El Síndrome de Asperger (SA) es un trastorno de origen orgánico (Thomas et al., 2004), no degenerativo y del neurodesarrollo, que puede ser diagnosticado desde edades tempranas (Haker, 2014), y está directamente asociado al Autismo. En cuanto a la prevalencia del SA, se estima que lo presentan entre dos a siete niños por cada 1000 nacidos (Wood & Mahadavi, 2013 en Castro et al., 2016); más recientemente se indicó una prevalencia de aproximadamente de 0.5% (Barnhill, 2016). Específicamente en México, se estima que, por cada 10 niños con Autismo, uno es diagnosticado con SA (Mariscal, 2011 en Olmedo, 2013); sin embargo, a la fecha no se encuentran reportes exactos de prevalencia en México, debido a la falta de conocimiento que se tiene sobre el tema en la población general (Olmedo, 2013; Zurita et al., 2013). Se ha demostrado que la sintomatología de SA, puede ser detectada a partir de los tres años de edad (Araujo et al., 2012); al incorporarse al ambiente educativo - preescolar -, sus síntomas son reflejados en el funcionamiento social y emocional.
Las áreas de afectación que supone la presencia de síntomas de SA en los niños, son: cognitiva, social y motora. Específicamente en el área cognitiva, los niños con SA desarrollan un lenguaje adecuado para su edad, y un Coeficiente Intelectual Verbal superior en comparación con sus pares. Sin embargo, el avanzado desarrollo del léxico ocasiona que la interacción con otros niños de su misma edad sea limitada (Artigas, 2000; Frith, 2004; Koyama et al., 2007); además, presentan dificultad en comprensión de metáforas, sarcasmos o doble significado de las palabras (Ghaziuddin, 2008; González, 2006; Martín-Borreguero, 2005; Thomas et al., 2004).
Con respecto al área social, los niños con SA poseen dificultades para interactuar con otras personas, especialmente con niños de su misma edad (Attwood, 2000, 2002; Haker, 2014; Martín-Borreguero, 2005; Rodríguez, 2009; Thomas et al., 2004), que puede ser explicada por la falta de empatía (Baron-Cohen et al., 1999; Minio-Paluello et al., 2009), y dificultad para mantener contacto visual (Attwood, 2000, 2002; Caballero, 2008; González, 2006; Haker, 2014; Martín-Borreguero, 2005; Thomas et al., 2004). Por otro lado, en el área motriz, se pueden observar torpeza en actividades cotidianas infantiles (jugar, correr, trepar, falta de equilibrio) (Araujo Jiménez et al., 2012; Attwood, 2002; Frith, 2004; Thomas et al., 2004).
A su vez, el SA puede presentarse en comorbilidad con otros trastornos, lo que dificulta la realización de diagnósticos certeros y, por ende, estrategias de intervención adecuadas (Artigas, 2005; Rodríguez, 2009). Los trastornos con mayor incidencia en comorbilidad son el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) - generando poco control de impulsos, mayor frecuencia de los movimientos estereotipados como aleteo de manos y balanceo de cabeza, y poca efectividad en la memoria de trabajo (Artigas-Pallarés, 2003; Ghaziuddin, 2008; Rodríguez, 2009) -, y Ansiedad (Kuusikko-Gauffin et al., 2008). Otros trastornos son el Síndrome de Tourette, Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) (Baron-Cohen et al., 1999; Filomeno, 2012), y Depresión (Ghaziuddin et al., 1998).
