 genotipos de chile se introdujeron en una solución de hipoclorito de sodio al 5% durante siete minutos, después se realizaron tres enjuagues con agua destilada y finalmente colocadas al sol para eliminar los excesos de agua. A la par, semilleros de unicel de 200 cavidades se les agregó sustrato de turba (Peat moss) más Agrolita en una proporción 50:50 (V/V). La esterilización del sustrato se realizó en olla de presión a 18.5 lb pulg-2 (psi), con una temperatura de 120 °C y un tiempo de duración de seis horas, distribuidas en dos fases de tres horas cada una con un tiempo de reposo de 24 h entre ambas. La siembra de los 23 genotipos de chile se realizó el 5 de julio del año 2019, depositando dos semillas por cavidad a una profundidad de 0.5 cm, cubriendo con una capa ligera de sustrato Peat moss humedecido. Posteriormente se procedió a la inoculación de consorcios.
Tratamientos de estudio
Los tratamientos de estudio fueron cuatro: T1= Testigo (Sin aporte nutrimental (agua)), T2= Consorcio = (mezcla) de los seis HMA, T3= Consorcio de seis HMA más el consorcio de cuatro Rpcv, T4= Fertilización química a base una solución nutrimental Long Ahston completa (Yépez-Hernández et al., 2016). Se desarrollaron 5 repeticiones por tratamiento; cada repetición presentó 30 plantas; 600 plantas fue el total de unidades experimentales en el presente estudio.
Los hongos micorrízicos arbusculares (HMA) fueron obtenidos de inóculos establecidos por el área de Microbiología de Suelos, del Programa de Edafología, en el Colegio de Posgraduados Campus Montecillo y las rizobacterias del Laboratorio de Bacteriología de la Universidad tecnológica de Torreón (UTT). Los hongos corresponden a seis cepas de Rhizophagus intraradices con las claves Zac-19, Ced-20, Tab-21, Mér-22, Pap-23 y Jal-24. Asimismo, se incluyeron cuatro cepas de rizobacterias (Rpcv = Rizobacterias promotoras del crecimiento vegetal), tres del género Pseudomonas que corresponden a P. lini, P. fluorescens, Acinetobacter guillouiae y una del género-especie Aeromona caviae.
Inoculación en la siembra con un consorcio de seis HMA y de las Rpcv
Acorde a Bécard y Piché (1992) se reprodujeron los HMA usando Allium schoenoprasum para obtener suficiente inóculo. El consorcio de los HMA se aplicó al momento de la siembra en concentraciones de 10 gramos de inoculo micorrízico por semilla sembrada depositada en los semilleros de unicel de 200 cavidades conteniendo el sustrato Peat moss más Agrolita; los 10 gr de inóculo micorrízico contuvo 1,788 esporas por 100 g de suelo húmedo.
Las cepas de Rpcv por separado, fueron cultivadas en caldo nutritivo a 26 ºC durante 18 horas en agitación. La suspensión bacteriana se centrifugó durante 15 minutos a 7000 rpm. El pellet de cada rizobacteria se resuspendió en 20 mL de agua destilada estéril y se hicieron diluciones decimales hasta 10-5 UFC/mL o bién hasta alcanzar una concentración celular de 1*105 UFC/mL de cada especímen. Con una micropipeta, un mL de la dilución bacteriana de cada espécimen fue depositado en la semilla depositada en los semilleros de unicel de 200 cavidades conteniendo el sustrato Peat moss más Agrolita.
Condiciones de germinación y emergencia
Después de la inoculación, los semilleros de cada tratamiento, fueron cubiertos con polietileno negro por 48 hrs para conservar el contenido de humedad (100%) a una temperatura de 22 °C. Posteriormente, los semilleros se liberaron de la cubierta de polietileno y, durante 10 días se mantuvieron en los semilleros irrigándolos (a saturación) con una solución nutrimental química a base una solución nutrimental; la preparación de la solución nutritiva se basó en una solución química tipo Long Ashton completa (400 ml/charola) (Yépez-Hernández et al., 2016), la que fue aplicada cada tercer día.
