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Nova tellus

versión impresa ISSN 0185-3058

Nova tellus vol.40 no.1 Ciudad de México ene./jun. 2022  Epub 08-Abr-2022

https://doi.org/10.19130/iifl.nt.2022.40.1.432576 

Artículos

Germania de Tácito: en los límites del género literario

Tacitus’ Germania: within the limits of literary genre

aConsejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas-Universidad de Buenos Aires, Argentina, nicolasrusso.917@gmail.com


Resumen

Este trabajo propone una nueva adscripción genérica de Germania de Tácito como una “etnografía de frontera”. Nuestra lectura se sustenta en la inestabilidad que el texto presenta, a partir de sus innovaciones temáticas y compositivas. Ello, aunque posiciona la obra en disrupción con respecto de la tradición historiográfica de escritura monográfica, resulta coherente con la particular situación retórica de fines del siglo I d. C., atravesada tanto por la mixtura genérica y la inversión de los centros y periferias cuanto por el ascenso de una nueva dinastía al poder imperial. Tales características se presentan en los dos aspectos textuales principales de la Germania. Por un lado, la etnografía, tradicionalmente relegada a los excursus, es utilizada como principal dispositivo narrativo de la obra, mientras que el relato historiográfico se reduce a la digresión; por otro lado, la periferia bárbara más allá de la frontera se vuelve materia narrativa central de la obra. En consecuencia, estos rasgos textuales nos permiten afirmar que la Germania insinúa un movimiento discursivo hacia los límites del espacio genérico y geográfico romano. A partir de ello, puede interpretarse como un ejercicio literario que representa un espacio de creciente relevancia para su contexto sociopolítico: la frontera.

Palabras clave: Germania; Tácito; género; frontera; etnografía

Abstract

This article proposes a new generic label for Tacitus’ Germania as “frontier ethnography”. Our reading is supported by Germania’s textual instability, due to its topical originality and compositive innovation. Although these features place Germania in a disruptive positioning face of historiographical tradition of Monography, it is consistent with the particular rhetorical situation of the late first century AD, traversed by the mixture of genres and the inversion of center-periphery relationships, and with the rise of a new dynasty as well. These characteristics are found in the two main text features of Germania. On the one hand, Ethnography, which was traditionally relegated to the excursus, is used here as the text’s main narrative device, whereas historical discourse is relocated to the digression. On the other hand, Barbaric periphery beyond the frontier becomes the central narrative matter of the text. Therefore, these textual features allow us to state that Germania insinuates a discourse move towards the limits of Roman generic and geographical space. Hence, Tacitus’ Germania can be interpreted as a literary exercise representing a new space within its sociopolitical context: the frontier.

Keywords: Germania; Tacitus; Genre; Frontier; Ethnography

En su monumental estudio sobre Tácito, Ronald Syme coloca a Agricola y Germania, primeras obras conocidas del historiador romano, “en el umbral de un logro magnífico”,1 al tematizarlas como ejercicios literarios menores con respecto del ambicioso proyecto historiográfico desarrollado en Historiae y Annales. Así, tal evaluación jerárquica posiciona los primeros textos tacíteos, tanto por la brevedad y concisión de su estilo monográfico como por su utilización de contenido etnográfico, en una zona marginal frente a la centralidad de sus obras posteriores de temática netamente histo­riográfica. Esta apreciación, que en el caso de la Germania se vio reforzada por la dificultad de la crítica de establecer con precisión las fuentes utili­zadas en su composición,2 el grado de fiabilidad de sus representaciones geográficas y sociales con la realidad contemporánea al texto,3 y el propósito y la funcionalidad del texto en el contexto de su recepción,4 ha obturado un análisis integral del texto en favor de los problemas particulares que este presenta. Más aún, su lectura mediante las categorías de análisis y las etiquetas genéricas aplicables a la producción historiográfica de Tácito llevó en el pasado a incorrectas aproximaciones a la textura de la obra.5 Asimismo, en los escasos estudios que ofrecen un análisis integral de la Germania,6 la pretendida posición liminal del texto con respecto del resto de la producción tacítea no ha sido utilizada como posible herramienta de lectura productiva.

Uno de los aspectos que evidencia esta postura crítica sobre la Germania es su tradicional adscripción genérica como “monografía etnográfica”,7 a partir de su recorte temático −el territorio y las costumbres de los germanos− y de la tradición discursiva que Tácito emplea en su narración. Si bien esta etiqueta genérica abrió interesantes puertas a la comprensión de la obra en términos literarios, presenta no pocas dificultades para abordar la especificidad y las particularidades de la Germania. En primer lugar, su consideración como una “monografía etnográfica”, por un lado, relega la importancia de la etnografía como dispositivo narrativo dominante en la obra a un segundo plano; mientras que, por otro lado, esta etiqueta genérica produce expectativas de lectura del texto dentro de la tradición historiográfica de escritura monográfica, con la cual la Germania posee numerosas discontinuidades. En segundo lugar, soslaya las implicancias políticas e ideológicas de la recepción de un texto que representa específicamente a Germania y sus habitantes, espacio fronterizo de creciente relevancia para el poder romano en el contexto de circulación de la obra a fines del s. I d. C.

En respuesta a estos problemas críticos, el presente trabajo discute y pro­pone una nueva y original adscripción genérica de la Germania de Cor­nelio Tácito como “etnografía de frontera”, con el objetivo de ofrecer una herramienta de lectura integral de la obra. Para ello, en el marco de los es­tudios sobre la concepción dinámica del género en la antigua Roma y el mo­delo de análisis de los Rhetorical Genre Studies, este artículo examinará, en primer lugar, la situación social específica de producción de la obra, en sus aspectos literario y político, así como también el posicionamiento de Tácito como actor relevante en ambas esferas de la sociedad romana. A continuación, se abordará la singular posición de la Germania dentro de su tradición, y su relación con Agricola y De Bello Gallico, especialmente en cuanto a sus divergencias. Seguidamente, se analizarán los dos aspectos de la particular innovación que la obra presenta frente a sus modelos textuales: por un lado, cómo Tácito subvierte en la Germania la tradicional relación jerárquica entre discurso historiográfico y etnografía; por otro lado, cómo las implicancias políticas en la recepción de un texto temáticamente centrado en la periferia responden, en última instancia, a la construcción del poder político y la legi­timación imperial en la frontera entre los s. I y II.

I. El género como “acción social” en la literatura latina

Sociedad caracterizada por un permanente corrimiento de los límites y la am­pliación de su “praxis vital”,8 Roma construyó un campo literario en diá­lo­go con la tradición griega heredada y con los propios modelos latinos. Al respecto, Conte y Barchiesi9 han señalado la importancia de la imitación como operación de creación y recepción textual en el sistema literario latino, la cual requiere instancias de mediación entre el texto modelo y el texto que lo imita: por un lado, el conocimiento de las convenciones históricamente específicas de composición y recepción de este último y, por otro lado, el ma­nejo de los procedimientos y las temáticas en las fuentes de las que deriva el texto imitado. Tales mediaciones plantean duplicidades, en la medida en que ambas permiten insertar la obra nueva en su tradición, al tiempo que de­tacan sus singularidades frente a sus textos precursores. Por consiguiente, la imitación guiaba a los lectores en tanto actividad educativa intertextual: la lectoescritura suponía, pues, el conocimiento y la manipulación erudita de la tradición textual, así como el reconocimiento de la novedad textual. De allí que los modelos literarios de la antigua Roma funcionaron a modo de “matriz generativa”,10 en tanto tejido de relaciones intertextuales que al incluir, derivar, adaptar, traducir y confrontar otros textos muestran no solo su relación de continuidad con las fuentes, sino también su capacidad de generar nuevos textos que, mediante desvíos, rupturas, inversiones e innovaciones con su tradición, cuestionan su estatuto como modelo. Ello permite considerar el contacto y las tensiones entre las matrices generativas como fuerza productiva en el sistema literario latino.11 Esto da cuenta de una percepción del género literario como un “dispositivo discursivo” matizado por

una actitud de inventiva práctica [en los autores], y lo que parece ser nada más que un interés en lo insostenible de cualquier posición [teórica] basada en la idea de esencia genérica. (…) La idea del género literario [se presenta] como esencia o receta que fuera el papel perfecto para una poética que estaba más preocupada por burlarse de la indeterminación que por la pureza de cualquier tipo.12

En este sentido, en la Roma antigua la adscripción de una obra a un género creaba normas genéricas y expectativas de lectura que ayudaban a la interpretación del texto en relación con una tradición literaria.13

Tomando en consideración tales reflexiones teóricas, cabe analizar cuáles son las diversas interacciones genéricas que los textos proponen en sus ten­siones internas entre el posicionamiento del autor y las condiciones de pro­ducción y recepción de la obra, y en relación con ellas, las continuidades y rupturas que el texto construye con su tradición literaria. En función de ello, este trabajo enmarca su lectura de la Germania en el modelo de los Rhetorical Genre Studies (en adelante, RGS), desarrollado a partir de los estudios de Carolyn Miller.14 Este enfoque considera que el género es una “acción social” en tanto supone “acciones simbólicas tipificadas en respuesta a un conjunto de valores de tipos de situaciones”15 motivadas y generadas socialmente, a partir de lo cual se entiende el género como dinámico en relación con un contexto histórico y social cambiante. Según esta perspectiva, nuestra interacción, in­terpretación y creación de nuevos textos responde a dos componentes de una determinada “situación retórica”: a una “situación social específica” y a una “exigencia social” de representar ese contexto mediante un enunciado. Tal exi­gencia es el factor definitorio “que modela nuestros reconocimientos de una situación social y nos ayuda a reproducirla”.16 Por ende, el lector y el escritor son interpelados simultáneamente por el género en su interacción a través del texto. Así, según la perspectiva RGS el género ayuda a quien lo compone −denominado “rétor” por este modelo− en la construcción y tipificación de una situación retórica que responda a una situación social recurrente.

