Actualmente la humanidad enfrenta una crisis socioecológica que se refleja en una inadecuada distribución de alimentos, degradación del suelo, desertificación, contaminación del agua, pérdida de la biodiversidad, reducción de la cobertura vegetal, incremento del uso de agroquímicos en la agricultura, entre otros (Jose 2009, Altieri & Toledo 2011, Dauvergne 2018). Ante este escenario, es necesario desarrollar estrategias y prácticas sostenibles que satisfagan las necesidades humanas sin comprometer la salud de los ecosistemas (Godfray et al. 2010). De ahí que, el diseño de estrategias efectivas para la conservación de la biodiversidad y los medios de vida de las personas sea un imperativo. Una de estas estrategias consiste en la implementación de sistemas agroforestales para la satisfacción de múltiples necesidades, los cuales pueden mejorar las relaciones de los seres humanos con la naturaleza (Boege 2008, Jose 2009, Casas et al. 2014).
Los sistemas agroforestales (SAF) son formas de manejo de la tierra que integran componentes forestales, agrícolas y culturales e interactúan en la obtención de beneficios ecológicos, socioculturales y económicos para las personas que los promueven (Moreno-Calles et al. 2013). Pueden clasificarse en tradicionales y “modernos” (Toledo & Barrera 2008), estos últimos desarrollados a partir del establecimiento de la Agroforestería como respuesta a la agricultura industrial. Por su parte, los Sistemas Agroforestales Tradicionales (SAFT) incluyen a todos aquellos provenientes de una larga historia de manejo de la tierra, desarrollados hace cientos, e incluso miles de años (Krishnamurthy & Ávila 1999). Estos incluyen tanto aquellos de tradción prehispánica, así como a los desarrollados durante la época colonial. Un SAF es considerado tradicional si su diseño, establecimiento, desarrollo y manejo es dirigido por los conocimientos, técnicas, valores e ideosincracia de los pueblos que lo conciben (Uribe et al. 2022). Por lo que, un SAFT usa tecnologías básicas, requiere de pocos insumos, demanda bajas cantidades de energía externa, la producción está fuertemente asociada a las condiciones locales y se destina preferentemente al autoabasto y al comercio local (Atangana et al. 2014). Además, un SAFT puede incorporar innovaciones en los elementos y las técnicas, sin que por ello deje de ser considerado tradicional, a condición de no perder sus rasgos fundamentales (Nair 1991, Atangana et al. 2014, Uribe et al. 2022).
De ahí que, los SAFT sean considerados importantes reservorios bioculturales, debido a la gran diversidad de especies que albergan, tanto silvestres como domesticadas, y constituyen un patrimonio cultural sobre la gestión de los recursos naturales (Moreno-Calles et al. 2013). Estos conocimientos se reflejan en diversas estrategias y prácticas agroforestales, que les confieren una alta capacidad de resiliencia y adaptación (Toledo & Barrera 2008, Altieri & Nicholls 2000). Por lo que, los SAFT pueden ayudar en el combate a la pobreza, así como a mitigar las crisis alimentarias, económicas y climáticas (Toledo 2005, Jose 2009, Rendón-Sandoval et al. 2020).
En los SAFT se llevan a cabo estrategias de manejo, tanto de los componentes agrícolas como forestales. Se recolectan partes útiles, se toleran, promueven y protegen individuos de la vegetación circundante, los cuales aportan diversos beneficios, ya sea de provisión, así como ecológicos y culturales (Rendón-Sandoval et al. 2020). También, se propagan individuos de forma vegetativa o por medio de semilla. Estas estrategias tienen la finalidad de garantizar la disponibilidad de recursos y mantener la diversidad de las parcelas agroforestales.
También, se llevan a cabo diversas prácticas agroforestales con el fin de enriquecer los SAFT, tanto en sus elementos como en su función (Altieri & Nicholls 2000). Ejemplo de esto, es la construcción de terrazas de material vegetal o pétreo, formación de barreras rompevientos, establecimiento de cercos vivos, construcción de franjas contra la erosión, nivelación de terrenos, reciclaje de nutrientes, aplicación de abonos orgánicos, rotación de cultivos, control biológico de plagas, construcción de canales para la conducción del agua, entre otras (Toledo & Barrera 2008, Atangana et al. 2014). Estas prácticas están relacionadas con diversos beneficios ecológicos (mitigación del cambio climático, conservación de la biodiversidad, mejora en la calidad del agua, aire y suelos) y sociales (arraiga a las personas al campo, incrementa la seguridad alimentaria, genera ingresos por la venta de excedentes) (Schroth & Sinclair 2003, Alonso 2011, Atangana et al. 2014, Chander & Prasad 2017).
A nivel mundial, los SAF tradicionales del trópico húmedo han sido mayormente estudiados (Moreno-Calles et al. 2013, 2016), quizás por la asociación con la diversidad biológica que albergan los bosques tropicales. Sin embargo, otros ecosistemas y tipos de vegetación menos visibles, también contribuyen a la conservación, este es el caso de los bosques secos. Particularmente en México los SAFT del Bosque Tropical Caducifolio (BTC) han sido poco estudiados, tanto en sus componentes como en los beneficios que proveen (Ceccon 2016, 2020, Aguirre-Salcedo & Ceccon 2020, Silva Galicia et al. 2020, Rendón-Sandoval et al. 2020). En este tipo de vegetación podemos encontrar agrobosques de maguey (Agave spp.) y piña (Ananas comosus (L.) Merr.), sistemas de descanso largo (roza, tumba y quema), distintos arreglos y diseños de milpas, terrazas, tlacololes (cultivo de ladera), huertos y sistemas agrosilvopastoriles, los cuales mantienen entre el 70 y el 95 % de los elementos de la vegetación natural circundante (Rosales et al. 2014, Burgos-Herrera et al. 2016, Torres-García et al. 2019, Cruz-León & Cruz-Aguilar 2020, Rendón-Sandoval et al. 2020, Tegoma-Coloreano et al. 2023).
El estudio de los SAF tradicionales del BTC es relevante, debido a que este tipo de vegetación representa entre el 8 y 14 % de la superficie del territorio nacional (Rzedowski 2006), y es considerado un ecosistema frágil, debido a las grandes presiones y modificaciones antrópicas (Sánchez-Azofeifa et al. 2005). A pesar de esta situación, mantiene un alto porcentaje de endemismos, el cual puede ser del 60 % de las especies de plantas (Trejo & Dirzo 2000, DRYFLOR et al. 2016, Montes-Londoño 2017), por lo que su conservación debe ser considerada una prioridad (Olson et al. 2001, Miles et al. 2006).
Algunas investigaciones estiman que los SAFT del BTC pueden conservar entre 38 y 88 % de la diversidad vegetal de los bosques circundantes (Moreno-Calles et al. 2010, 2012, Vallejo et al. 2015, Campos-Salas et al. 2016). De ahí que, los SAFT del BTC pueden formar parte de las estrategias de conservación de flora y fauna, debido a que son complejos en su estructura y composición y porque mantienen especies clave para la integridad de este ecosistema (Torres-García et al. 2019, Cruz-León & Cruz-Aguilar 2020, Rendón-Sandoval et al. 2020, Tegoma-Coloreano et al. 2023).
Un área de BTC con gran importancia biocultural en México, es la Reserva de Biosfera Sierra de Huautla (REBIOSH), ubicada al sur del estado de Morelos. Es una de las regiones mejor conservadas de bosque seco del país (Cruz-León & Cruz-Aguilar 2020), ya que en ella se distribuyen 916 especies de plantas (31.8 % de las especies registradas en Morelos), de las cuales al menos 640 tienen diferentes usos (Maldonado 1997, CONANP 2005, Cerros-Tlatilpa et al. 2020). Además, muchas especies útiles son manejadas por las 31 comunidades campesinas y ganaderas asentadas dentro de la REBIOSH, y forman parte de los elementos forestales o agrícolas de los SAFT de la región. Estos sistemas constituyen el eje mediante el cual se articula la economía regional, ya que proporcionan alimentos, forrajes, combustibles, materiales para construcción, así como áreas para la cría de ganado (CONANP 2005). La mayor parte de las actividades de aprovechamiento en los SAFT de la REBIOSH son para el autoabasto. Sin embargo, un importante número de especies también se manejan con fines comerciales, lo cual realza el valor para las comuidades que los mantienen (Blancas et al. 2023).