Trasplante a macetas e inoculación con zoosporas de Phytophthora capsici
A los 10 días después de la siembra, se desarrolló un trasplante de plántulas en macetas plásticas de dos litros (0.70 kg). El sustrato utilizado fue Peat moss y arena fina obtenida de río de la región esterilizado en una relación 40 y 20%, más Agrolita en un 40%. Al finalizar el trasplante, 12 hrs después, se procedió a realizar una nueva inoculación de los consorcios con base a los tratamientos indicados. La irrigación fue diaria a las macetas fue depositando 200 mL/día de la solución nutritiva previamente indicada durante 60 días a partir del trasplante.
Para la inoculacion con Phytophthora capsici, se desarrollaron aislamientos puros de aquella donada por el Laboratorio agricola del Colegio de Postgraduados en Montecillos; estos se cultivaron en medio PDA (papa dextrosa agar) para su incremento masivo. Despues de 15 dias de crecimiento se elaboro el inoculo de la siguiente manera: en cajas Petri con 20 mL de agua destilada esterilizada se colocaron discos de medio de cultivo que contenian micelio de P. capsici; el material se incubo a 25 °C por tres dias para la formación de esporangios y la posterior liberacion de sus zoosporas al ubicar las cajas Petri a 12 °C por 30 min.; posteriormente, con la ayuda de un hemacitometro se ajusto una suspension de zoosporas a una concentracion de 3 x 103 mL-1. A los 11 dias despues de trasplante, las plantas de chile correspondientes a los cuatro tratamientos de estudio fueron inoculadas con tres gramos de hojarasca esteril conteniendo 3x103 zoosporas de P. capsici, con 36 hrs de crecimiento. Las plantas se mantuvieron durante 60 dias en invernadero en condiciones favorables de la enfermedad las cuales son: una temperatura de 25 + 5 °C y una humedad relativa de 80 + 5%. El riego de las plantas se mantuvo constante (cada 3 dias) para todos los tratamientos (Ramirez-Villapudua y Romero-Cova, 1980).
Variables evaluadas
Las variables evaluadas en la etapa de semillero fueron: El número de plántulas emergidas en semillero (npes) a los 10 días después de la siembra. La altura de la plántula fue contabilizada a los 10, 28, 57 y 70 días después de la siembra.
El porcentaje de plantas muertas por ataque del hongo fitopatógeno (P. capsici), se llevó a cabo mediante una escala subjetiva, realizando revisiones, conteos y registro de las plantas muertas a los 14, 28, 36, 40 y 45 días después de la inoculación que mostraran marchitez, característico de la enfermedad en cuestión. Se realizaron en cada uno de los cuatro tratamientos de estudio. Las plantas afectadas, fueron trasladadas al laboratorio, para re-aislar el hongo P. capisici, e identificarlo con las claves Erwin y Ribeiro (1996), Martin et al. (2012) y Lamour et al. (2012).
Detección de células microbiológicas adheridas al sistema radicular de chile
Para las Rpcv al finalizar el estudio (60 días después del trasplante), se seleccionaron cinco plántulas de los diferentes tratamientos; sus raíces previamente lavadas con agua destilada estéril, se cortaron para transferirse a un tubo Eppendorf con agua estéril y se agitaron durante 1 m, para provocar el desprendimiento de las bacterias adheridas a la raíz. De la solución resultante se tomaron 100 μL que se sembraron por dispersión en placa de medio OAB selectivo. Las placas se incubaron a 30 ºC durante 24 h para cuantificar las unidades formadoras de colonia (UFC). Esta prueba se realizó por triplicado.
Para el caso de Rhizophagus intraradices se llevó a cabo mediante su tinción con azul de tripano (Phillips y Hayman, 1970) y observación al microscopio electrónico de las estructuras características de esta asociación (hifas, arbúsculos y vesículas). Se determinó el porcentaje de colonización mediante la técnica de McGonigle et al. (1990).
