Introducción
La violencia perpetrada por la pareja es una de las formas más comunes de violencia contra la mujer, se puede presentar de diferentes formas, en diversos contextos y ocurrir durante el inicio de una relación de pareja o después de varios años de convivencia1,2.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), menciona, que más de 736 millones de mujeres de 161 países, de diversas culturas, áreas geográficas, urbanas y provinciales, han sufrido violencia física, sexual o actos de violencia emocional realizada por su pareja3. Sin embargo, estos datos muestran solo la violencia dentro de parejas formales, pero no la violencia ejercida en las relaciones de noviazgo en parejas jóvenes, conducta que por lo regular no es cuantificada y constituye actualmente un problema de salud pública en diversos países y culturas del mundo4.
La violencia en el noviazgo es considerada como toda acción realizada con el fin de crear miedo, control o manipulación, que puede provocar daños psicológicos, físicos y sexuales en parejas jóvenes con una frecuencia superior a la registrada en parejas adultas, pero generalmente de menor gravedad5.
Se conoce que por sí misma, la relación de noviazgo tiene cierta complejidad debido a que las personas desean agradarse y pasar tiempo juntos. Donde suelen mezclarse dominios como parte de las reglas que puede imponer la pareja6,2. De tal forma que, cuando la conducta violenta inicia durante la relación, es difícil de detectar, pues no se visualiza que dentro de una etapa de enamoramiento pueda generarse violencia. Por esta razón, esta conducta no es percibida por las víctimas ni por los agresores como violencia, normalizando este tipo de relacionamiento7.
Algunos estudios indican que, cuando los jóvenes se encuentran expuestos en relaciones familiares violentas, pueden llegar a normalizar y justificar esta conducta, por lo que no logran percibirla como tal; señalan, además, que las agresiones durante el noviazgo son mayores entre las personas que han tenido algún caso de violencia de género, y las formas que más identifican son la violencia psicológica y la física8,9,10.
De igual forma, señalan, que las creencias que los jóvenes poseen con respecto al uso de la violencia dentro de las relaciones de pareja, los lleva a presentar más fácilmente esta conducta; justificando que se encuentra asociada con las creencias de los roles de género que poseen11.
Otras investigaciones realizadas en contextos estudiantiles indican que la violencia, ejercida por la pareja contra la mujer adolescente, constituye un instrumento de opresión que opera como una medida de control para establecer y afianzar la dominación masculina. Sin embargo, mencionan que, si bien la violencia física es ejercida mayormente por los hombres, también se atribuye a las mujeres un tipo de violencia que es la emocional. Indicando que los motivos y fines de la violencia son distintos para ambos géneros, predominando la intención de controlar y dominar, como respuesta o defensa propia12,13,14.
La violencia en la etapa de noviazgo afecta de manera directa en el desarrollo de la personalidad, llevando a los jóvenes a presentar alteraciones como depresión, ansiedad y baja autoestima, ocasionando en algunos casos bajo rendimiento académico o el abandono de los estudios15,7.
En México, estudios revelan que la mayoría de los estudiantes han vivido algún tipo de violencia, destacando que la violencia emocional es la que prevalece en las relaciones de noviazgo, pero también reportan casos de violencia física y sexual con mayor proporción en las mujeres16,17,18. Al respecto, la Encuesta Mexicana realizada en jóvenes publicada en 2019, muestra que la experiencia más frecuente de maltrato físico ocurre con amigos y en las relaciones de pareja10.
Como se ha contextualizado, la violencia en las relaciones de noviazgo es un problema que se encuentra presente en la vida de muchos jóvenes, en quienes puede generar un impacto en su salud mental, produciendo elevados niveles de estrés y sufrimiento para quien la padece, dejando en ocasiones secuelas físicas y psicoemocionales. Conducta que puede impactar el desarrollo académico de los estudiantes, impidiendo en muchas ocasiones concluir su formación universitaria.
