Introducción
El estado de Sinaloa tiene gran riqueza biológica, ya que el 60.2% de la superficie del estado tiene algún tipo de vegetación (INEGI 2014, SEMARNAT 2014). Al respecto Villaseñor y Ortiz (2014) reportaron para la entidad 2 922 especies nativas de angiospermas, lo que representa el 13.37% del total del país. Mientras que el inventario forestal del estado registró 24 especies de gimnospermas, siendo el 13.11% de la riqueza de México (SEMARNAT 2014). No obstante la relevancia biológica, Monjardín-Armenta et al. (2017) advierten que Sinaloa pierde 126.5 km2 año-1 de vegetación, lo que significa una tasa media anual de deforestación del 0.41%; lo que acelera la fragmentación de las poblaciones y la pérdida de la biodiversidad.
Los recursos forestales están ligados al desarrollo de las áreas culturales de México. Pero las actividades humanas como la agricultura, la ganadería, la minería y el incremento de la mancha urbana han transformado la distribución de la cubierta vegetal (Monjardín-Armenta et al. 2017). Al respecto Richardson et al. (2007) menciona que las comunidades forestales más impactadas son las que se desarrollan en los márgenes de los ríos; las cuales son asociaciones complejas y extremadamente frágiles (Meli et al. 2017), que son indispensables para mantener la conectividad entre poblaciones del ecosistema forestal (Granados-Sánchez et al. 2006).
De acuerdo con Santiago-Pérez et al. (2014), la vegetación asociada a la ribera de un río se le llama bosque de galería, que Rzedowski (1978) describió como agrupaciones arbóreas de hoja perenne y decidua, que se desarrollan a lo largo de corrientes de agua, con alturas de 4 hasta 40 m, y se localizan en altitudes de 0 a 2 800 m, siendo Populus el género más representativo en las zonas áridas y semiáridas del norte del país. Mientras que Aguilar-Luna et al. (2018) mencionan que los bosques de galería ocupan franjas transversales a lo largo de las corrientes fluviales, con una estructura y función ecosistémica particular. Al mismo tiempo que son primordiales para mantener la calidad del agua y amortiguar los procesos de sedimentación de los lechos de los ríos (Granados-Sánchez et al. 2006), además, de proteger contra la erosión del suelo y proveer un hábitat para organismos acuáticos y terrestres (Camacho-Rico et al. 2006).
Aunque se han realizado estudios de la diversidad y estructura de los bosques de galería en México (Meli et al. 2017, Aguilar-Luna et al. 2018, Canizales-Velázquez et al. 2021), para el río Fuerte no se tiene registro. Al respecto la SEMARNAT (2014), indica que el estado cuenta con 3 612.89 ha de bosques de galería en los municipios de Ahome, El Fuerte, Guasave y Sinaloa. Por lo que resulta prioritario analizar la diversidad de la vegetación del río Fuerte y generar información de los procesos ecológicos, para entender los patrones de la distribución actual. De acuerdo con Castillo-Castillo et al. (2017) el río Fuerte es la corriente hidrológica más importante de la parte norte del estado de Sinaloa y forma parte de la etnorregión Yoreme-Mayo (Sandoval-Forero y Meza-Hernández 2013), actualmente fragmentado territorialmente.
El Municipio de El Fuerte posee el 39.7% (1 434.19 ha) del bosque de galería en el norte de Sinaloa (SEMARNAT 2014). Sin embargo, presenta una tasa media anual de deforestación de 0.61%, que lo sitúa entre los municipios más degradados del estado y del país (Monjardín-Armenta et al. 2017). Para Castellanos-Bolaños et al. (2010), la estructura arbórea es un indicador de la diversidad y la estabilidad ecológica de una población, esencial para entender la funcionalidad y el estado de conservación de los ecosistemas (Delgado-Zamora et al. 2016) que garantizan la provisión de bienes y servicios ambientales (Aguilar-Luna et al. 2018), como es la vegetación asociada a los recursos hidrológicos. Por lo anterior, el objetivo del presente trabajo fue evaluar y describir la diversidad y la estructura de la vegetación asociada al bosque de galería del río Fuerte, en el norte de Sinaloa.