Por otra parte, diversos estudios han relacionado y explicado la sintomatología del SA mediante los déficits de la Función Ejecutiva (FE) (Martos-Pérez & Paula-Pérez, 2011); su objetivo es regular el comportamiento humano, formular metas y estrategias, e idear planes para concretarlos (Luria, 1973 en Anderson, 2002; Bausela Herreras & Santos Cela, 2006; Trujillo & Pineda, 2008) permitiendo así, realizar conductas socialmente aceptadas (Bausela Herreras & Santos Cela, 2006; Pineda, 2000; Stuss & Levine, 2002). Las áreas que lo componen son Memoria de Trabajo, Inhibición Conductual, Flexibilidad, Planeación/Organización, Control Emocional y Monitorización (Fuster, 2002; Hill, 2004; Isquith et al., 2004; Lopera Restrepo, 2008; Stelzer et al., 2010; Tirapu-Ustárroz & Muñoz-Céspedes, 2005; Verdejo-García & Bechara, 2010). Déficits que se ven reflejados en poco control de movimientos, e impulsos (Cui et al., 2012; Rodríguez, 2009), nula tolerancia a los cambios o nuevas rutinas (Martos-Pérez & Paula-Pérez, 2011), así como dificultad en la solución a un problema, al identificar objetivos, crear estrategias adecuadas, mantener la información en la Memoria de Trabajo y evaluar los posibles resultados (Calderón et al., 2012; Channon, 2004; Cui et al., 2010, 2012; Rodríguez, 2009). En edad preescolar se genera mayor dificultad para tener un control emocional adecuado y un buen control de impulsos, y esto se ve reflejado de forma contundente en los niños con síntomas de SA (Calderón et al., 2012; Isquith et al., 2004).
Así pues, a partir de la literatura revisada, resulta necesario evaluar los síntomas de SA en edad preescolar observando los deterioros en la FE, y la presencia de otras sintomatologías que afectan directamente el desempeño escolar, social y emocional de los niños. Por tanto, este trabajo se propone los siguientes objetivos: 1) analizar los índices de prevalencia de síntomas del SA en edad preescolar en la región del Noroeste de México, en la que no existen claros reportes de la sintomatología a dicha edad; 2) observar la presencia de síntomas de otros trastornos relacionados a SA desde edades tempranas; y 3) observar la asociación entre los síntomas de SA y déficits en la FE en etapa preescolar. Como hipótesis se espera que los síntomas de SA estén asociados con la presencia de déficits ejecutivos desde etapas tempranas de la infancia, al mismo tiempo que dichos síntomas se relacionen con síntomas de otros trastornos típicos en edad preescolar.
Método
Participantes
Se contó con una muestra total de 539 niños, que cursaban el tercer año de nivel preescolar, de entre cinco y seis años de edad, pertenecientes a 10 escuelas preescolares de sector público (seleccionadas de forma aleatoria). De los cuales 48% son de sexo femenino y 52.2% masculino. Los padres y los maestros/as de aula regular respondieron los cuestionarios (ver Tabla 1 para descripción de la muestra).
Instrumentos
The Early Childhood Inventory-4 (ECI-4) (versión para padres y maestros) (Sprafkin & Gadow, 1996). Evalúa sintomatología cognitiva, conductual y afectiva de los trastornos que pueden presentarse en los niños de edad preescolar (tres a seis años de edad). Consta de 108 ítems para la versión de padres, y 87 para maestros. Las respuestas varían en una escala de 0 a 3, donde: nunca=0, a veces=1, a menudo=2, y muy a menudo=3. La versión para maestros cuenta con 8 ítems extras que evalúan habilidades de comunicación, comprensión de lenguaje, articulación de palabras, coordinación motora y fina, habilidades de autoayuda, habilidades para imaginar juegos, y por último, habilidades al momento de jugar con otros niños. Para este estudio, fue la categoría M la utilizada, que corresponde a los ítems del 97 al 108 (de versión padres) ya que son los que están relacionados para la detección de Síndrome de Asperger. El ECI-4 es considerada una de los auto-informes de cribado más completos, en la presente muestra mostró una fiabilidad de α = 0.932 en la versión para padres; y α = 0.956 en la versión para maestros.
