Introducción
Es bien sabido que los trastornos alimentarios y de la ingestión de alimentos representan un problema de salud para toda la sociedad. Stice et al. (2021) refieren que, en países desarrollados como Estados Unidos, Australia e Italia el 13 % de las mujeres y el 6% de los hombres presentan algunos trastornos como anorexia, bulimia y otros. Un estudio reveló que cada 52 minutos muere una persona a causa de un trastorno alimentario (TA), lo que representa un total de 10,200 muertes por año. Lo anterior implica un costo de 64.7 mil millones de dólares y una pérdida adicional de 326 mil millones de dólares (Deloitte Access Economics, 2020), por tal motivo, los trastornos alimentarios se consideran una prioridad en salud pública y su prevención es una necesidad innegable (Stice et al., 2019).
Principales Aportaciones Meta-analíticas y Sistematizadas en Prevención de Trastornos Alimentarios (TA).
En la actualidad, existe evidencia suficiente de los efectos de los programas de prevención. En la Tabla 1 se muestran los principales hallazgos de revisiones sistematizadas y meta-análisis realizados en las últimas dos décadas, es decir, a partir del inicio del siglo actual. Se describen los principales efectos de diferentes enfoques de programas de prevención de TA, entre los que se destacan intervenciones multicomponentes, interactivos, psicoeducativos, disonancia cognitiva, alfabetización en medios, entre otros.
Autor | Características del estudio | Programa de Prevención de TA | Hallazgos relevantes |
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Levine y Piran (2001) | Cuasiexperimentales y experimentales en población con alto riesgo. | Componentes ambientales y ecológicos | Cambio actitudinal a corto plazo (53%), conducta positiva (20%), incremento del conocimiento. |
Fingeret (2002) | Experimentales en población joven. | Psicoeducación y técnicas interactivas | Mejora en la actitud positiva (71%), incremento de conductas positivas (51%) conocimientos de los TA (36%). |
Pratt y Woolfenden (2002) | Ensayos Controlados Aleatorios en niños adolescentes en general y en riesgo. | Enfoque de promoción y alfabetización mediática | Reducción en la internalización o aceptación de los ideales sociales relacionados con la apariencia. |
Stice y Shaw (2004) | Experimentales en población adolescente de ambos sexos | Prevención universal, selectiva, interactivos, didácticos, multisesión y sesión única | Incremento en conocimientos de sintomatología de TA, interiorización del ideal delgado, dieta restrictiva, insatisfacción corporal, afecto negativo y patología alimentaria. El 53% de las intervenciones reducen los factores de riesgo de los TA y el 25% disminuye sintomatología. |
Cororve (2004) | Experimentales | Prevención TA | Mayor incremento de conocimientos y menor efecto en la interiorización del ideal delgado, insatisfacción corporal y dieta. |
Taylor (2005) | Experimentales en jóvenes en distintos niveles escolares de ambos sexos | Prevención Selectiva Prevención Universal | Prevención selectiva redujo los factores de riesgo potenciales en mujeres adolescentes. Prevención universal fomentó la regulación de peso saludable y prácticas no dañinas. |
Stice et al. (2007) | Experimentales en jóvenes de ambos sexos | Programas selectivos vs universales Programas interactivos vs didácticos Programas multisesión vs sesión única Programas para mujeres vs ambos sexos Programas para mayores de 15 años vs jóvenes Programas dirigidos por profesionales vs proveedores | El 51 % de los programas redujeron los factores de riesgo de trastornos alimentarios y el 29 % disminuyó la patología alimentaria actual o futura. Los efectos más grandes ocurrieron para los programas que fueron selectivos, interactivos, multisesión, exclusivo para mujeres y dirigido por profesionales. |
López-Guimerá et al. (2011) | Experimentales en población infantil y adolescente. | Prevención universal | Efecto en las actitudes o los comportamientos a los 6 meses de seguimiento (19%). |
Schober et al. (2013) | Experimentales en población infantil y adolescente. | Prevención primaria | El 22% y 56% presentaron criterios de fidelidad en los programas de prevención. |
Prieto-Castaño et al. (2015) | Experimentales, cuasiexperimentlaes y estudios piloto en adolescentes (11-17 años) ambos sexos. | Temáticos, Educativos, Psicoeducativo interactivo, Disonancia, Ejercicios conductuales, Mindfulness | Mejoría en la imagen corporal y autoestima. |
