En América Central los medios de comunicación y las élites económicas han tejido por mutuo beneficio redes políticas y económicas en un mercado altamente concentrado y excluyente de voces disidentes (Rockwell, & Janus, 2003). Tales redes han favorecido que históricamente los discursos de las élites económicas hayan tenido hegemonía frente a los discursos e ideas de otros grupos sociales (Wolf, 2009). En este contexto y en el marco de la pandemia producida por el covid-19, el presente artículo examina los discursos de las élites económicas durante los primeros seis meses1 de la pandemia del covid-19 en Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua. En específico nos preguntamos sobre cuáles fueron los discursos de esas élites en términos económicos y fiscales y en qué medida sus discursos generaron tensiones con los gobiernos de turno en cada país.
La importancia del estudio de Centroamérica radica en que tales países comparten características económicas, sociales y políticas y pese a sus diferencias en términos de capacidades estatales, son casos que muestran posibles espacios y condiciones de mejora en términos de políticas redistributivas (Martínez Franzoni, & Sánchez-Ancochea, 2020). Son además casos donde la existencia de élites económicas fuertes es proporcional al debilitamiento de las instituciones democráticas (Bull, 2014b). Asimismo, el tono y el peso de los discursos de las élites económicas en América Central corresponde ubicarlos en su contexto: una región cuya informalidad gira en torno al 46% y 65% en Costa Rica y Guatemala; donde los niveles de protección social son muy bajos (8% PIB Guatemala), bajos (15% El Salvador) y donde la carga tributaria como porcentaje del PIB oscilaba en 2019 entre el 10.6 % en Guatemala y el 17.7% en El Salvador (ICEFI, 2020; Martínez Franzoni, & Sanchez-Ancochea, 2022).
Metodológicamente se limita a analizar las declaraciones públicas en materia económica y fiscal realizadas por las principales cámaras empresariales de cada país seleccionado para la atención de la emergencia. A saber, el Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (CACIF) de Guatemala, la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP) de El Salvador, el Consejo Hondureño de la Empresa Privada (COHEP) de Honduras, el Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP) de Nicaragua y la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado (UCCAEP) de Costa Rica.
El estudio de las principales cámaras empresariales de cada país se justifica por varias razones. En primer lugar, las cámaras aglutinan a las principales empresas. Se trata de la reunión de los representantes de las principales cámaras empresariales de cada país, que por su naturaleza son además portavoces de élites económicas. En segundo lugar, su peso social les ha otorgado un particular peso político en tanto gozan de accesos privilegiados a quienes toman decisiones y son regularmente consultados por los políticos. En tercer lugar, la literatura histórica ha señalado, para casos particulares como el hondureño, el guatemalteco y el salvadoreño, el peso que han tenido esas cámaras en la definición de la política pública (Bull, 2014a). En cuarto lugar, dado el acceso restringido a las élites económicas en particular, el carácter público de las declaraciones de las cámaras nos permite un tipo de acercamiento, no sin limitaciones, a los discursos de las élites en general. En quinto lugar, las cámaras permiten a las élites encontrar consensos y legitimar socialmente los intereses particulares de sus pares. Por último, se prefirió para la sistematización y el análisis trabajar con las cámaras dado el carácter recurrente, público e institucional de sus comunicaciones y declaraciones en redes sociales. Estas narrativas discursivas no representan, sin embargo, un reflejo íntegro de la realidad, pues cambian y están sujetos a disputas. Sin embargo, su prevalencia y la ausencia de otras fuerzas que les disputen el espacio público favorece la creación de escenarios posibles para que una política sea apoyada o rechazada según los intereses particulares de las cámaras (Bull, & Aguilar-Støen, 2019).
En lo que sigue, el artículo discute las fuentes de la literatura de las cuales se nutre, la estrategia metodológica, los hallazgos y las discusiones.
Marco conceptual: de las élites y los discursos
Los debates sobre quiénes y cómo son los individuos que ejercen desproporcionada influencia sobre las sociedades ha permeado la mayoría de la literatura en la región. En particular, los debates en América Latina han girado alrededor de tres grandes discusiones: 1) los lugares de jerarquía que ocupan esos individuos en la sociedad; 2) cómo el control sobre recursos naturales, económicos, políticos, coercitivos y organizacionales las define como élites, y 3) cómo tanto su lugar en las jerarquías sociales, como su control sobre el capital y recursos determina y define para es os individuos amplios grados de influencia política (Atria et al., 2017; Bull, 2014b; Rovira-Kaltwasser, 2018).
Distinto a otros paradigmas que señalan y encuentran una diversidad de grupos que emplean influencia en uno o varios sectores de la sociedad, el paradigma elitista propone la idea de que un pequeño grupo de personas construyen poder a partir de operar como una entidad más o menos homogénea (Dahl, 1973; Mills, 2000). En el caso de América Latina, el propio proceso de construcción estatal llevó a estos individuos a mantener posiciones e instituciones de privilegio (Bielschowsky, & Torres, 2018). Mientras que en algunos momentos de la historia de la región las élites decidieron gobernar directamente, en otros momentos las élites han usado una variedad de mecanismos para mantener su influencia sobre la sociedad y el Estado (Paige, 1998). Entre los distintos recursos que han usado las élites están: el rol de los ejércitos para derrotar movimientos sociales y campesinos, el fraude electoral y la violencia para detener la emergencia de élites contrarias (Acemoglu, & Robinson, 2017). En las últimas décadas, el salto de grandes empresarios a la política ha reabierto a la vez el debate sobre las fronteras difusas entre la política y la economía en la región (Nercesian, 2021).
