Introducción
Durante la actual pandemia de COVID-19, la falla aguda respiratoria en pacientes hospitalizados ha ido en aumento. Se reporta que el 5-15% de los pacientes con COVID-19 presentan enfermedad grave y necesidad de ventilación mecánica1-6, y estos llegan a tener hasta un 50% de mortalidad7. Es por esto que la traqueostomía cobra importancia, ya que se realiza con la intención de ayudar al paciente a tolerar el retiro de la ventilación mecánica, disminuyendo la resistencia, el espacio muerto y las secreciones, además de que mejora su movilidad, comodidad e higiene bucal1,4,7-11.
Aún no existe un consenso sobre la realización de traqueostomías, ya que en diferentes estudios12,13 se ponen en discusión: 1) el tiempo para realizarse posterior a la intubación, en el que se ha considerado una ventana de 10 a 21 días14-17, tomando en cuenta que la carga viral disminuye a los 10 días de inicio de los síntomas18; 2) las características clínicas de los pacientes, como la comorbilidad asociada; 3) el pronóstico19; 4) el riesgo-beneficio7,8, 5) el sitio para el procedimiento; y 6) la técnica recomendada: abierta, con las diferentes medidas de protección para disminuir al máximo la aerosolización viral9, o percutánea, la cual depende principalmente del presupuesto actual del sistema de salud2.
La traqueostomía es un procedimiento quirúrgico realizado con frecuencia en nuestro ámbito, indicado en pacientes de la unidad de cuidados intensivos (UCI) que se encuentren en ventilación mecánica3,8. La principal utilidad se encuentra en la prevención del daño laríngeo producido por una intubación prolongada, así como la disminución de la duración de la ventilación mecánica y la estadía en la UCI, minimizando el riesgo de presentar infección intrahospitalaria2,19. En cuanto a las indicaciones para traqueostomía, se utilizan los criterios usados generalmente en pacientes con otras patologías antes de la pandemia: periodo largo con ventilación mecánica (> 14 días)8,9 y disminución de complicaciones de esta (p. ej., estenosis subglótica), obstrucción de vía aérea como edema laríngeo, extubación no exitosa, exceso de secreciones o una mezcla de las anteriores1,15. También se debe considerar la capacidad de ventiladores disponibles, los recursos de UCI y equipo de protección para personal de salud 2-4,15,16, pues los hospitales se pueden encontrar con escasez de material y personal9. Por otro lado, se han tomado como contraindicaciones la voluntad anticipada que rechace el procedimiento, la situación de final de vida, el shock séptico no controlado, la disfunción multiorgánica y el alto riesgo de muerte2,9.
Nuestra institución es una de las sedes destinadas a la atención exclusiva de pacientes con COVID-19, por lo que se estableció un protocolo prequirúrgico, transquirúrgico y posquirúrgico basado en la experiencia de países con mayor cantidad de traqueostomías20-22, con la finalidad de estandarizar las indicaciones y disminuir el riesgo de contagio para cirujanos y personal quirúrgico.
El enfoque principal de este artículo es describir la utilidad de las traqueostomías en pacientes con COVID-19 en nuestro hospital y su pronóstico relacionado con la comorbilidad, el patrón respiratorio y el tiempo de intubación. Así mismo, busca establecer un protocolo para la realización del procedimiento de manera sistemática y específico para pacientes con COVID-19, ya que actualmente no existe un consenso en nuestro país. A la vez, ofrece una perspectiva sobre el éxito y las complicaciones del procedimiento en población mexicana, hablando únicamente de traqueostomías abiertas, ya que en nuestro medio hospitalario no se cuenta con el recurso económico y tecnológico para llevar a cabo traqueostomías percutáneas.
Como objetivo secundario, se describe si hubo complicaciones por la técnica usada y la tasa de infección entre personal quirúrgico con el protocolo establecido.