Watson et al. (2016) | Ensayos Controlados Aleatorios en adolescentes, jóvenes de ambos sexos. | Prevención universal, prevención selectiva, prevención indicada. | Alfabetización mediática tuvo mayor soporte en prevención universal y mostró efectos sobre factores de riesgo de TA. La disonancia cognitiva, alfabetización mediática y la psicoeducación presentaron mejores resultados en prevención selectiva. |
Le et al. (2017) | Ensayos Controlados Aleatorios en población infantil, adolescente y joven. Prevención universal (11-14 años) y Prevención selectiva e indicada (16-20 años) | Prevención universal (alfabetización mediática, intervenciones multicomponentes) Prevención selectiva (disonancia cognitiva y terapia cognitiva conductual, intervención de peso saludable) Prevención indicada (intervenciones multicomponentes, psicoeducativas) | Efecto pequeño a moderado en la reducción de síntomas y factores de riesgo. La alfabetización mediática redujo la preocupación por la figura y el peso en ambos sexos. La disonancia cognitiva disminuyó síntomas de trastornos alimentarios. La terapia cognitiva conductual tuvo efecto en resultado de dieta. La intervención de peso saludable redujo los factores de riesgo de trastornos alimentarios y el IMC. |
Stice et al. (2019) | Ensayos Controlados Aleatorios en adolescentes y jóvenes de ambos sexos. | 1. Body Project 2. Peso saludable 3. Body Students 4. Programa preventivo para estudiantes deportistas. 5. Mindfulness | 1. Reducción de síntomas de trastorno alimentario y búsqueda ideal de delgadez. 2. Reducción de síntomas de trastorno alimentario, reducción de IMC y aparición futura de trastornos alimentarios. 3. Reducción de episodios de atracones, IMC y la aparición futura de trastornos alimentarios. 4. Reducción de aparición futura de trastornos alimentarios y síntomas asociados, hubo menos efecto en atletas masculinos. 5. El IMC redujo los síntomas de trastorno alimentario. |
Stice et al. (2021) | Ensayos Controlados Aleatorios en adolescentes y jóvenes (14.5 - 22.3 años). | Disonancia cognitiva. Autoestima/ autoeficacia Modificación del estilo de vida. Psicoeducación. Cognitivo-conductuales. Conductuales de aumento de peso. Interpersonales. Basados en la terapia familiar. | Solo las intervenciones basadas en la modificación del estilo de vida, disonancia cognitiva y autoestima/autoeficacia disminuyeron la aparición futura de trastornos alimentarios. |
Fuente: Elaboración propia
Si bien en la tabla anterior se observa que los resultados favorables se obtienen sobre los factores de riesgo que predicen la aparición de trastornos alimentarios o retrasan la aparición de los mismos, también se detectaron estudios que afirman que los programas de prevención de TA pueden tener efectos iatrogénicos al etiquetar a los individuos en riesgo o aplicar el mismo programa en todos los grupos etarios (Levine y Smolak, 2006; Soldado, 2006)
Modelos explicativos de TCA, Internacionales y Nacionales.
Otra de las áreas de interés es el avance en el conocimiento mediante el desarrollo de modelos explicativos (etiológicos, teóricos, conceptuales y empíricos, entre otros) que facilitan la comprensión y/o entendimiento de dichos trastornos. Entre los más destacados se encuentran el modelo multidimensional descrito por Gardner (1993) , el del camino doble propuesto por Stice (1994; 2001), el de las transiciones evolutivas (Levine et al., 1994), el modelo de inicio de dieta restringida propuesto por Huon y su equipo de colaboradores ( Huon & Strong, 1998; Huon et al., 1999; Huon et al., 2002ª), el modelo del continuo (Shisslak & Crago, 1987), el modelo transdiagnóstico (Fairburn et al., 2003) , el modelo de la representación atenuada como guía para prevención y tratamiento (Cook-Cottone, 2006), el modelo multinivel de emociones (Fox & Power, 2009), el modelo sociocultural en mujeres México-americanas (Warren et al., 2010), un modelo que incluye algoritmo de detección en línea (Wilfley et al., 2013), el modelo predictivo de regulación de la emoción en trastornos por atracón (Kenny et al., 2017), los modelos interpersonales de Raykos et al. (2017) , la revisión del modelo transdiagnóstico cognitivo conductual (Jones et al. 2020) y un modelo conceptual de pérdida de control sobre la alimentación (Mason, et al. 2020).
