Introducción
En agosto de 2020 decenas de miles de estudiantes de la etnia mongol protestaron en las calles de las principales ciudades de la Región Autónoma de Mongolia Interior (en adelante también “Mongolia Interior” o RAMI), al norte de la República Popular China (RPCh), en respuesta a los planes del departamento de educación de la región para cambiar el idioma de la enseñanza del mongol al chino. Incluso, se dice que un estudiante se suicidó ante la presión de las autoridades para el cese de las protestas (Qiao, 2020). Ante esto, el Gobierno de la RPCh aclaró que “surgieron malos entendidos” por la política de la denominada “educación bilingüe” que se fomenta en la RAMI, además de enfatizar que “la falta de información ha mal guiado al público, con la posible interferencia de separatistas del exterior” (Liu, 2020). Lo que parecía ser un problema cultural, terminó por presentarse como un problema geopolítico.
Lo anterior contrasta con dos ideas usualmente vinculadas con Mongolia Interior. La primera es que la RAMI es usualmente presentada por el Gobierno chino como un modelo a seguir en cuanto a la gestión de los asuntos de las minorías nacionales en China. Precisamente en el marco de la IV sesión de la XIII Asamblea Nacional Popular (llevada a cabo del 5 al 11 de marzo de 2021), el presidente de la RPCh y secretario general del Partido Comunista de China, Xi Jinping, participó en las deliberaciones de la delegación de Mongolia Interior para dicha sesión, denominó a la RAMI una “región autónoma modelo” y la caracterizó como “una barrera de seguridad y estabilidad para la patria china en las fronteras del norte” (Yang, 2021).
La segunda idea, derivada de la primera, es que a diferencia de las regiones autónomas de Tíbet o Xinjiang, Mongolia Interior parece no manifestar tendencias separatistas, etnonacionalistas o de irredentismo, situación probablemente debida a la trayectoria histórica de la región que facilitó la anexión a la RPCh -cabe recordar, por ejemplo, que la RAMI fue fundada incluso antes que la misma República Popular China, en 1947- (Bulag, 2002), a la falta de apoyo internacional que no alimentó un activismo separatista en la región (Han, 2011), cuestiones que han derivado en otros movimientos distintos y sintomáticos de la identidad étnica, como el etnoambientalismo (Baranovitch, 2016). Esto confirmaría, en parte, la tesis de Gutiérrez Chong (2011, p. 11), quien establece que la operatividad política y territorial de la autonomía regional ha buscado neutralizar las aspiraciones a la autodeterminación, de manera que la visibilidad política de la etnicidad -mongola, en este caso- se desenvuelve en el ejercicio pragmático de una política de autonomía en un territorio determinado. Pero, a diferencia de ese argumento, en este texto se afirma que en el caso particular de la RAMI la situación geopolítica regional desempeñó un papel clave para neutralizar las aspiraciones de autodeterminación de la región.
La Región Autónoma de Mongolia Interior y su estatus en la política interna de China, así como su papel en la geopolítica regional, es un tema prácticamente sin estudios en la literatura académica de habla hispana. Con este artículo se pretende llenar este vacío en el conocimiento. En esta línea, y tomando en cuenta las particularidades de la RAMI ya mencionadas, el manuscrito parte de la pregunta de investigación: ¿por qué el Gobierno de la RPCh dirigió esfuerzos para la integración de los pueblos mongoles a China? A manera de hipótesis, se argumenta que, debido a la cercanía de la República Popular de Mongolia (en adelante también RPM) a la Unión Soviética (también URSS), el Gobierno de la RPCh identificó al espacio geográfico conocido como “Mongolia Interior” como una región estratégica que funcionara como “zonatapón” bajo control directo para enfrentar la influencia soviética del norte, por lo que la integración de los pueblos mongoles a la cultura, economía y política de la China popular fue una cuestión geoestratégica.
Para desarrollar el argumento, el artículo se divide en tres apartados. En el primer apartado se desarrolla el concepto de “zona-tapón” a manera de marco teórico-conceptual, esto a partir de los procesos históricos regionales. En el segundo apartado se analizan las principales políticas de integración del Gobierno chino desde la fundación de la República Popular China, en 1949, hasta el inicio de la Revolución Cultural en 1966, enfatizando la integración de la RPM en 1961. La razón de esta delimitación temporal yace en que parte de la racionalidad geoestratégica detrás de la integración de Mongolia Interior a China dependía de los vaivenes geopolíticos regionales, de los cuales la Unión Soviética, pero más importante la República Popular de Mongolia, eran protagonistas. Aunado a esto, y como se explicará en el texto, el inicio de la década de 1960 marca un parteaguas en las políticas de integración de Mongolia Interior debido al inicio de la Revolución Cultural. En el tercer apartado se ofrece una serie de consideraciones finales y se proponen algunas líneas de investigación a desarrollar.
