Introducción
La producción porcícola tecnificada se ve afectada por factores como las enfermedades infectocontagiosas que elevan el costo de producción y limitan el potencial de exportación. El Síndrome Reproductivo y Respiratorio Porcino (PRRS) es una enfermedad con un fuerte impacto económico en la industria porcícola mundial debido a los desembolsos para su tratamiento, prevención y control, con gastos de USD$ 664 millones en Estados Unidos (Nathues et al. 2017, Quezada-Fraide et al. 2021), y que ascienden a USD$ 1000 millones si se añaden las pérdidas indirectas (Renken et al. 2021). En México, las pérdidas se calculan entre USD$ 50 y 80 millones anuales (Rivera-Benítez et al. 2021). Se estima que la presencia de PRSS reduce la producción anual de lechones en un 10% (López-Heydeck et al. 2015). El costo promedio de un cuadro agudo de PRRS en una granja de reproductoras en varios países oscila entre USD$ 255 y 300 por cerda al año (Quezada-Fraide et al. 2021). Los cerdos se consideran susceptibles a cualquier edad, pero en granjas endémicas los animales jóvenes tienden a expresar más la enfermedad (Duinhof et al. 2011).
Tanto la presencia de la enfermedad como la carga microbiana se consideran como factores clave para limitar la eficiencia en el aprovechamiento de los alimentos que hacen los cerdos en las granjas. Se reconoce que los cerdos expuestos a cargas microbianas elevadas en sistemas de alojamiento convencionales tienen un crecimiento de 10 a 20% más lento, en comparación con los cerdos que se encuentran libres de gérmenes o con los cerdos mantenidos en entornos limpios (Duinhof et al. 2011). Como consecuencia, en cualquier ciclo de producción existe cierta proporción de cerdos continuamente desafiada por la contaminación viral en su entorno inmediato, de modo que montan una respuesta inmune continua (Loynachan et al. 2005); estos autores también mencionan que, en términos de energía y proteínas, este proceso es fisiológicamente caro; por ejemplo, la tasa mejorada de renovación de proteínas asociada con la producción de células inmunes, anticuerpos y proteínas de fase aguda aumenta el gasto de energía en un 10-15% por arriba de las necesidades de mantenimiento, y los requerimientos de proteínas en un 7-10%. Dado que el destete es un evento estresante que puede afectar tanto el crecimiento como la salud del lechón (Loynachan et al. 2005), la inclusión de ácidos grasos poliinsaturados omega-3 (AGPI n-3) en las dietas de los lechones, puede reducir la inflamación asociada con el estrés que ocurre al destete y permitir un crecimiento y salud óptimos (Otte et al. 2019). El fortificar el sistema inmunológico de los cerdos infectados es una de las opciones que es conveniente explorar para disminuir el impacto de PRRS sobre la producción (Liu et al. 2014). Los AGPI n-3 procedentes de peces y el uso de microalgas son alternativa promisorias y similares al empleo de los productos pesqueros (Leonard et al. 2010). El ácido docosahexaenoico (DHA) forma parte crítica de las membranas de las células y desempeña un papel relevante en el cerebro, al cual ayuda a mantener su estructura y función. Tanto el DHA como el ácido eicosapentaenoico son elementos clave para formar mediadores lipídicos biológicamente activos en tejido adiposo blanco, los cuales ejercen efectos antiinflamatorios (López-Padrón et al. 2020).
