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Ciencias marinas

versión impresa ISSN 0185-3880

Cienc. mar vol.30 no.1b Ensenada mar. 2004

 

Artículos

 

Captura incidental de agujas y otras especies por palangreros venezolanos en el Mar Caribe y Océano Atlántico occidental: Periodo 1986-2000

 

Incidental catch of billfish and other species by Venezuelan longline vessels in the Caribbean Sea and western Atlantic Ocean: Period 1986-2000

 

Jesús S. Marcano1*, Asdrúbal Lárez2, Xiomara Gutiérrez3, José J. Alió1, Hebel Salazar1 y Maria Márquez1

 

1 Ministerio de Ciencia y Tecnología Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas (INIA). Apartado 236 Cumaná, Edo. Sucre 6101, Venezuela. *E-mail: jmarcano@inia.gov.ve

2 Ministerio de Ciencia y Tecnología Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas (INIA). Granja Salamanca La Asunción, Edo. Nueva Esparta 6311, Venezuela.

3 Ministerio de Agricultura y Tierra Instituto Nacional de Pesca y Acuacultura (INAPESCA). Cumaná, Edo. Sucre 610, Venezuela.

 

Recibido en mayo de 2003;
aceptado en noviembre de 2003.

 

Resumen

Se efectuó un análisis de la captura, el esfuerzo y la captura por unidad de esfuerzo (CPUE) en la pesca incidental de peces de pico y otras especies por palangreros del oriente de Venezuela, sobre la base de la información de las bitácoras de pesca en el periodo 1986-2000. El área total de pesca se dividió en dos sectores atendiendo a los distintos regímenes hidrológicos: Mar Caribe (11°-17°N y 61°-75°W ) y Océano Atlántico (5°-17°N y 50°-60°W). La flota aumentó de 9 hasta 41 unidades entre 1986 y 1996. Los túnidos conformaron el grupo dominante en los desembarques, con promedios de 73.2% en el Caribe y 78.8% en el Atlántico. El atún aleta amarilla (Thunnus albacares) fue la especie más importante, aportando 67.4% y 56% del total en peso capturado en los sectores Caribe y Atlántico, respectivamente. La captura incidental estuvo conformada por aguja blanca (Tetrapturus albidus), pez vela (Istiophorus albicans), aguja azul (Makaira nigricans), pez espada (Xiphias gladius), dorado (Coryphaena hippurus) y tiburones (mayormente Carcharhinus spp. e Isurus spp.). La aguja blanca y la aguja azul presentaron un patrón similar de variación y una declinación sostenida de la CPUE anual media en el periodo estudiado. La estacionalidad de la CPUE de ambas especies es marcada, y más evidente en el Caribe, con un mínimo entre junio y agosto. La aguja azul presentó la mayor CPUE (1.7 kg/100 anzuelos/día) de ambas zonas; el dorado registró similar CPUE en ambos sectores; la de pez espada fue más elevada en el Caribe y la de los tiburones en el Atlántico. Las CPUE medias anuales de la aguja blanca y los tiburones pelágicos, mostraron diferencias significativas entre los sectores Caribe y Atlántico. Las variaciones en abundancia de las especies están posiblemente asociadas con fenómenos migratorios alimentarios.

Palabras clave: captura incidental, peces de pico, CPUE, Mar Caribe, Océano Atlántico, palangre.

 

Abstract

An analysis is made of the catch, effort and catch per unit effort (CPUE) of the incidental capture of billfish and other species by longline vessels in eastern Venezuela. The information was based on fishing logbooks from 1986 to 2000. The fishing grounds were divided into two sectors according to the different hydrological regimes: the Caribbean Sea (11°-17°N, 61°-75W) and the western Atlantic Ocean (5°-17°N, 50°-60°W). The number of vessels in the fleet increased from 9 to 41 units between 1986 and 1996. Tunas were the dominant group in the landings, representing on average 73.2% in the Caribbean Sea and 78.8% in the Atlantic Ocean. Yellowfin tuna (Thunnus albacares) was the most important species, accounting for 67.4% and 56% of the total weight captured in the Caribbean Sea and Atlantic Ocean, respectively. The incidental catch was composed of white marlin (Tetrapturus albidus), sail fish (Istiophorus albicans), blue marlin (Makaira nigricans), sword fish (Xiphias gladius), dolphinfish (Coryphaena hippurus), and sharks (mainly Carcharhinus spp. and Isurus spp.). White marlin and blue marlin presented a similar pattern of variation and a sustained decrease in average yearly CPUE during the study period. For both species, CPUE seasonality was strong and more evident in the Caribbean, with a minimum in June and August. Blue marlin showed the highest yields per unit of effort (1.7 kg/100 hooks/day) in both sectors; dolphinfish showed similar CPUE values in both sectors, while the yields of sword fish were higher in the Caribbean Sea and those of sharks were higher in the Atlantic Ocean. The average annual CPUE of white marlin and several shark species showed significant differences between the Caribbean Sea and Atlantic Ocean sectors. The changes in abundance of the species seem to be associated with feeding migratory movements.

