El chipe atigrado (Setophaga tigrina) es una pequeña ave migratoria neotropical perteneciente a la familia Parulidae que anida en los bosques de coníferas de Canadá y del noreste de los Estados Unidos. Su distribución invernal incluye las costas caribeñas de Yucatán a Panamá y norte de Venezuela, así como las islas del Caribe, mientras que los registros de esta especie en México, fuera de la península de Yucatán, se consideran como accidentales (Ridgely et al. 2003). Adicionalmente, se ha documentado que la especie migra por la costa del golfo de México, particularmente por Veracruz y la península de Yucatán (Howell y Webb 1995). La distribución potencial actual de este chipe en nuestro país se restringe a las costas de los estados de Veracruz, Tabasco, y toda la península de Yucatán (Figura 1) (Peterson et al. 2006, Navarro y Peterson 2007).
De manera particular, la especie se ha reportado en Sonora, la Isla Socorro del archipiélago Revillagigedo, Nayarit, San Luis Potosí y Oaxaca (Howell y Webb 1992, 1995, Ridgely et al. 2003), mientras que la base de datos eBird (eBird Basic Dataset 2017) tiene registros fuera del área potencial de distribución invernal que datan de 1974 a la fecha. En el estado de Jalisco, la primera observación de una S. tigrina hembra fue reportada en Barra de Navidad en febrero de 1997 por Howell (2004). Dados los escasos registros para la región central del país, Palomera-García et al. (2007) catalogaron a esta especie como accidental para Jalisco, sin que su presencia fuera considerada en los análisis de riqueza avifaunística de este estado en dicha publicación.
Éste es un registro adicional de la especie para el interior de Jalisco, veinte años después del primer reporte confirmado en la costa del estado. Además, abordamos las posibles causas que influyen en el actual aumento de avistamientos de ésta u otras especies consideradas como accidentales o raras.
Observaciones y captura
El chipe atigrado fue observado por primera vez el 26 de enero de 2018 en un pochote o ceiba (Ceiba pentandra) localizada en la calle Independencia Nacional, a un costado de la plaza cívica de la ciudad de Autlán de la Grana, Jalisco, México (19°46’21.15” N 104°21’35.43” W; 922 msnm, Figura 2). El tronco de la ceiba limita al sureste del edificio de posgrados del Centro Universitario de la Costa Sur (CUCSUR), y parte de su copa da sombra al “Huerto de la Amistad”. Este sitio tiene una superficie de 705.87 m2 con un sendero interpretativo en donde se cultivan, con fines educativos, especies de traspatio comestibles, medicinales y ornamentales, entre las que destacan el almendro (Terminalia catappa), nopal (Opuntia ficus-indica), copal (Protium copal), chía (Salvia hispánica), sávila (Aloe vera), moringa (Moringa oleífera), citronela (Cymbopogon sp.), micle (Justicia spicigera), estafiate (Artemisa absithium), chaya (Cnidoscolus aconitifolius), jengibre (Zingiber officinale), candelilla (Euphorbia antisyphilitica), caléndula (Calendula officinalis), plátano (Musa paradisiaca), jitomate (Solanum lycopersicum), berro (Nastortium officinale), insulina (Cissus sicypides), apio (Apium graveolens), perejil (Petroselinum crispum), yerbabuena (Menta spicata), orégano (Origanum vulgare), rosal de Castilla (Rosa gallica), hoja santa (Piper auritum), fresa (Fragaria sp.), salvia (Salvia sp.), así como diversas especies de crasuláceas (Crassulaceae spp.) y malvas (Geraniaceae spp.). El huerto se localiza a un costado del pochote donde realizamos los registros visuales en visitas anteriores y posteriores a la captura. Registramos estas observaciones en las bases de datos de eBird y Naturalista con evidencias fotográficas (e.g., https://www.inaturalist.org/photos/13144439, https://ebird.org/view/checklist/S42490284).
Las observaciones de las aves continuaron durante una semana más hasta que la floración de la ceiba terminó. Durante este periodo, el néctar disponible atrae a numerosas especies de aves, mamíferos e insectos (Gribel et al. 1999). Particularmente en las ceibas del CUCSUR durante este periodo también registramos individuos de chipe rabadilla amarilla (S. coronata), chipe cabeza gris (Orethlypis ruficapilla), chipe corona naranja (O. celata), calandria tunera (Icterus parisorum), calandria dorso rayado (I. pustulatus), carpintero enmascarado (Melanerpes chrysogenys), colibrí pico ancho (Cynanthus latirostris) y mirlo dorso canela (Turdus rufopalliatus) forrajeando, así como de zanate mayor (Quiscalus mexicanus), tirano pico grueso (Tyrannus crassirostris), paloma de collar turca (Streptopelia decaocto) y gorrión doméstico (Passer domesticus) perchando.