Método
Se realizó un estudio retrospectivo observacional de 14 pacientes bajo ventilación mecánica, a los cuales se les realizó traqueostomía abierta entre el 27 de abril y el 11 de septiembre de 2020 en el Hospital Central del Estado Chihuahua. De los 14 pacientes, 10 se encontraban con diagnóstico de COVID-19 confirmado con un resultado positivo en la prueba de reacción en cadena de la polimerasa con transcriptasa inversa (RT-PCR) de exudado nasofaríngeo o con hallazgos de imágenes compatibles por tomografía computarizada (TC) de tórax.
Se formó un equipo de cirujanos y anestesiólogos experimentados para realizar los procedimientos quirúrgicos, se creó un protocolo específico y se dio entrenamiento al equipo quirúrgico con el fin de reducir la exposición y limitar la transmisión del virus a los trabajadores de salud.
Para la recolección de la información se revisaron los expedientes electrónicos de los pacientes que se encontraran con traqueostomía y diagnóstico de COVID-19, resultados de imagen y laboratorio. Las características de base que se recolectaron fueron sexo, edad, antecedentes de importancia, fechas de ingreso, intubación, cirugía y egreso o defunción en su defecto, escalas APACHE II (Acute Physiology And Chronic Health Evaluation II) y SOFA (Sequential Organ Failure Assessment Score), y parámetros ventilatorios entes de cirugía (presión positiva al final de la espiración [PEEP] y fracción inspirada de oxígeno [FiO2]). Dichas escalas y parámetros ventilatorios fueron elegidos para este análisis debido a su disponibilidad, así como su comparabilidad con otros estudios similares en todo el mundo.
Todas las traqueostomías fueron cirugías electivas. Para fines del estudio, nos referiremos a buen pronóstico en caso de alta hospitalaria y a mal pronóstico en caso de fallecimiento. Se analizaron la técnica quirúrgica utilizada y las complicaciones de esta, además del seguimiento de casos sintomáticos entre el personal involucrado.
Indicaciones
Se realizó la traqueostomía luego de que el equipo valorara a los pacientes acorde a las siguientes indicaciones (Tabla 1): intubación prolongada de 20 días como mínimo, paciente hemodinámicamente estable (presión arterial media > 70 mmHg, independiente de aminas vasoactivas), sin falla orgánica múltiple, material quirúrgico y tiempo en el quirófano disponible, y consentimiento informado debidamente llenado por parte de un familiar responsable.
- Prueba RT-PCR de COVID-19 realizada con resultado negativo. |
- Intubación prolongada (más de 20 días). |
-Paciente hemodinámicamente estable (presión arterial media > 70 mmHg independiente de aminas vasoactivas). |
- Sin falla orgánica multiple. |
- Cánula 7-8 con globo y tiempo quirúrgico disponible. |
Consentimiento para el procedimiento.
Técnica y procedimiento
Para los procedimientos quirúrgicos se llevaron a cabo etapas:
− Preparación del equipo: se tomó en cuenta una lista (Tabla 2) para el procedimiento y el equipo de protección personal (nivel 3), adaptado a los insumos presentes en nuestro hospital (Tabla 3), con la intención de continuar con las recomendaciones mundiales de protección personal para COVID-19. Aunado a esto, para la sala de operaciones se tomaron en cuenta la presión negativa necesaria y los filtros virales óptimos. Para el procedimiento quirúrgico se utilizó charola de traqueostomía abierta con separadores medianos y electrocauterio. Las cánulas de traqueostomía utilizadas fueron de tamaño 7-8, todas con balón, de marcas aleatorias dependiendo de insumos.
− Preparación del personal médico: se seleccionó un grupo de cirujanos, anestesiólogos y personal de enfermería especializado en traqueostomías, previamente entrenados e informados del protocolo quirúrgico por contingencia (Tabla 4).
− Realización de la intervención: los procedimientos se realizaron en una sala de quirófano con un protocolo COVID intrahospitalario que incluye personal mínimo indispensable en sala quirúrgica con equipo de protección personal (nivel 3), agregándole bata y guantes estériles para el personal quirúrgico, incluido el personal circulante, así como personal específico para la movilización de pacientes, quien coloca al paciente en decúbito dorsal e hiperextensión de cuello.
