Introducción
El águila real (Aquila chrysaetos) es considerada una especie prioritaria para la conservación en México (CONANP 2008, 2015) y está catalogada como Amenazada en la NOM-059 (SEMARNAT 2010a). La Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) ha implementado el Programa de Acción para la Conservación de la Especie (PACE) Águila Real, como eje rector de la estrategia nacional para su protección (CONANP 2008, 2015a, 2015b). Entre las principales acciones contempladas en el programa mencionado se encuentran: 1) la prospección de nuevos territorios de anidación, 2) la vigilancia de las parejas de águila real conocidas y 3) el seguimiento de la anidación.
El águila real tiene amplia distribución en la región holoártica. En Norteamérica la especie se distribuye desde Alaska hasta el sur de México (Rodríguez-Estrella et al. 2020). En México, las parejas reproductivas confirmadas se encuentran en los estados de Baja California, Baja California Sur, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, Durango, Zacatecas, Aguascalientes, San Luis Potosí, Jalisco y Guanajuato (Rodríguez-Estrella et al. 1991, Rodríguez-Estrella 2002, Nocedal et al. 2010, Nocedal y Zúñiga-Fuentes 2012, Guerrero-Cárdenas et al. 2012, CONANP 2015b, Campos-Rodríguez et al. 2016, 2019, De León-Girón et al. 2016, Yáñez-López 2019, Flesch et al. 2020). Hasta 2021, la CONANP había registrado 171 parejas reproductivas en México (Lozano-Román 2020). Cuatro de ellas se localizan en el estado de Jalisco, cuyos territorios de anidación se encuentran en los municipios de Huejúcar y Mezquitic que limitan con el Estado de Zacatecas (Llamas-Llamas 2020, Lozano-Román 2020).
Newton y Marquiss (1982) y Steenhof et al. (2017) utilizan el término territorio de anidación para referirse a la localidad donde han sido hallados varios nidos, los cuales son empleados con fines reproductivos por una pareja reproductora. Los territorios de anidación pueden estar ocupados o vacantes, dependiendo si hay una pareja o un individuo solitario defendiendo los nidos presentes o sí existe comportamiento reproductivo (Postulpasky 1973, Millsap et al. 2015). En un territorio de anidación de águila real pueden presentarse 1 a 14 nidos, su número y las distancias entre ellos, dependen de la topografía del terreno y la proximidad de otras parejas reproductivas (Kochert et al. 2002). Los nidos presentes en un territorio de anidación podrían haber sido construidos por la pareja actual o por parejas de años anteriores. Lo anterior implica que un territorio de anidación únicamente puede estar ocupado por una pareja en una temporada reproductiva, pero las parejas presentes en distintas temporadas reproductivas pueden ser integradas por diferentes individuos (Katzner et al. 2020). En este estudio describimos un nuevo territorio de anidación de águila real en Jalisco y proporcionamos información sobre número de nidos, productividad de anidamiento, el registro de juveniles y amenazas potenciales.
Obtención de datos
Nuestras observaciones sobre águila real las realizamos en el Cañón El Espía (21°41’ N, -101°45 O), en los límites de los municipios de Lagos de Moreno y Ojuelos del estado de Jalisco, dentro de la subprovincia fisiográfica Llanuras de Ojuelos-Aguascalientes y la región administrativa Altos de Jalisco Norte (Figura 1). El cañón está situado entre 2280 y 2400 msnm, rodeado por mesetas y lomeríos bajos, cuya vegetación en las laderas corresponde a bosque de encino y pino-encino, así como matorral xerófilo. Las mesetas que lo rodean están cubiertas por pastizal natural y pastizal inducido.
Realizamos prospecciones para la ubicación de parejas y nidos de águila real en 2015, 2021 y 2022. En 2015 realizamos tres salidas de campo entre enero y marzo, acumulando 18 h efectivas de observación. En 2021 realizamos siete salidas entre marzo y noviembre de 2021, acumulando 62 h observación. Por último en 2022, realizamos ocho salidas entre febrero y julio, acumulando 72 h observación. Localizamos los nidos mediante la observación del comportamiento de los adultos, a quienes vimos acarreando ramas y reacondicionando los nidos. Determinamos el estatus de ocupación del único territorio de anidación localizado mediante la observación directa de la anidación en los nidos descubiertos y la presencia continua de individuos adultos e inmaduros en sus inmediaciones durante las visitas de campo (Ekenstedt y Schneider 2008, Driscoll 2010).
Establecimos un punto fijo de observación a 350 m de cada nido encontrado (Pagel et al. 2010). Usamos el término “territorio de anidación” en lugar de “sitio de anidación” para referirnos a la localidad donde fue observada la presencia de una pareja de águila real y nidos (Steenhof et al. 2017). Identificamos a los individuos de águila real con las guías de identificación de Dunn y Alderfer (2011) y determinamos la edad de los individuos observados de acuerdo con cuatro categorías de edad establecidos por Liguori (2004) y Katzner et al. (2020) con base en el patrón de coloración de las plumas primarias y rectrices.