Aunque a la fecha existen algunos estudios puntuales sobre los SAFT en la REBIOSH (Cortez-Egremy 2016, Yescas-Albarran et al. 2016, Cruz-León & Cruz-Aguilar 2020, Valle-Marquina 2020), éstos se concentran mayormente en los sistemas silvopastoriles con enfoques centrados en la producción. Por lo que, dada la gran diversidad biocultural de la región, es deseable contar con un inventario de los SAFT, que documente la diversidad de prácticas y conocimientos involucrados en su diseño, mantenimiento y conservación. Esto posibilitará estimar el número de especies que albergan, su contribución a la conservación de los bosques aledaños, así como los beneficios que proveen a las comunidades.
Por lo anterior, este estudio intenta responder a las siguientes preguntas: 1) ¿cuáles son los SAFT en la REBIOSH?; 2) ¿qué elementos agrícolas y forestales son característicos de cada uno de ellos?; 3) ¿qué beneficios socioecológicos proveen a las comunidades?; y 4) ¿cómo contribuyen a la conservación del BTC en la REBIOSH?
Materiales y métodos
Área de estudio. La REBIOSH se localiza al sur del estado de Morelos, tiene una extensión de 59,030 ha y abarca seis municipios del estado (Amacuzac, Ayala, Jojutla, Puente de Ixtla, Tepalcingo y Tlaquiltenango) (CONANP 2005, Figura 1). Posee una topografía montañosa, con elevaciones que van desde los 700 hasta los 2,400 m snm (Blancas et al. 2023). La región se caracteriza mayormente por tener un clima cálido subhúmedo, una marcada estacionalidad climática, periodos de sequía de cinco a siete meses (octubre a mayo), un promedio de 906 mm de lluvia al año (junio a septiembre), y una temperatura media anual de 22.5 ºC (CONANP 2005). La vegetación dominate es el Bosque Tropical Caducifolio, el cual se caracteriza por un estrato arbóreo de 5 a 10 m de altura. Algunas de las especies dominantes son Amphipterygium adstringens (Schltdl.) Standl., Bursera aptera Ramírez, Bursera longipes (Rose) Standl., Bursera morelensis Ramírez, Conzattia multiflora (B.L. Rob.) Standl., Ceiba aesculifolia subsp. parvifolia (Rose) P.E. Gibbs & Semir, Ipomoea murucoides Roem. & Schult., Lysiloma acapulcense (Kunth) Benth., y Lysiloma divaricatum (Jacq.) J.F. Macbr. Cuenta con algunas porciones de selva mediana y manchones de bosque de encino en donde las especies dominantes son Astianthus viminalis (Kunth) Baill., Bursera grandifolia (Schltdl.) Engl., Enterolobium cyclocarpum (Jacq.) Griseb., Euphorbia tanquahuete Sessé & Moc., Ficus petiolaris Kunth, Guazuma ulmifolia Lam., Salix humboldtiana Willd., y Sapindus saponaria L. (Maldonado 1997). Los tipos de suelo dominantes en el área son los feozem háplicos, regosoles éutricos y litosoles, los cuales presentan limitantes para las labores agrícolas (CONANP 2005).
Un total de 23,930 habitantes se distribuyen en las 31 comunidades y 27 ejidos inmersos en la REBIOSH (CONANP 2005, INEGI 2021). Estos últimos, desde su fundación en los años treinta del siglo XX, acogieron a campesinos sin tierra provenientes de los estados de Guerrero, Puebla, Estado de México, y de otras regiones de Morelos (Blancas et al. 2023). Todas las comunidades están catalogadas con altos niveles de marginación debido a las limitaciones de acceso a los servicios públicos básicos como salud, educación, agua potable, drenaje y caminos (INEGI 2021).
Las principales actividades económicas de los habitantes de la región incluyen la agricultura de temporal, principalmente cultivo de la milpa (maíz, frijol, chile y calabaza; Zea mays L., Phaseolus vulgaris L., Capsicum annuum L., Cucurbita pepo L., respectivamente); cultivos comerciales como sorgo (Sorghum bicolor (L.) Moench), caña de azúcar (Saccharum officinarum L.), flor de jamaica (Hibiscus sabdariffa L.), ajonjolí (Sesamum indicum L.), y pitayas (Stenocereus stellatus (Pfeiff.) Riccob.); la ganadería de bovinos y caprinos, así como la recolección y venta de productos forestales no maderables como leña, plantas medicinales y resina de copal (Bursera bipinnata (DC.) Engl. y Bursera copallifera (DC.) Bullock) (Maldonado 1997, Trujillo & López-Medellín 2018).
Consulta y selección de la información. Se hizo una revisión en bases de datos acerca de los SAFT de la REBIOSH. La búsqueda incluyó las bibliotecas digitales de las siguientes instituciones: Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), Universidad Autónoma Chapingo (UACh), Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro), Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM) y Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Además, se complementó la búsqueda con la revisión de registros en Google Académico. Los términos en español e inglés, fueron: “Sistemas Agroforestales”, “Agroforestería”, “REBIOSH”, “Milpas”, “Terrazas”, “Huertos familiares”, “Patios”, “Tlacolol”, “Descanso largo”, “Agrosilvopastoril”y “Potreros”. La búsqueda y revisión incluyó tesis, artículos científicos, libros, capítulos de libro y memorias de congresos. Se consideró únicamente los documentos que abarcaran el polígono de la REBIOSH. En total fueron seleccionadas 29 fuentes de información, en una ventana temporal de 26 años, de 1997 al 2023 (Tabla S1). Siempre que fue posible, se registrarón a las especies presentes, prácticas agroforestales, beneficios, componentes agrícolas y forestales, así como sus usos.
Recorridos etnobotánicos en parcelas agroforestales. A fin de validar la información recabada en las fuentes documentales, se llevaron a cabo un total de 15 recorridos etnobotánicos (Aguilar 1994, de Medeiros et al. 2014), en los cuales se contó con la participación de colaboradores locales de ocho ejidos y comunidades (Tabla 1, Material suplementario) cuyos territorios están inmersos parcial o totalmente en la REBIOSH. Se registraron los componentes vegetales de las parcelas agroforestales, usos, beneficios, arreglo espacial, manejo y prácticas agroforestales. Estas últimas fueron clasificadas de acuerdo al sistema propuesto por Moreno-Calles et al. (2012) para regiones semiáridas. También se hizo un registro fotográfico de las plantas presentes, a fin de corroborar la identidad taxonómica con ayuda de los colaboradores locales y del personal adscrito al Herbario de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (HUMO).