Aunado a lo anterior, en México también se han desarrollado algunos modelos específicos para el contexto cultural: el modelo de conductas alimentarias de riesgo (Unikel, 2003; Unikel et al., 2005), el modelo predictivo de dieta restringida (Saucedo-Molina & Gómez Pérez-Mitré, 2004), el modelo de las tres vertientes (Álvarez, 2006), la adaptación al modelo del camino doble y otro alterno al camino doble (Gómez-Peresmitré et al., 2008), un modelo para explicar el desarrollo de conductas alimentarias de riesgo basado en el camino doble (Figueroa-Rodríguez et al., 2010) y el modelo de predicción de la insatisfacción corporal y las conductas alimentarias anómalas (Amaya-Hernández et al., 2013; Amaya-Hernández et al., 2017).
La evidencia empírica que aportan los modelos antes citados muestra una diversidad de trayectorias y de interacciones entre los factores de riesgo, que conducen a la sintomatología alimentaria o a los trastornos alimentarios y de la ingestión de alimentos. La importancia de dichos modelos radica en que aportan conocimiento acerca de la génesis o mantenimiento de estos trastornos. En particular los modelos mexicanos coinciden en que se realizaron con muestras sin riesgo o subclínicas, y explican algún tipo de sintomatología alimentaria (conducta bulímica, dieta restringida, conductas alimentarias de riesgo o conductas alimentarias anómalas) antecedidas de variables asociadas con imagen corporal (figura ideal, insatisfacción con la figura o la imagen, malestar con la imagen corporal, influencia de la publicidad, creencias hacia la obesidad, entre otras).
Programas de Prevención de Trastornos Alimentarios en México
Referente a los programas de prevención de trastornos alimentarios, en México también se han desarrollado diferentes programas de prevención de anorexia y bulimia nerviosas, que permiten contrastar resultados entre dos o más tipos de programas, categorías y técnicas implementadas, principalmente en población adolescente y joven. En su mayoría tienen un sustento teórico tal como la teoría socia cognitiva, la teoría de disonancia cognoscitiva, la educación en medios y la psicoeducación. Los resultados muestran efectos positivos en los factores de riesgo asociados en el ámbito de la imagen corporal y de la conducta alimentaria. La tabla 2 describe algunos componentes de los programas documentados en este país.
Autor | Población blanco | Programa | Hallazgos relevantes |
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Pineda y Gómez- Peresmitré (2006) | Estudiantes de secundaria | Dos programas de prevención selectiva: 1) basado en la teoría de la disonancia cognoscitiva y 2) psicoeucaciòn. | La disonancia cognoscitiva produce mejores resultados en dieta restringida y elección de figura ideal en comparación con psicoeducación. |
Pineda et al. (2010) | Estudiantes de secundaria | Dos programas de prevención selectiva: 1) disonancia cognitiva y 2) psicoeducación | Ambas técnicas reducen significativamente la insatisfacción con la imagen corporal. Un análisis de significancia clínica mostró que el total de las participantes del programa con disonancia cognitiva se ubicaron en un nivel sin riesgo. |
Rodríguez y Gómez- Peresmitré (2007) | Estudiantes de secundaria (mujeres) | Dos programas de prevención primaria: 1) formación de audiencias críticas y 2) psicoeducativo. | Audiencias críticas mostró resultados significativos, a largo plazo, en la preocupación por el peso y la comida y conducta alimentaria compulsiva. La psicoeducación resultados a corto plazo en elección de figura ideal e insatisfacción con la imagen corporal. |
Escoto et al. (2008) | Estudiantes de primaria (ambos sexos) | Dos Programas de Prevención Universales (didáctico vs interactivo) | El programa interactivo tuvo resultados en la insatisfacción corporal para ambos sexos y sobrealimentación y autoestima para el grupo de niños a los 6 meses. |