Key words: incidental catch, billfish, CPUE, Caribbean Sea, Atlantic Ocean, longline fisheries.

 

Introducción

En varias pesquerías industriales con palangre dirigidas a túnidos y a pez espada (Xiphias gladius) se capturan de manera incidental numerosas especies, representadas principalmente por el grupo de agujas, en particular aguja blanca (Tetrapturus albidus), aguja azul (Makaira nigricans) y pez vela (Istiophorus albicans); especies como el dorado Coryphaena hippurus; y el grupo de los tiburones: tiburón azul (Prionace glauca), tiburón macuira (Carcharhinus limbatus), tiburón carite (Isurus oxyrinchus), cornúa (Sphyrna mocarran) y tiburón zorro (Alopias vulpinus). También se ha informado sobre capturas secundarias de peces de pico en las pesquerías tropicales de cerco en el Océano Atlántico este y oeste (Delgado de Molina et al., 2000; Gaertner et al., 2002).

En el Mar Caribe operan las flotas palangreras industriales de varios países. Las embarcaciones de Taiwán y Japón comenzaron a operar en 1960, mientras que las de Venezuela y Cuba lo hicieron a partir de 1970, dirigiendo su esfuerzo a la captura de túnidos. Sin embargo, estas flotas reportaron la captura incidental de considerables volúmenes de peces de pico. Además de estas flotas, durante la década de los ochenta, los palangreros de los EUA también operaron en la región, con el pez espada como principal especie objetivo de su captura.

En algunos países del Caribe se desarrollan pesquerías deportivas y comerciales tanto industriales como artesanales, dirigidas a la captura de peces de pico. En Venezuela, Gaertner et al. (1989) describen la pesquería deportiva de peces de pico con caña y carrete, mientras que Alió et al. (1994) ofrecen detalles de la pesquería artesanal de peces de pico con red de enmalle, también en el litoral central, y Marcano et al. (1994) describen la pesquería de peces de pico de media altura o de bajura con palangre en la región oriental.

Recientemente y motivados por las altas tasas de explotación de los istiofóridos y de otras especies pelágicas en el Atlántico, se han realizado diversos estudios para estimar el estado de los efectivos de pesca de estos recursos. En este sentido Alió (com. pers.) estandarizan los índices de abundancia de la aguja blanca en la pesquería deportiva del litoral central de Venezuela, relacionando factores ambientales y tendencias históricas de la pesquería durante el periodo 1961-1989; Alió y Marcano (2001) contrastan la tendencia de la abundancia de marlines registrada en la pesquería deportiva del club Playa Grande y los torneos de pesca deportiva en la costa central de Venezuela durante el periodo 1984-1999; Arocha et al. (1999) estudian la pesquería, la estructura demográfica y el desarrollo de los oocitos del dorado C. hippurus en Venezuela y aguas adyacentes; Arocha et al. (2001) evalúan la captura incidental observada de peces de pico en la pesquería industrial de palangre venezolana en el Mar Caribe y en el Atlántico centro-occidental: 1991-1999; Arocha et al. (2002) analizan la captura observada de tiburones en la pesquería venezolana de atunes y pez espada de 1994 hasta 2000; Berkeley y Edwards (1998) estudian los factores que afectan la captura y supervivencia de peces de pico en las pesquerías palangreras en el Golfo de México; Goodyear (1998) hace un análisis de la posible utilización de vedas espacio-temporales para minimizar la captura incidental de marlines de los palangreros pelágicos de EUA; González-Ania et al. (2001) estandarizan tasas de captura del atún aleta amarilla en el Golfo de México basados en el programa de observadores de México y EUA; Marcano et al. (1997) hicieron un análisis de la biología y pesquería del dorado C. hippurus en Venezuela, mientras que Ortiz y Cramer (2001a, b) efectuaron una estandarización de las tasas de captura del pez espada y la albacora.

En el presente trabajo se analizan los desembarques y el esfuerzo aplicado por la flota de pequeños palangreros venezolanos en el Mar Caribe y el Océano Atlántico centro occidental durante el periodo 1986-2000 y se evalúan la tendencia y la estacionalidad de la CPUE de las especies capturadas incidentalmente, comparando entre las dos áreas de estudio, con el propósito de conocer la magnitud de estas capturas, el esfuerzo aplicado por las embarcaciones palangreras y la variación de la CPUE en el periodo considerado, así como la estacionalidad de las mismas.