− Técnica quirúrgica: se realiza asepsia convencional y previo inicio de cirugía se verifica la funcionalidad de la cánula de traqueostomía. Se realiza una incisión vertical de 2-3 cm por encima de manubrio esternal, se diseca por planos hasta localizar los anillos traqueales y en este momento se da la indicación al servicio de anestesiología de realizar preoxigenación previo a colocar al paciente en apnea. Una vez realizado esto, el cirujano abre la tráquea entre los anillos II y III, y coloca la cánula de traqueostomía con inmediato llenado del globo de cánula. Se realiza limpieza de guantes, bata y campo con compresas impregnadas en solución de cloro al 10%, y una vez estando el campo quirúrgico cubierto con dicha compresa, se reinicia la ventilación mecánica.
1 | Verificar con el anestesiólogo si el paciente está adecuadamente anestesiado |
2 | El paciente tiene la posición de Rossiere y los brazos juntos en los costados |
3 | Verificar que el equipo esté listo, junto con el personal de enfermería, para dar entrada al cirujano y al ayudante. Verificar solución de hipoclorito y compresas en el campo |
4 | ¿El cirujano y el ayudante están adecuadamente vestidos y con los guantes bien colocados? |
5 | Notificar por parte del cirujano cuando estén colocados los campos y las sábanas quirúrgicas |
6 | ¿Se encuentra la cánula de traqueostomía lista, probada, con la jeringa colocada y ocluida la salida, así como una de reemplazo a la mano? |
7 | ¿Notifica el cirujano que va a iniciar la cirugía? |
8 | Notificación por el cirujano de que ya tiene la tráquea expuesta y lista para ser abierta |
9 | Dar por terminada la preoxigenación por anestesia |
10 | ¿Está el paciente relajado? |
11 | ¿Está suspendida la ventilación? |
12 | ¿Se abre la tráquea? |
13 | ¿Se colocó la nueva cánula con insuflación de globo? |
14 | ¿Se encuentran el circuito conectado y la compresa de hipoclorito sobre el campo? |
15 | Iniciar ventilación por anestesiología |
16 | Otorgar compresa con hipoclorito al cirujano y al ayudante |
17 | Notificación de finalización del procedimiento y salida del cirujano y del ayudante de la sala |
La lista será enunciada por el circulante en quirófano presente cuando el paciente sea sometido a traqueostomía. En caso de que el procedimiento no siga este orden, se deberá poner un alto por seguridad del equipo quirúrgico y notificar al encargado del quirófano en ese momento.
- Traje Tyvek |
- Bata desechable no estéril |
- Bata desechable estéril |
- 2 pares guantes de nitrilo no estériles |
- 1 par de guantes de látex estériles |
- Mascarilla N95 |
- Googles |
- Careta protectora |
- Botas no estériles |
Gorros no estériles
- Cirujano general/cirujano principal |
- Cirujano general/primer ayudante |
- Anestesiólogo/anestesiólogo principal |
- Enfermera registrada/instrumentista |
- Enfermera registrada/circulante interno |
Enfermero registrado/circulante externo
5) Verificación del paciente: se verifica la curva capnográfica, se fija la cánula a la piel, se retiran los campos, salen los cirujanos y el paciente es movilizado por personal específico.
En todo momento se verifica el check-list por personal de enfermería circulante interno; este se lleva a cabo en voz alta por parte de todo el equipo quirúrgico, con el fin de minimizar errores técnicos que afecten la seguridad del personal (Tabla 2).
Seguimiento
Se dio seguimiento extrahospitalario por vía telefónica a los pacientes dados de alta por 14 días, tomando como dato clínico la disnea o la necesidad de oxígeno suplementario posterior a la decanulación.
Para el personal de salud involucrado en los procedimientos se dio seguimiento a sintomatología de fiebre, tos, disnea y dolor torácico para descartar un probable contagio; no se realizaron RT-PCR ni TC ya que no se presentaron síntomas en ningún miembro del equipo involucrado.