Escoto et al. (2010) . | Estudiantes de bachillerato | Programa de Prevención basada en la Teoría Cognitivo Social | Reducción en la insatisfacción corporal y la evitación de actividades sociales en el grupo experimental. |
León (2010) | Estudiantes de secundaria (mujeres) | Dos programas de prevención selectiva: 1) entrenamiento en habilidades sociales y 2) psicoeducación. | Habilidades sociales mostró efectos a corto plazo, en figura ideal e insatisfacción con la imagen corporal en comparación con el grupo de psicoeducación. El grupo de habilidades también mostró mejores resultados en el nivel de riesgo de los pacientes (figura ideal, insatisfacción con la imagen corporal y seguimiento de dieta restringida) |
Saucedo-Molina et al. (2018) | Estudiantes de secundaria | Programa de Prevención de Conductas Alimentarias No Saludables y Sedentarismo (PECANSS) | A los 6 meses mostraron que entre las mujeres disminuyó significativamente la puntuación media de las conductas alimentarias de riesgo. |
Unikel-Santoncini et al. (2019) | Estudiantes universitarios | Programa Body Project basado en la Teoría de Disonancia Cognoscitiva. | Disminución significativa en conductas alimentarias de riesgo incluso a un año de seguimiento. |
Castillo et al. (2019) . | Estudiantes universitarios | Programa de prevención de obesidad y trastornos alimentarios (OBEyTA) | Efectos positivos en la interacción tiempo por grupo en las variables internalización del ideal de mujer y conductas/actitudes alimentarias desordenadas a un plazo de 3 meses en el grupo de mujeres. |
Cueto-López et al. (2022) | Estudiantes de secundaria (mujeres). | Programa basado en psicoeducación y alfabetización de los medios. | En las mediciones pre y postest, el grupo experimental presentó disminución en las conductas alimentarias de riesgo, influencia del modelo estético de delgadez, insatisfacción corporal y ansiedad, así como incremento en el conocimiento de nutrición en comparación con el grupo control. |
Fuente: Elaboración propia
Modelo Teórico-Práctico de Prevención de TCA basado en el nivel de riesgo
El antecedente del modelo teórico-práctico de prevención de anorexia y bulimia se encuentra en el trabajo de León (2010) , quien hace la propuesta teórica del modelo como conclusión de su trabajo de tesis doctoral. Dicho modelo ha servido de sustento en diferentes estrategias de prevención de trastornos alimentarios y ha obtenido evidencia durante poco más de una década. Por lo anterior el objetivo del presente trabajo fue proponer un nuevo modelo de prevención de anorexia y bulimia basado en el nivel de riesgo, y sustentarlo mediante aportaciones empíricas derivadas de los distintos programas de prevención que lo han utilizado como una guía para su implementación (ver figura 1). Es importante mencionar que el modelo está sustentado en los siguientes elementos:
1. La teoría del continuo aplicada a los trastornos alimentarios (Gleaves et al., 2004; Peck & Lightsey, 2008; Perosa & Perosa, 2004; Sacarano & Kalonder-Martin, 1994), en la que se sitúan los principales síntomas o factores de riesgo a lo largo de un continuo de salud-enfermedad, ubicándose progresivamente de acuerdo a su grado de severidad; la alimentación “normal” se ubica en el extremo saludable y en el otro extremo los trastornos alimentarios y de la ingestión de alimentos (enfermedad). Por ende, en los puntos intermedios de este continuo se ubican los síntomas como los problemas con la imagen corporal, la dieta restringida y la conducta de atracón, entre otras.
2. La evidencia y recomendaciones referentes a los niveles de riesgo, edad y los instrumentos de medición recomendados por diferentes autores (Stice et al., 2004; 2021; López-Guimerá et al., 2011). Así como las categorías de prevención (universal, selectiva e indicada) propuestas por Mrazek y Haggerty (1994) para el área de salud mental y su aplicación en los trastornos alimentarios (Levine 2017; Stice et al; 2007; 2019; 2021).
