Introducción
En los últimos años la expansión de empresas japonesas en México ha sido notable a partir de la firma, en 2005, del Acuerdo de Asociación Económica entre México y Japón. Este acuerdo fue motivado en gran medida por la condición atractiva de México, 3 por la apreciación del yen (efecto del terremoto y tsunami que impactó el noreste de Japón), por la necesidad de buscar sitios fuera de Japón para evitar damnificarse por los desastres naturales y por el comportamiento de las grandes empresas japonesas que procuran acompañarse, literalmente, de sus principales proveedores en Japón. Salamanca, en el estado de Guanajuato, es la localidad que más llama la atención para las empresas japonesas. La Cámara de la Industria Japonesa estima que actualmente habitan en esta ciudad alrededor de 300 japoneses y se calcula que próximamente llegarán mil más (Domínguez, 15 de marzo de 2014). Si ocurriese este acontecimiento, Salamanca se convertiría en la ciudad con más ciudadanos japoneses, superando la cifra oficial del Distrito Federal. 4 Tal incremento se explica porque los japoneses se hacen acompañar de sus familiares.
El papel de los expatriados es clave en el desenvolvimiento de las empresas multinacionales; Paik y Sohn (2004) sostienen que el nivel de conocimiento cultural de la nación de acogida para los expatriados ejerce un papel crítico en la eficacia de su trabajo y por consiguiente, el buen desempeño de las corporaciones multinacionales. A pesar de que la literatura considera a los expatriados japoneses como ejemplos de éxito, los resultados de Kubo y Braga (2013) muestran que ellos no se integran con los locales, permaneciendo distantes. Aún más, el etnocentrismo de las compañías japonesas ha sido criticado desde los años ochenta; no obstante, en la actualidad el etnocentrismo japonés es causado por la transferencia de nuevas tecnologías cuando se espera que las filiales en el extranjero funcionen con mayor sofisticación, como lo es en el desarrollo de nuevos productos y procesos (Oki, Amano y Nakagawa, 2011). Muchos de los estudios que documentan la expatriación se enfocan en las adaptaciones culturales en el país receptor, pero muy pocos analizan cómo los empleados locales de las filiales japonesas perciben el desempeño laboral de los expatriados.
Por otro lado, se considera que este estudio es un complemento de la investigación Los inmigrados e inmigrantes japoneses en Guadalajara (1970-2011): Su comunidad y sus adaptaciones (Nakasone, 2013), en donde los japoneses manifestaron opiniones críticas dirigidas hacia el entorno laboral mexicano. Para los japoneses, el trabajo es lo más importante en la vida y no pueden permitir la existencia de irresponsabilidades o actitudes poco serias, que por otro lado la sociedad mexicana sí permite y tolera. Bajo este escenario, resulta interesante conocer las opiniones que los empleados mexicanos de empresas japonesas tienen de los japoneses, pues una hipótesis a considerar es que podrían encontrarse conflictos interculturales, que por consiguiente podrían generar imágenes negativas hacia los japoneses. En este estudio no se indagó sobre los expatriados japoneses para no especificar individuos, sino se investigó sobre las percepciones que tienen los empleados mexicanos sobre los japoneses en general a pesar de que haya alguna influencia de los expatriados. Del mismo modo, se preguntó sobre las imágenes que los mexicanos tienen de ellos mismos con el fin de conocer las diferencias percibidas entre ambos.
1. Construcción del otro
Levinas (1971) define al otro como lo absolutamente otro que difiere del yo, pues el otro sólo puede existir hasta que lo hacemos un objeto, debido a que el otro comprendido por el yo puede convertir en el otro "yo". Para Tsuburaoka (1997), la imposibilidad de intercambio de la conciencia del yo con la del otro, es decir, la autonomía de las conciencias, genera una imprevisibilidad de acción; esto es precisamente la otredad que hace el otro como "otro" que el yo no puede prever. No obstante, no entendemos para nada al otro, si no tenemos una reciprocidad y simpatía por tratarse de seres humanos; la intersubjetividad de Husserl (1986) posibilita considerar al otro como un sujeto del otro con que cuenta el yo también, es decir, el otro es una extensión de un sujeto del yo, pero el sujeto del yo se contenta con absorber al otro. Bajo esta situación, el yo construye un mundo objetivo arbitrariamente sin saber la reacción del otro; en otras palabras, la construcción del otro es un intento para acercarnos al otro a través de nociones y concepciones (Tsuru, 1996). Originalmente los seres humanos existen en relaciones con otros y se reconocen a sí mismos a través de estas relaciones. En efecto, la indeterminación y la opacidad del otro marcan el origen de la "comunicación", pues el punto de partida de la comunicación es, precisamente, la observación del otro (Tsuburaoka, 1997).
