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Estudios demográficos y urbanos

versión On-line ISSN 2448-6515versión impresa ISSN 0186-7210

Estud. demogr. urbanos vol.27 no.1 Ciudad de México ene./abr. 2012

https://doi.org/10.24201/edu.v27i1.1404 

Artículos

Distribución espacial del sector servicios en la Ciudad de México, 1960-2008

Spatial Distribution of the Service Sector in Mexico City, 1960-2008

Gustavo Garza* 

* Profesor investigador del Centro de Estudios Demográficos, Urbanos y Ambientales de El Colegio de México. Correo electrónico: <ggarza@colmex.mx>.


Resumen:

En este artículo se analiza la evolución de la conformación espacial del sector servicios en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México de 1960 a 2008. El escrito está estructurado en cinco incisos principales, en los que se estudia la distribución del producto interno bruto de los establecimientos comerciales y de servicios localizados en las cinco zonas en que se subdivide la metrópoli. Se calculan tres indicadores para medir y analizar la evolución de la localización de las actividades terciarias en cada etapa de la expansión de la urbe. En su formulación más general, se concluye que el nodo central aumenta su índice de concentración relativa durante todo el periodo, imprimiendo a la ciudad una conformación espacial clásica de sus actividades terciarias, esto es, con una significativa tendencia decreciente del centro a la periferia.

Palabras clave: sector servicios; organización espacial de la producción; estructuración intrametropolitana de las actividades de servicios; Ciudad de México

Abstract:

This paper’s proposal is to analyze the evolution of the spatial conformation of the service sector within the Metropolitan Area of Mexico City from 1960 to 2008. The document, divided in five major sections, studies the gross domestic product distribution of the commercial and service activities located in five areas in which the metropolis is subdivided. Three indicators are calculated to measure and analyze the evolution of the location of tertiary activities in each stage of the expansion of the city. In its most general formulation, it is concluded that the central node increases its index of relative concentration throughout the period, gives the city a spatial classical tertiary organization of activities, that is, a significant downward trend from the center to the periphery.

Key words: services sector; spatial organization of production; intra-metropolitan structuring of service activities; Mexico City

Entre 1950 y 2010 las metrópolis del mundo con más de 10 millones de habitantes se multiplicaron de 2 a 21 (United Nations, 2010: 6). Además en 2005 existían 100 ciudades con población superior a los tres millones de habitantes (Garza, 2010: 530-531). La gran expansión del tejido urbano de estas ciudades ha implicado su metamorfosis hacia patrones intrametropolitanos complejos, los cuales han recibido múltiples denominaciones. Sin constituir una lista exhaustiva, se han recopilado cincuenta nombres para describir la configuración espacial que siguen las metrópolis, entre los que destacan: anticity, ciudades à la carte, exopolis, ciudad galáctica, edge city, edgeless city, megacentro, ciudad sin límite, megalópolis, metrotown, penturbia, ciudad región, ciudad policéntrica, ciudad desparramada, ciudad aspersora, tecnoburb, etc. (Taylor y Lang, 2004: 952-953). A éstos se les pueden agregar las denominaciones de ciudades de patrón cuasi-aleatorio, clusters, informática o telemática, entre otras (Graham y Marvin, 1996). Adicionalmente se ha planteado la necesidad de incorporar en el análisis de las grandes urbes su “área periurbana extendida”, pues en ella se desarrollan enclaves económicos muy dinámicos (Aguilar y Ward, 2003: 18). Las anteriores denominaciones enfatizan el carácter disperso de las funciones urbanas en las grandes aglomeraciones, pero “el proceso es mucho más complejo que la simple dispersión, pues la descentralización implica cierto grado de recentralización” (Taylor y Lang, 2004: 954). Cabe aclarar que la conceptualización mencionada se aplica a las grandes metrópolis, pero la inmensa mayoría de las ciudades son pequeñas y medianas, las cuales concentran sus actividades económicas en forma básicamente monocéntrica.

La mayoría de las publicaciones especializadas en las grandes urbes se ha circunscrito a describir la morfología que caracteriza al tejido metropolitano, como lo evidencian los múltiples nombres con que se ha bautizado. No obstante, ciertos artículos más analíticos abordan algunos de los factores determinantes del patrón metropolitano contemporáneo y, lo que es más importante, establecen que la configuración espacial resultante es el producto final de su larga evolución histórica (Gottdiener, 1985; Airoldi et al., 1997; Stoper, 1997; Capello, 2007; Hutton, 2008; Beall y Fox, 2009).

En el marco de la revolución terciaria que emerge durante la segunda mitad del siglo XX en prácticamente todos los países del mundo, un buen número de los escritos analiza la organización intrametropolitana del sector de los servicios, el cual es con mucho el principal dentro de la estructura macroeconómica de las grandes urbes al absorber entre 70 y 95% de su producto total (Bergsman, Greenston y Healy, 1973: 169; Cardew, Langdale y Rich, 1982: 21; Begg y Moore, 1987: 57; Williams, 1997: 222).

