INTRODUCCIÓN
El proceso de formación inicial del psicopedagogo en Cuba se caracteriza por un curiculum amplio y actual, que le permite a este profesional obtener una visión diferente de los problemas educativos a los que se enfrentan en su práctica laboral investigativa, así como poder ofrecer soluciones coherentes a las demandas de los contextos educativos desde la gestión de los modos de actuación profesional asociados a la orientación educativa, la asesoría psicopedagógica y la investigación educativa.
La gestión de los modos de actuación profesional del psicopedagogo constituye resultado de la preparación que se le brinde a este profesional en su proceso de formación inicial, en la Universidad de Granma este proceso se concibe desde la concepción curricular de la carrera, con el tratamiento por las disciplinas y asignaturas, las cuales toman como centro la Disciplina Formación Laboral Investigativa; desde la extensión universitaria en las diferentes actividades que se realizan en el proyecto extensionista, desde las acciones pensadas en la Estrategia Educativa de la carrera así como por cada año académico y desde el accionar que realiza el Gabinete de Orientación Educativa como espacio de formación para este profesional.
La coherente imbricación de todo el accionar del profesorado y el estudiantado de la carrera permite la formación de un psicopedagogo competente, con cualidades y recursos personales que les permitan el acercamiento y la comunicación con los sujetos con los que interactúa, con valores, con un arsenal epistemológico que les permitan diagnosticar e intervenir en la realidad educativa, y poder atender de manera científica las demandas sociales vigentes en los contextos de actuación, lo que constituye fuente principal de inspiración para la concepción del proyecto extensionista Taller Móvil de Orientación Comunitaria.
En este artículo, las autoras proponen desde la carrera Licenciatura en Educación, Pedagogía Psicología de la Universidad de Granma la concepción del proyecto extensionista Taller Móvil de Orientación Comunitaria que permite el fortalecimiento de los modos de actuación profesional del psicopedagogo.
Aunque este proyecto por su nombre alude a la orientación educativa como uno de los modos de actuación del psicopedagogo, desde su concepción aborda además la asesoría psicopedagógica transversalizados estas por la investigación educativa.
DESARROLLO
La Universidad tiene la necesidad de “[… ] formar a personas para ser profesionales altamente calificados para su desempeño laboral y el ejercicio de su ciudadanía de forma responsable, brinda a los estudiantes la posibilidad de desarrollar plenamente sus propias capacidades con sentido de la responsabilidad social” (UNESCO, 1998, p. 7).
Las universidades en su vínculo necesario con la sociedad tienen un gran reto en la época actual: ampliar su capacidad de respuesta a las exigencias sociales, preparar un profesional sensibilizado con los problemas sociales, responsable de su actuación profesional, comprometido con los sujetos, procesos y contextos con y en los que interactúa, que sean capaces de insertarse plenamente en los procesos sociales, productivos y científicos; por lo que en la formación profesional inicial deben estructurarse un sistema de acciones que permitan el desarrollo personal y profesional en vínculo estrecho con la sociedad a la que va a retribuir su formación, en función de resolver los problemas que emergen con el desempeño de sus modos de actuación.
En el Documento Base para la conformación del Plan E de la República de Cuba se reconoce que la formación del profesional es necesariamente una interacción del proceso docente educativo de la carrera con la vida profesional y social, con un enfoque científico, lo que exige crear las bases en el diseño para prever espacios donde se materialice el uso social del conocimiento, mediante la práctica laboral como parte de su formación, aportando así a la solución de problemas sociales, culturales, económicos y ambientales; así como, contar con las flexibilidades que permitan adaptar el contenido de estas prácticas a las necesidades de los territorios.
Esta afirmación destaca la necesidad el empleo de contextos sociales donde el estudiante en formación materialice sus conocimientos, habilidades y valores; como parte de los modos de actuación profesional que debe desempeñar, pero a la vez les permita la solución a problemáticas sociales que afectan el bienestar de los comunitarios, esto sin lugar a dudas se concreta en la formación del psicopedagogo.