Antes de iniciar, cabe destacar una nota sobre las fuentes. Para el estudio de procesos económicos, políticos y sociales en la RPCh se cuenta con los denominados “registros de asuntos importantes” (大事记 dashiji),2 los cuales son definidos como “documentos prácticos” usados por agencias gubernamentales, empresas o instituciones académicas, y cuyo formato se basa en el registro sintetizado de acontecimientos significativos ordenados por año, mes y día (Li, 2020). Por esto resultan una fuente primaria invaluable, aunque probablemente sesgada debido a su origen “oficial”. Para el objeto de estudio, se pudieron consultar de manera digital los “registros de asuntos importantes” de la RAMI desde 1949 en sitios web como Diario del Pueblo, Xinhua y Red Situación de la Región Autónoma de Mongolia Interior (en adelante, referida como RSRAMI).
Mongolia Interior como zona-tapón
En geopolítica clásica, un “tapón” (buffer) es usualmente asociado con la posición y el papel que un Estado desempeña en una región determinada, de manera que un “Estado-tapón” (buffer State) es un país pequeño o débil que absorbe y amortigua posibles contiendas entre países circundantes más poderosos (Kelly, 2006, p. 11).
Sin embargo, ¿se podría hablar de una región que, sin ser necesariamente un Estado, desempeña la misma función de “tapón”? Para esta sección se ofrece el argumento de que Mongolia Interior es un espacio que presenta las características de un “Estado-tapón”, pero que la pertenencia a la RPCh y el proceso histórico de alejamiento de la RPM hace necesario formular un concepto más adecuado para caracterizar el papel geopolítico de la región autónoma.
Para empezar, es importante comprender que tanto el país como la región autónoma de Mongolia han sido espacios ubicados tradicionalmente en la periferia china, estatus que paulatinamente fue virando hacia el centro en la medida en que se configuraban las relaciones euroasiáticas de poder político. Para este punto el concepto de “centro-periferia” de Granados (2012, p. 158) resulta útil, el cual se define como el espacio cuya importancia es determinada por los procesos políticos coyunturales para la toma de decisiones.
Sin ánimos de estudiar toda la historia del surgimiento de los pueblos mongoles y su relación con China, baste señalar que la región de Mongolia fue centro de las consideraciones geopolíticas de la dinastía Qing (1644-1912), primero, por la cercanía cultural y étnica de los mongoles y los yurchen (o también manchúes) (Li, 2002, pp. 16-18), y después por el valor de las tierras para el sistema de pastoreo que se fomentó en la región de Mongolia Interior durante la misma dinastía (Bello, 2016, pp. 116-117). Cabe destacar que la distinción entre “Mongolia Exterior” y “Mongolia Interior” adquirió un acento durante la dinastía Qing, misma que se encargó de delinear un espacio que confinara a los pueblos mongoles y los vinculara con el ganado, además de involucrar a Mongolia Interior en los procesos políticos Qing -particularmente frente a la presencia europea en el siglo XIX-, situación en la que Mongolia Exterior tuvo una limitada participación (Bello, 2016, p. 120; Fletcher, 1978, p. 352).
La expansión simultánea del Imperio ruso hacia el este y manchú hacia el centro-oeste de China creó una frontera que mantenía latente el choque entre ambos actores. Para lidiar con esto, los manchúes fomentaron alianzas con los pueblos mongoles, sometieron bajo control directo a Mongolia Interior en 1636, llegaron a controlar el extremo oriental de la actual Mongolia durante el periodo 1655-1691, y conquistaron a los mongoles oirates de Zungaria en 1750 (Urbansky, 2020, p. 18). De ahí la trascendencia geopolítica de la región para asegurar la frontera. El control manchú de los pueblos mongoles no estuvo exento de dificultades, situación demostrada por la gran rebelión de Mongolia Exterior de 1756-1757, la cual, cabe destacar, tuvo un componente étnico, pues estuvo dirigida particularmente contra los mercaderes chinos de la etnia han (Bawden, 1967/2010).