Materiales y métodos
Área de estudio
El río Fuerte nace en la Sierra Madre Occidental, entre los estados de Chihuahua, Durango y Sonora; desemboca al norte del estado de Sinaloa, en el Golfo de California. La cuenca del río Fuerte se ubica en el noroeste de México, 25.68o y 28.24o LN, y -106.12o y -109.43o LO. Las localidades urbanas más importantes económica y demográficamente dentro de la cuenca son: Los Mochis, El Fuerte y Choix (Castillo-Castillo et al. 2017). La cuenca del río Fuerte es una de las más importantes dentro de la Región Hidrológica 10, es exorreica, con un área total de 36 457 km2; el parteaguas presenta una elevación máxima de 3 168 m s.n.m., el punto más bajo de la cuenca es de -9 m s.n.m. Esta cuenca presenta una precipitación media anual de 691 mm y distribución temporal definida en dos periodos de lluvias en la zona, verano e invierno (Castillo-Castillo et al. 2017).
La sección de estudio, abarcó de la comunidad de San José de Cahuinahua, a la altura de la represa derivadora Cahuinahua hasta el ejido de Teroque Viejo. La ribera del cuerpo hídrico tiene una longitud de 19.53 km, la vegetación asociada al margen que forma el polígono cuenta con una superficie de 540 ha. De las cuales 310 ha se ubican en el margen norte y 230 ha en el margen sur del río (Figura 1). Presenta un clima semiárido cálido con lluvias en verano (BS1(h’)w), con una precipitación media de anual de 331 mm y 24 oC de temperatura media anual. El uso del suelo predominante es agrícola, con algunos remanentes de matorral sarcocaule (SEMARNAT 2014).
Diseño de muestreo
Se utilizaron parcelas de muestreo circulares de 1 000 m2 (Zacarias-Eslava et al. 2011, Chiquini-Heredia et al. 2017, Sánchez-Hernández et al. 2018), ya que de acuerdo con McRoberts et al. (2015) y Méndez-Osorio et al. (2018) requiere solo un punto de control, lo que las hace más confiables. Las parcelas se distribuyeron de forma aleatoria, 29 parcelas para el margen norte y 12 para el margen sur, con respecto al río. Las 41 parcelas constituyen una superficie total evaluada de 4.1 ha. Cada parcela fue georreferenciada (Figura 1) y dividida en unidades de muestreo para cada caracterización de los estratos arbóreos. Para árboles (≥7.5 cm de diámetro normal) la unidad de muestreo fue de 1 000 m2. Una unidad de muestreo de 400 m2 para arbustos (≥5 y ≤7.5 cm de diámetro normal). De 100 m2 para brinzales (≤5 cm de diámetro normal) y por último, una unidad de muestreo de 4 m2 para plántulas (≤5 cm de diámetro normal) menores de 1.3 m de altura y mayores de 25 cm (Alanís-Rodríguez et al. 2015, García-García et al. 2019).
Se evaluaron las variables dasométricas de altura, el diámetro normal y la cobertura de la copa en sentido norte-sur y este-oeste. Con estos últimos datos se obtuvo el área de la copa y el área basal. Además se incluyeron datos ecológicos (uso del suelo, pendiente, exposición, perturbación y cobertura del suelo) y edáficos (compactación, textura y tipo de erosión) de cada parcela. Se realizó una fotocolecta con la totalidad de ejemplares registrados y se recolectaron tres muestras botánicas, las cuales se prensaron y depositaron físicamente en el laboratorio de ecología de la Universidad Autónoma Indígena de México. Para identificar las especies y su autoría se utilizaron claves taxonómicas (Pérez-Rodríguez 2008), bases de datos especializadas (The Plant List y Naturalista-CONABIO), estudios regionales de flora (Vega-Aviña et al. 1989, Gentry 1998) y el acervo virtual de la Red de Herbarios del noroeste de México.
Análisis de la información
Para describir la estructura de la vegetación arbórea del bosque de galería, de cada especie se determinó su abundancia de acuerdo con el número de individuos, su dominancia en función de su cobertura de copa y su frecuencia con base en su presencia en los sitios de muestreo (Albor-Pinto et al. 2017). Para lo cual se utilizó el Índice de Valor de Importancia (IVI), que sirvió para jerarquizar la importancia de cada especie en la vegetación, con base en la dominancia (ARi), densidad (DRi) y frecuencia relativa (FR i) (Graciano-Ávila et al. 2018).
