Introducción
La internacionalización de la educación superior es un proceso que cobra cada vez mayor importancia no solamente para las universidades, sino también para la agenda internacional de los países del mundo. La temática resulta relevante si se enfoca en un país como China, el cual tiene una economía de libre mercado pero políticamente posee un régimen comunista; es muy nacionalista pero fuertemente influido por el fenómeno de la globalización; está considerada una potencia global pero es un país en desarrollo.
Existen muchas definiciones de internacionalización de la educación superior, algunas de las cuales se enfocan más en la universidad como institución. La siguiente definición se centra principalmente en los Estados-nación y en las actividades de la educación superior que emanan de la interacción geopolítica entre éstos, lo cual es importante porque si bien en el mundo actual la globalización ha desdibujado las fronteras nacionales, las universidades todavía están fuertemente vinculadas al Estado-nación, debido a que éste todavía administra, legisla, regula y financia muchas de las actividades internacionales de las instituciones de educación superior. Por tal motivo, se expone a continuación la siguiente definición de Scott (1999), citado por Callan (2000): “Un mundo de Estados-nación a través de los cuales son definidos los límites geopolíticos, que podrían considerarse como punto de partida para ejecutar y negociar las actividades tradicionales de la educación superior” (p. 19).
Debido a la creciente globalización, a partir de los años noventa la universidad se ha convertido en un actor importante, capaz de producir cambios significativos a nivel mundial. En este contexto es que tiene lugar la internacionalización de la educación superior, como un proceso al interior de las universidades, pero cuyo alcance trasciende las fronteras nacionales.
Desde que las reformas emprendidas por Deng Xiaoping a finales de los años setenta produjeron un gran crecimiento económico, y debido a las intenciones de China para posicionarse como potencia mundial y próxima hegemonía del planeta, ese país ha avanzado también a grandes pasos en el proceso de internacionalización de la educación superior.
Aunque actualmente la internacionalización de la educación superior se considera un proceso natural de las universidades, habría que tomar en cuenta que éstas no se internacionalizaron rápidamente, sino a través de un proceso paulatino que se fue registrando a lo largo de la historia hasta consolidarse como son ahora, instituciones de educación superior modernas e internacionales con características que ahora nos resultan obvias: flujos constantes de estudiantes y académicos extranjeros, enseñanza de otras lenguas, programas internacionales y cooperación académica con otros países. En particular, China no está exenta de esta situación, si tomamos en cuenta que su contacto con Occidente no ha estado siempre presente a lo largo de toda la historia de esa nación, que su proceso de modernización y capitalismo llegaron tardíamente y que hasta la fecha su gobierno mantiene algunas restricciones inherentes a su régimen político de partido-único. Asimismo, si consideramos que la universidad moderna es una creación de Occidente, y que en la historia de China estuvo presente el colonialismo, podría decirse que, para China, internacionalizar su educación superior es hasta cierto punto sinónimo de occidentalización o modernización, es decir, un proceso de asimilación cultural más allá de las fronteras de la civilización china que llevaron a ese país otro tipo de conocimientos diferentes a aquellos que han formado parte inherente de ésta: filosofía confusionista, medicina tradicional o caligrafía, por citar sólo algunos ejemplos. Como parte de ese proceso de modernizar su sistema de educación superior, China comenzó a imitar modelos de otros sistemas educativos como el japonés, el de Estados Unidos o el europeo. (Wang, 2014, p. 8). Para China ha sido de vital importancia seguir una estrategia encaminada a establecer puentes entre la civilización china y la civilización occidental, algo que tiene sus orígenes desde el siglo I a. C., muchos años atrás cuando la llamada “Ruta de la Seda” pretendía convertirse en ese puente de comunicación entre ambas civilizaciones. En este contexto, la educación superior ha servido como un enlace de China con países más desarrollados. Uno de los temas más importantes para ese país, de acuerdo con Flora Botton (2008, p. 165), ha sido la educación superior:
De la cual dependen tanto la modernización como la formación de los que la sostendrán, y permitirán que China alcance un alto nivel en la producción tecnológica y científica y al mismo tiempo conserve los valores que la distinguen de otras naciones.
De esta forma, China se ha involucrado en actividades de internacionalización de su educación superior tales como: promover el intercambio académico, incentivar la cooperación entre universidades chinas y extranjeras, fomentar el ingreso de estudiantes internacionales en las universidades chinas y el envío de estudiantes chinos a otros países, así como la difusión del idioma chino a nivel mundial, por mencionar algunas de las más importantes (Wang, 2014, p. 13).
Actualmente China no sólo ha trascendido sus fronteras nacionales a través de un proceso de internacionalización de sus universidades, sino que ocupa algunos de los indicadores más altos del mundo en diferentes aspectos relacionados con la educación superior: China cuenta con el mayor sistema de educación superior del mundo (Altbach, 2013, p. 140), es el país de origen de más estudiantes internacionales y uno de los 10 países destino de estudiantes extranjeros del planeta.2 Asimismo, es el país que cuenta con mayor número de branch university campi (C-BERT, 2017)3 y el país de Asia del Este que posee más universidades en la mayoría de las listas de rankings universitarios. Es también, además, el segundo país con mayor cantidad de artículos de revisión internacional publicados en el mundo (Yang & Welch, 2012, p. 661). Estos indicadores convierten a China en una potencia educativa mundial.
Recientemente, el 14 de mayo de 2017 China inauguró la iniciativa llamada Foro de la Franja y de la Ruta para la Cooperación Internacional, en la que varios jefes de Estado se comprometen a cooperar con diversas actividades, incluyendo los campos científico, educativo y cultural (Rucai, 2017).
