INTRODUCCIÓN
El desarrollo industrial impulsado a lo largo del periodo porfirista impactó en el quehacer periodístico e incidió en la impresión de diarios con mayor tiraje y circulación. 1 Asimismo, se multiplicaron las publicaciones periódicas entre las que sobresalieron El Imparcial, La Patria, El País, El Debate, El Hijo de Ahuizote y El Diario del Hogar. A grandes rasgos, se trataba de rotativos de índole política, en cuyas columnas, artículos de opinión, editoriales, cablegramas, artículos reproducidos de la prensa extranjera e incluso en la publicación de cartas particulares y de otros periódicos, encontramos la difusión de noticias y opiniones sobre Estados Unidos.
Después de la guerra de 1898, la prensa mexicana debatió sobre el derrotero que estaba tomando la política estadounidense en la región. Le preocupaba la tónica imperial asumida por esa nación, en particular, a medida que se intensificaba la política del Big Stick de Theodore Roosevelt, así como por la posterior puesta en marcha de la diplomacia del dólar por el presidente Howard Taft. 2
A comienzos del siglo XX se fue consolidando en México un discurso periodístico antiestadounidense, gracias a dos factores: por un lado, el intervencionismo de la Casa Blanca en el Caribe y Centroamérica, que marcó la coyuntura de 1909-1910, y por el otro, la existencia de grupos antiporfiristas que hicieron de la frontera norte su trinchera de operaciones, lo que ocasionó confrontaciones entre ambos países vecinos, alcanzando un alto grado de tensión el 4 de noviembre de 1910, con la ejecución del mexicano Antonio Rodríguez, acusado de haber asesinado a una mujer estadounidense en Rock Springs, Texas. 3
En este complejo escenario resulta relevante aproximarse a los discursos periodísticos e identificar las opiniones negativas que se difundían sobre Estados Unidos en suelo mexicano, en la antesala del estallido revolucionario. El seguimiento hemerográfico se realizará tomando en consideración la frecuencia de las adjetivaciones negativas, los encabezados sensacionalistas, la creación de columnas ex profeso, de igual modo que la inclusión de artículos de la prensa extranjera, entre otros elementos utilizados por El Diario del Hogar, con la intención de incidir en la forja de una opinión pública desfavorable sobre la potencia del norte.
Consideramos que el carácter antireeleccionista de El Diario del Hogar, así como su pertenencia a la prensa independiente y antiporfirista, dotan a este rotativo de una peculiaridad en el universo de la prensa mexicana de inicios del siglo XX. Su director-fundador fue Filomeno Mata y entre sus cola- boradores se encontraban escritores de reconocido prestigio como Fernando Iglesias Calderón, Rubén Darío, Vicente Blasco Ibáñez, Enrique J. Verona, Leopoldo Batres, Librado Rivera, Juan Sarabia y Cesar López de Lara. 4
En la coyuntura de 1910, dicha publicación se autonombraba como un “periódico de índole liberal en donde se sostiene sin miedos ni rencores la idea democrática en la que descansa el progreso de la Patria”. El lema mismo de este rotativo aludía al rechazo a la permanencia de Porfirio Díaz en el poder: “Sufragio efectivo No Reelección”.
Ahora bien, a través del análisis de El Diario del Hogar, 5 identificaremos las líneas de opinión en torno al vecino del norte e intentaremos medir los alcances y características de las percepciones antiyanquis previos a la Revolución mexicana. 6 Puesto que consideramos difícil medir el grado de influencia de este periódico —máxime que su universo de lectores era muy limitado (su tiraje no rebasaba los mil ejemplares, se circunscribía además a sectores clase medieros de la ciudad de México, que para esta época alcanzaban los 470 mil habitantes)—, nos apoyaremos en la correspondencia diplomática entre el embajador estadounidense acreditado en México y la cancillería porfirista, al igual que en sus testimonios personales, con el objetivo de evaluar el nivel de animadversión estadounidense alcanzado en el discurso de El Diario del Hogar.
El texto sigue un orden cronológico y se divide en dos partes: la primera tiene que ver con la presentación de un muestreo hemerográfico que busca comprender el antiamericanismo difundido por este rotativo antiporfirista, alrededor de dos ejes: a) el que se centra en la denuncia de las implicaciones a la soberanía nacional, derivadas de la colaboración del gobierno porfirista con Estados Unidos en la pacificación centroamericana, y b) el enfocado en el rechazo a las injerencias estadounidenses en el continente, así como al llamado a promover la unidad hispanoamericana. Por lo que toca a la segunda parte, esta gira en torno a los posicionamientos del embajador Henry L. Wilson y su querella contra del Diario del Hogar, enmarcada en la coyuntura de las manifestaciones anti yanquis de noviembre de 1910.