Dónde: ARi = abundancia de la especie i respecto a la abundancia total, DRi = dominancia relativa de la especie i respecto a la dominancia total, y FRi = frecuencia relativa de la especie i respecto a la frecuencia total.
Para conocer la estructura horizontal de la vegetación, se agruparon los individuos medidos en categorías diamétricas como sigue: 5 (2.50 a 7.49 cm), 10 (7.5 a 12.49 cm), 15 (12.5 a 17.4 cm), 20 (17.5 a 22.4 cm), 25 (22.5 a 27.4 cm), 30 (27.5 a 32.4 cm), 35 (32.5 a 37.4 cm), 40 (37.5 a 42.4 cm), 45 (42.5 a 47.4 cm), 50 (47.5 a 52.4 cm) y 65 (62.5 a 67.4 cm). Para la estructura vertical se agruparon los individuos medidos en cinco categorías de altura, con intervalos de 5 m (Canizales-Velázquez et al. 2021).
Para determinar la diversidad a de las parcelas de muestreo del río Fuerte se utilizaron los índices de Margalef (DMg) que cuantifica el número de especies presentes, es decir la riqueza específica (Alanís-Rodríguez et al. 2015). El índice de Shannon-Wiener (H’) base logaritmo natural, el cual refiere a la estructura numérica de la comunidad, es decir, en la distribución proporcional de la abundancia de cada especie (Moreno 2001), que refleja la relación entre riqueza y uniformidad (Gutiérrez-Báez et al. 2012). El índice de Dominancia de Simpson (X), que mide la probabilidad de que dos individuos seleccionados al azar en las parcelas de muestreo sean de la misma especie (Sánchez-Hernández et al. 2018), proporcionando valores de dominancia de una especie (Gallardo-Cruz et al. 2005, García-García y Santos-Moreno 2014). Finalmente el índice de Equidad (E), que proporciona la diversidad observada respecto a la máxima diversidad esperada (Magurran 2003, Carreón-Sántos y Valdez-Hernández 2014). Las fórmulas empleadas fueron las siguientes:
Dónde: S = número de especies presentes, N = número total de individuos.
Dónde: S = número de especies presentes, p i = proporción de individuos de la especie i, n i = número de individuos de la especie i, N = número total de individuos.
Dónde: p i = proporción de individuos de la especie i.
Dónde: H’ = índice de Shannon-Wiener, S = número de especies presentes.
Resultados
Composición florística
Se registraron 27 especies (13 árboles, nueve arbustos y cinco hierbas) de las cuales 16 son nativas y 11 introducidas, todas estas especies tienen presencia en el margen sur, mientras que para el margen norte sólo se registraron 11 especies. La familia Fabaceae es la de mayor riqueza con 11 especies, seguida de Salicaceae con dos (Populus mexicana Moric y Salixbonplandiana H.B.K.), ambas presentes en los dos márgenes del río (Tabla 1).
Número de Colecta * | Especie | Nombre común | Familia | Presencia | Forma biológica |
---|---|---|---|---|---|
21-uaim | Acacia cochliacantha Humb. & Bonpl. ex Willd | Huinolo | Fabaceae | Nativa | Árbol |
02-uaim | Acacia famesiana (L) Willd. | Vinorama | Fabaceae | Nativa | Árbol |
12-uaim | Albizia sinaloensis Britton & Rose | Palo joso | Fabaceae | Nativa | Árbol |
33-uaim | Caesalpinia cacalaco Humb. & Bonpl. | Huizache | Fabaceae | Nativa | Árbol |
41-uaim | Crataeva tapia L | Perihuete | Capparaceae | Nativa | Árbol |
08-uaim | Guazuma ulmifolia Lam | Guácima | Sterculiaceae | Nativa | Árbol |