En relación con lo analizado en el documento base para la conformación del Plan E se plantea que la universidad debe tener pertinencia social, por eso es primordial que en el proyecto curricular se refuerce el vínculo universidad-sociedad, pues en él se concreta una realidad histórica, una concepción de la profesión y su rol social. Las demandas sociales ayudan a determinar los perfiles y las funciones profesionales y hasta los contenidos objeto de aprendizaje del currículo.
La universidad posee como encargo social la extensión de la cultura y la formación de egresados competentes y capaces de satisfacer las necesidades sociales e individuales, a partir de su preparación como ente activo en la sociedad en la que se desempeña. De este modo la ejecución de proyectos extensionistas permite la actuación profesional del estudiante de la carrera Licenciatura en Educación, Pedagogía- Psicología en las comunidades, sobre la base de los conocimientos adquiridos en el proceso docente educativo, lo que constituye por tanto la extensión universitaria una de las vías a través de las cuales se lleva a cabo la socialización de la cultura, lo que posibilita el vínculo entre la universidad y la sociedad.
Uno de los propósitos estratégicos de la Educación Superior en la provincia Granma es potenciar la realización de proyectos extensionistas dirigidos al desarrollo sociocultural comunitario, que se conciben desde la participación protagónica de estudiantes y profesores como vía para profundizar en el papel de la institución como centro promotor de la transformación y el desarrollo social, donde el proyecto que proponemos responde a esta necesidad.
El componente extensionista en la formación inicial del psicopedagogo
El proceso de formación inicial del psicopedagogo ha sido abordado por diferentes investigaciones nacionales y extranjeras, en las que se ilustran funciones, roles, tareas de este profesional y responden a cómo concebir este proceso, que tenga como resultado un psicopedagogo capacitado para atender las necesidades personales, grupales y sociales de los sujetos y contextos en los que se inserta.
Se destacan García, Rodríguez y Rodríguez (2006), quienes fundamentan las características competenciales del psicopedagogo desde aportes significativos de investigadores en el tema, donde se declaran roles, funciones, competencias específicas, además de características para perfilar la línea personal de la actuación del psicopedagogo, Vallejos y Rodríguez (2004)) abordan la formación del psicopedagogo desde los pilares básicos de la educación. Gregorini, 2011) por su parte declara que el psicopedagogo es un profesional estratégico desde las funciones que realiza, resalta aspectos generales de la relación orientadora, así como consideraciones del trabajo del gabinete psicopedagógico.
Calzado (2012)) resalta el componente personológico en la formación inicial mediante el desarrollo de la autovaloración docente del psicopedagogo. Sánchez (2014)) destaca la motivación por el aprendizaje profesional que permite al estudiante gestionar su desarrollo personal y profesional durante el proceso de formación inicial. Manchón (2015) aborda los niveles por los que transita la dirección del aprendizaje del contenido científico investigativo desde la formación inicial del psicopedagogo. Hernández (2016)) propone el enfoque de actuación en la formación de las habilidades profesionales del psicopedagogo, un elemento novedoso e interesante a considerar en la formación inicial.
Torres (2016) ofrece los niveles de formación del conocimiento de sí mismo en articulación con los aprendizajes profesionales, los cuales son desarrollados o estimulados a partir del método de articulación progresiva entre el conocimiento de sí mismo y los aprendizajes profesionales como vía para el trabajo educativo de la carrera. Ramírez (2016) aborda el proceso de formación del psicopedagogo como orientador en la prevención de la violencia familiar desde los niveles de formación como orientadores.
Saéz, Delgado y Bravo (2017) abordan la función orientadora, declaran espacios de formación de este profesional, así como la formación de la habilidad de orientador educativo y Aldana (2017) aborda desde la formación inicial el manejo pedagógico de conflictos escolares como competencia profesional del psicopedagogo, destacando lo pedagógico como fortaleza de esta investigación.
Estas investigaciones declaran la importancia de la figura profesional del psicopedagogo como agente de cambio en la sociedad, manifiestan que en el proceso de formación resulta esencial el carácter activo del sujeto en su formación, así como defienden la formación personal y profesional desde el tratamiento de aprendizajes profesionales importantes para este profesional, que le permitan resolver las problemáticas que emergen de los contextos educativos donde se insertan.