Comunidad | SAFT | Principales actividades económicas |
---|---|---|
Ajuchitlán | Milpas, Potreros | Agricultura de autoabasto, ganadería extensiva |
Chimalacatlán | Huertos, Milpas, Potreros, SAF de Burseras (linaloe) | Agricultura de autoabasto y comercial, ganadería, venta de esencia de Linaloe, recolección de leña |
El Limón de Cuauhchichinola | Milpas, Huertos, Potreros | Agricultura de autoabasto y comercial, ganadería, recolección de leña |
El Zapote | Huertos, Milpas | Agricultura de autoabasto y comercial, recolección y venta de leña |
La Tigra | Huertos, Milpas | Agricultura de autoabasto y comercial, ganadería, recolección de productos forestales no maderables |
Los Sauces | Huertos, Milpas, Potreros, Pitayeras, SAF de Burseras (copal) | Agricultura de autoabasto y comercial, ganadería, recolección de leña, extracción y venta de resina de copal |
Pitzotlán | Milpas, Pitayeras | Agricultura de autoabasto y comercial |
Quilamula | Huertos, Milpas | Agricultura de autoabasto y comercial, ganadería |
Tilzapotla | Huertos | Comercio local y ganadería |
Xochipala | Huertos, Milpas, Potreros, Tlacololes | Agricultura de autoabasto y comercial, ganadería |
Entrevistas semiestructuradas a informantes clave. Se realizaron un total de ocho entrevistas semiestructuradas (Martin 1995) a las autoridades de las comunidades en que se llevó a cabo la investigación (Tabla 1). Estas entrevistas sirvieron para ahondar en la dinámica de manejo de los sistemas agroforestales, motivaciones para desarrollarlos, así como el grado de incidencia de las instituciones públicas y otros actores en la implementación de los SAF tradicionales de la región.
Caracterización de los sistemas agroforestales tradicionales. Con la información obtenida en los recorridos etnobotánicos, entrevistas semiestructuradas y en las fuentes documentales, y dado que se carecía de información sobre abundancia, densidad y frecuencia de los elementos vegetales, se construyó una base de datos de presencia-ausencia de las distintas especies que conforman los SAFT. Se llevó a cabo un análisis de conglomerados para conocer los patrones de similitud entre sistemas, así como un análisis de coordenadas principales (ACoP) para caracterizar de forma general los SAFT de acuerdo al patrón de ordenamiento que presentan los distintos componentes vegetales, tanto por los elementos que lo conforman, así como por la vocación de uso y beneficios obtenidos de cada uno de éstos. Para el análisis de conglomerados se utilizó una matriz de similitud, la cual fue calculada mediante el coeficiente de Jaccard. A su vez el método de aglomeración se realizó mediante la técnica del ligamiento promedio no ponderado (UPGMA por sus siglas en inglés). El ACoP se realizó a partir de una matriz de similitud, calculada mediante el coeficiente de Jaccard y posteriormente se transformó la matriz resultante mediante la técnica de doble centrado. Ambos análisis se realizaron en el programa NTSyS versión 2.2 (Rohlf 2000).
Resultados
Tipos de Sistemas Agroforestales Tradicionales de la REBIOSH. Se identificaron seis diferentes SAF tradicionales y se mencionan en orden de importancia, de acuerdo al número de especies que manejan: Huertos familiares (localmente denominados Patios), Milpas, Sistemas Agrosilvopastoriles (localmente llamados Potreros), Pitayeras, Sistema Agroforestal de Burseras y Tlacolol. En estos SAFT están presentes 514 especies de plantas, pertenecientes a 101 familias y 344 géneros (Tabla S2, Material suplementario). El 47.47 % son hierbas, 30.35 % árboles y 15.18 % arbustos. El resto corresponde a otras formas de crecimiento (Tabla 2). En cuanto al origen, el 57.78 % son nativas, 41.83 % exóticas y el 0.39 % es de origen incierto (Tabla 3). Se documentaron 20 categorías de uso, de las cuales las plantas ornamentales, medicinales y comestibles incluyen a más del 70 % de las especies. El porcentaje restante se divide en otras 17 categorías (Tabla 4). Con respecto al manejo, el 25.58 % son cultivadas sin especificar la forma, 22.02 % son toleradas y el 21.09 % son cultivadas por propagación vegetativa. Las restantes categorías de manejo se muestran en la Tabla 5.
Forma de crecimiento | Nº de especies | Porcentaje |
---|---|---|
Hierba | 244 | 47.47 |
Árbol | 156 | 30.35 |
Arbusto | 78 | 15.18 |
Roseta | 21 | 4.09 |
Enredadera | 12 | 2.33 |
Epífita | 3 | 0.58 |
Categoría de uso | Nº de especies | Porcentaje |
---|---|---|
Ornamental | 281 | 39.58 |
Medicinal | 132 | 18.59 |
Comestible | 108 | 15.21 |
Ritual | 54 | 7.61 |
Forraje | 32 | 4.51 |
Leña | 25 | 3.52 |
Construcción | 21 | 2.96 |
Sombra | 18 | 2.54 |
Poste | 13 | 1.83 |
Cerco vivo | 8 | 1.13 |
Artesanal | 5 | 0.70 |
Enseres domésticos | 3 | 0.42 |
Control biológico | 2 | 0.28 |
Utensilios | 2 | 0.28 |
Cosmético | 1 | 0.14 |
Fibras | 1 | 0.14 |
Maderable | 1 | 0.14 |
Melífera | 1 | 0.14 |
Saponífero | 1 | 0.14 |
Veneno | 1 | 0.14 |
Tipo de manejo | Nº de especies | Porcentaje |
---|---|---|
Cultivada | 165 | 25.58 |
Tolerada | 142 | 22.02 |
Cultivada por propagación vegetativa | 136 | 21.09 |
Recolectada | 81 | 12.56 |
Cultivada por semilla | 54 | 8.37 |
Promovida | 44 | 6.82 |
Protegida | 10 | 1.55 |
Fomentada | 9 | 1.40 |
Transplante de individuos | 4 | 0.62 |
A continuación se describen los elementos, función, beneficios, así como prácticas de manejo y agroforestales de los SAF tradicionales de la REBIOSH.
Huertos familiares.- En la REBIOSH son conocidos como Patios y albergan a 381 especies de plantas, de las cuales 187 especies son nativas y 194 introducidas. Comparten con otros SAFT 62 especies y 319 están presentes solo en este SAF (Tabla 6). Presentan una composición por estratos, en donde diversas especies de árboles, arbustos y hierbas son seleccionadas y propagadas de acuerdo a las necesidades e idiosincracia de las familias (Figura 2). Las especies presentes, se caracterizan por tener usos múltiples, como es el caso del guamúchil (Pithecellobium dulce (Robx) Benth.), el cual se usa como alimento, forraje, medicina, material para construcción, para fabricar herramientas y artesanías, sombra y leña.
Sistema Agroforestal Tradicional | Nº especies totales | Porcentaje | Nº de especies exclusivas | Porcentaje de especies exclusivas | Nº de especies compartidas | Porcentaje de especies compartidas |
---|---|---|---|---|---|---|
Huertos | 381 | 74.12 | 319 | 83.73 | 62 | 16.27 |
Milpas | 100 | 19.46 | 30 | 30.00 | 70 | 70.00 |
Pitayeras | 76 | 14.79 | 24 | 31.58 | 52 | 68.42 |
Sistema Agrosilvopastoril | 81 | 15.76 | 24 | 29.63 | 57 | 70.37 |
SAF de Burseras | 50 | 9.73 | 1 | 2.00 | 49 | 98.00 |
Tlacolol | 25 | 4.86 | 3 | 12.00 | 22 | 88.00 |
Los Patios se encuentran alrededor de la casa y su extensión es variable, aunque la vegetación dentro de estos puede cubrir 50, 100 o 200 m2. Su principal función es la propagación de plantas ornamentales y comestibles, aunque también funcionan como lugares para la obtención de plantas medicinales y como sombra para los animales domésticos. Aunque la producción de plantas comestibles y medicinales es escencialmente de autoabasto, en algunas ocasiones, los excedentes suelen venderse en los mercados locales o regionales. Este es el caso del tamarindo (Tamarindus indica L.), el cual se vende localmente a intermediarios, quienes lo transportan y comercializan en el puerto de Acapulco, Guerrero.
