Introducción
La enfermedad COVID-19 causada por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 fue considerada pandemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 11 de marzo del 20201. El personal de enfermería se encuentra en primera línea del cuidado de los pacientes diagnosticados con COVID-19, quienes realizan un cuidado con calidad que garantiza la seguridad del paciente2. Para lograr lo anterior, los sistemas de salud requieren la disponibilidad de suficiente personal de enfermería, y durante esta pandemia se mostró la carencia de recursos humanos en enfermería en el mundo. Cifras reportan la existencia de 27.9 millones de enfermeras (os), con una relación de 4.6 enfermeras por médicos en países europeos3, mientras que en México se estima una tasa de 2.5 enfermeras (os) por 100 000 habitantes, en tanto que en el Estado de Michoacán de Ocampo en México, la tasa de 1.7 de personal de enfermería por 100 000 habitantes es la más baja de todo el país4. Estos datos resultan de gran importancia, dado que la escasez de recursos humanos en enfermería contribuye a aumentar el impacto negativo para la salud de las enfermeras (os) con factores psicosociales como estrés, dificultad para quedarse dormido o despertar durante la noche5, dolor o insatisfacción por la pérdida de un paciente6; además de factores laborales como la exposición a patógenos, estigma y violencia física y psicológica7, lo que se acrecentó durante la pandemia por COVID-19.
Aunque se reconoce que el estrés psicológico y las emociones negativas experimentadas durante una epidemia son esperables, existen numerosos estresores generales y específicos que las enfermeras (os) enfrentan en las crisis de salud y que les provoca incertidumbre.
Se consideran como estresores específicos al riesgo de infectarse a sí mismo, a la familia o a otros, o la interpretación errónea de síntomas de gripe con la enfermedad COVID-198-9; así como el miedo a morir o al aislamiento social por la asociación con la enfermedad10.
Existen además estresores de tipo institucional como la estigmatización de trabajar con pacientes con COVID-19, molestias por el uso de Equipos de Protección Personal (EPP), insuficiente capacitación de EPP o escasez del mismo, inexperiencia o pocas enfermeras (os) y la percepción de apoyo limitado de las autoridades de salud durante la pandemia8-14. Adicionalmente, las enfermeras (os) pueden experimentar frustración ante la muerte de los pacientes, muchas veces inevitable, o incluso padecer riesgo de agotamiento y fatiga por compasión de los pacientes que cuidan en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) (9-10,15-17.
Con base en lo anterior, existen múltiples elementos durante la pandemia que provocan en las enfermeras (os) estrés psicológico, disminución del apetito, fatiga, dificultad para dormir, nerviosismo, llanto frecuente 8-9 e incluso pensamientos suicidas e incertidumbre cuando están en atención directa de pacientes con COVID-19 por sentirse aisladas y vulnerables a infectarse 18-23.
La incertidumbre, de acuerdo con la teoría de Merle Mishel, se define como la incapacidad de determinar el significado de los hechos que guardan relación con la enfermedad, y durante la pandemia por la enfermedad COVID-19, las enfermeras (os) se enfrentan a situaciones laborales, familiares y personales desconocidas derivadas de la pandemia que les impide determinar el resultado que tendrá para su vida24. Por tanto, es importante investigar la variable incertidumbre desde el sustento teórico de Michel para crear evidencia empírica que fortalezca la disciplina de enfermería. Lamentablemente no se localizaron estudios con esta temática, por lo que se planteó como objetivo evaluar el nivel de incertidumbre ante la enfermedad COVID-19 en el personal de enfermería de hospitales de segundo nivel de atención en Morelia, Michoacán, México.
Metodología
Estudio descriptivo y transversal25 realizado en una muestra no probabilística de 160 enfermeras (os) seleccionados a conveniencia a quienes se solicitó su participación en los grupos de Facebook de las investigadoras del estudio. Se incluyeron enfermeras que laboraban en hospitales públicos o privados de segundo nivel de atención de Morelia, Michoacán, México, de ambos sexos, con edad de 18 a 50 años, en cuidado directo a pacientes con COVID-19 o cualquier enfermedad; se excluyeron a enfermeras (os) con licencia por enfermedad o que realizaban actividades administrativas.
