Descripción del caso:

Se trata de un paciente del sexo masculino, de 36 años de edad, con fiebre, tos y malestar general, a quien se le realizó una prueba COVID que resultó positiva, con empeoramiento del cuadro al que se agregó fotofobia, hemiparesia derecha y desviación de la comisura labial hacia la izquierda, por lo que fue llevado a un facultativo 8 horas después del inicio del cuadro clínico. Ahí se realizó una tomografía de cráneo simple que evidenció infarto extenso de la arteria cerebral media izquierda, con edema cerebral maligno, el cual se derivó a manejo quirúrgico de urgencia donde se le realizó una craniectomía descompresiva izquierda extensa. Después de esto, se mantuvo con asistencia respiratoria por intubación mecánica y medidas antiedema cerebral, y se logró que hubiera progresión ventilatoria; sin embargo, se le realizó traqueostomía y gastrostomía por presentar malos predictores de extubación. Se mantuvo en observación posquirúrgica y quedó con hemiparesia 3/5 derecha, sin algún otro déficit, por lo que se dio egreso a domicilio.

Discusión:

El caso presentado fue manejado con craniectomía descompresiva extensa, y se obtuvo mejoría en la supervivencia y pronóstico funcional, al igual que lo reportado en la literatura médica, en donde se recomienda que dicho manejo se realice de forma temprana.

Conclusiones:

El presente informe nos revela que aquellos pacientes hombres jóvenes en la cuarta y quinta década de la vida, con COVID-19 e infarto de arteria cerebral media, se presentan sin comorbilidades al darse tratamiento temprano con hemicraniectomía descompresiva, el cual mejora su pronóstico de vida, concordando con los casos presentados en la literatura médica.