 

Materiales y métodos

Las áreas tradicionales de pesca para las embarcaciones palangreras se ubican geográficamente en el oriente del Mar Caribe (11°-17°N; y 61°-75°W) y en la parte occidental del Océano Atlántico (5°-17°N y 50°-60°W) (fig. 1). Estas dos áreas de pesca se delimitaron atendiendo a los distintos regímenes hidrológicos que establecen una clara diferencia en el medio marino, tomándose como referencia el meridiano 61°W. El área 1 corresponde al Mar Caribe y el área 2 al Océano Atlántico.

El área 1 se caracteriza por la influencia de las surgencias costeras inducidas por la acción de los vientos predominantes en la primera mitad del año, las cuales están asociadas con la alta productividad del área (Fukuoka, 1965; Griffiths y Simpson, 1972), y por las descargas del Río Orinoco en la época de lluvias en el segundo semestre (Müller-Karger y Varela, 1990). Los cambios en la productividad primaria y el flujo de sedimentos biogénicos en esta región son los responsables directos de los cambios estacionales en la posición de la zona de convergencia intertropical (Müller-Karger y Aparicio, 1994).

El área 2 está particularmente influenciada por el Río Orinoco y otros ríos de caudal importante como el Amazonas, el Esequibo y el Demerara, ya que sus descargas proveen un importante aporte de nutrientes orgánicos de origen continental al medio marino (Müller-Karger y Varela, 1990).

La información estadística de la pesquería proviene de los cuadernos de bitácoras de las embarcaciones atuneras durante el periodo 1986-2000 y comprende: el nombre y las características estructurales de la embarcación, la localización geográfica de las áreas de pesca, la captura total y su composición por especie, el número de pescadores, el número de anzuelos utilizados, el número de días en el mar y de días efectivos de pesca.

La información de las bitácoras de pesca fue agrupada por meses y áreas de pesca, realizándose el cálculo del esfuerzo expresado en anzuelos-días, la captura total y por especies (t). El rendimiento o captura por unidad de esfuerzo (CPUE) se estimó como la captura de cada especie (kg) dividida por 100 anzuelos/día.

La captura y la magnitud del esfuerzo total anual correspondientes al lapso 1986-1991 fueron obtenidas de los registros estadísticos de los armadores de la flota palangrera de atún del oriente de Venezuela. En el periodo 1992-2000 el esfuerzo total anual se calculó de la manera siguiente: el 87% como la sumatoria del esfuerzo muestreado, a igual porcentaje de los viajes realizados por la flota palangrera atunera, y la fracción restante, el resultado de dividir la captura total anual desembarcada por la flota, entre la CPUE estimada a partir de los muestreos señalados. En cada una de las zonas de pesca se aplicó una prueba de Wilcoxon para datos emparejados con la finalidad de comparar los datos de CPUE anual por especie entre zonas (Sokal y Rohlf, 1997).

Para analizar la estacionalidad de la CPUE por especie, los datos fueron estandarizados para cada año, con el objeto de eliminar sesgos debidos a la presencia de valores atípicos para un año dado (Sokal y Rohlf, 1997). Para este propósito se utilizó la siguiente relación:

donde X'ij es la CPUE estandarizada del año i, el mes j; Xij es la CPUE nominal del año i, el mes j; Xi es la CPUE media del año i; y S¡ es la desviación estándar del año i.

La variación estacional de la CPUE de cada especie en las dos áreas de pesca fue entonces analizada por medio de un análisis de varianza factorial, usando año, mes, área y las respectivas interacciones como factores.

 

Resultados

Flota y arte de pesca

La flota palangrera venezolana experimentó un aumento significativo del número de embarcaciones, pasando de 9 en 1986 a 41 en 1996; sin embargo, decreció hasta 37 en 2000 (fig. 2). Sobre la base del inventario de 2000 se determinó que el promedio de eslora de los palangreros venezolanos fue de 19.7 ± 2.6 m y la capacidad media de almacenamiento de 34.7 ± 9.9 t.