Es importante destacar que el requisito principal para aplicar el modelo requiere de pruebas de tamizaje confiables para detectar el riesgo asociado a: 1) imagen corporal y 2) conductas alimentarias de riesgo, que son factores de riesgo genéricos en anorexia y bulimia nerviosas. Estas pruebas también son útiles para documentar la eficacia de los programas de prevención. Una vez identificado el riesgo entre los participantes mediante las pruebas de tamizaje, se procede a seleccionar en qué momento del continuo se ubica la población para implementar una estrategia adecuada. Es importante destacar que en los primeros tres años de educación primaria (entre 6 y 9 años) es difícil encontrar a estudiantes con riesgo, por tanto, se sugiere utilizar instrumentos muy cortos que no induzcan el desarrollo de conductas nocivas, incluso en ocasiones es recomendable utilizar estrategias de prevención proactiva que implican intervenciones orientadas a la población con el propósito de eliminar agentes causales (Austin, 2000).
Primer Momento del Modelo:
Prevención Universal
En el primer momento cuyo objetivo es hacer frente a la presión social que promueve la delgadez, se sugiere la prevención universal a partir de escolaridad primaria: es necesario promover factores de protección o resiliencia documentados en diferentes estudios: hábitos alimentarios saludables, actividad física, autoestima positiva, satisfacción con la vida, imagen corporal positiva, relaciones familiares funcionales, apoyo social, educación en medios, funcionalidad corporal y empoderamiento social, que tienden a mitigar el efecto de la exposición al riesgo (Góngora, 2014; Stice & Shaw, 2004
Segundo Momento del Modelo:
Prevención Selectiva
En el segundo momento el objetivo es eliminar el riesgo asociado con imagen corporal mediante prevención selectiva dirigida a escolares a partir de nivel secundaria, se sugiere implementar técnicas o estrategias que disminuyan la insatisfacción, alteración, internalización del ideal delgado, aceptación y promoción de la diversidad corporal, autoestima, valía personal no centrada en el físico y promoción de peso saludable.
Tercer Momento del Modelo:
Prevención Indicada
En el tercer momento el objetivo es eliminar o disminuir el riesgo asociado a la presencia de conductas alimentarias anormales mediante prevención indicada, y está dirigido a estudiantes a partir del nivel escolar primario o medio superior. Es necesario incluir, además de los temas asociados a las causas de dieta restringida y atracón, temas referentes al efecto nocivo de estas conductas y las habilidades necesarias para disminuirlas o eliminarlas (estrategias reactivas).
Es importante destacar que debido a que el riesgo es acumulativo, se recomienda que a una persona que presenta conductas alimentarias anormales se le aplique con antelación la prevención universal, selectiva y finalmente la indicada. En el caso de presentar riesgo por imagen corporal se aplica la prevención universal y selectiva exclusivamente. En el caso de no presentar riesgo la prevención universal es suficiente.
Finalmente, en el cuarto momento, ante la presencia de un trastorno subclínico o el inicio de anorexia o bulimia, la mejor opción es canalizar a un tratamiento especializado. Cabe destacar que el contenido y formato de los programas es inherente al nivel de riesgo. Además, en el presente manuscrito no se da preferencia al sustento teórico de las estrategias de prevención, sin embargo, algunos programas basados en disonancia cognitiva como el “Proyecto cuerpo” y el programa “Peso saludable” han demostrado evidencia contundente de su efectividad (Stice, Yokum, & Waters, 2015, Stice, et al. 2019)
Aportes empíricos al modelo de prevención de anorexia y bulimia basado en el nivel de riesgo
Los aportes empíricos al modelo de prevención de anorexia y bulimia se sustentan en los resultados de los programas de prevención que utilizaron este modelo como referente para su diseño y/o implementación. Los resultados de estos programas, así como la categoría de prevención, se describen a continuación en el orden que fueron surgiendo:
Gómez-Peresmitré et al. (2010) implementaron un programa de prevención con técnicas interactivas y psicoeducativas que incluyeron las tres categorías de prevención: universal, selectiva e indicada, basadas en el nivel de riesgo de mujeres estudiantes de secundaria. Los resultados muestran efectos positivos en conducta alimentaria compulsiva en prevención universal y deseo de una silueta delgada en prevención selectiva e indicada. Además un análisis de significancia clínica mostró disminución en el porcentaje de las participantes en riesgo, a corto plazo, en prácticamente el total de las variables de estudio (deseo de una silueta delgada, insatisfacción con imagen corporal, preocupación por el peso y la comida, dieta restringida y atracón) en los tres distintos niveles de prevención (universal, selectiva e indicada), con excepción del incremento en el porcentaje de la variable deseo de una silueta delgada en prevención universal, y preocupación por el peso y la comida en prevención selectiva e indicada.