01-uaim | Leucaena leucocephala (Lam.) de wit. | Guaje | Fabaceae | Nativa | Árbol |
20-uaim | Parkinsonia aculeata L | Palo verde | Fabaceae | Nativa | Árbol |
13-uaim | Parkinsonia praecox (Ruiz & Pav.) Hawkins | Palo brea | Fabaceae | Nativa | Árbol |
10-uaim | Pithecellobium dulce (Roxb.) Benth. | Guamúchil | Fabaceae | Nativa | Árbol |
25-uaim | Populus mexicana Moric | Álamo | Salicaceae | Nativa | Árbol |
17-uaim | Prosopis juliflora (Sw.) DC | Mezquite | Fabaceae | Nativa | Árbol |
19-uaim | Salixbonplandiana H.B.K | Sauce | Salicaceae | Introducida | Árbol |
29-uaim | Abutilon abutiloides (Jacq.) | Malva | Malvaceae | Nativa | Arbusto |
11-uaim | Crotalaria incana L | Cascabelillo | Fabaceae | Introducida | Arbusto |
15-uaim | Cryptostegia grandiflora Roxb. Ex R.Br | Chicote | Apocynaceae | Introducida | Arbusto |
24-uaim | Franseria ambrosioides | Chicura | Asteraceae | Nativa | Arbusto |
31-uaim | Mascagnia macroptera (Sesse & Moc.) Niedenzu | Matanene | Malpighiaceae | Nativa | arbusto |
35-uaim | Pisonia capitata (S. Watson) Standl | Garambullo | Nyctaginaceae | Introducida | Arbusto |
39-uaim | Ricinus communis L | Higuerilla | Euphorbiaceae | Introducida | Arbusto |
42-uaim | Vallesia glabra (Cav.) Link | Cacaragua | Apocynaceae | Nativa | Arbusto |
14-uaim | Argemone ochroleuca Sweet | Cardo santo | Papaveraceae | Introducida | Hierba |
30-uaim | Arundo donax L | Carrizo | Poaceae | Introducida | Hierba |
44-uaim | Leonotis nepetifolia (L.) R. Br | Cola de león | Lamiaceae | Introducida | Hierba |
05-uaim | Mimosa pudica L | Cuatante | Fabaceae | Introducida | Hierba |
38-uaim | Momordica charantia L | Pepinillo del monte | Cucurbitaceae | Introducida | Hierba |
43-uaim | Nicotiana glauca Graham | Tabaco silvestre | Solanaceae | Introducida | Hierba |
*Colector: Julián Darío Moreno Aldaco.
Estructura de la vegetación
De acuerdo con los valores del IVI, en el bosque de galería del río Fuerte el 72.22% de la densidad es de árboles, el 18.58% de arbustos y el restante de hierbas. La copa de los árboles cubre más del 97% del área estudiada. El estrato arbóreo tuvo un valor de importancia ecológico del 79.18%, mientras que para el arbustivo fue de 14.11% (Tabla 2). El 85% del valor de importancia fue para especies nativas (Tabla 2).
Abundancia | Dominancia | Frecuencia | IVI | |
---|---|---|---|---|
Nativos | 83.11 | 95.71 | 78.83 | 85.88 |
Introducidos | 16.89 | 4.29 | 21.17 | 14.12 |
Total | 100.00 | 100.00 | 100.00 | 100.00 |
Árboles | 72.22 | 97.07 | 68.24 | 79.18 |
Arbustos | 18.58 | 1.66 | 22.09 | 14.11 |
Hierbas | 9.20 | 1.27 | 9.67 | 6.71 |
Total | 100.00 | 100.00 | 100.00 | 100.00 |
Las familias Fabaceae (50.27%) y Salicaceae Mirb. (30.55%) representaron más del 80% del valor de importancia ecológica de la vegetación del río Fuerte (Figura 2). El área evaluada presentó una densidad de 145 individuos ha-1 y una cobertura de copas de 6 184.44 m2 ha-1. A nivel de especie, Populus mexicana, Pithecellobium dulce (Roxb.) Benth. y Prosopis juliflora (Sw.) DC fueron las más sobresalientes según los valores del IVI, pues representan el 61.71% del total de la comunidad. El 44.45% de las especies presentan valores de IVI inferiores al 1.0% (Tabla 3).