Algunas de las especies nativas encontradas con mayor frecuencia fueron las comestibles como el guaje (Leucaena esculenta DC.), papaya (Carica papaya L.), ciruela (Spondias purpurea L.); ornamentales como el palo de rosa (Tabebuia rosea (Bertol) DC.), y medicinales como el pegahueso (Agonandra racemosa (DC.) Standl.). También están presentes especies exóticas como el mango (Mangifera indica L.) y el tamarindo (Tamarindus indica). Diversas hierbas comestibles se propagan en este SAF, como es el caso del chile (Capsicum annuum L.), melón (Cucumis melo L.), calabaza (Cucurbita argyrosperma K. Koch); así como otras con uso medicinal como el epazote (Dysphania ambrosioides L.), chicalote (Argemone mexicana L.), toloache (Datura stramonium L.) y el mirto (Salvia coccinea Buc'hoz ex Etl.).
Los principales beneficios que proveen los Patios son la provisión de alimentos; disponibilidad de plantas medicinales para la prevención y tratamiento de enfermedades de nivel primario; la aclimatación de diversas especies, las cuales posteriormente pueden ser introducidas a otros agroecosistemas; proporcionar refugio a los animales domésticos; así como proveer un espacio para el descanso y el esparcimiento de las familas.
Algunas de las prácticas de manejo documentadas fueron la propagación de diversas especies, tanto por semilla como por estructuras vegetativas. Ejemplo de lo anterior es la siembra de semillas de bule (Lagenaria siceraria (Molina) Standl.) y siembra de estacas de la planta ornamental conocida como Cola de ratón (Justicia carnea Lindl.). También, se trasplantan individuos de la vegetación silvestre, algunos de los cuales son removidos en las labores agrícolas, y se les permite crecer en el huerto. Una vez que alcanzan una talla que garantice su supervivencia, son reintegrados a otros SAFT. Este es el caso del copal chino (Bursera bipinnata (DC.) Engl.), especie muy apreciada regionalmente por la producción de resina de copal, cuyas plántulas se trasplantan al Patio desde las milpas o desde los potreros, a fin de que no sean removidas por la yunta o pisadas por el ganado.
En cuanto a las prácticas agroforestales en los Patios de la REBIOSH, se documentaron los cercos vivos, los cuales sirven para delimitar los terrenos o secciones de la vivienda. Es común encontrar cercos elaborados con plátano (Musa x paradisiaca L.) e Izote (Yucca elephantipes Baker In Regel), así como con arbustos de Jarilla (Senecio salignus DC.), Girasol de campo (Tithonia diversifolia (Hemsl.) A. Gray) y nopal (Opuntia ficus-indica (L.) Mill.). A su vez, los árboles dentro del Patio, sirven para regular la temperatura de la casa y para dar sombra a los animales que ayudan en las labores agrícolas, así como a gallinas, guajolotes y conejos. Ejemplo de lo anterior es el Tepehuaje (Lysiloma acapulcense (Kunth.) Benth.), Pistache (Simarouba amara Aubl.) y de diversas especies del género Ficus, tanto nativos como introducidos. Otra práctica relevante, sobre todo en los Patios con superficies más grandes, es el cultivo a pequeña escala de maíz (Zea mays L.), calabaza (Cucurbita sp.), chayote (Sechium edule (Jacq.) Sw.), así como de hortalizas como jitomate (Solanum lycopersicum L.), cilantro (Coriandrum sativum L.), pipitzca (Porophyllum coloratum var. obtusifolium (DC.) McVaugh) y pápalo (Porophyllum ruderale (Jacq.) Cass.).
Milpas.- Se contabilizaron 100 especies de plantas, de las cuales 75 son nativas y 25 introducidas. Comparten 70 especies con otros SAF tradicionales y 30 son exclusivas de este SAFT (Tabla 6). Se basa en el policultivo de maíz (Zea mays), frijol (Phaseolus vulgaris L.) y calabaza (Cucurbita sp.), y eventualmente pueden incorporarse otras especies como verdolagas (Portulaca oleracea L.), chile (Capsicum annuum) y pápalo (Porophyllum ruderale). También en algunos casos suelen incluirse franjas de cultivos comerciales como el sorgo (Sorghum bicolor (L.) Moench), cebolla (Allium cepa L.), ajonjolí (Sesamum indicum L.) y flor de jamaica (Hibiscus sabdariffa L.).
Las milpas cuentan con diferentes arreglos espaciales, los cuales se han ido transformado a lo largo del tiempo, en el tamaño y en sus elementos vegetales (Figura 3). En la REBIOSH, la principal función de las milpas es la provisión de alimentos y ocasionalmente los excedentes suelen ser para la venta. De esta forma, el principal beneficio de las milpas es su contribución a la soberanía y a la seguridad alimentaria. Se encuentran en la mayor parte del polígono de la REBIOSH y en ellas se realizan otras actividades para complementar los ingresos de la familia como es libre pastoreo de ganado una vez que se levanta la cosecha, extracción de leña y recolección de productos forestales no maderables.
El manejo de especies arbóreas in situ incluye la tolerancia, práctica dirigida a mantener plantas útiles dentro de ambientes antropizados. Este es el caso del bonete (Jacaratia mexicana A. DC.), del cual se aprovechan los frutos. También se fomentan algunas especies, que consiste en estrategias para aumentar la densidad de las poblaciones de plantas útiles por medio de la propagación de estructuras vegetativas. Ejemplo de esto, es la reproducción por estacas de Linaloe (Bursera linanoe (La Llave) Rzed., Calderón & Medina), de cuyos frutos se extrae un aceite esencial que es utilizado en la cosmética. A su vez, se protegen especies valiosas mediante la eliminación de competidores, aplicación de fertilizantes y poda con la intención de salvaguardar plantas silvestres o arvenses consideradas útiles. Este es el caso del Cuatecomate (Crescentia alata Kunth), árbol cuyos frutos pueden recolectarse y venderse para elaborar maracas, así como para uso medicinal. Individuos de esta especie suelen protegerse y se mantienen en las orillas de las milpas. También se documentó el trasplante de partes vegetativas o de individuos completos, la cual es una estrategia dirigida a salvaguardar especies de alto valor, como es el caso del copal ancho (Bursera copallifera ( DC.) Bullock), del cual se aprovecha la resina de copal. Las especies propagadas en las milpas son usadas mayormente como alimento, forraje, medicina, y como materiales de construcción.
Entre las prácticas agroforestales más comunes en las milpas se pueden registrar los cercos vivos, los cuales se realizan con diferentes especies del género Bursera, como es el caso del Cuacitlal (Bursera aptera Ramírez), Ticumaca (Bursera bicolor (Willd. ex & Schltdl.) Engl.), Cuajiote (Bursera fagaroides (Kunth) Engl.) y el Palo mulato (Bursera simaruba (L.) Sarg.). También se mantienen árboles aislados en el interior de la misma, los cuales se utilizan para dar sombra y tomar descansos en las labores agrícolas. Ejemplo de esto es la presencia de árboles de Mezquite (Prosopis laevigata (Humb. Et Bonpl. ex Willd) M.C. Johnst.), Cuayotomate (Vitex mollis Kunth) y Zopilote (Swietenia humilis Zucc.).
En milpas de mayor extensión se observan islas de vegetación, en las cuales están presentes árboles de Linaloe (Bursera linanoe), Palo Brasil (Haematoxylum brasiletto H. Karst.), Cuahulote (Guazuma ulmifolia Lam.), Cuachalalate (Amphipterygium adstringens (Schltdl.) Standl.), Mata rata (Gliricidia sepium (Jacq.) Kunth ex. Walp.) y Palo prieto (Ehretia tinifolia L.). Otras prácticas realizadas en las milpas incluyen los tecorrales, el cual consiste en la construcción de muros de rocas apiladas, con la intención de retener el suelo, delimitar y nivelar el terreno de la milpa.
Sistema agrosilvopastoril.- Dentro de éste SAFT se cultivan pastos, tanto nativos como exóticos, se mantiene estacionalmente al ganado vacuno y se practica silvicultura. Están ampliamente distribuidos dentro de la REBIOSH, ya que la región tiene una fuerte tradición ganadera (Figura 4). Este sistema alberga 81 especies de plantas, de las cuales 73 son nativas y 9 introducidas. Comparten 57 especies con otros SAFT de la REBIOSH y 24 especies son exclusivas de este sistema (Tabla 6).