Dentro de esta última línea de investigación, este escrito tiene el propósito general de analizar la evolución de la conformación espacial del sector servicios en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México (ZMCM) de 1960 a 2008. En la investigación más amplia en que se inscribe este trabajo se introducirán los factores determinantes de dicha configuración terciaria, estructurados en torno al proceso de producción capitalista de las condiciones generales de la producción (CGP) u obras de infraestructura y servicios públicos urbanos, que son indispensables para el funcionamiento de las firmas, pero externos a ellas.

En general se acepta que los servicios intensivos en conocimientos orientados al aparato productivo se localizan fundamentalmente en las grandes metrópolis y principalmente en su distrito central de negocios. Ello ocurre porque la localización de dichas actividades requiere de una infraestructura telemática de alta tecnología, equipamiento sofisticado, avanzados servicios generales de la producción, amplia oferta de capital humano profesionalmente calificado, así como un mercado de consumidores con elevado poder adquisitivo. Todos estos elementos se amalgaman dentro de las megaurbes constituyendo una colosal fuerza productiva socializada, esto es, externa a las empresas pero necesaria para que operen y puedan aspirar a ser internacionalmente competitivas.

En las grandes urbes se localizan las modernas firmas de informática, servicios profesionales complejos, así como finanzas y seguros, las cuales “tienden a procurar una misma localización, tan cercana como sea posible” (Daniels, 1985: 184). Esto implica un patrón de concentración doble: una clara orientación de los servicios superiores a localizarse en las principales metrópolis; dentro de ellas, una tendencia a establecerse en el centro de negocios principal, o en algún subcentro más exclusivo, dependiendo de la extensión del tejido metropolitano.

El objetivo general de este trabajo es analizar la evolución del patrón de distribución del sector servicios en la ZMCM en el periodo de 1960 a 2008, según cinco zonas en que se divide la urbe y 17 grupos de comercio y servicios clasificados en dos subsectores con seis conjuntos de actividades. Las cinco zonas están constituidas por un nodo central formado por cuatro delegaciones, en torno al cual se van agregando paulatinamente, a partir de los años sesenta, una serie de cuatro anillos concéntricos que en 2000 presentaban la siguiente morfología: 1) un primer contorno compuesto por 11 unidades políticas (siete delegaciones del Distrito Federal y cuatro municipios del Estado de México); 2) un segundo contorno integrado por cuatro delegaciones y 10 municipios; 3) un tercer contorno formado por una delegación y 17 municipios; y, finalmente, 4) un cuarto anillo de nueve municipios mexiquenses y uno del estado de Hidalgo.1 En conjunto se tiene una zona metropolitana constituida por 57 unidades políticas en 2000, pero por la incorporación incipiente del cuarto contorno es válido mantenerla para 2010, como se verá en este trabajo. Se trata de determinar qué tipo de organización territorial presentan las actividades terciarias en este gran conglomerado que constituyó el segundo más poblado del planeta hasta 2005, pero que en 2010 ha pasado al quinto sitio después de Tokio, Delhi, São Paulo y Bombay (United Nations, 2010).

El análisis de la desconcentración del sector servicios en la ZMCM se realizará siguiendo cinco etapas del desarrollo económico del país, diferenciadas según el nivel de la tasa de crecimiento del PIB: 1) el “milagro económico” entre 1960 y 1980, con una tasa de 6.6%; 2) la “década pérdida” de 1980 a 1988, con 0.09%;23) la recuperación relativa de 1988 a 1993, con 3.9%; 4) la recuperación-recesión entre 1993 y 2003, con 2.5%; y 5) la recuperación moderada, de 2003 a 2008, con 3.4 por ciento.3

El escrito está estructurado en cinco incisos principales, más las conclusiones. En ellos se estudia la distribución del producto interno bruto (PIB) de los establecimientos comerciales y de servicios localizados en las unidades administrativas que constituyen las cinco zonas en que se subdivide la metrópoli en cada uno de los periodos considerados. Se calculan tres indicadores para medir y analizar la evolución de la localización de las actividades terciarias en cada etapa de la expansión de la ZMCM, los cuales se explican más adelante.

Este trabajo es un primer producto de una investigación de mayor aliento titulada “Estructuración intrametropolitana del sector servicios en la Ciudad de México, 1960-2008”, que está realizando el que esto escribe. Se trata de continuar un proyecto concluido para el ámbito intermetropolitano, cuyos resultados están plasmados en cinco libros sobre la dinámica y estructura del sector terciario en las 32 entidades federativas de México y sus 100 principales ciudades (Garza, 2008; Garza, coord., 2006, 2010 y 2011; Garza y Sobrino, coords., 2009). En esta oportunidad se intenta avanzar en la comprensión de la conformación de las actividades terciarias en el ámbito intraurbano de la Ciudad de México.

La base de datos utilizada se obtuvo del IV, VIII, X, XI, XIII y 2009 censos comerciales y de servicios que contienen información para 1960, 1980, 1988, 1993, 2003 y 2008. Las variables captadas comprenden las principales características de los dos sectores anteriores, esto es, el número de establecimientos, el personal ocupado, el capital fijo, el valor bruto de la producción, los insumos totales y el valor agregado o producto interno bruto (PIB). En esta ocasión se analizará únicamente la última variable, correspondiente al comercio y los servicios en negocios establecidos según 17 grupos de actividad en que se dividen las actividades del sector terciario. La información de los seis censos analizados corresponde al periodo de 1960 a 2008 y se homologó mediante una compleja metodología para hacer comparable la clasificación de cada censo para los 17 grupos mencionados, además de permitir su análisis diacrónico mediante su ajuste con los valores del PIB del sistema de Cuentas Nacionales. En Garza, 2008 (apéndices metodológicos 1 y 2), se hizo este ejercicio hasta 2003 y en este nuevo proyecto se agregó 2008 para incorporar los últimos Censos Económicos cuya información apareció en octubre de 2010.