Al momento de la Revolución china de 1911 -también “Revolución de Xinhai”-, en Mongolia Exterior también se llevó a cabo un proceso revolucionario en contra de la dinastía Qing, de la cual se declaró la independencia, primero en forma de monarquía constitucional, y después en forma de república. De acuerdo con la literatura (Ewing, 1978, p. 11; Isono, 1979/2010, p. 911), los mongoles inmediatamente buscaron la ayuda de Rusia para protegerse de cualquier incursión china para retomar el territorio y fomentar la integración de todos los pueblos mongoles en una “gran nación mongola” -es decir, unir a Mongolia Exterior e Interior-, cuestión imposibilitada por los intereses chinos de mantener su integridad territorial, así como de los rusos por no involucrarse en costosas empresas geopolíticas en su Lejano Oriente.
Cabe destacar que, por un lado, para finales del siglo XIX, Sun Yat-sen, impulsor del movimiento revolucionario y nacionalista chino en contra de la dinastía Qing, exclamó el aforismo “expulsar a los bárbaros del norte y revivir la “nación china”, pensamiento que apostaba por construir una comunidad imaginada exclusiva de los chinos étnicamente han (Leibold, 2004, p. 166). Sin embargo, a finales de la década de 1910 el movimiento nacionalista en China dirigido por Sun Yat-sen cambió a fomentar la idea de la “amalgamación de razas” (民族主义 minzu zhuyi) para la conformación de una sola gran nacionalidad china, en la que estaban considerados los mongoles, además de los pueblos han, hui y tibetanos (Leibold, 2004, p. 184).
Por otro lado, y como ya se dijo, el movimiento revolucionario en Mongolia Exterior fomentó el “pan-mongolismo”, el cual encontró un apoyo limitado en la Rusia zarista, pero un apoyo más amplio en la Unión Soviética, situación que animó al Partido Popular Mongol a buscar la autonomía en Mongolia Interior (Atwood, 1990, p. 77). Esta situación hizo que comunistas y nacionalistas chinos construyeran un pensamiento geopolítico particular en torno a Mongolia Interior, enunciándola como parte de la “nación” (民族 minzu) y limitando cualquier atisbo de la noción mongola de “país” улс (uls; Bilik, 2007). De hecho, en este periodo (1910-1920) fue cuando se comenzó a usar de manera oficial el nombre de 内蒙古 (Neimenggu, “Mongolia Interior”; Borjigin, 2004).
Tres eventos que dotan de significado al concepto de “zona-tapón” fueron: 1) la dominación japonesa de Mongolia Interior a partir de 1933 que dio paso al Estado “autónomo” de Mengjiang (1936-1937), bajo control nipón; 2) las negociaciones entre la China nacionalista y la Unión Soviética para la firma de un nuevo tratado sino-soviético durante la década de 1940, y 3) el plebiscito de 1945 para reafirmar la independencia de la RPM. Para lo primero, y de acuerdo con Sneath (2008, p. 95), Mongolia Interior se volvió estratégica para los comunistas chinos en razón de ser la región contigua a Shaanxi, provincia donde los comunistas se refugiaron después de la “Larga Marcha” (1934-1935). Esto causó que Mao Zedong proclamara el “Gobierno Central Soviético de la Provincia de Mongolia Interior” en 1935, apelando a la resistencia antijaponesa y estableciendo las bases de las políticas autónomas, o de autogestión, de la región (Schram, 1999, pp. 70-72).
En julio de 1945, durante una reunión entre T. V. Soong3 y Stalin, el primero propuso que la “cuestión” de Mongolia Exterior fuese dejada de lado y se pospusiera en el desarrollo de las negociaciones al advertir que “sería difícil comunicar al pueblo la cesión de alguna parte del territorio” (“Record of a Meeting”, 1945a). Claramente la parte china aún consideraba a Mongolia Exterior como parte de la entonces República de China. Ante lo anterior, Stalin dejó en claro la importancia geoestratégica de Mongolia Exterior para la URSS al afirmar que “Mongolia Exterior tiene una posición geográfica desde la cual la posición soviética en el Lejano Oriente puede verse afectada” (“Record of a Meeting”, 1945a). Cabe señalar que Moscú ya había reconocido a Mongolia Exterior como parte de China, pero el avance japonés al este y sureste asiático a finales de la década de 1930, e inicios de 1940, demostró la vitalidad geopolítica del territorio mongol y cambió el parecer del liderazgo soviético.