A) (Foto: Alexis Rivero Romero); B) (Foto: Itzel Abad Fitz); C) (Foto: Itzel Abad Fitz); D) (Foto: Fabiola Mena-Jiménez).
Las especies que conforman los potreros pueden ser pastos del género Panicum y Setaria, algunos arbustos como la Cubata prieta (Acacia cochliacantha Humb. & Bonpl. ex Willd.) y el Grangel (Randia echinocarpa DC.). También pueden encontrarse árboles de gran tamaño como la Parota (Enterolobium cyclocarpum (Jacq.) Griseb.), la Panicua (Cochlospermum vitifolium (Willd.) Spreng.) y el Nanche de perro (Bunchosia canescens (Aiton) DC.); así como otros de tallas pequeñas como el Chompantle (Erythrina americana Mill.), Cuatecomate (Crescentia alata), Copal chino (Bursera bipinnata), Guamúchil (Pithecellobium dulce) y la Quina amarilla (Hintonia latiflora (DC.) Bullock).
El principal fin de este SAFT es la producción de pasto para alimentar el ganado, el cual se mantiene en estas áreas de forma permanente o estacional. Entre los principales beneficios se puede considerar que son espacios para la seguridad de la familia, que ante una eventualidad, el ganado es un respaldo económico, ya que puede ser vendido para hacer frente a cualquier necesidad. En menor medida, también son espacios de provisión, principalmente para la recolección de leña, plantas medicinales y otros productos forestales no maderables.
Las principales prácticas de manejo documentadas son la tolerancia de diversas especies de árboles, como por ejemplo el Cuahulote (Guazuma ulmifolia Lam.) y el Tepehuage (Lysiloma acapulcense), los cuales tienen diversos usos, pero principalmente se aprovechan como forraje. Otras especies de árboles también son toleradas, principalmente por la sombra, como en el caso del Zopilote (Swietenia humilis Zucc.) y el Amate blanco (Ficus obtusifolia Kunth). También se promueven algunas especies de pastos como el Zacate polole (Panicum hirticaule J. Presl) y Zacate de loma (Panicum virgatum L.), para que se alimente el ganado. A su vez, se cultivan algunos pastos, sobre todo exóticos, a fin de asegurar la provisión de alimentos a las vacas durante todo el año. Este es el caso del Pasto marandú (Panicum brizanthum Hochs. ex A. Rich) y el Zacate sedoso (Setaria geniculata P. Beauv.).
En cuanto a las prácticas agroforestales, en los Potreros se documentaron los cercos vivos conformados con árboles de Cuajiote (Bursera fagaroides (Kunth) Engl.), Palo dulce (Eysenhardtia polystachya (Ortega) Sarg) y Tecolhuixtle (Mimosa benthamii J.F. Macbr.). También se observaron árboles aislados dentro de los Potreros, principalmente para dar sombra al ganado. En este caso es usual encontrar Cazahuate blanco (Ipomoea arborescens (Humb. & Bonpl. ex Willd.) G. Don), Quebracho (Lonchocarpus rugosus Benth.) y Parota (Enterolobium cyclocarpum). A su vez, se plantan barreras rompeviento, a fin de proteger los cultivos, disminuir la pérdida del suelo y proporcionar sombra al ganado. Algunas de las especies usadas en esta práctica son el Cuaulote (Guazuma ulmifolia), Cubata prieta (Acacia cochliacanta), Guaje blanco (Leucaena leucocephala (Lam.) de Wit), Guaspelón (Leucaena macrophylla Benth.) y Guaje colorado (Leucaena esculenta (DC.) Benth.).
Pitayeras.- Este SAFT alberga 76 especies, de las cuales 69 son nativas y 7 introducidas. Comparten 52 especies con otros SAFT de la zona y 24 son exclusivas de este sistema (Tabla 6). Es un SAFT cuyo cultivo principal es un cactus columnar conocido localmente como pitaya (Stenocereus stellatus Pfeiff. Riccob.), a menudo acompañado de una gran diversidad de árboles y arbustos del BTC, como la cubata prieta (Acacia pennatula (Schltdl. & Cham.) Benth.), guayacán (Conzattia multiflora (B.L. Rob.) Standl.), tlahuitol (Lysiloma divaricatum), cazahuate blanco (Ipomoea intrapilosa), huizache (Acacia farnesiana (L.) Willd.), entre otros (Figura 5). También, en las parcelas de pitaya pueden sembrarse pastos para alimentar el ganado, como es el caso del pasto marandú (Panicum brizanthum) y el pasto rosado (Rhynchelytrum repens). En estos sistemas las cactáceas columnares son los elementos forestales o leñosos de parcelas sembradas con otros cultivos. En este caso algunos individuos se pueden colocar a la orilla o intercaldas entre la milpa o en cultivos de sorgo (Sorghum bicolor).
Este SAFT proporciona diversos beneficios, el más importante es que contribuye a la economía familiar, ya que los frutos son comercializados a nivel local o regional. También, proporciona forraje para el ganado y contribuye a la diversificación en el uso de las parcelas, debido a que los espacios de cultivo son optimizados con diversas especies comestibles y forrajeras. Además, ayuda a restaurar áreas degradadas y con pocos nutrientes, debido a que las Pitayas no requieren de cuidados especiales, salvo el desramado y la limpieza alrededor de la parcela. También, al ser una planta con pocos requerimientos hídricos, contribuye a la seguridad alimentaria y económica, ya que su cultivo es de temporal, y a diferencia de los cultivos básicos, la sequía no impacta considerablemente en el rendimiento.
Entre las prácticas de manejo en este SAFT se documentó el trasplante de partes vegetativas, ya que las pitayas poseen una gran capacidad de propagarse de esta forma. Es común que las personas de pueblos vecinos compartan ramas de esta cactácea, con el fin de sembrarlas en sus parcelas. A su vez, los pastos que acompañan el cultivo de las pitayas pueden ser tolerados, como en el caso del Pasto rosado (Rhynchelytrum repens); promovidos, como la Grama de conejo (Oplismenus burmanni); o cultivados por semilla como es el caso del Pasto marandú (Panicum brizanthum).
Sistema agroforestal de Burseras.- Se encontró que un total de 50 especies conforman este SAFT, de las cuales 49 son nativas y sólo una es introducida. Comparten 49 especies con otros SAFT y una es exclusiva (Tabla 6). En la parte noreste de la REBIOSH, en la comunidad de Los Sauces, este sistema se caracteriza por la presencia dominante de árboles de copal, tanto de copal chino (Bursera bipinnata (DC.) Engl.), como de copal ancho (Bursera copallifera (Sessé & Moc. ex DC.) Bullock). En esta zona se concentran las personas que extraen la resina de copal y estas dos especies son las que se usan con este fin. Hacia el sureste de la REBIOSH, específicamente en la comunidad de Chimalacatlán, el SAFT de Burseras se compone predominantemente de árboles de Linaloe (Bursera linanoe (La Llave) Rzed., Calderón & Medina), de cuyos frutos se extrae una esencia aromática, la cual se comercializa regional e internacionalmente.
En este SAFT, las Burseras son el elemento forestal y pueden combinarse con cultivos de maíz (Zea mays) o sorgo (Sorghum bicolor). El arreglo espacial de las parcelas destina las orillas a los copales y al linaloe, formando un lindero entre los distintos predios (Figura 6). También, los árboles pueden estar inmersos dentro de la milpa o del cultivo de sorgo, pero esto no es común, ya que las personas refieren que limita el espacio del cultivo. Copales y linaloe suelen estar asociados a otras especies del género Bursera como el Cuacitlal (Bursera aptera), Ticumaca (Bursera bicolor), Cuacitlal rojo (Bursera schlechtendalii Engl.); así como a otras especies nativas como el maguey mezcalero (Agave angustifolia Haw.), Cuachalalate (Amphipterygium adstringens (Schltdl.) Standl.), Ciruelo (Spondias purpurea L.), Cuatecomate (Crescentia alata), Huizache (Acacia farnesiana), Palo Brasil (Haematoxylum brasiletto), Tepehuaje (Lysiloma acapulcense), Encino blanco (Quercus glaucoides M. Martens & Galeotti), entre otras.