En la Licenciatura en Educación, Pedagogía-Psicología se reconoce la formación inicial del estudiante de Pedagogía Psicología como: (…) la formación socio-psicopedagógica intencionalmente dirigida a un modelo de actuación profesional, inicialmente referencial y gradualmente práctico laboral, sustentada en los conocimientos, habilidades, métodos, valores, cualidades y competencias que se requieren para desarrollar las funciones, tareas y el rol correspondiente, teniendo en cuenta los problemas profesionales asociados al diagnóstico, orientación, asesoría, investigación en los diferentes contextos de actuación y a la dirección del proceso pedagógico en la educación superior ( García y Addine 2006, p.56).
De esta definición, las autoras reconocen en primer lugar el tipo de formación que se destaca socio-psicopedagógica, pues la formación del psicopedagogo debe estar impregnada desde las actividades que se realicen en la carrera, de referencias socioeducativas con las que el estudiante pueda operar en su quehacer profesional.
En segundo lugar, destacar la concreción de los modos de actuación de este profesional en los diferentes contextos de actuación, desde donde se entrenará para la solución de las problemáticas identificadas, lo que brindará pertinencia social a su formación, ya que de una manera u otra las soluciones repercuten en la sociedad que se construye.
El proceso de formación inicial del psicopedagogo debe ser un espacio de reflexión, acercando el discurso de la formación a la realidad educativa con una óptica transformadora y de renovación, que haga viable y posible la impregnación de la posterior tarea profesional como agente de cambio e innovación que la escuela comprehensiva demanda. Esto sólo será posible si hay una apuesta clara desde las universidades por crear y potenciar escenarios donde se favorezca la reconstrucción de los esquemas mentales y la transformación de la visión de la realidad personal, social y escolar, más allá del reparto territorial de asignaturas bajo criterios poco formativos (Fernández y Fernández, 2006).
Estos autores destacan la utilización de escenarios donde se favorezca el desarrollo humano del profesional, estos escenarios pueden constituirse en espacios formativos propios de la carrera, el que aquí defendemos lo constituye el proyecto extensionista Taller Móvil de Orientación Comunitaria, el cual favorece la concreción de los modos de actuación profesional del psicopedagogo.
En correspondencia con la formación de este profesional, se destaca además en el contexto cubano una definición de este proceso de formación, la autora hace énfasis en uno de los modos de actuación que sin dudas resulta de significado para la concepción de este proyecto, define al proceso de formación para la orientación grupal como: “El proceso de apropiación y autogestión de conocimientos, formas de hacer y cualidades inherentes al modo de actuación del orientador grupal, que se sustenta en la participación consciente activa y responsable de los sujetos implicados en el mismo. En él cobra importancia el desarrollo de actividades profesionales en los distintos espacios del proceso educativo que propicien la preparación escalonada de los estudiantes para la orientación grupal” (Álvarez, 2016).
Esta definición apunta a elementos importantes como la autogestión del conocimiento, lo cual constituye premisa del plan de estudios E, la participación activa y responsable de los sujetos, lo cual constituye objetivos a lograr con el desarrollo del proyecto, estos dos elementos son contenidos transversalizadores de todo el proceso de formación inicial, donde serán potenciados en las actividades de orientación desarrolladas en las comunidades donde la carrera ejerce una influencia positiva, desde el desempeño de los modos de actuación de este profesional.
En relación a los modos de actuación profesional, Addine (2006) plantea que este se manifiesta mediante la forma en que el sujeto actúa sobre el objeto de la profesión y de la vida en general, y al mismo tiempo revela el nivel de habilidades, capacidades, constructos u otras formas donde el sujeto expresa su desarrollo profesional y personal. Para esta autora en el modo de actuación se aprecia el carácter histórico-concreto y generalizador al manifestarse en la actividad profesional y personal.
Igualmente, resultan significativas las consideraciones de Breijo (2009; p.47), quien destaca como elementos comunes del modo de actuación profesional los siguientes:
Suponen la integración de los conocimientos, habilidades y valores que aseguran un desempeño exitoso, en la transformación del objeto de la profesión.
Reflejan que el egresado se ha aprehendido de los contenidos esenciales de la ciencia, en interacción con la lógica de la profesión.