A partir de esta perspectiva, en virtud del objeto de este artículo se co­men­zará por analizar la situación social específica en el contexto de aparición de la Germania de Cornelio Tácito.

II. La frontera como situación social recurrente a inicios del periodo trajaneo

La puesta en circulación de la Germania hacia el año 9817 ocurrió en simultáneo con el ascenso al poder de un nuevo emperador. La elección por Nerva de Trajano como su sucesor en 97, apoyada tanto por los consules suffecti y la élite provincial de la Curia como por el Senado y la Guardia Pretoriana,18 representó la llegada al poder imperial de un homo novus de origen hispánico y exitoso vir militaris.19 En 98, Trajano se convirtió en el imperator que condensó en su figura la influencia de las élites provinciales y del ejército en la política de fines del siglo primero de nuestra era.20 Asimismo, el desarrollo de su carrera militar y de sus dos primeros años de gobierno imperial en el limes, revelaron la centralidad de dicho espacio en la construcción del poder del nuevo emperador, situación que debe interpretarse en relación con los continuos intentos romanos de someter la Germania durante el s. I d. C. Luego de las numerosas campañas de Augusto y sus herederos para ocupar efectivamente las tierras al otro lado del Rin,21 el control romano sobre estos territorios se sostuvo, hasta el final de la dinastía julio-claudia, más en una red de acuerdos clientelares y pactos con las diversas tribus bárbaras que en un avance territorial profundo.22 Esta política continuó en parte durante el periodo flavio, puesto que Vespasiano y Tito se abocaron a mejorar la in­fraestructura defensiva del limes.23 Por contrario, Domiciano cambió el enfoque de sus antecesores al reanudar el avance sobre el territorio germano mediante dos campañas contra los catos (83 y 89 d. C.),24 caracterizadas más bien por su amplio uso propagandístico por parte del emperador. Al término de la primera, Domiciano celebró un triunfo y añadió el título de Germanicus a la titulatura imperial, el cual acompañó su efigie representada como paci­ficador de la Germania en la numismática de su reinado.25 No obstante ello, el aparente apoyo de tropas bárbaras a la rebelión de Lucio Saturnino en 89 motivaron ese mismo año una segunda campaña contra los catos, quienes fueron derrotados. Si bien la primera de estas expediciones tuvo impacto estratégico con la rápida ocupación de los Agri Decumates, y tras la segunda guerra los catos fueron pacificados como pueblo clientelar del Imperio, las fuentes latinas posteriores relatan el rol protagonista de Domiciano en las victorias en la Germania como montajes propagandísticos del discurso ofi­cial,26 que ocultaban el ausentismo del emperador durante las campañas, y su gusto por arrogarse las victorias militares de sus comandantes.27 En cada uno de estos hechos militares, Trajano se destacó como uno de los le­gati más capaces y leales al poder imperial. Durante la rebelión de Lucio Saturnino, se desplazó por orden imperial desde Hispania para colaborar con las tropas de Lappio Máximo.28 Tras su participación en la segunda guerra contra los catos, la carrera política de Trajano adquirió vuelo al ser electo consul ordinarius en 91 y asignado al año siguiente como gobernador de la Germania Superior, donde se enteró del asesinato de Domiciano y del as­cen­so de Nerva al poder. Luego de su adopción formal como heredero del em­perador, Trajano asumió como comandante el imperium proconsular sobre las provincias del limes germánico, con el fin de fortalecer la línea fron­teriza mediante el reagrupamiento de las tropas y la reconstrucción de las fortificaciones allende el Rin.29 Esta tarea sería continuada tras la muerte de Nerva hasta fines de 98, año en que Trajano emprende la reorganización de las legiones danubianas, cuya disciplina y moral estaban vulneradas desde la pérdida en 86 de la Legio V Alaudae durante la ofensiva contra los dacios comandada por Cornelio Fusco.30

En este sentido, la ininterrumpida actividad del nuevo emperador en el Rin y el Danubio durante sus primeros dos años de gobierno revela una doble estrategia de legitimación política y militar, que tuvo como epicentro la frontera norte del Imperio. Por un lado, al controlar personalmente la disciplina de las legiones germánicas, Trajano no solo previene focos de rebelión en una de las tropas más levantiscas durante los años previos a su investidura, sino que también disuade posibles sublevaciones de las tribus bárbaras clientelares al reforzar la estructura defensiva limítrofe. Por otro lado, el imperator redefine geopolíticamente la frontera renano-danubiana como punto de partida para nuevas campañas de expansión territorial que lo tendrán como protagonista. Con todo, esta estrategia de política exterior representa a su vez, un claro mensaje hacia la política interna de Roma: Trajano se presenta como un líder activo, preocupado por la seguridad interna del Imperio y la restitución de la gloria militar mediante campañas de expansión territorial agresivas que obtengan el dominio definitivo sobre la periferia bárbara. De allí, su figura se contrapone a Domiciano, puesto que Trajano garantiza, con su experiencia militar, victorias concretas en el mismo espacio donde el emperador flavio fingía su participación y exageraba los triunfos con fines propagandísticos personales. Asimismo, el sucesor de Nerva se posiciona simbólicamente como continuador de Augusto, al reanudar su objetivo de expansión territorial sobre la periferia norte. En consecuencia, el limes renano-danubiano se configura, para el discurso imperial trajaneo, como el espacio central de legitimación, acrecentamiento y reproducción de poder, en tanto muestra una triple relación temporal con la significación geopolítica de Germania a lo largo del s. I d. C.: su asociación positiva de continuidad con el pasado augústeo, su confrontación con el accionar reciente de Domiciano, y su proyección esperanzadora sobre la política fronteriza del nuevo emperador.

La creciente importancia geopolítica de la periferia germánica en los años previos y coetáneos al principado de Trajano, coincidió con la paulatina ten­dencia, en la literatura de fines del s. I, a focalizarse temáticamente en las zonas provinciales y fronterizas por sobre el centro romano, al tiempo que se enfatizaba la alteración del orden jerárquico entre ambos polos.31 Esta inversión de los roles de centro y periferia no solo ocurrió a nivel de la representación textual de los tópicos, sino que también dio lugar a desplazamientos, inversiones y mixturas de orden genérico.32 En este sentido, el escenario de los géneros lite­rarios resultó altamente dinámico, atravesado por tensiones productivas entre la tradición y la innovación33 a partir de una fuerte idea de duplicidad y ambigüedad en la relación de los autores del periodo con sus predecesores, debido a dos factores principales. Por una parte, la necesidad de una “caja de herramientas”34 de modelos discursivos disponibles como autoridad textual fomentó la construcción de un canon de autores estables sobre la base de la literatura de la época augústea.35 Por otro lado, la permanente reformulación discursiva a la que eran sometidos los textos modelos a fin de potenciar la per­suasio sobre la audiencia y de captar su atención, propulsaron la libertad de experimentación con la tradición literaria precedente.36 Al respecto, resulta adecuado apelar al concepto de “secundariedad” (secondariness),37 que refie­re a la conciencia que un autor posee sobre su posición periférica respecto del canon. Ello se autopercibe positivamente, en tanto garantiza al autor la autonomía suficiente para subvertir y atravesar los límites genéricos y la norma canónica: así, la preferencia por los géneros menores y periféricos del canon literario, la mixtura temática y formal y una actitud abiertamente exploratoria frente a la tradición previa38 prefiguraron una literatura que, a inicios de la época trajanea, estaba atravesada por la intersección y la movilidad de los lí­mites textuales tradicionales. En este contexto de dinamismo literario, la fami­liaridad entre los autores durante la última década del s. I fomentó la circulación de los textos,39 que sirvieron a modo de campo de interacción social y como puntos de referencia y alusión para el intercambio intelectual.40 Por ende, se conformaron verdaderas redes culturales, en un espíritu de época de auge de la actividad literaria,41 condicionada por la transición del régimen de Domiciano al de Nerva y Trajano. Más precisamente, dicha frontera política y epocal pro­dujo textos con una doble referencia temporal e ideológica: por un lado, el ensalzamiento del presente, a través de la figura victoriosa de Trajano; por otro, la censura del pasado, mediante la alusión negativa u omisión de Domiciano.42 En consecuencia, el panorama literario de Roma en la transición entre los siglos I y II se caracterizó por una práctica de escritura que multiplicaba y des­viaba los puntos de referencia de la tradición textual a partir de alusiones, reescrituras y reinvenciones de las matrices genéricas: es decir, una literatura ‘descentrada’ que desestabilizó los límites y las normas de dicha tradición.

