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vol.57 número3Wendy Phillips, Laura Carballido y Óscar Figueroa, coords. 2019. Inventar la India: representaciones disciplinarias a partir de la historia, las humanidades y las artes. México: Universidad Nacional Autónoma de México. 256 pp. ISBN 9786073022965Oliver Scharbrodt y Yafa Shanneik, eds. 2020. Shi‘a Minorities in the Contemporary World. Migration, Transnationalism and Multilocality. Edimburgo: Edinburgh University Press. 344 pp. ISBN 9781474430371 índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
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Estudios de Asia y África

versión On-line ISSN 2448-654Xversión impresa ISSN 0185-0164

Estud. Asia Áfr. vol.57 no.3 Ciudad de México sep./dic. 2022  Epub 06-Feb-2023

https://doi.org/10.24201/eaa.v57i3.2809 

Reseñas

Alexander Vovin. [2005 y 2009] 2020. A Descriptive and Comparative Grammar of Western Old Japanese. Revised, Updated and Enlarged 2 nd Edition. 2 vols. History of Oriental Studies. Leiden: Brill. 438 y 1279 pp. ISBN 9789004422117

Santiago J. Martín Ciprián1 
http://orcid.org/0000-0002-6750-4532

1Universidad Tokai, Japón, smartcip@tokai-u.jp

Vovin, Alexander. [2005 y 2009], 2020. A Descriptive and Comparative Grammar of Western Old Japanese. Revised, Updated and Enlarged2 nd, Edition. 2, History of Oriental Studies, Leiden: Brill, 438 y 1279p. ISBN: 9789004422117.


Bajo la etiqueta de kogo 古語, “lengua antigua”, la enseñanza de la lengua y la literatura premodernas japonesas en el sistema escolar en Japón suele incluir todo lo escrito con anterioridad a finales del siglo XIX. En los libros de bachillerato se acostumbra enseñar el japonés clásico, la lengua del periodo Heian (siglos IX-XII), y, a posteriori, en un apéndice, destacar sus diferencias morfológicas respecto al japonés antiguo, el de la época Nara (siglo VIII) y anterior, pero no las fonéticas ni las fonológicas. De este modo, una obra literaria del periodo que sea se lee en clase con los valores fónicos del japonés moderno. En consecuencia, la mayor parte de los nativos se acerca a su literatura antigua con el convencimiento de que la pronunciación es idéntica a la de la lengua contemporánea. Así pues, es imposible la apreciación verdadera de esas obras, de belleza tan sutil, a causa de la ignorancia de la textura fónica auténtica del idioma. Igualmente sucede con las variedades de la época primera de la lengua: hoy en día sabemos que el japonés antiguo occidental, el que se usaba en la llanura de Yamato y sus alrededores, el habla que sirvió para formar los cimientos de la gran literatura clásica posterior, poseía elementos lingüísticos que la diferenciaban de la que llamamos “japonés antiguo oriental”, utilizada en la actual región de Kantō y sus alrededores (donde hoy se sitúa la capital, Tokio) por los rudos soldados que defendían el país en sus límites orientales, aquellos jóvenes que escribieron los llamados cantos de la frontera, estudiados también minuciosamente por el propio Vovin (Man’yōshū. A New English Translation Containing the Original Text, Kana Transliteration, Romanization, Glossing and Commentary, libros 14 [2012], 20 [2013] y 16 [2021], editados por Global Oriental).

Quizá el mérito principal de la edición original de A Descriptive and Comparative Grammar of Western Old Japanese (en dos volúmenes editados por Global Oriental en 2005 y 2009) fuera ése: distinguir, primero, entre lengua antigua y lengua clásica, y no mantenerlas en el totum revolutum habitual, y, en segundo lugar, separar la antigua occidental de la oriental y tratarlas en obras separadas, como merece la complejidad del panorama lingüístico que presentan. Vovin, años atrás, había ya publicado una excelente gramática de la lengua clásica, A Reference Grammar of Classical Japanese Prose (RoutledgeCurzon, 2003) y, en lugar de limitarse a tratar de la lengua antigua en un apéndice, eligió dedicar años de su vida al estudio de la segunda y a la elaboración del impresionante manual del que ahora nos presenta esta nueva edición.

La reedición de un libro útil -diremos imprescindible- siempre es una buena noticia, más aún cuando, como es el caso, por la naturaleza de los cambios producidos podemos decir que se trata de uno diferente al original. En el caso de A Descriptive and Comparative Grammar, lo es más por muchos motivos. En primer lugar, porque el editor mandó imprimir una tirada realmente exigua de ejemplares del tomo segundo de la primera edición, de modo que casi sólo quienes lo pidieron por internet antes de que se distribuyera a las librerías tienen la suerte de contar con un ejemplar. En segundo lugar, esta nueva edición en Brill fue impresa en un formato de página más amplio y cómodo de usar. Finalmente, la reedición ha dado oportunidad a Vovin de revisar totalmente la obra, como veremos más adelante.