Contabilizamos los nidos bajo cuatro categorías siguiendo Ekenstedt y Schneider (2008) y Driscoll (2010): a) el nido ocupado, el cual es el nido empleado para la anidación durante una temporada reproductiva en particular (Steenhof et al. 2017); b) nido fallido, que fue un nido ocupado en dónde los huevos no eclosionaron o los polluelos murieron sin poder abandonar el nido; c) nido exitoso donde al menos un polluelo consiguió salir del nido; y d) volantones producidos por nido (polluelos que lograron salir por nidos ocupados). Calculamos la productividad de anidamiento de la pareja localizada como número de volantones/número de nidos ocupados (Postupalsky 1973, Driscoll 2010). Georreferenciamos los nidos con un GPS Garmin 60. A través de conversaciones informales con habitantes de las comunidades cercanas y observaciones directas en campo fue posible detectar posibles amenazas hacia los individuos de águila real y nidos.
Observaciones
En 2015, 2021 y 2022 observamos una pareja de águila real en el Cañón El Espía y localizamos dos nidos, uno en 2015 y el otro en 2021. Ambos se localizaban a una distancia de 224 m entre sí. En los tres años de estudio, observamos en el Cañón El Espía a cinco individuos de águila real, que integraron a la pareja que anidó en cada año. Tres de los individuos observados fueron adultos y los dos restantes eran inmaduros. En febrero de 2015 la pareja localizada estaba integrada por dos adultos (figuras 2A y 2B). Un mes después, uno de los adultos no estaba presente en el territorio de anidación y en su lugar hallamos un individuo inmaduro, cuyas rectrices centrales (r1 y r2) eran completamente oscuras, mientras que las rectrices restantes (r3 a r6) eran de color blanco en la base y oscuro en la punta. El patrón de coloración de la cola de este inmaduro (figuras 2C y 2D) correspondía a un individuo Básico III, de 3 a 4 años de edad (Liguori 2004, Katzner et al. 2020). Uno de los adultos observado en marzo de 2015 presentaba una lesión muy evidente en el ala izquierda en vista ventral, a la altura de la unión entre el radio y ulna con los huesos carpales (figuras 2E y 2F). Desconocemos las causas de esta lesión, pero pudo haber sido por un eventual ataque de otro individuo hacia la pareja para apropiarse del territorio (Kochert et al. 2002), o por un disparo con arma de fuego. El otro adulto no volvió a ser observado.
Entre marzo y agosto del 2021 encontramos que la pareja presente estaba integrada por un individuo adulto (figuras 3A y 3B) y un subadulto, de 4 a 5 años (figura 3C y 3D), cuyas rectrices presentaban una base blanca (Liguori 2004). Los adultos de 2015 presentaban un plumaje muy desgastado (figura 2A y 2B), con respecto al adulto del 2021 (figura 3) y 2022, quien también se distinguió por la presencia de plumas blancas dispersas en el cuerpo, por lo que los consideramos individuos diferentes. Entre febrero y junio del 2022, nuevamente localizamos una pareja reproductiva, esta vez conformada por individuos adultos que asumimos fueron los observados en el 2021.
En los tres años registramos la anidación de las parejas de águila real presentes. En 2015 y 2021 hubo fracaso reproductivo, ya que la pareja en turno fue observada incubando en febrero, pero al mes siguiente abandonaron el nido ocupado (figura 4A y 4B). El 25 de marzo del 2022 confirmamos la anidación de la pareja, y observamos la presencia de un polluelo (figuras 4C y 4D) los días 18 de abril, 6 de mayo, 20 de mayo y 3 de junio, con aproximadamente 3, 5, 7 y 9 semanas de edad respectivamente. El polluelo salió del nido en la última semana de mayo del 2022. Uno de los dos nidos fue ocupado en 2015 y 2022, el nido restante fue ocupado en 2021, por lo que hubo alternancia del nido ocupado. En el periodo de estudio, las parejas presentes produjeron únicamente un volantón.
Durante los recorridos en campo observamos coyotes muertos por disparos con arma de fuego. Algunos caporales de los ranchos cercanos al cañón reconocieron que es una costumbre matar a los coyotes y otros depredadores silvestres para evitar la depredación de becerros, chivos recién nacidos y potrillos. Por otra parte, existen dos parques eólicos que actualmente operan en los Altos de Jalisco Norte, localizados entre 14 y 17 km de distancia con relación a los nidos descubiertos.