De tal manera, que el estudio en las relaciones de noviazgo se considera importante desde dos vertientes: la primera, para lograr la comprensión del fenómeno de la violencia en relaciones de parejas jóvenes; y la segunda para generar estrategias de afrontamiento, encaminadas a la prevención de este problema de salud dentro de los contextos universitarios.
Cabe mencionar que estudios actuales señalan que los enfermeros, son los profesionales de la salud que más sufren violencia laboral, y los estudiantes de enfermería frecuentemente están expuestos a experimentar algún tipo de violencia durante las prácticas clínicas14,19,20. Sin embargo, existe poca evidencia sobre la violencia en las relaciones de pareja en la etapa universitaria, ratificando la pertinencia de este estudio.
Así mismo, se considera que la identificación temprana del fenómeno de la violencia permitirá la implementación de políticas preventivas durante la formación universitaria y en el lugar de trabajo. Por lo antes expuesto el objetivo de esta investigación fue identificar la violencia en las relaciones de noviazgo en estudiantes universitarios de enfermería de una Universidad Pública de Minatitlán, Veracruz México.
Materiales y métodos
El estudio tuvo un abordaje cuantitativo, descriptivo, transversal y correlacional. La población fueron 343 estudiantes de enfermería de una universidad pública de la ciudad de Minatitlán en el estado de Veracruz México, inscritos en el período 2021-2022. La muestra se calculó mediante la fórmula para poblaciones finitas, con un nivel de confianza de 95%, con un margen de error del 5% y quedo integrada por n=182 estudiantes, que representan el 53.06% de la población. Para la selección de los participantes se utilizó un muestreo probabilístico aleatorio simple. Los criterios de inclusión fueron: ser estudiante de enfermería, estar inscritos en el ciclo escolar, de cualquier sexo u orientación sexual, que indicaran tener una relación actual o haber tenido una relación de pareja en el último año y que aceptaran participar en el estudio. Se excluyeron a los participantes que no contestaron de forma completa los instrumentos.
La información fue recolectada con dos instrumentos; el primero, indagó características sociodemográficas como edad, sexo, semestre que cursaba, relación sentimental actual, edad y sexo de la pareja, percepción de maltrato en la relación actual y en el pasado. El segundo instrumento fue el Cuestionario de Violencia en las Relaciones de Parejas jóvenes (VIREPA), integrado por 20 ítems con una escala tipo Likert con 5 opciones de respuesta (1 nunca, 2 alguna vez [1 a 2], 3 muchas veces [3 a 5], casi siempre [6 o más] y 5 siempre). Está compuesto por 5 dimensiones: 1 Maltrato emocional, 2 maltrato físico y psicológico, 3 desvalorización personal, 4 control social y económico y 5 abuso sexual5. La escala ha sido utilizada con población de habla hispana reportando una confiabilidad de 0.93. En este estudio el coeficiente de confiabilidad Alpha de Cronbach para la escala total fue de 0.90.
La recolección de los datos inició dando una explicación a los estudiantes seleccionados, donde se daba a conocer el objetivo de la investigación y se enfatizó que su participación sería anónima, cuando aceptaban participar se les entregaba el consentimiento informado para su firma y posteriormente el cuestionario VIREPA. En el aspecto ético el estudio se apegó a lo dispuesto en el Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de Investigación para la Salud de México21. La recolección de la información fue autorizada por los directivos de la institución educativa donde se realizó la investigación. En el caso de los estudiantes menores de edad se envió un consentimiento informado a su tutor o tutora para que diera su autorización. La información fue recolectada durante tres semanas en los meses de marzo y abril de 2022.
Los datos recolectados fueron analizados en el paquete estadístico Statistic Package for the Social Science (SPSS) Versión 25, se realizaron pruebas estadísticas descriptivas para las variables sociodemográficas y se utilizó la prueba Kolmogorov Smirnov para verificar la normalidad de la variable violencia, la cual no mostró una distribución normal, por lo que se utilizó la prueba U de Mann-Whitney para comparar los tipos de violencia de acuerdo al sexo. El coeficiente de correlación de Spearman se utilizó para correlacionar las variables edad, edad de la pareja, tiempo de relación y los tipos de violencia.