A) (Foto: José Blancas); B) (Foto: Itzel Abad Fitz); C) (Foto: José Blancas); D) (Foto: Alexis Rivero Romero).
El SAFT de Burseras cumple múltiples funciones, todas ellas cruciales para el bienestar de las familias que los trabajan y conservan. Las principales son la producción de alimentos en la milpa, la siembra de cultivos comerciales (sorgo), así como la extracción de resina de copal y colecta de frutos de linaloe para la obtención del aceite esencial. Particularmente estas dos actividades representan factores de identidad, lo cual le otorga a este SAFT la función de mantenimiento de la cultura local.
Los copales (Bursera bipinnata y Bursera copallifera) y el linaloe (Bursera linanoe), cuentan con diversas prácticas de manejo. Son tolerados en las parcelas, ya que son elementos valiosos, por lo que se les permite crecer, sobre todo en las orillas de las parcelas. También se les protege, por lo que es usal encontrar plántulas y arbolitos con piedras alrededor, ya que las personas refieren que de esta forma se evita que el ganado las pise. Otras veces se les protege mediante la construcción de barreras de piedra, a fin de evitar el deslave en terrenos escarpados. Además, se podan los árboles que crecen en los alrededores de los copales y linaloe, con el propósito de proveerlos de mayor luz. En algunas ocasiones se les quitan las ramas muertas o aquellas afectadas por las plagas, ya que éstas puede afectar la producción de copal. Al mismo tiempo, se propagan por medio de estacas en la orilla de las parcelas, y recientemente son cultivados por medio de semilla en viveros locales del programa del gobierno federal “Sembrando Vida”. Además, se pueden trasplantar individuos completos, principalmente aquellos que nacen en los terrenos en descanso, a otras parcelas o a los huertos.
Las prácticas agroforestales más comunes en este SAFT consisten en la formación de cercos vivos hechos con copales y linaloes, sobre todo para la delimitación de la parcelas. En los potreros, junto con otros árboles de pequeño tamaño, pueden ser parte de islas de vegetación. También es usual observar copales o linaloes como árboles aislados dentro de milpas y otras parcelas.
Tlacolol.- Se encontraron 25 especies de plantas, de las cuales 20 son nativas y 5 introducidas. Comparten 22 especies con otros SAFT de la REBIOSH y 3 exclusivas (Tabla 6). El Tlacolol es un tipo de milpa, que se realiza en laderas y terrenos escarpados, con pendientes de 25 a 45 grados. Además, se presentan periodos de descanso largo, ya que existe alternancia entre la época de siembra y barbecho. Dentro de la REBIOSH, los tlacololes aún se observan en la localidad de Xochipala, municipio de Tlaquiltenango, Morelos (Figura 7).
El cultivo principal es el maíz (Zea mays), y también puede acompañarse de frijol (Phaseolus vulgaris), cacahuate (Arachis hypogaea L.), calabaza (Cucurbita pepo L.), chile (Capsicum annuum L.), pepino (Cucumis sativus L.), sandía (Citrullus lanatus (Thunb,) Matsum. & Nakai), jamaica (Hibiscus sabdariffa L.), tomate (Physalis ixocarpa Brox. ex Hornem), jitomate (Solanum lycopersicum L.), amaranto (Amaranthus sp.) y pápalo (Porophyllum ruderale (Jacq.). En el Tlacolol también hay elementos forestales como el Cuatecomate (Crescentia alata), bonete (Jacaratia mexicana), zopilote (Swietenia humilis), órgano (Pachycereus grandis), entre otros.
La principal función de este SAFT es la provisión de alimentos y el beneficio más importante es que permite aumentar la superficie de cultivo, ya que en la REBIOSH la tierra cultivable es limitada. La práctica de manejo más importante registrada fue la tolerancia de árboles, principalmente para sombra, como en el caso de la Parota (Enterolobium cyclocarpum) y del Zopilote (Swietenia humilis); y también para la obtención de frutos, como es el caso del bonete (Jacaratia mexicana).
Entre las prácticas agroforestales documentadas, destacan las terrazas hechas a base de piedra, las cuales sirven para retener el suelo y evitar la erosión. También se hacen hileras de vegetación con magueyes (Agave angustifolia) y con árboles como el ciruelo (Spondias purpurea). En algunos casos también se realizan cercos vivos para delimitar la parcela, en los cuales se pueden encontrar árboles como Tepehuaje (Lysiloma acapulcense), Tlahuitol (Lysiloma divaricatum) y Guayacán (Conzattia multiflora).
A pesar de estos beneficios, el Tlacolol es un sistema susceptible de perderse, debido a la erosión del conocimiento tradicional, principalmente por la migración de la población joven y también por fluctuaciones en la disponibilidad de agua. Este es quizás el SAFT que está mayormente amenazado en la REBIOSH, ya que sólo pudo registrarse en la comunnidad de Xochipala, municipio de Tlaquiltenango.
Patrones de similitud. De acuerdo con el análisis de conglomerados, los SAFT se agrupan principalmente por el número total de especies presentes en cada uno de ellos y también por las especies que comparten. De esta forma, en la Figura 8, se puede distinguir un grupo con tres SAFT (Pitayeras, SAF de Burseras y SAP) y otros tres SAFT aislados. Al parecer el tipo de agrupamiento que se observa obedece más al número de especies totales que posee cada SAFT. De esta forma, los huertos familiares es el SAFT que alberga la mayor cantidad de especies y no comparte muchos elementos con los otros. En el caso de las milpas, es el segundo SAFT con mayor número de especies. El grupo de Pitayeras, SAF de Burseras y SAP tienen más especies que los Tlacololes, pero menos que las Milpas y los Huertos. De esta forma, los Huertos y los Tlacololes constituyen los extremos en esta clasificación, debido a que son los que tienen la mayor y menor cantidad de especies registradas, respectivamente.
Patrones de ordenamiento. El análisis de coordenadas principales explica el 47.16 % de la varianza del modelo, en donde la primera coordenada principal explica el 25.04 % y la segunda el 22.11 %. De acuerdo con la Figura 9, la primera coordenada principal (CP1) separa a los huertos del resto de SAFT, agrupa a Milpas y Tlacololes, y concentra a las Pitayeras, SAP y SAF de Burseras en un mismo grupo. A su vez, la segunda coordenada principal (CP2) separa a Milpas y Tlacololes del resto de los SAFT. De acuerdo con la matriz de eigen vectores (Tabla S3, Material suplementario), las especies que permiten separar a los huertos del resto de los SAFT son fundamentalmente plantas ornamentales, comestibles y medicinales, mismas que no se encuentran en los otros SAFT. El ordenamiento en un mismo grupo entre Milpas y Tlacololes, se explica porque ambos son tipos de Milpa, y por lo tanto, comparten muchos elementos agrícolas. A su vez, las Pitayeras, SAP y SAF de Burseras forman un tercer grupo debido a que comparten una gran cantidad de especies de árboles, los cuales tienen usos similares, como cercos vivos, leña, sombra, construcción, etc.
Discusión
De acuerdo con los resultados obtenidos, en la REBIOSH se presenta una diversidad importante de SAFT, los cuales son una combinación entre sistemas ampliamente conocidos, como el caso de los huertos, milpas y potreros; otros escasamente documentados, como son los tlacololes y las Pitayeras; así como otros desconocidos, y hasta el momento no descritos, pero sí mencionados en algunos trabajos de la región, como es el caso del SAF de Burseras (Mena-Jiménez 2018, Abad-Fitz et al. 2020).