Se realizó un análisis microbiológico para apreciar la presencia del hongo de P. capsici, considerando la técnica de aislamiento previamente citada (Trasplante a macetas e inoculación con zoosporas de Phytophthora capsici).
Análisis estadístico
En el presente trabajo se aplicó un diseño completamente al azar. Se realizaron análisis de varianza y pruebas de comparación múltiple de medias (Tukey p<0.05). Los análisis estadísticos fueron realizados con el programa de cómputo SAS (SAS, 2004).
Resultados y discusión
Evaluación en semillero: número de plántulas emergidas en la cámara germinadora
Al cabo de 10 dias despues de la siembra, los 23 genotipos de chile agrupados en tipo Pasilla (3), Ancho (4), Guajillo (4), Puya (4), Serrano (4) y Jalapeno (5), presentaron porcentajes promedio de emergencia del 63% (±1), 62.7% (±1), 58.5% (±1), 56.5% (±1), 82.0% (±3), y 84.0% (±3), respectivamente. Al ser analizados de manera individual, sobresalieron los cultivares designados numericamente 19. Don Benito1/ Tamps; 20. Don Benito2/Tamps.; 21. Don Pancho/Tamps.; 22. Apache/Chih.; y el 23. Isabel/Chih. con los porcentajes mas altos en emergencia por arriba del 85% (Tabla 1); en siguiente orden resultaron los hibridos 16. Hib. Coloso/Tamps.; 17. Hib. HS44/Tamps.
Al desarrollar los análisis por grupo de inoculantes vs controles (T1= Testigo (agua)), T2= Consorcio = (mezcla) de los seis HMA, T3= Consorcio de seis HMA más el consorcio de cuatro Rpcv, T4= Fertilización química), los resultados arrojaron que el T2 y T4, se mostraron numéricamente superiores en comparación del T3 y con significancia con relación al T1 (p<0.05).
Altura de la planta
El promedio de la altura obtenida al analizar los tratamientos por separado (23), los resultados indican que el mejor tratamiento fue el 23 (87 (±8 cm)). Isabel/Chih a base de fertilización química. Sin embargo, éste no se mostró superior con p<0.05 en comparación con los tratamientos 16 al 22 (Tabla 1), excepto aquellos considerados como testigo control (T1).
Por su parte cuando fueron agrupados en tipo Pasilla (3), Ancho (4), Guajillo (4), Puya (4), Serrano (4) y Jalapeño (5), se pudo apreciar que los de tipo serrano y jalapeño, fueron los que mostraron valores numéricos altos en comparación de los de tipo Pasilla (3), Ancho (4), Guajillo (4), Puya (4), respectivamente (Tabla1).
Los resultados obtenidos con los encontrados por Cardona et al. (2008) muestran que las Rpcv (Pseudomonas sp.) por si solas mejoran el crecimiento de las plantas; en el estudio los mismos autores obtuvieron alturas de planta de glicófitas a los 20 días después de la inoculación. Gholami et al. (2009) y Bashan et al. (2009), alcanzaron un incremento de 21.31%, para la altura de planta cuando inocularon plantas de pimiento morrón con Bacillus sp. MA 12, con respecto al testigo a los 60 días después de la inoculación. Diversos estudios son los que destacan la capacidad de las Rpcv para favorecer la micorrización (Founoune et al., 2002; Mediavilla et al., 2015; Miransari, 2011) y promover el crecimiento de las plantas micorrizadas (Barman et al., 2015; Frey-Klett et al., 2007).