Behavior Rating Inventory of Executive Function - Preschool Version (BRIEF-P) (Para padres y maestros) (Gioia et al., 2003), es un cuadernillo que consta de 63 ítems para evaluar la FE en niños de 2 a 5 años de edad. Sus respuestas varían de: nunca (N), a veces (A) y frecuentemente (F). Es una herramienta complementaria de diagnóstico para los síntomas de déficits en la FE del niño, y de tener puntuaciones altas, los resultados podrán tomarse en cuenta como relevantes para el diagnóstico. Este instrumento cuenta con cinco escalas clínicas, como Inhibición, Flexibilidad, Control Emocional, Memoria Operativa o Memoria de Trabajo y Planificación/Organización. Además, cuenta con 3 índices clínicos como Autocontrol Inhibitorio (IACI), Flexibilidad (IF) y Meta Cognición Emergente (IME), y un índice Ejecutivo Global (IEG). A su vez, en la presente muestra el cuestionario mostró una fiabilidad de α = 0.946 para la versión de padres; y α = 0.975 para la versión de maestros.
Hoja de datos familiares y sociodemográficos (para padres). Este cuestionario fue elaborado ah doc en base al cuestionario de Hollingshead (1975), y tiene como finalidad realizar una evaluación completa, ya que el ambiente familiar del niño puede influir en las conductas que él tenga.
Procedimiento
Se requirió del consentimiento de la Secretaría de Educación Pública y Cultura (SEPyC) del Estado de Sinaloa para acceder a las escuelas preescolares de la región. Posteriormente, se acudió a los planteles para obtener el consentimiento de los directores; se invitó a las maestras de tercer grado de preescolar a participar en el estudio, y a los padres/cuidadores, a través de un documento que explicaba la importancia, objetivos y dinámica del estudio. Una vez firmado el consentimiento informado, se solicitaba el llenado de instrumentos. Durante la recolección de datos, se presentaron dificultades como: retraso en la entrega de instrumentos respondidos por parte de los padres, indisposición de aquellos maestros que tenían alto número de estudiantes por aula o que se encontraban con bastas actividades laborales. Sin embargo, se apoyaba en el recordatorio a los padres para que entregaran los instrumentos respondidos.
Análisis de datos
A través del programa estadístico SPSS versión 21 para Windows, se realizaron correlaciones de Pearson, para conocer la asociación entre la sintomatología del SA, y otros síntomas de aparición temprana. Además, se analizó la relación entre los síntomas de SA y los déficits de cada una de las áreas de la FE: Inhibición, Flexibilidad, Control Emocional, Memoria Operativa o Memoria de Trabajo y Planificación/Organización.
Resultados
A partir de la información proporcionada por padres y maestros, se obtuvieron prevalencias del 0.6% (padres) y 0.2% (maestros) de niños con síntomas de SA. La media de edad de los niños era de 5.21 años (DE=0.431). Las correlaciones de Pearson indicaron que la sintomatología de SA presenta una relación significativa con algunos déficits de la FE, como Control Inhibitorio, Flexibilidad Cognitiva, Control Emocional, Memoria de Trabajo y Organización (ver Tabla 2).
FE | |||||
---|---|---|---|---|---|
Sintomatología de SA | Control Inhibitorio | Flexibilidad Cognitiva | Control Emocional | Memoria de Trabajo | Organización |
Padres | 0.240** | 0.237** | 0.160** | 0.278** | 0.215** |
Maestros | 0.410** | 0.408** | 0.411** | 0.289** | 0.284** |
Nota. SA, Síndrome de Asperger; FE, Función Ejecutiva; ** =p <0.001
Por otra parte, los maestros informaron altas correlaciones entre la sintomatología de SA y algunas características del desarrollo evaluadas: problemas en el lenguaje hablado (p=0.003), en la articulación (p=0.001), y en las dificultades para fingir juegos (p=0.001) (ver Tabla 3). Además, se evaluó la comprensión del lenguaje, la coordinación motora fina y gruesa, habilidades de auto-ayuda y la intención del juego con otros niños, los resultados de las correlaciones indican significancias menores a 0.10, sin embargo, no menores a 0.05.