En el caso particular de este artículo vamos a entender a las élites económicas como aquellas personas que mantienen posiciones de privilegio de dirección y gerencia en las grandes empresas (CEO, gerentes, dueños) y en las principales cámaras empresariales (directores, presidentes). A la vez, vamos a entender también a las élites políticas como aquellas personas que ocupan cargos de dirección en el Estado (presidentes y ministros). Nuestro foco nace del consenso en la literatura que señala que cuando estas élites se encuentran organizadas en instituciones formales como cámaras empresariales, su rol será decisivo en la construcción del Estado y en la promoción de políticas públicas (Acemoglu, & Robinson, 2006; Korsnes et al., 2017).
Por otro lado, en la sociedad, distintos actores promueven discursos en torno a múltiples hechos con fines particulares y buscan posicionarlos en la opinión pública (Entman, 2003). Estos discursos tratan de palabras, símbolos, imágenes o etiquetas que pueden ser distribuidos por múltiples canales y medios, entre ellos el sistema educativo (Fuchs, & Kalfagianni, 2009). En el particular caso de las sociedades modernas, la disposición de recursos económicos, las desigualdades y el conocimiento con que cuentan las élites económicas favorecen que éstas accedan a más canales para la promoción y difusión de sus discursos (Davis, 2007). Estos discursos sobre ellas y la sociedad permite a las élites económicas generar identidades que les dan sentido como clase social. Se trata entonces tanto de discursos que operan hacia afuera (la sociedad), como hacia adentro al generar cohesión entre esas élites (Bernhagen, 2008).
En tiempos de crisis, como los de la pandemia, y frente a un creciente escenario de incertidumbre, la información y el expertise con el que cuentan las élites económicas sobre la economía y la política pública otorga a sus discursos mayor jerarquía en las esferas públicas (Vogel, 1987). Se trata de proveer a quienes toman decisiones pero también al público en general, de documentos, análisis y conocimiento experto que podrían cambiar las perspectivas sobre un tema específico, o ampliar las posibles ventajas de una política; presentar nueva evidencia y, si se requiere, obstruir información que pueda ser desfavorable para sus intereses (Bernhagen, 2008).
En particular las élites utilizan sus discursos y comunicación para reunir información y crear simpatías para ellos y sus agendas, a la vez que naturalizan su dominio (Kocks, 2016). En general, se parte de un reconocimiento implícito de que el bienestar general del país está estrechamente ligado al bienestar de los negocios de las élites (Bell, 2012; Bernhagen, 2008; Marsh et al., 2015). No se trata entonces de la exclusión de los discursos de otros actores; sin embargo, son las élites económicas las que detentan más redes con organismos financieros internacionales, medios de comunicación y tanques de pensamiento, lo que facilita que sus discursos sean más fácilmente legitimados por quienes toman las decisiones (Bell, 2012; Marsh et al., 2015). Se trata entonces de cómo las élites y sus múltiples redes (económicas, políticas y de medios) tejen discursos que les permite dominar y definir la agenda pública (Useem, 1984).
Diseño de la investigación
Este artículo parte de un enfoque comparativo entre países con características sociales, económicas y políticas similares, élites fuertes, instituciones débiles y amplio espacio para la mejora redistributiva. Nos basamos en un análisis comparado del discurso respecto a las declaraciones públicas de las élites económicas. Para ello, elaboramos una novedosa base de datos en la cual se rastrearon las declaraciones públicas de las cámaras empresariales y de los presidentes de ellas desde la red social Facebook (N = 230) y Twitter (N = 446). Se prioriza esta última como fuente principal de información al ser una de las plataformas de mayor uso en todos los países seleccionados, además de Whatsapp. Entre las declaraciones publicadas en esas redes se analizaron documentos, anuncios, declaraciones, comunicados de prensa, informes, propuestas y planes de reactivación. A modo de triangulación de información se rastrearon dentro de las páginas web de las cámaras empresariales otras declaraciones publicadas, a fin de complementar lo encontrado en las redes sociales indicadas.
En torno a las limitaciones de tales fuentes se encuentra el hecho de que lo público de las redes no nos permite captar aquellos hechos o eventos que por su naturaleza no son públicos, tales como los consensos o las reuniones privadas que sostienen élites económicas y políticas. Asimismo, la propia naturaleza de las redes sociales estudiadas hace que los discursos de las élites estén constreñidos a un carácter mayormente comunicativo. El enfoque excluye también otras reuniones con asociaciones no formales de empresarios u otros tanques de pensamiento. Sin embargo, consideramos que dada la restricción de acceso en torno a las élites económicas, el enfoque permite dilucidar discusiones, características, tipos de relación y de poder que construyen las élites en general y de manera comparada.
En términos del procedimiento se llevaron a cabo tres fases. En primer lugar, todas las declaraciones fueron transcritas con el propósito de cargarlas como archivos de texto en el software Nvivo12. Éstos fueron posteriormente organizados en carpetas para cada uno de los casos (países). De manera inductiva, se examinaron primero las declaraciones y, posteriormente, se realizó una guía de variables (véase cuadro 1) con el propósito de codificar manualmente cada uno de los documentos. De todos los documentos y por país en específico, se extrajo la evidencia textual para cada nodo. Esas dimensiones y variables se emplearon para la guía de codificación (véase cuadro 2) de los documentos textuales de declaraciones.