Los datos estadísticos procesados para la investigación son, por ende, los valores absolutos de las Cuentas Nacionales con la estructura de los 17 grupos de cada censo, cuya distribución territorial comprende las 16 delegaciones del Distrito Federal, 40 municipios del Estado de México y uno de Hidalgo. Las cifras de los valores absolutos del PIB para México, la ZMCM y las cinco zonas intrametropolitanas se obtuvieron de la base de datos del proyecto mencionado.4 Con dicha información es posible efectuar un análisis diacrónico realista de la distribución de las actividades económicas en la megaurbe, pues se resuelve la gran limitación de los Censos Económicos: están diseñados para su estudio sincrónico, esto es, únicamente para el año recolectado.

Con base en el anterior ejercicio, se puede decir que en 1960 la ZMCM concentró 38.9% del PIB nacional de las 17 ramas de comercio y de servicios consideradas, cifra que se elevó a 46.9% en 1970, cuando alcanzó su máxima concentración e inició su descenso sistemático hasta llegar a 35.7% en 2003 (Garza, 2008: 227).5 Según datos de los Censos Económicos de 2009 su participación se elevó ligeramente a 36.5% en 2008, manteniéndose con mucho como la mayor concentración terciaria de México.6 De esta suerte la ZMCM ha frenado la desconcentración relativa que experimentó de 1993 a 2003, cuando redujo su importancia terciaria en 5.7 unidades porcentuales (UP), para incrementarla ligeramente en 0.8 UP, lo que posiblemente impedirá que ganen importancia las principales metrópolis que le siguen en tamaño: Monterrey, Guadalajara, Puebla, León, Tijuana, Torreón, Toluca y Ciudad Juárez.

Antes de continuar con el escrito, es importante hacer una consideración de tipo metodológico para entender la medición de los niveles de concentración que será utilizada. Un primer indicador del nivel de concentración será el porcentaje simple de participación de la urbe y las zonas en que se divide respecto al producto terciario del país anteriormente mencionado, el cual disminuye de 38.9 a 36.5% entre 1960 y 2008. Considerando que en 1960 la ZMCM representaba únicamente 15% de la población total nacional, pero 38.9% del PIB en comercio y servicios, se desprende que tenía una importancia terciaria 159.7% superior a la demográfica, medición que se define como índice de concentración relativa nacional (ICRN).7 Este indicador se puede aplicar al PIB de la ZMCM y al correspondiente a cada una de las cinco zonas en que se dividió el espacio metropolitano. El ICRN constituye un segundo marco de referencia de la evolución de la concentración de los servicios en la urbe y de las zonas analizadas, en contraposición al primero que es el porcentaje simple que representa la urbe en el total nacional, tal como fue mencionado anteriormente.

Se puede establecer un tercer marco de referencia para la medición de la concentración del PIB terciario del nodo central y los cuatro contornos con relación a su participación en el producto metropolitano y a la de sus correspondientes poblaciones. En 1960 la participación del PIB terciario del nodo central respecto a la ZMCM fue 89.8%, mientras la de sus habitantes fue de 54.1%. Su diferencia neta porcentual es de 65.9%, magnitud que se define como índice de concentración relativa metropolitana (ICRM).8 Esta cifra significa que el nodo central tenía 65.9% más producto terciario que población respecto a la ZMCM, y se constituye en una tercer coordenada que mide la concentración terciaria de las cinco zonas con relación a la metrópoli. La cuantificación y significado de los tres niveles de referencia se entenderá más claramente al analizarlos en la parte central del presente artículo.

Además de incorporar la evolución de la participación de la ZMCM respecto al país, el escrito se centra principalmente en analizar los cambios en la localización de las actividades terciarias dentro de su estructura urbana, esto es, en el análisis intrametropolitano de la organización espacial del sector servicios, lo cual se realiza mediante la periodización ya referida.

Relativismo de la desconcentración terciaria en el “milagro económico”, 1960-1980

El estudio de la expansión económica y demográfica de la ZMCM, según las delegaciones y los municipios que la conforman, se suele agrupar en un nodo central rodeado por un primer contorno o anillo de unidades administrativas, al cual le sigue un segundo, tercer y cuarto contornos (Sobrino, 2006: 430; Garza, 2011).9 El análisis de la configuración de las actividades terciarias de la urbe que se presenta en este artículo incluye las cinco áreas anteriores según estén constituidas en cada uno de los cinco periodos económicos mencionados. Dentro del denominado “milagro económico” mexicano la urbe se conforma por el nodo central y dos anillos concéntricos.