Consideraciones éticas
Los autores declaran que para esta investigación no se han realizado experimentos en seres humanos ni en animales, se han seguido los protocolos sobre la publicación de datos de pacientes según la Ley General de Salud, y se cuenta con la autorización por parte del comité de ética de la institución para el uso, el análisis y el reporte de la información obtenida.
Resultados
En el periodo en que se realizó el estudio tuvimos 14 pacientes, de los cuales solo 10 tenían resultado positivo para COVID-19 con prueba RT-PCR y TC de tórax sugerente de daño pulmonar secundario a la enfermedad, por lo cual descartamos cuatro. A todos los pacientes se les realizó traqueostomía electiva con técnica abierta.
La demografía y las características clínicas se detallan en la tabla 5.
Paciente | Sexo | Edad | APACHE II previo a cirugía | SOFA previo a cirugía | FiO2 previo a cirugía | PEEP previo a cirugía | Días de intubación hasta traqueostomía | Comorbilidad | Días desde traqueostomía hasta egreso o defunción | Desenlace |
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
1 | Femenino | 51 | 13 | 4 | 40 | 8 | 23 | Ninguna | 32 | Alta |
2 | Femenino | 53 | 10 | 6 | 35 | 5 | 19 | Neumonía bacteriana agregada (agente no reconocido) | 26 | Alta |
3 | Masculino | 67 | 23 | 10 | 65 | 10 | 22 | Neumonía bacteriana agregada por K. pneumoniae | 2 | Finado |
4 | Femenino | 60 | 16 | 4 | 55 | 6 | 23 | HAS, DM2, obesidad, evento vascular cerebral isquémico, edema cerebral | 28 | Alta |
5 | Masculino | 80 | 15 | 9 | 60 | 7 | 21 | HAS, cardiopatía isquémica crónica | 1 | Finado |
6 | Masculino | 60 | 11 | 4 | 30 | 4 | 19 | HAS, DM2, cardiopatía isquémica crónica | 20 | Alta |
7 | Femenino | 78 | 13 | 5 | 35 | 6 | 20 | HAS, DM2, cardiopatía isquémica crónica, trastorno depresivo mayor | 30 | Alta |
8 | Masculino | 74 | 18 | 5 | 45 | 6 | 20 | Ninguna | 2 | Finado |
9 | Masculino | 48 | 14 | 6 | 65 | 7 | 36 | HAS, DM2 | 22 | Finado |
10 | Masculino | 64 | 12 | 7 | 65 | 12 | 18 | DM2, obesidad, neumonía bacteriana agregada por A. baumannii | 1 | Finado |
APACHE II: Acute Physiology And Chronic Health Evaluation II; DM2: diabetes mellitus tipo 2; FiO2: fracción inspirada de oxígeno; HAS: hipertensión arterial sistémico; PEEP: presión positiva al final de la inspiración; SOFA (Sequential Organ Failure Assessment Score).
Los pacientes tuvieron una media de edad de 63.5 años (desviación estándar [DE]: 10.66). Fallecieron cinco con una edad media de 66.6 años (DE: 10.83), todos varones, y el resto fueron dados de alta, con una edad media de 60.4 años (DE: 9.52), de los cuales cuatro eran mujeres y uno varón. De estos últimos, tres se encontraban diagnosticados con hipertensión arterial sistémica y diabetes mellitus tipo 2, dos de ellos con cardiopatía isquémica crónica, uno con trastorno depresivo mayor, uno con evento vascular cerebral isquémico y edema cerebral y otro con neumonía bacteriana agregada (cuyo agente no fue identificado); solo uno de estos se encontraba sin ninguna comorbilidad diagnosticada.
Por otro lado, de los cinco pacientes que fallecieron, dos tenían diagnóstico de hipertensión arterial sistémica, dos de cardiopatía isquémica crónica, dos de neumonía agregada (uno con Klebsiella pneumoniae y el otro con Acinetobacter baumannii), uno de diabetes mellitus tipo 2, uno de obesidad y finalmente uno más que no tenía ninguna comorbilidad ni patología agregada.
