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Historia mexicana

On-line version ISSN 2448-6531Print version ISSN 0185-0172

Hist. mex. vol.71 n.4 Ciudad de México Apr./Jun. 2022  Epub Apr 04, 2022

https://doi.org/10.24201/hm.v71i4.4095 

Reseñas

Sobre Ricardo Martínez Esquivel (coord.), Los chinos de ultramar: diásporas, sociabilidad e identidades

Greta Bucher* 

*Universidad Iberoamericana

Martínez Esquivel, Ricardo. Los chinos de ultramar: diásporas, sociabilidad e identidades. Ciudad de México: Palabra de Clío, 2018. 349p. ISBN: 978-607-970-481-0.


Aun cuando la migración es un proceso intrínseco a la historia humana, no deja de ser un proceso complejo, tanto para las personas que dejan sus lugares de origen como para las sociedades en las que llegan a establecerse. La migración implica retos de asimilación sociocultural y económica, al tiempo que provoca, en la mayoría de los casos, temor sobre las posibles distorsiones que los inmigrantes pudieran suponer tanto para el tejido social como para la economía local de la comunidad receptora. Pese a lo anterior, la migración también puede conllevar a un acercamiento sociocultural, a la creación de nuevas identidades culturales y al desarrollo económico.

De acuerdo con datos del Informe sobre las Migraciones en el Mundo 2018, de la Organización Internacional para las Migraciones, el número estimado de migrantes internacionales ha aumentado en las últimas cuatro décadas. En 1990 se calculaba un total de 153 millones de migrantes, cifra que aumentó en casi 100 millones para 2015, año en el que se estimó la existencia de 244 millones de migrantes.1 Es decir, la tendencia es a la alza, y según las proyecciones hechas en el año 2000 por la misma organización, el ritmo de crecimiento será cada vez mayor. Sin embargo, respecto a la población mundial, el porcentaje de migrantes permanece relativamente estable: para 1990 los migrantes representaron el 2.9% de la población mundial, mientras que representaron el 2.8% y el 3.3% para 2000 y 2015, respectivamente.2

El aumento reciente de la migración internacional por conflictos, persecuciones, falta de oportunidades y seguridad, entre otras causas, ha ido acompañada de un creciente rechazo hacia los migrantes, los “otros”. Este rechazo, además, ha sido fomentado por la tendencia internacional del establecimiento de regímenes políticos xenófobos, nacionalistas y aislacionistas, cuyas retóricas se basan en la exacerbación de “ellos y nosotros”, mediante vías democráticas. Líderes como Donald Trump en Estados Unidos, el recién reelecto Narendra Modi en la India o Jair Bolsonaro en Brasil, son algunos ejemplos de ellos.

El caso de la diáspora china -actualmente cerca de 50 millones de personas esparcida en los cinco continentes- es histórico y socioculturalmente relevante dados los retos de inserción, adaptación y aceptación que tuvo que enfrentar. A finales del siglo XIX y durante la primera mitad del XX, China atravesó por un periodo bastante caótico. El país enfrentó una enorme crisis política que llevaría al fin del periodo dinástico con la caída de la dinastía Qing en 1912, a la instauración de un régimen republicano de corta duración y, posteriormente, a una guerra civil entre nacionalistas y comunistas que no sólo lucharon entre ellos, sino que también tuvieron que enfrentar la invasión japonesa dentro del marco de la segunda guerra mundial.

Finalmente, la guerra concluyó, los japoneses fueron expulsados y la República Popular China se instauró bajo el liderazgo de Mao Zedong el 1o de octubre de 1949. Junto con todo lo anterior, hay que añadir que, de forma paralela, la sociedad también enfrentó los efectos de desastres naturales, sobrepoblación, escasez e inestabilidad económica. Todo esto llevó a que una gran cantidad de población china no encontrara otra solución más que abandonar su lugar natal y migrar en búsqueda de nuevas oportunidades.

Al salir de China, esta comunidad llevó consigo su historia y su cultura, manteniendo fuertes lazos familiares y de identidad. Su inserción socioeconómica fue más exitosa en unos casos que en otros, en donde no fueron del todo bien recibidos. Sin embargo, sea como haya sido, la diáspora china tuvo una influencia especial en los puntos del sudeste Asiático y de América Latina y el Caribe (ALC) en los que se establecieron.