Objetivo | Dimensión | Variable | Descripción |
Tipo de verbos prescriptivos empleados sobre lo que los gobiernos "deben de hacer". | |||
Analizar los discursos de las élites en términos tributarios y fiscales y destacar en qué medida estos discursos generaron tensiones | Proporcionalidad del deber ser | Gobierno | Alusión a medidas específicas que el gobierno debe de acatar en materia fiscal y económica principalmente |
Todos/as | Alusión a un "nosotros", en términos de cuáles son las responsabilidades individuales y colectivas que hay que acatar como sociedad en su totalidad | ||
Cámaras deben | Alusión a lo que las empresas deben de realizar en el contexto de la pandemia, desde las pautas sanitarias a seguir hasta su relación con las personas colaboradoras | ||
Cámaras hacen | Recuento de las acciones realizadas por las cámaras y/o sector privado en general en el contexto de la pandemia. | ||
Materia de la demanda | Económica | Tipo y detalle de discurso según temática. | |
Tributaria |
Fuente: Elaboración propia.
Tipo de estilo discursivo | Indicadores |
1. Función directiva pragmática | Órdenes, amenazas, leyes, regulaciones, instrucciones, recomendaciones, consejos. |
2. Persuasivo | Repetición, argumentación, conexo a mecanismos de control del mercado. |
3. Descriptivo con proyección al futuro | Argumentación y descripción de cursos de acción a futuro, advertencias, predicciones, planes y escenarios posibles |
4. Narrativa influyente | Se presenta un futuro deseado o indeseado, de manera dramática, con apelaciones emocionales, o con otras formas estilísticas originales. |
Fuente: Elaboración propia a partir de Van Dijk (1989).
Partiendo del hecho de que diferentes actores buscan posicionar sus discursos en la agenda y debate público, este estudio se enfoca en los discursos de las élites económicas. El contexto de la pandemia por Covid-19 evidenció un interés claro por influir en política pública, lo que conduce a una interpelación mucho más directa por parte de las élites a los gobiernos. En torno a la medición de los niveles de tensión discursiva que expresaron las élites económicas con respecto a lo que hacían los gobiernos, se recurrió a la tipología de estilos discursivos de Van Dijk (Van Dijk, 1997), en el cual el poder es entendido en su concepción weberiana, y se ve reflejado en actos discursivos caracterizados por (1) un estilo discursivo de “función directiva pragmática (fuerza elocuente), como órdenes, amenazas, leyes, regulaciones, instrucciones, y más indirectamente por recomendaciones o consejos”; (2) discursos persuasivos, como la publicidad y propaganda, que buscan influir en las acciones futuras del receptor; (3) la descripción de eventos futuros, que buscan dictaminar acciones futuras deseadas o indeseadas, y (4) la narrativa influyente, que busca presentar escenarios futuros como deseados o indeseados para indicar las acciones a tomar (Van Dijk, 1989) (véase cuadro 2). Dicha tipología permite caracterizar los tipos de discursos y las tensiones discursivas hechas por las élites económicas.
Para la operacionalización del cuadro anterior se procedió a elaborar marcadores discursivos que permitieran la identificación de elementos prescriptivos y propositivos en los textos publicados por las élites económicas. A partir de la premisa de que el punto central de las tensiones discursivas en el contexto estudiado parte de una comprensión de lo que “debe ser” (en este caso, el deber ser de la respuesta a la pandemia por covid-19), se buscó identificar enunciaciones valorativas a partir de un análisis pragmático del lenguaje, identificando marcadores modales deónticos. A partir de lo anterior, se procedió a elaborar una escala de tensiones de acuerdo con los enunciados valorativos identificados. Para ello, se ubicaron los verbos prescriptivos como marcadores deontológicos, que permitan identificar las demandas de las élites económicas. A partir de esta identificación, se categorizaron los niveles de tensión en forma ascendente del valor 0 al 3 (véase cuadro 3).
Nivel de tensión | Verbos prescriptivos |
3 | Exige, demanda, denuncia, urge, rechaza. |
2 | Insta, reitera, insiste, espera, advierte, señala, alerta. |
1 | Solicita, sugiere, pide, propone, llama, recomienda. |
0 | Anuncia, informa, comunica, puntualiza, manifiesta. |
Fuente: Elaboración propia.
Con el fin de obtener un resultado cuantitativo replicable, se procedió primero a codificar el corpus de análisis a partir de la identificación de verbos prescriptivos, y después se procedió a identificar los marcadores. Además de estos cuatro niveles se designó una categoría adicional (misceláneo) para los textos en los que no se pudo identificar marcadores modales deónticos. En este sentido, es importante señalar que se excluyeron 56 ítems que no presentaban los marcadores. La codificación fue sometida a revisión entre los autores para efectos de control.
Contexto: élites económicas, discursos y tensiones discursivas durante los primeros meses de la pandemia
En el contexto de los primeros seis meses de la pandemia por el covid-19, los discursos de las élites económicas en torno a qué hacer y cómo hacerlo variaron temporal y espacialmente entre los países estudiados debido a que éstos surgieron como respuesta a las medidas y acciones específicas llevadas a cabo por cada gobierno. Estos discursos nos permiten ilustrar dos elementos: a) los discursos propuestos en torno a las políticas, narrativas y encuadres sobre las salidas económicas y tributarias, y b) las tensiones discursivas en torno a qué, según las élites económicas, debían hacer los gobiernos.
Durante el primero, segundo y tercer bimestre de la pandemia, los países estudiados experimentaron cambios en la severidad de las medidas y restricciones implementadas. De manera que los datos del índice de exigencia (stringency) de la base Oxford covid-19 Government Response Tracker (OxCGRT), reportan variaciones durante los primeros siete meses de la pandemia por el covid-19 en términos de cierres de lugares, escuelas y prohibiciones de viaje, en una escala de valor de 0 a 100, siendo 100 más estricto.