III. La frontera en las matrices textuales de la Germania

Cornelio Tácito fue un actor relevante de esta situación social específica, de­bido al desarrollo tanto de su carrera política durante la dinastía flavia43 y el gobierno de Nerva44 como de su participación en los círculos literarios cer­canos al poder a inicios del periodo trajaneo.45 En la confluencia de ambas actividades, Tácito consideró la tarea historiográfica como mecanismo de enseñanza práctica del pasado que, a través de su naturaleza ejemplar, rela­tara y analizara los hechos tanto virtuosos como ignominiosos.46 Así, la es­cri­tura de la historia, en tanto composición de un texto didáctico útil para la educación moral y política de la élite romana,47 se convirtió en eje del pro­yecto literario de Tácito.

Fechada en torno al año 97,48 su primera obra, Agricola, refiere en su prólogo dos aspectos programáticos de la labor historiográfíca. En primer lugar, el rol de los textos como transmisores de los hechos del pasado y de las virtudes de los varones célebres.49 Al respecto, la obra se relaciona fuertemente con el pasado y el presente inmediatos a su publicación, puesto que contrasta el despotismo de Domiciano con el virtuosismo de los comandantes provinciales, en particular de Gneo Julio Agrícola, suegro del autor. Asimismo, ensalza a Nerva y a su sucesor.50 En segundo lugar, Tácito menciona en el prólogo el deseo de realizar una historiografía imparcial, cercana a los modelos repu­blicanos.51 Con todo, la obra se aparta del centro del proyecto literario tacíteo, debido a su gran mixtura genérica. Los hechos se desarrollan mediante el re­lato biográfico de Agrícola, exitoso comandante militar en las campañas de Britania durante la dinastía flavia. Sobre esta materia narrativa dominante, Tácito inserta otros dispositivos: una detallada periodización de las campañas romanas y sus protagonistas en territorio britano, desde César hasta las cam­pañas de Vespasiano;52 los discursos directos contrapuestos de Cálgaco53 y Agrícola54 sobre la conquista romana; pasajes prosopográficos y etopéyicos sobre Domiciano;55 y un discurso fúnebre final laudatorio a Agrícola.56 Estos procedimientos presentes en Agricola establecen interacciones genéricas con la tradición de la monografía histórica, formato textual retomado a fines del s. II a. C. por Sempronio Aselión,57 quien proponía, frente a la tradición analística, una historiografía con mayor riqueza narrativa y políticamente orientada que permitiera profundizar las causas de los eventos narrados.58 Estructuralmente, la monografía presentaba el recorte de una temática expuesta como problema que construía, mediante una técnica de selección de núcleos narrativos delimitados cronológicamente,59 un discurso focalizado en el sujeto. Debido a ello, la monografía incorporaba los retratos y las voces de los protagonistas del hecho histórico, que evidenciaban en sus rasgos psicológicos y discursivos los problemas políticos y sociales.60 Asimismo, ello permitía un análisis pro­fundo del evento y de sus protagonistas a través de una “arqueología”,61 que, centrada en sucesos recientes o contemporáneos al autor con inmediata significación e incidencia en el presente extratextual, deconstruía en capas de sentido las causas del fenómeno considerado. Así, Agricola posee numerosas continuidades con los modelos de la tradición monográfica, especialmente con los trabajos de Salustio,62 quien conjuga estos procedimientos con un es­tilo breve y un tono moralista en la evaluación de los eventa. En cuanto al plano moral, Tácito demuestra una recurrente preocupación por resaltar las virtudes de Agrícola, en su accionar como conquistador victorioso de Bri­tania,63 frente a los falsos triunfos militares sobre la Germania que cele­bra el emperador.64 Precisamente, esta contraposición es la que revela en Agricola la centralidad de la periferia geográfica como escenario para la construcción y legitimación del poder político personal e imperial. Así, el texto presenta la frontera en Britania como el espacio de conocimiento ampliado por las haza­ñas de Agrícola, mediante el excursus etnográfico sobre los britanos.65 A su vez, las continuas derrotas de los ejércitos de Domiciano configuran el limes germánico, hacia el final de la obra, como un territorio a tal punto hostil y amenazante que “no se duda ya del límite del imperio y de su orilla, sino de los cuarteles de invierno de las legiones y de su posesión”.66 En este sentido, Tácito plasma en Agricola su visión de la situación retórica es­pecífica entre los ss. I y II. A nivel político, muestra la puja de poder por el éxito militar en la periferia noroccidental y su importancia en la construcción del poder imperial. A nivel literario, las interacciones genéricas entre la ma­teria biográfica y el discurso histórico −representado por la utilización del recorte y los dispositivos propios de la monografía− con la descripción etno­gráfica de los britanos conforman un texto que revisita y renueva los modelos de la tradición, en consonancia con el dinamismo y la movilidad de los límites textuales característicos de la literatura al inicio del periodo tra­janeo. Si Tácito en Agricola inaugura su carrera literaria con una obra de fuerte carácter experimental desde el punto de vista genérico,67 la aparición en 98 de su Germania, por su recorte temático, el tratamiento de su materia narrativa y la relación del texto con su tradición, coloca el proyecto literario tacíteo en los límites de su propio programa de escritura.

En su segunda obra, Tácito retoma de Agricola la periferia como tema, aunque centrándose exclusivamente en la frontera germánica renano-danubiana. En este sentido, la Germania se enlaza coyunturalmente con la ubica­ción en el limes del nuevo emperador Trajano. Asimismo, su contenido se focaliza en la descripción de la localización y las características geográficas de Germania, y en el origen, las costumbres, y la organización social de sus habitantes. Las regiones al norte de los Alpes y sus pobladores están presentes como tópico en la literatura grecolatina al menos desde el s. VI a. C., en la trans­misión de los fragmentos del Γῆς Περίοδος de Hecateo, primer autor an­ti­guo conocido que hace referencia a los pueblos célticos.68 Heródoto da cuenta de ellos en su descripción del Ister, es decir el Danubio,69 aunque su interés en los pueblos del norte se despliega principalmente en su relato sobre los escitas,70 que constituye la primera narración extensa de los habitantes de la Europa central y septentrional. Heródoto asigna a estos pueblos como rasgos característicos su nomadismo71 y su constante presión invasora hacia el sur,72 los cuales, unidos al clima gélido de sus tierras, configurarían un tópos en la literatura grecolatina posterior que opuso el Mediterráneo civili­zado a la barbarie del norte.73 Este tópico fue explotado posteriormente por Polibio en su caracterización de la agresividad de los celtas en batalla74 y, ya en el s. I a. C., fue continuado por Posidonio desde una perspectiva etiológica. En los fragmentos transmitidos de sus Ἱστορίαι, se destacan el vigor físico, la incon­tinencia y la rudeza de los celtas75 en relación con el rigor del clima. Asimismo, Posidonio habría sido el primer autor que nombra a los “Γερμανοί”, mar­cando una posible diferenciación étnica entre estos y los galos.76

En este sentido, este tópico se inserta en la tradición de escritura sobre re­giones externas al Mediterráneo,77 acrecentada durante el s. I d. C. por la expansión de Roma, y dialoga con la recurrente representación de los germanos y de la Germania en la literatura del periodo,78 más precisamente, en obras historiográficas. Del periodo augústeo, Tito Livio realizó una descripción de los habitantes allende el Rin y sus encuentros bélicos con César y Druso, cuyo texto no conservamos.79 De igual modo, textos monográfícos posteriores, de­di­cados a la narración de las campañas romanas en territorio germano, tales como Bellum Germanicum de Aufidio Basso y los veinte libros de Bella Ger­maniae de Plinio El Viejo, solo nos han llegado por breves alusiones. Ambas obras son mencionadas por Tácito80 y, debido a la documentada actuación militar de sus autores en el limes, han sido señaladas como posibles fuentes en la composición de la Germania, especialmente en el caso del texto de Plinio.81