El arte de pesca utilizado es el palangre de superficie o derivante tipo japonés (Mihara y Griffiths, 1971). Este está constituido por una serie de elementos estivados en piezas, conteniendo cada uno aproximadamente 280 m de cabo o línea madre, 14 m de cabo flotante o rendal y de 5 a 6 anzuelos, separados 20 m uno de otro. El número de piezas largadas en cada lance varió entre 180 a 200 unidades, lo cual representa en promedio un despliegue de 1.200 anzuelos, con una longitud de cabo de aproximadamente 70 km (Eslava, 1990). Los palangres se calan y recgen cada día. Como cebo utilizan la sardina (Sardinella aurita) y eventualmente calamares y un beloniforme llamado sama o sardina coreana (Colalabis saira). Los anzuelos de los palangreros tradicionales se calan a una profundidad de 40 a 80 m.

Captura y esfuerzo

La composición específica de las capturas de los palangreros es muy variada y registra varios grupos taxonómicos. Las especies más importantes en los registros fueron: los atunes Thunnus albacares, T. obesus, T. atlanticus y T. alalunga; el peto, Acantocybium solandri; peces de pico como la aguja azul, Makaira nigricans, la aguja blanca, Tetrapturus albidus, y la aguja picuda, T. pflugieri, y el pez vela, Istiophorus albicans; tiburones de los géneros Isurus, Sphyrna y Carcharhinus; y especies como el dorado, Coryphaena hippurus, y el pez espada, Xiphias gladius.

La captura media anual en el área 1 durante el periodo de estudio fue 525 t, mientras que la del área 2 alcanzó 213 t (fig. 3a, b). En la captura predominaron las especies de túnidos, con desembarques medios de 414 t en el área 1 y 156 t en el área 2. El atún aleta amarilla fue la especie más importante en los desembarques de ambas áreas, representando 67.4% y 56%, respectivamente (tablas 1, 2).

Los peces de pico representan el segundo grupo de especies en importancia en los desembarques, con capturas medias de 48 t en el área 1 y 18 t en el Océano Atlántico. En este grupo de especies, la aguja azul presentó los mayores volúmenes en los desembarques totales de ambas áreas de pesca, seguida de la aguja blanca y el pez vela (tablas 1, 2).

El esfuerzo pesquero tuvo fluctuaciones considerables en las dos áreas estudiadas. En el periodo 1986-1994 mostró una tendencia creciente en el área 1, seguida de un corto periodo de decrecimiento y de un aumento progresivo desde 1997 hasta 2000. Durante el periodo considerado, el mayor esfuerzo promedio se aplicó en el área 1 , y los valores máximos corresponden a los años 1994 y 1997 (fig. 3a, b).

Captura por unidad de esfuerzo (CPUE)

El promedio anual de la CPUE del dorado, C. hippurus, fue de 01 kg/100 anzuelos/día en el área 1 y en el área 2. En ninguna de las zonas de estudio se evidencia una tendencia definida de la abundancia relativa de esta especie; los valores más elevados de la CPUE se registraron en 1990 y 1996 en el área 1, y en 1992 y 1997 en el Océano Atlántico (fig. 4a). No se detectaron diferencias significativas de las CPUE por área (P > 0.05; tabla 3). La distribución estacional de la CPUE de esta especie indica una tendencia a declinar de principios a finales del año en las dos áreas de estudio. Los valores máximos se presentaron en marzo y abril, sin que se detectaran diferencias significativas entre los factores mes, área o su interacción (tabla 4).

La CPUE media anual del grupo de tiburones fue de 3.1 kg/ 100 anzuelos/día y 5.6 kg /100 anzuelos/día en las áreas 1 y 2, respectivamente. En ambas áreas la CPUE registró valores máximos en 1992 y 1997 (fig. 5a). Se detectaron diferencias significativas (P < 0.05) entre los valores de la CPUE de este grupo entre las dos zonas consideradas, resultando el promedio del área 2 más elevado que el de la 1 (tabla 3). La distribución estacional de la CPUE mostró diferencias significativas entre meses (tabla 4). Los valores máximos de la CPUE se observaron entre febrero y abril en el área 1, y en febrero, junio y agosto en la 2 (fig. 5b).

La CPUE media anual para la aguja blanca, T. albidus, mostró marcadas fluctuaciones en las dos áreas, con una fuerte declinación en 1992 y 1998, cuando se observaron los valores más bajos de la serie de tiempo. Las variaciones interanuales fluctuaron entre 0.2 kg/100 anzuelos/día y 2.6 kg/100 anzuelos/día, con un promedio de 1.3 kg/100 anzuelos/día en el área 1. Las fluctuaciones en el área 2 fueron entre 0.1 y 2.2 kg/100 anzuelos/día, con un promedio de 1 kg/100 anzuelos/día. Los valores máximos de CPUE se registraron en 1996 y 1991 en las áreas indicadas, respectivamente (fig. 6a). Se detectaron diferencias significativas entre las CPUE medias anuales en las dos áreas (P < 0.05); en el área 1 los promedios fueron más elevados que en la 2 (tabla 3). La distribución estacional de la CPUE mostró diferencias significativas entre meses, áreas e interacción área x mes (tabla 4). Los valores más elevados de la CPUE de la aguja blanca se observaron durante febrero-marzo y octubre-diciembre en el área 1, y tan sólo en marzo-abril en la 2, con escasa variación durante el resto del año (fig. 6b).