El objetivo de este artículo es primeramente presentar de manera panorámica la situación de la educación superior en China a través del análisis documental de contenido de libros, revistas electrónicas y páginas web actualizados sobre este tema, y hacer un análisis exploratorio de las diferentes categorías de análisis arriba expuestas con el fin de averiguar si el enfoque de China tiene una orientación predominantemente hacia el modelo competitivo o el cooperativo.
Con el estudio se intenta contestar a las siguientes preguntas: ¿seguirá China el camino de las universidades de los países de lengua inglesa más desarrollados (Estados Unidos, Gran Bretaña, Australia, Canadá), los cuales dominan el mercado mundial de la educación superior? ¿Pretenderá China posicionarse ella misma como una potencia mundial en el campo de la educación superior, consolidándose de manera independiente respecto de aquellos países? ¿Tiende el proceso de internacionalización de la educación superior en China hacia la cooperación o hacia la competencia?
Para contestar estas interrogantes se realizó un análisis a partir de cada una de las categorías mencionadas, las cuales son tratadas de manera independiente en los distintos apartados de este artículo, para concluir si la internacionalización de la educación superior de China se orienta más hacia el modelo cooperativo o al competitivo. Adicionalmente a éstos dos, se propone un tercer modelo que es el híbrido, el cual tiene características tanto de cooperación como de competencia. En la parte final de la investigación se concluye sobre los resultados del análisis.
Marco teórico y metodológico
El estudio adopta como marco teórico los paradigmas de Huisman y van der Wende (2004). De acuerdo con estos autores, hay dos modelos de internacionalización de la educación superior, uno enfocado en la cooperación (tradicional) y otro en la competencia (global). Con referencia a ambos modelos, menciona Pedregal (2016, p. 128) que el modelo de competencia es principalmente seguido por los países de habla inglesa más desarrollados del mundo: Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá y Australia. Mientras otros países tratan de resistir al capitalismo global a través de una internacionalización de la educación superior menos agresiva y más enfocada hacia la cooperación.
El análisis se realizó proponiendo las siguientes categorías: 1. El papel del Estado versus el mercado en la educación superior; 2. El papel de la geopolítica de China en la educación superior; 3. Prestigio y calidad de la educación superior en China; 4. China y la movilidad estudiantil internacional; 5. Los costos de las inscripciones y las colegiaturas en las universidades chinas, y 6. Los idiomas de enseñanza en la educación superior: chino versus inglés.
De acuerdo con Pedregal (2016), el modelo competitivo se caracteriza por lo siguiente: la dominación del mercado sobre el Estado en la educación superior, el papel de la geopolítica es perseguir la obtención de utilidades en las relaciones de educación superior con otros países, el sistema de rankings universitarios es fundamental, la movilidad estudiantil es percibida principalmente como una fuente de divisas y está enfocada en una sola dirección (principalmente hacia la recepción de estudiantes internacionales), los costos de las cuotas universitarias son caros aun en universidades públicas; el inglés es la lingua franca en la enseñanza. Mientras que el modelo cooperativo se caracteriza por: predominio del mercado sobre el Estado en la educación superior, el papel de la geopolítica es perseguir la cooperación de la educación superior con otros países, el prestigio y la calidad de la educación superior están basados en formas alternativas a los rankings, la movilidad estudiantil es percibida como un instrumento de capital humano y se da en dos direcciones (diseñada tanto para enviar como para recibir muchos estudiantes), los costos de las cuotas universitarias no son altos o son reducidos; el idioma inglés es una lengua alternativa (Pedregal, 2016).
El papel del Estado versus el mercado en la educación superior
Por un lado, el sistema de educación superior chino se caracteriza por ser altamente centralizado, esto debido al régimen político comunista que ha imperado desde la fundación de la República Popular China por Mao Zedong en 1949, y por lo tanto, esto significa que este país tiene una tradición de Estado fuerte. En este sentido, plantean Yang y Welch (2012, p. 370) lo siguiente: “El Gobierno central chino ejerce fuertes regulaciones y autoridad sobre el sistema de educación superior”. Por su parte, Wang (2014, p. 21) menciona que “la alta penetración del control del partido-Estado, y consecuentemente el dominio administrativo ha transformado enormemente el sector de la educación superior en un apéndice del Gobierno”. Por otro, las universidades chinas han estado expuestas a la influencia modernizadora occidental del mundo globalizado, a raíz de la apertura económica de ese país desde el gobierno de Deng Xiaoping. De acuerdo con Chen (2011, p. 81): “En 1983, Xiaoping planteó tres orientaciones: la educación debe estar orientada hacia la modernización, el mundo y el futuro”. Sin embargo, a pesar de que China es un país que desde los años setenta ha venido incrementando el libre mercado dentro de la economía nacional, en el proceso de internacionalización de sus universidades el rol fundamental sigue siendo encabezado por el Estado, más que por las fuerzas del mercado. Esta conclusión se basa en los siguientes argumentos:
En primer lugar, en el tipo de instituciones de educación superior que hay en China, es decir si se trata de instituciones públicas o privadas. En este sentido, China cuenta con más universidades públicas que privadas. De acuerdo con Li (2016, p. 47): “Las instituciones públicas en China representan la abrumadora mayoría, en términos tanto de la escala del profesorado y los estudiantes, así como también por su influencia académica y social”. Asimismo, al revisar las estadísticas (UNESCO, 2014) es posible observar que China y Vietnam son los dos países de la región con mayoría de universidades públicas, lo cual tiene relación con el carácter comunista de estos países (véase Cuadro 1). Sin embargo, esto no aplica para Laos, considerado un Estado socialista.
País | Univ. Públicas | Univ. Privadas |
---|---|---|
Cambodia | 37% | 63% |
China | 69% | 31% |
Indonesia | 3% | 97% |
Corea del Sur | 15% | 85% |
Laos | 22% | 78% |
Malasia | 4% | 96% |
Filipinas | 11% | 89% |
Singapur | 14% | 86% |
Tailandia | 58% | 42% |
Vietnam | 87% | 13% |
Fuente: Elaboración propia, basada en UNESCO, Institute of Statistics, 2014.