En otra reunión entre T. V. Soong y Stalin, en agosto de 1945, se volvió a discutir el tema de Mongolia, en cuyo registro se pueden observar los intentos de la representación china de posponer la cuestión de la definición de las fronteras mongolas, esto por la preocupación de mantener un control, aunque sea relativo, de Mongolia Exterior. En este registro de la conversación se visibiliza un ejercicio de geopolítica crítica a partir de la importancia del espacio mongol para el imaginario colectivo chino. Cabe recordar que la geopolítica crítica se define como el ejercicio del “ordenamiento y clasificación de representaciones geopolíticas” a partir del discurso (Cabrera, 2020, p. 65). En este tenor, Stalin maneja el discurso de que China ya había perdido el territorio de Mongolia Exterior a causa de la guerra contra Japón, además de restarle importancia por ser “un desierto”, a lo que T. V. Soong le responde que dicho espacio representa casi la mitad de toda China, y que no importando sus condiciones geográficas, “en el mapa se ve un espacio muy grande”, por lo que resultaría difícil ceder dicho territorio (“Record of a Meeting”, 1945b).
El plebiscito para afirmar la independencia de la República Popular de Mongolia, en octubre de 1945, fue parte de los términos acordados en el Tratado Sino-Soviético de Amistad y Alianza, en el cual el Gobierno nacionalista chino reconocía la independencia de Mongolia Exterior a cambio del control directo de Mongolia Interior (“Ivanov and Prikhod”, 1945). Este evento es fundamental, pues muestra el desenlace de las negociaciones entre los Gobiernos de la China nacionalista y el de la Unión Soviética, y en el cual se observa la preocupación por mantener “tapones” para enfrentar cualquier tensión regional.
Es importante resaltar que la necesidad geoestratégica de la URSS por mantener un Estado-tapón -y no un control directo de todos los pueblos mongoles, como sí lo es en el caso de Buriatia-4 se debió, probablemente, a la necesidad de Stalin en el Lejano Oriente ruso de mantener la estabilidad de las fronteras, pues su preocupación geopolítica más apremiante fue el “teatro europeo” después de la II Guerra Mundial, en el cual Moscú buscó definir una “zona de influencia” (Silva Michelena, 1976, p. 220). No obstante, para el caso de China, además del sentido histórico de “pertenencia” de Mongolia Exterior a China, también se involucraron percepciones sobre procesos de separatismo apoyados, incluso, por la misma URSS, ya que una vez establecida la RPM, Choibalsan5 instó a los soviéticos a apoyar a Ospan, entonces líder de la rebelión en Xinjiang contra China, aunado a que Stalin reconocía al liderazgo de Mongolia Exterior como el “liderazgo de todos los pueblos mongoles” (“Stalin’s Conversation”, 1944). En otras palabras, el control directo de un “tapón” resultaba fundamental para eliminar tendencias separatistas y la influencia de otra potencia regional en detrimento de los intereses chinos.
En resumen, una “zona-tapón” es un espacio directamente controlado para fungir como zona de enfrentamiento o de tensiones fronterizas entre dos Estados que comparten frontera e interés por influir en los procesos geopolíticos regionales. En el caso de Mongolia Interior, también se denota que su condición de zona-tapón parte de la construcción histórico-social - manifestada en el discurso- de que Mongolia es parte de China, aunado a la necesidad geoestratégica de limitar la autodeterminación de los pueblos mongoles en Mongolia Interior para evitar el separatismo, en este caso relativamente inducido por fuerzas extranjeras.
Las políticas de integración de Mongolia Interior, 1949-1966
En este apartado se analizan las posiciones y políticas de integración de la Región Autónoma de Mongolia Interior a la República Popular China, desde la fundación de ésta hasta el inicio de la Revolución Cultural, resaltando la incorporación de la RPM al sistema de Naciones Unidas en 1961. No se analizan todas las políticas del Gobierno chino hacia la región autónoma, sino más bien aquellas que fomentan la integración y el mantenimiento de la RAMI a la RPCH. En este sentido, la hipótesis de esta sección es que las políticas del Gobierno chino tuvieron dos objetivos primordiales: 1) mantener a la RAMI bajo el control de la RPCh a partir de priorizar su desarrollo económico, y 2) dirigir una línea de “reivindicación cultural” que permitiera mantener la identidad cultural mongola sin animar tendencias “pan-mongolas”.