Naturalmente, la prensa no solo es considerada como fuente de información histórica, sino también como la expresión de un segmento de la sociedad, que representa intereses y objetivos particulares, en torno a las coyunturas que se vivían en el ámbito interior y exterior de México, y que en última instancia, buscaba incidir en la opinión pública. En sí, el estudio de su discurso periodístico cobra importancia por representar a un segmento de la opinión pública mexicana, liberal, nacionalista y antiestadounidense.
“MÉXICO NO DEBE UNIRSE AL YANKEE”. EL DIARIO DEL HOGAR, 15 DE ENERO DE 1910
Berta Ulloa afirma que a la sombra del régimen porfirista “habían prosperado los intereses económicos y políticos de Estados Unidos, circunstancia, esta última, que había incrementado el sentimiento antiyanqui, con riesgo de que, en cualquier momento, dañara o destruyera las cuantiosas inversiones extranjeras”. 7 Tal podría ser el origen de las críticas a los Estados Unidos de la prensa porfirista. Desde luego, tanto la asimetría de poder como el expansionismo de Washington que apelaba a su excepcionalismo histórico, arrogándose el papel de hermano mayor en el continente y aludiendo a la llamada carga del hombre blanco, entre otros factores, dieron pie a una serie de representaciones en la prensa de la época, sobre todo en los últimos años de la administración de Porfirio Díaz.
En dichas publicaciones, independientemente de su carácter literario o filiación político-ideológica (obrera, católica, anarquista, en pro o en contra del gobierno), se encuentran expresiones de crítica. Éstas constituían una respuesta del nacionalismo económico ante la creciente influencia y presencia económico-comercial estadounidense en México, por ejemplo, en la coyuntura de 1910, El Diario del Hogar difundió posicionamientos que alertaban acerca de las tendencias anexionistas del poderoso vecino. Se hablaba del “yanqui expoliador”, del “tío Sam”, de “los hijos de Monroe”, del “monstruo imperialista del norte”, “El peligro yanqui”, entre otras.
Adjetivaciones todas correspondientes al imaginario construido entre un segmento de la sociedad mexicana, en torno a los estadounidenses y su lugar hegemónico en el continente. 8
En las diversas secciones que conformaban El Diario del Hogar, con ediciones de cuatro páginas, se utilizaban de manera indistinta los términos Yankee o Tío Sam, en relación con la política intervencionista de Estados Unidos. De manera reiterativa se aludía al peligro que se cernía sobre la soberanía de los países hispanoamericanos, mientras que en sus críticas se advertía además del temor, un fuerte resentimiento, expresados en denuncias ante las demostraciones de poderío e intervencionismo del vecino del norte. 9 De entrada, el compartir una amplia franja fronteriza con un país tan poderoso ha propiciado el surgimiento en México de imaginarios que vislumbraban al vecino del norte como un peligro para la soberanía de la nación; este miedo no era fortuito sino que se basaba en el engrandecimiento territorial de Estados Unidos a costa del mismo México y del resto de América Latina. Este temor tenía hondas raíces históricas y era común en la región, merced a los vientos ideológicos nacionalistas y antimperialistas de inicios del siglo XX, —esta temática requiere ser investigada—. 10 Asimismo, las suspicacias eran consecuencia del desarrollo económico y poderío político alcanzado por aquella nación en el ámbito internacional, sin parangón con las repúblicas hispanoamericanas.
Estudiosos como Mauricio Tenorio y Josefina Vázquez, afirman que entre la población mexicana ha coexistido un sentimiento de amor/odio y de temor/admiración por el desarrollo material de los Estados Unidos y de sus instituciones. 11 A comienzos del siglo XX, existía una narrativa xenófoba cuya paráfrasis es proverbial: “pobre México tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos”. Sin duda, la vecindad con Estados Unidos, aunada a la política expansionista de Washington ha despertado desconfianza y temor entre sus vecinos del sur. La dicotomía amor/odio va a estar presente en las percepciones recíprocas a ambos lados del Río Bravo, máxime que la derrota española en 1898 encumbró al imperialismo estadounidense y lo catapultó como el “coloso del norte” que, a decir del Diario del Hogar, “amenazaba la soberanía de las naciones hispanoamericanas”.
En efecto, las suspicacias y resentimientos entre actores políticos y sociales, tanto mexicanos como norteamericanos eran evidentes. El propio secretario de Estado estadounidense, Elihu Root reconocía la existencia de una serie de prejuicios y estereotipos que impedían un entendimiento pleno entre ambas naciones. En 1907 durante su visita a territorio mexicano, el abogado había expresado la necesidad de “romper las barreras de la ignorancia mutua […] y de facilitar y estimular el intercambio comercial, el buen entendimiento, el compañerismo y la simpatía”. 12 Al interactuar con sus contrapartes mexicanos, Root se pronunciaba a favor de “disipar los malos entendidos y los prejuicios resultantes de la falta de comunicación que desembocan en controversias”. 13 Para él, la clave era sencilla: “Hay que conocernos mejor”, asimismo aseguraba que no había motivos de sentir temor por Estados Unidos, ya que este no buscaba ganancias territoriales a costa de sus vecinos del sur, sino estrechar los lazos de amistad. Por ello, durante su estancia en México también promovió la identificación y el entendimiento entre los sectores empresarial, mercantil y político mexicanos con los grupos económicos imperantes en la unión americana.