Especies | Abundancia | Dominancia | Frecuencia | ||||
---|---|---|---|---|---|---|---|
Absoluta (N/ha-1) | Relativa (%) | Absoluta (m2/ha-1) | Relativa (%) | Absoluta | Relativa (%) | IVI (%) | |
Populus mexicana | 20.17 | 13.91 | 3293.37 | 53.25 | 65.08 | 17.20 | 28.12 |
Pithecellobium dulce | 44.49 | 30.68 | 1633.74 | 26.42 | 47.69 | 12.60 | 23.23 |
Prosopis juliflora | 14.52 | 10.01 | 540.68 | 8.74 | 46.69 | 12.34 | 10.36 |
Parkinsonia aculeata | 7.15 | 4.93 | 171.05 | 2.77 | 29.74 | 7.86 | 5.19 |
Acacia farnesiana | 7.95 | 5.48 | 86.69 | 1.40 | 23.84 | 6.30 | 4.39 |
Vallesia glabra | 6.63 | 4.57 | 41.48 | 0.67 | 22.12 | 5.85 | 3.70 |
Abutilon abutiloides | 9.58 | 6.61 | 0.78 | 0.01 | 12.78 | 3.38 | 3.33 |
Mimosa pudica | 3.36 | 2.32 | 76.10 | 1.23 | 19.39 | 5.12 | 2.89 |
Salix bonplandiana | 4.00 | 2.76 | 127.74 | 2.07 | 9.33 | 2.47 | 2.43 |
Pisonia capitata | 2.41 | 1.66 | 44.08 | 0.71 | 17.24 | 4.56 | 2.31 |
Cryptostegia grandiflora | 3.73 | 2.57 | 14.80 | 0.24 | 10.05 | 2.66 | 1.82 |
Mascagnia macroptera | 2.75 | 1.90 | 0.83 | 0.01 | 10.34 | 2.73 | 1.55 |
Albizia sinaloensis | 0.93 | 0.64 | 75.01 | 1.21 | 9.33 | 2.47 | 1.44 |
Leonotis nepetifolia | 4.48 | 3.09 | 0.42 | 0.01 | 3.44 | 0.91 | 1.34 |
Crataeva tapia | 1.76 | 1.21 | 16.02 | 0.26 | 9.33 | 2.47 | 1.31 |
Argemone ochroleuca | 2.75 | 1.90 | 0.18 | 0.00 | 3.44 | 0.91 | 0.94 |
Parkinsonia praecox | 1.37 | 0.94 | 33.96 | 0.55 | 3.44 | 0.91 | 0.80 |
Caesalpinia cacalaco | 1.03 | 0.71 | 20.91 | 0.34 | 3.44 | 0.91 | 0.65 |
Nicotiana glauca | 1.37 | 0.94 | 1.68 | 0.03 | 3.44 | 0.91 | 0.63 |
Franseria ambrosioides | 0.83 | 0.57 | 0.62 | 0.01 | 4.16 | 1.10 | 0.56 |
Arundo donax | 1.03 | 0.71 | 0.08 | 0.00 | 3.44 | 0.91 | 0.54 |
Leucaena leucocephala | 0.68 | 0.47 | 0.36 | 0.01 | 3.44 | 0.91 | 0.46 |
Crotalaria incana | 0.68 | 0.47 | 0.03 | 0.00 | 3.44 | 0.91 | 0.46 |
Guazuma ulmifolia | 0.34 | 0.23 | 3.31 | 0.05 | 3.44 | 0.91 | 0.40 |
Momordica charantia | 0.34 | 0.23 | 0.24 | 0.00 | 3.44 | 0.91 | 0.38 |
Acacia cochliacantha | 0.34 | 0.23 | 0.15 | 0.00 | 3.44 | 0.91 | 0.38 |
Ricinus communis | 0.34 | 0.23 | 0.13 | 0.00 | 3.44 | 0.91 | 0.38 |
Total | 145.01 | 100.00 | 6184.44 | 100.00 | 378.39 | 100.00 | 100.00 |
IVI: Índice de Valor de Importancia
La estructura de la vegetación presentó un patrón de distribución en donde el número de individuos fue inversamente proporcional a las categorías diamétricas y de altura. Además, presentó una estructura vertical con diámetros bajos, en una hectárea más del 60% de la vegetación se encontró en la categoría diamétrica de cinco, aunque fue posible encontrar cinco árboles con diámetros mayores a 40 cm (Figura 3). La estructura vertical de la vegetación fue baja, la mayor densidad de individuos (74%) presentó alturas inferiores a 12.5 m, pero en una hectárea fue posible encontrar nueve árboles con altura superior a los 20 m (Figura 4).