La aguja azul, M. nigricans, mostró una fuerte declinación en su abundancia relativa (CPUE) en las dos áreas estudiadas, desde el inicio del periodo de estudio hasta 1998 (fig. 7a). La CPUE en el área 1 osciló entre 0.2 y 3.4 kg/100 anzuelos/día, con un promedio anual de 1.7 kg/100 anzuelos/día, mientras que en el área 2 varió entre 0.3 y 2.7 kg/100 anzuelos/día, con un promedio anual de 1.2 kg/100 anzuelos/día. No se detectaron diferencias estadísticas significativas entre las CPUE medias anuales de esta especie en las dos áreas (P > 0.05; tabla 3). Se observa una fuerte y significativa variación estacional de la CPUE de este recurso entre meses, áreas e interacción mes x área (tabla 4). Los valores máximos de la CPUE se observan en los meses febrero-mayo y septiembre-diciembre en el área 1, y febrero-abril en la 2, no observándose fuertes variaciones el resto del año en esta última área (fig. 7b).

El pez vela, I. albicans, presentó un patrón de abundancia relativa similar al de la aguja azul, siendo los valores medios registrados, inferiores al de esta especie y a los de la aguja blanca. El promedio anual en el área 1 fue de 0.7 kg/100 anzuelos/día y en el Océano Atlántico de 0.9 kg/100 anzuelos/día (fig. 8a). No se detectaron diferencias significativas entre las CPUE medias anuales de esta especie en las dos áreas de pesca (P > 0.05; tabla 3). Tampoco se registraron diferencias significativas en la estacionalidad de la CPUE de esta especie en ninguna de las áreas (tabla 4). Sin embargo, se observa una tendencia de la CPUE a aumentar durante los meses de febrero y octubre-diciembre en el área 1, y en agosto-septiembre en el área 2 (fig. 8b).

La CPUE media anual del pez espada, X. gladius, en el área 1 fue de 1.5 kg/100anzuelos/día, con fluctuaciones entre 0.1 y 7.3 kg/100 anzuelos/día. En el Océano Atlántico se registraron variaciones entre 0.1 y 9.9 kg/100 anzuelos/día (fig. 9a). Se detectaron diferencias significativas de la CPUE de esta especie entre las dos zonas de pesca, presentándose en el área 1 los valores más elevados (tabla 3). El análisis de la estacionalidad de la CPUE de esta especie reveló que existen diferencias significativas entre meses pero no entre áreas ni en la interacción área x mes (tabla 4). Los valores máximos de CPUE se observaron en enero, marzo y octubre en el área 1, y en abril en la 2 (fig. 9b).

 

Discusión

Las embarcaciones palangreras venezolanas orientan mayormente su esfuerzo a la captura de túnidos, y la composición específica de sus capturas es similar a la observada por Hooft y Ramos (1972), Novoa y Ramos (1976) con datos comerciales, Marcano et al. (2002) en los reportes del programa de observadores del Atlántico centro occidental, así como Hazin et al. (1998) en la pesquería palangrera del noreste de Brasil. Sin embargo, entre 1987 y 1996 también llegaron a operar en Venezuela nueve embarcaciones palangreras orientadas a la captura de pez espada, incorporando tecnologías más avanzadas que los palangreros tradicionales, lo cual permitió elevar apreciablemente la captura de esta especie (Alió et al., 1993). A finales de la década de los noventa el número de embarcaciones de pez espada se redujo a dos y éstas diversificaron sus operaciones, alternando entre túnidos y pez espada como especies objetivos. Este comportamiento fue inducido por el incremento en los precios de los túnidos, en especial del atún aleta amarilla, así como también debido a las restricciones del mercado norteamericano al comercio de pez espada de tallas pequeñas. El porcentaje de ejemplares juveniles de pez espada en el Mar Caribe próximo a Venezuela fue registrado cercano a 75% (Alió et al., 1993).

En comparación con la flota palangrera venezolana, las embarcaciones palangreras de los EUA que operan en el Mar Caribe y el Golfo de México tienen como principales especies objetivos el pez espada, el atún aleta amarilla y otros túnidos (Ortiz y Cramer, 2001). Por su parte, los palangreros de la flota mexicana tienen como especie objetivo el atún aleta amarilla, el cual representa cerca de 50% de la captura y se reporta una gran variedad de peces en la captura incidental, tales como peces de pico, tiburones y atún aleta azul (González Ania et al., 2001).