No obstante, en los últimos años ha crecido enormemente la cantidad de universidades privadas, como apunta Altbach (2013, p. 153):
El crecimiento de un nuevo sector de educación superior también ha crecido sin precedentes. Hay ahora más de 800 instituciones de educación superior que no son estatales (privadas), en las que se encuentran matriculados más de cuatro millones de estudiantes.
En segundo lugar, es el hecho de que la motivación de la internacionalización de la educación superior en China se oriente más hacia objetivos que no tienen como prioridad aspectos económicos, sino más bien diplomáticos, tal como se puede apreciar en la opinión de Yuan Gao (2015, p. 364): “[…] En China, donde las universidades, particularmente las de élite, son sustancialmente financiadas por el Gobierno, la consideración financiera no fue mencionada por los tomadores de decisiones como una fuerza conductora para la internacionalización”.
En tercer lugar, se puede mencionar el peso que tiene el Gobierno federal chino tanto en el financiamiento como en el diseño y administración de programas académicos internacionales de educación superior, de movilidad académica y estudiantil. Principalmente “China provee apoyo gubernamental masivo para subsidiar estudiantes internacionales e incrementar su capacidad de matriculación”. (Pan, 2013, p. 255). Como ejemplo, podrían mencionarse algunos proyectos gubernamentales de educación superior desarrollados por el régimen chino para lograr la rápida expansión del sistema universitario: Proyecto 985, diseñado para posicionar universidades de élite en China, como las universidades de Pekín, Tsinghua o Fudán, y Proyecto 211, enfocado en universidades de investigación de alto nivel pero no de élite. Como mencionan Ma y Yue (2015, p. 218): “Los proyectos 985 y 211 son considerados como entidades de exploración del conocimiento, portadoras de responsabilidades sociales, culturales, ideológicas, políticas y económicas para el país”. De igual manera, podemos mencionar la creación de dos nuevos programas de intercambio educativo en inglés para estudiar en universidades chinas de gran prestigio: uno implementado por la Universidad de Tsinghua, que es el Programa Schwarzman, y otro implementado por la Universidad de Pekín, conocido como Programa Yenching (Metzgar, 2016).
En cuarto lugar, el papel que tiene el modelo económico en las políticas educativas es un aspecto muy importante en los procesos de internacionalización de la educación superior. Su-Yan Pan (2013, p. 252) plantea que “el neoliberalismo es insuficiente para explicar el surgimiento de China como un nuevo competidor que está cambiando el panorama del mercado de los estudiantes internacionales”. Por el contrario, él considera que dicho surgimiento chino se explica mediante la tesis del Estado de desarrollo, la cual enfatiza en el papel del Estado y sus funciones económica y social en el desarrollo y progreso económicos (Pan, 2013, p. 253). Asimismo, él menciona que el avance educativo, ligado al desarrollo económico, es parte de la habilidad de influencia del Estado, responsable del llamado “Milagro asiático”. Es decir, las fuerzas del mercado han operado en conjunción con la inversión gubernamental dentro de un esquema de economía mixta, que también ha sido utilizado exitosamente por los otros “Tigres de Oriente”: Singapur, Corea del Sur y Taiwán.
Cabe mencionar que es el papel del Estado, sin dejar a un lado las fuerzas del mercado operando en el sistema de educación chino, el responsable de la creación de las llamadas “universidades de clase mundial”. En este sentido opinan Yang y Welch (2012, p. 646):
Con la creencia en que las universidades de primer nivel reflejan un creciente omnipoder nacional, el Gobierno chino está comprometido ahora con la promoción de universidades chinas con potencial para acceder a la liga de “clase mundial” para la próxima década, y está invirtiendo fuertemente en ellas.
Sin embargo, si bien hasta ahora hemos subrayado el papel del Estado en la educación superior en China, es necesario también mencionar que el papel de las fuerzas del mercado en la educación superior en ese país también se está incrementando cada vez más desde que China emprendiera las reformas económicas, contribuyendo con esto a aumentar la influencia del capitalismo en ese país. En este sentido, menciona Liu (2012, p. 62):
China ha llegado a ser miembro de la Organización Mundial de Comercio. La educación como una industria ha estado incluida en el Acuerdo General de Aranceles Aduaneros y Servicios (GATT), y así China ha llegado a ser parte del mercado educativo mundial. La educación superior en China ha estado involucrada en el mercado mundial de la educación superior.
Y si bien, como se ha mencionado, China opera mediante un esquema de economía mixta, la creciente fuerza del mercado, asociada desde luego a la gestión gubernamental dentro de la educación superior, se ha traducido en cambios acelerados. Hay que resaltar que uno de los sectores más influidos por el impacto del mercado en la educación superior china ha sido el de ciencia y tecnología. En este rubro China ha realizado más inversión en investigación y desarrollo, se ha involucrado más en la transferencia de tecnología, e incluso ha desarrollado parques industriales como el que realizó la Universidad de Tsinghua, que fuera la primera institución de educación superior en crear uno, de acuerdo con Mei (citado por Yang y Welch, 2012, p. 660). Esto gracias a los cambios que se han efectuado en su política de ciencia y tecnología, lo cual incluye la inversión de grandes corporaciones en sus universidades. Pero también se debe a actores estatales. De acuerdo con Chen y Huang (2013): “Las organizaciones intergubernamentales desempeñan un papel crucial en la participación de las instituciones de educación superior chinas en cooperación e intercambio en ciencia y tecnología” (p. 104). Esto es una muestra de cómo este país ha sabido combinar de manera balanceada tanto la inversión pública como la privada.