2. Imagen
Una imagen sobre cierto grupo se ve influenciada por la propia experiencia y la información que transmiten los medios de comunicación; esto se relaciona estrechamente con el término "estereotipo". Lo define Smith Castro (2006: 47) así: "los estereotipos son comúnmente definidos como las creencias consensuales sobre los atributos (características de personalidad, conductas o valores) de un grupo social y sus miembros"; no obstante, si los estereotipos contienen sentidos negativos, lo llamamos como "prejuicio" (Brown, 1995). Según Lippmann (1922), el entorno real es demasiado grande, complejo y cambiante para nosotros y no contamos con habilidades para manejarlo, por ello reaccionamos con el entorno virtual en que creamos símbolos y representaciones ante la realidad en el cerebro y nos comportamos a través de estos "estereotipos". Se sabe que los estereotipos son positivos en ingroup (nosotros) y se etiqueta negativamente en outgroup (otros); está comprobada la existencia del "favoritismo de ingroup" (Tajfel, Biling, Bundy & Flament, 1971). En este estudio se espera que los empleados mexicanos se califiquen mejor a ellos mismos que a los japoneses.
3. Imágenes sobre los japoneses
Ninomiya y Gao (2008) realizaron una encuesta a 53 empleados chinos que trabajaban en empresas japonesas en China, sobre la mirada a los japoneses y encontraron que los japoneses son "demasiado perfeccionistas" (91%), "disciplinados" (85%) y "trabajadores" (75%); no obstante, en sentido negativo, aunque los porcentajes son bajos, se considera a los japoneses "mañosos" (32%), "aprovechados" (28%) y "enojones" (13%). La investigación de Sonoda y Kishi (2013) señala que 1,783 empleados ejecutivos tailandeses, chinos, malayos, indonesios y taiwaneses que trabajan en las empresas japonesas locales califican a los japoneses como "disciplinados" (86.6%), "trabajadores" (86%) y "respetan la cultura laboral local" (59.8%), pero también los consideran "mañosos" (34%), "enojones" (30%) y "arrogantes" (21%). En Tailandia, en el estudio de Onishi (s/f) se muestra que 370 empleados tailandeses que laboran en compañías japonesas asocian a los japoneses con calificativos como "puntuales", "trabajadores" y "comportamiento sistemático", pero también son "demasiado serios", "demasiado estrictos" e "impacientes". Aunque no se trata de empleados en compañías japonesas, 15 estudiantes chinos consideran que los japoneses son "trabajadores", "disciplinados" y "prudentes"; pero por otro lado los consideran "mañosos", "arrogantes" e "insociables" como características negativas (Katagiri, 2002).
En una investigación realizada en Tijuana, México, 201 profesionistas y estudiantes consideraron a los japoneses como "trabajadores" (87%), "progresistas" (64%) y "prácticos" (50%); por el contrario, también consideran que son "poco confiables" (17%), "arrogantes" (12%) y "vanidosos" (12%) en sentido negativo (Ham Chande, 1994). En otro aspecto, Padilla de la Torre y Flores Márquez (2009) describen los valores japoneses en función del resultado de entrevistas realizadas en Aguascalientes, México, como: "respeto por el tiempo", "devoción al trabajo", "compromiso con la comunidad", "austeridad", "estoicismo", "perfección", "discreción", "silencio" y "evitar la dicotomía en el pensamiento".