Nodo central: desconcentración simple, concentración relativa

El nodo central, integrado por las delegaciones Cuauhtémoc, Benito Juárez, Miguel Hidalgo y Venustiano Carranza, absorbía 89.8% del producto interno bruto (PIB) terciario de la ZMCM en 1960 (cuadro 1). Esta cifra es muy superior al 54.1% que representaba de la población metropolitana (5.1 millones de personas), lo que evidencia una mayor aglomeración relativa de las actividades terciarias en el principal dis trito de negocios. Esta orientación en la localización de las empresas varía significativamente entre las diferentes actividades y se observa una mayor concentración en el subsector de comercio y los servicios al productor (CSP) que en el comercio y servicios al consumidor (CSC), pero con ciertas excepciones.10

Cuadro 1. ZMCM: concentración simple y relativa entre la participación terciaria del nodo central y el primer contorno, según población y PIB, 1960-2008 (porcentajes) 

a El nodo central comprende las delegaciones Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo, Benito Juárez y Venustiano Carranza.

b El primer contorno estaba conformado en 1960 por las delegaciones Azcapotzalco, Coyoacán, Cuajimalpa, Gustavo A. Madero, Iztacalco, Iztapalapa y Álvaro Obregón, y los municipios mexiquenses de Naucalpan y Tlalnepantla. En 2000 se agregaron los municipios de Huixquilucan y Nezahyualcóyotl.

Fuentes: Cálculos elaborados con el banco estadístico del proyecto de Gustavo Garza, “Estructura y dinámica del sector servicios en la Ciudad de México, 1960-2008”; la información de la población de 1960 a 1993 de Garza, 2000: 240 y 245; la población de 2003 y 2008 de INEGI, 2° Conteo de Población y Vivienda y Censo de Población y Vivienda 2010. La población de 1988 corresponde a 1990, la de 1993 a 1995, la de 2003 a 2005 y la de 2008 a 2010.

Efectivamente, en 1960 la participación en CSP del nodo central en el producto metropolitano correspondiente fue 94%, mientras en CSC tuvo 85.8%, cifra inferior a la media (cuadro 2). Sin embargo, la actividad con más concentración fue hoteles, moteles y posadas, que representaba 96.5% del PIB de la ZMCM, lo que significa que estos servicios de consumo inmediato (SCI) orientados a los turistas y visitantes por negocios tenían una elevada centralidad. Los grupos de servicios profesionales a empresas (721) y de comercio de equipo e insumos industriales (732), dentro del CSP, se ubicaban en segundo y tercer lugar. Les siguieron los bienes del hogar y personales (831), así como las automotrices y autopartes (833), dentro del conjunto de comercio de bienes de consumo duradero (CBCD).

Cuadro 2. Nodo central: PIB del sector servicios por grupos de actividad respecto a la ZMCM, 1960-2008(porcentajes)a 

a El nodo central comprende las delegaciones Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo, Benito Juárez y Venustiano Carranza.

Fuentes: Cálculos elaborados con el banco estadístico del proyecto de Gustavo Garza, “Estructura y dinámica del sector servicios de la Ciudad de México, 1960-2008”. Las fuentes originales de la información son los censos comerciales y de servicios IV, VIII, X, XI, XIII y 2009, INEGI, México. La información fue sujeta a un minucioso ejercicio de comparabilidad intercensal y ajustada con las Cuentas Nacionales según se explica en el apéndice estadístico 1 y 2 de Garza, 2008.

En 1960 la ZMCM tenía un tejido urbano de 471 km2 y 5.1 millones de habitantes, representando el 15° lugar entre las principales metrópolis del mundo (United Nations, 2002: 252). No obstante, poseía una considerable aglomeración terciaria en su nodo central, mientras que las grandes metrópolis norteamericanas ya habían iniciado su evolución hacia estructuras policéntricas.

Sin embargo, en el periodo de crecimiento económico elevado, la ZMCM mostraba una notable desconcentración de sus actividades terciarias fuera de su nodo central, el cual redujo su participación a 59.5% en 1980 (cuadro 1). En los 20 años transcurridos la contribución de dicho nodo disminuyó 30.3 unidades porcentuales (UP), esto es, en 1.5 UP anuales. Esta acelerada descentralización es un resultado lógico de la sorprendente expansión de la ZMCM, la cual creció de 5.1 a 13 millones de personas entre 1960 y 1980, a una tasa de 4.7% anual. La superficie del tejido urbano aumentó a 1 080 km2, y era inevitable que al expandirse para albergar 400 mil nuevos habitantes anuales durante 20 años (principalmente hacia el primer contorno), una buena parte de las empresas emergentes, principalmente las de CSC, se establecieran en las nuevas áreas de la ciudad. Este proceso conllevó la emergencia de algunos subcentros donde se localizó la creación de empleos (Suárez y Delgado, 2009: 2189-2191).

Ocho grupos de comercio y servicios superaron la concentración promedio de 59.5% del nodo central en 1980, sobresaliendo en primer lugar el 823, seguido por el 825, 843 y 721 (cuadro 2). Efectivamente, las actividades más dispersas fueron el comercio de bienes de consumo inmediato, en especial los supermercados y las gasolineras, negocios muy orientados a las zonas de clase media y alta que se ubicaron fuera de las delegaciones centrales.