Ataque de P. capsici en plantas de chile a los a los 14, 28, 36, 40 y 45 días después de la inoculación
En el presente estudio, P. capsici a los 23 cultivares de chile en condiciones de invernadero, se encontró que a los 14 después de la inoculación (ddi), al analizarse por grupos de inoculantes vs controles (T1= Testigo (agua)), T2= Consorcio = (mezcla) de los seis HMA, T3= Consorcio de seis HMA más el consorcio de cuatro Rpcv, T4= Fertilización química), los resultados arrojaron que el testigo y el de fertilización química, mostraron al inicio del estudio plantas con síntomas característicos de la enfermedad los cuales se distinguen porque aparecen manchas oscuras en el cuello de la raíz, que provoca que la planta se marchite y muera. Las plántulas se marchitan y se pudren cuando la infección ocurre en los semilleros (Guigón-López y González-González, 2003). Por su parte los tratamientos a base de consorcios no mostraron síntoma alguno. A los 28 ddi, se observó que el tratamiento a base de HMA, fue el más susceptible en esta etapa, quedando en segundo orden el testigo control y el de fertilización química (Tabla 2); por su parte aquel a base de la coinoculación de ambos consorcios (MHA+Rpcv), se mantuvieron sin mostrar los síntomas de la enfermedad.
T1 (Testigo) % | T2 (HMA) % | T3 (HMA+Rpcv) % | T4 (Fertiliz. quím.) % | Total de plantas | |
Plantas muertas (14 ddi) | 2.5 | 0 | 0 | 2.5 | 2 |
Plantas muertas (28 ddi) | 5 | 8 | 0 | 5 | 7 |
Plantas muertas (36 ddi) | 50 | 32 | 7 | 5 | 30 |
Plantas muertas (40 ddi) | 20 | 27 | 10 | 5 | 20 |
Total | 77.5 | 67 | 17 | 17.5 | 59 |
ddi= Días después de inoculación; (Fertiliz. Quím).= fertilización química.
Al cabo de 36 ddi, el testigo control, manifestó un alto porcentaje de plantas muertas (50%) en comparación del T2 y el Tratamiento a base de fertilización química. Por su parte el tratamiento con ambos consorcios fue el menos afectado. Un similar comportamiento fue registrado a los 40 ddi, sobresaliendo como el más sano, el tratamiento a base de (MHA+Rpcv). El testigo control resultó el más afectado por el agente en estudio P. capsici (Tabla 2). Diversos estudios muestran que la protección de las plantas contra enfermedades ocasionadas por hongos fitopatógenos (Gholami et al., 2009; Lugtenberg et al., 2009), puede ser favorecida por los HMA y las Rpcv, los cuales presentan un control biológico en contra de Phytophthora, Fusarium, Rhizoctonia y otros agentes fitopatógenos (Kloepper et al., 1978; Rai, 2001).
A los 45 ddi, se realizó la evaluación final del ataque de P. capsici en el desarrollo de las plantas de chile. Los análisis arrojaron que los genotipos o cultivares más susceptibles fueron los chiles tipo Jalapeños (95%), los tipo Puyas (62.5%) y los tipo Serranos (75%), mientras que los menos vulnerables fueron los Pasilla (37.5%), tipo Ancho (50%) y tipo Guajillo con 37.5% (Tabla 3). Se pudo apreciar que el T2 en los tipo Serrano, no repercutió en una protección a la planta; este comportamiento del T2, resultó similar para todos los restantes tratamientos y para el Testigo control. Lo contrario ocurrió con el T3, ofreciendo resultados favorecedores en comparación del T4 a base de fertilización química (Tabla3).