Diversidad de la vegetación
Se estimaron los índices de diversidad para las unidades de muestreo y se caracterizaron los estratos de la vegetación del río. De acuerdo al índice de Margalef, la mayor riqueza se dio en el estrato arbóreo (1.61) y en la regeneración de plántulas (2.3), mientras que los brinzales (0.8) presentaron la menor riqueza. Para la diversidad, el índice de Shannon-Wiener el estrato de plántulas (1.99) presentó la mayor diversidad. De acuerdo con los valores del índice de Simpson, se muestra que los estratos de plántulas (0.17) y arbóreo (0.28), se encontraron dominados por pocas especies y los brinzales (0.47) presentaron homogeneidad en el número de ellas. En los estratos de árbol, arbusto, brinzal y plántula las especies se presentaron de manera uniforme, de acuerdo con el índice de Equidad (Tabla 4).
Discusión
Composición florística
La vegetación del río Fuerte está compuesta por 27 especies, lo que es similar a lo encontrado por Scott et al. (2009) que reportó 27 y 31 especies arbóreas para el río Cuchujaqui y el río Mayo en Sonora. Estos ríos tienen cuencas adyacentes al río Fuerte, presentan condiciones ambientales similares y con vegetación semiárida. Cabe mencionar que su estudio fue realizado utilizando imágenes satelitales, con lo que registró 79 especies para toda la vegetación ribereña del estado de Sonora. Por su parte Solis-Garza et al. (2017) reportaron 77 especies para los ríos Sonora y Bacanuchi, ubicados en la zona centro del estado de Sonora. Para el caso de bosques de galería en zonas semiáridas de la parte noreste de México, Treviño-Garza et al. (2001) reportaron 19 especies de la vegetación de los ríos Cabezones en el centro sur de Nuevo León. Mientras que Treviño-Garza et al. (2001) y Canizales-Velázquez et al. (2010) mencionan que la estructura de la vegetación del río Ramos en Nuevo León, se integra por siete especies, lo que contrasta con la vegetación ribereña de la zona noroeste del país que presenta una mayor composición de especies.
La familia botánica mejor representada fue la Fabaceae con 11 especies, que de acuerdo con Rzedowski (1978) es la más representativa en los ecosistemas ribereños de zonas semiáridas. Esta situación también coincide con lo reportado por Scott et al. (2009) y Solís-Garza et al. (2017), pues 22 especies de la vegetación ribereña de Sonora pertenecen a esta familia. Mientras que, en Nuevo León, Treviño-Garza et al. (2001) reportan cuatro especies en el río Cabezones y dos para el río Ramos (Canizales-Velázquez et al. 2010) de la misma familia. En tanto en el río Camachito reportan a la familia Fabaceae con el mayor número de especies con siete, seguida por la familia Salicaceae con dos (Canizales-Velázquez et al. 2021).
Los problemas que impactan la vegetación del río Fuerte son la ganadería extensiva, la actividad recreativa, la tala y extracción de materiales para construcción, que contaminan con desechos. Estas causas perturban el hábitat, provocando la mortandad de plántulas y evitando la regeneración, siendo similar a lo que ocurre con la vegetación de los ríos en el estado de Sonora (Scott et al. 2009, Solís-Garza et al. 2017) y del estado de Nuevo León (Treviño-Garza et al. 2001, Canizales-Velázquez et al. 2010). Otra situación hallada en el río Fuerte, es que el 40% de las especies son introducidas, valor similar al hallado por Scott et al. (2009) y Solís-Garza et al. (2017) para la vegetación ribereña de Sonora (25 y 34%). Esto se explica también por los disturbios ocasionados por la actividad humana. Según Méndez-Toribio et al. (2014) las perturbaciones aumentan el número de especies, al incorporar especies exóticas. Aunque puede ocurrir lo contrario, que el impacto antropogénico disminuya la riqueza florística de los ecosistemas ribereños. La riqueza en la composición florística de los ríos sin duda, es un indicador de la estabilidad ecológica, lo que garantiza la provisión de bienes y servicios ambientales a las comunidades ribereñas (Castellanos-Bolaños et al. 2010, Aguilar-Luna et al. 2018).