Discusión
Dado la presencia continua de la pareja de águila real entre enero y junio de cada año y la observación directa de la anidación en los tres años, consideramos que el Cañón El Espía es un territorio de anidación ocupado (Ekenstedt y Schneider 2008, Driscoll 2010). Este se localiza a 32 km de la serranía Juan El Grande, en el estado de Aguascalientes, donde se encuentran los nidos y parejas más cercanos (Lozano-Román y Villalobos-Sánchez 2003). Esta distancia es superior a la distancia promedio reportada (5.1-26.5 km) entre nidos ocupados por parejas adyacentes (Kochert et al. 2002), por lo que consideramos que las parejas que anidan en ambos territorios son diferentes.
Esto representa el primer territorio de anidación de águila real registrado en la región Altos de Jalisco Norte. Nuestro hallazgo incrementa a cinco el número de territorios de anidación de águila real reportados para Jalisco (Llamas-Llamas 2020). Previamente en los Altos de Jalisco Norte, entre 2010 y 2015, únicamente habían sido observados individuos inmaduros en el municipio de Encarnación de Díaz, situado a 40 km al W del Cañón El Espía (https://ebird.org/view/checklist/S7103294).
La productividad de anidamiento que registramos de 0.3333 volantones/nido, fue notoriamente menor a la reportada para la serranía Juan Grande (1-1.2 volantones/nido; Lozano-Román y Villalobos-Sánchez 2003, Alonso-Soto et al. 2020), el sureste de Zacatecas (0.57 volantones/nido; Campos-Rodríguez et al. 2019) y con respecto al promedio nacional (1.4 volantones/nido; Rodríguez-Estrella et al. 2020). Nuestras observaciones sugieren que el recambio de individuos adultos por inmaduros en este territorio de anidación pudo ocasionar la baja productividad observada en 2015 y 2021 (Whitfield et al. 2004), ya que parejas integradas por adultos e inmaduros suelen presentar una menor productividad (Sánchez-Zapata et al. 2000, Margalida et al. 2008, Campos-Rodríguez et al. 2019). No pudimos establecer las causas que provocaron el recambio de la pareja de adultos observados en 2015 en relación con los individuos inmaduros observados en 2015 y 2021, pero los recambios observados sugieren la presencia de una alta mortalidad de individuos adultos de águila real en el Cañón El Espía y sus inmediaciones.
Algunas de las amenazas que enfrenta el águila real son la disminución de sus presas habituales por sobrepastoreo (Ortiz-Martínez 2016), disminución de su hábitat (Pedrini y Sergio 2001), incendios forestales en el territorio de anidación (Kochert et al. 1999), colisiones con aerogeneradores y tendidos eléctricos (Olendorff 1993, Lovich 2015, Mojica et al. 2018, Fielding et al. 2021) y actividades recreativas (Spaul y Heath 2017). La persecución de depredadores silvestres por los ganaderos, mediante el empleo de cebos envenenados y disparos por arma de fuego, puede provocar la mortandad de individuos de águila real, y es una de sus principales amenazas (McGahan 1968, Bortolotti 1984, Avery y Cummings 2004, Kochert et al. 2002, Whitfield et al. 2004, 2008, Desmaschelier et al. 2010).
Es importante prevenir la mortandad de individuos reproductores de águila real para mantener estable la población de la especie en la región (Tack et al. 2017), así como proteger los nidos ocupados y alternativos por igual (Millsap et al. 2015). Por esta razón recomendamos la implementación preventiva de estrategias de concientización sobre los potenciales efectos negativos de la cacería ilegal y el uso de venenos en el control de depredadores silvestres del ganado, en las comunidades cercanas al territorio de anidación descubierto. Los parques eólicos existentes en Altos Norte también podrían provocar mortandad por colisiones, así como el abandono de los territorios de anidación cercanos (Fielding et al. 2021). En años recientes se ha planeado la construcción de nuevos parques eólicos en Altos Norte. En la mayoría de los estudios de impacto ambiental autorizados y resolutivos emitidos para estos proyectos se niega la existencia de nidos o avistamientos de águila real (SEMARNAT 2010b, 2012 2013a,b). Sin embargo, nuestro estudio demuestra que es necesario que dichos proyectos incluyan medidas de protección hacia el águila real.
El descubrimiento del territorio de anidación de águila real en el Cañón El Espía es una valiosa contribución a los esfuerzos de conservación de las especies prioritarias que realiza la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (SEMADET) y la Junta Intermunicipal de Medio Ambiente Altos Norte (JIAN). Recomendamos continuar con el monitoreo de la anidación del águila real en el Cañón El Espía para identificar y evaluar con mayor precisión los factores que afectan negativamente a la productividad de anidamiento del águila real, así como proseguir con la búsqueda de nuevos territorios de anidación de águila real en los Altos de Jalisco Norte.