La estructura del palangre utilizado en Venezuela no se ha modificado hasta muy recientemente, habiéndose mantenido el uso de seis anzuelos por pieza. En 2003 se registra que algunas embarcaciones de la flota dirigida a túnidos han adoptado la modalidad del palangre americano, el cual tiene una línea madre continua de poliamida cristalina, liberada y recogida desde un carrete, con brazoladas también de poliamida, y con cuatro anzuelos en promedio por sección (O. Rodríguez, INAPESCA Sucre, com. pers.).

Las capturas totales de la flota palangrera venezolana oscilaron entre 457 y 1110 t en 1986-2000, cifras inferiores a las encontradas por Griffiths y Nemoto (1967), Mihara y Griffiths (1971) y Eslava (1990). Esta disminución de las capturas de los palangreros está en consonancia con lo señalado por ICCAT (2002) sobre el comportamiento de los diferentes efectivos de especies de peces de pico explotados en el Océano Atlántico en general.

Guzmán et al. (1994) señalan que, en la pesquería de pequeños palangreros en el Mar Caribe, la captura del atún aleta amarilla registró valores promedios del 83% del total desembarcado, mientras que Salazar y Marcano (1994) informan capturas del aleta amarilla que representan entre 93% y 96% de la captura desembarcada proveniente del Mar Caribe. En este estudio, los túnidos conforman el grupo de especies más importante de los desembarques totales del Mar Caribe y del Océano Atlántico, siendo el atún aleta amarilla la especie con el porcentaje promedio anual más elevado en ambas áreas de pesca.

Los peces de la familia Istiophoridae se capturan incidentalmente en las operaciones de la flota industrial palangrera, y en su conjunto representan el segundo grupo en importancia en los desembarques después de los túnidos. La aguja azul (M. nigricans) y la aguja blanca (T albidus) mostraron porcentajes similares de captura en el Mar Caribe y el Océano Atlántico, mientras que la captura desembarcada de pez vela (I. albicans) proveniente del Océano Atlántico duplica a la del Mar Caribe. Una situación contraria se observa en los desembarques de pez espada (X. gladius).

El análisis de la información sobre el esfuerzo pesquero permite señalar que, durante todo el periodo de estudio, con excepción de 1997 el mayor esfuerzo se ejerció en el Mar Caribe y, en promedio, éste representó el 71% del total aplicado por la flota, correspondindo el resto al área Atlántica. Similares resultados fueron encontrados por Griffiths y Nemoto (1967), Hooft y Ramos (1972), Salazar (1985), Eslava (1990) y Salazar y Marcano (1994). La concentración del esfuerzo en el Mar Caribe podría estar asociada a varios factores entre los que se citan, la abundancia de las diferentes especies de túnidos y de peces de pico en esa región favorecida por los cambios ambientales que allí ocurren Müller-Karger y Varela (1990), y la limitación en la autonomía de las embarcaciones cuyo reducido tamaño limita su operación en áreas muy alejadas de sus puertos base, debiendo concentrar su esfuerzo en el área caribeña.

Los rendimientos de las dos áreas estudiadas han sido relacionados con diversos factores. Marcille (1985) demuestra la existencia de alta productividad primaria que se corresponde con los afloramientos de Guyana y de Venezuela, e indica además que la productividad de estas áreas depende grandemente de su riqueza hidrológica. Gaertner et al. (1989) indican que los factores hidroclimáticos, como la temperatura y el oxígeno disuelto, condicionan el hábitat de las especies e influyen sobre la captura de túnidos. Müller-Karger y Varela (1990) indican que el aporte de los grandes ríos de la zona (Orinoco, Amazonas, Esequibo y Demerara) puede considerarse como un factor importante que regula la abundancia aparente de los recursos pesqueros del área, mientras que Aparicio-Castro (2003) señala que las descargas del Orinoco alcanzan latitudes altas en el Mar Caribe, lo cual promueve una elevada productividad orgánica que se traduce en la promoción de la riqueza íctica de la región.

Las capturas de las agujas blanca y azul, así como de pez vela, presentaron similares patrones de variación en el Mar Caribe, mostrando además una declinación sostenida en su CPUE anual media en el periodo estudiado. Las CPUE de las agujas azul y blanca fueron mayores en el Mar Caribe que en el Océano Atlántico occidental, mientras que las de pez vela fueron mayores en esta última área. Marcano et al. (1994) indican que, en la pesquería industrial con palangre orientada al pez espada, el rendimiento promedio mensual muestra valores relativamente bajos de CPUE para los istiofóridos. La aguja blanca presenta la menor CPUE anual, mientras que el mayor valor correspondió a la aguja azul.