No obstante ello, la literatura latina construyó la Germania como periferia a partir de un importante antecedente textual: como la crítica lo ha señalado, la imagen de los germanos como alteridad con rasgos propios es producto de una operación literaria llevada a cabo por César en De Bello Gallico.82 Tal operación puede analizarse mediante dos estrategias textuales. En primer lugar, la delimitación de la Galia y sus pueblos al inicio de la obra incluye su diferenciación frente a los germanos, “quienes habitan al otro lado del Rin, y con los que [los galos] continuamente hacen la guerra”.83 Así, César define a los galos a partir de su oposición con una otredad externa caracte­rizada por su belicosidad y fiereza, operación textual que plantea una barbarie espacialmente diferenciada: mientras que la Galia es objeto central de domi­nación, la Germania se representa como un ámbito fuera del proyecto de ex­pansión romano. En este sentido, establecer el límite de lo conquistable en el Rin le permite a César no solo presentar su campaña militar como un proyec­to acabado que busca incorporar una periferia gálica asimilable al mundo romano,84 sino también representar un accidente natural como una barrera simbólica que justifique la exclusión de Germania. Así, el Rin resulta una frontera cultural creada en De Bello Gallico,85 que permite establecer grados de desarrollo asimétrico entre los pueblos bárbaros colindantes. Ello es re­presentado en la obra por una segunda estrategia textual, la narración de los germanos mediante excursus etnográficos que dependen del relato histórico central, en los libros cuarto (4.1-3) y sexto (6.21-30). El primero describe a los suevos, mientras que el segundo trata sobre los germanos en conjunto. Ambas digresiones comienzan con el cruce del Rin,86 y resaltan el salvajismo de la vida de los bárbaros, en consonancia con el tópos etnográfico de los pueblos septentrionales establecido por Heródoto: su continua actividad bélica y apego por la caza; la falta de propiedad privada y su nomadismo; su alimentación de carne y leche; el rechazo al lujo; y el aislamiento de sus centros urbanos.87 Este estereotipo contrasta en el excursus del libro sexto con la etnografía de los galos (13-21), a través de la falta de instituciones religiosas o políticas complejas y de comercio de los germanos.88 La invención de esta distinción cultural entre una Germania totalmente bárbara y una Galia semibárbara es funcional a los propósitos políticos de César,89 dado que acerca a los galos como objetivo de romanización en su interés de asimilarlos a Roma no solo económicamente, sino también como posibles tropas auxiliares en las campañas militares.90 En consecuencia, De Bello Gallico coloca a Galia en el centro de la expansión militar y cultural, al tiempo que crea una periferia por fuera del interés bélico y político de Julio César. Así, el texto cesariano construye un nuevo espacio geográfico y simbólico caracterizado por su limi­nalidad: por un lado, sitúa la Germania y a sus habitantes en los bordes de su objetivo geopolítico; por otro, posiciona a los germanos en el margen de su materia narrativa, al restringir su descripción a los excursus etnográficos que completan el relato central del conflicto militar contra los galos.

IV. Germania: un texto frontera

En tanto creador de esta nueva periferia, César es la única fuente claramente señalada en la Germania.91 La obra retoma de De Bello Gallico la caracterización geográfica liminal del territorio germano y de sus habitantes, así como también su representación a través de la etnografía, recurso que Tácito ha utilizado en sus excursus sobre los britanos en Agricola. De igual modo, los tres textos poseen como referente espacial periferias bárbaras −Galia, Britania, Germania−. Por consiguiente, la Germania posee relaciones de continuidad textual con ambas obras. No obstante, frente a estos antecedentes, la Germania cobra relevancia debido a su carácter único, puesto que no existen indicios fehacientes de que otro autor latino anterior a Tácito dedicara una obra entera a la descripción de un pueblo o región particulares.92 Sumado a ello, la etnografía en la literatura latina se presentaba típicamente como un excursus dentro de la narración historiográfica, de la cual dependía textualmente.93 En este sentido, la Germania es el primer texto latino conservado en el que la etnografía de los germanos resulta la materia narrativa central, lo que diferencia la obra de sus modelos textuales previos. Por otro lado, formal y temáticamente, la obra se distingue del resto de la producción de Tácito, puesto que carece de prólogo y no se hace mención explícita a su pro­yecto de escritura historiográfico. Asi­mismo, los eventa históricos y sus protagonistas en la Germania están re­ducidos a pasajes breves insertos dentro del relato etnográfico dominante, lo que contrasta con el desarrollo de la narración histórica tanto en De Bello Gallico como en Agricola. Todos estos rasgos distancian la obra de sus mo­delos textuales, al tiempo que la articulan con la situación retórica a inicios del periodo trajaneo, caracterizada por la importancia política y cultural de la frontera: de allí, la liminalidad de la Germania resulta una herramienta de análisis apropiada para un texto que no solo representa una zona fronteriza, sino que también se ubica en un área discursiva transicional caracterizada por la inversión de las jerarquías y la incertidumbre sobre la continuidad de la tra­dición.94 En virtud de ello, se desarrollarán tres innovaciones principales que hacen de la Germania un texto liminal frente a su tradición: primero, aquella que atañe a la etnografía como materia narrativa central de la obra; se­gundo, aquella relativa al tratamiento divergente de la materia histórica en el texto, es­pecialmente en relación con la digresión como dispositivo narrativo y los procedimientos tradicionales de la monografía histórica; y por último, se abor­dará la particular orientación de la Germania en su contexto de recepción.

IV.1. La etnografía como materia narrativa

En el primer capítulo de la Germania, se presenta su ubicación geográfica:

Germania en su conjunto está separada de los galos, los recios y los panonios por los ríos Rin y Danubio, de los sármatas y los dacios por el mutuo miedo y las montañas: lo demás lo rodea el Océano, abrazando extensas penínsulas e inmensos espacios de islas, habiendo sido conocidos hace poco ciertas gentes y sus reyes, a los que la guerra puso al descubierto.95

Este inicio propone interesantes interacciones con su tradición, especial­mente con De Bello Gallico. Tácito retoma del texto cesariano su incipit (Gallia est omnis/Germania omnis) y la caracterización liminal de la Ger­ma­­nia, representada mediante la focalización en la geografía externa del terri­torio, a partir de la delimitación de sus fronteras y de los pueblos vecinos. En este punto, Tácito se diferencia de César, quien se centra en las divisiones internas de Galia y sus habitantes.96 Asimismo, el aislamiento geográfico por barreras naturales y simbólicas (Rheno et Danuvio… mutuo metu… montibus separatur) resalta la actividad bélica de los germanos, la cual Tácito coloca como motivo del reciente conocimiento de estos pueblos por Roma. En este sentido, la periferia germánica se representa como un estereotipo de mundus inversus septentrional opuesto al Mediterráneo,97 descrito en los siguientes capítulos de la obra (2-5): el origen autóctono de los germanos, su genealogía y divisiones tribales primarias, y su identidad étnica;98 la presencia de héroes grecolatinos civilizadores en Germania;99 las características físicas y etio­lógicas de sus habitantes;100 el clima, los recursos naturales y minerales del territorio;101 y el desarrollo tecnológico y comercial de los germanos.102 Estos tópicos pertenecen a la tradición etnográfica establecida por Heródoto, según la cual a la presentación geográfica del territorio (situs), le correspondía una descripción de sus habitantes (gentes).103 Presentes en los excursus de De Bello Gallico,104 Tácito interviene activamente sobre estos tópicos: no solo ratifica la información etnográfica que provee César en ellos,105 sino que también reelabora y corrige las descripciones cesarianas.106 Asimismo, amplifica y completa ambos excursus en los restantes capítulos de la obra, los cuales, a partir de la lectura de Eduard Norden,107 han sido interpretados en dos secciones: a) capítulos 6-27, relatan las costumbres del conjunto de los germanos; b) capítulos 28-46, contienen el relato de las diferentes tribus germanas, su posición relativa y sus particularidades, así como también la narración de las tierras al norte y al este de Germania. Esta división estructural de la Germania resulta productiva para analizar las interacciones genéricas de la obra con su tradición. Al respecto, se ha planteado que Tácito utiliza en ambas secciones dos modelos de escritura etnográfica:108 por un lado, una digresión extensa de estilo herodoteo en la primera sección; por otro lado, una segunda parte construida como un itinerario que ordena los pueblos sobre el Rin y el Danubio, a la manera de los periplos. Con todo, ambas partes presentan numerosas innovaciones estilísticas en el relato de la mate­ria etnográfica que apartan la Germania de sus modelos textuales. Así, Táci­to conecta los tópicos etnográficos a través de transiciones que enlazan las temáticas entre pasajes mediante el cambio de función de un elemento. Ejem­plo de ello es la transición del capítulo 7 al 8, en la que el relato de las costumbres bélicas de los germanos se enlaza con la religión, a través del carácter sagrado de las mujeres como testigos de las batallas y sujetos de palabra profética.109 Ello se colige con el cierre de los capítulos mediante epi­fo­nemas110 que resumen su contenido y le otorgan un color didáctico a la narración, el cual se completa con la utilización de la fórmula nunc… expediam en la transición narrativa entre las dos secciones de la obra.111 Así, todos estos recursos le imprimen una mayor expresividad a la etnografía, que se convierte en la materia narrativa central de la Germania. En este sentido, la operación de enriquecimiento retórico del relato acerca de los germanos se relaciona con la estructura innovadora de la obra, ya que la conjunción del estilo herodoteo de la digresión extensa y del enfoque periegético de los periplos era altamente inusual en los textos de la época.112 En consecuencia, la Germania se distancia de su tradición, al desplazar la etnografía desde la brevedad del excursus en De Bello Gallico y Agricola hacia una estructura narrativa mayor, con una función discursiva dominante. Este movimiento de centralización de la materia etnográfica provoca tensiones con la materia histórica en cuanto a las interacciones jerárquicas entre ambos discursos, puesto que subvierte la tradicional relación de inclusión genérica113 y subordinación de la práctica etno­gráfica en la historiografía grecolatina. De este modo, el relato de los eventa y sus protagonistas en la Germania toma una posición periférica con respecto de la narración central, en tanto complemento y desvío del relato. Por consiguiente, al tiempo que Tácito autonomiza la etnografía como materia narrativa, se aparta de De Bello Gallico y de Agricola relegando los asuntos históricos a la digresión.