Los resultados con un valor de p <0.05 se consideraron estadísticamente significativos.
Resultados
Participaron 182 estudiantes de enfermería, 146 mujeres (80.2%) y 36 hombres (19.8%), con un rango de edad entre 17 y 31 años y una media de 20.02. Además, 58.8% refiere haber tenido una pareja sentimental en el último año, 43.4% indican que se encuentran actualmente en una relación y 7.14% mantiene una relación con personas de su mismo sexo.
En un primer momento se realizaron dos preguntas abiertas que indagaron sí desde su perspectiva habían sufrido algún tipo de violencia, encontrando que 26.9% de los jóvenes indicó percibir violencia en sus relaciones pasadas y 3.8% lo reportó en su relación actual.
La Tabla 1 muestra la frecuencia con la que perciben la violencia, y se observa que la mayoría de los participantes ha experimentado algunas veces algún tipo de violencia ejercida por su pareja; se enfatiza, que, aunque el porcentaje es mínimo, hay jóvenes que refieren haber vivido muchas veces o casi siempre violencia en sus relaciones de noviazgo.
Frecuencia de Violencia | Frecuencia | Porcentaje |
---|---|---|
Sin Violencia | 73 | 40.1 |
Algunas veces | 103 | 56.6 |
Muchas Veces | 5 | 2.7 |
Casi siempre | 1 | 0.5 |
Fuente: Elaboración propia
Al comparar el tipo de violencia percibida de acuerdo con el sexo, se encontró diferencias estadísticamente significativas entre hombres y mujeres en cuatro de los cinco tipos de violencia analizados, con puntuaciones más elevadas en el maltrato emocional (z=-2.248, p=0.004), desvalorización personal (z=-3.096, p=0.003) y el control social y económico (z=-2.681, p=0.002) en los hombres que en las mujeres (Tabla 2).
Frecuencia de Violencia | Hombre (n=36) | Mujer (n=146) | U | z | p | ||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
|
DE | Md |
|
DE | Md | ||||
Maltrato emocional | 6.31 | 2.692 | 5 | 5.40 | 2.255 | 4 | 2038.5 | -2.248 | .004* |
Maltrato físico y psicológico | 6.36 | 2.113 | 5 | 5.58 | 1.639 | 5 | 1961 | -2.942 | .025* |
Desvalorización personal | 4.92 | 1.360 | 4 | 4.48 | 1.537 | 4 | 1987.5 | -3.096 | .003* |
Control social y económico | 6.53 | 2.184 | 6 | 5.84 | 1.838 | 5 | 1982 | -2.681 | .002* |
Abuso sexual | 2.11 | 0.398 | 2 | 2.18 | 0.685 | 2 | 2605 | -.165 | .007 |
Nota: Prueba U de Mann-Whitney. Significancia estadística a partir de *p<0.05 Fuente: Elaboración propia
Sobre la violencia vivida en las relaciones presentes y pasadas, se encontraron medias más elevadas en los estudiantes que han sufrido violencia en sus relaciones pasadas (p<0.01) en las 5 dimensiones analizadas (Tabla 3).