Como ya se infirió, las políticas del gobierno del Partido Comunista de China para Mongolia Interior tuvieron un carácter estratégico de nacimiento. La denominada “guerra de liberación” en el norte de China exigió controlar la región en donde habitaban los pueblos mongoles, de manera que el 23 de octubre de 1945 el Comité Central del Partido Comunista de China (CCPCCh) emitió los “Lineamientos para el Trabajo en Mongolia Interior”, cuyo principio básico fue la “implementación de la autonomía regional” (Chen & Li, 2019). A partir de ello el Partido Comunista de China (PCCh) inició un complejo proceso para unificar las regiones mongolas que se habían declarado autónomas, ello con base en cuadros mongoles que se habían formado en la ideología del PCCh desde 1923, destacando Ulanhu,6 situación fortalecida con el establecimiento del Instituto Yan’an para las Nacionalidades en 1941. El 1 de mayo de 1947 se estableció formalmente el Gobierno Autónomo de Mongolia Interior -la primera región autónoma de China-, el cual empezó a llevar a cabo políticas emitidas por el CCPCCh de manera independiente, como el establecimiento de organizaciones del partido a nivel de células y reformas agrarias (Chen & Li, 2019). Probablemente el ejercicio de estas políticas sirvió como una especie de ensayo para aprendizaje del PCCh y posterior ejecución de políticas en todo el territorio chino, toda vez que la región se fundó antes que la RPCh, aunque esta idea es mera hipótesis.
A partir del análisis de los procesos de integración y mantenimiento de la RAMI a la RPCH, es observable que la “autonomía” presumida en el estatus oficial de la región es sumamente relativa, y sólo se manifiesta en algunas situaciones de la economía local. Se podría afirmar que el caso de Mongolia Interior permite entrever el “autoritarismo consultativo” al que se refiere Teets (2013). Esto se observa, por ejemplo, en el edicto emitido por el CCPCCh “Sobre la situación actual y tareas en la provincia de Suiyuan”7 de 1949, y en el cual se establecía que para unificar a la región se debía seguir la línea general del Frente Unido,8 o en el “Plan para lidiar con los asuntos étnicos mongoles en Suiyuan” de 1950, propuesto por el Comité de Asuntos Políticos y Militares, en el que se reordenaba el territorio y se promovía la implementación de la autonomía étnica bajo “el liderazgo unificado del gobierno popular provincial” (RSRAMI, 1950, párr. 6).
En esta línea, en 1954 se estableció el Comité de Asuntos Étnicos del Gobierno popular de la región autónoma, en cuya primera reunión se acordó “llevar a cabo proyectos de desarrollo económico en concordancia con la situación de la construcción económica del país (…)” (RSRAMI, 1954, párr. 102). Esto implicó el fomento de políticas económicas de corte maoísta, como el establecimiento de cooperativas y, después, de comunas. Por ejemplo, para 1956 se anunció el “logro” de haber cumplido el “objetivo de la cooperación socialista agrícola” al registrar 8,421 cooperativas agrícolas (Xinhua, 1956, párr. 2). En 1958 el comité del PCCh en la región autónoma siguió los postulados de la “Resolución para el establecimiento de comunas populares en áreas rurales”, proyecto emitido por el Buró Político del CCPCCh en una reunión del mismo año (conferencia de Beidaihe), y que para noviembre logró establecer 682 comunas en áreas rurales, lo que implicó el 99% de la población campesina (RSRAMI, 1958, párr. 89).
Sin embargo, y como ya se advirtió, es posible ver atisbos de fomento de autonomía étnica en las políticas económicas. En 1951 el Gobierno provincial de Suiyuan emitió el edicto “Orden sobre la prohibición de reclamaciones de tierra en los estandartes mongoles”, el cual buscó limitar las acciones de los gobiernos locales de repartir tierras de los pastizales mongoles a campesinos. De igual modo, en 1953 -año en que se decidió fusionar a la provincia de Suiyuan con Mongolia Interior- la oficina provincial del CCPCCh sostuvo una reunión de trabajo para analizar la adecuación de la economía local mongola con las líneas generales de desarrollo económico nacional, y en la que se concluyó que la “transformación socialista” en el área de pastizales debe enfocarse, primero, en el desarrollo de la economía de ganadería -tradicional en la región (RSRAMI, 1953, párr. 75).
A la par del impulso de la economía con características locales, también se promovió la política de “asentamiento nómada” (定居游牧 dingju youmu), primero con la reubicación de 4,728 personas provenientes de Beijing en 1950, y después con la práctica más generalizada de desarrollar espacios para asentamientos más sedentarios en Mongolia Interior, en 1953 (RSRAMI, 1950, párr. 30). El inicio de esta práctica es lo que explica la existencia de una mayoría de la etnia han en la RAMI y la conversión de una “nación” a una “etnia” para el caso de los mongoles, ya explicado en el apartado anterior. De acuerdo con Bulag (2010, pp. 266-268), lo anterior resultó en el estatus irónico para el pueblo mongol de ser una minoría en la región que, supuestamente, era exclusiva para el mismo.
