Erysipelothrix rhusiopathiae es el agente causal de erisipela porcina, de septicemia en aves, además de erisipeloide en humanos1,2. La erisipela de los cerdos se ha aislado en Europa, Asia, África, América, Japón, China, Estados Unidos, Australia, Brasil y Chile entre otros. La enfermedad causada por este microorganismo causa serias pérdidas económicas en la industria ganadera debido a la muerte de los cerdos y a la devaluación de las canales por la artritis3-5.
Los signos clínicos en cerdos pueden ser agudos, subagudos y crónicos. La forma subaguda se caracteriza por lesiones en la piel con forma de diamante que progresan a una forma aguda ocasionando infección septicémica y muerte. La forma crónica sigue de la infección aguda, causando daño en las válvulas cardiacas (endocarditis) y articulaciones (artritis)5,6.
Erysipelothrix rhusiopathiae se aísla principalmente de tonsilas o de lesiones de endocarditis y artritis a partir de cuadros clínicos agudos o crónicos. La prevalencia de la infección en cerdos portadores oscila entre 3 y 98 %; sin embargo debido al aumento de las explotaciones cerradas para el ganado porcino, y la ausencia de contacto con terreno contaminado, la incidencia de la enfermedad ha disminuido notablemente5,7.
En México la presencia del microorganismo se desconoce, ya que actualmente no existen estudios epidemiológicos que determinen su incidencia en el país, debido principalmente a que se encuentra asociado a otros patógenos y su aislamiento es difícil. Es por esto que se deben realizar más estudios para determinar la prevalencia de la enfermedad y si puede estar afectando la economía mexicana.
En una granja de ciclo completo ubicada en la población de la Cofradía, Tlajomulco de Zúñiga, Jalisco, municipio que conforma parte de la zona conurbada de Guadalajara, se manifestaron problemas en el área de gestación con la aparición de abortos en cerdas con 50 a 65 días de gestación, en algunas de ellas con la aparición de orejas inflamadas; estos animales recibieron tratamiento a base de penicilina, mostrando recuperación; sin embargo las orejas no se recuperaron quedando arrugadas como de cartón corrugado (oreja de chicharrón o acartonada). En el área de destete se apreciaron lesiones en la punta y en la parte inferior de las orejas de ellas; otros lechones presentaban un andar doloroso e inflamación de las articulaciones del carpo. En el área de engorda se observaron animales con fiebre, anorexia, cianosis en las región ventral del cerdo, en dos casos se observaron manchas rojas en la piel simulando un rombo. La cantidad de animales enfermos clínicamente fueron alrededor de 8 %, sin embargo aproximadamente el 40 % de la granja presentaba al menos uno de los signos de la enfermedad.
De acuerdo a estos datos clínicos se sospechó de la presencia de E. rhusiopathiae, por lo que se realizó la necropsia de tres cerdos muertos del área de engorda, se inspeccionaron los pulmones no encontrando cambios significativos; en el corazón se encontraron las válvulas engrosadas, pareciendo una endocarditis vegetativa, esplenomegalia, inflamación de las articulaciones del carpo y metacarpo y el líquido sinovial de color ámbar (Figura 1). A partir de estos animales muertos por septicemia, de animales en el área de destete y de las cerdas del área de gestación, se tomaron y analizaron 28 muestras, de las cuales 3 fueron de líquido sinovial, 8 de sangre, 11 de corazón y 6 de amígdalas.
Las muestras de tejido se colocaron en frascos con medio de transporte de Stuart, en tanto que las muestras de sangre se obtuvieron en tubos con heparina para evitar su coagulación. Las muestras de órgano se maceraron y se sembraron en agar sangre, agar soya tripticaseína complementado con 3% de suero de caballo y medio de Packer modificado. Los medios de cultivo se incubaron a 37 °C durante 24 a 48 h. Las colonias con una morfología microscópica y colonial compatible a Erysipelothrix sp fueron resembradas en agar soya tripticaseína con 3% de suero de caballo y agar sangre para su posterior identificación fenotípica mediante el sistema API Coryne System4, de acuerdo a las instrucciones del fabricante, utilizando adicionalmente pruebas de movilidad, producción de ácido sulfhídrico y reacción negativa a la catalasa y oxidasa. El diagnóstico diferencial de realizó mediante la búsqueda de Mycoplasma hyorinis, Haemophylus parasuis, y artritis por estafilococos o estreptococos.