Permiten la aprehensión de los métodos de la profesión.
Posibilitan su inserción en un sistema de acciones de una actividad generalizadora, mediante el que se modela una actividad competente.
Estas afirmaciones permiten comprender el desarrollo de los modos de actuación profesional del psicopedagogo, una vez que manifiestan rasgos distintivos que constituyen premisas para el proceso de formación y que se pueden observar desde el desempeño de los estudiantes en formación en las diferentes actividades que desarrolla la carrera, en especial en el proyecto, ya que este, aunque el centro es la comunidad, no se libera de los contextos educativos escuela y familia, pues el psicopedagogo ejerce su influencia desde el contexto escolar.
En este sentido adquiere un lugar esencial en la formación del psicopedagogo el componente extensionista o extracurricular, mediante el desarrollo y concreción de proyectos que fortalezcan los modos de actuación profesional pero a la vez que permitan la transformación de comunidades donde se trabajan y que implique la articulación del contexto social con el profesional que hoy se forma en la universidad, dado el rol que desempeña el psicopedagogo como educador social comunitario.
Al respecto, Batista, Trujillo y Barbán (2018) aseveran, que el proceso de extensión universitaria desempeña un papel primordial en la solución a las exigencias sociales, al tener en cuenta las peculiaridades de cada carrera, en correspondencia con la formación profesional del estudiante universitario.
Estas mismas autoras en su artículo citan a Del Valle Blohm, N. C. (2009:19) quien define extensión universitaria como: “un proceso dinámico de formación integradora y sistémica, basada en la interacción cultural del quehacer universitario en comunicación multidireccional permanente con la sociedad, orientando a la transformación social para buscar en las comunidades donde desarrolla su acción la solución a sus problemas, responde a necesidades concretas en un momento determinado. Posee objetivos y contenidos propios, se realiza a través de diferentes métodos, necesita de medios, recursos adecuados y mecanismos de planificación y evaluación sistemática para su perfeccionamiento”, lo cual sin lugar a dudas debe poseer cualquier proyecto que se desarrolle en las carreras universitarias, pues debe reflejar los objetivos que persigue, las acciones a acometer, los recursos, los métodos a emplear que respondan a las necesidades del contexto en el que se desarrolla lo cual permita su transformación.
Este componente es referenciado desde artículos contemplados en la Resolución 2/2018 los cuales resaltan:
La formación de los profesionales se desarrolla de forma curricular (el proceso docente educativo) y extracurricular. La investigación científica extracurricular y la extensión universitaria, así como la participación en tareas de alto impacto social, se integran a esta labor de formación, constituyendo elementos de vital importancia para la formación integral de los estudiantes
La elaboración de la estrategia educativa de la carrera en sus tres dimensiones curricular, extensión universitaria y actividades sociopolíticas tomando como punto de partida el modelo del profesional. En esta estrategia se incluyen acciones para la orientación profesional y para garantizar la activa comunicación con los estudiantes.
La estrategia educativa del año es el documento fundamental que rige el trabajo del colectivo de año, para garantizar el cumplimiento de los objetivos formativos declarados en este nivel organizativo. Incluye el plan de trabajo metodológico del colectivo de año y las dimensiones educativas en el proceso de formación de los estudiantes del año, que son: la curricular, la de extensión universitaria y las actividades sociopolíticas.
Se deriva de estas consideraciones que en la formación inicial se deben proyectar actividades y acciones extensionistas como parte integrante del componente laboral e investigativo, de modo que contribuyan al desarrollo profesional, social y humanista de los estudiantes, desde la vinculación de la teoría con la práctica, en función de ampliar la concepción de la extensión universitaria, que tenga mayor impacto en los problemas socioeducativos.
Estas acciones se concretan en la conformación de un proyecto extensionista que responda a las exigencias sociales, pero a la vez que contribuya a la formación integral del psicopedagogo, donde se imbriquen los componentes académicos, laboral e investigativo, teniendo como eje tranzversalizador al componente extensionista, ejemplo de ello es el proyecto Taller Móvil de Orientación Comunitaria.
Concepción del proyecto extensionista Taller Móvil de Orientación Comunitaria
Necesidades que motivan el proyecto.