Tipo de Violencia | Violencia en el pasado | U | z | p | |||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Si | No | ||||||||
|
DE | Md |
|
DE | Md | ||||
Maltrato emocional | 7.22 | 2.960 | 7 | 4.98 | 1.769 | 4 | 1646 | -5.523 | .000** |
Maltrato físico y psicológico | 6.88 | 2.870 | 6 | 5.32 | .782 | 5 | 1891-5 | -5.415 | .000** |
Desvalorización personal | 5.45 | 2.517 | 4 | 4.24 | .653 | 4 | 2255.5 | -4.354 | .000** |
Control social y económico | 7.24 | 2.898 | 6 | 5.50 | 1.098 | 5 | 1794.5 | -5.456 | .000** |
Abuso sexual | 2. .49 | 1.082 | 2 | 2.05 | 0.284 | 2 | 2638 | -4.005 | .000** |
Nota: Prueba U de Mann-Whitney. Significancia estadística a partir de **p<.01. Fuente: Elaboración propia
La Tabla 4 muestra la relación de los tipos de violencia con la edad del participante, edad de la pareja y tiempo de relación, observando que la edad es un indicador importante en este grupo, debido a que se encontró relación estadísticamente significativa entre la edad de los jóvenes, edad de la pareja con el maltrato emocional, maltrato físico y psicológico y la desvalorización personal (p<0.05). La edad de la pareja se encontró relacionada con el tiempo de relación, el maltrato físico y psicológico, el control social y económico, así como con el abuso sexual (p<0.05). El tiempo de relación se encontró relacionado con el maltrato emocional, maltrato físico y psicológico y el abuso sexual (p<0.05). El puntaje total de la escala de violencia mostró relación con la edad del participante como con la edad de la pareja (p<0.05).
1 | 2 | 3 | |
---|---|---|---|
Edad | 1 | ||
Edad de la pareja | .176* | 1 | |
Tiempo de relación de pareja | .125 | .912** | 1 |
Maltrato emocional | .163* | -.188 | -.197** |
Maltrato físico y psicológico | .184* | -.158* | -.167* |
Desvalorización personal | .200** | -.134 | -.104 |
Control social y económico | .076 | -.157* | -122 |
Abuso sexual | .056 | -.160* | -.157* |
Puntaje total de violencia | .177* | -.168* | -.157 |
Nota: Significancia estadística a partir de *p<0.05, **p<0.01. Fuente: Elaboración propia
Discusión
Identificar la violencia en las relaciones de noviazgo en parejas jóvenes, es un proceso que resulta importante, debido a que este fenómeno puede manifestarse dentro de las relaciones sin que los jóvenes puedan llegar a percibirlo. Un importante estudio multicéntrico identificó que, entre los estudiantes del área de la salud, los enfermeros tenían mayor prevalencia de violencia, anclada en el modelo tradicional de roles de género22.
La violencia vivida por estudiantes de enfermería es aún poco investigada a nivel mundial, reproduciendo un imaginario de que tales profesionales serían “inmunes” por su condición de género, constituyendo un vacío de conocimiento en el país. Al respecto, los hallazgos de este estudio muestran que la mayoría de los estudiantes percibieron algún tipo de violencia, tanto en sus relaciones de noviazgo pasadas (26.9%) como en las actuales (3.8%), resultado superior a lo reportado por estudios realizados en universitarios colombianos y ecuatorianos quienes indicaron que nunca habían sufrido algún tipo de violencia13,23.
Sin embargo, este mismo resultado es menor a lo reportado por estudios realizados en estudiantes mexicanos, donde la mayoría de los jóvenes indicó haber sido víctima de por lo menos un indicador de violencia en algún momento de la relación de noviazgo16,17. Hallazgo que coloca a la mayoría de los participantes de esta investigación, en riesgo de presentar alguna alteración de salud mental derivada de la violencia a la cual pueden estar expuestos en sus relaciones de noviazgo, dato que puede afectar su avance académico, si continúan con exposición a este tipo de conductas. Además, dentro del contexto disciplinar, el conocimiento de las enfermeras sobre cómo apoyar a las personas que sufren violencia doméstica y familiar aún es limitado, particularmente cuando ya han sido víctimas de violencia22.
Cabe mencionar, que las experiencias de violencia vividas en las relaciones amorosas producen efectos negativos y significativos en la salud a corto y largo plazo, con repercusiones que pueden llegar a ser costosas para el sistema de salud.
En lo que respecta a la violencia percibida de acuerdo con el sexo, se encontró mayor maltrato emocional, control social y económico en los hombres que, en las mujeres, resultado diferente a lo reportado por estudios12,13, quienes documentaron que fueron las parejas masculinas los que perpetraron la violencia contra las mujeres, mencionando que los hombres tienden a ejercer más violencia física que las mujeres. Sin embargo, este resultado coincide con un estudio realizado en Yucatán, México, que señala a las mujeres como las que realizan más violencia física hacia sus parejas 24. Otros hallazgos mencionan que ambos sexos son victimizados en las relaciones de noviazgo, señalando a los hombres como los que experimentaron mayor victimización que las mujeres18.