Se aplicó una cédula de recolecta de datos de dos partes. La primera sección presentó preguntas para describir a la población con las variables sociodemográficas como edad, sexo, escolaridad, institución, turno, capacitación recibida (lavado de manos, generalidades de la enfermedad COVID-19 y uso de EPP) y material y equipo de protección disponible (toallas de papel, cubrebocas, alcohol gel, careta y EPP). La segunda sección incluyó variables por COVID-19 como curso en línea de la enfermedad COVID-19, contacto con pacientes COVID-19 y reconversión a hospital COVID-19.
La Escala de Incertidumbre ante la enfermedad en versión comunitaria (MUIS-C)26, consta de 23 ítems, utiliza una escala tipo Likert que va de 1 a 5, donde 5 = completamente de acuerdo, y 1 = no estoy de acuerdo en absoluto. Se suman todos los ítems y se obtiene un puntaje que se clasifica en baja incertidumbre (18 a 42 puntos), moderada incertidumbre (43 a 66 puntos) y alta incertidumbre (67 a 90 puntos). Se modificó la escala para dirigirla a enfermeras (os) con énfasis en la enfermedad COVID-19, se realizó una validación de contenido por diez expertos en instrumentos. La versión final modificada consta de 18 ítems, se aplicó a enfermeras de un hospital privado diferente obteniendo una consistencia interna con la prueba alfa de Cronbach de 0.863.
Estudio aprobado por el Comité de Investigación y Bioética de la Facultad de Enfermería (CIB/FacEnf/017/2020). Se realizó colecta de datos en un formulario de Google publicado en la red social Facebook de las investigadoras durante el mes de junio del año 2020, señalando los criterios de selección necesarios para participar, enfatizando que la investigación era sin riesgo y sin costo, el manejo confidencial de los datos, la posibilidad de retractación dado que ninguna pregunta era obligatoria y solicitando expresamente el consentimiento a participar27. El análisis estadístico se realizó con estadística descriptiva mediante frecuencias, proporciones, medidas de tendencia central y de dispersión. El análisis inferencial fue a través de la prueba Chi-cuadrado de Pearson definiendo un nivel de significancia de p=<0.05.
Resultados
Los participantes tenían una edad promedio de 36.7 años (DE=8.5), mayoría mujeres (87.5%), licenciadas en enfermería (63.1%), pertenecientes a la Secretaría de Salud y laboraban en el turno matutino (37.5%) (Tabla 1).
Variable |
f |
% |
|
Sexo |
Femenino |
140 |
87.5 |
Masculino |
20 |
12.5 |
|
Escolaridad |
Nivel técnico |
27 |
16.9 |
Licenciatura |
101 |
63.1 |
|
Posgrado |
32 |
20 |
|
Institución |
Secretaría de Salud |
108 |
67.5 |
24 |
15.0 |
||
10 |
6.3 |
||
Hospital privado |
18 |
11.3 |
|
Turno |
Matutino |
60 |
37.5 |
Vespertino |
31 |
19.4 |
|
Nocturno |
44 |
27.5 |
|
Jornada acumulada |
25 |
15.6 |
Fuente: Elaboración propia
IMSS= Instituto Mexicano del Seguro Social; ISSSTE=Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado.
Respecto a capacitación, 73.1% de los participantes asistieron a sesiones sobre lavado de manos, 75% acudieron a sesiones sobre generalidades de la enfermedad COVID-19 y 50.6% no recibió capacitación en el uso de EPP. Las enfermeras (os) tuvieron disponible para el cuidado directo de los personas con COVID-19, materiales como toallas de papel (72.5%), cubrebocas (84.4%), alcohol gel (68.8%), caretas (60%) y un 71.9% no tuvo acceso a los EPP. Se destaca que 62.5% de los participantes no se capacitaron con cursos en línea sobre COVID-19, sólo 36.9% de las enfermeras (os) tuvo contacto con pacientes COVID-19 y 33.8% de los hospitales fueron reconvertidos a hospital COVID-19 (tabla 2).
Variables |
f |
% |
|
Training | |||
Hand washing |
Yes |
117 |
73.1 |
No |
43 |
26.9 |
|
COVID-19 general Information |
Yes |
120 |
75 |
No |
40 |
25 |
|
PPE use |
Yes |
79 |
49.4 |
No |
81 |
50.6 |
|
Availability of material and equipment | |||
Paper towels |
Yes |
116 |
72.5 |
No |
44 |
27.5 |
|
Masks |
Yes |
135 |
84.4 |
No |
25 |
15.6 |
|
Hand sanitizer |
Yes |
110 |
68.8 |
No |
50 |
31.3 |
|
Face shield |
Yes |
96 |
60 |
No |
64 |
40 |
|
PPE |
Yes |
45 |
28.1 |
No |
115 |
71.9 |
|
COVID-19 Variables |
|||
COVID-19 online disease course |
Yes |
60 |
37.2 |
No |
100 |
62.5 |
|
COVID-19 Patient Contact |
Yes |
59 |
36.9 |
No |
101 |
63.1 |
|
COVID-19 Hospital Conversion |
Yes |
54 |
33.8 |
No |
106 |
66.3 |
Fuente: Elaboración propia
En esta muestra, 64.4% de los participantes presentaron incertidumbre de moderada a alta y sólo 35.6% mostró baja incertidumbre, (Tabla 3).