Hoy es una prioridad que el psicopedagogo posea una visión actualizada de las problemáticas fundamentales que afectan a la sociedad. El proyecto se fundamenta en la necesidad de desarrollar habilidades profesionales en el estudiantado, para ejecutar acciones en contextos socio-educativos complejos, que favorezcan una formación inicial pertinente, ajustada a las demandas que se concretan desde la vinculación comunidad, escuela y familia.
En este sentido el vínculo con las comunidades estimula la motivación profesional por aristas de trabajo que desde lo académico es difícil ilustrar en su totalidad. El contacto directo con las comunidades y sus realidades favorece la formación de habilidades para diagnosticar, intervenir y evaluar procesos que en ellas se generan.
Hoy la carrera Licenciatura en Educación, Pedagogía Psicología posee experiencias de trabajo que demuestran como la orientación educativa impulsa y además moviliza soluciones a conflictos que por su complejidad derivan en problemas sociales; que se tornan comunes en las realidades educativas a las que se enfrentan estos profesionales.
El trabajo en y con la comunidad es una alternativa para motivar profesionalmente al estudiantado pero además para lograr una formación integral basada en aprendizajes contextualizados desde lo local; basada además en el desarrollo de habilidades comunicativas que le permitan actuar con sujetos a niveles individuales y grupales en los diferentes contextos de actuación.
La otra arista de trabajo que fundamenta la relización de este proyecto es la necesidad de orientación y asesoría que hoy poseen estos contextos educativos- escuela, familia y comunidad-, los que a la vez constituyen agencias socializadoras de vital importancia en la formación de la personalidad de los individuos. Aunque la comunidad se identifica en el proyecto como centro de las acciones, ello no obvia los demás escenarios. La idea es fortalecer desde ella una triada de trabajo que movilice las potencialidades de cada contexto y su necesaria vinculación.
Lógicamente, otra de las ideas es sensibilizar a la comunidad manzanillera con temáticas que hoy resultan problemáticas sociales identificadas en la Comisión Municipal de Prevención, además son insuficientemente trabajadas o simplemente tergiversadas debido al imaginario popular que entorno a ellas se ha creado.
Se ejecutará en las comunidades más complejas del municipio Manzanillo, en la provincia Granma, durante el año 2019, 2020 y 2021. Aunque se priorizan las acciones en asentamientos como El Palmar, Dagamal, Taíno 2, Reparto Caimary, Reparto Juvenil, cercanías de la terminal de ferrocarril (Consejo Popular 6), entre otras, existen posibilidades objetivas para su extensión, en el orden de los recursos humanos, a otras localidades del municipio que así lo requieran, ello en acuerdo con los resultados e impactos previstos y la disponibilidad real de recursos básicos para el traslado a las comunidades más alejadas.
Se plantea como objetivo general:
Fortalecer la formación inicial del estudiantado de la carrera Pedagogía Psicología desde acciones de orientación educativa que favorezcan la educación de las comunidades.
Como objetivos específicos:
Entrenar al estudiantado desde modos específicos de actuación profesional en contextos comunitarios.
Estimular el trabajo con comunidades, escuela y familia desde una visión dialéctica de los contextos.
Dinamizar la educación de las comunidades a través de acciones de orientación educativa.
Las aristas de trabajo desde las que se proyectarán acciones comprenden:
Funcionalidad familiar. Tipos no tradicionales de familia, tiempos familiares, funciones, límites y espacios.
Motivación hacia la participación comunitaria. Su dinámica.
Promoción y educación para la salud y la sexualidad.
Violencia en todas sus manifestaciones y contextos.
Relaciones interpersonales en la comunidad, familia y escuela.
Educación ambiental desde la familia, escuela y comunidad.
Orientación y motivación profesional
Asesoría y orientación a colectivos pedagógicos.
Dirección y liderazgo
Personalidades históricas del ámbito local.
Disciplina ciudadana.
Orientación educativa a la niñez, adolescencia, juventud y adultez.