IV.2. Digressio: la historia como desvío

Definida como una interrupción del hilo temático del discurso en la que “el tema de los enunciados adyacentes, junto con todo el conjunto de rele­vancias asociadas a aquel, está desplazado”,114 la digresión o excursus es uno de los procedimientos más característicos de la historiografía grecolatina. Orientada a entretener a la audiencia y a otorgarle fluidez al discurso,115 la digresión no está desligada, con todo, de la estructura narrativa principal, debido a sus conexiones textuales e interacciones temáticas con el tópico central.116 En función de esta doble dinámica, apunta tanto hacia el interior cuanto al exterior de la obra, situación que le otorga un rango discursivo pa­­radójico: el excursus incluye materiales discursivos y expectativas de la audien­cia divergentes de la narración central, al tiempo que organiza estos nuevos aspectos al incorporarlos y delimitarlos con términos, transiciones y licencias especiales dentro del discurso.117 De este modo, la digresión re­sulta relevante en su relación con la materia histórica central, a la cual está jerárquicamente subordinada, especialmente en términos de duración: la di­gresión representa no solo un cambio del tiempo narrativo,118 sino también una secuencia temporal distinta que suspende momentáneamente la cro­no­logía de los eventa en la narración histórica.

En el capítulo 37 de la Germania, Tácito utiliza la digresión para insertar la materia histórica en la narración etnográfica central. Si bien existen en la tradición antecedentes de excursus de contenido histórico,119 su originalidad radica en su contexto de inserción en el texto tacíteo: la narración atemporal dominante de la etnografía es suspendida por el relato cronológicamente ordenado de las relaciones entre germanos y romanos. No obstante ello, continuando con su procedimiento de enlazar los capítulos mediante transiciones narrativas, Tácito inserta, desde el capítulo 28 al 36, pasajes de extensión creciente en los que paulatinamente la temporalidad verbal cambia del presente al pasado, mientras que la materia etnográfica retrocede ante la narración de los eventa históricos: la expansión de los galos en Germania;120 las relaciones clientelares con los bárbaros;121 la utilización del Rin como limes de Roma;122 las luchas internas entre las tribus;123 las expediciones romanas en el Mar del Norte;124 y las principales tribus enemigas del Imperio, los catos, caucos y queruscos.125 Asimismo, el elemento que une temáticamente los capítulos es la guerra,126 asociada al cruce del Rin, que ocurre tres veces.127 Cada uno de estos cruces refuerza el carácter fronterizo de Germania y adelanta el carácter conflictivo de las relaciones entre Roma y los germanos, temática central del capítulo 37. Este se inicia con la localización de los cimbrios en Jutlandia y el relato de su emigración pasada hacia territorio gálico, motivo etnográfico que inserta la materia histórica como explicación del primer encuentro de los bárbaros sep­tentrionales con Roma:

Nuestra ciudad tenía seiscientos cuarenta años cuando, por primera vez, se oyeron las armas de los cimbrios, siendo cónsules Cecilio Metelo y Papirio Carbón. Desde entonces, si contamos hasta el segundo consulado del emperador Trajano, casi han transcurrido doscientos diez años: durante tanto tiempo Germania está siendo vencida.128

El pasaje funciona a modo de íncipit de la digresión histórica, cuyo recorte temporal se encuentra claramente definido a partir de los actores romanos y su actividad bélica, que continúa siendo el hilo conductor de la relación con los germanos. Ello se efectúa mediante el paralelo estructural construido entre el pasado remoto y el presente inmediato a la publicación de la obra, mediante el epifonema tam diu Germania vincitur: el adverbio temporal y un uso habitual del tiempo verbal presente, representan el aspecto durativo e imperfectivo de las acciones de conquista romanas sobre Germania. Así, el íncipit de la digresión determina la relevancia y vigencia del conflicto entre los germanos y Roma en el periodo trajaneo contemporáneo al texto, al tiempo que habilita el rastreo de sus causas en el pasado. En este sentido, la digresión se estructura narrativamente −desde el pasaje 37.3 al 37.6− como una “arqueología”, que ordena cronológicamente los eventos de sus tres núcleos narrativos.

Tácito comienza su arqueología describiendo la relevancia de los germanos en la geopolítica romana. Para ello, construye una periodización de la expansión militar latina mediante una enumeración cronológica de los pueblos enemigos de Roma estructurada como un clímax.129 Ello culmina en la contraposición entre los germanos y los partos como periferias contem­poráneas, aunque opuestas por sus sistemas políticos, siendo por ello Ger­mania una mayor amenaza para Roma que la monarquía arsácida,130 debido a lo inexpugnable de sus defensas. Esta apreciación geoestratégica abre la transición hacia el segundo núcleo narrativo de la “arqueología”, donde Tácito presenta las sucesivas campañas romanas contra los germanos desde la guerra cimbria (113-101 a. C.) hasta Calígula. En el pasaje, el relato cronológico de las acciones militares, focalizado en sus comandantes, se dispone en de­rrotas131 y victorias;132 tal simetría de los resultados bélicos corresponde con el relato de las ofensivas germanas temporalmente más cercanas a la pu­blicación de la obra, como se ve en el pasaje 37.5: “A partir de allí hubo tranquilidad, hasta que en ocasión de nuestra discordia y luchas civiles, tras haber tomado los cuarteles de invierno de las legiones, también quisieron tomar las Galias, y fueron rechazados; pues en tiempos más recientes han sido más motivo de triunfo que vencidos”.133

La “arqueología” concluye con este tercer núcleo narrativo, centrado en las causas internas de la frustrada dominación romana de Germania. Si bien la mención de la discordia civil, y de intentos de invasión de la Galia permiten relacionar el pasaje con las revueltas bátavas del año 69,134 la omisión de coordenadas temporales que definan claramente el contexto de referencia, rompe con la precisión cronológica de la materia histórica. Ello coincide con la ausencia de sujetos expresos en el pasaje y la elisión del agente en la cláusula final de la digresión, a partir de la cual se retoma, me­diante un cambio de tiempo narrativo, la materia etnográfica central en el capí­tulo 38.135 En este sentido, la narración histórica se ve afectada por la suspensión de sus requerimientos principales, tiempo y sujeto, lo que clausura súbitamente la “arqueología”, al no poder abordar de modo explícito las causas internas de la conflictiva relación entre Roma y Germania. Esta operación posee interesantes consecuencias en cuanto a la interacción genérica de la Germania con la tradición de la monografía histórica, cuyos rasgos este estudio ha detectado en Agricola.136 En primer lugar, la omisión de los sujetos hacia el final de la digresión del capítulo 37 se completa con la ausencia de discursos y prosopopeyas. En consecuencia, esto no solo está en detrimento de la función etiológica de la “arqueología”, sino que además contrapone a la Germania con De Bello Gallico y Agricola, obras que presentan extensos discursos de los agentes bárbaros y romanos, que apuntan específicamente a una mayor precisión de los eventa narrados.137 En segundo lugar, la ruptura de la referencia cronológica de la materia histórica que ocurre al cierre del excursus subvierte la relación jerárquica tradicional entre la materia histórica central y la etnografía digresiva: el relato del pasado conflictivo entre Roma y los bárbaros se torna una breve interrupción momentánea dentro del extenso relato etnográfico atemporal.