Cuando se analizó la relación de la incertidumbre con las variables sociodemográficas y laborales, se encontró relación estadísticamente significativa (p= ≤0.005) entre incertidumbre y las variables sociodemográficas (sexo y escolaridad), en capacitación (generalidades de la enfermedad COVID-19 y uso del EPP), en disponibilidad de material (careta y EPP) y en las variables por COVID-19 (curso en línea COVID-19), (tabla 4).
Variable |
Incertidumbre |
p |
||||||
Baja |
Moderada |
Alta |
||||||
f |
% |
f |
% |
f |
% |
|||
Sociodemográficas |
||||||||
Sexo |
Femenino |
49 |
35 |
83 |
59.3 |
8 |
5.7 |
.049** |
Masculino |
8 |
40 |
8 |
40 |
4 |
20 |
||
Escolaridad |
Nivel técnico |
17 |
63 |
9 |
33.3 |
1 |
3.7 |
.014** |
Licenciatura |
31 |
30.7 |
60 |
59.4 |
10 |
9.9 |
||
Posgrado |
6 |
18.8 |
26 |
81.3 |
0 |
0 |
||
Capacitación |
||||||||
Lavado de manos |
Sí |
38 |
32.5 |
71 |
60.7 |
8 |
6.8 |
.276 |
No |
19 |
44.2 |
20 |
46.5 |
4 |
9.3 |
||
Generalidades COVID-19 |
Sí |
28 |
27.5 |
65 |
63.7 |
9 |
8.8 |
.016** |
No |
31 |
51.7 |
25 |
41.7 |
4 |
6.7 |
||
Uso de EPP |
Sí |
19 |
24.1 |
52 |
65.8 |
8 |
10.1 |
.009** |
No |
38 |
46.9 |
39 |
48.1 |
4 |
4.9 |
||
Disponibilidad material |
||||||||
Careta |
Sí |
26 |
27.1 |
62 |
64.6 |
8 |
8.3 |
.022** |
No |
31 |
48.4 |
29 |
45.3 |
4 |
6.3 |
||
EPP |
Sí |
9 |
20 |
31 |
68.9 |
5 |
11.1 |
.031** |
No |
48 |
41.7 |
60 |
52.2 |
7 |
6.1 |
||
Variables por COVID-19 |
||||||||
Curso en línea COVID-19 |
Sí |
13 |
21.7 |
43 |
71.7 |
4 |
6.7 |
.011** |
No |
44 |
44 |
48 |
48 |
8 |
8 |
||
Contacto con pacientes COVID-19 |
Sí |
13 |
24.1 |
35 |
64.8 |
6 |
11.1 |
.068 |
No |
44 |
24.1 |
56 |
52.8 |
6 |
5.7 |
||
Reconversión a hospital COVID-19 |
Sí |
15 |
25.4 |
40 |
67.8 |
4 |
6.8 |
.093 |
No |
42 |
41.6 |
51 |
50.5 |
8 |
7.9 |
Fuente: Elaboración propia.
** p=≤0.005
Discusión
Respecto a las variables sociodemográficas, los participantes de este estudio poseen características similares a otros estudios en China que abordaron los factores asociados a la salud mental del personal expuesto a la enfermedad COVID-19 y el estrés en personal de enfermería, que incluyen ser mayoritariamente mujeres y con grado de licenciatura en enfermería (18-19. Las enfermeras (os) en atención directa a pacientes de este estudio refirieron tener acceso a toallas de papel para lavado de manos y alcohol gel, pero no al EPP, esta situación ha sido frecuentemente señalada por organismos de enfermería e investigaciones recientes, donde se menciona que el personal de enfermería tienen acceso limitado a los EPP aún en países de primer mundo12-13, con lo que el riesgo de exposición al virus y la posibilidad de contraer la enfermedad aumenta, lo que puede generar un incremento en el nivel de incertidumbre que enfermeras (os) pueden experimentar durante su trabajo13,21-23.