Todas estas aristas de trabajo se enriquecerán con cada uno de los resultados que arroje el diagnóstico en la fase inicial del proyecto. El orden tanto en la orientación por temáticas, como de las comunidades a trabajar depende de factores objetivos y subjetivos que sobre la marcha se irán organizando; por ello, solo se hará referencia a líneas estratégicas para la acción que tienen un carácter general para facilitar la comprensión de lo que se persigue realizar con el proyecto.
El proyecto se ejecutará sobre la base de las siguientes ideas:
Se definen como ejes de trabajo principales: contextos educativos: comunidad, escuela y familia.
La puesta en práctica del proyecto se coordinará con el Gobierno local y los líderes comunitarios.
Cada acción a desarrollar en contextos externos se aplicará primero en la carrera desde los espacios fijos de trabajo del Gabinete de Orientación Educativa.
Cada acción a ejecutar se propondrá desde un Grupo Científico Estudiantil diferente cada vez.
Se priorizará el trabajo con materiales audiovisuales cortos.
Se debe ejecutar al menos una acción por cada mes.
Los responsables relatarán en informe específico cada acción sobre la base de referir: objetivos, participantes, acción y alcance, resultados, evaluación de lo realizado según satisfacción de la comunidad.
Se llevará registro de las acciones para consolidar información que permita seguir el curso del proyecto y sus resultados.
Se efectuarán dos reuniones de coordinación por semestre, comenzando en noviembre, para ajustar condiciones y acciones del proyecto.
La evaluación del proyecto se realizará desde las primeras acciones con la aplicación de un instrumento metodológico, que permita no tener que llegar al final de la ejecución para conocer el posible impacto que pueda tener y de manera flexible realizar reajustes necesarios en su planificación y ejecución.
Básicamente, el trabajo se concreta en un grupo investigador/mediador/facilitador conformado por estudiantes y profesores de la carrera Licenciatura en Educación, Pedagogía Psicología que intervendrá en las comunidades para orientar grupal o individualmente a los miembros de estas.
Como idea básica se considera que cada una de las acciones que se llevarán a las comunidades será aplicada primero con el estudiantado y profesorado de la carrera, lo que supone mejores garantías para su éxito con la comunidad, además de facilitar que el estudiantado se involucre con más conocimientos para poder convertirse en facilitadores de los debates a desarrollar.
De esta manera, la estrategia de trabajo comprende cuatro fases: Sensibilización/Motivación, Diagnóstico, Planificación/Elaboración de la estrategia de acción, Ejecución de la estrategia de acción y Seguimiento y evaluación del proceso y el impacto de la estrategia implementada.
Cada una de estas etapas contiene acciones que permiten el desarrollo del proyecto entre ellas:
Fase de Sensibilización/Motivación:
Presentación del proyecto a instancias gubernamentales del municipio. (Participación directa de las autoras como miembros de la Comisión Municipal de Prevención)
Intercambio con los representantes de las instituciones colaboradoras del proyecto. (Dirección Municipal de Trabajo y Seguridad Social (PATS), Dirección Municipal de Educación, Dirección Municipal de Salud, Dirección Municipal de Cultura, MNINT (PNR y Menores), Tribunal Popular Municipal, Fiscalía General de la República, Dirección Municipal de Deportes, Unión de Jóvenes Comunistas, Federación de Mujeres Cubanas, Comités de Defensa de la Revolución, Sala de Televisión, Joven Club de Computación)
Presentación de la concepción del proyecto a profesores y estudiantes.
Encuentro con los Grupos de Trabajo Comunitario del Municipio: se emplearán un sistema de capacitación a este grupo por el colectivo de profesores de la carrera en conjunto con la Comisión Municipal de Prevención con el objetivo de prepararlos para el desarrollo de sus funciones, y además, actualizarlos con las temáticas que se trabajarán en las comunidades entre ellas:
Premisas para el trabajo comunitario.
Técnicas participativas para el trabajo en y con grupos en la comunidad
Trabajo Social y preventivo
Familia y sociedad cubana actual.
Funciones del grupo de trabajo comunitario coordinador del programa educa a tu hijo.
Aproximación al abuso sexual y sus características en el municipio Manzanillo.
El liderazgo en el contexto comunitario.
Prioridades para el trabajo con la adultez mayor
Relaciones escuela- familia- comunidad
La creatividad como resorte para el trabajo comunitario.