Según los datos disponibles en los registros de la RAMI, de 1951 a 1966 el desempeño económico fue sumamente dinámico, con ingresos por concepto de actividades económicas y fiscales creciendo en promedio anual 32.4%, y con egresos por concepto de gastos para provisión de bienes públicos creciendo 31.1% (véase Figura 1). Cabría destacar que en el primer plan quinquenal (1953-1957) este desempeño económico fue prominente: 65.8% de crecimiento en promedio anual para los ingresos, y 47.8% para los egresos. En contraste, en el segundo plan quinquenal (1958-1962) -cuando se lanzó el Gran Salto Adelante (GSA)- el crecimiento se redujo a 9.8% para los ingresos y 26.3% para los egresos, lo que reflejaría el impacto negativo del GSA. En la RAMI el Gran Salto Adelante se inició formalmente al 15 de septiembre de 1958, movilizando a 700 mil personas -entre funcionarios, estudiantes y militares- y construyendo 24 mil hornos pequeños de barro, así como 87 hornos de acería, lo cual produjo siete mil toneladas de acero y 80 mil toneladas de hierro, aunque con un costo humano altísimo, tal como la misma editorial de Xinhua lo reconoce al decir que destruyó la productividad agrícola, limitó la capacidad de abastecimiento de los mercados y provocó serias dificultades a las vidas de las personas (1958, párr. 1).
Fuente: elaboración propia a partir de los registros de la RSRAMI, años 1952 a 1966 (http://www.nmgqq.com.cn/quqinggailan/nemenggudashiji/zhonghuarenmingongheguo/).
La cuestión de la autonomía y cuidado de la cultura mongola es ambivalente, pues en periodos se procuró ensalzar la identidad mongola -para afianzar el carácter “autónomo”-, pero también hubo momentos en que, desde el gobierno central, se reconfiguraban las características culturales locales. En 1950 el Departamento de Industria de la provincia de Suiyuan emitió el “Aviso sobre la prohibición del uso de caracteres extranjeros en marcas comerciales y letreros” para limitar la presencia de palabras o letras extranjeras en mercancías, fábricas públicas o tiendas. Ese mismo año la Estación de Radio Popular de la localidad de Ulanhot, Mongolia Interior, comenzó a transmitir en idiomas chino y mongol, y en 1951 se creó la Editorial Popular de Mongolia Interior para la publicación de obras, también en ambos lenguajes (RSRAMI, 1951, párr. 44).
En 1953 se estableció la Asociación de Investigación sobre Mongolia para el estudio del idioma y la cultura mongolas; su director fue Hafeng A,9 personaje clave para la aplicación de políticas lingüísticas, pues en 1955 fue director del Comité para la Reforma de los Caracteres Mongoles que promovía el “nuevo mongol”, proceso revertido en 1958 con la “Decisión para detener la promoción del nuevo mongol y continuar con el estudio y uso del viejo mongol”, emitida por el Comité Popular de la Región Autónoma y que transformó el Comité de Reforma en el Comité de Trabajo del Idioma Mongol, manteniendo a Hafeng A como su director. A pesar de esto, en 1959 se estableció el Comité de Trabajo para la Región Autónoma sobre Promoción del Putonghua en la RAMI, siendo también Hafeng A el director (RSRAMI, 1953, párr. 46; 1955, párr. 43; 1958, párr. 9; 1960, párr. 22). El mismo año el Comité Popular de la Región Autónoma emitió el edicto “Aviso sobre la formulación y unificación de los principios de la nueva terminología mongola”, el cual “daba permiso” para adoptar palabras de otros grupos étnicos y del chino si es que no existiese algún término en mongol; incluso puntualiza “tomar prestadas palabras chinas lo más posible” (RSRAMI, 1959, párr. 60), aunque esta medida fue abolida un año después para reimpulsar el uso integral del idioma mongol.