Este acercamiento correspondía con la diplomacia activa y al papel que México intentaba tener en el contexto regional, apoyado en la influencia estadounidense. 14 El propio Root se refería a la magnitud del intercambio comercial: “Dos tercios de vuestra importación son comprados en Estados Unidos y la inversión estadounidense asciende a 700 millones de dólares”.
Podía afirmarse lo mismo para los “crecientes negocios estadounidenses con los países de América Latina”, y aunar a ello la creciente presencia y predominancia de los intereses económico-comerciales de ese país. 15 Por supuesto, lo que Root pretendía era reafirmar que la política del Big Stick de Roosevelt, pertenecía a otros tiempos. Lo importante en ese momento era promover un acercamiento con sus vecinos del continente y mostrar una cara benevolente del actuar de Washington. En esta línea, El Diario del Hogar reprodujo un discurso de John Barret, director de la Oficina Internacional de las Repúblicas Americanas, quien confirmó lo expresado por Root: “debemos dejar de considerarlos como pueblos degenerados […] conquistemos su confianza con nuestras buenas intenciones”. 16 Este discurso indulgente y hasta moralino, corresponde a una política de acercamiento de Washington con América Latina que trataba de mostrar una faz benevolente, dado que esa nación había alcanzado un notable desarrollo con un proyecto de nación imperial-hegemónico.
En contraparte, México vivía los últimos años de la administración porfirista, y aunque sus diplomáticos promovieron inversiones europeas en busca de un contrapeso a la influencia y presencia estadounidense, esta política generó tensiones y confrontaciones en su interactuar con Washington. Este contexto de las relaciones de México con su vecino del Norte, fue también aderezado con la existencia de conflictos bélicos y la intervención militar estadounidense en la región del Caribe y Centroamérica. Cabe señalar que al formar parte de este entorno geopolítico, México se encontraba en alerta y seguía con atención los acontecimientos regionales. Además, para el Estado porfirista era altamente relevante mantener buenas relaciones con Washington, particularmente en esta ocasión, debido al fuerte activismo de los grupos magonistas y maderistas que pululaban por la frontera desafiando a un gobierno en pleno deterioro institucional, consecuencia de la larga permanencia de Díaz en el poder y a su avanzada edad. 17
Por todo lo anterior, no resulta casual que un objetivo primario de la política exterior porfirista fuese priorizar la cordialidad en su interactuar con Washington. Para aquel régimen estaba en juego sobre todo el actuar diplomático de la administración de Howard Taft y Philander Knox respecto a las actividades de sus detractores en suelo estadounidense, 18 por cierto, algunos manifiestos antireeleccionistas se publicaron en El Diario del Hogar.
¿NUEVA DOCTRINA IMPERIALISTA? EL DIARIO DEL HOGAR, 12 DE ENERO DE 1910
Resulta claro que en este escenario particular de las relaciones México- Estados Unidos, el gobierno mexicano comprendió el marcado interés de Washington por consolidar su presencia en el continente, a través de las conferencias panamericanas y de cara al cónclave que se celebraría en Argentina en julio de 1910. En este último se abordarían cuestiones de política regional, y asimismo, se conmemoraría el centenario de las gestas independentistas en Hispanoamérica, aunque se intentó no incluir temas controversiales, 19 pues Estados Unidos temía que durante la reunión interamericana se pudiese dar un pronunciamiento colectivo contra sus constantes intervenciones militares, en particular sobre la injerencia militar que estaba llevando a cabo en Nicaragua. 20 Aunque dichas cuestiones no fueron abordadas en la agenda panamericana, sí generaron un debate en los medios impresos de comunicación, con posturas críticas en torno a los alcances e implicaciones de la política estadounidense en América Latina. 21