Promoción de salud desde el contexto comunitario
Presentación en comunidades escogidas.
Gestión inicial en páginas web internacionales
En la fase de Diagnóstico. En este sentido, se priorizará el diagnóstico participativo mediante técnicas como fórums comunitarios, lluvias de ideas, Phillip 66, role-playing, barrio debates, etc.
Selección de comunidades con que iniciará el trabajo.
Selección y elaboración de instrumentos a aplicar en el diagnóstico participativo.
Aplicación de instrumentos a las comunidades e instituciones educativas implicadas.
Análisis y procesamiento de los resultados cualitativos y cuantitativos de los instrumentos aplicados.
Elaboración de un informe con los resultados obtenidos.
En la fase de Planificación/elaboración de la estrategia de acción se requiere del esfuerzo del profesorado para organizar y seleccionar ideas que puedan concretarse en la labor del proyecto. Aquí se realizarán encuentros con el estudiantado para determinar por ciclos de trabajo quienes serán facilitadores en la orientación educativa que se llevará a cabo. Se define en esta etapa cual será la estrategia a seguir en acuerdo con los resultados del diagnóstico.
Identificación de las temáticas iniciales a trabajar por ciclos.
Selección de estudiantes facilitadores para el trabajo en la comunidad.
Diseño de las acciones orientacionales a implementar en carrera y seguidamente en comunidad-familia-escuela en sesiones de trabajo.
La fase de Ejecución implica la puesta en práctica de las acciones planificadas en la carrera en primera instancia. Ello servirá como prueba piloto y como capacitación al estudiantado para su entrada a la comunidad; por tanto, se facilitará el intercambio y debates a provocar en los escenarios con los que se trabaje, independientemente de que sean los mismos estudiantes quienes pondrán en práctica las acciones de intervención bajo la asesoría del profesorado líder de los Grupos Científicos Estudiantiles, al que pertenecen los estudiantes.
Esta etapa demanda de la tutoría pues la calidad de la acción descansa en gran medida en lo que logre proyectar y transmitir el estudiantado, en su carrera y en el contexto externo. Esta idea también tiene como objetivo potenciar los espacios fijos del Gabinete de Orientación Educativa, que hoy tiene la carrera y crear otros si fuera necesario, con el objetivo de sensibilizar con respecto a determinadas temáticas y estimular el interés por la profesión, todo ello sinónimo de esfuerzo por dinamizar la labor educativa en la carrera y la formación de estos desde el enfoque científico-profesional.
Después se procede al trabajo en comunidades donde el estudiantado llevará la voz líder de las acciones. En esta fase se concretarán acciones que vinculen el accionar de la escuela y la familia, o sea que el escenario principal lo constituirá la comunidad, pero también se trabajará con la escuela o las escuelas que estén insertadas en el territorio físico de esta y con familias, ya sea desde la comunidad o desde la escuela. Esta fase implica además el trabajo con medios de comunicación con el fin de difundir mensajes educativos y dar a conocer la labor del proyecto en el municipio.
Implementar las acciones de intervención pertinentes para la solución de los problemas identificados en el diagnóstico participativo.
Utilización de los espacios fijos de la carrera en la sensibilización y entrenamiento en temáticas a trabajar desde el proyecto.
Implementar acciones desde la integración con las instancias colaboradoras del proyecto
Divulgación y promoción de las actividades por diferentes medios.
De esta forma, el Seguimiento y evaluación del proceso y el impacto de la estrategia implementada se concibe como última fase; sin embargo, el seguimiento debe ser parte de cada fase antes descrita pues este da la posibilidad de reajustarlas de manera flexible y dinámica sin violar las ideas generales del proyecto.
CONCLUSIONES
La formación inicial del psicopedagogo demanda de la coherente imbricación de los componentes académico, laboral e investigativo con el componente extensionista, para el logro de un profesional competente a tenor de las demandas de la sociedad actual.
El proyecto extensionista Taller Móvil de Orientación Comunitaria constituye un espacio formativo que permite desde su estructuración la formación académica, laboral y científica del psicopedagogo, para su adecuada proyección en el contexto comunitario.