En las pesquerías artesanal y recreacional de peces de pico en Venezuela, se observa una tendencia a la declinación de la abundancia de cada una de estas especies en las últimas dos décadas (Gaertner y Alió, 1994; Marcano, 2002). Aun cuando los resultados de las evaluaciones recientes de los stocks de estas especies en el Océano Atlántico no han sido enteramente satisfactorios, debido a incertidumbres en la confiabilidad de los datos de captura, descartes, estructura de los stocks, algunos parámetros biológicos y el estado de explotación de estas especies, existen indicios que los stocks de las especies de peces de pico se encuentran explotados al máximo o, posiblemente, sobre explotados, y requieren de la aplicación de medidas especiales para reducir su mortalidad por pesca (ICCAT, 2002).

La tendencia estacional de la CPUE de las agujas blanca y azul es similar en los dos áreas de estudio. Además estas dos especies presentan un comportamiento diferencial del patrón estacional en las dos áreas consideradas, siendo la estacionalidad más pronunciada en el Mar Caribe. El periodo de mayor abundancia observado en ambas especies en el Mar Caribe tiene lugar en febrero-marzo y octubre-diciembre, mientras que en el Océano Atlántico occidental ocurre en febrero-abril y septiembre. Bayle y Prince (1994) reportaron un patrón de movimiento norte-sur para la aguja azul en general, el cual parecen estar relacionado con los patrones de cambios estacionales en el ambiente. Durante el invierno, cuando la temperatura del agua desciende, la aguja azul permanece en los límites del Mar Caribe y el Océano Atlántico tropical. Durante el verano la distribución de aguja azul se expande a latitudes más al norte, coincidiendo con el incremento de la temperatura del agua. La aguja blanca presenta un patrón similar al descrito para la aguja azul. En el pez vela parece haber un patrón de movimiento norte-sur, el cual es similar al movimiento estacional antes descrito para las dos agujas. Sin embargo, la expansión estacional del pez vela parece no extenderse tan al norte como la de las otras agujas, tendencia sustentada por los patrones de movimiento registrados en los datos de marcaje y recaptura.

El patrón estacional antes mencionado contrasta con el que se reporta en la pesquería deportiva de agujas de la región central de Venezuela (Gaertner et al., 1989), así como en la pesquería artesanal de agujas en Playa Verde, en la misma zona (Marcano et al., 2001). Estos autores encuentran que las CPUE de las agujas azul y blanca se complementan en el tiempo. La aguja azul muestra mayor abundancia durante la primera mitad del año, especialmente entre marzo y mayo, mientras que la aguja blanca es más abundante durante la segunda mitad del año, particularmente entre julio y septiembre. En esta misma pesquería Alió et al. (1994) indican que la CPUE del pez vela es más elevada durante marzo, abril y de junio a noviembre. El presente estudio evidencia que la aguja blanca está presente en el Mar Caribe durante el primer trimestre del año, pero no desciende hacia la porción sur de esta región, mientras que, durante el último trimestre del año, la aguja blanca ocupa el área general del Caribe incluyendo su porción sur.

Las agujas blanca y azul se encuentran distribuidas a lo largo del límite propuesto norte-sur (norte y sur del Atlántico, separadas por el paralelo de los 5° de latitud norte) durante todo el año. El desove presenta una amplia distribución espacio temporal en el conjunto de zonas tropicales y subtropicales del Océano Atlántico. Las marcas recuperadas sugieren que se producen desplazamientos transatlánticos y, además, que la aguja blanca realiza movimientos a lo largo de los 5° de latitud norte (ICCAT, 2001).

Los rendimientos promedio del dorado, C. hippurus, en la pesquería industrial palangrera son muy bajos, comparados con los de su similar artesanal. En la primera los rendimientos observados para las dos áreas de estudio fueron de 0.1 kg/100 anzuelos/día, mientras que, en la pesquería artesanal palangrera alcanzaron niveles de 23 kg/100 anzuelos/día (Marcano et al., 1997). Esta situación está posiblemente relacionada con el hecho que en los últimos años los palangreros artesanales han dirigido su esfuerzo a la extracción de esta especie, y que probablemente operan de manera más eficiente al usar carnada viva. Este criterio coincide con lo expresado por Marcano et al. (1997) quienes, además, señalan que la pesca de esta especie tiene lugar durante todo el año, aun cuando presenta mayor abundancia de abril a julio. Similares resultados fueron encontrados en este estudio para las dos área evaluadas.