De esta forma, los SAFT de la REBIOSH albergan una diversidad importante de plantas vasculares, ya que de las 514 especies registradas en esta investigación, 297 son nativas de la región. Lo anterior significa que en estos sistemas se encuentra representado el 31.62 % de la flora total de la REBIOSH, la cual se estima en 939 especies (CONANP 2005). Este dato por sí mismo es relevante, ya que se ha hecho énfasis en la capacidad de conservación de los SAFT (Casas et al. 2014, Vallejo-Ramos et al. 2016), aunque son escasos los estudios que permitan avalar esta afirmación, ya que las investigaciones sobre SAFT se han concentrado en los bosques tropicales lluviosos del país.
La capacidad de conservación de la flora nativa que albergan los SAFT a nivel global se estima en un 32 % (Bhagwat et al. 2008). Nuestros resultados están en consonancia con esta valoración, aunque la capacidad de conservación puede variar dependiendo de las particularidades del SAFT y del tipo de vegetación en que se desarrolle. Específicamente algunas investigaciones revelan que los SAFT de zonas áridas y semiáridas poseen entre el 59 y el 88 % de flora nativa entre sus elementos (Moreno-Calles et al. 2010, Campos-Salas et al. 2016, Vallejo-Ramos et al. 2016, Rendón-Sandoval et al. 2020, Vázquez-Delfin et al. 2022). En este sentido, nuestros resultados apuntan en la misma dirección, ya que salvo los Huertos familiares, todos los sistemas estudiados albergan entre el 75 y el 98 % de flora nativa (Tabla 7).
Sistema Agroforestal Tradicional | Nativas | Introducidas | Porcentaje de especies nativas |
---|---|---|---|
SAF-Burseras | 49 | 1 | 98 |
Pitayeras | 69 | 7 | 90.79 |
SAP | 73 | 9 | 89.02 |
Tlacolol | 20 | 5 | 80 |
Milpas | 75 | 25 | 75 |
Huertos | 187 | 194 | 49.08 |
Los Huertos, al ser espacios de experimentación, aclimatación y producción de plantas, sobre todo de ornato, medicinales y comestibles, son mayormente permeables a la introducción de plantas exóticas (Peroni et al. 2016). Sin embargo, en las últimas décadas la proporción de especies exóticas en los Huertos está creciendo, debido a un fenómeno de jardinización de estos espacios. Es decir, se ha modificado su función como espacios de producción, y ahora mayormente se propagan plantas ornamentales. Esto puede estar relacionado con cambios en los patrones culturales, en el fraccionamiento del Huerto, o con modificaciones en las actividades económicas de los propietarios (Villalpando-Toledo 2020, Tegoma-Coloreano et al. 2023).
También, el aporte de los SAFT a la conservación de la flora nativa del BTC es variable dependiendo de las prácticas y estrategias de manejo (Rendón-Sandoval et al. 2020). Generalmente los Huertos son los espacios donde el recambio de especies es más dinámico, además la abundancia y frecuencia de árboles es menor. Por el contrario, en los otros SAFT, el componente arbóreo resulta fundamental para poder cumplir con las funciones establecidas, de tal forma que la tolerancia, promoción, protección y trasplante de individuos se piensa como una estrategia de largo plazo, en las que cada elemento abona a la dinámica del manejo, desde la apertura hasta la senescencia (Bandeira et al. 2005).
Por otra parte, asumimos que las 297 especies nativas presentes en los SAFT de la REBIOSH reflejan parcialmente el aporte de estos sistemas a la conservación del BTC. Desde nuestra perspectiva este número puede estar subestimado, ya que la presente investigación abarca un tercio de las 31 localidades inmersas en la REBIOSH. Investigaciones futuras podrán hacer un detallado inventario de cada sistema, en las cuales puede estimarse, no sólo la prescencia de las especies, también la abundancia y la frecuencia de los individuos. En este sentido, pensamos que de llevarse a cabo estas aproximaciones, seguramente el número de especies presentes podrá estimarse de forma más certera. Sin embargo, para los propósitos de este estudio, pensamos que es una aproximación que puede tomarse como un punto de partida para el diseño de una estrategia de investigación en el tema de los SAFT a nivel regional para los próximos años.
En cuanto a los usos de las especies de plantas presentes en los SAFT, los resultados obtenidos coinciden con los patrones de uso de la flora de México (Caballero et al. 2023), en donde las plantas medicinales, ornamentales, comestibles, forrajeras, combustible y para la construcción, constituyen las categorías más importantes. La preeminencia de las plantas ornamentales en este estudio, se debe a que los Huertos han sido ampliamente documentados, y por lo tanto abonan a que esta categoría sobresalga por encima de las demás (Ortiz-Sánchez et al. 2015). Aunado a lo anterior, en este agroecosistema, las plantas cumplen una función estética, y socialmente es reconocido el hecho de poseer plantas que adornen y den colorido a este espacio de interacción familiar (Tegoma-Coloreano et al. 2023). Sin embargo, es notable el hecho de que la categoría Ritual esté presente entre las cuatro más importantes. Esta categoría generalmente ocupa un lugar menor en los inventarios de flora útil de país (Caballero et al. 2023), por lo que su preponderancia en esta investigación puede estar relacionada con la existencia a nivel regional de dos grandes centros de acopio de plantas usadas con este propósito, como son los casos de los Tianguis de Tepalcingo y Axochiapan, cuya importancia como centros de distribución y venta de plantas se remonta a tiempos precolombinos (Argueta 2016, Beltrán-Rodríguez et al. 2017).
La complementariedad de los SAFT de la REBIOSH. De acuerdo con nuestros resultados, los Huertos familiares son los que aportan la mayor cantidad de especies útiles, sin embargo, están lejos de constituir el SAFT más importante, ya sea por los aportes en términos de seguridad alimentaria o para la obtención de recursos económicos. Estas dos esferas son cruciales para el mantenimiento de las comunidades de la REBIOSH, por lo que otros SAFT cubren estas necesidades. Por ejemplo, las Milpas son los espacios para la seguridad alimentaria, ya que en éstas se satisfacen las necesidades alimentarias de las familias campesinas para la mayor parte del año, los excedentes pueden ser vendidos, a la vez que se conserva la agrobiodiversidad (Boege 2008). Ejemplo de lo anterior se expresa en el registro de 11 variedades de maíz en tan sólo dos comunidades de la REBIOSH (Morales-Tapia & Guzmán-Gómez 2015).
También, las milpas son diseñadas de acuerdo a la cultura local y a las necesidades de los propios campesinos, lo cual hace de este SAFT un espacio para la soberanía alimentaria (Boege 2008, Estrella-Canché 2022), la autonomía comunitaria (Bartra 2009) y la versatilidad. De ahí que algunos diseños y arreglos de milpas, además del policultivo maíz-frijol-calabaza, privilegien a otras especies acompañantes, como las arvenses comestibles (quelites) y otras a los árboles que producen frutos comestibles (guayabas, pitayas, guajes, nanches, etc.).
En este sentido, el Tlacolol forma parte de las particularidades, tanto en diseño como de elementos de la milpa tradicional. De ahí que, este SAFT sea considerado un tipo de milpa sui generis, ya que es un cultivo en ladera, que aprovecha el desnivel para conducir el agua, y a menudo requiere la construcción de terrazas de piedra y de materiales vegetales para aumentar la superficie de cultivo (Hernández-Tapia & Cruz-Sánchez 2015). Todas estas labores implican una demanda importante de mano de obra, por lo que en la actualidad el Tlacolol en la REBIOSH está en proceso de desaparición. La migración que se vive en el campo, y particularmente en la REBIOSH, está dejando a una población campesina envejecida, que posee muchos conocimientos sobre el manejo de la tierra, pero con pocos brazos para llevar a cabo la intensa labor agrícola (Arjona-García et al. 2021, Blancas et al. 2023). Además, este SAFT otrora importante en Morelos, Guerrero y Michoacán, sobrevive y se mantiene en la REBIOSH, como parte de una labor didáctica que llevan a cabo académicos de la Universidad Autónoma Chapingo (Morales-Tapia & Guzmán-Gómez 2015).
