Señor editor: La agenda social y el rol del Estado en Latinoamérica se han caracterizado en las últimas décadas por un compromiso sistemático por desarrollar la equidad y la justicia sanitaria, no obstante, la región continúa presentando las mayores brechas de desigualdad.1 La evidencia señala que la inequidad, especialmente en la primera infancia, determina significativamente el desarrollo integral y el bienestar a lo largo de la vida.2 Desde esta perspectiva, las deficiencias en variables como nutrición, desarrollo cognitivo y desarrollo socioemocional merman las probabilidades de aprendizaje en las etapas posteriores del niño. A su vez, provoca que se eleven las probabilidades de desarrollar conductas de riesgo asociadas, por ejemplo, con violencia en la adolescencia, falta de expectativas futuras, embarazo precoz, baja autoestima, abandono escolar, etc.3
Se vuelve necesario desarrollar acciones que posibiliten identificar y comprender los impactos de las desigualdades, especialmente en los espacios que presentan una relación estrecha entre educación y salud. Es aquí donde la escuela, como factor clave para una educación de calidad,4 se posiciona como el espacio ideal para desarrollar acciones que contribuyan con la equidad y la salud escolar. Las investigaciones en educación han indicado que la escuela es valiosa en el proceso de socialización de los estudiantes.5 Es un espacio en el cual pasan gran parte de su vida diaria y transitan por las etapas más significativas del desarrollo humano.6
Desde este punto de vista, el clima social escolar ha emergido con gran protagonismo en la agenda de diversos organismos estatales europeos y americanos, formando parte de la evaluación de calidad en educación.7 Éste es comprendido como un constructo multidimensional de diversos análisis, percepciones, pensamientos y valores por parte de los miembros de una escuela. En este sentido, la diversidad y profundidad de las interacciones sociales y los comportamientos individuales crean un determinado clima escolar, que influye en la producción de otras relaciones e interacciones sociales y comportamientos individuales.8 Se ha evidenciado la relación del clima social escolar con el rendimiento académico. Por ejemplo, en un estudio, el clima escolar fue la variable que más influyó en el rendimiento de los estudiantes de América Latina, lo que se atribuyó a que "la generación de un ambiente de respeto, acogedor y positivo es una de las claves para promover el aprendizaje entre los estudiantes".9 En Chile, el sistema nacional de evaluación de resultados de aprendizaje (pruebas estandarizadas SIMCE 2014) reveló que el clima de convivencia escolar se asocia con mejores resultados de aprendizaje en lectura y matemática (hasta 42 puntos de diferencia), lo que constituye el principal factor para explicar los resultados de las escuelas.10
En este sentido, se distingue con base en estudios el clima social escolar negativo y positivo. Cuando hablamos de clima social escolar negativo, la evidencia sostiene que éste se encuentra relacionado con un aumento de casos de sintomatología depresiva y una disminución de la autoestima,11 y con el aumento de la violencia escolar,12 especialmente la violencia en la primera infancia, donde genera problemas de salud mental, salud física, riesgo de vida, etc. Otros efectos de un clima social negativo están asociados con conductas de riesgo en la relación entre pares,13 con impacto negativo en la salud y bienestar de los adolescentes.14 Las investigaciones sobre bullying o acoso escolar informan que éste puede afectar a todas las personas involucradas y a la comunidad en general; sus efectos interfieren en el desarrollo social y emocional, con posibilidad de perpetuarse a lo largo de toda la vida, afectando el equilibrio emocional y la autoestima. Las víctimas presentan diversos problemas de salud como cefaleas, dolores abdominales, trastornos del sueño, etc. Respecto a la salud mental, se evidencian cuadros de ansiedad, fobia social, depresión, tendencias suicidas, entre otros.15,16
Un estudio cuyo objetivo fue documentar las disparidades en salud mental relacionadas con la discriminación por orientación sexual en adolescentes de México indicó entre sus hallazgos que los eventos de depresión, autoestima, ideación suicida e intento de suicidio y consumo de cigarros, alcohol y otras drogas en los sujetos de estudio, se diferenciaban con la experiencia de violencia en la familia y la escuela.17 No basta con establecer marcos legales para avanzar en el plano de los derechos humanos; se debe trabajar a través de planes de acción integrales que visualicen espacios articuladores para la familia y la política pública, como lo es la escuela.
Por lo expuesto anteriormente, se hace necesario generar una mayor cantidad de estudios que permitan establecer asociaciones entre la escuela (concebida como un centro de salud) y la salud mental/emocional de los niños y niñas. Garantizar por parte de los Estados latinoamericanos la equidad en educación demanda pensar el sistema de salud nacional con un enfoque centrado en la prevención temprana, a través de un monitoreo constante para el diagnóstico oportuno de enfermedades mentales, además del fortalecimiento de la salud emocional en las escuelas. Esto requiere de un trabajo sistemático e interdisciplinario entre profesionales de la educación, las ciencias sociales y la salud, donde se generen encuentros de difusión en torno a la prevención y al diagnóstico precoz, acompañados de políticas de tratamiento. Así, la escuela es forjada y concebida como un espacio seguro para el desarrollo integral y saludable de niños y niñas, un espacio comprometido con los aprendizajes de sus estudiantes, que brinda oportunidades reales para acortar la brecha de desigualdad en la salud, mejorar los logros de aprendizajes de los niños y niñas y contribuir a su felicidad y bienestar.
Agradecimientos: FONDECYT, Proyectos de Iniciación en Investigación 2015, "Estratificación multinivel de perfiles de desempeño académico, considerando variables de clima social escolar y de contexto en adolescentes de establecimientos educacionales de la Araucanía: insumos para una educación integral de calidad", Folio 11150665.