En una segunda aplicación de este programa con una muestra similar, se documentó que fue la prevención selectiva la que obtuvo los mejores efectos en comparación con las estrategias universal e indicada; los cambios significativos se detectaron en deseo siluetas delgadas e insatisfacción con imagen corporal (León et al., 2012).
Gómez-Peresmitré et al. (2013) realizaron una comparación de dos programas de prevención selectiva con diferentes formatos (psicoeducativo vs realidad virtual), las participantes fueron mujeres estudiantes que eligieron siluetas extremadamente delgadas como ideal y fueron asignadas al azar a los programas. Los resultados no mostraron diferencias en el análisis tiempo por condición, sin embargo, ambos programas evaluados de forma independiente presentaron resultados significativos en las variables asociadas con la imagen corporal (figura actual, figura ideal e insatisfacción con la imagen corporal) y con conductas alimentarias de riesgo (conducta alimentaria compulsiva, preocupación por el peso y la comida, dieta restricta y conducta alimentaria de compensación psicológica). El análisis de significancia clínica también mostró resultados alentadores, se observa una reducción de participantes en riesgo en porcentajes que van del 37% al 64% en los dos programas.
Posteriormente León et al. (2014) implementaron otro programa de prevención universal que se sustentó en el modelo de prevención de anorexia y bulimia basado en el nivel de riesgo, los contenidos se basaron en alfabetización en medios y también estuvo dirigido a mujeres estudiantes de educación secundaria. Los resultados muestran que el 24% de las adolescentes se encontraba en riesgo por la influencia de los modelos estéticos corporales y un 11% en riesgo de Anorexia con base en el EAT-40 en su versión adaptada en México (Álvarez et al., 2002). Estos indicadores disminuyeron a 20% y 5% respectivamente como resultado del programa. También se detectaron diferencias en población sin riesgo y con riego. En la población con riesgo los efectos observados son sumamente alentadores: cambios positivos y estadísticamente significativos en las 4 dimensiones y en el puntaje total del Cuestionario de Influencia del Modelos Estéticos Corporales adaptado en México (Vázquez et al., 2000). Así también se observaron efectos positivos en 6 de 7 factores y en el puntaje total del EAT-40.
En la población que no presenta riesgo, se observó un incremento en algunos indicadores como: evitación de alimentos que engordan, patrones y estilos alimentarios estereotipados, influencia de la publicidad, de los modelos estéticos corporales y en el puntaje total del CIMEC. Este resultado no esperado confirma la utilidad del modelo para implementar las estrategias diferenciado el nivel de riesgo, ya que, de no considerarse, los resultados pueden ser contraproducentes.
Gómez-Peresmitré et al. (2019) publicaron los resultados de un programa para incrementar la Auto-eficacia para el control de peso en niños de primaria de la Ciudad de México, dicho programa se implementó apegándose al modelo de prevención basado en riesgo de TCA, por tanto, fue prevención universal dirigida al total de la muestra. A largo plazo (16 meses) se detectaron efectos positivos en autoeficacia para: disminuir el consumo de alimentos con bajo aporte nutricional, eliminar alimentación emocional, incrementar alimentación saludable y actividad física.
Discusión
En primera instancia se discuten los resultados derivados de los programas de prevención de TCA que fueron desarrollados e implementados apegándose el modelo de prevención aquí expuesto:
En relación con los programas de prevención universal, Gómez-Peresmitré et al. (2010) reportaron disminución de conducta alimentaria compulsiva, así como un incremento de internalización del ideal de delgadez. Por su parte, León et al. (2014) identificaron que los efectos de un programa con estrategias de educación en medios son muy alentadores en actitudes alimentarias e influencia del modelo estético corporal en población con riesgo. Sin embargo, en población sin riesgo se pueden incrementar algunos factores como influencia de la publicidad y de modelos estéticos corporales, evitación de alimentos que engordan, patrones y estilos alimentarios estereotipados. Aunado a lo anterior, el programa de prevención universal de obesidad de Gómez-Peresmitré et al. (2019), mostró efectos positivos en diferentes dimensiones de autoeficacia para el control de peso.