Seguimos los procedimientos éticos de captura, colecta y manejo de ejemplares de acuerdo con la NOM-062-ZOO-1999 (SAGARPA 1999) y conforme a la autorización expedida por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales a través del oficio SGPA/DGVS/12766/16 con prórroga SGPA/DGVS/011505/17, vinculado al proyecto de investigación “Entendimiento de los patrones de muda de aves residentes, migratorias y en peligro”. El 2 de febrero de 2018 colocamos tres redes de niebla de luz de malla de 32 mm distribuidas al inicio y al final del sendero, dos de éstas con longitud de 12 m y una de 6 m. Las redes se mantuvieron abiertas desde las 08:00 a las 10:00 h, con un esfuerzo de muestreo de 5 horas red. Con llamados y cantos descargados del portal Xeno-Canto (2017) (i.e., Andrew Spencer XC13744, Martin St-Michel XC319402) atrajimos y capturamos al individuo de S. tigrina a las 09:00 h en la red ubicada en un parche de vegetación de aproximadamente 8 m2.
Con los criterios de datación de Pyle (1997), determinamos al individuo como un macho de segundo año (SY), por el límite de muda entre los tractos de las plumas cobertoras primarias (plumaje juvenil) y las grandes cobertoras (plumaje formativo), la cual resulta en la muda preformativa del primer año de vida (Figura 3A). El sexo se definió por la presencia de las mejillas color castaño, las cuales eran evidentes aún con muda prealternativa activa (Figura 3B), y la proporción de coloración blanca en las rectrices exteriones (Figura 3C). Por otra parte, siguiendo la escala de datación del North American Banding Council (2003a, 2003b), el individuo presentó un cráneo totalmente osificado (grado 7) así como poca acumulación de grasa en la fúrcula. No se encontró dilatación en la protuberancia cloacal. Detectamos muda fuerte en las plumas corporales, en los tractos de la corona, frente, loras, barbilla y garganta. Las plumas de vuelo no mostraron muda sólo desgaste de moderado a fuerte. El individuo pesó 11.6 g y presentó cuerda alar de 68.6 mm. Para su marcaje le colocamos un anillo de metal con el número de serie TIERRA DE AVES 034245 y tres anillos de plástico color rojo, los cuatro formaron la siguiente codificación: pata derecha con un anillo de metal arriba de un anillo rojo; pata izquierda con un par de anillos rojos (Figura 3D).
De acuerdo con Sánchez-González (2013) para el reporte de nuevos registros y la metodología de Rueda-Hernández et al. (2014), realizamos una búsqueda exhaustiva de reportes de observación de S. tigrina en estados fuera de su área de distribución potencial en México (sensuPeterson et al. 2006, Navarro y Peterson 2007). La búsqueda se concentró en bases de datos electrónicas (i.e., eBird, Guide to North American Birds de la Audubon.org 2014, All About Birds 2017 del Laboratorio de Ornitología de la Universidad de Cornell, NatureServe.org, Global Biodiversity Facility [GBIF], y Naturalista), listas de observadores aficionados, así como el Atlas de las Aves de México: Fase II (Navarro-Sigüenza y Ramos-Rivera 2017). Para ello utilizamos las palabras clave o descriptores “Dendroica tigrina”, “Setophaga tigrina”, “distribución” y “México”.
Como resultado de esta búsqueda, encontramos 29 registros de esta especie fuera de su área potencial de distribución invernal adicionales a los reportados en la introducción. Dichos registros se encuentran en la plataforma eBird a partir del año 1974, y son de avistamientos en nueve estados del país. El GBIF considera ya estos avistamientos, incluyendo el que ahora reportamos. Doce registros son de machos, cinco de hembras y 12 no mencionan el sexo del individuo (Cuadro 1). No existe una temporada del año en donde pudiera establecerse mayor número de observaciones, ya que trece observaciones fueron en el otoño, doce en los meses de invierno y cuatro en la primavera (Figura 4).