El patrón estacional del dorado es muy similar en las dos áreas estudiadas: en el Caribe muestra una tendencia a disminuir desde abril hasta noviembre, con leves aumentos en julio y diciembre; en el Atlántico se produce una reducción en la CPUE desde marzo a diciembre, con incrementos en julio y agosto. Las variaciones detectadas entre la CPUE estandarizada para el dorado C. hippurus en el Caribe y en el Atlántico podrían atribuirse a la presencia de más de un stock de la especie en ambas zonas. En este sentido, investigaciones llevadas a cabo por Oxenford y Hunte (1986) señalan que la estructura del stock del dorado es desconocida en el Atlántico oeste, pero las diferencias en los parámetros de la historia de vida sugieren que hay más de un stock en el área.

A pesar de la importancia del grupo de tiburones en los desembarques, la información disponible no permitió separar la captura por especies. Sin embargo, González y Gaertner (1992), Yegres et al. (1996) y Arocha et al. (2002), basándose en registros de observadores a bordo, señalan que la flota de palangre venezolana captura 21 especies de tiburones, principalmente el tiburón azul (Prionace glauca) y el tiburón macuira (C. limbatus) con 30.6% y 23.7%, respectivamente, de las capturas totales en número, seguidos del tiburón poroso (Rhizoprionodon porosus), la cornuda gigante (S. mokarran) y el tiburón carite (Isurus oxyrinchus), que en conjunto representan 23%.

Las diferencias encontradas en la distribución estacional de la CPUE de tiburones pueden estar condicionadas a la heterogeneidad del grupo. Aunque no es posible aún separar las capturas de tiburones por especie, con el auspicio de ICCAT se inició en Venezuela un programa de observadores a bordo a partir de 1991, en el cual se hacen registros de la composición y estructura de tallas de los túnidos, peces de pico, tiburones y otra fauna capturada incidentalmente (Marcano et al., 2002). En base a estos muestreos se podrá conocer la composición específica de los desembarques generales de tiburones de la flota palangrera industrial de este país.

La información de CPUE disponible para el pez espada muestra una marcada variabilidad interanual sin un patrón definido. Este hecho también es reportado por Singh-Renton y Mahon (1996) para la CPUE de la flota coreana que operó en el Caribe suroriental entre 1976 y 1988. Estos autores consideran que la naturaleza incidental de las capturas de pez espada pudieran ser la causa del patrón observado en las variaciones de su CPUE.

Las tasas de captura de pez espada en el Mar Caribe fueron superiores a las del Océano Atlántico, y se presentaron, en ambas áreas, dos picos de abundancia correspondientes al segundo y tercer trimestre.

En general, se puede decir que los cambios en la abundancia y distribución de las especies capturadas incidentalmente por palangreros industriales venezolanos responden a cambios en parámetros ambientales del medio acuático que pueden influir sobre la disponibilidad de alimento, tales como temperatura y aporte de nutrientes por grandes ríos, entre otros.

En este estudio, y a pesar de las incertidumbres en los supuestos básicos para los análisis sobre la condición de los stocks de las especies de peces de pico, se presentan evidencias de la disminución progresiva en la abundancia relativa de las agujas blanca y azul y del pez vela en los últimas dos décadas. Considerando que estas especies son componentes principales de la captura incidental de las flotas palangreras, se confirma el alto grado de explotación de los stocks de estas especies. Es, así, necesaria la implementación de regulaciones especiales para reducir lo más posible la captura de las especies de pico, en concordancia con lo señalado por la Comisión Internacional para la Conservación del Atún del Atlántico.

Finalmente, es necesario ordenar las pesquerías orientadas a tiburones y aquellas en las que este grupo de especies constituye parte fundamental de la captura incidental, a la vez que se implementen estrategias para la determinación de la captura de tiburones por especie para mejorar los conocimientos sobre el estado de las poblaciones de estas especies.

 

Agradecimientos

Queremos agradecer la ayuda prestada por Antulio Prieto y Jeremy Mendoza, quienes leyeron el manuscrito y aportaron sugerencias que lo mejoraron; a Liz Villegas, quien colaboró en la preparación del material gráfico; a los técnicos del Instituto Nacional de Pesca y Acuacultura (INAPESCA), Wilfredo Martínez y Alfredo Figueroa, quienes ayudaron a recolectar la información de campo; y a los patrones de las embarcaciones palangreras su paciencia en el llenado de las bitácoras. Finalmente, agradecemos las sugerencias de los árbitros, las cuales fueron incorporadas al texto. Este trabajo fue financiado en parte por el Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas, proyecto 612-17001.

 

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