r | p | |
---|---|---|
Lenguaje hablado | 0.140 | 0.003* |
Comprensión de lenguaje | 0.082 | 0.076 |
Articulación | 0.149 | 0.001* |
Coordinación motora fina | 0.085 | 0.070 |
Coordinación motora gruesa | 0.083 | 0.075 |
Habilidades de auto-ayuda | 0.086 | 0.065 |
Fingir juegos | 0.158 | 0.001* |
Habilidades de juego con otros niños | 0.083 | 0.074 |
Nota: * p ≤ 0.05
Además, se exploró la relación de la sintomatología de SA y síntomas internalizados; así, de la información proporcionada por los padres se encontraron correlaciones significativas con síntomas de Ansiedad Generalizada (AG) (p=<0.001), Tics Motores (TICM) (p=.027), Tics Verbales (TICV) (p=<0.001), Obsesiones (OBS) (p=0.003) y Compulsiones (COMP) (p=<0.001); mientras que los resultados de maestros, indicaron correlaciones significativas con TICM (p=<0.001), TICV (p=<0.001) y COMP (p=<0.001). A su vez, cada uno de estos trastornos presenta comorbilidad entre sí (ver Tabla 4).
Padres | |||||
---|---|---|---|---|---|
AG | TICM | TICV | OBS | COMP | |
SA | 0.323** | 0.126* | 0.269** | 0.167** | 0.319** |
AG | 0.194** | 0.267** | 0.406** | 0.299** | |
TICM | 0.413** | 0.221** | 0.099 | ||
TICV | 0.125* | 0.093 | |||
OBS | 0.321 | ||||
Maestros | |||||
SA | 0.079 | 0.503** | 0.323** | 0.045 | 0.163** |
AG | 0.121** | 0.188** | 0.204** | 0.121** | |
TICM | 0.513** | 0.070 | 0.136** | ||
TICV | 0.151** | 0.048 | |||
OBS | 0.209** |
Nota. SA= Síndrome de Asperger; AG= Ansiedad Generalizada; TICM= Tics Motores; TICV= Tics Verbales; OBS= Obsesiones; COMP= Compulsiones. Se muestran los índices de correlación entre sintomatología de SA y otros trastornos, así como la correlación de sintomatología que existe entre los diferentes trastornos entre sí. *p ≤ 0.05; **p < 0.001
Discusión
La sintomatología de SA puede ser detectada desde edades tempranas; su prevalencia promueve la necesidad de crear y aplicar estrategias de intervención educativa y clínica que ayuden a los niños que lo presentan a desenvolverse de manera más adecuada en su medio. En la presente investigación, se muestra una prevalencia de 0.6% (detectada por padres) y 0.2% (detectada por maestros), con ello, la detección e identificación de síntomas desde edad preescolar se vuelve necesaria en nuestro país, para garantizar diagnósticos, adecuaciones e intervenciones educativas certeras.
Por otro lado, al analizar la presencia de sintomatología de SA resulta indispensable tomar en cuenta las diferentes áreas en las que los niños pueden verse afectados. Así , algunas de las dificultades que impactan directamente el desarrollo social y académico de los niños con síntomas de SA desde edad preescolar son: dificultades en la articulación y comprensión del lenguaje; deficiencia en habilidades de autoayuda y para fingir juegos; interés extremo por un tema en específico; e irritabilidad al cambio de rutinas; además de movimientos repetitivos (Araujo Jiménez, 2013; Caballero, 2008; Ghaziuddin, 2008; González Silva, 2006; Leekam et al., 2000; Martín-Borreguero, 2005; Rodríguez, 2009; Thomas et al., 2004). Aunado a ello, las interacciones sociales se ven atravesadas y obstaculizadas debido a deficiencias cognitivas y motrices; pues éstas promueven la ausencia de actividades deportivas, juegos como correr o saltar, entre otros (Frith, 2004; Haker, 2014; Thomas et al., 2004).