Tal fue el caso de las páginas de El Diario del Hogar, llenas de adjetivos desfavorables hacia el actuar exterior de la Casa Blanca, lo mismo que de crítica a la administración de Díaz. En el marco de las fiestas del Centenario, la prensa publicó algunas caricaturas en las que se presentaba a México en una posición de debilidad, en un papel femenil, incluso representado como un infante; en contraparte, se destacaba la fortaleza, la virilidad y la masculinidad norteamericana. 22
Por otro lado, en las ediciones impresas, El Diario del Hogar alertaba sobre los peligros del acercamiento entre el gobierno de Díaz con sus homólogos de la Casa Blanca; 23 en particular, las críticas se incrementaban cuando la administración porfirista mostraba cercanía y participaba en alianza con Estados Unidos, como sucedió en los asuntos centroamericanos. En consecuencia, ante la intervención militar de Washington en Nicaragua, este periódico se pronunció denunciando que era “bien conocida de todos la política yankee […] la intervención de una potencia extranjera que como Estados Unidos, dedica sus ocios a atacar al débil […] para sacar provecho propio”. 24 De igual modo se manifestaba a favor de los nicaragüenses: “esos hombres luchan por la dignidad, por su autonomía e independencia absolutas, bien merecen pues, una pacificación para sus contiendas más decisiva y más gallarda que la que le tiene preparada el Tío Sam […]”. 25
Durante el mes de agosto de 1910, no cejaron los artículos y editoriales en los que se usaban adjetivos que calificaban a los Estados Unidos como los hijos de Monroe, tildaban al yanqui de expoliador, o bien hablaban de la perfidia del Uncle Sam. 26 Para El Diario del Hogar, “Guatemala, a nuestro juicio, está oprimida por la influencia de Estados Unidos y dispuesta a ponerse de su lado para oprimir a sus hermanas” 27 y continuaba: “¿Pero quién le manda […] a Nicaragua […] tener un terreno tan fértil, unos hermosos lagos que fascinan al Tío Sam y que facilitaría la construcción del canal interoceánico más hermoso y pintoresco del mundo?”. 28 En el mismo tono, El Diario del Hogar abordó el caso de Panamá en estos términos:
El rico Panamá hechura de gringos hoy, pudiéramos llamarla el lugarteniente de la América del norte, en él se ha ensañado la hipócrita política que enarbola una bandera blanca con el lema de “la conquista por la paz” y ese pedazo de tierra grande, entraña del continente americano es un peligro grande también para las repúblicas vecinas débiles desunidas como están y sumidas en el desamparo. 29
Consecuentemente, en un extenso editorial titulado “Las repúblicas latinas hermanas de la nuestra deben unirse. La fuerza será el dique al anexionismo”, se sentenciaba lo siguiente:
[…] el peligro constante en que se encuentran las repúblicas latinoamericanas, de caer ante los esfuerzos de la mal interpretada doctrina Monroe […] pronto el famoso Tío Sam querrá acabar por absorber a todas las republiquitas o republicotas latinoamericanas si antes no nos ponemos en guardia y nos unimos en estrecha alianza, no para atacar yanquees, pero si para defendernos de esa sed de anexionismo y salvar así nuestras costumbres, nuestro idioma y nuestras nacionalidades […]. 30
No obstante, a lo limitado del tiraje y de la circulación del rotativo de Filomeno Mata, sus candentes opiniones incendiaron el ánimo del embajador estadounidense Henry L. Wilson, en grado tal que se convirtió en un asunto de Estado, y es bien sabido que México, por su posición geopolítica ha diseñado su política exterior a partir de una lucha de pesos y contrapesos, en la que la influencia de Estados Unidos ha predominado. Este factor contribuyó a que, entre sus objetivos, haya priorizado el desarrollo económico, la modernización del país y la permanencia política de Díaz, mediante el estrechamiento de las relaciones con la nación vecina. A pesar de todo, la cordialidad en las relaciones con Washington se vio mermada ante el ríspido intercambio epistolar del embajador Henry L. Wilson con la Secretaría de Estado. Este agente diplomático acusaba al gobierno de Díaz de no actuar ante la difusión de noticias negativas sobre Estados Unidos, llegó incluso a promover la censura de órganos mexicanos que ejercían esa crítica. Cuestión reveladora de una mala predisposición de este funcionario por intervenir en los asuntos internos de México.