Un segundo aspecto que demuestra la manera en que la educación superior china mezcla tanto el Estado como el mercado, es el hecho de que China sea un país tanto importador como exportador de educación superior. Esto no debería ser motivo de asombro, pero sí la manera en que lo está llevando a cabo. Por un lado, se ha encaminado hacia la creación de “universidades de clase mundial” a través de un fuerte impulso gubernamental, lo que la convierte en un gran exportador de educación superior, y, por otro, ha permitido la entrada de una gran cantidad de campi universitarios procedentes de países desarrollados. Feng, Beckett y Huang (2013) comentan que China pasó de una política de importación a otra de importación-exportación de la educación superior, con la idea de que el Gobierno de la República de China se enfoque en la construcción de una nueva identidad cultural y nacional, y por otro lado, la de promover la lengua, cultura y la investigación chinas bajo el eslogan: Chinese culture goes out, Chinese research goes out.
Sin embargo, es preciso mencionar que China también se ha enfocado fuertemente en el papel que desempeña el mercado en la educación superior, no solamente desarrollando universidades privadas a nivel nacional sino también importando universidades del exterior. China sorprende por la gran cantidad de universidades de países extranjeros con campi externos en su territorio nacional, los denominados branch university campi. Dentro de la lista de este tipo de universidades, la mayoría procede de países de lengua inglesa. Esto convierte a China en un país importador de educación superior, subordinándola a otros países desarrollados, más que a posicionar su papel hegemónico en el escenario universitario. En el Cuadro 2 se muestra la lista de los branch university campi que hay en China.
País huésped | Universidad en China |
Australia | 1) Sydney Institute of Language and Commerce |
2) Southeast University-Monash University Joint Graduate School (Suzhou) | |
Canadá | 1) Shanghai-Vancouver Film School |
2) Ivey Asia | |
Francia | 1) Asia-Europe Business School |
2) Ecole de Management de Lyon/ Far East University | |
3) Ecole de Management de Lyon/ Sun Yat Sen University | |
Alemania | Sino-Germany College of Applied Sciences of Tongji University |
Irlanda | Beijing-Dublin International College at BJUT |
Japón | DUT-RU International School of Information Science and Engineering at DUT |
Holanda | 1) Sino-Dutch Biomedical and Information Science and Engineering School |
2) University of Groening, Branch Campus Yantai | |
Rusia | Lomonosov Moscow State University |
Corea del Sur | 1) Chungbuk National University |
2) Ulsan Ship and Ocean College at Ludong University | |
Reino Unido | 1) The University of Nottingham Ningbo China |
2) Xi’an Jiatong Liverpool University | |
3) Surrey International Institute Dongbei University of Finance and Economics | |
4) Bangor College of CSUFT | |
5) HBU-UCLan School of Media, Communication and Creative Industries | |
6) China Medical University -The Queen’s University of Belfast Joint College | |
7) SWJTU-Leeds Joint School | |
8) Shanghai International College of Fashion and Innovation, Donghua University | |
9) Manchester Business School-East Asia International Centre | |
Estados Unidos | 1) Georgia Tech Tianjin University Shenzhen Institute |
2) Tianjin Julliard School | |
3) Hopkins-Nanjing Center for Chinese and American Studies | |
4) Sias International University (Henan) | |
5) LNU-MSU College of International Business | |
6) Fort Hays State University (Liaoning) | |
7) University of Michigan-Shanghai Jiao Tong University Joint Institute | |
8) New York Institute of Technology-Nanjing Campus | |
9) New York University Shanghai | |
10) Sun Yat-Sen University-Carnegie Mellon University Joint Institute of Engineering at Sun Yat-Sen University | |
11) Duke Kunshan University | |
12) Wenzhou-Kean University | |
13) Tsinghua-UC Berkeley Shenzhen Institute | |
14) Sichuan University-Pittsburgh Institute | |
15) Fort-Hays State University (Beijing) | |
16) University of Upper Iowa Hong Kong | |
17) Savannah College of Art and Design-Hong Kong | |
18) The University of Chicago Booth School of Business-Hong Kong Campus |
Fuente: elaboración propia basada en los datos de C-BERT, 2017.
Finalmente, un tercer aspecto relacionado con el poder del mercado en la educación superior china tiene que ver con el establecimiento del régimen “Un país dos sistemas”, el cual surgió a raíz de la devolución que hizo Gran Bretaña a China del territorio de Hong Kong en 1997. De esta manera, Hong Kong, que ha llegado a convertirse en una especie de “pequeño laboratorio capitalista” dentro del sistema político comunista chino, vio también transformaciones en sus propias universidades, como menciona Altbach (2013): “Hong Kong decidió invertir significativamente en educación superior en los años 1990s como el territorio que anticipó la transición del colonialismo británico hacia su actual estatus como una región administrativa especial de China” (p. 90).
Asimismo, de acuerdo con los principales rankings universitarios del mundo, China cuenta con mayor cantidad de instituciones de educación superior entre las primeras doscientas posiciones de estas listas que sus vecinos de la misma región, es decir, de Asia del Este
De esta forma, China cuenta actualmente dentro de su territorio con una ciudad que se comporta perfectamente como una entidad 100% capitalista, cosmopolita, donde el inglés es lengua completamente dominada dentro de sus universidades, con los profesores mejor pagados del mundo y con sus tres universidades colocadas en los ranking mundiales.