Se puede agregar que la participación del nodo central en el sector terciario nacional fue muy significativa, pues aunque la redujo de 34.9 a 26.9% entre 1960 y 1980, es verdaderamente notable que el distrito comercial de la capital de la república haya concentrado más de una cuarta parte del producto del sector servicios del país.

Esta reducción relativa del nodo central respecto a la ZMCM no implica que sus actividades terciarias dejaran de ser significativas. Por el contrario, entre 1960 y 1980 su PIB absoluto se elevó en 47 390 millones de pesos a precios constantes de 1993, esto es, a razón de 2 369 millones anuales. Con casi 60% del producto terciario metropolitano y con un monto absoluto de 73 341 millones de pesos en 1980, las cuatro delegaciones centrales constituyeron indiscutiblemente el principal nodo comercial y de servicios de la Ciudad de México y de toda la nación.11

Adicionalmente se puede señalar que el anterior proceso de desconcentración del nodo central es una medición simple, esto es, el que en 1960 la ZMCM absorbiera 34.9% del PIB terciario nacional y 89.8% del correspondiente a la ZMCM, es una primer coordenada de referencia para cuantificar la concentración de las actividades de servicios, la cual es la más generalmente utilizada.

En un análisis semejante de la distribución del sector terciario, pero que comprende únicamente al Distrito Federal, se utilizaron índices de concentración relativos combinando la participación del PIB terciario del nodo central respecto a su participación demográfica de la entidad (Garza, 2011). En ese escrito se encontró que el nodo central elevó significativamente su concentración del PIB en las actividades de comercio y servicios entre 1960 y 1980 según dichos índices de concentración relativos. Sin embargo en el ámbito metropolitano, según el PIB, la redujo de 89.8 a 59.5% entre 1960 y 1980, a lo cual se le denomina desconcentración porcentual simple.

En forma semejante al trabajo de Garza (2011), en 1960 el coefi ciente de la participación de los servicios en el nodo central en el total metropolitano (89.8%), entre el correspondiente a sus respectivas poblaciones (54.1%), fue 65.9%, magnitud que se define como índice de concentración relativa metropolitana (ICRM), como ya se mencionó anteriormente (cuadro 1). Esto significa que el nodo central concentró 65.9% más producto terciario que población y es un indicador relativo del fenómeno. Con base en el ICRM se puede decir que la concentración del nodo central entre 1960 y 1980 se elevó de 65.9 a 215.2%, por lo que ganó significativamente importancia relativa en el periodo del “milagro económico” mexicano, en contraposición con la pérdida de concentración según el índice simple: se descentraliza y se centraliza en las actividades terciarias. Por tal razón se califica al proceso como relativista, pues el nivel de concentración varía según el indicador utilizado.

La expansión del primer contorno

El crecimiento de la urbe ocurre obviamente hacia el primer contorno, el cual ganó la mayor participación de la disminución del nodo central. De inicio, aumentó 25.7 UP en su contribución al PIB terciario de la ZMCM al pasar de 9.2 a 34.9% entre 1960 y 1980, cifra que representa 85% de la reducción del distrito central (cuadro 1). Adicionalmente, los grupos de actividad que en 1980 no superaban la concentración media en este último, lo hicieron en el primer contorno: 811, 812 y 813 en bienes de consumo inmediato y 732 en comercio de bienes de capital. A éstos se les agrega automotrices y autopartes en el conjunto de CBCD y las reparaciones en el de SCD (cuadros 2 y 3).

La elevada participación en el primer contorno del comercio al mayoreo y de equipo e insumos industriales (731 y 732) se deriva de la fuerza centrífuga que ejerció la descentralización de las empresas manufactureras hacia las delegaciones periféricas. La difusión e información tuvo una notable desconcentración al absorber el primer contorno 35.5% en 1980, cuando en 1960 representaba únicamente 7.0% (cuadro 3). Este grupo (824) elevó su participación en el PIB del sector servicios también respecto al total nacional, al pasar de 2.0 a 22.5% de 1960 a 1980.12 Sorprende que esta última magnitud de los servicios de difusión e información fuera superior a la de todos los estados de la república, pues los que más concentraron son Nuevo León y Jalisco, que en 1980 únicamente alcanzaron 6.84 y 6.79% respectivamente, superando fácilmente al 13.63% que representaban ambos. El nodo central y el primer contorno suman 59.6% del grupo de difusión e información nacional en 1980, por lo que la ZMCM fungía como centro de primer orden como oferta nacional de dichas actividades en el país.

Cuadro 3. Primer contorno: PIB del sector servicios por grupos de actividad respecto a la ZMCM, 1960-2008(porcentajes)a 

a El primer contorno estaba conformado en 1960 por las delegaciones Azcapotzalco, Coyoacán, Cuajimalpa, Gustavo A. Madero, Iztacalco, Iztapalapa y Álvaro Obregón, y los municipios mexiquenses de Naucalpan y Tlalnepantla. En 2000 se agregaron los municipios de Huixquilucan y Nezahualcóyotl.