Tipo Pasilla | Plantas muertas por ataque de P. capsici. Leo. 45 ddi (%) |
(T1) Control absoluto (%) | 15 |
(T2) HMA (%) | 15 |
(T3) HMA+Bpcv (%) | 2.5 |
(T4) Fertilización química (%) | 27 |
Tipo Ancho | |
(T1) Control absoluto (%) | 15 |
(T2) HMA (%) | 25 |
(T3) HMA+Bpcv (%) | 7.5 |
(T4) Fertilización química (%) | 25 |
Tipo Guajillo | |
(T1) Control absoluto (%) | 15 |
(T2) HMA (%) | 10 |
(T3) HMA+Bpcv (%) | 5 |
(T4) Fertilización química (%) | 25 |
Tipo Puya | |
(T1) Control absoluto (%) | 35 |
(T2) HMA (%) | 10 |
(T3) HMA+Bpcv (%) | 7.5 |
(T4) Fertilización química (%) | 43 |
Tipo Serrano | |
(T1) Control absoluto (%) | 24 |
(T2) HMA (%) | 37 |
(T3) HMA+Bpcv (%) | 7.5 |
(T4) Fertilización química (%) | 75 |
Tipo Jalapeño | |
(T1) Control absoluto (%) | 55 |
(T2) HMA (%) | 20 |
(T3) HMA+Bpcv (%) | 10 |
(T4) Fertilización química (%) | 55 |
ddi= Días después de la inoculación
Los 23 cultivares de chile en estudio, agrupados estos en los tipo Pasillas, Anchos, Guajillos, Puyas, Serranos y Jalapeños, evaluados en el presente estudio, muestran una respuesta favorable evitando una infección de P. capsici cuando éstos son coinoculados con HMA y Rpcv; resultados que concuerdan con aquellos de Frey-Klett et al. (2007) y Kloepper et al. (1978), citado por Rai, (2001), donde señalan la acción de “biocontrol” de Phytophthora, Fusarium y Rhizoctonia figuran ciertos mecanismos como son la antibiosis, parasitismo, sideróforos, y resistencia sistémica inducida, principalmente (Gholami et al., 2009; Lugtenberg et al., 2009). Cabe indicar que aquellas plantas del tratamiento a base de fertilización química, resultaron con altos porcentajes de plantas infectadas por el fitopatógeno en estudio, lo cual fue evidenciado en las “pruebas de Koch” descrito en el apartado metodológico (Detección de células microbiológicas adheridas al sistema radicular de chile).
Al finalizar el estudio, se pudo apreciar que las seis cepas del HMA Rhizophagus intraradices con las claves Zac-19, Ced-20, Tab-21, Mér-22, Pap-23, Jal-24 y, las cepas de Rpcv, de Pseudomonas y que corresponden a P. lini, P. fluorescens, Acinetobacter guillouiae y una del género-especie Aeromona caviae, al ser analizados en las raíces de las plantas de los diferentes cultivares de chile, se identificaron células y/o esporas de los microorganismos en estudio (Tabla 4).
Microorganismo de consorcio | (T2) HMA Número de esporas/ g suelo | (T3) HMA+Bpcv Número de esporas/ g suelo (Log10) UFC/mL |
Rhizophagus intraradices Zac-19 | 465±73 | 435±55 |
Rhizophagus intraradices Ced-20 | 429±87 | 397±73 |
Rhizophagus intraradices Tab-21 | 399±122 | 599±102 |
Rhizophagus intraradices Mér-22 | 445±91 | 483±61 |
Rhizophagus intraradices Pap-23 | 420±22 | 465±101 |
Rhizophagus intraradices Jal-24 | 380±68 | 345±108 |
Pseudomonas lini | nd | 4.00 |
Pseudomonas fluorescens | nd | 3.99 |
Acinetobacter guillouiae | nd | 4.06 |
nd: no determinado
Conclusiones
La coinoculación de HMA y las Rpcv, promueven la emergencia de plántula y que, con base a las condiciones del presente estudio, redujeron el ataque del hongo P. capsici, en plantas de 23 cultivares de chile en comparación a las plantas de los restantes tratamientos. Los cultivares de chiles tipo Pasilla y tipo Guajillo, presentaron la mayor resistencia al ataque de P. capsici Leo., cuando fueron inoculados con HMA+Rpcv, mientras que los chiles tipo Serrano, Puya y Jalapeño, fueron los de mayor susceptibilidad al ataque del hongo fitopatógeno. Estudios relacionados con un sistema de producción completo bajo las condiciones en las que es producido el cultivo de chile, sugiere ser evaluado vs el sistema convencional en el control de Phytophthora capsici.