Las enfermeras (os) recibieron capacitación en la institución donde laboraban en temas como lavado de manos y generalidades de la enfermedad COVID-19, pero no en la utilización del EPP; en este sentido, la capacitación es fundamental para las enfermeras (os) cuando se enfrentan a enfermedades emergentes como la causada por el coronavirus SARS-CoV-2, donde los conocimientos se generan día con día. Esto es especialmente importante porque la capacitación del EPP es esencial para garantizar la seguridad de las enfermeras (os), cuando esto no ocurre, el personal de enfermería se siente amenazado por la posibilidad de contagiarse al retirarse el EPP y esto puede ser un factor para la presencia de incertidumbre 10,13,20-21,24,28-29.
Las enfermeras (os) mayormente no realizaron cursos sobre la COVID-19 disponibles en plataformas del Sistema Nacional de Salud de México. Aunque existen experiencias exitosas en las enfermeras (os) centradas en la capacitación con tasas de infección cero 20, no es lo común, por lo que las instituciones de salud deben garantizar una capacitación necesaria, reciente y basada en evidencia científica. Mishel señala en su teoría que la capacitación y la credibilidad en las autoridades del sistema de salud (fuentes de estructura) provocan la disminución de la incertidumbre24, lo que sugiere la necesidad de fortalecer el esquema cognitivo del personal de enfermería, es decir, la interpretación subjetiva que hace respecto a la enfermedad para fortalecer el marco de estímulos 26,28.
Respecto al nivel de incertidumbre, más de la mitad de las enfermeras (os) presentaron incertiudmbre de moderada a alta, lo que confirma lo señalado en diversos estudios con el referente teórico de Mishel, donde el marco de los estímulos percibido por el personal de enfermería a través de los estresores personales, laborales o institucionales 8-13 tienen un efecto negativo que provoca la incertidumbre en la persona 24,29.
Se observó también que la menor incertidumbre se relacionó en este estudio con tener mayor grado académico, recibir capacitación sobre la enfermedad, el uso de EPP y capacitarse de manera personal con los cursos en línea sobre COVID-19, dado que el conocimiento teórico práctico permite a las enfermeras (o) reconocer sus áreas de mejora e identificar los procesos que aumentan el riesgo de infección como la colocación y extracción de EPP 8-9.
Esto confirma que las fuentes de estructura como la educación o capacitación apoyará la disminución de la incertidumbre en el personal de enfermería 24,26. atención psicológica al personal que se encuentra en primera línea de la enfermedad.
Como se puede observar, existen diversos factores que provocan incertidumbre en las enfermeras (os) que se encuentran en atención directa a personas con COVID-19 y que requieren que los directivos y las organizaciones de los sistemas de salud tomen medidas para mitigar las secuelas en la salud mental en las enfermeras (os), una de ellas es brindar
Conclusiones
Dado que el objetivo del estudio fue evaluar el nivel de incertidumbre ante la enfermedad COVID-19 en personal de enfermería de segundo nivel de atención en Morelia, Michoacán, México, se identificó un nivel de incertidumbre de moderado a alto, fue mayor en mujeres y en enfermeras (os) con escolaridad de licenciatura y posgrado; también fue mayor la incertidumbre cuando las enfermeras (os) recibieron capacitación en generalidades de la COVID-19 y el uso de EPP, con disponibilidad de careta y EPP y, finalmente, cuando las enfermeras (os) participaron en cursos en línea COVID-19.
Una limitación de este estudio fue que sólo poco más de un tercio del personal de enfermeras (os) estuvieron en contacto con pacientes con la enfermedad COVID-19, por lo que no se encontró relación estadísticamente significativa entre la incertidumbre y mantener contacto con COVID-19 y la reconversión a hospital COVID-19. Otras limitaciones para señalar son el empleo de una muestra no probabilística y un diseño transversal que no considera los cambios que pueden experimentar las enfermeras (os) a lo largo de la epidemia. Este estudio permite un acercamiento a la realidad que vivieron las enfermeras (os) de México durante la atención a la población durante la pandemia por la enfermedad COVID-19, por lo que se se espera que los resultados permitan a los directivos de enfermería en México proponer intervenciones personalizadas que mejoren la salud mental de su personal ante situaciones de incertidumbre que experimentan de forma cotidiana.