Todos los pacientes fueron manejados con intubación y ventilación mecánica antes de proceder a la traqueostomía. De los pacientes que fueron dados de alta, dos fueron intubados el mismo día de su ingreso, dos de ellos al tener 1 día intrahospitalario y otro 32 días después de su ingreso. Por otro lado, de los pacientes que fallecieron, tres fueron intubados el mismo día de su ingreso, uno al día siguiente y otro al segundo día de su estancia intrahospitalaria.
Se calcularon los días que transcurrieron entre el día de la intubación y la traqueostomía; en los pacientes que se dieron de alta pasaron en promedio 20.8 días (DE: 1.83) desde el día de la intubación hasta el día de la traqueostomía. Por otra parte, en los pacientes que fallecieron el promedio fue de 23.4 días (DE: 1.83).
Dentro de los parámetros ventilatorios FiO2 y PEEP que encontramos en nuestra muestra, tomando como corte ≤ 40% y ≤ 8, respectivamente (por ser valores mínimos de ventilación), se encontró que cuatro de los pacientes que fueron dados de alta cumplieron con ambos parámetros de corte, con un promedio de FiO2 del 35% (DE: 3.5) y de PEEP de 5.75 (DE: 1.5). En cambio, de los pacientes que fallecieron ninguno cumplió con ambos parámetros y solo tres de ellos cumplían con PEEP ≤ 8.
Al observar los resultados de las escalas APACHE II y SOFA de los pacientes 24 horas antes de la cirugía encontramos un promedio de 12.6 (DE: 2.05) y 4.6 (DE: 0.8), respectivamente, en los pacientes que fueron dados de alta, y en los pacientes fallecidos de 16.4 (DE: 3.8) y 7.4 (DE: 1.85), respectivamente.
Con respecto al tiempo que transcurrió entre el día de la traqueostomía y el día que los pacientes fueron dados de alta, el promedio fue de 27.2 días (DE: 4.11). Igualmente se calculó el tiempo entre el día de la traqueostomía y el día de defunción de los pacientes, que fue de 5.6 días (DE: 8.21).
En cuanto al procedimiento quirúrgico, ningún paciente presentó infección de herida, sangrado postoperatorio, neumotórax ni fístula traqueoesofágica. Todas las cirugías se hicieron en sala de quirófano y ningún trabajador del equipo mencionado en la tabla 2 presentó síntomas de COVID-19 a los 14 días de haber participado en las cirugías. En estas se trató de reducir al máximo el personal dentro de la sala. Estuvieron presentes, como mucho, cinco personas al mismo tiempo: un anestesiólogo, dos cirujanos, un enfermero instrumentista y un circulante interno.
Discusión
La pandemia de COVID-19 ha presentado diferentes retos a toda el área de salud. En cuanto a la realización de traqueostomías, se presentaron dificultades en relación con las indicaciones para realizar el procedimiento y en cuanto a la selección de pacientes con COVID-19 y bajo ventilación mecánica prolongada, ya que actualmente no hay predictores de buen o mal pronóstico ligados a la realización o no del procedimiento. Sin embargo, se sabe que los pacientes ingresados en la UCI que ameritaron ventilación mecánica han presentado una mortalidad elevada, de alrededor del 70-80%3, aunado a que el procedimiento es considerado un generador de aerosoles, por lo que se ha tomado en cuenta no solo el riesgo-beneficio del paciente, sino también la exposición del equipo quirúrgico.
Hasta hoy no existen guías estandarizadas para el procedimiento de traqueostomía en pacientes con COVID-19, pero sí se han publicado diversos artículos que dan recomendaciones de criterios para el beneficio del paciente, técnicas, materiales y equipos de protección, además del tiempo mínimo necesario para la disminución de la carga viral del paciente y con esto reducir la exposición de los trabajadores de salud.
Nuestro hospital no ha sido la excepción para este tipo de retos. Se han creado protocolos y estrategias buscando el mayor beneficio a los pacientes y se han hecho varias observaciones en cuanto a los resultados. Este es el primer artículo que ofrece información con recomendaciones basado en la experiencia del propio personal de la institución.
