Querido editor:
Con relación al artículo, Depresión, ansiedad y conducta suicida en la formación médica en una Universidad en México1, publicado en la revista que usted coordina.
Es ajeno a muy pocas personas que los estudiantes y profesionales de las áreas de ciencias de la salud, particularmente la medicina, son especialmente proclives a desarrollar trastornos de ansiedad, depresión, síndrome de Burnout o incluso ideas suicidas2.Diversos estudios con diseños diferentes, poblaciones y muestras lo han confirmado así.
Es evidente que los estudiantes de pregrado, así como los residentes y los médicos adscritos tienen índices más altos de todas estas condiciones mencionadas que la población en general. Las diferentes causas han sido investigadas de igual forma y son muy variables. Por mencionar algunas son: mal desempeño escolar, falta de sueño, convivencia con pacientes graves y muerte, situación económica adversa, antecedentes familiares de depresión, etc3. Resulta preocupante entonces que el personal médico reconozca en ellos estos problemas, no los comunique y no busque atención especializada, resultando en deficiencias personales y laborales que repercuten en sus pacientes y en ellos mismos4.
Todo esto ha quedado claro desde hace tiempo pero la respuesta de las instituciones y facultades para atender esta problemática no ha sido eficiente del todo. Es imperioso entonces, que haya mejores departamentos psicopedagógicos y profesionales (psicólogos y psiquiatras) dedicados a atender a este grupo de riesgo desde las universidades. Deben procurarse citas frecuentes para que se puedan diagnosticar y tratar con prontitud estos trastornos del estado de ánimo y disminuir las altas prevalencias que se tienen en la carrera de médico cirujano.