En mayo de 1953 se llevó a cabo la “Conferencia de trabajo sobre idioma mongol” en el que Ulanhu, secretario general del Partido en la región autónoma y jefe del Gobierno provincial, invitó a los cuadros del Partido a aprender mongol para mejorar la implementación de políticas étnicas en la región (RSRAMI, 1953, párr. 35). Esta postura antecede y se vincula, notablemente, al discurso del mismo Ulanhu en el VIII Congreso Nacional del PCCh, en septiembre de 1956, y en el cual se observa una postura sumamente “pro-autonomía” y “pro-mongola” -por no decir, tal vez, “pan-mongola”-. Por ejemplo, en este discurso Ulanhu critica la falta de cuadros pertenecientes a minorías étnicas y la ausencia de mongoles en posiciones de liderazgo del partido. De la misma manera, critica la falta de consulta a los reducidos cuadros mongoles para asuntos internos de las áreas autónomas. Además, afirma que la “experiencia histórica” ha demostrado la efectividad de los “métodos pacíficos” para la implementación de las transformaciones socialistas en zonas autónomas (“Discurso del camarada Ulanhu”, 1956), lo que probablemente se refiera a los acuerdos entre el liderazgo tibetano y el Gobierno chino de 1951, y tal vez anticipándose a cualquier intervención militar por parte del Gobierno central.
En el espectro de las reconfiguraciones culturales se pueden ubicar los asuntos religiosos. El papel del lamaísmo es un tópico muy poco explorado, aunque aquí considerado como relevante para comprender la integración de la RAMI a China bajo la ideología comunista. De inicio, es importante destacar que los lamas fueron integrados a los procesos productivos de China; en 1952 el Gobierno de la provincia de Suiyuan apuntaló la necesidad de movilizar a los 12,000 lamas para involucrarlos en la producción agrícola (RSRAMI, 1952, párr. 23). En 1953 se formó la Asociación Budista de China, definida a sí misma como una “organización patriótica y educativa” cuyo objetivo es unir a las y los practicantes del budismo de todas las etnias de la RPCh (ABCh, 2017), y en 1957 se estableció la oficina de la TAMI de dicha Asociación. En 1958 se realizó el Simposio sobre Representantes Lamas en la Liga Xilin Gol, donde Ulanhu emitió un discurso sobre la “transformación socialista” de los lamas, proceso basado en el estudio, la participación en el trabajo productivo y la reforma de ideas (Xinhua, 1958, párr. 3).
La rebelión en el Tíbet de 1959 y las tensiones sino-soviéticas a inicios de la década de 1960 encrudecieron las políticas de integración de la RAMI a la RPCh, aunque es destacable que las relaciones entre el centro del poder político chino y la región autónoma no estaban exentas de dificultades, como el denominado “incidente Feng-Sa” en el que estudiantes de las ciudades de Fengzhen y Salaqi protestaron contra el Gobierno por problemas en cuanto acceso a la educación y empleos para jóvenes, en 1957, en un contexto de apertura de la Universidad de Mongolia Interior (RSRAMI, 1957, párr. 38). En 1958 el 11° y el 14° regimientos de caballería de región militar de Mongolia Interior fueron movilizados a Qinghai y Tíbet para sofocar la rebelión en gestación, y al año siguiente la oficina de la RAMI de la Asociación Budista de China publicó un comunicado en el que tanto Mongolia Interior como el Tíbet son “partes inseparables” del territorio chino (RSRAMI, 1958, párr. 64). Es destacable el uso de “una minoría étnica” para atacar a otra. De igual modo, en 1962 el Gobierno provincial cerró la ciudad-prefectura de Hulun Buir para controlar a la diáspora soviética ahí ubicada.
Como parte de las tensiones sino-soviéticas, la República Popular de Mongolia se volvió un epicentro de las relaciones entre la República Popular China y la Unión Soviética. El alineamiento ideológico de Ulán Bator con Moscú la alejó, relativamente, de Beijing, pero a inicios de la década de 1960 hubo un reacercamiento entre China y Mongolia, probablemente por el interés de la primera en mantener sus fronteras estables, dadas las tensiones sinosoviéticas. En 1961 la RPM fue aceptada para ingresar al sistema de Naciones Unidas, proceso apoyado por la República Popular China en razón de que ello podría abrir el paso para su ingreso también a la organización internacional (Grasso, 1996), aunque ello significara abandonar la idea de unificar a las Mongolias. Aprovechando las tensiones entre Mongolia y la Unión Soviética -última que había criticado el culto a la personalidad de Choibalsan y a las celebraciones del 800 aniversario del nacimiento de Gengis Kan-, en 1962 el entonces líder mongol Tsedenbal y el premier chino Zhou Enlai firmaron el Tratado Fronterizo Sino-Soviético (Rupen, 1963). A pesar de esto, todavía para 1964, tal vez a manera de explorar la postura de la nueva dirigencia soviética, los líderes chinos consultaron con los soviéticos sobre la posibilidad de que Mongolia “regresara” a formar parte de China (“Information Memorandum”, 1964), a lo que los segundos respondieron que esa decisión “correspondía al pueblo mongol”. Lo anterior se ha explicado a manera de cierto contexto que podría revelar el significado de los acontecimientos al inicio de la Revolución Cultural en Mongolia Interior.
