Hemos leído con total interés el estudio realizado por Flores-Ramírez et al.,1 en el cual evaluaron diferentes indicadores metabólicos y un receptor celular como marcadores de riesgo cardiovascular en niños con obesidad. Ante la gran problemática que representa la obesidad infantil, hemos considerado algunas medidas para prevenir y controlar esta condición. Entre ellas:
- Promoción de una dieta saludable y equilibrada: se debe fomentar el consumo de verduras, frutas, cereales integrales y proteínas magras, así como a su vez evitar el consumo en exceso de alimentos ricos en grasas y azúcares.2
- Estimulación de la actividad física: se debe alentar a los niños a participar en actividades físicas como deportes o juegos al aire libre, por lo menos 60 minutos al día.3
- Limitación del tiempo de uso de equipos electrónicos: se debe reducir el tiempo que los niños pasan frente a pantallas, lo que aumentaría el tiempo disponible para la actividad física y disminuiría el sedentarismo.2
- Fomento de un entorno favorable: se debe crear un ambiente saludable en casa y en la escuela, en el cual se promueva la actividad física y se ofrezcan opciones de alimentación saludables.2
En conclusión, la prevención y control de la obesidad infantil requieren un esfuerzo conjunto de la sociedad, en el que se involucren padres, profesores, profesionales de la salud e, incluso, políticos en funciones. La implementación de estas medidas podría ayudar a reducir el riesgo de obesidad, mejorar la salud infantil y reducir el riesgo de enfermedades crónicas en la edad adulta.