4. Método
Se empleó la técnica de encuesta con el instrumento de evaluación, diferencial semántico; se prepararon 20 pares de adjetivos antónimos para indagar en las imágenes de los japoneses y los mexicanos con el fin de conocer y comparar sus características. 5 Los 20 pares de adjetivos se escogieron en concordancia con anteriores investigaciones realizadas en otros países. También se recabaron datos básicos personales de los encuestados, su relación con Japón o los japoneses, su grado de simpatía, etcétera.
Los informantes son empleados mexicanos que han trabajado o trabajan en empresas japonesas de la zona metropolitana de Guadalajara. Se consultó el listado de empresas japonesas en Jalisco que Carrillo Regalado, Okabe y Kakihara (2013: 57) ofrecen; luego, mediante la información de contacto que ofrecen en su página de Internet, se les envió un correo electrónico para solicitar el apoyo en la aplicación de las encuestas; también se utilizaron contactos personales6 disponibles. En total, de 31 empresas japonesas se envió la solicitud a 20 de ellas, de las cuales seis compañías7 dieron su permiso para aplicar la encuesta a sus empleados mexicanos entre mayo y julio de 2014.
5. Resultados
Los informantes en total fueron 83 personas; sin embargo, había una persona japonesa que participó y se excluyó del análisis, por lo tanto fueron 82 encuestados mexicanos válidos. Los resultados de la sección de "datos básicos personales" se muestran en el Cuadro 1.
El rango de edad abarca desde 17 años hasta 73; 60% de los encuestados fueron hombres, 63% son de Guadalajara; en la respuesta de "otros" a la pregunta de "puesto" se refirieron a que son practicantes; la antigüedad en el empleo va desde cero hasta 24 años. La escolaridad de los encuestados es muy alta, pues 74% son egresados de carreras técnicas, estudios profesionales o de maestría. Sólo 18% de ellos han ido a Japón y el promedio de estancia es larga porque dos personas han estado en Japón por intercambio y empleo, respectivamente; excluyendo a ellos, el promedio de estancia es de 9.55 días. Muy pocos han estudiado el idioma japonés, al excluir a las mismas dos personas que dominan el idioma por su estancia en Japón, el promedio de estudio es de 9.75 meses para quienes lo han estudiado. El 76% de los informantes tienen algún conocido japonés; entre ellos, 68% se refirieron a sus jefes y compañeros de trabajo, mientras que quienes contestaron "otros" hacen referencia a clientes, accionistas, maestros o vecinos japoneses.
Los resultados de las imágenes sobre los japoneses y los mexicanos se muestran en las Gráficas 1, 2, 3 y en el Anexo II. Las escalas se codificaron de -2 a 2. La Gráfica 1 muestra los resultados comparativos entre los japoneses y los mexicanos en el orden de los adjetivos utilizados en la encuesta. La Gráfica 2 se acomodó según los adjetivos que tuvieron puntuaciones altas sobre los japoneses en el sentido de las agujas del reloj, mientras la Gráfica 3 hizo lo propio con los mexicanos; no obstante, se invirtieron los calificativos con signos negativos para colocar los adjetivos por orden de puntuación. Las principales características que se marcaron para los japoneses con puntuaciones superiores a uno son: "trabajador" (1.75), "disciplinado" (1.66), "honesto" (1.46), "respetuoso" (1.40), "astuto" (1.24), "preocupado" (1.18), "amable" (1.17), "estricto" (1.05) y "sincero" (1.02). Por otro lado, las características mexicanas superiores a uno son "amigable" (1.76), "bromista" (1.35) y "amable" (1.21) (Gráfica 2). Como no encontramos diferencias según la prueba t de Welch, las características de grado similar entre japoneses y mexicanos son "amable" (japoneses: 1.17 y mexicanos: 1.21), "generoso" (0.64 y 0.74), "humilde" (0.44 y 0.46), "interesado" (0.41 y 0.53), "conservador" (0.10 y 0.16) y "paciente/irritable (0.03 y -0.16)"; por el contrario, las características que tienen una diferencia de nivel de significancia de 0.01 son "trabajador" (japoneses: 1.75 y mexicanos: 0.59), "disciplinado/indisciplinado" (1.66 y -0.09), "honesto/ corrupto" (1.46 y -0.41), "respetuoso" (1.40 y 0.50), "preocupado/despreocupado" (1.18 y -0.07), "estricto/tolerante" (1.05 y -0.35), "sincero" (1.02 y 0.16), "prudente/imprudente" (0.99 y -0.05), "amigable" (0.77 y 1.76), "serio/ bromista" (0.75 y -1.35) e "introvertido/extrovertido" (0.35 y -0.85). Por otra parte, las características que tienen una gran diferencia de las imágenes entre los japoneses y los mexicanos, en dicho orden, son: "serio/bromista" (distancia de 2.10), "honesto/corrupto" (1.86), "disciplinado/indisciplinado" (1.74), "estricto/tolerante" (1.40), "preocupado/despreocupado" (1.26), "introvertido/ extrovertido" (1.20), "trabajador" (1.17) y "prudente/imprudente" (1.04).
