Paciente femenino de 62 años de edad, hipertensa, de cinco años de evolución. Presenta dolor abdominal generalizado posterior a la ingesta de alimentos; se agregan náuseas al cuadro. La paciente refiere antecedentes de molestias de este tipo posterior a la ingesta alimentaria desde hace tres meses, por lo que ha ido reduciendo su comida en porciones cada vez más pequeñas, lo que ha provocado una baja de peso a partir de este cambio. Describe que, al acostarse, aumenta el dolor de tipo cólico intenso, por lo que decide tomar analgésicos sin mejoría del cuadro y acude a Urgencias para tratamiento.
Se realiza angiotomografía abdominal con reconstrucción 3D que muestra múltiples placas de ateroma en el trayecto de la aorta abdominal (Figuras 1 y 2) con placa de ateroma calcificada de gran tamaño, en el aspecto izquierdo de la emergencia de la arteria mesentérica superior (Figura 3).
La causa principal de angina mesentérica es la ateromatosis oclusiva de los troncos viscerales; sin embargo, puede ser secundaria a arteritis, displasia fibrosa u otras arteriopatías obstructivas menos frecuentes. Afecta predominantemente a mujeres y se caracteriza por ser un dolor abdominal postprandial precoz (15-30 minutos), habitualmente cólico, que condiciona al paciente a reducir la ingesta alimentaria con una disminución marcada de peso, lo que induce a sospechar síndromes como neoplasia o hipertiroidismo.1
Mediante el ultrasonido Doppler es posible evaluar el flujo esplácnico en forma no invasiva y reconocer sus variaciones durante la ingesta alimentaria. La angiografía es imprescindible para la evaluación diagnóstica de estos pacientes. Usualmente, dentro de los hallazgos tomográficos encontramos engrosamiento de la pared, pneumatosis2 e incluso en algunos casos líquido peritoneal libre. Dependiendo del caso y afectación del vaso se pueden llegar a identificar áreas de estenosis y disminución del calibre de la arteria junto con calcificaciones visibles. El tratamiento definitivo es la revascularización de los vasos afectados.3