Entidad federativa | Localidad | Fecha de observación | Sexo y edad del individuo observado |
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Baja California | Punta Banda | 23-Sep-2001 | Hembra inmadura |
Llano Maneadero | 15-Ene-2002 | No determinado | |
Santo Tomás | 23-Sep-2003 | Macho inmaduro | |
El Sauzal | 28/Dic-2011 | No determinado | |
El Sauzal | 23-Ene-2012 | Macho | |
Isla San Benito | 02-Jun-2013 | Macho adulto | |
El Rosario | 10-Oct-2016 | Hembra inmadura | |
Valle de Médanos | 28-Sep-2017 | Macho | |
Baja California Sur | Estero San José | 28-Mar-2002 | Macho |
Santiago | 01-Dic-2007 | Macho | |
Bahía Asunción | 12-Nov-2011 | No determinado | |
Tortugas | 25-Oct-2017 | Macho inmaduro | |
Isla Natividad | 26-Oct-2017 | Macho | |
Miraflores | 27-Feb-2018 | Macho | |
Chiapas | Palenque | 24-Abr-1974 | No determinado |
Toniná | 18-Nov-2011 | No determinado | |
Palenque | 16-Oct-2017 | No determinado | |
Durango | Durango | 21-Abr-2012 | Hembra inmadura |
Estado de México | Valle de Bravo | 03-Mar-2018 | Macho |
Teotihuacán | 25-Feb-2018 | Macho | |
Oaxaca | Valle de Oaxaca | 20-Mar-1998 | No determinado |
Noreste del estado | 27-Nov-2003 | No determinado | |
Monte Albán | 17-Feb-2005 | No determinado | |
Huatulco | 06-Ene-2015 | Hembra | |
Corral de Piedra | 14-Mar-2017 | No determinado | |
Puebla | Puebla | 11-Dic-2016 | Hembra inmadura |
San Luis Potosí | Ciudad Valles | 19-Mar-1985 | No determinado |
San Luis Potosí | 03-Nov-2018 | Macho | |
Sonora | Puerto Peñasco | 16-Dic-1989 | No determinado |
Discusión
El chipe atigrado es un ave que se especializa en alimentarse de larvas de polillas del género Choristoneura, en particular de C. fumiferana (Venier et al. 2009), por lo que el tamaño de su población está asociado a esta plaga de coníferas (Patten y Burger 1998, Venier y Holmes 2010). Esta especialización trófica y el incremento poblacional resultante parecen correlacionarse con el aumento de observaciones de juveniles y adultos fuera de sus rutas tradicionales de migración o área de residencia invernal (Patten y Burger 1998). Sería interesante conocer si los avistamientos accidentales en nuestro país están relacionados con brotes de las plagas en los bosques boreales, aunque se considera que la ocurrencia de dichos brotes están asociados con periodos de sequía (Volney y Fleming 2000), los cuales se espera que incrementen como resultado del cambio climático actual (Wang et al. 2014). El número de observaciones que reportamos por mes en los 40 años en que han sido reportados, no establecen un patrón en que pudieran ser más frecuentes los avistamientos.
Dentro de toda su área de distribución S. tigrina presenta un valor de vulnerabilidad de nueve, sensu la Coordinación Nacional de la Iniciativa para la Conservación de las Aves de América del Norte de la Conabio, que sugiere que la especie presenta amenazas leves o que se beneficia de las perturbaciones (Berlanga et al. 2010). El registro de S. tigrina dentro de una pequeña área urbana verde refuerza la importancia de los parques urbanos como espacios de refugio y alimentación, en particular de especies migratorias (Carbó-Ramírez y Zuria 2011, Charré et al. 2013), donde se pueden observar especies no reportadas en la vegetación nativa circundante, y con ello contribuyen a incrementar la diversidad regional. Aunque la urbanización afecta negativamente a muchas aves migratorias, también provee de hábitat en invierno a otras (MacGregor-Fors et al. 2010), como observamos con S. tigrina. Además, refuerza la evidencia de que las aves migratorias insectívoras son el gremio trófico con el mayor número de especies en las áreas urbanas de México (Ortega-Álvarez y MacGregor-Fors 2009, Charré et al. 2013).
Sin embargo, durante la migración y el invierno S. tigrina se convierte en una especie generalista de hábitat (Latta y Faaborg 2002) y de preferencias alimenticias, dada la adaptación en su lengua que le permite libar néctar de las flores más fácilmente que otros chipes neotropicales (Baltz et al. 1998, Kaufman 2016). Nuestra observación en ceibas en floración confirma esto, ya que el individuo que reportamos fue fiel al mismo pochote durante las dos semanas en que fue registrado.
Durante el invierno, los chipes rabadilla amarilla y los chipes cabeza gris son muy abundantes, y el sitio en donde fue observado S. tigrina no era la excepción. Por otra parte, las hembras de primer y segundo años de S. tigrina pueden ser confundidas con S. coronata (Pyle 1997). Por tanto, es probable que la presencia de esta especie en éste y otros sitios del país pueda pasar por desapercibida al encontrarse asociada con otros chipes migratorios.
Finalmente, otra razón por la que los reportes de especies raras, accidentales o extensiones de rango estén siendo más frecuentes se puede deber al creciente número de observadores aficionados de aves (Cuevas et al. 2018), muchos de los cuales, además de ser un motor de ecoturismo y divisas, avistan con mayor frecuencia especies accidentales (Callaghan et al. 2018). Así mismo, este hallazgo refuerza la relevancia de realizar estudios de la avifauna en zonas urbanas, ya que en México, como el resto de América Latina, ésta es un área de estudio incipiente (Ortega-Álvarez y MacGregor-Fors 2011).