Respecto a los programas de prevención selectiva, se recomienda su aplicación a partir de escolaridad primaria y a población en riesgo por problemáticas asociadas a imagen corporal, fueron los que presentaron los mejores resultados. Como era de esperarse, estos resultados se presentan en variables asociadas a imagen corporal como internalización del ideal delgado e insatisfacción con la imagen corporal. Así también, estos programas mostraron disminución en conducta alimentaria compulsiva, preocupación por el peso y la comida, seguimiento de dieta restringida y conducta alimentaria por compensación psicológica (León, 2010; Gómez-Peresmitré et al., 2010; León et al., 2012; Gómez-Péresmitré et al., 2013). Con referencia a la prevención indicada solo el estudio de Gómez-Péresmitré et al. (2010) detectó mejoras en internalización del ideal delgado.
Así también, los programas de prevención que no tienen como referencia el modelo de prevención de anorexia y bulimia basado en el nivel de riesgo, permiten dilucidar algunos aspectos: con referencia a prevención universal aplicada a población sin riesgo de estudiantes universitarios o bachilleres, se detectaron resultados positivos en internalización del ideal de delgadez, insatisfacción con la imagen corporal y conductas o actitudes alimentarias de riesgo (Castillo et al., 2019; Saucedo et al., 2018; Unikel et al., 2019). En esta misma categoría de prevención dirigida a estudiantes de primaria, el estudio de Escoto et al. (2008) reportó disminución de insatisfacción con la imagen corporal.
Finalmente, en relación con los programas de prevención selectiva dirigida a grupos de riesgo de escolaridad bachillerato y secundaria de México, se reportaron resultados positivos en internalización del ideal delgado, insatisfacción con la imagen corporal, dieta restrictiva, conducta alimentaria compulsiva y actividades sociales (Pineda et al., 2006, 2010; Rodríguez & Gómez-Peresmitré, 2007; Escoto, 2010).
Cabe destacar que las revisiones sistemáticas o meta-análisis a nivel internacional sustentan la evidencia a favor de que la prevención selectiva con la técnica de disonancia cognitiva muestra los mejores resultados en población con riesgo de desarrollar una TCA en comparación prevención universal e indicada (Stice et al., 2004; 2019; Taylor, 2005; Watson et al., 2016; Le et al., 2017), dato que concuerda con los resultados del presente trabajo.
Algunos autores señalan que, en prevención universal, la estrategia de alfabetización en medios es la que presenta los mejores resultados (Watson et al., 2016; Le et al., 2017), sin embargo, el trabajo realizado por León et al. (2014) , sobre el efecto de esta estrategia en población sin riesgo, sugiere hacer un análisis detallado sobre el efecto de estos programas, ya que se pudieran detectar efectos negativos. Finalmente, no se detectó evidencia a favor de los programas de prevención indicada.
Conclusiones
El modelo teórico-práctico de prevención de TCA basado en el nivel de riesgo representa una herramienta útil para implementar los programas de prevención. Una vez identificado el nivel de riesgo de la población blanco se puede elegir la categoría adecuada (universal, selectiva e indicada) con el propósito de eliminar o disminuir los factores de riesgo o sintomatología asociada a los Trastornos de la Conducta Alimentaria. Así también, se puede disminuir el efecto iatrogénico asociado a los programas de prevención ya que se identifican las variables objetivo de acuerdo con el momento de riesgo antes detectado.
Con base en las aportaciones empíricas se confirma que es la prevención selectiva la que presenta los mejores resultados, tanto en factores de riesgo asociados con imagen corporal como en conductas alimentarias de riesgo. Con respecto a la prevención universal se sugiere implementarla con precaución, poniendo especial interés en no transmitir ideas asociadas a la sobrevaloración de la delgadez. En el tercer momento que se refiere a prevención indicada, se concluye que no se cuenta con evidencia suficiente para realizar afirmaciones y por tanto se sugiere continuar investigando programas de esta categoría.