Cabe señalar que los fines de ejercer la violencia son diferentes tanto en hombres como en mujeres, llegando a ejercerla como una posible respuesta o defensa propia con la intención de controlar o dominar a la pareja12. Al respecto, nuestro estudio encontró que los hombres presentaron mayores niveles de violencia en cuatro de los cinco tipos analizados. Sin embargo, el hallazgo merece ser mejor evaluado ya que el 7.14% mantiene una relación con personas del mismo sexo, por tanto, pueden ser más vulnerables a la violencia teniendo en cuenta su identidad de género2.
Se considera importante mencionar que los jóvenes que refirieron violencia en sus relaciones de noviazgo pasadas, son los que presentan mayores puntuaciones de violencia en las dimensiones analizadas, resultado similar a lo expuesto por investigaciones quienes enfatizan que los jóvenes que han sido expuestos a diferentes formas de agresión, en comparación con las que no, son los que ejercen mayor violencia en sus relaciones de pareja6,8.
De tal manera que, las personas que han estado expuestas a algún tipo de agresión ya sea física o psicológica, sufren más violencia en sus relaciones de noviazgo, colocando a esta vivencia como un factor de riesgo que lleve a estos jóvenes a reproducir esta conducta y normalizar ese tipo de relacionamiento, dificultando su visibilización. Por lo que se considera necesario crear políticas públicas con estrategias pedagógicas que comiencen desde la infancia, así como durante la etapa universitaria para que la violencia no sea normalizada y percibida como una forma de demostrar amor, algo ya evidenciado en varios estudios19,22.
Sobre el maltrato físico y psicológico, los resultados indicaron que se encuentra relacionado con la edad del participante, edad de la pareja y el tiempo de relación; similar a lo expresado por estudios realizados en Cuba, donde se destaca que la mayor frecuencia de violencia en la población universitaria fue la violencia psicológica, manifestada principalmente de forma verbal9. Cabe señalar, que el maltrato psicológico es un indicador del inicio del ciclo de la violencia, y por ello, deben existir estrategias tempranas en el ámbito académico para que se evite normalizar esta conducta o el surgimiento de otras formas de violencia que puedan poner en peligro la vida de la víctima14. En el caso de la violencia física, investigaciones reportan que es una de las formas frecuentes de violencia dentro de las relaciones de pareja, ejercida casi siempre por el hombre contra la mujer8,13.
Estos resultados indican que la edad es un factor importante en la generación de algún acto violento con la pareja, patrón que se repite en las relaciones posteriores, considerando que los jóvenes pueden reproducir esta conducta hasta llegar a la vida adulta.
Conclusiones
Ante lo expuesto, se confirma que los estudiantes universitarios que estudian la licenciatura en enfermería y que participaron en esta investigación, han percibido experiencias de violencia, con predominio en los hombres, considerando que es una conducta que puede pasar desapercibida tanto para el perpetrador como para la víctima, razón por la que se considera relevante el diseño de programas de prevención de la violencia en los contextos universitarios, dirigidos a identificar la violencia y su impacto en la persona, que aporte conocimiento y dé oportunidad de identificar cuando están viviendo una situación violenta dentro de sus relaciones de noviazgo.
Dentro de las limitaciones de este estudio, se incluyen la naturaleza de la recopilación de los datos y la prevalencia puede estar subestimada o sobreestimada. Sin embargo, presenta datos que merecen mayor discusión, en particular los relacionados con una mayor prevalencia de violencia entre los hombres. Nuestros hallazgos destacan la necesidad de una intervención temprana para esta población, vislumbrando el acceso a servicios especializados, en los que existan espacios de diálogo abierto y apoyo para la desconstrucción de la naturalización de la violencia.