A partir de estas discontinuidades en el tratamiento de la materia histórica, resulta poco conducente interpretar la Germania bajo la etiqueta genérica de “monografía”. Ello se sostiene no en cuanto a su contenido o forma, sino en la posición marginal de la función histórica en el texto. Atendiendo a los criterios funcionales propuestos por John Marincola138 para abordar los textos historiográficos, la Germania no responde a tales parámetros. Principalmente, si bien posee un estilo narrativo, se focaliza temática y procedimentalmente en la etnografía, tradición en la cual abreva sus tópicos y estructuras compo­sitivas. Asimismo, no posee límites cronológicos precisos ni realiza una dis­posición de sus contenidos en función de la variable temporal. En adición a ello, la función narrativa histórica en la obra no solo se encuentra reducida y desplazada hacia el espacio narrativo marginal de la digresión, sino que también se vuelve textualmente relevante a partir de su relación periférica con respecto de la etnografía. En consecuencia, debido a sus interacciones genéricas con la tradición etnográfica, su proceso de autonomía con respecto del discurso histórico y su transgresión de los procedimientos tradicionales de la monografía, resulta adecuado interpretar la Germania como una “etnografía”, en tanto ella resulta la función dominante del texto en el plano genérico.

IV.3. La Germania: narrar la frontera

La digresión histórica del capítulo 37 no solo habilita, tal como se ha expuesto, reflexiones en cuanto al género literario del que participa la Germania, sino que asimismo abre interesantes perspectivas acerca de su orientación con respecto de su contexto. La cláusula final de la digresión, Nam proximis tem­poribus triumphati magis quam victi sunt, señala la importancia política de la actividad bélica en Germania en el pasado más inmediato, ya que la alu­sión a los germanos como motivo de triunfo se asocia a las victorias simu­ladas de Domiciano en sus campañas germánicas. Esta mención vincula temáticamente la obra con Agricola (39.1) no solo a nivel del tópico textual, sino en cuanto a su referente, dado que Tácito reafirma, en su segunda obra, la centralidad del limes renano-danubiano como espacio de legitimación imperial: así, la frontera se vuelve un tópico políticamente relevante en los dos primeros textos tacíteos. Con todo, en la Germania este tópico se despliega no solo en referencia temporal al pasado, sino que fundamentalmente se centra en el presente extratextual y en sus implicancias futuras. En el capítulo 33, al describir la consumada destrucción de los brúcteros por las tribus vecinas, Tácito relaciona la inestabilidad del limes con la actualidad y el devenir de Roma: “Pido que permanezca, y que dure para (estos) pueblos, si no el amor hacia nosotros, al menos el odio entre ellos, puesto que la fortuna ya no puede asegurar nada mayor que la discordia entre los enemigos, cuando urgen los hados del imperio”.139

Este pasaje, controvertido en cuanto a su interpretación ya positiva, ya negativa,140 apunta especialmente al ascenso de Trajano al poder imperial en simultáneo a su tarea militar en el limes; en este sentido, la frontera germánica resulta el ámbito central no solo de la política exterior romana, sino también el espacio principal desde el cual comienza su gobierno un nuevo emperador. Ello resulta relevante a la hora de analizar los interlocutores a quienes el texto se dirige. Puesto que la concepción tacítea de la historia se enfoca en el accionar de los individuos prominentes de la sociedad como fuente de sabiduría política práctica y moral,141 su escritura apunta a una audiencia perteneciente a la élite política, de la que Tácito mismo forma parte. Así, la Germania resulta un texto producido desde la clase senatorial para su recepción y utilización por el nuevo emperador.142 En este sentido, tal orientación específica del texto pone de relieve su importancia desde un aspecto estratégico: Tácito, como miembro del Senado, destaca mediante la descripción del territorio y las costumbres de los germanos la peligrosidad e inestabilidad de la periferia más allá del Rin, en contraposición a las fronteras orientales de Armenia, y especialmente a Dacia, objetivos militares de creciente interés durante el go­bierno de Domiciano. Desde este punto de vista, la Germania es un texto que delinea, en gran medida, una propuesta geopolítica para Trajano al inicio de su gobierno,143 tanto en el plano externo como interno, a partir de una triple referencial temporal. En primer lugar, Germania es la periferia excluida por César de su proyecto de conquista, al cual infructuosamente intentaron incorporarla Augusto y sus sucesores en reiteradas ocasiones. Con todo, este pasado militar resulta favorable con respecto del presente inmediatamente anterior a la publicación de la obra, cuando Domiciano convierte la Germania en objeto discursivo de su propaganda. En consecuencia, la referencia tem­poral al pasado en la Germania habilita el contraste entre Augusto y Domiciano como polos opuestos en una larga tradición de política exterior en el limes germánico, al final de la cual se inserta Trajano. Así, Tácito le presenta al nuevo emperador una política exterior doble para la frontera renano-danubiana: la continuidad del proyecto augústeo determina rechazar la propaganda domiciana. No obstante ello, completar la pacificación de Germania iniciada por Augusto implica reactualizar discursivamente la periferia al contexto de fines del s. I, de modo que la segunda referencia temporal de la Germania atañe a su significación al presente: los germanos ya no son bárbaros aislados al margen de la romanización; más aún, la guerra contra los romanos y sus propias divisiones internas los han convertido en la periferia libre e inestable más cercana a Roma. De allí que el conocimiento integral de la situación en el limes, y la focalización en él de la actividad bélica resulta estratégicamente vital para la seguridad interna y externa del Imperio. En este sentido, Trajano resulta el actor ideal para concretar a futuro la tan anhelada dominación política de Germania, debido a su larga experiencia militar en la frontera.

En consecuencia, la Germania surge como un texto que, al representar una zona transfronteriza, muestra a Trajano la fuente del capital simbólico del poder imperial. Por ende, el referente del texto es la frontera, en tanto interfaz que debe ser controlada para aumentar la gloria de Roma y la legitimidad del nuevo emperador. A la luz de ello, la reanudación de la conquista de Germania implica no solo la transgresión física de los límites geográficos, sino asimismo la suspensión simbólica de los límites temporales, puesto que la presencia de Trajano en el limes, contemporánea a la publicación de la Germania, representa un nuevo Augusto que someta definitivamente la peri­feria bárbara allende el Rin.

V. Conclusiones: la Germania como “etnografía de frontera”

Este artículo se inició a partir de detectar dos problemas notorios en la lectura tradicional de la Germania: su pretendida posición marginal frente a la atención que reciben las obras tacíteas de contenido netamente histo­rio­gráfico, y la interpretación del texto en el plano genérico como una “mo­no­grafía etnográfica”, las cuales no han producido aún una operación de lectura que integre el texto en sus diferentes niveles de significación. Luego de haber analizado la situación social específica de producción del texto, los antecedentes textuales y las diferentes particularidades de la Germania que establecen discontinuidades en su interacción genérica con la tradición, se propondrá una nueva etiqueta genérica para la obra, centrada en su liminalidad. Al respecto, bajo la concepción del “género literario” entendida por el modelo RGS como un proceso recursivo en el cual “lo retórico y lo social se reproducen uno al otro en tipos específicos de textos”, los cuales “per­miten estudiar lo social y lo retórico al tiempo que operan uno sobre otro, refor­zándose y reproduciéndose uno al otro, y a las actividades sociales, los roles y las relaciones que ocurren dentro de ellos”,144 la Germania se interpreta como un texto liminal, en tanto reproduce la importancia de la frontera en tres aspectos:

En primer lugar, su situación social específica se caracteriza por la centralidad de los márgenes hacia fines del s. I d. C.: en el plano geopolítico, el limes renano-danubiano es protagonista tanto de la expansión militar como de las luchas por el poder político del Imperio; en el plano literario, la expe­rimentación con los modelos textuales de época republicana y augústea, y la utilización de géneros menores revela el interés de los autores del periodo por las zonas marginales del canon textual. Todo ello coloca la frontera como ámbito relevante de referencia política y literaria para la sociedad romana de la época.

En segundo término, la centralidad de la frontera como situación social específica requiere de un enunciado que la represente. Tal exigencia social es realizada por Tácito en la Germania mediante una doble operación de cons­trucción textual: retoma un tópico de interés recurrente en la literatura de la época −la representación de Germania y sus habitantes− y lo reactualiza al volverlo recorte temático específico del texto. Este movimiento de centralidad textual de la periferia germánica se completa con la autonomización de su dispositivo narrativo: Tácito desplaza la etnografía de la digressio, su espacio textual marginal tradicional en la historiografía, y la vuelve materia narrativa central atemporal en la Germania; de este modo, relega el relato cronológico de la materia histórica y sus protagonistas al ámbito de la digresión en la obra.