Otra opción que puede disminuir los efectos negativos del PRRS en cerdos son las plantas que contienen sustancias de naturaleza polifenólica con capacidad para reducir los procesos inflamatorios e incrementar la resistencia a las enfermedades infecciosas (Hernández-Moreno et al. 2022). Los extractos de plantas (EP) o productos fitogénicos exhiben un alto potencial por el amplio rango de actividades que poseen: antimicrobiana (Baydar et al. 2004, Sökmen et al. 2004), antiviral (Giambanelli et al. 2020), antioxidante (Hernández-Moreno et al. 2022) y antiinflamatoria, además de otros efectos biológicos (Lee et al. 2004). Esto ofrece a futuro la posibilidad de utilizar los EP en sustitución de los antibióticos que regularmente se incluyen en las dietas para mejorar la salud y producción de los animales (Chafla-Moina y Silva-Déley 2023). Por ejemplo, los metabolitos secundarios que se obtienen de la oleorresina de cúrcuma y capsicum estimulan a las células dendríticas por medio de un receptor que contienen, llamado potencial transitorio vanelloide 1 (TRPV 1) (Caicedo et al. 2022). En este contexto, el objetivo fue valorar el efecto de complementar a las dietas convencionales con ácido (DHA) y oleorresina de cúrcuma y capsicum (EP) sobre el crecimiento y la finalización de cerdos en una piara infectada con PRRS.
Materiales y métodos
Localización
El estudio se realizó en una granja comercial del municipio de Emiliano Zapata, estado de Veracruz, México (19°27′28″ LN, 96°45′57″ LO, 940 msnm), en clima subtropical con humedad y temperatura promedio de 43 % y 25 °C, respectivamente (INAFED 2022).
Animales y manejo
Se utilizaron 960 cerdos con peso inicial promedio de 5.21 ± 0.065 kg, producto del cruzamiento de Landrace x Large White x Pietrain, los cuales se trasladaron a la sala de destete para su primera fase de engorda. Aproximadamente a los 50 días, se alojaron 20 lechones en un corral de destete de 2.5 m por 3.0 m. En la segunda fase de engorda, se alojaron 20 cerdos en corrales de 5.0 m por 5.0 m, donde estuvieron hasta su salida al matadero. Todos los animales fueron alimentados de manera regular con una dieta elaborada con el programa Nutrion 12 en la fábrica de alimentos de los porcicultores, en la cual se manejaron siete fases con distintas cantidades nutricionales de acuerdo con su peso: Fase 1 (6 a 8-9 ± 2 kg), Fase 2 (9 a 11 ± 12 kg), Fase 3 (12 a 14 ± 15 kg), iniciador (15 a 27 ± 28 kg), crecimiento (28 a 49 ± 50 kg), desarrollo (50 a 74 ± 75 kg), finalización (75 a 99 kg o más) (Tablas 1 y 2) (NRC 2012). Todos los animales dispusieron de agua y alimento a libertad.
Ingredientes, kg | Iniciación | Crecimiento | Desarrollo | Finalizador |
---|---|---|---|---|
Grano de sorgo | 34.13 | 78.30 | 81.00 | 750.00 |
Grano de maíz | 34.09 | 16.80 | 15.80 | 220.00 |
Pasta de soya | 28.00 | -- | -- | -- |
Núcleo o base* | 3.5 | 2.50 | 2.50 | 30.00 |
Bicarbonato de sodio | 0.10 | 0.10 | 0.05 | -- |
Detoxa plus** | 0.10 | -- | -- | -- |
Algadeitte** | 0.80 | -- | -- | -- |
Suplex*** | -- | 0.50 | 0.55 | -- |
Protigen grown**** | -- | 1.00 | -- | -- |
Aceite de soya | -- | 0.80 | -- | 5.00 |
Análisis de nutrientes, % | ||||
Energía metabolizable, Kcal | 3.31 | 3.28 | 3.25 | 3.30 |
Proteína cruda | 19.18 | 15.90 | 14.90 | 14.5 |
Calcio | 0.58 | 0.69 | 0.65 | 0.60 |
Fósforo | 0.52 | 0.60 | 0.57 | 0.53 |
Lisina total | 1.22 | 1.04 | 0.95 | 1.00 |
Metionina + Cisteína total | 0.70 | 0.60 | 0.58 | 0.60 |
Fibra cruda | 2.41 | 2.60 | 2.63 | 2.65 |
* El Núcleo o base contiene aminoácidos, aceite vegetal, minerales y vitaminas y antibióticos. ** Detoxa plus y Algadeitte: Aditivos alimentarios con acción sobre las micotoxinas. *** El Suplex incluye vitamina A, D3 y E. **** Protigen grown contiene un analgésico anti-estresante.