Tal como se muestra en el gráfico 1, las medidas restrictivas y de cierres de lugares fueron aumentando en los primeros meses de la pandemia, a partir de los primeros reportes de casos por covid-19 en los países estudiados, hasta llegar a niveles cercanos al 100; con la excepción de Nicaragua que se mantuvo por debajo de 25 en todos los meses analizados. Para septiembre de 2020, tanto Guatemala como El Salvador empezaron a mostrar un relajamiento de las medidas, luego de haberse mantenido durante cinco meses con restricciones continuas. En los casos de Honduras y Costa Rica se reportó una disminución de los niveles de exigencia de las políticas a partir de agosto, que continuó en los siguientes días.
Los discursos contenidos en las declaraciones públicas de todas las cámaras empresariales estudiadas mostraron durante marzo de 2020 una aceptación de las medidas de restricción implementadas con la finalidad de contener la propagación del covid-19. En el caso costarricense, aun cuando las primeras declaraciones manifestaban su preocupación ante la pandemia, el presidente de la UCCAEP hizo un llamado a la prudencia en las medidas que se iban a tomar, con el objetivo de evitar graves afectaciones económicas. Asimismo, al igual que en el caso de El Salvador, el llamado inicial desde la ANEP apuntó hacia la construcción de alianzas público-privadas con el objetivo de contener la propagación del virus y tomar decisiones colectivas. En el caso de Costa Rica, esta solicitud se materializó en la creación del Enlace con el Sector Privado; mientras que en El Salvador ésa fue una petición que en los hechos no se cumplió y, por el contrario, en los meses analizados se identificaron varios puntos de conflicto entre la ANEP y el gobierno salvadoreño, tal como se muestra en la secuencia de la figura 1. La coordinación entre los sectores privado y público fue visible en Honduras a partir de abril, cuando se organizaron las Mesas Multisectoriales para la toma de decisiones.
En Nicaragua, por otra parte, el COSEP de manera reiterada se refirió a la necesidad de que el gobierno tomara medidas restrictivas para la contención de la propagación del virus en el primer trimestre. Lo anterior ante la inacción de las autoridades nicaragüenses y la escasa severidad de sus estrategias para contener el virus, como se visualiza en el gráfico 1. A partir de esta situación, el COSEP en los meses siguientes se dedicó a presentar sus propias propuestas y solicitudes al sector empresarial y la comunidad en general a fin de ejercer una responsabilidad colectiva en torno a la contención y prevención del covid-19.
De acuerdo con lo anterior, los discursos de todas las cámaras empresariales estudiadas mostraron en el primer mes de la pandemia una aceptación hacia las medidas de restricción implementadas con la finalidad de contener la propagación del covid-19. Sin embargo, como se muestra en la figura 1, al paso del tiempo los discursos de apoyo o no a las medidas estatales variaron, y las cámaras empresariales en distintos momentos comunicaron sus posiciones en temas específicos; inclusive en algunos momentos se dedicaron a emitir recomendaciones a los gobiernos. En las subsiguientes secciones se examina en cada país tanto las especificidades de los discursos como las tensiones discursivas que se generaron de marzo a septiembre de 2020.
Guatemala: el discurso dominante del CACIF
En Guatemala el CACIF ha sido un actor político dominante en la gestión pública, y cuya activa participación política ha logrado limitar históricamente cambios institucionales progresivos (Schneider, 2012). Esta mayor influencia de CACIF se ha debido sobre todo a la ausencia de contrapesos sociales y políticos, a la presencia de instituciones democráticas débiles y un “no sistema” de partidos políticos (Sánchez, 2008). A lo largo de su historia, como cámara, CACIF ha sabido articular no solamente intereses económicos alrededor de su órbita, sino sobre todo expertise, conocimiento e información.
En el marco de la pandemia, CACIF presentó públicamente el 31 de marzo de 2020 al gobierno de Alejandro Giammattei su plan de medidas económicas para el corto, mediano y largo plazo basado en un sistema de austeridad rígido (la emisión de bonos para el pago de los gastos inmediatos,2 la aprobación de una Ley Antitrámites,3 la aprobación de la ley de interés preferencial, Ley 4818) y la eliminación, reducción o exoneración de distintos impuestos a las empresas (social solidario, renta, turismo, IVA). A manera de contexto, estas demandas se hicieron en el país de América Latina con la más baja carga tributaria (10.6%) (ICEFI, 2020).
En la discusión pública de las propuestas que presentó la cámara primó una constante de sus discursos: la reducción/eliminación de impuestos a las empresas y la obtención de recursos temporales vía endeudamiento interno para evitar el colapso económico. En un segundo documento, CACIF puso énfasis en la reactivación del comercio exterior, al priorizar la búsqueda y financiamiento de fondos de los Estados Unidos a través del United States International Development Finance Corporation y otros organismos internacionales, una comisión de reactivación económica público-privada, así como un plan de reactivación de remesas y de turismo interno.
Asimismo, los discursos de las élites guatemaltecas pusieron énfasis en el deber ser del gobierno y la sociedad (véase gráfico 2). Así, en las publicaciones, muchas veces acompañadas del hashtag #EnEstoEstamosTodos, se reiteró la necesidad de que se asumiera una actitud constructiva y de solidaridad dentro del país, bajo la consigna: “¡Depende de todos!”. Al hablar de una responsabilidad de todos, las élites económicas buscaron bajarle el tono a quienes desde diversos sectores demandaban reformas fiscales que gravaran los ingresos de los sectores más ricos. Además, cuando las élites hablaron de sus pares se procuró publicitar las labores de filantropía corporativa, en particular a las donaciones de alimentos, equipo médico y dinero para la atención de la emergencia; bajo el hashtag #TrabajamosPorTi Guatemala, el CACIF ha sido un actor político dominante en la gestión pública y cuya activa participación política ha logrado limitar históricamente cambios institucionales de los partidos políticos (Sánchez, 2008). A lo largo de su historia, como cámara, CACIF ha sabido articular no solamente intereses económicos alrededor de su órbita, sino sobre todo expertise, conocimiento e información.