Los chinos de ultramar: diásporas, sociabilidad e identidades, coordinado por el historiador Ricardo Martínez Esquivel, analiza, mediante diferentes perspectivas disciplinarias, los retos que la diáspora china y las sociedades receptoras, tanto en el sudeste asiático como en ALC, enfrentaron, así como los diferentes procesos de asimilación, o la ausencia de ellos, que se desarrollaron tras la llegada de estos inmigrantes. A lo largo de 13 textos se demuestra cómo, a pesar de la distancia geográfica, China, su cultura y sus tradiciones, de una u otra manera, están inmersas en las sociedades receptoras y cómo la diáspora china ha influido en el desarrollo económico, social y político de éstas, a pesar de haber enfrentado en muchos casos políticas xenófobas. La influencia sociocultural china fue tal en ciertos casos que contribuyó a los procesos de creación de identidades nacionales en muchos de los países de ALC durante el siglo XIX, ya fuera fusionando la cultura del “otro”, en este caso al chino, hasta que se volviera parte de la sociedad -como fue en el caso argentino, tailandés o cubano- o definiendo la identidad nacional a partir de su rechazo, como fue el caso de Costa Rica e incluso de México.

Grosso modo, el libro se divide en tres secciones temáticas. La primera analiza la migración china en el sudeste asiático. Manel Ollé, en su texto “Del barrio al océano: los chinos de Manila entre el comercio del galeón, la convivencia municipal y las redes diásporas regionales”, estudia los cambios en las dinámicas relacionales de los chinos en Manila durante los siglos XVI al XVII, momento en que Filipinas era parte del imperio español. Las relaciones en un inicio surgieron a partir de los vínculos comerciales entre ambos imperios gracias al galeón de Manila y, posteriormente, continuaron desarrollándose gracias a la migración china, la cual aumentó de forma gradual debido a que las condiciones climáticas impedían el regreso de los comerciantes chinos a Fujian.

Por su parte, Romer Cornejo, en su texto “Los chinos en el sudeste de Asia. Consideraciones sobre el estudio de las minorías chinas en Indonesia, Malasia y Tailandia”, analiza la percepción de la comunidad de origen chino en estos tres países. Romer sostiene que mientras en Indonesia existe un resentimiento en contra de la población china en términos generales, dependiente en gran medida del estrato socioeconómico de cada individuo, el autor encuentra que en Malasia y en Tailandia existe una mayor asimilación sociocultural, aunque inconclusa. Otro aspecto relevante de este artículo es el papel del confucianismo en estas sociedades surasiáticas, en especial la relevancia de dichos valores tradicionales en el desarrollo del capitalismo de la región.

El segundo eje temático son los resultados del proyecto de investigación conjunto de la Universidad de Costa Rica, la Universidad Nacional de Educación a Distancia y la Ameriber titulado “Recuperación de la memoria histórica de la inmigración china en Costa Rica: 1896-1897”. En esta segunda sección, el trabajo de Ronald Soto-Quirós, “El decreto de prohibición de ingreso de chinos en Costa Rica, 1896-1897”, trata sobre las políticas históricas migratorias en contra de la población de origen chino en Costa Rica entre mediados del siglo XIX y principios del XX. El autor analiza el desarrollo legislativo que llevó a la prohibición de chinos en el país en 1897. Si bien surgió un sentimiento antichino relativamente generalizado en Costa Rica y en Centroamérica, el autor concluye que existieron ciertos actores divergentes contrarios al modelo racista y xenófobo de la época.

El ensayo de Alonso Rodríguez Chaves y Francisco Li González, “Asociacionismo chino en Puntarenas en el cambio de siglo del XIX al XX: sociabilidad y defensa de intereses comunes”, profundiza sobre el proceso de inserción social de inmigrantes chinos en Costa Rica, específicamente en el puerto de Puntarenas y las comunidades aledañas durante finales del siglo XIX e inicios del XX. Narran cómo, mediante conductas asociacionistas y fuertes lazos de solidaridad, la población china logró un desarrollo económico ascendente -al tiempo que protegió su identidad cultural-, contribuyendo simultáneamente al enriquecimiento cultural y económico de las comunidades receptoras.

Mientras tanto, el capítulo de Lai Sai Acón-Chan, “De ‘Puntalín’ a Guanacaste: el aporte de los inmigrantes chinos al desarrollo so cio eco nó mi co de la ciudad de Cañas, Costa Rica”, analiza a un grupo de descendientes chinos asentados en la villa de Cañas desde finales del siglo XIX: sus medios de sobrevivencia sociocultural, identitaria y comercial, y las formas en que las prácticas asociacionistas desarrolladas en un inicio en Puntarenas impactaron sobre el desarrollo so cio eco nó mi co de esta zona. La autora concluye, entre otras cosas, que los primeros migrantes, provenientes de la ciudad de Cantón, abrieron el camino para que nuevas generaciones de inmigrantes chinos se asentaran en Cañas, todos ellos realizando aportaciones benéficas a la comunidad.

