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Agricultura, sociedad y desarrollo
versión impresa ISSN 1870-5472
agric. soc. desarro vol.11 no.1 Texcoco ene./mar. 2014
Reseña
Caso Barrera, Laura, y Mario Aliphat Fernández Chilam Balam de Ixil. Facsimilar y estudio de un libro maya inédito Artes de México
Estuardo Lara-Ponce
Instituto Nacional de Antropología e Historia, CONACULTA. México, 2011. 285 p.
Universidad Autónoma Indígena de México. Institución Intercultural del Estado de Sinaloa, C. Hidalgo, Mochicahui, El Fuerte. 81890. Sinaloa, México. (elara@uaim.edu.mx)
El Chilam Balam de Ixil es un estudio profundo, detallado e interesante de un libro inédito maya, realizado por la etno-historiadora Laura Caso Barrera con la colaboración de Mario Aliphat Fernández. Este trabajo, como lo advierte la investigadora Laura Caso, consiste en una recopilación de textos antiguos hecha con aportaciones de distintas fuentes históricas originales provenientes de épocas tan diversas como el periodo Pósclasico y el siglo XVIII.
El texto se encuentra organizado en dos libros; el primero consta de la versión Facsimilar del Chilam Balam de Ixil, cuya copia digital fue obtenida de la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia por la autora, además de la consulta de otras fuentes de enorme valor histórico a las que da crédito y que provienen de la Biblioteca Pública de Córdoba en España, la Biblioteca Franciscana de la Universidad de las Américas-Puebla y de la Provincia Franciscana del Santo Evangelio de México.
El segundo libro se encuentra organizado en dos apartados; el primero versa sobre los aspectos europeos e indígenas del texto maya colonial, del que destaca la revisión de antecedentes históricos y el marco teórico conceptual utilizado para el análisis del Chilam Balam de Ixil, así como una revisión de la temática y el significado que los almanaques, estrellas y calendarios tuvieron para los mayas antiguos. El segundo apartado del libro trata de la transcripción, traducción y comentario del texto maya, el cual se estructura en notas detalladas de los 44 Folios estudiados. Incluye además un par de apéndices relacionados con listas de plantas, insectos y animales mencionados en el libro Ixil.
La principal contribución de la obra consiste en la explicación y el significado del conocimiento maya de la época colonial en temas como la astronomía, astrología, calendarios y medicina; aporta además nuevas evidencias históricas para que los expertos y estudiosos de la cultura maya y del ambiente natural puedan ahondar en nuevas investigaciones. En este sentido, la opinión calificada de Pilar Gonzalbo en la parte introductoria del texto señala: "En el Chilam Balam de Ixil las recomendaciones terapéuticas, aunque con alguna influencia europea, son sobre todo- de origen indígena y, por lo tanto, de algún modo están relacionadas con la religión, ya que para los pueblos mesoamericanos la salud y la enfermedad dependían de la voluntad de los dioses, a quienes había que recurrir tanto como a las hierbas y los recursos de la farmacopea nativa".
Esta singular herencia de los conocimientos indígenas antiguos, como el de los mayas de Yucatán, ha prevalecido de algún modo hasta nuestros días. Trabajos llevados a cabo en los últimos años con mayas chontales, itzaes del Petén, tsotsiles y lacandones de Chiapas, convergen en una corriente de investigaciones relacionadas con la trascendencia de los conocimientos tradicionales o etno-conocimientos que, de acuerdo con los expertos, se definen como los que poseen los pueblos indígenas y comunidades locales transmitidos de generación en generación, habitual-mente de manera oral y desarrollados al margen del sistema de educación formal.
Existen varias razones para indagar el cuerpo de conocimientos de las culturas indígenas del país. En primer lugar, este conjunto de saberes se está perdiendo en las sociedades contemporáneas, inmersas en los procesos de globalización; en segundo lugar, los conocimientos tradicionales frecuentemente son muy detallados y adaptados a las condiciones ambientales locales de áreas geográficas definidas que se distribuyen en un complejo mosaico de mega-diversidad, donde coexisten diversos ecosistemas habitados desde épocas prehispánicas por diferentes pueblos y comunidades indígenas y campesinas.