A partir de las muestras de líquido sinovial, amígdalas y corazón, se aislaron ocho cepas sospechosas de Erysipelothrix sp, de las cuales cinco fueron identificadas como E. rhusiopathiae y tres como E. tonsillarum de acuerdo a su perfil bioquímico. E. tonsillarum se aisló a partir de las muestras de amígdalas. No se logró el aislamiento de ningún microorganismo a partir de las muestras de sangre.
La bacteria que ocasiona el cuadro clínico de erisipela, en apariencia es una bacteria sin importancia en la clínica de porcinos, ya que por su patogenicidad pasa desapercibida en la mayoría de los casos; sin embargo es de importancia económica, ya que su efecto patológico causa retraso en el desarrollo de los cerdos, problemas reproductivos en sementales como orquitis, y ocasionando necrosis de los tejidos que conforman el testículo; en cerdas reproductoras causa lesiones y necrosis del ovario, además de ser una bacteria que afecta a la salud pública, ya que puede infectar a los trabajadores. Las pérdidas económicas son cuantiosas, ya que el retraso en la engorda del cerdo es de aproximadamente 28 días8,9.
En la granja porcina de La Cofradía las cerdas reproductoras son inmunizadas con la aplicación de la vacuna muerta combinada para la prevención de parvovirus porcino, leptospirosis y erisipela, aplicándose a las cerdas adultas 15 días después del parto; los reemplazos son vacunados al momento de integrarlos al plantel de producción, repitiéndose el esquema 15 días después.
Los datos clínicos característicos de infección por E. rhusiopathiae se observaron en los cerdos de destete y de engorda, lo que significa que la vacuna utilizada en la granja mantiene una corta protección; esto indica que existen animales portadores encargados de diseminar a la bacteria, ocasionando el retraso en el crecimiento e incluso la muerte de los animales con los cuadros clínicos que se mencionaron.
El diagnóstico de la enfermedad se realiza principalmente con el aislamiento en medios selectivos, y con la identificación del microorganismo mediante pruebas bioquímicas convencionales10. En este estudio se obtuvieron ocho aislamientos a partir de muestras de corazón, líquido sinovial y amígdalas, de los cuales cinco fueron identificados como E. rhusiopathiae utilizando el sistema APY Coryne System, siendo los tres aislamientos restantes identificados como E. tonsillarum.
En este estudio no se encontró la presencia de algún otro microorganismo causante de artritis o septicemia, por lo que los problemas de artritis, endocarditis, septicemia y abortos de la granja muestreada son debidos a E. rhusiopathiae.
El aislamiento y la identificación de E. rhusiopathiae se considera difícil, ya que es una bacteria que requiere medios de cultivo especiales suplementados con suero, sangre o antibióticos que impidan el crecimiento de biota acompañante; el crecimiento es lento, además de que se debe hacer diferenciación entre E. rhusiopathiae y E. tonsillarum, principalmente en muestras de amígdalas, por lo que existen pocos estudios en México en donde se realice su aislamiento e identificación3,10,11.
Los resultados de este trabajo demuestran la presencia de E. rhusiopathiae en una granja de la región conurbada de Guadalajara, encontrándose problemas de endocarditis, así como retrasos en el crecimiento y pérdidas económicas a pesar de que se utiliza una vacuna contra la erisipela. Esto podría estar indicando que las vacunas comerciales no están protegiendo de manera efectiva contra los serotipos prevalentes en la zona. Más estudios se requieren para analizar la presencia de E. rhusiopathiae en las granjas porcícolas de la entidad para determinar la prevalencia del microorganismo en la zona, y así definir la conveniencia de utilizar otro tipo de vacuna que logre una mejor protección.