La tercera sección temática se enfoca en los procesos de inserción socioeconómica contemporánea de los descendientes chinos en ALC. En “Construyendo una comunidad imaginada en Cuba: Fraternidad Lianhe, 1938-1944”, David L. Kenley estudia el desarrollo de la identidad china en La Habana, Cuba. Para ello, analiza el papel que tuvo la prensa en el desarrollo de la identidad de los inmigrantes chinos que arribaron a fines del siglo XIX como mano de obra, tanto calificada como no calificada. De acuerdo con el autor, el periódico Fraternidad o Lianhe ayudó al surgimiento del nacionalismo chino y del sentido de identidad cubano-chino en La Habana. Asimismo, contribuyó al desarro llo de un sentimiento de solidaridad por las masacres realizadas durante la invasión japonesa a China durante la segunda guerra mundial.

Martín Alessandro Picos Benítez aborda la migración china en México, específicamente en el estado de Sinaloa, en su texto “Migración transnacional: la inserción socioeconómica de los inmigrantes chinos en Sinaloa”. A lo largo del mismo, examina los diferentes procesos de integración social de la diáspora china mediante un estudio comparativo de tres ciudades sinaloenses: Mazatlán, Culiacán y Los Mochis. A pesar de que el arribo de la comunidad china en Sinaloa tuvo una percepción negativa desde un inicio -atribuida en gran medida al Acta de Exclusión de ciudadanos chinos en Estados Unidos de 1882-, el autor señala cómo los flujos migratorios de población china ha sido constate y va en aumento. Ello a pesar del clima de violencia e inseguridad derivada de la lucha gubernamental contra el narcotráfico iniciada en 2006. Sin embargo, a pesar de un creciente flujo migratorio y de los intercambios socioeconómicos existentes, persiste una tendencia asociacionista de la comunidad china en Sinaloa.

Por su parte, en el capítulo titulado “De las políticas de la pertenencia a las políticas de la indiferencia: el caso de las familias chino-mexicanas, 1880-1978”, Mónica Georgina Cinco Basurto estudia el caso de familias chinas asentadas en el norte de México, las cuales sufrieron campañas antichinas durante la primera mitad del siglo XX, motivo por el que fueron obligadas a salir del país (de manera voluntaria o forzada) y volver a China como individuos sin nacionalidad. Treinta años más tarde, muchos de ellos intentaron regresar y ser reconocidos como mexicanos. La autora reconstruye y analiza el proceso de construcción de los estados de excepción y de las políticas de indiferencia del Estado mexicano derivado del racismo surgido en el país, las cuales durante más de tres décadas mantuvieron a un gran grupo de chinos-mexicanos en un peligroso estado de vulnerabilidad, en especial a mujeres y niños.

A continuación, Ivonne Virginia Campos Rico e Isaura Cecilia García López investigan el valor simbólico y sociocultural de la gastronomía china durante una de las celebraciones tradicionales más relevante para los chinos: la fiesta del año nuevo. En “Banquete, manjar y antojo: cultura culinaria de los inmigrantes chinos en la Ciudad de México durante las celebraciones del Año Nuevo Chino” se demuestra el proceso de inserción sociocultural en la ciudad de México de los inmigrantes chinos. Las autoras se basan en el estudio de la proliferación de los negocios de comida china desde la primera década del siglo XX durante la celebración del Año Nuevo Chino que cada año se realiza en el Barrio Chino de la Ciudad de México, en el cual la gastronomía se ha convertido en un elemento de cohesión social entre los descendientes de los inmigrantes chinos y la comunidad mexicana.

Pablo A. Baisotti, en “Inmigración china en Argentina. Historia de un creciente entendimiento ‘popular’”, también parte de la relevancia de la celebración del Año Nuevo Chino. Sin embargo, lo aborda desde una perspectiva diplomática, afirmando que tal celebración ha permitido el acercamiento cultural en una nueva generación de chinos-argentinos. A lo largo de su análisis, el autor logra demostrar cómo estas nuevas generaciones crearon “puentes de entendimiento” culturales gracias a los cuales el “otro” se transformó en “igual”. Factores que contribuyeron a esto fueron el desarrollo del estudio del idioma chino desde diferentes centros de estudio, siendo el Instituto Confucio uno de los más relevantes, el cine, la literatura y las festividades tradicionales chinas, en particular la celebración del año nuevo en el Barrio Chino de Belgrano, en la cual también se incluyen tradiciones y bailes argentinos.