HENRY L. WILSON Y EL DIARIO DEL HOGAR
Biógrafos de Henry L. Wilson como John P. Harrison y John E. MacDonough, coinciden en afirmar que durante sus gestiones al frente de la embajada de Estados Unidos en México, este mostró un protagonismo en su actuar, en grado tal, que gran parte de su correspondencia la dedicó a informar, con un tono de emergencia, acerca de la crisis político-electoral que se vivía en 1910. De igual modo, otros autores enfatizan la identificación de este funcionario con grupos de presión al interior de Estados Unidos en favor de una política intervencionista en la solución de los diferendos internacionales. 31 En tanto que Berta Ulloa sostiene, que la designación de Wilson se debió a la recomendación de prominentes miembros del Partido Republicano, cercanos tanto a Theodore Roosevelt como a Howard Taft, y vinculado con los intereses económicos de los Guggenheim. 32
En todo caso, este diplomático fue nombrado embajador estadounidense en México en diciembre de 1909. De fuerte personalidad, era un “hombre flaco de mediana estatura, nervioso, impaciente […] de facciones duras y semblante seco; bigote gris y mirada penetrante”, 33 que informaba sobre los constantes agravios a los intereses de los residentes americanos y de la existencia de un sentimiento antiamericano muy extendido en esa sociedad y expresado en periódicos como el multicitado El Diario del Hogar. Tal como lo hizo saber el 31 de octubre de 1910 al Departamento de Estado:
[…] el pronunciado sentimiento anti americano que existe a través de la república y que no se confina a ninguna clase, encontrando naturalmente una expresión más violenta donde las costumbres de cortesía, educación y cultura son más débiles. Este sentimiento de hostilidad se debe parcialmente a las memorias de la guerra de 1846, en parte a la antipatía racial, pero mayormente por el resentimiento ante la agresiva relación comercial estadounidense y la envidia a la propiedad y ganancias de los americanos. Lo cual encuentra su camino en dos formas: primero en ataques contra las propiedades y los intereses estadounidenses por artimañas legales, confiscación directa, a través de la complicidad de oficiales corruptos […] segundo, en ataques a los derechos de los ciudadanos sin el debido proceso legal […] la embajada obtiene resultados […] pero es insuficiente ante el profundo resentimiento que eventualmente traerá malos resultados […] Ha habido demostraciones pacíficas y violentas muy numerosas para mencionarlas a todas. 34
Henry L. Wilson suponía, con razón, que el sentimiento antiamericano era preexistente a las demostraciones anti estadounidenses de noviembre de 1910, y que había resurgido a raíz de la orden del presidente Taft de enviar efectivos militares a la frontera con México. El embajador oriundo de Indiana, relataba los ataques a los inmigrantes estadounidenses, así como informaba del creciente descontento social en contra de Díaz. 35 El también ex embajador de Chile, afirmaba: “En un país como éste, un […] americano no tiene otro recurso que valerse del poder y de la influencia de su embajador” y concluyó que “el sentimiento anti yanqui se había originado en la antipatía racial y la envidia”. 36 Asimismo continuaba con su informe:
Teniendo en mente nuestras vastas inversiones y el constante flujo de capitales y la constante inmigración americana, resulta primordial conocer sobre la impartición de justicia […] yo he podido prevenir la injusticia y daños a las propiedades y vidas de los ciudadanos […] es una forma muy común de pensar entre los mexicanos que los americanos están teniendo lo mejor en todo sentido en el país. Y que ellos deberían ser sancionados en cualquier oportunidad que se tenga a través de formas legales o no […]. 37
Como embajador, se encargaba de denunciar a El Diario del Hogar, lo mismo ante la Secretaría de Estado en Washington, que ante Enrique Creel en su papel de Secretario de Relaciones Exteriores. Argumentaba que ese periódico publicaba los discursos más antiamericanos y en consecuencia, pedía que se prohibiera su circulación junto con los “libelos” de El País. 38 Explicitó su queja contra la publicación de Filomeno Mata en carta dirigida al presidente Díaz, solicitándole impedir la difusión de esos violentos ataques contra los Estados Unidos. 39 Debió de sentirse satisfecho con la clausura de El Diario del Hogar, aunque esta se haya debido también a su decidido apoyo al movimiento antireeleccionista. No obstante, durante los meses en los que circuló, El Diario del Hogar se esforzó por dar a conocer a sus lectores tanto la represión sufrida, al tiempo que publicaba las cartas de solidaridad de la prensa nacional y extranjera, como por informar sobre lo delicado del escenario regional a causa del intervencionismo estadounidense en Cuba y Nicaragua. Los editores, no solo impregnaban sus discursos con un fuerte nacionalismo y tintes antiimperialistas, sino que en sus contribuciones fueron consistentes el desacuerdo y rechazo a las políticas de Washington, aún a pesar del encarcelamiento de Filomeno Mata y la clausura de las prensas. Por lo anterior, no resulta sorprendente que El Diario del Hogar haya sido calificado por el embajador estadounidense en México como uno de los “más violentos en contra de Estados Unidos”, e incluso, que en carta enviada al Secretario de Estado estadounidense Philander Knox, haya llegado a culpar a “sus discursos incendiarios” de las manifestaciones antiamericanas realizadas, entre otras, en las ciudades de México, Guadalajara, Morelia y San Luis Potosí en noviembre de 1910. 40 Aún más, el embajador Wilson, con un sentido de urgencia, visitó al presidente Díaz el 12 de noviembre y se quejó por el acendrado antiamericanismo de este periódico y le pidió que actuara en consecuencia. 41
El grado de animosidad del diplomático estadounidense no era privativo hacia El Diario del Hogar, sino que sus diatribas se dirigieron por igual en contra de otras publicaciones como El País y El Debate. Sin embargo, el rotativo de Filomeno Mata representaba y difundía el ideario de grupos magonistas atrincherados en la frontera sur de los Estados Unidos y que sufrían de la persecución y encarcelamiento en la Unión Americana.
