Señor editor: La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2018-19 (Ensanut 2018-19) ha arrojado resultados interesantes en todos los aspectos. En esta ocasión hago referencia al artículo “Magnitud y tendencia de la desnutrición y factores asociados con baja talla en niños menores de cinco años en México, Ensanut 2018-19” con el fin de contextualizar algunos datos.1
En el artículo mencionado, los autores hacen referencia al término “baja talla” como un sinónimo de “desnutrición”, lo cual no es del todo correcto. La definición de baja talla corresponde a una estatura menor a -2 desviaciones estándar por debajo de la media poblacional, y esta medición es independiente del peso.2
La estatura es un parámetro auxológico primordial para determinar la salud de un niño y es el resultado de una expresión multifactorial de características, incluida la acción de hormonas, factores ambientales, factores psicosociales y la genética de la familia. En este sentido, los problemas del crecimiento pueden representar un rasgo hereditario (como en el caso de la estatura baja familiar o el retraso constitucional del crecimiento) o una representación de enfermedad.3
Por lo anteriormente mencionado, considero importante que se haga la distinción entre ambos problemas de salud, ya que existen grandes diferencias en el contexto clínico. También cabe aclarar que tomar en cuenta las características demográficas propias de la población puede hacer una gran diferencia a la hora de emitir conclusiones como las que se muestran en el artículo mencionado.4