Fase 1 | Fase 2 | Fase 3 | |
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Alimento completo, kg por cerdo | 3.0 | 4.0 | 4.0 |
Análisis de nutrientes, % | |||
Energía metabolizable, Kcal | 3.5 | 3.45 | 3.35 |
Proteína cruda | 19.00 | 18.00 | 18.00 |
Grasa cruda | 6.00 | 5.50 | 4.50 |
Fibra cruda | 1.60 | 1.90 | 2.00 |
Lisina | 1.60 | 1.50 | 1.40 |
Desde 2006, el PRRS se encuentra instalado en la granja, por lo que cada cuatro meses se vacuna contra esta enfermedad en forma rutinaria a todos los animales de la granja. Contra circovirosis y Mycoplasma hyopneumoniae, se vacunan los lechones a partir de las 3 sem de edad y se revacunan 3 sem después. Para Erysipelothrix rhusiopathiae, parvovirus porcino y leptospirosis, en el caso de cerdas que no han sido vacunadas, se aplica una primera inyección de 6 a 8 sem antes de la fecha prevista para la inseminación y luego una dosis de refuerzo 4 sem más tarde; posteriormente se revacuna una vez al año. La vacunación para Actinobacillus pleuropneumoniaedepende de la etapa de los animales; las cerdas gestantes se vacunan 40-45 días antes del parto y se revacunan 21 días después (20-25 días antes del parto; a partir de aquí, en cada gestación posterior, se revacuna aproximadamente 1 mes antes del parto. Se vacunan todos los verracos y se revacunan a los 21 días; las revacunaciones posteriores se hacen cada 6 meses. Los lechones destetados se vacunan a los 40-45 días de vida y se revacunan a los 60-65 días de vida. La desparasitación de toda la piara se hace con ivermectina, para lo cual esta se adiciona en el alimento en todas las fases de producción de los animales.
Diseño experimental y dietas
Se usó un diseño experimental de medidas repetidas con cuatro tratamientos y 240 animales escogidos al azar, asignándose seis repeticiones para cada tratamiento, donde el corral fue la unidad experimental. El tratamiento 1 (T1), testigo, consistió en alimento de la granja en sus diferentes fases de producción elaborado en la fábrica de alimentos (FA) de los productores. Los demás tratamientos consistieron en adicionar los respectos productos en el momento de la revoltura del alimento. El tratamiento 2 (T2), DHA, fue el mismo alimento (FA) que el testigo en sus diferentes fases de producción + 300 g t-1 de DHA (DH Nature®, Archer Daniels Midland, ADM, el cual es una fuente vegetariana altamente concentrada con un mínimo de 24.0% de ácido docosahexaenoico obtenido mediante un proceso de fermentación controlado). El tratamiento 3 (T3), EP, incluyó el mismo alimento (FA) en sus diferentes fases de producción +200 g t-1 de EP (X-Tract Nature®, Pancosma que son micropartículas encapsuladas con un contenido estandarizado de dos sustancias apetentes: oleorresina de cúrcuma (Curcuma spp.) y oleorresina de guindilla (Capsicum spp.). El tratamiento 4 (T4), DHA+EP, usó el mismo alimento (FA) en sus diferentes fases de producción + 300 g t-1 de DHA + 200 g t-1 de EP. Todas las dietas se formularon en base seca.
Parámetros evaluados
Se evaluaron las siguientes variables durante el crecimiento y la engorda: peso promedio al destete (PPD), peso promedio (P70), ganancia diaria de peso (GDP70), conversión alimenticia (CA70). Estas variables se registraron desde el destete (20 días) hasta el día 70 de vida de los cerdos. Las variables medidas en la finalización de la engorda fueron: peso promedio (PPM), ganancia diaria de peso (GDPM), y conversión alimenticia (CAM). Los cerdos se pesaron en forma individual al día 70 de vida y hasta la finalización de la engorda. El consumo de alimento se registró en forma diaria hasta la salida al mercado de los animales, para calcular la ingesta de alimento total.