El papel de la geopolítica de China en la educación superior
A raíz de las políticas educativas que la Unión Europea diseñó y puso en práctica (fundamentalmente el Acuerdo de Bolonia y el Plan de Acción de la Región Europea para la Movilidad de Estudiantes Universitarios, ERASMUS por sus siglas en inglés), otras regiones macrorregionales del mundo tomaron como ejemplo el modelo europeo relativo a la idea de llevar la internacionalización de la educación superior al ámbito regional, aplicando estas acciones educativas entre los países geográficamente próximos, si bien no fueron tan exitosos ni tan amplios como en el caso del de la Unión Europea. Éste fue también el caso de Asia del Este y la Cuenca del Pacífico. En este sentido, de acuerdo con Didou (1998, p. 23):
En la Cuenca del Pacífico, APEC mediante la declaración de Bogor (Indonesia) en 1994 incluyó entre sus áreas de interés la formación de recursos humanos. En paralelo, bajo el impulso del Gobierno de Australia, se instaló el programa de Movilidad Universitaria en Asia Pacífico (UMAP por sus siglas en inglés).
En el caso concreto de China, la regionalización fue utilizada como plataforma para la cooperación universitaria a través de programas de becas que reflejan las estrategias como “Study in Asia” o la beca China-ASEAN para que estudiantes de la macrorregión ASEAN vayan a estudiar maestrías y doctorados en universidades de China (Pan, 2013, p. 255).
En términos geopolíticos, China ha tratado de posicionarse a nivel global a través de la educación superior, colocando “universidades de clase mundial” en las listas de rankings por medio del envío y recepción de estudiantes a través de las fronteras en ambas direcciones, y de la promoción del idioma chino en el mundo. Asimismo, China también ha introducido en algunas universidades programas de doble grado o intercambio con países europeos. Sin embargo, China todavía dista de ser considerada una potencia mundial en materia de educación superior, pues hay todavía una brecha entre la educación superior china y los más avanzados sistemas de educación superior del mundo (Chen y Huang, 2013, p. 104). Uno de los aspectos en los que la educación superior presenta un gran reto por resolver es la capacidad para poder cubrir completamente la cobertura de las personas en edad de cursar la universidad. En este orden de ideas, opina Huang (2007), citado en Feng et al. (2013, p. 267): “China todavía no ha establecido su propio sistema de excelencia académica universalmente reconocido que pueda ejercer influencia a nivel internacional”. Sin embargo, en términos regionales China sí es un gran foco de influencia en materia de educación superior, asumiendo el papel de un país dominante, tratando de hacer resurgir a la “gran China”, si bien tampoco puede considerarse como un centro hegemónico regional, ya que países como Japón, Corea, Taiwán, Australia o Nueva Zelanda son también fuertes competidores de China en el mercado educativo de Asia del Este.
En términos de la cooperación con otros países, China ejerce un papel de promotor de las relaciones Sur-Sur, presentándose ante el mundo como un modelo de país en desarrollo capaz de ayudar a otros países igual o menos desarrollados a mejorar a través de la educación superior. Como ejemplo, podemos mencionar el Fondo para el Desarrollo de Recursos Humanos de África (African Human Resources Development Fund), dependiente del Foro para la Cooperación entre China y África, conocido por sus siglas en inglés como FOCAC (Forum on China-Africa Cooperation), por medio del cual China ofrece becas para profesores africanos del idioma chino que les permiten viajar y estudiar en China y de esta forma expandir la enseñanza de su lengua china en el continente africano. O también el programa de cooperación institucional entre 20 universidades chinas y 20 universidades africanas conocido como “Overseas Youth Volunteer Programme” (Wang, 2013, p. 311).
Por otro lado, China también desempeña el papel de las relaciones Sur-Norte, en el sentido de que envía masivamente más estudiantes chinos a otros países, muchos de quienes ya no regresan. Esto implica un fuerte riesgo de fuga de cerebros, que sólo ha podido revertirse en la medida en que China está creando más cantidad de universidades de clase mundial encaminados a que más chinos permanezcan en las universidades del país, a que se produzca un mayor balance entre las tasas de envío y recepción de estudiantes, y a que más chinos en el extranjero regresen a sus universidades nacionales, sobre todo a raíz del crecimiento económico sostenido que ha tenido China en los últimos años; como apunta Schrock (2010): “Con el reciente desarrollo económico, muchos estudiantes graduados han regresado a China para trabajar en negocios, educación y gobierno”. Es decir, China está gradualmente revirtiendo la tendencia Sur-Norte en cuanto incrementa sus niveles de desarrollo, y eso está impactando en la educación superior.
Prestigio y calidad de la educación superior en China
China ha creado uno de los rankings de universidades mundiales más populares: el Jiang Tong de Shanghai. Ese país, a diferencia de otros países que se muestran críticos ante el sistema de rankings, cree que esto es algo en lo que hay que involucrarse. Una muestra es el posicionamiento que han tenido en los últimos años sus propias universidades dentro de los rankings mundiales. Pues al aventajar a otros países de Asia del Este, se posiciona como potencia regional en educación superior. A continuación, es posible contemplar en el Cuadro 3 la presencia de las universidades chinas en los rankings mundiales de universidades.
Universidad |
Qs World University Rankings |
The
Times Higher Education World Univ. Rankings |
Academic Rankings World Univ. |
Universidad de Pekín | 39 | 29 | 71 |
Universidad de Tsinghua | 24 | 35 | 58 |
Universidad de Hong Kong | 27 | 43 | X |
Universidad de Ciencia y Tecnología de Hong Kong | 36 | 49 | X |
Universidad China de Hong Kong | 44 | 76 | X |
Universidad de Fudan | 43 | X | X |
Fuente: elaboración propia con base en los diferentes rankings universitarios: QS, 2018; Times Higher Education World University Rankings, y Academic Ranking of World Universities, 2017.