De cara a atender las crisis económicas abiertas por la pandemia, los discursos del CACIF fueron privilegiados por el gobierno. En términos de pronunciamientos en redes, las élites guatemaltecas fueron quienes menos declaraciones emitieron durante el periodo estudiado (véase gráfico 3). En este caso las tensiones discursivas que se desprenden de esas declaraciones se mantuvieron en los niveles más bajos (1 y 2), y sólo en tres momentos las tensiones alcanzaron su punto más alto (nivel 3). Estas tensiones discursivas no se dieron con el gobierno de Gianmmatei, sino con otros órganos del Estado como, por ejemplo, el Congreso de la República (29 abril 2020), la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) contra la cual CACIF interpuso un recurso de amparo (15 abril 2020) por no postergar el cobro de impuestos, y los gobiernos locales (11 agosto 2020). Lo anterior da cuenta de la estrecha relación e interlocución de las élites con el gobierno.
En Guatemala los discursos de las élites denotan tres elementos: reducción de impuestos, endeudamiento internacional y su gestión filantrópica. En estos discursos prima una trayectoria que evita asignarle mayores roles o recursos al Estado (vía impuestos, por ejemplo), la dependencia de recursos externos o deuda para evitar el colapso económico y, sobre todo, un discurso público en el cual CACIF y otras cámaras se asumieron como mejores que el Estado en la gestión de tareas públicas como la distribución de alimentos o medicamentos durante la pandemia.
Honduras: articulación de discursos y gobierno
La histórica articulación entre élites económicas y gobierno en Honduras ha sido particularmente provechosa para las primeras. Desde sus orígenes COSEP funcionó como un eje articulador de los intereses de las élites de San Pedro Sula y Tegucigalpa y el sistema bipartidista (Bull, 2014a). En el caso de su relación con el gobierno de Juan Orlando Hernández (JOH), los discursos de COSEP marcaron las fronteras de las salidas económicas y fiscales a partir de lo que denominaron públicamente en abril como las Mesas Multisectoriales -un proceso de negociación promovido desde el Ejecutivo-. Armados de abogados, proyectos de ley y analistas, el COHEP ha encontrado siempre puertas abiertas en ministerios y presidencias de Honduras (Rivera, & Nercesian, 2022). Así, lejos de oponerse a las medidas de cierres propuestos por el gobierno de JOH, COHEP se convirtió en un recurso valioso del gobierno para apoyar los cierres de la economía e impulsar campañas de información sobre medidas de higiene.
En un primer comunicado del 17 de marzo de 2020, COHEP señalaba que, con el propósito de brindar seguridad jurídica y tranquilidad al sector empresarial, se requerían dos tipos de medidas económicas urgentes de tipo financiero y fiscal. En el caso de las medidas financieras se solicitaba la ampliación de los plazos para el pago de préstamos, la reducción de la tasa de interés y bajar el encaje legal a cero. Medidas tan específicas deben leerse a la luz del peso tan importante, seguramente mayor que en el resto de los otros países, que desempeñan las élites hondureñas en la banca (Kasahara, 2012). En segundo lugar, en el caso de las medidas fiscales, se solicitó en este primer documento extender los plazos de liquidación del impuesto de la renta a empresas, así como la creación de incentivos fiscales para los sectores turísticos, comercial e industrial.
Las propuestas de COHEP presentadas en negociaciones con el gobierno se plantearon como la única opción responsable para evitar el cierre de empresas y el aumento del desempleo. Además de definir qué se debería hacer, las mesas marcaron una constante en las comunicaciones públicas de las cámaras al demandar al gobierno respetar siempre “lo acordado en las mesas de trabajo”, lo que incluía la no aprobación de nuevos impuestos y la solicitud de amnistías fiscales (Rivera, & Nercesian, 2022). En reiteradas ocasiones se hizo alusión a las donaciones realizadas por el sector empresarial, especialmente las relacionadas con la instalación del Centro de Atención, Diagnóstico y Estabilización para covid-19 y el Centro de Estabilización para covid-19 San Juan Pablo II; ambos presentados como un esfuerzo conjunto entre cámaras, alcaldías y más de 40 empresas, promovidos además en redes sociales con el hashtag #NosLevantaremos.
En varias de las comunicaciones se hizo referencia también a la labor productiva del sector empresarial en Honduras, así como a las afectaciones económicas de este sector bajo el hashtag #ApoyoLaEmpresaNacional (gráfico 4). En el caso de Honduras se destaca la labor social y de atención de la pandemia. En términos generales las publicaciones en redes sociales desde la cámara empresarial apelaron a apoyar los esfuerzos del sector privado, y especialmente en “¡Creemos en Honduras! Todos nos necesitamos”.
Las tensiones discursivas ocurrieron cuando el COHEP consideró que las medidas propuestas por el gobierno no habían sido parte de lo acordado en las mesas (véase gráfico 5). A pesar de esto, los niveles de tensión discursiva se mantuvieron en los niveles más bajos (0 y 1). Los únicos dos momentos de mayor tensión (niveles 3 y 2) conforme a lo señalado anteriormente se dieron el 20 de julio de 2020, cuando COHEP llamó al gobierno a retomar la apertura económica, y el 23 de septiembre de 2020, cuando la cámara pidió que se postergara el cobro del impuesto sobre la renta y el impuesto activo neto.
En el caso de Honduras, los discursos de las élites priorizaron incentivos fiscales y financieros, así como el rol activo de las élites en la cogestión de la pandemia. Las mesas sectoriales fueron el espacio idóneo donde los discursos de las élites económicas definieron propuestas y la exclusión de otros actores sociales. En este caso, además, las medidas económicas y fiscales tendían a beneficiar mayormente a las élites con amnistías fiscales y rebajas de impuestos.