El Diario del Hogar no estaba solo en sus planteamientos: en la prensa mexicana se hacía referencia al “yanquismo” como una tendencia de la política exterior del vecino del norte y el rechazo se manifestaba por igual en columnas, editoriales, caricaturas y otros discursos gráficos. Las críticas al modelo político, cultural y económico-comercial estadounidense fueron la tónica en los contenidos periodísticos durante la primera década del siglo XX. Atrás habían quedado los proyectos de nación que pretendían emular a las instituciones estadounidenses. Incluso era común encontrar alusiones a la Guerra del 47 y a la pérdida territorial como heridas que no terminaban de cerrar. Los discursos antiyanquis estaban teñidos de nociones de identidad, lengua, religión, cultura y raza (el indigenismo y el mestizaje, fundamentalmente). 42
El valor que esas nociones poseían a principios del siglo XX, es corroborado en Diplomatic Episodes in Mexico, Belgium & Chile, las memorias de Henry L. Wilson editadas en 1927. En ellas refirió las condiciones de atraso y marginación indígena que imperaban en México desde 1909 hasta 1913, es decir, los años de su gestión al frente de la embajada estadounidense:
Entre las razas indias, la proliferación de crianza de su temperamento y por consiguiente en las masas […] la pobreza, la ignorancia y la superstición crecen con una rapidez de alarma. Pues este elemento, constituye dos terceras partes de la población y puede ser entendido fácilmente como una malvada amenaza a las condiciones de un desarrollo ordenado. Aquí se encuentra la malvada raíz de las condiciones existentes, y por lo tanto, amenaza omnipresente, a menos que sean enderezadas por un gobierno fuerte y vigoroso que se mueva en líneas definidas de la política y que, en vez de procurar instalar una república altruista por la educación y la tradición entre la gente, adoptará una política práctica que conducirá a un sistema de educación universal de las ideas políticas, implantación de un patriotismo que será algo más alto y más noble que el odio al inversionista extranjero. 43
A decir de estudiosos como Tenorio Trillo y Aimer Granados, entre otros, estos discursos subirían de tono a fines de 1909, y en 1910, a pesar del ambiente festivo por el Centenario de la Independencia. En este contexto resurgirían, una vez más, los debates en torno a la América hispana y la sajona. 44 También en este contexto cobró relevancia la inauguración de una calle dedicada a la reina Isabel la católica. 45 De acuerdo con el protocolo diplomático, tanto la prensa acreditada por Estados Unidos como sus representantes, fueron tratados con cortesía y agasajados con reuniones y fiestas de bienvenida; no obstante, el nubarrón de los conflictos fronterizos empañaba la cordialidad en sus relaciones. El Diario del Hogar denunciaba: “La violenta disposición de los Estados Unidos […] sobre el Chamizal”. Un diferendo que se encontraba en litigio y cuya resolución llegaría más de cinco décadas después. 46 En esas páginas se consignaban, por otro lado, las disputas fronterizas que se agudizaron en la víspera de las fiestas del Centenario:
El problema de ambos gobiernos se agravó por una antipatía generalizada en México en contra de los Americanos, causada mayormente por aquellos empresarios estadounidenses que han estado llegando en números considerables […] el desagrado mutuo se incrementó cuando el 31 de julio de 1910 fue asesinado un miembro de los Texas Rangers por un grupo de mexicanos en San Benito Texas, quienes huyeron a territorio mexicano […] las represalias, de parte de Texas, se hicieron sentir con la muerte de Antonio Rodríguez quien fue quemado vivo en Rock Springs Texas, acusado por haber violado y asesinado a una mujer estadounidense […] este hecho ocasionó de parte de México demostraciones anti americanas. 47
De igual manera, en ediciones siguientes, publicó un amplio reportaje sobre la Bahía de Magdalena, desde una perspectiva histórica, demográfica, geográfica, etc. En dichas planas se manifestaba lo siguiente:
[…] esa bahía que tanta codicia causa a nuestros peligrosos primos de allende el Bravo […] Importante en su pretensión del dominio de los mares […] Se le concedió un permiso de tres años, que se vencen en este mes de octubre […] se instaló una aduana en un lugar que no tiene 200 hab., con unas cuantas casas y la mayoría jacales […] se fundaron 2 escuelas que no tienen alumnos […] La situación de bahía Magdalena es importante para su “programa absorvente [sic]”. 48
En otros artículos de fondo, El Diario del Hogar mostraba su vocación americanista y antimperialista al aludir al Tío Sam, al yankee, a la “¿Nueva doctrina imperialista?”, a los peligrosos primos del norte, así como a la imagen del gigante contra el liliputiense, por lo que concluía que “México no debe unirse al yankee”. 49 En cuanto a los conflictos latinoamericanos, exponía la manera como la autonomía de Panamá había sido burlada por los Estados Unidos, tachando la situación de aquel país de “Independencia irrisoria”; al referirse a Nicaragua, difundía los “Ecos del conflicto yankee- nicaragüense”; en otras ediciones publicaba noticias con encabezados sensacionalistas y en primera plana: “Los salvadoreños y el imperialismo norteamericano”, “El filibusterismo en Centroamérica” y “El conflicto yankee-nicaragüense”, entre otros.