Con respecto a la comorbilidad de los síntomas de SA y otros trastornos, se observó que en la presente muestra de niños preescolares, los síntomas de SA no están asociados a síntomas de TDAH, difiriendo de lo que se ha mostrado en otras investigaciones (Artigas-Pallarés, 2003; Ghaziuddin, 2008; Rodríguez, 2009). Esto puede explicarse considerando que los niños con SA pueden no tener graves problemas de atención, sobre todo cuando se trata de enfocarse en su tema predilecto (Caballero, 2005; López & Munguía, 2008). Por su parte, los Tics Motores se encuentran en comorbilidad con síntomas de SA (Artigas-Pallarés, 2003), esto tomando en cuenta que las estereotipias y/o movimientos restringidos pueden presentarse con constantemente movimiento de brazos, pies y balanceo cabeza.
Es importante analizar la comorbilidad entre el SA y síntomas de trastornos internalizados (ansiedad, obsesiones, entre otros), debido a que en edad preescolar los niños pueden presentar problemas emocionales afectando su desempeño social y escolar (Hernández et al., 2005; Thomas et al., 2004). En dicha etapa la demostración de bajo estado de ánimo se produce con constante irritabilidad, por lo que puede ser poco detectado por los adultos, y confundido con pataletas o rabietas sin causa.
Por otra parte, no se encontraron síntomas de depresión en comorbilidad, quizás esto tiene que ver con que este trastorno se presenta comúnmente en la adolescencia de los niños con SA al ser víctimas de burlas y/o acoso por otras personas (Ghaziuddin et al., 1998; Pacheco et al., 2008; Pérez & Martos, 2009); también es considerada la aparición de este trastorno por el diagnóstico tardío (Frith, 2004) debido al retraso del tratamiento que logre la comprensión de síntomas, y adquisición de estrategias y habilidades para controlar las conductas que presentan los niños con SA.
Así pues, resulta necesario no sólo detectar la sintomatología de SA y la presencia de deterioros en las áreas de la FE, también se sugiere analizar y observar la posible presencia de otros síntomas en edades tempranas; con ello será posible crear estrategias específicas y adecuadas para las características cognitivas y conductuales de los niños con síntomas de SA.
Según nuestro conocimiento, actualmente en México existen pocos estudios que indaguen sobre las características del SA, debido a que los estudios se enfocan en el Autismo (Lay Arellano & Anguiano Suárez, 2015; Olmedo López, 2013); por ello es importante dar una mayor difusión al SA para generar un mayor impacto en la sociedad, generando mayor divulgación de conocimiento sobre su detección, características, síntomas en comorbilidad y realizar diagnósticos y tratamientos certeros. Esto también beneficiará en el ámbito escolar, fomentando una buena inclusión a los niños con SA por parte de los maestros y directivos de los centros educativos; y a su vez, evitando la lucha con la que se encuentran los padres de familia en México contra estas instituciones educativas que no admiten el diagnóstico de SA de sus hijos (Lay Arellano & Anguiano Suárez, 2015). La falta de conocimiento puede aseverarse debido a la nueva actualización del DSM-5 donde el término SA desapareció y se hizo parte de los Trastornos del Espectro Autista; ya que eliminar este término es olvidar las investigaciones que a través de los años se han realizado sobre el SA (Frith, 2004). Es así como este trabajo es una aportación a las investigaciones de SA en la infancia temprana que se han realizado en México; analizando la nosología de este síndrome, se busca promover mayor conocimiento, lograr una mayor inclusión de los niños con síntomas de SA y realizar diagnósticos certeros que lleven a tratamientos adecuados que permitan el mejor funcionamiento y desarrollo de los niños.
Por último, se sugiere realizar investigaciones con mayor número muestral que garantice la profundidad en el estudio de cada una de las características de SA en edades tempranas, tomando en cuenta que en el presente estudio los índices de prevalencia imposibilitan el análisis complejo de la sintomatología.