Los datos de ambos ciclos productivos se analizaron en forma separada y conjunta mediante análisis realizado a través del procedimiento MIXED (SAS 2011). En los modelos preliminares, se incluyeron como covariables el peso y la edad inicial, pero al no resultar significativos, se eliminaron del análisis final. Se utilizó la prueba de Tukey para identificar diferencias entre medias mediante el mismo software estadístico. Se definió como significativo un valor de p ≤ 0.05.
Pruebas serológicas
Para corroborar la presencia de PRRS en los animales, se realizaron pruebas serológicas a todos los animales en un laboratorio de diagnóstico de salud animal en Tehuacán, Puebla. De cada uno de los 960 cerdos, se colectaron muestras de sangre de la vena cava anterior al día 70 de vida. La sangre extraída se colocó en tubos de ensayo de 10 mL, mismos que se centrifugaron a 3 500 gravedades. El suero se congeló a -20 0C hasta su análisis mediante la prueba ELISA e inmunodifusión radial (IDR). Se efectuó la prueba de ELISA indirecta para la detección de anticuerpos contra PRRS según el manual del kit comercial HerdChek PRRS X3 ® (IDEXX), para lo cual se requieren placas recubiertas con antígeno recombinante de virus de PRRS, sueros controles de PRSS tanto positivo como negativo y conjugado anti-porcino IgG. Si el cociente de la absorbancia de una muestra sobre la del control positivo (M/P) es 0.4 o mayor, la reacción se considera positiva; de otro modo, se interpreta como negativa. Una reacción positiva obedece a que existe una inmunización previa con la vacuna, o como resultado de la exposición del animal al virus de PRRS. La prueba de ELISA indica si los animales estuvieron en contacto con el virus de PRRS, de forma natural o inducida, pero ello no indica la magnitud de los anticuerpos presentes; para ello se requiere recurrir a otra técnica. La prueba de IDR cuantifica la cantidad exacta de anticuerpos (en particular de inmunogamaglobulinas G, IgG) en cada animal y se realizó en apego al manual del kit comercial NANORID™. Se usaron tres diferentes métodos de ensayo: difusión completa, tabla de referencia de IDR (Mancini et al. 1965) y difusión incompleta Fahey y McKelvey (1965).
Análisis Beneficio-Costo
Se calculó el costo de alimento a partir del precio en dólares de los ingredientes usados para su fabricación durante el periodo 2020-2022, al tipo de cambio de enero 2023. El costo de los dos ciclos de crecimiento y finalización y de las variables de respuesta de la fase engorda (CAM, GDPM y PPM), se obtuvo a partir del costo en dólares de cada una de las dietas empleadas (T1, testigo; T2, DHA, T3, EP y T4, DHA+EP; Bonazzi et al. 2021). Se estimó el costo de los indicadores productivos considerados (DM, PM, CAT, GDPM y CA) tanto por ciclo productivo como por dieta experimental.
Resultados
Peso a los 70 días de vida
En las variables CA70 y P70, el segundo ciclo de engorda fue mejor (p < 0.05) respecto al primero, lo que puede deberse a un mejor peso inicial y al destete del lechón. Los valores de las variables CAD70, GDPD70 y P70 en las dietas en donde se adicionó DHA y DHA+EP superaron a los cerdos de T1, T3 y al grupo testigo (p < 0.05) (Tabla 3).