Costa Rica: UCCAEP y su hoja de ruta de políticas pendientes
Frente a la emergencia y un gobierno que incorporó a importantes figuras de las élites económicas y de los partidos con una agenda business friendly, la UCCAEP marcó con sus discursos la cancha de las políticas posibles al enfatizar en sus discursos reformas estructurales de carácter neoliberal (Rivera, & Nercesian, 2022). Las élites económicas costarricenses usaron sus declaraciones para proponer ampliamente acciones y políticas, pero también confrontaron al gobierno cuando se consideró que no se hacía lo suficiente con respecto a su hoja de ruta.4
En el marco de discusión la UCCAEP relanzó un documento amplio como eje central de las medidas y propuestas económicas para atender la crisis. Originalmente publicado el 25 de febrero de 2020, el documento es una hoja de ruta en torno a políticas de austeridad y reducción del Estado a partir del cual la pandemia fue una ventana de oportunidad para llevar a cabo reformas de la agenda neoliberal pendientes. Por ejemplo, entre las medidas se destacan la oferta de crédito, la ley de empleo público y las alianzas público-privadas. Asimismo, se retoman otras medidas, como la promoción de la ley de flexibilización laboral (jornadas laborales de cuatro días de 12 horas), la suspensión temporal, parcial o total de las jornadas en el sector público, la derogatoria del Salario Escolar, la reducción de tarifas de electricidad y combustibles, la flexibilización de registro de agroquímicos y semillas para la importación de tecnología agrícola, así como la contención del gasto.
En sus discursos las élites costarricenses se dedicaron a señalar aquello que el gobierno debía hacer (gráfico 6). A pesar de existir afinidades ideológicas y políticas con el Ejecutivo, las élites buscaron con su participación pública definir siempre las fronteras de lo posible en un contexto en el que varios grupos sociales buscaban incidir también en las respuestas a la crisis. En un principio la cámara empresarial hizo un llamado a la prudencia frente a la emergencia sanitaria a fin de evitar graves afectaciones productivas y laborales. Sin embargo, a partir de mayo de 2020, los discursos de las élites económicas se concentraron en ajustes estructurales alrededor de la racionalización del gasto público, acciones para la generación de empleo, la participación privada en las discusiones alrededor del sistema de salud, entre otras. Cabe resaltar que las publicaciones en redes sociales de la cámara empresarial denotaron una importante reproducción de sus mensajes en medios de prensa, noticieros televisivos y radio.
En el caso de Costa Rica, se pueden observar niveles de tensiones variables que no muestran una consistencia estable, y es el segundo país que presenta más tensiones discursivas: del total de publicaciones analizadas, un 25% se ubica en el nivel 3 de nuestra escala, un 23% en nivel 2, y un 48% en nivel 1 (gráfico 7). Como se apuntó, la gestión de la pandemia fue compartida con el sector privado, por lo que los niveles de tensión aquí observados parecieran obedecer a presiones de las élites económicas por nivelar a su favor el proceso de cogestión de las políticas de atención a la crisis.
En el caso de Costa Rica, los discursos de las élites económicas buscaron definir un marco de discusión público en torno a reformas pendientes de la agenda neoliberal y a políticas de austeridad. En general, más allá de atender la crisis, buscaron abrir paso a puntos de agenda pendientes de restructuración del Estado. Esta definición de las políticas se vio además favorecida tanto por la cercanía entre el Ejecutivo y las élites como por la reproducción y socialización de esos discursos como únicas salidas posibles a la crisis en los medios de comunicación tradicionales.
El Salvador: discursos y conflictos entre ANEP y Bukele
Al menos desde la década de los ochenta la ANEP ejerció un rol hegemónico en la defensa de los intereses de las élites económicas junto con actores políticos (Alianza Republicana Nacionalista, ARENA), tanques de pensamiento (Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Social y Económico, FUSADES) y medios de comunicación (Wolf, 2009). Sin embargo, desde el inicio de la pandemia su influencia se vio reducida por la urgencia de atender las confrontaciones públicas entre el presidente Bukele y el presidente de la patronal, Javier Simán. Simán,5 un reconocido empresario salvadoreño lideraría desde la ANEP la oposición a las medidas implementadas por el gobierno salvadoreño. Un primer llamado desde la ANEP para la construcción de alianzas público-privadas tuvo como objetivo de contener la propagación del virus y tomar decisiones colectivas. Entre esas iniciativas se incluye una primera comunicación del 21 de marzo de 2020; ahí la ANEP lanzó un llamado para crear un fondo especial que apoyara a agricultores, ganaderos y avicultores que no sería atendido por el Ejecutivo. Por el contrario, cinco días después, el 26 de marzo, se desataría el primer conflicto con Bukele, luego de que el presidente acusará a la ANEP de embolsarse 300 millones de dólares mensuales del Instituto Salvadoreño de Seguridad Social (ISSS). En estas disputas con la ANEP, Bukele desconoció la representación de la ANEP, por según él “sabotear” al gobierno.
El conflicto aumentó en los meses venideros con los decretos presidenciales que fijaban el cierre y confinamiento de los salvadoreños (decreto número 593 y siguientes). Para la ANEP, esos decretos y las restricciones de movilidad provocaban inseguridad jurídica y confusión, y lejos de apoyar las medidas exigió en sus declaraciones públicas desde mayo de 2020 la urgencia de una apertura gradual de la economía. Frente a la imposibilidad de interlocución y trabajo conjunto con el gobierno, la ANEP manifestó su distanciamiento de éste, al señalar los múltiples costes económicos y sociales de los cierres y proponer protocolos de apertura de la economía. Bukele catalogó públicamente a la ANEP como un histórico obstáculo del desarrollo de El Salvador.