La sensibilidad de El Diario del Hogar ante la vulneración de estos países no era gratuita: en México también se resentía la gran influencia del gobierno y capital estadounidense. 50 Así, junto con el Hijo del Ahuizote de Daniel Cabrera, el periódico de Filomeno Mata fue de los más hostigados durante la época de constante represión periodística del prolongado gobierno de Porfirio Díaz.
En fin, El Diario del Hogar se mantuvo fiel en la línea editorial de crítica al creciente influjo estadounidense sobre el continente, 51 de tal modo que el encarcelamiento de Mata y la clausura del periódico tuvieron resonancia internacional, ya que en mayo de 1911 apareció en Nueva York un artículo titulado “El Diario del Hogar y la colonia Americana”. En él se comenta que “los miembros de esta última se encuentran contentos con el cambio de actitud del “leader” del periodismo independiente Filomeno Mata y confían en que se mejoraran las relaciones entre los mexicanos y americanos”. Luego se explica lo siguiente:
Muchísimos miembros de la colonia americana han visitado al director de dicha publicación con el objeto de expresarle su estimación y en toda la colonia existe la creencia y aun la esperanza de que después de los últimos meses de tirantez hemos llegado a un acuerdo y se ha inaugurado una era de cordialidad sincera entre mexicanos y americanos. 52
Este extenso artículo señalaba también que Filomeno Mata era el más popular y respetado de los periodistas mexicanos, que “sufrió de 98 encarcelamientos y pasó un total de 8 años de cárcel durante el gobierno de Díaz […] hoy se ve que la pluma ha vencido a la espada.” A pesar del discurso tan encomioso, los días de circulación de El Diario del Hogar estaban contados y llegó a su fin en 1912 en pleno vendaval revolucionario.
A MANERA DE CONCLUSIÓN
Después de este breve seguimiento hemerográfico y del agrio intercambio de notas diplomáticas de Henry L. Wilson con el Departamento de Estado y la Cancillería mexicana, podemos afirmar que El Diario del Hogar se convirtió en una fuerza política capaz de influir en la creación de líneas de opinión pública. El análisis del discurso periodístico de coyuntura devela una acentuada gringo fobia cuando sus autores se referían a la política estadounidense hacia México y América Latina, al tiempo que enfatizaban su oposición al intervencionismo en las repúblicas de Centroamérica y el Caribe. Como se puede apreciar en la Tabla I, El Diario del Hogar mantuvo una postura crítica tanto hacia el intervencionismo estadounidense, como hacia el régimen político mexicano y al gobierno de Díaz. De igual forma, el muestreo de sus encabezados y editoriales aquí realizado, lo posiciona como el órgano de expresión de un segmento de la opinión pública mexicana, perteneciente a una prensa contestataria, liberal, antireeleccionista y antiestadounidense que reforzó sus posicionamientos políticos a través de la reproducción de artículos de periódicos nacionales y extranjeros. Se trataba por tanto de un periodismo interesado en informar y formar opinión, pero también en incidir en la toma de decisiones políticas.
El Diario del Hogar le concedió mayor espacio a las editoriales y a la creación de columnas de opinión, referidas ex profeso a la política de Washington en la región. Mientras que la selección hemerográfica nos permite identificar dos ejes noticiosos: uno que tienen que ver con las percepciones en contra de las agresiones sufridas por los mexicanos que cruzaban la frontera; y el segundo, pone de manifiesto las posturas de crítica ante la política estadounidense en Centroamérica y el Caribe en la coyuntura de 1910. Este periódico alertaba y cuestionaba de inmediato a la administración porfirista por poner en riesgo a la soberanía de la nación. De hecho, las manifestaciones antiyanquis de noviembre de 1910 también alcanzaron al grupo de los científicos, a quienes culpaban por los enormes privilegios que les habían concedido a los estadounidenses. En este sentido, el embajador Henry L. Wilson presentó a la cancillería mexicana quejas en busca del cese de las críticas a las políticas de Washington y del colectivo de ciudadanos de origen estadounidense radicados en la República mexicana. Demandó y obtuvo asimismo el cierre del rotativo de Filomeno Mata de parte del gobierno de Díaz, atentando contra la libertad de expresión y de imprenta, que en su país constituía el llamado cuarto poder.