El tiempo desde el inicio de los síntomas para realizar la traqueostomía ha sido controversial, pues se debe tomar en cuenta el beneficio máximo para el paciente y el momento en que el paciente sea menos contagioso. Se han publicado estudios en los que se identifica una disminución de la transmisión viral luego de 8 días del inicio de los síntomas18, y se recomienda que la traqueostomía se lleve a cabo en pacientes con COVID-19 que cumplan más de 10 días intubados con posibilidad de mejoría clínica4,15,20; algunos mencionan que antes de los 10 días mientras se cumplan ciertos criterios10,23. En nuestro estudio, todos los pacientes cumplían con más de 18 días de ser intubados y, por lo tanto, con más de 10 días de evolución clínica, por lo que el riesgo de transmitir la enfermedad al personal de salud fue menor.
Asimismo, se ha observado que en los pacientes con traqueostomía llega a reirarse la cánula con éxito en un 52%7; en nuestro estudio, aunque la muestra fue muy pequeña, se observó el mismo porcentaje (≈50%).
Desde el punto de vista del tiempo transcurrido desde la intubación hasta la realización de la traqueostomía, se ha observado que pacientes seleccionados a quienes se realizaba la traqueostomía antes de los 21 días llegaban a tener mejor pronóstico; sin embargo, esto debe seguir estudiándose ya que pueden existir varios factores que alterarían el resultado21. En nuestro estudio los resultados coinciden: los pacientes que se dieron de alta tienen un promedio menor de días de intubación hasta la traqueostomía que los que fallecieron, aunque se comparte la idea de que varios factores pudieran afectar el desenlace, pues Ferri et al.8 mencionan que no se observó mejor pronóstico en los pacientes con menor duración de la intubación. Aun así, existen estudios14,24-28 que apoyan el argumento de que el paciente tiene una recuperación más rápida si se realiza la traqueostomía antes del día 21. Esto también se cumple en nuestro estudio, ya que el 60% de los pacientes a quienes se realizó la traqueostomía antes del día 21 sobrevivieron, contra el 40% de sobrevida en los que se realizó después de este plazo.
En otros aspectos relacionados con el manejo de la ventilación, diversos estudios utilizaron como criterios para la traqueostomía tener ajustes mínimos de ventilación, con FiO2 ≤ 40% y PEEP ≤ 8, 24 horas antes de la cirugía, teniendo como resultado que los pacientes que cumplían con estos tenían un mejor pronóstico3,29. En nuestro estudio, cuatro de los cinco pacientes que fueron dados de alta cumplieron con estos criterios, y de los pacientes que fallecieron ninguno los cumplía. Aun siendo pequeña nuestra muestra para obtener algún resultado estadísticamente significativo, es importante este dato, pues los pacientes que cumplieron con ambos criterios fueron los que tuvieron mejor pronóstico, y llega a ser clínicamente relevante.
En otros estudios se menciona que tomar en cuenta resultados de puntuaciones críticas podría ayudar a identificar a pacientes COVID-19 demasiado enfermos como para poder beneficiarse de algún procedimiento intervencionista adicional27. En nuestro estudio se consideraron las puntuaciones APACHE II y SOFA 24 horas antes de la cirugía, y se observó que los pacientes con una puntuación APACHE II ≤ 13 y SOFA ≤ 6 fueron los que llegaron a ser dados de alta, a excepción de un paciente que cumplía con la puntuación de SOFA, pero tenía un APACHE II de 16 y fue dado de alta; los demás pacientes, que no cumplían con estos dos puntos de corte, fallecieron. Sería interesante conseguir una muestra más significativa para poder revelar si estos criterios pudieran llegar a ser significativos.
Por otra parte, se ha mencionado que la comorbilidad no tiene buen pronóstico, sin importar el tiempo de intubación o de traqueostomía. Se recomienda seleccionar a los pacientes con menos comorbilidad para mejorar el pronóstico26. En nuestra muestra se obtuvieron buenos y malos pronósticos a pesar de tener comorbilidad. Sería importante continuar estudiando estos casos para ver qué variables fueron las que marcaron la diferencia.