Nota: para facilitar el entendimiento según los adjetivos enlistados, las etiquetas de grado se pueden entender respectivamente como: -2 y 2 a "muy" adjetivo cargado de la dirección, -1 y 1 a "algo", 0 a "neutro". Los asteriscos señalan la existencia de una diferencia significativa: *p < 0.1, **p < 0.05 y ***p < 0.01.
Fuente: elaboración propia.
Nota: para facilitar el entendimiento según los adjetivos enlistados, las etiquetas de grado se pueden entender respectivamente como: -2 a "muy negativo", -1 a "algo negativo", 0 a "neutro", 1 a "algo positivo" y 2 a "muy positivo". Los asteriscos señalan la existencia de una diferencia significativa: *p < 0.1, **p < 0.05 y ***p < 0.01.
Fuente: elaboración propia.
Nota: para facilitar el entendimiento según los adjetivos enlistados, las etiquetas de grado se pueden entender respectivamente como: -2 a "muy negativo", -1 a "algo negativo", 0 a "neutro", 1 a "algo positivo" y 2 a "muy positivo". Los asteriscos señalan la existencia de una diferencia significativa: *p < 0.1, **p < 0.05 y ***p < 0.01.
Fuente: elaboración propia.
En otra lectura, las características desfavorables de los japoneses en México son las siguientes: "preocupados", "estrictos", "serios", "introvertidos", "orgullosos", "interesados" y "conservadores". Por cierto, las últimas dos no tienen gran diferencia con las mexicanas, mientras que los mexicanos fueron considerados más orgullosos que los japoneses. De hecho, las primeras cuatro características son contrariamente valoradas en los mexicanos, es decir, ellos se consideran "despreocupados", "tolerantes", "bromistas" y "extrovertidos". Si estas cuatro características japonesas se acercasen a las mexicanas, podrían conseguir cierta familiaridad, simpatía y compatibilidad. Además de los adjetivos del cuestionario, fueron sugeridos para los japoneses calificativos como "atentos", "educados", "responsables", "visionarios" y "preparados" en un sentido positivo, pero también mencionaron que son "pervertidos", "rabo verdes", "materialistas", "fríos", "tacaños" y "cerrados a la gente de su alrededor" o que "sólo conviven con su familia".
La mitad de los encuestados hicieron referencia a sus jefes japoneses para calificar las imágenes; si incluimos "compañero japonés", 63% del total tomaron como referencia su experiencia laboral. Una cuarta parte de los informantes asociaron sus respuestas con relaciones personales con amigos y familiares japoneses; 16% no asociaron a nadie en particular y 11% hicieron referencia a información de los medios de comunicación, como películas, televisión, Internet, etcétera.
El 89% de los encuestados sienten algo o mucha simpatía hacia Japón, pero 9% poca o nada (Gráfica 4). Las razones utilizadas para tenerle simpatía fueron para la mitad o más de la mitad de los encuestados: "porque me gustan sus posturas hacia el trabajo", "porque estoy trabajando en una empresa japonesa" y "porque sus productos son de alta calidad" (Gráfica 5). Las otras principales razones fueron por los valores culturales japoneses como la amabilidad y el respeto a cualquier persona, el espíritu de progreso y mejora, la diligencia, etcétera (Cuadro 2).