Efecto Ciclo de engorda | CA | GDP, kg | CDA, kg | P70, kg |
---|---|---|---|---|
Primero | 1.41 ± 0.05a | 0.498 ± 0.10b | 36 ± 0.05a | 25.421 ± 0.31b |
Segundo | 1.39 ± 0.04b | 0.506 ± 0.08a | 36 ± 0.05a | 25.811 ± 0.22a |
EEM | 0.199 | 0.004 | 0.213 | 0.502 |
Tratamiento | CA | GDP, kg | CDA, kg | P70, kg |
Testigo | 1.49 ± 0.07a | 0.473 ± 0.05b | 36 ± 0.05a | 24.16 ± 0.35b |
DHA | 1.36 ± 0.04c | 0.519 ± 0.04a | 36 ± 0.05a | 26.47 ± 0.37a |
EP | 1.43 ± 0.7b | 0.492 ± 0.05b | 36 ± 0.05a | 25.13 ± 0.39b |
DHA+EP | 1.34 ± 0.03c | 0.523 ± 0.04a | 36 ± 0.05a | 26.69 ± 0.38a |
EEM | 0.202 | 0.002 | 0.213 | 0.373 |
Literales distintas por renglón y por columna difieren estadísticamente (Tukey, P ≤ 0.05). EEM: error estándar de la media. CA: Conversión alimenticia. GDP: Ganancia diaria de peso. CDA: Consumo de alimento. P70: Peso al día 70.
Peso al mercado
El segundo ciclo tuvo un peso al mercado superior al del primer ciclo de engorda (p < 0.05), como resultado de mayor peso a los 21 días de nacido. La dieta adicionada con T4 (DHA+EP) mostró mejor comportamiento en la GDPM en comparación con los demás tratamientos (p < 0.05). En PPM, los tratamientos que estuvieron adicionados con T2 (DHA), T3 (EP) y T4 (DHA+EP) fueron superiores al testigo (P < 0.05); sin embargo, en la variable CAM, el DHA fue mejor que los demás tratamientos (Tabla 4).
Efecto | DM | PM, kg | CAT, kg | GDPM, kg | CA | USD$ |
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Ciclo de engorda | ||||||
Primero | 150.87 ± 0.90b | 94.73 ± 0.60b | 235.78 ± 1.00b | 0.627 ± 0.110a | 2.48 ± 0.9a | 170.00 ± 0.91b |
Segundo | 162.11 ± 0.67a | 99.46 ± 0.43a | 247.15 ± 1.12a | 0.613 ± 0.099b | 2.48 ± 0.9a | 178.22b ± 0.69a |
EEM | 0.780 | 0.510 | 1.06 | 0.046 | 0.004 | 14.78 |
Tratamiento | ||||||
Testigo | 167.98 ± 1.27a | 90.32 ± 0.69a | 231.07 ± 1.79a | 0.537 ± 0.06c | 2.56 ± 0.11a | 166.44 ± 1.25d |
DHA | 153.66 ± 1.25b | 99.19 ± 0.71b | 237.29 ± 1.77b | 0.648 ± 0.04b | 2.39 ± 0.09c | 170.35 ± 1.23c |
EP | 153.46 ± 1.32b | 98.82 ± 0.75b | 250.77 ± 1.85c | 0.643 ± 0.02b | 2.53 ± 0.10b | 181.25cd ± 1.30ab |
DHA+EP | 150.87 ± 1.28b | 100.06 ± 0.73b | 246.91 ± 1.81c | 0.660 ± 0.05a | 2.50 ± 0.10b | 180.08d ± 1.27b |
EEM | 1.28 | 0.720 | 1.800 | 0.052 | 0.090 | 25.93 |
Literales iguales dentro de misma columna son estadísticamente iguales (Tukey, P ≤ 0.05). EEM: error estándar de la media. DM: Días al mercado. PM: Peso al mercado. CAT: Consumo de alimento total. GDPM: Ganancia diaria de peso al mercado. CA: Conversión alimenticia.
Análisis serológicos
Las pruebas serológicas indican la presencia de PRRS en todos los animales de los cuatro tratamientos. La detección de anticuerpos en lechones al destete revela que sus madres tuvieron alto nivel de anticuerpos contra PRRS y que el virus siguió activo al menos hasta el día 70 de vida de los animales en estudio. Se sabe que la piara objeto de estudio tiene varios años de estar infectada, y ello se ha corroborado en varias ocasiones tanto por técnicas serológicas, como por los parámetros productivos y reproductivos que usualmente se obtienen, y que no igualan los de una piara sana.
