SR. EDITOR:
Existen varias sociedades científicas internacionales en medicina y universidades alrededor del mundo que, a través de sus miembros y estudiantes, respectivamente, consideran crear estas en una variedad de temas alrededor de especialidades y/o subespecialidades (oncología, neurología, neurocirugía), todo con el fin de unir a individuos inclinados hacia un campo en particular, fomentando la participación en actividades y publicaciones científicas.1,2
La influencia que generan los grupos en el rendimiento estudiantil es invaluable y no debe pasar desapercibido porque no solo mejora el nivel de conocimiento de los miembros, sino que también lidera la tendencia de generar nuevos conocimientos a través de la cooperación en proyectos de investigación, cultiva el hábito de la educación continua y promueve el desarrollo de direcciones profesionales como por ejemplo, la elección de optativas en los planes de estudio universitarios o la elección de una residencia.1,3
Los grupos de interés suelen (y en todo caso, deberían) ser respaldadas en primer lugar por alguna asociación o comunidad científica nacional o internacional y también por algún experto con experiencia en el campo y son ambas entidades quienes en su conjunto pueden proporcionar los medios para llevar a cabo de la mejor manera posible la realización de la agenda de la asociación estudiantil.
Los miembros también conforman y escogen a un comité ejecutivo compuesto esencialmente por puestos que van desde un presidente, vicepresidente, secretario y coordinadores, cada uno con una función específica. Otros puestos que el grupo puede elegir incluir son coordinador de eventos, coordinador de relaciones públicas y representantes de directrices que el grupo desee que sean representadas. 1,2
Se deben instaurar grupos de interés en más universidades para estimular el proceso de educación continua y a su vez, que estas instituciones los reconozcan y apoyen firmemente. Esfuerzos contiguos y continuos pueden resultar en resultados positivos para el estudiantado que van desde poder adquirir habilidades que mejoren la práctica clínica, mejorar su perfil profesional y académico así como producir conocimiento (a través de la publicación científica, organización de ponencias y asistencia a eventos) que mejore indicadores, otorgue prestigio y aumente la actividad académica y científica.
Resulta imperioso realizar estudios a nivel nacional que describan el interés particular, general y la cooperación de los estudiantes de pregrado en estos grupos. Esto contribuiría a obtener bases de este comportamiento y proponer ideas que aseguren la calidad de los profesionales de la salud mediante estos instrumentos humanos.