Además del propósito inicial, describir y explicar los fenómenos del idioma, A Descriptive and Comparative Grammar en aquella primera edición logró uno adicional: sus feroces análisis de las etimologías exteriores -esto es, las posibles conexiones genéticas entre el japonés y las llamadas “lenguas altaicas”-, las fulminaban inmisericordemente. Con tales estudios, Vovin dejaba poco margen de duda: el japonés es una lengua aislada, una lengua que, eso sí, ha recibido influencias continuas de las otras con las que comparte el espacio de Asia Oriental, pero para la que no hay -por lo menos con los datos objetivos que poseemos- ninguna filiación genética demostrable.

La nueva edición presenta otros cambios respecto de la primera además de los referidos más arriba. Por un lado, la transcripción al alfabeto latino no es meramente fonológica, como la anterior, cuya inteligencia presuponía un conocimiento profesional de la historia de la investigación de la lengua japonesa: Vovin utiliza ahora una nueva, más cercana a la realidad fonética del japonés antiguo -reconstruida fundamentalmente por M. Miyake, discípulo aventajado suyo, en Old Japanese: A Phonetic Reconstruction (RoutledgeCurzon, 2003)-, lo que hace a esta obra muy comprensible y utilizable también para especialistas en otros campos de la lingüística, la historia, la sociedad o la religión. De este modo, cuando los historiadores, los sociólogos o los expertos en shintō se enfrenten a los edictos imperiales (senmyō 宣命) o a los rituales (norito 祝詞), podrán acceder con facilidad a su lenguaje. La gramática se ha aligerado de los comentarios etimológicos externos de los que hablamos: la primera versión, sumada a un trabajo posterior del mismo Vovin (Man’yōshū, libro 20, 2013), han hecho que el prestigio de la teoría altaica se encuentre ya muy mermado en la comunidad lingüística internacional, y tales comentarios se han vuelto innecesarios. No obstante, los estudios comparativos del japonés antiguo occidental con el japonés antiguo oriental se han revisado por completo. No podría ser de otra manera después del trabajo ingente que Vovin ha realizado en su traducción y su edición de los libros 14 y 20 del Man’yōshū 萬葉集, la gran antología poética del Japón antiguo, libros en los que aparecen casi todos los restos de esa lengua oriental. Incidentalmente, nuestro autor acaba de publicar, junto con Sambi Ishisaki-Vovin, The Eastern Old Japanese Corpus and Dictionary (Brill, 2021), que seguramente será la obra de referencia para este estrato del idioma durante muchos años por venir.

Los cambios en la nueva edición no se limitan a los ya dichos: varios capítulos (los dedicados a adverbios, conjunciones y partículas) han aumentado su volumen con ejemplos añadidos, corregidos y mejorados. También ha variado en algunos casos la nomenclatura técnica: por ejemplo, al aducir que el término infinitive puede ser confuso referido al japonés antiguo, se ha sustituido por converb. Aunque se entienden los motivos del autor, considero que este cambio es superfluo: infinitive se usa en obras de referencia importantes (como The Japanese Language Through Time, de Samuel E. Martin, Yale University Press, 1987) y estaba bien asentado en la tradición japonológica de las lenguas occidentales. La notación PT (particle) se ha sustituido por cada uno de los valores de esas partículas, como interrogative, desiderative, emphatic, etc. Esto último, en cambio, es una evidente mejora de la obra.

Es un orgullo para los orientalistas de cultura latina que fueran precisamente un erudito luso y uno hispano quienes, en el siglo XVII, redactaran las primeras gramáticas de la lengua japonesa en cualquier idioma, las artes de João Rodrigues y Diego Collado. La obra que ahora comentamos es, sin duda, continuadora de aquella tradición, la de las gramáticas de la lengua japonesa compuestas en idiomas extranjeros por sabios extranjeros y, a veces, en tierra extranjera. Estos trabajos, como sucede con el que nos ocupa, son en muchos casos superiores en calidad, rigor científico y extensión a los elaborados por los propios nativos del país. En efecto, no existe al día de hoy -que tenga noticia- ninguna gramática escrita en japonés que la supere en esos tres criterios. Por eso la obra de Vovin, mejorada como está en esta segunda edición, seguirá siendo por muchos años la referencia obligada de aquella lengua y la herramienta imprescindible para los estudiantes y los estudiosos de ella, incluidos los nativos del país del sol naciente.

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