Inmunogamaglobulinas G
Los análisis de IDR muestran que en el primer ciclo de engorda tanto al destete como al P70 los tratamientos T2 (DHA) y T3 (EP), obtienen los mayores valores de IgG (p < 0.05) que el testigo (T1) y el T4 (DHA+EP) (Tabla 5). En el segundo ciclo de engorda al destete no hubo diferencias en los valores de IgG entre los tratamientos. Al P70 los tratamientos T2 (DHA) y T4 (DHA+E) mostraron mayores cantidades de IgG (p < 0.05) que el T1 y el T3 (EP).
Primer ciclo de engorda | Segundo ciclo de engorda | |||
---|---|---|---|---|
Tratamiento | Destete | Día 70 de vida | Destete | Día 70 de vida |
Testigo | 9.84b | 19.500b | 10.140a | 18.590b |
DHA | 12.21a | 22.550a | 11.140a | 21.790a |
EP | 12.28a | 22.660a | 10.220a | 19.860b |
DHA + EP | 10.19b | 20.050b | 11.450a | 22.060a |
EEM | 0.350 | 0.160 | 0.292 | 0.127 |
Literales iguales dentro de misma columna son estadísticamente iguales (Tukey, P ≤ 0.05). EEM: error estándar de la media. DHA: ácido docosahexaenoico. EP: extractos de plantas (oleorresina de cúrcuma y capsicum). DHA+EP: ácido docosahexaenoico y extractos de plantas.
Análisis beneficio-costo
El ingreso bruto en el primer ciclo de engorda fue menor que en el segundo (P < 0.05; Tabla 4). La engorda del grupo testigo tuvo menor costo de alimentación que los grupos tratados con T2 (DHA), T3 (EP) y T4 (DHA+EP) (P < 0.05). La utilidad en el primer ciclo de engorda fue de USD$ 62.08 y en el segundo ciclo de USD$ 65.45, con una diferencia de USD$ 3.37 por cerdo a favor del segundo ciclo. El costo de producción del cerdo al mercado fue menor para el grupo testigo que para los grupos tratados con T2 (DHA), T3 (EP) y T4 (DHA+EP), aunque el tiempo para alcanzar al peso para el mercado fue mucho mayor.
Discusión
Peso a los 70 días de vida
Al adicionar EP a la dieta de cerdos con PRRS al destete, se observa un efecto positivo sobre las interleucinas 1 y 6 (IL-1 y IL-6), las cuales ejercen un papel crucial en la respuesta inmune (Liu et al. 2014), además de mejorar la salud de los animales (Tanaka et al. 2016). Estos resultados coinciden con lo encontrado en la presente investigación, ya que los tratamientos experimentales favorecieron la ganancia diaria de peso para el día 70 de vida. Algunos autores señalan que con la adición de DHA y DHA+EP se aumenta la producción debido a su acción antiviral, antimicrobiana, antioxidante (Luo et al. 2019, Rosero et al. 2016), y antiinflamatorio (Lee et al. 2004), mismos que impactan de forma positiva la respuesta inmune. Mientras que Chafla-Moina y Silva-Déley (2023) y López-Padrón et al. (2020) mencionan que al utilizar DHA+EP como sustitutos de antibióticos en la dieta, se mejora el rendimiento productivo y la salud de los animales (López-Padrón et al. 2020). En tanto que Stephenson et al. (2016) al evaluar dietas con aceite de soya en cerdos en crecimiento, obtuvieron aumento en el contenido de ácidos grasos poliinsaturados en los depósitos de grasa del organismo, lo que provocó mejor ganancia diaria de peso y eficiencia alimenticia. El adicionar DHA a la dieta puede estimular la respuesta inmune en los animales debido al aporte de ácido graso omega 3 (AG ω-3) a la dieta, mismos que se almacenan en las membranas celulares y su función principal es formar parte de la estructura celular y como sustratos para la producción de algunos productos antiinflamatorios (leucotrienos, tromboxanos y prostaglandinas; Quezada-Fraide et al. 2021). Los ácidos grasos polinsaturados omega 3 (AGPI ω-3) ligan de forma natural a los receptores gamma mismos que promueven la propagación de peroxisomas (PPARγ), los cuales son organoides hialoplasmáticos en forma de vesículas que tienen un papel crítico en la respuesta inmunológica, por medio de la prevención de la expresión de citoquinas inflamatorias y de promover que las células inmunológicas se diferencien hacia fenotipos antinflamatorios (Zelechower y Elbert 2018). De manera adicional, la dieta puede mejorar algunos parámetros productivos (como ganancia diaria de peso y conversión alimenticia) y el bienestar animal.