Asimismo, de acuerdo con los principales rankings universitarios del mundo, China cuenta con mayor cantidad de instituciones de educación superior entre las primeras 200 posiciones de estas listas que sus vecinos de la misma región, es decir, de Asia del Este (véase Cuadro 4). Lo cual demuestra que, a pesar de ser todavía considerado un país menos desarrollado que los otros países de esta zona geográfica, se ha logrado posicionar arriba en este indicador específico, que si bien no es completamente objetivo para significar que posee mejores niveles de educación superior, tampoco deberían tomarse a la ligera estas estadísticas.
Rankings universitarios | |||
Países de Asia del Este |
Qs World
University Rankings |
Times
Higher Education |
Academic Ranking World University |
Corea del Sur | 4 | 4 | 1 |
China (con Hong Kong) | 12 | 12 | 10 |
Japón | 7 | 2 | 7 |
Malasia | 1 | 0 | 0 |
Singapur | 3 | 2 | 2 |
Taiwán | 1 | 1 | 1 |
Fuente: elaboración propia con base en los siguientes rankings:QS, 2018; Times Higher Education World University Rankings, 2018, y Academic Ranking of World Universities, 2017.
Hay que mencionar que una sola ciudad, Hong Kong, que tiene características propias por ser una región especial por su pasado como “colonia británica” y su capitalismo más fuerte, tiene actualmente tres universidades de investigación altamente posicionadas en los rankings mundiales. De acuerdo con el Times Higher Education: The University of Hong Kong, the Hong Kong University of Science and Technology y the Chinese University of Hong Kong.
Finalmente, habría que resaltar que China tiene la Liga C9, la liga de universidades chinas de élite, que es similar a la Ivy League de Estados Unidos, y está integrada por las siguientes universidades: Universidad de Fudan, Instituto de Tecnología de Harbin, Universidad de Nankín, Universidad de Pekín, Universidad de Shanghai Jiao Tong, Universidad de Tsinghua, Universidad de Ciencia y Tecnología de China, Universidad de Xi’an Jiaotong, Universidad de Zhejiang (Li, 2012).
China y la movilidad estudiantil internacional
China presenta una paradoja en términos de la movilidad estudiantil. Por un lado, es el país del mundo que más estudiantes envía más allá de sus fronteras. Por otro, se ha convertido en uno de los países más populares de destino de estudiantes a nivel mundial. Acerca de esta ambivalencia da cuenta Pan (2013), quien refiere que 25% de los estudiantes internacionales del mundo procede de China, pero que ese país ocupa también el quinto lugar entre los principales lugares de destino de estudiantes internacionales, de acuerdo con Hvistendahl (2008), citado por Pan (2013, p. 250). Como receptor de estudiantes internacionales, China se encuentra sólo por debajo de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Alemania (Cuadro 5). Por lo tanto, considerando que se trata de un país en desarrollo, se puede decir que China se ha posicionado muy bien como país destino de estudiantes extranjeros.
País destino | Total de estudiantes | |
1 | Estados Unidos | 740,482 |
2 | Reino Unido | 427,686 |
3 | Francia | 271,399 |
4 | Australia | 249,588 |
5 | Alemania | 206,986 |
6 | Rusia | 173,627 |
7 | Japón | 150,617 |
8 | Canadá | 120,960 |
9 | China | 88,979 |
10 | Italia | 77,732 |
Fuente: elaboración propia con base en UNESCO, Institute of Statistics, 2014.
Es decir, en términos de movilidad estudiantil China está involucrada tanto en el envío como en la recepción de estudiantes a través de las fronteras. Sin embargo, no siempre ha sido está situación igual, pues de acuerdo con el Ministerio de Educación de China, el papel de ese país como receptor de estudiantes internacionales es demasiado nuevo, logrado apenas en 2007 (Pan, 2013, p. 250).
Es evidente que en esta doble identidad de China tanto fuente como destino de estudiantes a través de las fronteras, tiene lugar el hecho de que ese país sea considerado todavía como un Estado en desarrollo, y por otro lado, también como una potencia mundial emergente. Evidentemente su calidad de país en desarrollo es un factor importante que ha llevado a muchos chinos a estudiar más allá de sus fronteras, en la búsqueda de mejores oportunidades académicas y la posibilidad de permanecer posteriormente en el extranjero. Pero principalmente porque China no es capaz de cubrir toda la demanda de estudiantes chinos dentro de su territorio. De acuerdo con Schrock (2010): “A pesar del crecimiento universitario, China carece de la capacidad para dar alojamiento a todos sus estudiantes calificados. El país ha sido principalmente un exportador de estudiantes hacia las universidades occidentales”. De manera semejante opina Altbach (2013, p. 155):
Actualmente, el “cuello de botella” en el acceso parece estar en las mejores universidades, donde la competencia para entrar es feroz, y todos los estudiantes bien calificados no pueden ser acomodados. Así, un número creciente de los estudiantes chinos más brillantes, quienes de otra manera permanecerían en China si los lugares en las mejores instituciones estuvieran disponibles, están yéndose al extranjero para estudiar licenciatura.
Sin embargo, el hecho de que China se considere actualmente también como una potencia mundial ha motivado el desarrollo de estrategias de internacionalización orientadas a aumentar la cantidad de estudiantes internacionales en su territorio, pues tiene la intención de posicionar sus universidades como de “clase mundial”. Y en esto ejerce un papel muy importante el tener un porcentaje alto de estudiantes internacionales en la matrícula de sus instituciones de educación superior que proyecten la imagen de las universidades chinas como internacionales, generando diplomacia a través de la educación superior. En este sentido, es posible mencionar diversas iniciativas de becas para estudiar en China, como: las Becas del Gobierno Chino, la Becas Gran Muralla China, las Becas de Excelencia para Estudiantes, y las Becas para los ganadores de la prueba de Proficiency para estudiantes internacionales que estudian en China (Pan, 2013, p. 255).
