La fotografía ha estado presente en la vida y cultura geográfica de Europa, del siglo XIX y XX (^{Fierro, 1986}, ^{Smith, 2013}, ^{Ryan, 2013}, ^{Wolf, 2015}, ^{Ortega, 2021}) y cada vez más se indagan tanto los archivos y colecciones como las prácticas geográficas que condujeron a la creación de una cultura visual, entendida como un recurso de cualidades específicas, técnicas y culturales, que cambió el conocimiento del mundo para millones de personas.

En este marco del mundo de la fotografía, de su disponibilidad técnica y de su popularización en los planes y viajes geográficos de mediados del siglo XX, este libro nos sumerge en la experiencia y práctica geográfica de Raquel Soeiro de Brito, particularmente, en lo que se conoce como el trabajo de campo “clásico” en geografía. Esta obra surge de varias iniciativas previas, como son: las clases del posgrado en geografía humana (Instituto de Geografia e Ordenamento do Território da Universidade de Lisboa) del alumnado, interesado por el tema de la fotografía y de los trabajos publicados de la llamada “geografía tropical portuguesa” (^{Oliveira, 2019}, ²⁰²⁰), que han impulsado el proyecto oficial y científico para la apertura del espacio de la fototeca (y mapoteca) dentro del da Universidade de Lisboa y la idea de una nueva colección: Cadernos da Fototeca, con el número 1 dedicado a la entrevista, realizada en 2019, a Raquel Soeiro de Brito, una profesora de larga andadura en la geografía portuguesa, donde resalta su participación en la primera línea de la organización del Congreso de la Unión Geográfica Internacional, Lisboa, 1949.

El libro tiene dos partes, una primera sección a cargo del profesor Francisco Roque de Oliveira, del Centro de Estudos Geográficos, Instituto de Geografia e Ordenamento do Território Universidade de Lisboa, con el título: ‘Só venho ver a terra’: trabalho de campo, fotografia de terreno e trópicos segundo Raquel Soeiro de Brito. Aquí, en unas cuantas páginas inciales, se presenta un resumen con el conjunto de ideas e iniciativas que han centrado el tema de la fotografía en la vida académica de esta profesora y de su trabajo, como ejemplo de la existencia, la conservación técnica, el potencial de estudio y la difusión social, desde el Centro de Estudos Geográficos, de la fotografía desde perspectivas geográficas.

El estudiantado de dicho posgrado ha preparado una entrevista para Brito, con 25 preguntas, realizada en la Biblioteca de la Academia de Marinha (Lisboa), con base en el amplio y previo trabajo académico y fotográfico de tres geógrafos, a saber: Orlando Ribeiro, Francisco Tenreiro y de la misma Raquel Soeiro de Brito que dieron vida a la llamada “escuela de geografía de Lisboa”, desde mediados del siglo XX y punto de partida de trabajos de campo, estudios geográficos y publicaciones, por ejemplo, en Geographica, una revista “fundada y dirigida por Raquel Soeiro de Brito entre 1965 e 1971 que, desde sus orígenes, se ha destacado por la presencia de fotografías como parte de la cultura visual del relato geográfico” (^{Oliveira, 2021, p. 9}).

En este apartado inicial, Oliveira sitúa tres aspectos principales que se desprenden de la entrevista con Brito, el primero es el propio trabajo de campo, como “práctica orgánica del saber geográfico y garante de la cientificidad de la disciplina” (^{Oliveira, 2021, p. 9}), y que reconoce las herencias de las escuelas de geografía alemana y francesa en la portuguesa. Ahí se reconoce la práctica de una “geografía del terreno” que a pie, en jeep o en barco, abre el estudio a unas bases empíricas en la relación entre el “medio y las personas” y a la interacción con la antropología, al estilo de Jean Brunhes (1869-1930), señala Oliveira. El segundo aspecto es el valor de la fotografía y la subjetividad de dicha práctica por parte de la geógrafa portuguesa. En este punto, Brito señala que la fotografía es un “producto específico de la fase inicial de la investigación” (^{Oliveira, 2021, p. 11}) y, finalmente, un tercer aspecto en la idea de la “escuela” en la que Brito participó con una “práctica en el terreno tropical” a partir de mediados de los años cincuenta y cuyos episodios autobiograficos, como el trabajo de campo de Britp en la India, entre 1955 y 1956, corren paralelos y permiten reconstruir las claves de la geografía y la historia portuguesa en clave personal y fotográfica.

La segunda parte y más extensa de este libro se adentra a las preguntas y respuestas de la entrevista concedida por la profesora Brito a algunos alumnado del posgrado de geografía humana, como se ha indicado antes, integrado por Catalina Giraldo Villamizar, Francesca Ceola, Nicolás González Arango, guiados por el profesor Francisco Roque de Oliveira en una “investigación sobre el trabajo de campo de los geógrafos portugueses en las décadas de 1950 y 1960”, con base en el fondo de la Fototeca del Centro de Estudos Geográficos da Universidade de Lisboa. Ahí destaca la participación de Brito en el ámbito de la geografía tropical, así como sus estudios en los antiguos territorios portugueses en la India.

Aquí hay un ejercicio de contacto intergeneracional, de cuidado y atención mutua entre alumnado y profesores de larga carrera universitaria, como es el ejemplo de la profesora Brito que abre su experiencia, largo recorrido por múltiples geografías compartidas, tanto con sus trabajos, como en el testimonio visual recogido desde las páginas de este libro. Una magnífica manera de comenzar la colección: Cadernos da Fototeca del Centro de Estudos Geográficos da Universidade de Lisboa que, de momento, se publica como un primer y estimulante ejemplo de lo que se requiere impulsar en torno de las fotografías como parte del conocimiento, la memoria visual y la agenda de trabajo de la geografía Iberoamericana.