Así, esta operación textual muestra la tercera representación de la fron­tera en la Germania: como producto de una época en transición entre dos regí­menes políticos, cuya referencia temporal es dinámica, en tanto el texto apunta al pasado, presente y futuro del Imperio.

Para finalizar, la Germania se distingue del resto de la producción de la época por la especificidad de su contenido, en respuesta a una situación re­tó­rica de creciente interés por la frontera de los ríos Rin y Danubio en la tran­sición del s. I al s. II d. C. En consecuencia, la caracterización genérica de la Germania como una etnografía de frontera propuesta por este artículo, de­vela en el texto los procesos de autonomía genérica de la etnografía, discurso tradicionalmente periférico, y al mismo tiempo visibiliza la frontera como un área relevante de praxis literaria y sus implicancias políticas en la cultura latina.

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5En esta línea, destaca la interpretación de Paratore 1951, pp. 318-335, acerca de la composición temprana de la Germania por Tácito durante la época de Domiciano, como un excursus de sus Historiae. Esta lectura fue sucesivamente descartada por la crítica. Al respecto, cf. Syme 1958, p. 128.

6Destacan especialmente el estudio de Lund 1991, y los ensayos de Rives 1999 y Audano 2020.

12 Farrell 2003, p. 396. NB: Las traducciones al español de las fuentes modernas son del autor del artículo.

14El artículo fundacional para esta perspectiva es Miller 1984.

17Esta datación, de amplio consenso en la crítica (cf. Rives 1999, p. 41), se sostiene en la mención del segundo consulado de Trajano, en el cap. 37 de la obra, como terminus post quem de la relación entre Roma y los germanos.

20La centralidad de las élites provinciales como factor de decisión en el destino del Imperio se revela especialmente durante el vacío de poder luego de la muerte de Nerón y las revueltas entre 68-69 d. C. Las luchas civiles consecuentes de la sucesiva proclamación de Galba, Otón y Vitelio como emperadores, apoyados alternadamente por las legiones fronterizas de Galia y Germania, se zanja con el ascenso de Vespasiano como princeps en diciembre de dicho año, respaldado por las legiones danubianas y las aristocracias provinciales asiáticas. La imposición de un emperador desde fuera de Roma por el ejército ciertamente reconfiguró el juego político del Imperio, tal como lo atestigua el propio Tácito (Hist., 1.1; 1.4; 1.8, ed. 1987-1992).

21Entre 16 a. C. y 9 d. C. Augusto organizó una serie de expediciones hacia el limes germánico: en 16 a. C., la conquista de los pueblos alpinos; en 12 a. C., la conquista de las tribus panonias por Tiberio; entre 12-9 a. C., la campaña contra las tribus renanas, la navegación de la costa frisia y la pacificación de Germania hasta el Elba por parte de Druso. Ya en 9 d. C., luego del desastre de Teutoburgo, comienzan las sucesivas ofensivas contra las tribus germanas sublevadas por Arminio, rebeliones que, aunque serían sofocadas por Germánico en 14 d. C. tras derrotar a marsos, catos y queruscos, expandieron el limes hasta el Elba solo de modo perentorio. Finalmente en 16 d. C. la coalición de Arminio fue finalmente derrotada y se recuperaron dos de los estandartes perdidos por Varo en Teutoburgo. No obstante ello, luego del regreso de Germánico a Roma y la celebración de su triunfo en 17 d. C., se perdió la ocupación efectiva de los territorios más allá del Rin.

23 Dart 2016, p. 207. Por otra parte, Luttwak 1976 interpreta estas acciones como coordinadas en el marco de una “estrategia fronteriza” basada en la defensa perimetral de la frontera (pp. 127-136). Para las críticas a esta postura, ver Whittaker 1994, pp. 62-70.

31Prueba de ello son algunas operaciones textuales, presentes en obras de la época, tales como la focalización del enemigo en el relato de la historia romana (Sil., 3.500-503, ed. 1934), la estrecha relación del emperador con la zona fronteriza (Mart., 7.5-8) o la importancia económica de las provincias (Stat., Silv., 3.3.85-98, ed. 2015).

38Marcial (Epigramma, 2.86, ed. 2007) desprecia la composición poética ornamentada y preciosista del labor limae catuliano, al tiempo que privilegia la espontaneidad de los géneros menores. Cf. Syme 1958, p. 90.

43Pretor y quindecenviro bajo Domiciano en 88 d. C. Cf. Tac., Ann., 11.11.1, ed. 1983.

44Consul suffectus en 97 d. C. Cf. Plin., Ep., 2.1.6.

48Sobre esta datación de la obra, la más aceptada, cf. Syme 1958, p. 19. Para un panorama completo de las diferentes posturas acerca de este asunto, cf. Beck 1998, especialmente su pri­mera parte.

57Sobre los antecedentes de la tradición monográfica en la historiografía griega, ver Rood 2007.

59 Cizek 1985, p. 25, llama a esta técnica “carptim”, a partir del famoso pasaje (Sall. Cat., 4.2) en que Salustio modaliza con dicho adverbio la tarea de escritura monográfica.

63 Tac., Agr., 18.2, acerca de su valentía en el campo de batalla: et modica auxiliorum manu, quia in aequum degredi Ordovices non audebant, ipse ante agmen, quo ceteris par animus simili periculo esset, erexit aciem. Tac., Agr., 40.3, sobre sus cualidades como pacificador de Britania: Tradiderat interim Agricola successori suo provinciam quietam tutamque.

64 Tac., Agr., 39.1: Inerat conscientia derisui fuisse nuper falsum e Germania triumphum, emptis per commercia, quorum habitus et crines in captivorum speciem formarentur: at nunc veram magnamque victoriam tot militibus hostium caesis ingenti fama celebrari.

66 Tac., Agr., 41.1: nec iam de limite imperii et ripa, sed de hibernis legionum et possessione dubitatum. NB: Todas las traducciones del latín al español son del autor de este artículo.

75F 67-69 (Ath., 4.151e y 152f), 268 (Str., 5.2.1), 269 (Str., 3.4.17), 274 (Str., 4.4.5), ed. 1989.

76Al respecto de las controversias sobre esta hipótesis, cf. Lampinen 2014, pp. 240-242.

77Plinio El Viejo (HN, 6.60, ed. 1906-1909) refiere una descripción de India compuesta por Lucio Anneo Séneca, la cual no nos ha llegado. Asimismo, el naturalista alude a descripciones geográficas producidas por oficiales al mando de campañas expansionistas, cuyos textos no han sobrevivido hasta el presente. Tal es el caso de la narración de la Mauritania Tingitana y los montes Atlas de Suetonio Paulino (HN, 5.14), la fuerza expedicionaria de Aulo Galo a Arabia Felix (HN, 6.160), y los comentarios de Domicio Corbulón de sus campañas a Armenia (HN, 5.83, 6.23). Por otro lado, el anónimo Periplo del Mar Eritreo(The Periplus Maris Erythraei, ed. 1989), fechado en torno a fines del s. i d. C., se centra en la floreciente ruta del incienso hacia el Cuerno de África y las costas del Mar Arábigo.

79Su contenido, presente en los perdidos libros 104-107 y 138-140 de Ab urbe condita, se encuentra transmitido por Floro en su epítome a la obra.

80La obra de Aufidio Basso es elogiada por su elocuencia (Tac., Dial., 23); asimismo, es mencionada por Quintiliano (Inst., 10.1.103). Por su parte, Bella Germaniae es nombrada en Annales (1.69.2); a su vez, su temática y las circunstancias de su composición son referidas por Plinio El Joven (Ep., 3.5.4).

81Esta posición ha sido defendida por Norden 1923, pp. 282-291 y secundada por Syme 1958, pp. 115-117.

83 Caes., BGall., 1.1, ed. 1999: qui trans Rhenum incolunt, quibuscum continenter bellum gerunt.

85 Schadee 2008, p. 163. Sobre las similitudes culturales entre galos y germanos, ver Cunliffe 1988, pp. 114-129.

86 Caes., BGall., 4.1: Usipetes Germani et item Tencteri magna [cum] multitudine hominum flumen Rhenum transierunt, non longe a mari, quo Rhenus influit.; BGall., 6.9: Caesar, post­quam ex Menapiis in Treveros venit, duabus de causis Rhenum transire constituit.