Por otro lado, quienes no tienen simpatía por Japón eligieron razones como: "porque no conozco sobre Japón" (tres personas), "porque su cultura no es compatible con mi cultura" (una), "porque Japón está lejos" (una) y "porque no tengo amigos japoneses" (uno). Nadie eligió las razones: "México no se relaciona con Japón" ni "los japoneses no nos tendrán simpatía". Las otras respuestas argumentadas son: "No es posible confiar en el japonés, vive de apariencia y nunca muestra un verdadero sentimiento, además menosprecia al mexicano por sentirse superior", "Son enojones, carácter fuerte", "No hablo con ellos, no conozco su idioma" y "No me interesa tenerles simpatía".
Si se analizan con detalle las respuestas en función de la edad de los encuestados, no se encuentran diferencias entre quienes tienen más o menos de 34 años de edad (Anexo 2). En cuanto al género, las mujeres consideran que los japoneses son menos generosos, pero que los mexicanos son más astutos e indisciplinados. Los tapatíos piensan que los japoneses son más honestos, humildes y serios; ellos mismos se consideran más pacientes e interesados en comparación con las respuestas de los mexicanos que vienen de otras ciudades. Los encuestados ejecutivos suelen percibir que los japoneses son menos prudentes, a diferencia de las respuestas de los encuestados empleados; los informantes ejecutivos también consideran que los mexicanos son más astutos. Los que tienen más de dos años de antigüedad en las compañías japonesas insisten en que los japoneses son progresistas y más serios, pero también consideran a los mexicanos más astutos. Los egresados de licenciatura y maestría consideran que los japoneses son más generosos, introvertidos y disciplinados, así como que los mexicanos son más amigables. Para las personas que han ido a Japón, los japoneses son menos amigables y neutrales en el aspecto de tranquilidad, pero para ellos los mexicanos son más flojos e imprudentes. No se encontró alguna diferencia entre quienes han estudiado el idioma japonés y quienes no. Quienes tienen algún conocido japonés piensan que los japoneses son más irritantes y los mexicanos más corruptos. Sorprendentemente no existe alguna diferencia sobre las imágenes de los japoneses y de los mexicanos entre quienes no tienen simpatía hacia Japón y quienes cuentan con ella.
Conclusión
Este estudio reveló las imágenes que tienen los empleados mexicanos que trabajan en las empresas japonesas en Guadalajara sobre los japoneses en general. Los resultados obtenidos muestran algunas similitudes con investigaciones anteriores, incluyendo estudios realizados en diferentes países, en los que se señala que los japoneses son "trabajadores", "disciplinados" y "respetuosos"; no obstante, en este estudio se revelan las imágenes de "honestos" y "astutos". Por otro lado, este estudio no detectó con valores significativos lo que otros estudios mostraron respecto a que los japoneses son "orgullosos" (arrogantes o vanidosos), "irritables" y "alterados" (enojones); no obstante, el calificativo "preocupados" es un elemento nuevo y de alta significancia para este estudio.
Por otro lado, no se detectó el "favoritismo de ingroup" en este estudio, pues las etiquetas que los encuestados despliegan no se puede decir que tienen predilección por el ingroup. Al comparar las imágenes japonesas con las características mexicanas, fue posible encontrar pistas que potencialmente permitirán profundizar la relación intercultural, pues la otredad es precisamente la diferencia con el yo, y si se disminuyen estas diferencias, se podrá conseguir la simpatía. A pesar de que se puede pensar que se trata sólo de estereotipos, consideramos que estos estereotipos son el resultado de las experiencias directas de cada sujeto debido a que ellos tienen una relación laboral japonesa.
Sin embargo, también se puede considerar que este estudio es tendencioso, ya que las atenciones que brindaron las empresas participantes fueron excelentes y seguramente esta atención también se refleja en el trato con sus empleados, y consecuentemente pueden conseguir una buena imagen. Para futuras investigaciones esto será un reto, el cual deberá revelar la realidad que viven los empleados en las compañías japonesas en México.