En los antecedentes bibliográficos de la obra, la autora señala que los denominados libros de Chilam Balam son textos coloniales escritos en idioma maya yucateco, pero con caracteres latinos. Estos documentos no sólo representan uno de los ejemplos de la literatura indígena maya, sino que son fuentes de gran riqueza para el estudio de la cultura y lengua mayas desde el Posclásico hasta el siglo XIX. Para la autora, los libros de Chilam Balam, como el Ixil, no sólo fueron recopilaciones de textos antiguos, sino que significaron herramientas utilizadas por los mayas para entender y modificar las nuevas concepciones europeas y fusionarlas con sus propios conocimientos.
Un aspecto importante que señala Caso en su indagación es lo referente a los conceptos de enfermedad y medicina mayas y su relación con el contexto occidental. En esta parte de su trabajo, la autora explica la existencia de pocas referencias en las fuentes coloniales que traten los conceptos de enfermedad y curación entre los mayas, aunque menciona las posteriores contribuciones de estudiosos que incursiona-ron en el estudio de la etnobotánica maya en la década de los setenta y anteriores como Barrera Vázquez, Barrera Marín, y Roys, entre otros.
La obra de Caso ilustra con profundidad evidencias históricas del uso de la medicina maya, los médicos o especialistas que la practicaban y los encantamientos o conjuros que realizaban, así como las plantas, insectos, minerales y animales que utilizaban para combatir las enfermedades, por lo que la autora considera que existe una similitud entre la concepción de la enfermedad de los mayas y los europeos.
Particular interés despierta el recetario médico del Ixil en el que Laura Caso menciona una serie de fórmulas médicas para curar distintas enfermedades como el asma, los vómitos, las picaduras de insectos, los tumores, la tiña, los males de la piel y las encías, la calentura, entre otras. Es claro que a través de los documentos históricos y el apoyo de fuentes etnobotánicas consultadas principalmente, la obra de Ixil estructura y sistematiza un listado detallado de especies de la vegetación y de la fauna identificadas por nombre maya, castellano y nombre científico. Se menciona un total de 222 especies de plantas de origen mesoamericano y de los otros continentes, así como un listado de 20 animales y seis insectos. En la actualidad, la literatura reporta estudios relacionados con el estado que actualmente guarda la utilización de las plantas medicinales en su calidad de recursos no maderables y maderables por diversos grupos indígenas de México.
Otra contribución importante que hace el libro es la referente al capítulo de almanaques, estrellas y calendarios desarrollado por Aliphat Fernández. El autor detalla como antecedente el origen de los almanaques o antiguos "círculos de los meses" que representan catálogos que comprenden la distribución del año en meses, semanas y días, con crónicas y efemérides astronómicas, meteorológicas, agrícolas y de fiestas religiosas. En este sentido, el autor menciona que los mayas y las otras culturas mesoamericanas tenían conocimientos complejos de astronomía en la época del sometimiento español. Los códices y los monumentos con jeroglíficos son los únicos registros de las efemérides astronómicas observadas por las culturas indígenas que han sobrevivido hasta el presente, gracias, sostiene Aliphat, a los documentos coloniales escritos en castellano o en lenguas mayas en los que se detallan elementos astronómicos, religiosos, calendáricos y médicos.
En resumen, el conocimiento tradicional tiene la ventaja de ser producto de observaciones a largo plazo y de contener consideraciones que abarcan todo el sistema de vida; sin embargo, tiene la desventaja de que no puede explicar fenómenos que son invisibles. Generalmente los explica como resultado de fuerzas sobrenaturales; esta visión del mundo singular, vive y se encuentra en la memoria colectiva de los pueblos indígenas contemporáneos como la cultura maya. El estudio de Laura Caso y Aliphat Fernández devela los ciclos astronómicos, las ruedas katúnicas y la medicina tradicional; en pocas palabras, la sabiduría de los antiguos mayas, con el propósito loable de que los expertos, interesados y público en general conozcan otros aspectos del pensamiento y la historia maya de le época colonial.