Como ya se mencionó, solo se llevaron a cabo traqueostomías abiertas, pues el hospital no cuenta con equipos e insumos necesarios para la técnica percutánea; por ello no se pueden comparar las técnicas. No obstante, es importante mencionar que ningún paciente presentó complicaciones transoperatorias ni posoperatorias. Asimismo, se ha publicado que siguiendo protocolos y tratando de mantener la tráquea y el ventilador en un circuito cerrado se obtiene la seguridad del personal3,19,22,25,29. Es notorio que, para tener mejores resultados, el cirujano debe elegir la técnica que más se le facilite con los materiales que se encuentren en su institución15.
Todos los procedimientos se realizaron en sala de quirófano, contando con presión negativa y filtros virales, así como recomiendan diferentes autores30,31, y además se dejó al paciente en un periodo apneico, desde que se abrió la tráquea hasta que se infló el globo, para luego reanudar la ventilación. Algunas de estas recomendaciones se publicaron desde el inicio de la pandemia por experiencia de la de SARS en el año 200317,19,24,32. Así pues, intentando seguir estas sugerencias, se disminuyó al máximo el personal presente en el procedimiento y se contó con equipo de protección personal necesario (Tabla 3), y al igual que en otros estudios21,26,29 no se presentaron contagios sintomáticos entre los trabajadores de salud de nuestra institución. Hay varios reportes en los que se insiste en que, mientras el trabajador use de manera correcta el equipo de protección, la probabilidad de contagio se ve disminuida9,11,17,21,22,32-35.
Finalmente, tres de los cinco pacientes dados de alta se egresaron con traqueostomía funcional; uno se decanuló el día 13 y otro al día 32 posterior a la cirugía. En el seguimiento, luego de ser dados de alta, solo un paciente refirió síntomas leves y se reenvió a hospital para su valoración.
Antes de la conclusión, es importante considerar las limitaciones y las ventajas de este estudio. La mayor limitación es la pequeña muestra (n = 10), además de que llevar a cabo un estudio aleatorizado referente a la realización del procedimiento no es posible debido a consideraciones éticas, aunado a la falta de recursos para mantener a todos los pacientes en condiciones óptimas durante periodos de intubación aún más largos, o para realizar traqueotomías más tempranas. Sin embargo, es el primer estudio que se hace en la situación actual de la institución, además de que da pauta a otras investigaciones que puedan aumentar el tamaño de la muestra, de manera que se obtenga información estadísticamente significativa, tomando en cuenta los criterios que se mencionaron.
Conclusiones
De acuerdo con los resultados obtenidos en este estudio retrospectivo observacional se puede concluir que la traqueostomía realizada en pacientes con criterios específicos, como parámetros ventilatorios bajos (FiO2 ≤ 40% y PEEP ≤ 8), edad ≤ 60 años o APACHE II ≤ 13 y SOFA ≤ 6 24 horas antes de la cirugía, puede llegar a tener mejor pronóstico. Esto es de vital importancia, pues el objetivo del procedimiento es apoyar al paciente para que tolere el retiro de la ventilación mecánica y así aumentar las posibilidades de sobrevida. Conocer con exactitud los parámetros y los criterios para someter a los pacientes a traqueostomía disminuiría la mortalidad y el riesgo para el paciente y para el equipo involucrado. Es necesario realizar más estudios con una muestra más representativa, de manera que se puedan comparar resultados de diferentes criterios utilizados, como por ejemplo el tiempo de intubación, además de los ya mencionados.
No se puede determinar si se presentaron infecciones entre el personal quirúrgico, ya que no se realizó RT-PCR al personal involucrado; sin embargo, al no haberse identificado ningún contagio, se considera un protocolo preoperatorio y transoperatorio útil y eficaz.
Este primer acercamiento en nuestro medio a la realización de traqueostomías en pacientes con COVID-19 contribuye a la mejora de los protocolos quirúrgicos para traqueostomías en los pacientes con esta enfermedad, para mejorar su sobrevida y la seguridad del personal del sector salud involucrado, aportando tablas con check-list que pueden utilizarse como referencia para futuros procedimientos tanto en México como en otros países.