91 Tac., Germ., 28.1, ed. 1975: Validiores olim Gallorum res fuisse summus auctorum divus Iulius tradit, eoque credibile est etiam Gallos in Germaniam transgressos.

95 Tac., Germ., 1.1: Germania omnis a Gallis Raetisque et Pannoniis Rheno et Danuvio fluminibus, a Sarmatis Dacisque mutuo metu aut montibus separatur; cetera Oceanus ambit, latos sinus et insularum inmensa spatia complectens, nuper cognitis quibusdam gentibus ac re­gibus, quos bellum aperuit.

96 Caes., BGall., 1.1: divisa in partes tres, quarum unam incolunt Belgae, aliam Aquitani, tertiam qui ipsorum lingua Celtae, nostra Galli appellantur.

104Ver en este artículo n. 86, 87 y 88.

105 Tac., Germ., 4.1: Ipse eorum opinionibus accedo qui Germaniae populos nullis aliis aliarum nationum conubiis infectos propriam et sinceram et tantum sui similem gentem exstitisse arbitrantur.

106Sobre la elegancia de los peinados suevos, que contrasta con Caes., BGall., 4.1-2, cf. Tac., Germ., 38.2-4. Acerca de la complejidad de los cultos religiosos, en contraste con Caes., BGall., 6.21, cf. Tac., Germ., 39, 40.2-3, 43.4-5.

107Cf. Norden 1923, pp. 219-282.

108Rives 2002, p. 169.

109Tac., Germ., 7.2: Hi cuique sanctissimi testes, hi maximi laudatores; ad matres, ad coniuges vulnera ferunt: nec illae numerare aut exigere plagas pavent, cibosque et hortamina pugnantibus gestant. Germ., 8.1-2: Memoriae proditur quasdam acies inclinatas iam et labantes a feminis restitutas constantia precum et obiectu pectorum et monstrata comminus captivitate, quam longe inpatientius feminarum suarum nomine timent, adeo ut efficacius obligentur animi civitatum quibus inter obsides puellae quoque nobiles imperantur. Inesse quin etiam sanctum aliquid et providum putant, nec aut consilia earum aspernantur aut responsa neglegunt. Transiciones con la misma estructura relacionan la religión (Germ., 10.3) con la política (Germ., 11.1) a través de los vaticinios, o las relaciones sociales (Germ., 22) con la comida (Germ., 23) mediante los banquetes.

110Tac., Germ., 18.1: Quamquam severa illic matrimonia, nec ullam morum partem magis laudaveris; Germ., 19.2: plusque ibi boni mores valent quam alibi bonae leges; Germ., 20.3: Quanto plus propinquorum, quanto maior adfinium numerus, tanto gratiosior senectus; Germ., 22.3: deliberant dum fingere nesciunt, constituunt dum errare non possunt.

111Tac., Germ., 27.2: Haec in commune de omnium Germanorum origine ac moribus accepimus; nunc singularum gentium instituta ritusque, quatenus differant quaeque nationes e Germania in Gallias commigraverint expediam.Thomas 2009, p. 62, lee en esta fórmula ecos de la poesía épica (Aen., 6.756, 7.37, ed. 1969) y didáctica (Lucr., 2.62-66, 4.633-634, ed. 2020). Audano 2020, p. xcii, refiere expedio como marca de didactismo en pasajes de Salustio (Iug., 5, ed. 1941), y su utilización por Tácito en sus obras historiográficas posteriores (Hist., 5.1.1; Ann., 4.1.1).

119Podría citarse, por caso, el pasaje salustiano (Iug., 18) que explica el poblamiento de África dentro de su digresión geográfica (Iug., 17-19).

120 Tac., Germ., 28.2: Igitur inter Hercyniam silvam Rhenumque et Moenum amnes Helvetii, ulteriora Boii, Gallica utraque gens, tenuere.

121Tac., Germ., 28.2: Ne Ubii quidem, quamquam Romana colonia esse meruerint ac libentius Agrippinenses conditoris sui nomine vocentur, origine erubescunt, transgressi olim et experimento fidei super ipsam Rheni ripam conlocati, ut arcerent, non ut custodirentur. Germ., 29.2: Est in eodem obsequio et Mattiacorum gens; protulit enim magnitudo populi Romani ultra Rhenum ultraque veteres terminos imperii reverentiam.

122Tac., Germ., 32: Proximi Chattis certum iam alveo Rhenum quique terminus esse sufficiat Usipi ac Tencteri colunt.

123Tac., Germ., 33: pulsis Bructeris ac penitus excisis vicinarum consensu natio­num, seu superbiae odio.

124Tac., Germ., 34.2: Nec defuit audentia Druso Germanico, sed obstitit Oceanus.

125Tac., Germ., 36.1: In latere Chaucorum Chattorumque Cherusci nimiam ac marcentem diu pacem inlacessiti nutrierunt.

127Los galos cruzan a Germania (Tac., Germ., 28.1): eoque credibile est etiam Gallos in Germaniam transgressos. Quantulum enim amnis obstabat quo minus, ut quaeque gens evaluerat, occuparet permutaretque sedes promiscuas adhuc et nulla regnorum potentia divisas; los bátavos cruzan a Galia (Germ., 29.1): Batavi non multum ex ripa, sed insulam Rheni amnis colunt, Chattorum quondam populus et seditione domestica in eas sedes transgressus; la anexión de los Campos Decumates (Germ., 29.3): Levissimus quisque Gallorum et inopia audax dubiae possessionis solum occupavere; mox limite acto promotisque praesidiis sinus imperii et pars provinciae habentur.

128Tac., Germ., 37.2: Sescentesimum et quadragesimum annum urbs nostra agebat cum primum Cimbrorum audita sunt arma Caecilio Metello et Papirio Carbone consulibus. Ex quo si ad alterum imperatoris Traiani consulatum computemus, ducenti ferme et decem anni colliguntur: tam diu Germania vincitur.

129Tac., Germ., 37.3: Medio tam longi aevi spatio multa in vicem damna. Non Samnis, non Poeni, non Hispaniae Galliaeve, ne Parthi quidem saepius admonuere.

130Tac., Germ., 37.3: quippe regno Arsacis acrior est Germanorum libertas. Este contraste de sistemas políticos entre los bárbaros septentrionales, caracterizados por su asociación comunal y horizontal, frente a las sociedades orientales monárquicas y de organización social vertical, es un tópos recurrente en la etnografía grecolatina. Al respecto, cf. Timpe 2006, pp. 26-28.

131Tac., Germ., 37.4: At Germani Carbone et Cassio et Scauro Aurelio et Servilio Caepione Maximoque Mallio fusis vel captis quinque simul consularis exercitus populo Romano, Varum trisque cum eo legiones etiam Caesari abstulerunt.

132Tac., Germ., 37.4: nec inpune C. Marius in Italia, divus Iulius in Gallia, Drusus ac Nero et Germanicus in suis eos sedibus perculerunt. Mox ingentes C. Caesaris minae in ludi­brium versae.

133Inde otium, donec occasione discordiae nostrae et civilium armorum expugnatis legionum hibernis etiam Gallias adfectavere ac rursus inde pulsi. Nam proximis temporibus triumphati magis quam victi sunt.

135Tac., Germ., 38: Nunc de Suebis dicendum est.

136Cf. apartado tercero de este artículo.

137Tanto De Bello Gallico como Agricola incluyen extensos discursos que expresan la visión de bárbaros y romanos acerca de las campañas expansionistas del Imperio. Habiendo mencionado en el tercer apartado de este artículo los discursos parlamentos en Agricola, en De Bello Gallico se refieren el intercambio discursivo de embajadas con los germanos, y la posterior entrevista César y Ariovisto (1.34-44).

139Tac., Germ., 33.2: Maneat, quaeso, duretque gentibus, si non amor nostri, at certe odium sui, quando urgentibus imperii fatis nihil iam praestare fortuna maius potest quam hostium discordiam.

Recibido: 16 de Marzo de 2021; Revisado: 01 de Junio de 2021; Aprobado: 16 de Junio de 2021

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Nicolás Russo es profesor en Letras con orientación en Lenguas y Literaturas Clásicas (Universidad de Buenos Aires, Facultad de Filosofía y Letras, Argentina, 2016); se desempeña como auxiliar docente de Lengua y Cultura Latina en la cita­da Casa de Estudios. Sus líneas de investigación comprenden la representación del espacio, las fronteras geográficas e ideológicas y la relación margen-canon en la lite­ratura del periodo flavio. Es becario interno doctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) argentino desde 2018, institución que financia sus estudios doctorales acerca de la frontera como operación textual en Germania de Tácito. Forma parte de tres proyectos de investigación acreditados sobre las transformaciones genéricas en la literatura latina; ha participado en numerosos congresos del área y es autor de diversas publicaciones especializadas.

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