En el contexto de pandemia, frente al rechazo del gobierno de trabajar con la ANEP, la orientación de los discursos de las élites económicas se dio mayormente hacia campañas de información y defensa de la misma cámara. En términos de las demandas discursivas de la ANEP, se hizo especial énfasis en llamados a lo que el gobierno debía hacer (véase gráfico 8). En particular, la petición de trabajo en conjunto entre el gobierno y el sector privado. Las alusiones respecto a la responsabilidad individual y colectiva en el contexto de la pandemia fueron acompañadas de los hashtags #JuntosSaldremosAdelante y #CuidaTuSalud, con las consignas: “No te rindas de esta salimos todos” y “Si te cuidas nos cuidas a todos”.
Los discursos del sector empresarial se concentraron en reiterar que las empresas cumplían con los protocolos de salud, e inclusive propusieron protocolos para que las mismas los siguieran voluntariamente. Adicionalmente, al igual que en el caso guatemalteco, pero en menor medida, se hizo alusión a donaciones en insumos médicos y alimentación para las familias afectadas. Estas donaciones, sin embargo, encontraron “competencia” en la política de gobierno que dotó a las personas desempleadas de un subsidio y de bolsas de alimentos con propaganda del gobierno de El Salvador.
En el contexto de pandemia las tensiones discursivas variaron (0 y 2, véase gráfico 9). Sin embargo, se registraron tres momentos de alta tensión discursiva con el gobierno (nivel 3): el primero el día 30 de junio, protagonizado por Javier Simán, quien presentó una denuncia contra el mandatario Bukele; el segundo se registró el 7 de julio, cuando ANEP urgió al gobierno a presentar un plan de reactivación económica; y finalmente, el tercer punto álgido se registró el 7 de septiembre, cuando la cámara empresarial manifestó su rechazo a la utilización de fondos del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS) por parte del gobierno.
En el caso de El Salvador, la confrontación entre la ANEP y el presidente Bukele orilló a los discursos de las élites económicas a ocuparse sobre todo de la defensa de la cámara, a llamar al gobierno al trabajo conjunto, y en menor medida a dar voz a sus labores filantrópicas. La confrontación en torno a los cierres de la economía, las acusaciones de corrupción que hizo Bukele contra la cámara, y la defensa de Javier Simán provocaron que las respuestas de ésta se limitaran a esas coyunturas particulares. Así, las acusaciones de Bukele contra Simán tuvieron más que ver con ganar hegemonía en el debate público. Frente a la mayor visibilidad pública del presidente Bukele y su popularidad, la articulación de los discursos de las élites se diluyeron entre la confrontación con el Ejecutivo y las campañas de información.
Nicaragua: el fin del modelo COSEP-Familia Ortega
Durante cerca de una década, Nicaragua (2007-2018) fue la referencia centroamericana de gestión de política pública con las élites económicas a través “del modelo COSEP” (Chamorro, 2018). La articulación entre élites y poder político se gestionó desde 2007 mediante alianzas entre el COSEP, la familia Ortega y el Instituto de Prevención Social Militar (Monte, & Gómez, 2020). La naturaleza de esta alianza permitió a las élites económicas acceder a recursos económicos y proyectos vinculados con el Estado a cambio de su positiva vocería internacional sobre la seguridad jurídica y el clima de negocios en Nicaragua (Spalding, 2017).
En Nicaragua el pacto de cogobierno entre la familia Ortega y las élites económicas duró al menos entre 2007 y 2018 (Monte, & Gómez, 2020). A causa de la crisis política desatada desde febrero de 2018, el pacto se rompió y con ello los canales de interlocución entre élites económicas y el Ejecutivo. Ante la poca proactividad del gobierno para la atención económica y sanitaria de la crisis, los discursos de las élites se orientaron mayormente a urgir la atención de la pandemia. Para ello, buscaron posicionar sus discursos en torno a tres temas. El primero, la facilitación de procesos de importación y nacionalización de insumos para la prevención del covid, así como el apoyo a las cadenas de abastecimiento de bienes básicos. El segundo, la creación de un grupo de trabajo del sector privado que ayudara en la formulación de medidas de atención de las crisis propuestas por el Instituto Centroamericano de Administración de Empresas (INCAE), la Cámara de Comercio con los Estados Unidos (AMCHAM) y COSEP. Por último, la promoción de un fondo de asistencia humanitaria, la rebaja de precios de combustibles y energía eléctrica, la flexibilización de los contratos laborales y la restructuración y financiación de créditos. Estas solicitudes se extendieron por varios meses, con lo cual la propia élite organizó una serie de conferencias y materiales comunicacionales dirigidos a la población, bajo el hashtag #LaVidaEsPrimero.
El COSEP se refirió de manera reiterada a la necesidad de que el gobierno tomara medidas restrictivas para la contención de la propagación del virus en el primer trimestre (gráfico 10). Lo anterior ante la inacción de las autoridades nicaragüenses y la baja severidad de sus estrategias de contención de la pandemia. A partir de esta situación, los discursos del COSEP pusieron énfasis a sus propias propuestas y solicitudes al sector empresarial y la población para la contención y prevención del covid-19.