Mientras los países de lengua inglesa más desarrollados se concentran más en la recepción que en el envío de estudiantes internacionales (movilidad internacional en una sola dirección), China se está enfocando más en la movilidad de estudiantes internacionales en ambas direcciones, es decir, tanto orientadas al envío como a la recepción de estudiantes a través de las fronteras. Esto debido a que, si bien China siempre se ha orientado a mandar estudiantes hacia otros países, en años más recientes el Gobierno chino se ha concentrado en incrementar con mayor intensidad el número de estudiantes extranjeros en China. Lo cual se justifica porque en la medida que el crecimiento económico de ese país siga en aumento, habrá el suficiente potencial para invertir en educación superior y crear universidades chinas de gran calidad lo suficientemente atractivas para estudiantes internacionales procedentes de otros países. Esto implicará que las universidades chinas sean lo suficientemente fuertes para competir con las universidades de otros países altamente industrializados de la región Asia-Pacífico.
Adicionalmente, China se ha propuesto también tratar de traer de vuelta a su país a aquellos estudiantes chinos que se fueron a estudiar a otros países, con la finalidad de reducir la llamada “fuga de cerebros”. Menciona Wang (2014): “En China, en años recientes, más y más estudiantes han regresado después de su graduación gracias a los esfuerzos para atraer chinos en el extranjero” (p. 20). Estos estudiantes representan un gran potencial para China por tratarse de talentos nacionales que también se ven incentivados por el imán que representa la economía de China; como apunta Soo (2008, pp. 135-136):
El número de estudiantes realizando cursos en el extranjero se incrementó en el periodo siguiente a la reforma en 1999, pero más recientemente (a partir de 2002) ha mostrado indicios de estancamiento; […] Este estancamiento, sin embargo, no ha reducido el número de estudiantes que realizan sus estudios en el extranjero que regresan a su país; esto se debe en parte debido al rápido crecimiento de la economía china, la cual provee muchas oportunidades para graduados, quienes a menudo son percibidos por tener más habilidades requeridas por los empleadores que los graduados de universidades locales.
Asimismo, por su parte Rucai (2017) menciona que a pesar de que muchos estudiantes chinos que van al extranjero ya no regresan a su país por diversos motivos, como bajos niveles de ingresos o dificultades para realizar investigación, China ha establecido a través de la promoción de diversos estímulos “un canal verde para facilitar el regreso a China del personal de talento de alto nivel en el extranjero” (p. 38).
Los costos de las inscripciones y las colegiaturas en las universidades chinas
De acuerdo con Schrock (2010): “El sistema universitario chino está marcadamente escalonado y los costos pueden ser más altos en las más prestigiosas escuelas en los centros urbanos, pero generalmente las colegiaturas y la vivienda no son caras para los estándares de Occidente”. Esto va en sintonía con un modelo más cooperativo que competitivo, y más enfocado en los aspectos políticos, diplomáticos y culturales que en los económicos. Así como también con la idea de no considerar a la movilidad estudiantil internacional como una simple fuente de ingresos. Por el contrario, un sistema de educación superior mayoritariamente dominado por el Estado y a precios accesibles para el Occidente va de la mano con una movilidad de estudiantes en ambas direcciones.
Es a través de un amplio programa de becas como se logra que muchos estudiantes internacionales puedan estudiar en China con pocos recursos, y de esta forma se logra incentivar la movilidad estudiantil. Menciona Pan (2013): “China provee apoyo gubernamental para subsidiar estudiantes extranjeros e incrementar su capacidad de matriculación. Ofrece una amplia variedad de becas […] a estudiantes internacionales quienes estudian en China por un periodo largo” (p. 255). De acuerdo con Pan (2013), este país ofrece becas amplias para estudiar licenciaturas y posgrados y que incluyen también servicio médico.
Independientemente de las becas, China puede atraer estudiantes internacionales que no están dispuestos a pagar las fuertes sumas de dinero que implica estudiar en países mucho más caros como Japón o Australia. Por esta razón, China es capaz de ofrecer una educación superior en un país cuyo costo de vida es más barato que en otros países de Asia del Este, con un objetivo que no está fundamentalmente centrado en una motivación económica sino más bien política. Su-Yan Pan (2013) considera que “reclutar estudiantes internacionales constituye una parte importante de estrategia diplomática de China, así como de su agenda política y económica”. De manera diferente a países como Australia, donde los estudiantes internacionales son más bien una fuente de divisas, es decir, una mercancía, China los considera más como un instrumento político para la cooperación.
Aun en Hong Kong, que tiene una economía con un capitalismo más agresivo que el que existe en China continental, las universidades de esta ciudad, que además son de alto nivel, “todas las universidades de Hong Kong son instituciones públicas, con buen apoyo financiero del Gobierno; y todas cobran a los estudiantes una cuota relativamente modesta” (Altbach, 2013, p. 90).
Los idiomas de enseñanza en la educación superior: chino versus inglés
China es de los países que está consciente de la doble ventaja que implica tanto incrementar la enseñanza del inglés como difundir el idioma chino mandarín a nivel mundial para impactar en los beneficios de la internacionalización de la educación superior. De acuerdo con una investigación realizada por Yuan Gao (2015, p. 364):
Los programas ofrecidos en una lengua extranjera, particularmente en inglés, fueron resaltados por la mayoría de las universidades chinas entrevistadas como un objetivo actual en su práctica. Las universidades emblemáticas han realizado inversiones sustanciales en China para el desarrollo de cursos en inglés.