A pesar de esta situación, otros SAFT son vigentes y coadyuvan en la estrategia de complementariedad, como es el caso de los SAP y el SAF de Burseras. El SAP es quizás el segundo SAFT más importante en la REBIOSH, debido a cuestiones históricas y culturales, pero también en términos económicos y ecológicos. La REBIOSH por antonomasia es una región ganadera, que aunque posee pocas cabezas de ganado en comparación con otras regiones del país, forma parte de la estrategia de diversificación productiva (Cruz-Aguilar et al. 2019). Además, el SAP constituye una fuente de ingresos por la renta de áreas de pastura para hatos provenientes de los vecinos estados de Guerrero y Puebla (Trujillo-Santiesteban 2009, Burgos-Herrera et al. 2016).
Sin embargo, el SAP también tiene importantes impactos ecológicos a nivel regional, ya que en muchos casos la actividad ganadera es responsable de la compactación del terreno y de la depredación de plántulas y de pequeños árboles. Esto a largo plazo puede impedir el reclutamiento y el establecimiento de individuos de diversas especies, con lo que se afecta la dinámica de regeneración del BTC (López-Rosas 2019). Sin embargo, las comunidades también han tomado acciones con el fin de aminorar estos efectos, y es común que en gran parte de la REBIOSH haya áreas cercadas con alambre de púas o con cercos vivos, a fin de regular e impedir el paso del ganado a determinados sitios.
El SAP también actúa como medio para aminorar la incertidumbre, ya que forma parte de una estrategia de acumulación, en donde el ganado constituye una suerte de seguro contra cualquier eventualidad, ya sea médica, económica o de compromisos sociales. Esta estrategia es muy socorrida en diversas regiones de México, ya que la tenencia de ganado asegura la capacidad para el pago de medicinas y médicos ante alguna enfermedad, así como un medio para solventar la compra de alimentos y forrajes, en caso de una mala cosecha (Blancas et al. 2013).
Por otra parte, el SAFT de Burseras también forma parte de esta estrategia diversificadora, pero se centra en el aprovechamiento de especies que constituyen productos forestales no maderables, es decir, aquellos recursos biológicos del bosque y de sitios antropizados, más allá de la madera y los cultivos (Shackleton et al. 2011). En particular, los árboles se mantienen en parcelas de distinta naturaleza (milpas, potreros, cultivos comerciales), con el propósito de extraer la resina de copal o la esencia de linaloe (Hersch & Glass 2006, Mena-Jiménez 2018, Abad-Fitz 2019).
El SAFT de Burseras constituye una fuente de ingresos muy importante, ya que puede representar hasta el 80 % de los ingresos que tienen las familias a lo largo del año y por lo tanto se erige como un fuerte apoyo para la economía campesina (Mena Jiménez 2018). A su vez, en el SAFT de Burseras donde se produce aceite esencial de linaloe, no está claro el porcentaje que aporta a la economía familar, sin embargo, es una actividad vigente, cuyo destino de la producción son los talleres artesanales en Olinalá, Guerrero y como producto cosmético para el extranjero (Hersch & Glass 2006, Hersch 2009). Estudios posteriores podrán revelar cuánto representa esta actividad para la economía de las comunidades y familias que lo aprovechan.
También, el manejo de copales y linaloe, tiene impactos positivos en el BTC, ya que promueve la conectividad de las parcelas en que se manejan con el bosque, lo cual redunda en la conservación de aves que se alimentan de los frutos, así como de insectos que visitan y polinizan las flores (Mena-Jiménez 2018). Además, fomentan una mayor densidad de árboles cosechables en las parcelas agroforestales, lo cual contrasta con el bajo número de individuos de estas especies en las poblaciones silvestres (Maldonado 2013).
En cuanto a las Pitayeras, este es un SAFT con una larga historia de manejo en la región sureste de Morelos, principalmente desarrollado en la REBIOSH por influencia de las comunidades mixtecas de los estados vecinos de Puebla y Guerrero (López-Carmona et al. 2022). Sin embargo, en las dos últimas décadas ha sido visibilizado e impulsado desde las instituciones estatales, así como por el sector académico de la Universidad Autónoma Chapingo (Hernández-Cruz 2005). También forma parte de las actividades para estimular la economía regional, ya que desde el 2015 se instauró la Feria de la Pitaya en la comunidad de Pitzotlán, del municipio de Tepalcigo, Morelos. Como resultado de todo esto, las Pitayeras se han extendido dentro de la REBIOSH, como una forma de diversificación de los SAFT (López-Carmona et al. 2022).
Sin embargo, existen limitantes para la adopción de este SAFT por un mayor número de comunidades de la REBIOSH. Primeramente, la comercialización de los frutos depende de intermediarios, por lo que los dueños de las Pitayeras requieren asegurar la cosecha con antelación. Este es un punto crucial para que cualquier producto forestal no maderable tenga viailidad y contribuya al bienestar de las comunidades (Marshall et al. 2007). Un segundo problema se refiere a las oscilaciones en el clima, las cuales provocan fluctuaciones en el patrón de lluvias, y a menudo se traduce en años con buena producción de frutos y otros en donde se producen muy pocos. Lo anterior, restringe la posibilidades de inversión, tanto en tiempo, dinero y fuerza de trabajo, por parte de las comunidades, ya que se percibe como una actividad con riesgos y obliga a la cautela antes que destinar tierra y recursos (Halstead & O´Shea 2004).
Por lo anterior, los SAFT documentados en la REBIOSH forman parte de una estrategia campesina y ganadera de uso múltiple de la tierra, los recursos y la fuerza de trabajo (Toledo et al. 2003). Esta estrategia considera tres grandes grupos de SAFT (Figura 9), en donde los huertos se manejan en las unidades familiares y proveen preferentemente plantas de ornato, medicinales y comestibles; las milpas y tlacololes se practican en las parcelas y se cultivan plantas comestibles y forrajes, y finalmente los SAP, los SAF de Burseras y las Pitayeras, pueden constituir distintas formas de agrobosques (Moreno-Calles et al. 2013, Fisher-Ortíz et al. 2020), en donde se aprovechan distintos productos forestales no maderables, como frutos, resinas, cortezas medicinales y leña.
Actualmente los SAFT de la REBIOSH se encuentran bajo presión por el uso intensivo de las tierras de cultivo, descansos cortos que disminuyen la fertilidad de los suelos, poca disponibilidad de agua, ganado de libre pastoreo, así como altas tasas de marginación que provocan la migración de la población joven (Hernández-Tapia & Cruz-Sánchez 2015, Chávez-Segura 2016, Cruz-Aguilar et al. 2019). Si bien algunos programas sociales pueden mitigar los efectos de estas problemáticas, es claro que muchos de estos SAFT están amenazados por la pérdida de los conocimientos asociados al manejo (Arjona-García et al. 2021), lo cual puede traducirse en la adopción de tecnologías y formas de producción que resulten perniciosas para la diversidad biocultural (Altieri & Toledo 2011).
Por todo lo anterior, la permanencia a largo plazo de los SAFT de la REBIOSH, requiere que las comunidades sean consultadas y formen parte de las distintas fases (diseño, evaluación y seguimiento) de los programas que buscan el impulso y adopción de éstos a nivel regional. Además, desde las políticas públicas deberán reconocerse los aportes de las comunidades a la conservación de la diversidad biocultural de la REBIOSH. Por lo que, se espera que la presente investigación contribuya a visibilizar la importancia de estos sistemas y sirva para profundizar en su estudio, sobre todo de aquellos que han sido hasta ahora escasamente documentados.
Material suplementario
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