Fuentes: Cálculos elaborados con el banco estadístico del proyecto de Gustavo Garza, “Estructura y dinámica del sector servicios de la Ciudad de México, 1960-2008”. Las fuentes originales de la información son los censos comerciales y de servicios IV, VIII, X, XI, XIII Y 2009, INEGI, México. La información fue sujeta a un minucioso ejercicio de comparabilidad intercensal y ajustada con las Cuentas Nacionales según se explica en el apéndice estadístico 1 y 2 de Garza, 2008.

El primer contorno elevó su producto terciario absoluto de 2 644 millones de pesos en 1960 a 43 072 millones en 1980, lo que representa un incremento anual de 2 021 millones, cifra ligeramente menor que la del nodo central (2 369 millones). La contribución de ambos en el PIB terciario metropolitano fue de 94.4% en 1980, además de absorber 42.7% del total nacional (cuadro 1). Por ende, al inicio de los ochenta constituían el más importante polo terciario de México.

La dinámica del primer contorno se refleja en los índices relativos. En 1960 su ICRN fue de -37.9%, lo que significa que su concentración del producto terciario era inferior en esa magnitud a su importancia demográfica respecto al país, lo cual era más acentuado en relación con la ZMCM, pues el ICRM fue de -76.1% (cuadro 1). Su extraordinario aumento en el PIB terciario metropolitano de 9.2 a 34.9% entre 1960 y 1980 se refleja en que el ICRN pasó a ser positivo con una cifra de 37.5% en 1980, mientras el ICRM alcanzó -40.9, pero continuó siendo negativo (cuadro 1). En esa magnitud fue mayor su importancia demográfica a la de su producción terciaria, por lo que evidentemente el nodo central continuó sirviendo a la población del primer contorno, manteniendo su función de polo terciario de primer orden.

Inicios de la servicialización hacia el segundo contorno

La expansión del tejido y la población metropolitana hacia las restantes delegaciones del Distrito Federal y algunos municipios del Estado de México se había iniciado desde los años cincuenta, especialmente hacia Tlalnepantla, Naucalpan y Ecatepec, por el desplazamiento de la actividad industrial (Aguilar y Alvarado, 2004: 281). En 1960 y 1970 conformaban el nodo central, así como el primer y segundo contornos, 15 de las 16 delegaciones (excepto Milpa Alta) y seis municipios mexiquenses.

El segundo anillo tenía en los sesenta una participación marginal, pues únicamente absorbía 1% del PIB terciario de la ZMCM en 1960, es decir, el nodo central y el primer contorno representaban 99%. Adicionalmente, sólo contribuía con 0.4% de los servicios nacionales (cuadro 4). En 1980 inició cierta servicialización hacia esta área y elevó su contri bución al producto terciario de la urbe a 5.4%, a la vez que representó 2.4% del total nacional en 1980 (cuadro 4). El aumento de 4.4 UP entre 1960 y 1980 sólo significó 14.5% de la disminución del nodo central, por lo que en este periodo la desconcentración de los servicios se dirigió básicamente a las delegaciones del primer contorno.

Cuadro 4. ZMCM: concentración simple y relativa entre la participación terciaria del segundo, tercer y cuarto contornos, según población y PIB, 1960-2008 (porcentajes) 

a El segundo contorno estaba conformado en 1960 por las delegaciones Tlalpan, Xochimilco, La Magdalena Contreras y Tláhuac, y los municipios mexiquenses de Atizapán de Zaragoza, Cuautitlán, Chimalhuacán, Ecatepec, La Paz y Tultitlán. En 1980 se sumaron los municipios de Cuautitlán Izcalli y Coacalco; en 1990, Jilotzingo, y en 2000, Atenco.

b El tercer contorno está conformado desde 1980 por la delegación Milpa Alta y los municipios mexiquenses de Chalco, Chicoloapan, Ixtapaluca, Nicolás Romero y Tecámac; en 1990 se sumaron los municipios de Acolman, Jaltenco, Nextlalpan, Teoloyucan, Tepotzotlán, Tezoyuca y Tultepec; en 2000 se agregaron finalmente Chiautla, Chiconcuac, Isidro Fabela, Texcoco y Valle de Chalco Solidaridad.

c El cuarto contorno en 1990 estaba conformado únicamente por el municipio mexiquense de Melchor Ocampo, y en 2000 se sumaron Cocotitlán, Coyotepec, Huehuetoca, Papalotla, San Martín de las Pirámides, Temamatla, Teotihuacán y Zumpango; y el municipio de Tiza yuca, Hidalgo.

Fuentes: Cálculos elaborados con el banco estadístico del proyecto de Gustavo Garza, “Estructura y dinámica del sector servicios en la Ciudad de México, 1960-2008”; la información de la población de 1960 a 1993 de Garza, 2000: 240 y 245; la población de 2003 y 2008 de INEGI, 2° Conteo de Población y Vivienda y Censo de Población y Vivienda 2010. La población de 1988 corresponde a 1990, la de 1993 a 1995, la de 2003 a 2005 y la de 2008 a 2010.

En cuanto al personal ocupado en los mismos 17 grupos comerciales y de servicios estudiados en este capítulo, el segundo contorno aumentó su participación en el total metropolitano de 2.2 en 1960 a 7.0% en 1980 (Sobrino, 2006: 451). Al recordar que sólo participó con 5.4% del producto en ese último año, se puede desprender que sus actividades terciarias tendieron a ser de baja productividad, principalmente en aquellas orientadas al consumidor.