La inclusión en la dieta de fuentes suplementarias de lípidos como T2 (DHA) o T3 (EP) puede tener una función antiinflamatoria y desencadenar respuestas inmunes, entre otras consecuencias efectivas para el confort animal (Valenzuela et al. 2015). Las dietas también se pueden suplementar con microalgas, las cuales son una fuente importante de ácidos grasos poliinsaturados, y esto permite mejorar tanto la digestibilidad del alimento como la respuesta inmune de los animales (López-Gálvez et al. 2021).
Peso al mercado
La adición de ácido linoleico conjugado (CLA) al 1 y 2% en la dieta de cerdos en crecimiento, identificó una correlación significativa entre la expresión del factor nuclear potenciador de las cadenas ligeras kappa (NF-κB) con la producción de Factor Necrótico Tumoral Alfa (TNF-α), una citocina antiviral, en la primera semana post-infección con virus de PRRS, con lo que se demostró cierto efecto protector ante esta enfermedad (Putera et al. 2023). A su vez, en cerdos infectados con PRRS y alimentados con CLA, se apreció un aumento en suero de TNF-α y la expresión de ácido ribonucleico mensajero (RNAm) del factor nuclear potenciador de las cadenas ligeras kappa de las células B activadas (NF-κB) en células mononucleares. El adicionar CLA en la dieta de animales infectados con PRRS puede ser benéfica, ya que al producirse el TNF-α se pueden reducir algunos efectos detrimentales como fiebre e inflamación bronquial, entre otros, e incluso, se puede llegar a eliminar al virus (Putera et al. 2023). Esto es similar a lo encontrado en otros trabajos que usaron ácidos grasos omega-3 que han demostrado una modulación en la producción de citocinas proinflamatorias que resulta en una mejora en la inmunidad del hospedador (Ruiz et al. 2023). Estos ácidos grasos omega 3 dan lugar a diferentes tipos de eicosanoides que ejercen distintas funciones relevantes, como la regulación de reacciones inflamatorias, efecto sobre la presión sanguínea y en la agregación de plaquetas (Asatryan y Bazan 2017). Los resultados del presente trabajo concuerdan con los hallazgos de Kalbe et al. (2019) quienes confirman la posibilidad de aumentar los niveles de DHA en la dieta de los cerdos para mejorar la salud animal, promover los efectos antiinflamatorios y mejorar la producción. De igual modo, Pinelli-Saavedra et al. (2019) probaron CLA en cerdos en crecimiento y obtuvo un aumento lineal en la ganancia diaria promedio de peso al incrementar el nivel de CLA en la dieta (P < 0.05), sin que la concentración de CLA en la dieta afectará el consumo diario de alimento, lo que resultó en un aumento lineal en la relación ganancia de peso-alimentación (P < 0.05), con una mejor eficiencia alimenticia, de modo similar al presente trabajo.