En este caso, los niveles de tensión discursiva registrados fueron los más altos, un 83% de publicaciones ubicadas en el nivel 3 (gráfico 11). En términos generales, las declaraciones enfatizaban la urgencia de que el gobierno implementara medidas sanitarias para controlar los niveles de contagio. Otra particularidad importante del caso nicaragüense es que los discursos críticos contra el gobierno de COSEP cambian de enfoque a partir de junio, momento en el cual la cámara emite su último comentario crítico sobre el manejo de la pandemia. A partir de julio, las publicaciones de COSEP se centran en la reforma electoral (15 de julio), la libertad de prensa ante el embargo de Nicavisión, S.A. (12 de septiembre) y la controvertida “Ley de Regulación de Agentes Extranjeros”6 (25 de septiembre).
En el caso de Nicaragua, al igual que en El Salvador, la confrontación entre el sector empresarial representado por COSEP y la familia Ortega definieron que los discursos de las élites se limitaran a campañas de información sobre el covid-19. Así, en este caso a pesar de que las élites buscaron por medio de sus discursos proponer políticas y la creación de grupos de trabajo conjuntos, el gobierno desoyó sus recomendaciones.
Discusión y proposiciones
En este artículo proponemos una caracterización de los discursos de las élites económicas y de las tensiones discursivas con los gobiernos de turno en América Central. Se discuten así mayoritariamente dos escenarios: a) los discursos que priorizaron una agenda de austeridad, reformas estructurales pendientes de la agenda neoliberal y la eliminación de impuestos, propuestas que en menor medida reflejaron tensiones con los gobiernos, y b) los discursos que llamaron a los gobiernos al trabajo conjunto con las élites económicas, a la defensa de las cámaras empresariales y que reflejaron más tensiones discursivas con los gobiernos (véase cuadro 4).
Escenarios | País | Tipos de discursos | Tensiones |
Escenario 1 | Guatemala | Austeridad | Romper o cumplir acuerdos |
Honduras | Incentivos fiscales y económicos | Otras instituciones de gobierno | |
Costa Rica | |||
Reformas estructurales del Estado | |||
Escenario 2 | El Salvador | Defensa de las cámaras | Urgencia de atención de la crisis y reactivación |
Nicaragua | |||
Trabajo conjunto con los gobiernos | Denuncias sobre abusos (libertad de expresión, utilización de fondos para atención de la crisis) | ||
Campañas de información |
Fuente: Elaboración propia.
En el caso de Guatemala y Honduras, frente a la incertidumbre y la escasez de información que tenían los gobiernos, los discursos de las élites de Guatemala (CACIF) y Honduras (COHEP) avanzaron en la promoción de documentos y propuestas de políticas públicas y se articularon en esos discursos las fronteras sobre lo que era posible hacer para salvar la economía y con ello al país. En la articulación de esos discursos las élites buscaron “un nosotros común” reflejado en el uso y reproducción de sus hashtags y donde la atención de la crisis dependía a la vez del buen trabajo e iniciativas filantrópicas de las élites económicas. Esta amplia divulgación de sus campañas de filantropía corporativa les permitió además aumentar su capital social. En el caso de Costa Rica, la pandemia coincidió con la propuesta de un documento que contenía una serie de reformas estructurales pendientes y la creación de un canal de enlace directo con el presidente de la República. La cercanía de las élites económicas con los medios de comunicación ayudó también a que sus discursos fueran mayormente replicados y difundidos. En los tres casos, la mayor elaboración y articulación de sus discursos en planes, estrategias y documentos, permitió a las élites económicas una interlocución directa con los gobiernos. Frente a la incertidumbre, el peso de los discursos de las élites pudo haber definido los límites y posibilidades de construcción de política pública de atención de la crisis.
En El Salvador y Nicaragua, por el contrario, la crisis y las disputas con los gobiernos de Bukele y la familia Ortega impidió que esas élites lograran discursos que dieran cuenta de propuestas de corto y mediano plazo. Con pocas capacidades de articulación discursiva, y además en abierta confrontación con los gobiernos, los discursos de las élites se limitaron a informar a la gente sobre medidas de higiene y denunciar acciones de los gobiernos.
A la luz de las crisis provocadas por la pandemia, lo discutido acá pareciera indicar que el giro discursivo de fortalecimiento estatal y del diálogo social que parecieron mostrar las élites tiene techos en tiempos de crisis. Cabe destacar también, y es evidente a partir de los estudios de El Salvador y Nicaragua, que aun cuando las élites económicas mantengan el control de importantes recursos económicos, el ejercicio efectivo de sus capacidades para usar sus discursos como herramientas de influencia en la política pública serán limitados si no cuentan con mayores insumos, información y propuestas que les den acceso y les legitimen ante quienes toman las decisiones y la opinión pública.
En términos teóricos este trabajo contribuye a ampliar la discusión sobre la relación entre las élites y sus discursos. La caracterización de dos tipos de escenarios de producción de discursos en este trabajo se suma al debate sobre los niveles y las formas a partir de los cuales las élites económicas buscan apoyar u obstruir reformas políticas mediante propuestas, documentos y apariciones en medios. A la vez, el trabajo permite pensar en cómo, por qué y con quiénes los discursos de las élites económicas generan tensiones. Así, por ejemplo, en el caso de Guatemala, aprendimos que las tensiones discursivas se producían por la gestión de otras instituciones que no controlaba el gobierno central, mientras que, en Costa Rica y Honduras, las tensiones surgieron como respuesta a la percepción de las élites de que sus acuerdos no estaban siendo cumplidos por los gobiernos.
En términos metodológicos este trabajo se propuso innovar en torno al estudio de los discursos de las élites a partir de la construcción de bases de datos sobre y con declaraciones públicas de las cámaras empresariales. Se trata no sólo de entender lo sustantivo de los discursos, sino también el contexto en el que se producen y sus motivos. En vista de los límites de acceso a las élites económicas, esperamos este trabajo logre incentivar nuevas formas y acercamientos a las élites y los espacios públicos de comunicación en los que se desenvuelven.