Evidentemente el inglés es el idioma de la internacionalización de las universidades, el cual ha hecho posible que muchos chinos vayan a estudiar a otros países, y que académicos realicen investigaciones conjuntas con otros países del mundo y publiquen en revistas especializadas internacionales. Como apuntan Bolton y Botha (2015, p. 207), una de las motivaciones principales de los chinos para aprender el inglés radica en el hecho de que muchos estudiantes chinos han ido a estudiar a Estados Unidos, Gran Bretaña y Australia (todos ellos países desarrollados de habla inglesa). Particularmente, Estados Unidos es el principal destino de los estudiantes chinos. Y desde la perspectiva estadounidense, son los estudiantes chinos quienes ocupan el primer lugar en cuanto al país de origen de estudiantes internacionales en Estados Unidos. Adicionalmente, Bolton y Botha (2015, p. 207) mencionan también como otra motivación importante que ha impulsado a aprender el inglés, el hecho de que “las universidades chinas se han incrementado de acuerdo con su propia publicidad como ‘universidades internacionales’”.
Por su parte, la difusión del idioma chino mandarín ha ido en incremento de manera continua. A pesar de ser uno de los idiomas más complicados de aprender en el mundo, China se ha preocupado por difundir cada vez más la lengua china como forma de internacionalizar su educación superior. Ejemplo de esto es la difusión del idioma y la cultura de China a través de los Institutos Confucio, que tienen presencia dentro de universidades extranjeras y están indisolublemente ligados al proceso de internacionalización de la educación superior.
Finalmente, hay que mencionar que gracias al inglés, China ha logrado posicionar varias de sus universidades en los rankings mundiales, ha podido incrementar la movilidad de estudiantes y profesores a través de las fronteras y ha podido internacionalizar su investigación. Como mencionan Yang y Welch (2012): “En años recientes, hay más científicos chinos trabajando como líderes de equipos de investigación internacional, y más investigadores extranjeros que llegan a China para laborar” (p. 655).
Asimismo, China también ha incrementado el número de artículos publicados en revistas especializadas, convirtiéndose en el segundo país con mayor número de artículos con revisión internacional a nivel mundial, después de Estados Unidos, superando a Gran Bretaña y a Japón (Yang & Welch, 2012, p. 661).
Discusión
La internacionalización de la educación superior en China parece seguir un esquema híbrido, es decir, tanto enfocado hacia la cooperación como hacia la competencia. Siendo éste un país de grandes contrastes políticos, económicos y culturales, se puede afirmar que también en el proceso de la internacionalización de la educación superior, China se comporta de modo ambivalente. Por un lado, no puede alojar a todos sus estudiantes en su propio territorio nacional a pesar de tener el sistema de educación superior más grande del mundo. Y por otro, está buscando llegar a posicionarse como una gran potencia en materia de educación superior al tratar de emular a Estados Unidos con una liga de universidades de alto prestigio. Después de haber analizado las categorías estudiadas, en China parece tener igual importancia el papel que desempeña el Estado como el del mercado en la educación superior. Prueba de esto es que a pesar de que el Estado sigue siendo el actor dominante en el rol que ejercen las universidades chinas, la relación de éstas con las empresas privadas, así como la existencia de universidades particulares y de branch university campi ocupa también un papel fundamental.
Para China, la geopolítica cumple un papel de construir un ambiente pacífico orientado al entendimiento de otros países a través de la internacionalización de la educación superior, donde es más importante la diplomacia y la cultura que la motivación económica. Sin embargo, China no oculta sus imperativos hegemónicos en la región de Asia del Este, queriendo resurgir a la “gran China”, y el mundo de la educación superior constituye un fuerte instrumento para conseguir dichos objetivos.
En cuanto al prestigio y la calidad de la educación superior, para China sí parece fundamental posicionarse en los rankings universitarios, al igual que ocurre con los países más desarrollados del mundo, principalmente los angloparlantes. Incluso formó una liga de universidades chinas de élite llamada C9.
La movilidad estudiantil se registra en ambas direcciones, con un sentido más diplomático que económico. Aunque todavía le falta mucho para tener un balance entre los estudiantes que envía a otros países y los estudiantes internacionales que recibe. Esto es importante porque si China pretende no sólo desarrollarse más como país, sino también convertirse en la próxima hegemonía mundial, tendrá que corregir este desbalance. Para esto tendrá que incrementar el número de universidades de calidad capaces de cubrir una mayor demanda dentro de sus fronteras, para evitar el gran éxodo de estudiantes chinos. Aunque ya lo está haciendo a través de la creación de universidades de clase mundial.
Los costos de las cuotas universitarias no son tan altos en comparación con los de Occidente. Lo que indica que China no pretende seguir el camino de países como Estados Unidos o Inglaterra en cuanto a hacer de la educación superior una fuente importante de divisas, sino más bien perseguir una mayor cooperación académica y utilizar su sistema de educación superior como forma de diplomacia política a nivel mundial.
En cuanto a la lengua de enseñanza, China se ha inclinado tanto en difundir el inglés como el chino. Por un lado, le apuesta al idioma inglés por ser el idioma más internacional del mundo y particularmente del académico, en que están escritas la mayoría de las publicaciones científicas, así como también el que permite que más cantidad de estudiantes, profesores e investigadores puedan moverse a través de las fronteras. Por otro, China ha hecho una gran promoción de su propia lengua, el chino mandarín, utilizándola también como un instrumento de internacionalización de sus universidades, el cual ya ha llegado también a posicionarse entre los idiomas más importantes del mundo académico.
De todo lo anterior se desprende que, si bien es evidente que China tiene un gran vínculo con el papel del Estado en la educación superior, así como de una internacionalización educativa orientada más por lo político y lo diplomático, algunos elementos hacen suponer que este país también tiende a comportarse en algunos aspectos de manera similar a la orientación neoliberal, como ocurre con los países más desarrollados de lengua inglesa del mundo. Sin embargo, el hecho de que este país combine de manera balanceada tanto elementos del modelo cooperativo como del competitivo, se podría llegar a la conclusión de que China, en términos de la internacionalización de la educación superior, constituye un modelo híbrido.