Los extractos de plantas (EP) como la curcumina y el capsicum son metabolitos secundarios con posibles efectos beneficiosos sobre el rendimiento y la salud del cerdo in vivo (Morales et al. 2022). Al respecto, Liu et al. (2013) señalan que la alimentación con EP (oleorresina de cúrcuma y capsicum) en cerdos en crecimiento mejora la respuesta inmune ante una infección con PRRS, además de reducir el impacto negativo de la infección y reducir la carga viral, la citocina proinflamatoria y las proteínas de fase aguda, lo que resulta en mejor ganancia diaria de peso, consumo de alimento y eficiencia alimenticia. Al usar algunas plantas con propiedades medicinales (cinamaldehído, carvacrol y capsaicina) a razón de 150 mg kg-1 de alimento en la dieta de cerdos, mientras que Caicedo et al. (2022) reportan mayor ganancia de peso al mercado y mejor conversión alimenticia; resultados similares a los obtenidos en este estudio, en donde la variable PM suplementado con EP fue mejor que el tratamiento testigo (Tabla 4).
Análisis serológico
En este estudio, el comportamiento de PRRS fue similar a lo encontrado por Castillo y Ramirez (2021), quienes indican que el virus usualmente persiste en animales en crecimiento, engorde y finalización que se mantienen en ambientes susceptibles. Adams et al. (2017) también reportan cerdos seropositivos a PRRS en la fase de crecimiento, mientras que Guo et al. (2018) encontraron muestras positivas a PRRS por arriba de 0.4 en cerdos en engorda y finalización.
Inmunogamaglobulinas G
En cuanto a las IgG, las concentraciones séricas fueron mayores (P ≥ 0.05) en cerdos del primer ciclo de engorda en comparación a las dietas suplementadas con DHA y EP (Tabla 5). En los cerdos del segundo ciclo de engorda, los valores de IgG fueron mayores en los cerdos con dietas suplementadas con DHA Y DHA+EP (Tabla 5). Los resultados del presente estudio concuerdan con Mateo et al. (2009) y Leonard et al. (2010), quienes al día 14 de lactación encontraron valores similares de IgG en suero sanguíneo de cerdas y su camada, y observaron valores de IgG superiores en los animales que recibieron dietas adicionadas con alga parda (Cystoseira usneoides).
Análisis beneficio-costo
El costo por alimentación por cerdo fue inferior en el primer ciclo en comparación con el segundo ciclo al mercado (P < 0.05) (USD$ 170.00 vs 178.22, respectivamente). Al multiplicar el peso final del cerdo por el precio de venta en pie de cada grupo en el periodo 2020-2022 (USD$ 2.40 kg-1 de peso vivo en promedio), el resultado favorece al segundo ciclo con un ingreso bruto de USD$ 60.48 por cerdo contra USD$ 57.35 en los cerdos del primer ciclo. El presente estudio coincide con Rivera-Benítez et al. (2021), quienes notifican que la progenie de cerdas en el segundo parto superó económicamente a la progenie de las mismas madres en su primer parto.
Los animales del grupo testigo consumieron menos alimento, lo que influyó en mayor tiempo de salida al mercado y por lo tanto, en menor peso promedio (P < 0.05). De manera adicional, al multiplicar el valor del kilogramo del cerdo (USD$ 2.40 kg-1), por el peso promedio de venta de cada tratamiento, se aprecia que el testigo proporcionó un menor ingreso bruto (USD$ 50.33) que los demás tratamientos (USD$ 67.71, 55.92 y 60.06, respectivamente), siendo el tratamiento con DHA el que tuvo mejor ganancia. Al respecto, Caicedo et al. (2022) en un estudio en el que adicionaron extracto de algas a las dietas de cerdos en engorda, obtuvieron una disminución en el costo por concepto de alimentación y, por ende, mayores ganancias a la venta del cerdo.
Conclusiones
La adición de DHA y extractos de plantas como la cúrcuma y la oleorresina de capsicum se traduce en beneficios en los índices productivos y la salud de los cerdos en crecimiento y finalización de granjas con PRRS, con una mejora apreciable en el costo de producción. La dieta que incluyó DHA, solo o en combinación con EP, logró mayor peso en los animales al día 70; de igual forma, el tratamiento con DHA proporcionó el mayor ingreso económico. La adición de este tipo de productos (DHA, EP y DHA+EP) al alimento de cerdos de engorda ofrece una alternativa promisoria, viable y rentable al empleo de antibióticos como promotores del crecimiento animal