Estructura de la vegetación
El estrato arbóreo tuvo un valor de importancia ecológica del 79.18%, mientras que el arbustivo fue de 14.11%. Valores similares a lo reportado por Aguilar-Luna et al. (2018) con 76% para el estrato arbóreo del río Xaltatempa, en Puebla, y también similar a lo encontrado por Scott et al. (2009) quienes agruparon el estrato arbóreo (70%) y arbustivo (30%) para la vegetación ribereña del estado de Sonora. Aunque contrario a lo registrado por Solís-Garza et al. (2017) en los ríos Sonora y Bacanuchi, donde los arbustos fueron la forma de crecimiento predominante con el 50.6% y los árboles la tercera con valor de 18.2%. El autor lo atribuye a los disturbios y la fragmentación del suelo para uso agropecuario, como de los problemas ocasionados por la contaminación e impactos de la minería. Por lo anterior, la vegetación de ambos ríos está en constante sucesión secundaria.
De acuerdo con el índice de valor de importancia, las especie P mexicana, P dulce y P juliflora representaron el 61.71% del total de la comunidad, lo que coincide con Solís-Garza et al. (2017), ya que Populus fremontii S. Watson, Prosopis velutina Wooton y Salix gooddingii C.R.Ball alcanzaron el 69.8%; y similar a lo encontrado por Scott et al. (2009), donde estas especies representan el 56% de la vegetación ribereña en Sonora. En esta zona del noroeste del país, los géneros Populus L., Prosopis L. Salix L y Taxodium Rich. son los más representativos del bosque de galería. Al respecto, Granados-Sánchez et al. (2006) sostienen que estos géneros constituyen los elementos principales de la estructura de los bosques de galería del país.
La vegetación del río Fuerte presentó en su mayoría diámetros en la categoría de 5 (60%), con alturas promedio de 10 m, ésta estructura de la vegetación presentó un patrón de distribución donde el número de individuos fue inversamente proporcional a las categorías de diámetro y de altura. De acuerdo con Solís-Garza et al. (2017), cuando los diámetros son pequeños la comunidad vegetal puede considerarse juvenil. Este crecimiento de la vegetación se debe a los disturbios que ocasionan las actividades antropogénicas, además de la crecida anual del río, por lo que el ecosistema ribereño es dinámico y sucesional (Aguilar-Luna et al. 2018). La falta de establecimiento y crecimiento de nuevos individuos, estaría afectando el remplazo de individuos longevos (con énfasis en Populus mexicana) que experimentan mortandad o tala en sus poblaciones.
Diversidad de la vegetación
La mayor diversidad la presentó el estrato de plántulas, este dato puede deberse a los constantes disturbios que han modificado el uso del suelo del ecosistema ribereño, lo que da lugar a que ocurra la regeneración de las especies que compiten para asegurar su supervivencia. En general, los valores de los índices de Shannon-Wiener y de Simpson indicaron una diversidad alta de la vegetación del río Fuerte, aunque solamente tres especies proporcionan el 55% de la abundancia relativa, cuyo valor coincide con lo reportado por Solís-Garza et al. (2017) para los ríos Bacanuchi y Sonora. En condiciones ambientales similares, Canizales-Velázquez et al. (2010) reportaron valores muy inferiores (de 0.18 a 0.74) para la vegetación del río Ramones, en Nuevo León. Por su parte Aguilar-Luna et al. (2018), encontraron valores (0.54) casi tres veces menores en el río Xaltatempa, en Puebla. Estos valores tan bajos pueden atribuirse a que la vegetación de estos ríos está compuesta por pocas especies y sólo una de ellas tiene mayor frecuencia. Este hallazgo confirma que el valor de los índices de diversidad se puede mejorar con la protección de los ecosistemas ribereños.
Conclusiones
La vegetación del río Fuerte presentó una composición florística de 27 especies, de las cuales más de la mitad son nativas y tres son géneros arbóreos abundantes (de relevancia cultural), indicando una diversidad alta. La familia botánica con mayor importancia ecológica es la Fabaceae. La estructura arbórea presentó la mayor importancia ecológica con diámetros en la clase de 5 y con altura promedio de 10 m. No obstante, la mayor diversidad se presentó en el estrato de plántulas, el cual, sufre mortandad y no se regenera afectando la dinámica de las poblaciones. Estos datos y la presencia de especies exóticas son indicativos de un ecosistema con presencia de disturbios, cuya funcionalidad está siendo modificada por las actividades agropecuarias, como por acciones de las poblaciones ribereñas en este importante cuerpo de agua regional.