Efectivamente, en 1980 las gasolineras (CBCI), además del aseo y limpieza (SCI), representaban 21.2 y 16.1% del PIB metropolitano correspondiente (cuadro 5). Éstas son actividades de bajo valor agregado que requieren una superficie de suelo de cierta extensión a bajo precio, por lo que los nuevos establecimientos se orientaron hacia las áreas periféricas. Algo semejante ocurrió en los grupos 811, 812 y 842, que representaban 14.4, 12.1 y 9.4% del PIB metropolitano en dichas actividades (cuadro 5).

Cuadro 5. Segundo contorno: PIB del sector servicios por grupos de actividad respecto a la ZMCM, 1960-2008(porcentajes)a 

a El segundo contorno estaba conformado en 1960 por las delegaciones Tlalpan, Xochimilco, La Magdalena Contreras y Tláhuac y los municipios mexiquenses de Atizapán de Zaragoza, Cuautitlán, Chimalhuacán, Ecatepec, La Paz y Tultitlán. En 1980 se sumaron los municipios de Cuautitlán Izcalli y Coacalco; en 1990, Jilotzingo, y en 2000, Atenco.

Fuentes: Cálculos elaborados con el banco estadístico del proyecto de Gustavo Garza, “Estructura y dinámica del sector servicios de la Ciudad de México, 1960-2008”. Las fuentes originales de la información son los censos comerciales y de servicios IV, VIII, X, XI, XIII Y 2009, INEGI, México. La información fue sujeta a un minucioso ejercicio de comparabilidad intercensal y ajustada con las Cuentas Nacionales según se explica en el apéndice estadístico 1 y 2 de Garza, 2008.

Entre 1960 y 1980 el segundo contorno aumentó su PIB absoluto terciario en 6 334 millones de pesos, que representaron sólo 6.7% del incremento en la ZMCM, por lo que indudablemente el nodo central y el primer contorno son las zonas de la metrópoli que concentraron la mayor parte de las actividades terciarias en 1980. Sin embargo, el aumento del producto terciario en 317 millones anuales significa que presentó cierta dinámica que podría acelerarse a medida que la metrópoli continúe creciendo.

En términos relativos, su crecimiento absoluto se refleja en cierta recuperación de los ICRN e ICRM, los cuales pasaron de -65.8 y -86.5% en 1960 a -32.1 y -70.8% en 1980, manteniéndose ambos con signo negativo (cuadro 4). La última cifra implica que el segundo contorno presentó un 70.8% más de población que de producción terciaria, por lo que seguramente sus habitantes y empresas obtuvieron los servicios de orden superior del nodo central o del primer contorno.

En 1960 no existía un tercer contorno, el cual se constituyó en 1980 por la delegación Milpa Alta y cinco municipios del Estado de México, por lo cual su análisis se realizará en el siguiente inciso.

Desaceleración de la dispersión en la “década pérdida”, 1980-1988

Entre 1980 y 1988 el PIB terciario de la ZMCM aumentó únicamente 2 240 millones de pesos, frenando la dispersión de las actividades terciarias fuera del nodo central. Este reducido incremento ocurrió sólo en la metrópoli, pues en el país se elevó en 56 326 millones, siendo que por primera vez desde los años treinta la urbe observó un práctico estancamiento de su producción absoluta terciaria. No obstante, la población de la ZMCM era de 13 millones en 1980, convirtiéndose en la tercer ciudad más poblada del planeta, rango que consolidó cuando alcanzó 15.3 millones en 1990. Todo el crecimiento fue hacia los municipios conurbados del Estado de México, pues el Distrito Federal disminuyó su población en 9 147 personas (Negrete, 2000: 248). Ante esta evolución demográfica resulta interesante determinar qué ocurrió con la distribución de las actividades terciarias en la metrópoli.

Descentralización y concentración simultánea en el nodo central

El PIB terciario del nodo central continuó reduciendo su importancia en la ZMCM, de 59.5 en 1980 a 52.3% en 1988. Esto significa una disminución de 7.2 UP anuales, 23.8% de las que bajó entre 1960 y 1980, evidenciando una clara desaceleración del movimiento centrífugo de los servicios (cuadro 1).

Una segunda transformación se refiere al sector de CSP en 1988, el cual superó la participación promedio del nodo central (52.3%), mientras que el de CSC quedó por debajo. Sin embargo, ello ocurrió sólo por los servicios profesionales al productor, de los cuales absorbió 76.8%. Verdaderamente son una actividad con una vocación espacial de alta centralización, únicamente superada por los hoteles que mantuvieron 95.4% del PIB en el nodo central en 1988 (cuadro 2).

En síntesis, en 1988 se tenían siete grupos de servicios que superaban la media del núcleo principal de las cuatro delegaciones, uno menos que en 1980. En los dos años son los mismos grupos, con la excepción del 823 y 731, mientras se agregó difusión e información (cuadro 2).