Los contenidos, las críticas y las adjetivaciones utilizadas por los editores de El Diario del Hogar, nos permiten vislumbrar a este cotidiano como un foro para la confrontación político-ideológica; aún más, este periódico construyó discursos encaminados a advertir a la opinión pública sobre el peligro y los riesgos que conllevaba para la soberanía de las repúblicas hispanoamericanas el expansionismo estadounidense. Indudablemente sus editoriales y columnas testifican las imágenes forjadas respecto de Estados Unidos. Se trata de posicionamientos que trascienden las filias o las fobias hacia esa nación, a la vez que se destaca su raigambre histórica.
El Diario del Hogar fue vehemente en su antiamericanismo y convirtió sus páginas en un instrumento de denuncia contra los atropellos y afanes expansionistas estadounidenses. Asimismo, se auto arrogó un papel activista, propositivo e hizo llamados a la unión latinoamericana, incitando a concretar la integración hispanoamericana para contener los embates del poderoso vecino. En efecto, en sus páginas le concedió mayor espacio a la denuncia del actuar de los yanquis en América Latina y el Caribe, así como al llamado a combatir las tendencias anexionistas de Washington. Contraponía la unidad de las repúblicas y la conformación de una alianza continental capaz de detener el ímpetu imperial de Estados Unidos, exponiendo las diferencias entre las partes latina y sajona (el “monstruo imperialista del norte”) del continente.
La intención de sus editores referente a la crítica antiestadounidense se vio incluso reforzada con la publicación de editoriales que criticaban abiertamente a la doctrina Monroe y a la diplomacia del Dólar de Howard Taft. El Diario del Hogar constituye en suma, un rico testimonio de su tiempo, cuyo discurso antiyanqui formó parte de la agenda bilateral México-Estados Unidos, y le valió convertirse en un eficaz portavoz de los ideales nacionalistas y antireeleccionistas.
Fecha | Notas |
1 de enero de 1910 | Thompson en Guatemala |
1 de enero de 1910 | El derecho de gentes y la política de Knox |
1 de enero de 1910 | Encuentro de Jefes de Estado |
4 de enero de 1910 | Madriz y la política de los Estados Unidos |
4 de enero de 1910 | Ecos del conflicto yankee-nicaragüense |
7 de enero de 1910 | La traición de Estrada y el gobierno de Washington |
7 de enero de 1910 | Madriz y Fornos Díaz conferenciarán sobre la paz |
11 de enero de 1910 | Disensiones entre los revolucionarios nicaragüenses |
11 de enero de 1910 | Los salvadoreños y el imperialismo norteamericano |
12 de enero de 1910 | El apoyo de Cabrera a los revolucionarios de Nicaragua |
12 de enero de 1910 | ¿Nueva doctrina imperialista? |
12 de enero de 1910 | La nota de Knox y la opinión japonesa |
13 de enero de 1910 | Magoon y la hacienda de Cuba. Ojeada retrospectiva |
13 de enero de 1910 | El conflicto yankee-nicaragüense |
13 de enero de 1910 | La invasión del cielo por los norteamericanos |
14 de enero de 1910 | El conflicto yankee-nicaragüense |
14 de enero de 1910 | Cabrera paga la campaña anti-mexicana en Estados Unidos |
15 de enero de 1910 | Labor diplomática de Enrique Creel en el asunto Zelaya |
15 de enero de 1910 | México no debe unirse al yankee. Filibusterismo en Centroamérica |
15 de enero de 1910 | El conflicto yankee-nicaragüense |
6 de agosto de 1910 | El espíritu fraternal de las naciones |
7 de agosto de 1910 | Los Estados Unidos y el Chamizal |
7 de agosto de 1910 | La Revolución en Nicaragua |
16 de agosto de 1910 | La raza latina en América |
18 de agosto de 1910 | La raza latina en América |
19 de agosto de 1910 | La división de razas de Texas |
20 de agosto de 1910 | La Colonia Americana celebra una sesión para determinar su contingente en las fiestas del Centenario |
25 de agosto de 1910 | Los periódicos asalariados tienen miedo |
1 de septiembre de 1910 | Patriotismo del pueblo colombiano |
6 de septiembre de 1910 | La delegación de Nicaragua al Centenario |
6 de septiembre de 1910 | La América Latina. Su importancia política, su comercio, su progreso en toda forma |
12 de septiembre de 1910 | La república Argentina y México |
20 de septiembre de 1910 | Las repúblicas latinas hermanas de la nuestra deben unirse. La fuerza será el dique al anexionismo |
20 de septiembre de 1910 | Las elecciones en la república de Cuba |
24 de septiembre de 1910 | Juicios y comentarios acerca del expresidente Roosevelt y de los norteamericanos |
29 de septiembre de 1910 | Panamá. Su autonomía burlada por los Estados Unidos. Independencia irrisoria |
5 de octubre de 1910 | El ejército de Estados Unidos. Revelaciones de las últimas grandes maniobras |
9 de octubre de 1910 | Bahía Magdalena, ¿quedará libre del dominio de los yankees? |
9 de octubre de 1910 | Entre repúblicas |