Es posible argüir que la Revolución Cultural ofreció una oportunidad política para fortalecer el control central de Mongolia Interior y asegurar la predominancia han entre las bases sociales locales. De acuerdo con Brown (2007, p. 176), casi toda persona étnicamente mongola en la región fue afectada por la Revolución Cultural. Según los registros disponibles, el 27 de julio de 1966 la Oficina del Norte de China del CCPCCh envió el “Reporte sobre los errores de Ulanhu” al Comité Central del Partido en Beijing, enfatizando que el entonces líder de la RAMI había incurrido en los errores de ser antipartido, antisocialista, antipensamiento de Mao Zedong y pro-división de China. El 16 de agosto el CCPCCh emitió el “Aviso sobre el nombramiento y remoción de los camaradas de Ulanhu”, además de aprobar la remoción de Ulanhu del cargo de primer secretario del Comité Regional del Partido en Mongolia Interior (RSRAMI, 1966, párr. 32). Según Sneath (1994, p. 413), estas acciones reflejaron el temor entre el liderazgo maoísta de “deslealtad y separatismo” y el liderazgo mongol.
Además de lo antedicho, las “guardias rojas” cerraron y destruyeron varios templos en Hohhot, capital de la RAMI, destruyeron, demolieron y quemaron estatuas y artefactos budistas, y obligaron a las mujeres a cortar -incluso públicamente- sus trenzas, un elemento clásico de la estética cultural mongola (Chang, 2019). También, las guardias rojas expulsaron a lamas de varios templos a lo largo de Mongolia Interior (RSRAMI, 1966, párr. 38).
Consideraciones finales
El estudio de las políticas de integración de la Región Autónoma de Mongolia Interior a la República Popular China, en el periodo comprendido de 1949 a 1966, exponen un vaivén político que va desde la promoción de la autonomía mongola hasta el aseguramiento del control de la provincia. En este tenor, la hipótesis se cumple parcialmente, pues el discurso del liderazgo chino de la época en torno a la idea de “separatismo” en Mongolia Interior -a pesar de no registrarse algún incidente en esta línea- confirma la preocupación geoestratégica de la región, animada por las tensiones sino-soviéticas de inicios de la década de 1960.
Como también se pudo observar, las políticas de integración podrían caracterizarse como “de ensayo y error”, sobre todo las que se vinculan con el uso del idioma mongol. No así las políticas religiosas y de integración de los lamas a la dinámica de la región, mismas que mantuvieron un marcado corte ideológico y radical -naturalmente- al inicio de la Revolución Cultural. De igual modo, las políticas económicas sí desarrollaron a la región, aunque ello no fue ajeno de las dinámicas nacionales, como el GSA.
Por último, las bases establecidas por las negociaciones entre chinos y soviéticos sobre el territorio mongol, durante la década de 1940, caracterizaron a Mongolia Interior como “zona-tapón”, geoestratégicamente importante para Beijing. Esto podría explicar, en parte, el uso de los elementos militares mongoles para sofocar la rebelión en el Tíbet de 1959. Además, la zona también fue punto de encuentro entre chinos, mongoles y soviéticos, al grado en que se formó una importante diáspora soviética en la región, así como el viaje constante de delegaciones de Mongolia Interior hacia la RPM y viceversa.
Este artículo introduce numerosos tópicos para el estudio de Mongolia y las dinámicas geopolíticas del noreste asiático. El proceso histórico-político permite proponer la hipótesis de que la radicalización ideológica y del control político de Mongolia Interior durante la Revolución Cultural persigue la idea de la importancia geopolítica de la región para las fronteras chinas, por lo que se espera que el artículo ofrezca indicios para esta línea de investigación. De igual forma, el estudio de las políticas económicas enfocadas en el dinámico desarrollo de Mongolia Interior permite formular la hipótesis de que la Reforma y Apertura, iniciada en 1978, retomó la gestión del desarrollo económico de la región, al punto de ser laboratorio de sendas políticas económicas, lo que explicaría, por ejemplo, la aparición de la denominada “ciudad fantasma” de Ordos (Day, 2012). Por último, las políticas de integración impulsadas desde Beijing exponen una forma dialéctica de particularidad-generalidad que responde a las características culturales y sociales de Mongolia Interior, lo que podría ofrecer líneas de investigación sobre las acciones del Gobierno chino para gestionar los asuntos de las minorías étnicas.