Finalmente, Ricardo Martínez Esquivel, en su artículo “‘Jugando con las identidades’: el Estadio Nacional y el Barrio Chino de San José en el restablecimiento de las relaciones entre China y Costa Rica”, cuestiona el establecimiento de relaciones diplomáticas entre la República Popular y el país centroamericano (2007) en detrimento de la República de Taiwán, lo cual, a su vez, llevó a la construcción del Estadio Nacional de futbol costarricense en 2011, financiado en su totalidad por el gobierno chino, y a la construcción de un Barrio Chino en San José.

Como sostiene el autor, el estadio representa el pilar más fuerte de la chinitud en Costa Rica, mientras que la construcción del Barrio Chino en San José, de “generación espontánea” y “sin chinos”, deja claro la ausencia del reconocimiento de los aportes socioeconómicos y culturales de la comunidad china en el país tico. Asimismo, estos proyectos de infraestructura construidos desde arriba no lograron solucionar los conflictos de identidades imperantes en Costa Rica, donde las personas con rasgos fenotípicos asiáticos, los “chinos”, no han dejado de ser los “otros”, aun cuando hayan nacido en suelo costarricense y hayan ayudado a construir en gran medida la identidad cultural tica. Es decir, la creación de un Barrio Chino de “generación espontánea” no logró una inserción sociocultural positiva de los descendientes de inmigrantes chinos en Costa Rica, sino que mantuvo, o tal vez reforzó, el imaginario de la identidad cultural tica definida, desde su concepción, frente al rechazo del “otro”.

Estudiar la diáspora china y sus procesos de inserción socioculturales y económicos en diferentes puntos del sudeste asiático y de ALC, conocerla, analizarla, comprenderla es imprescindible para cualquier estudioso de China. Los chinos de ultramar son un reflejo de sus orígenes, su cultura y su historia. Pero también son un elemento presente en las historias y culturas surasiáticas, latinoamericanas y caribeñas. Ya sea que haya existido una inserción sociocultural exitosa o permee un rechazo a la inmigración china o a los descendientes de ésta, los chinos de ultramar han contribuido a la construcción de identidades nacionales y a los procesos de desmantelamiento de políticas xenófobas o racistas surgidas en muchos puntos de ALC durante los siglos XIX y XX.

En términos políticos y económicos, son tal vez también la razón por la que en muchos casos se hayan intensificado los lazos entre la República Popular y otros países, hayan surgido comunidades prósperas o incluso se haya continuado con la diferenciación del “otro”.

El libro demuestra la condición intrínseca de la migración a la condición humana, siempre una constante presente en la movilidad de las personas a pesar de los regímenes nacionalistas, xenófobos y aislacionistas existentes en el pasado o en la actualidad. Asimismo, las investigaciones presentadas van más allá del paradigma tradicional de migración norte-sur, ya que estudian problemáticas mucho más complejas derivadas de las migraciones sur-sur.

Ahora bien, si bien el texto aborda cuestiones de gran relevancia, también presenta nuevas incógnitas que deberán resolverse. ¿La diáspora china es un elemento relevante en la política exterior del actual gobierno chino y será utilizada como un elemento para continuar expandiendo una política exterior “suave”? ¿Los descendientes de los inmigrantes chinos continuarán manteniendo lazos socioculturales con sus comunidades de origen a pesar del paso del tiempo? ¿Continuarán las prácticas racistas y xenofóbicas hacia las comunidades chinas establecidas en el sudeste asiático y ALC, disminuirán con el paso del tiempo y eventualmente surgirán puentes de entendimiento con las comunidades receptoras o aumentará el rechazo hacia el “otro”? ¿El creciente poder económico, militar y político de la República Popular influenciará en la percepción que se tiene de los chinos de ultramar? ¿Qué papel tendrá la tendencia internacional del surgimiento de regímenes xenófobos, aislacionistas y nacionalistas en la percepción de estas (y otras) comunidades de migrantes? Muchas preguntas que plantean la necesidad de continuar analizando y debatiendo estos temas en ediciones subsecuentes.

1Organización Internacional para las Migraciones, Informe sobre las migraciones en el mundo 2018, en https://publications.iom.int/system/files/pdf/wmr_2018_sp.pdf. Consultado el 10 de mayo de 2019.

2Organización Internacional para las Migraciones, Informe sobre las migraciones en el mundo 2018, en https://publications.iom.int/system/files/pdf/wmr_2018_sp.pdf. Consultado el 10 de mayo de 2019.

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