La reducción del PIB terciario del nodo central con relación al país fue mayor, pues cayó de 26.9% en 1980 a 19.9% en 1988, mientras que su participación en la población nacional disminuyó de 3.7 a 2.4% (cuadro 1). Como corolario, el ICRN se elevó de 633.0 a 727.8%, lo que implicó una mayor concentración del nodo central respecto al país relativa a su participación demográfica. Lógicamente ello se debe a que el porcentaje del nodo central en los servicios nacionales se redujo en −26% entre 1980 y 1988, mientras que la población lo hizo en −35.1%, por lo que se elevó su concentración terciaria por habitante.

Este relativismo es lógico y se refleja en el incremento del ICRM de 215.2 a 307.9% entre 1980 y 1988 (cuadro 1). Así, la combinación de la dinámica entre los coeficientes del PIB terciario y los demográficos determina que, desde la perspectiva de los tres puntos de referencia utilizados, la cuantificación de los fenómenos económico-espaciales es relativa y sólo existen contradicciones aparentes.

Desaceleración terciaria en el primer contorno

El incremento demográfico y la expansión de la mancha urbana de la ZMCM en los ochenta significó necesariamente un proceso de difusión de las actividades terciarias hacia donde se extendió su tejido urbano, lo que implicó un freno significativo de la elevada dinámica de servicialización que experimentó el primer contorno entre 1960 y 1980. En los ochenta, por el contrario, elevó su participación de 34.9 a 38.7%, aumento que significó 52.8% de la reducción del nodo central, magnitud que fue de 85% entre 1960 y 1980 (cuadro 1). Se evidencia, por ende, el inicio de una mayor descentralización hacia el segundo contorno. No obstante, el primer contorno mantuvo en nueve los grupos que superaban su participación media en 1988, al igual que en 1980, aunque se incorporó el comercio al mayoreo y la educación privada, mientras salieron tiendas de departamentos y difusión e información (cuadro 3).

Entre 1980 y 1988 el primer contorno redujo su participación en el PIB terciario del país de 15.8 a 14.8%, pero la aumentó ligeramente respecto a la ZMCM, como se mencionó anteriormente. En términos demográficos observó una disminución mayor, por lo que elevó su ICRN de 37.5 a 48.2% (cuadro 1). Igualmente ocurrió cierto dinamismo en relación a la metrópoli, pues el ICRM se incrementó de −40.9 a −27.0%. Aunque permaneció con signo negativo, de tener 40.9% menos de PIB terciario que de población en 1980, pasó a 27% menos en 1988, esto es, mejoró su posición relativa. Conceptualmente, no obstante, su signo negativo implicó que ciertos servicios en el ámbito metropolitano tenían una fuerte tendencia a la localización en la zona principal, por lo que los anillos que la rodeaban presentaban carencias relativas a su participación demográfica.

La servicialización del segundo contorno

Entre 1980 y 1988 el segundo contorno ganó 37.5% de las 7.2 UP que disminuyó el nodo central, al pasar de 5.4 a 8.1% del PIB terciario metropolitano (cuadro 4). En 1980 existían 10 grupos que superaban la participación media, los cuales se redujeron a nueve en 1988. Cabe destacar que se concentraban en comercio y servicios de consumo inmediato, estando en concordancia con la tendencia a ubicarse en las inmediaciones del mercado de consumidores. Sobresalen los ser vicios de difusión e información (824) que elevaron su contribución en el PIB terciario de 5.8 a 21.6% (cuadro 5). Esto ocurrió, en buena medida, porque el canal 13 de televisión, que era un servicio público desde 1972, se trasladó en 1976 de la Torre Latinoamericana en la delegación Cuauhtémoc al Periférico sur en la delegación Tlalpan.

Los incrementos relativos del PIB de servicios del segundo contorno con relación al país y a la ZMCM fueron de cierta consideración. Sin embargo el aumento correspondiente a su importancia demográfica nacional fue mayor que el del producto terciario, por lo que el ICRN se redujo de −32.1 a −37.4%. Respecto a la metrópoli ocurrió lo contrario, aunque muy ligeramente, por lo que el ICRM pasó de −70.8 a −69.2% (cuadro 4).

Para entender el proceso de reestructuración de los servicios en la ZMCM es importante notar que ambos índices permanecieron negativos, lo que refleja que el proceso de servicialización de la metrópoli mantuvo una concentración considerable en el nodo central y el primer contorno, que en 1988 absorbieron 91% de su PIB terciario (cuadro 1). Dentro de la megaurbe, por ende, aunque se observó cierta desconcentración de la oferta de servicios hacia el segundo contorno, la población y negocios de este último demandaban servicios especializados localizados en las zonas más céntricas.

En los años ochenta se observa que continuó la descentralización hacia los anillos exteriores del distrito comercial principal al adquirir cierto dinamismo el segundo contorno. No obstante, habrá que analizar lo que ocurrió en los tres periodos siguientes para determinar a qué velocidad se desarrolla el proceso de descentralización de las actividades comerciales y de servicios en la Ciudad de México, así como el patrón morfológico que sigue.

Tercer contorno típicamente habitacional

Entre 1980 y 1990 la Ciudad de México elevó su población en 2.3 millones de habitantes, lo que implicó que su tejido urbano se extendiera hacia un tercer contorno constituido por las unidades políticas que se mencionan en el cuadro 6. Esta nueva zona contribuyó únicamente con 3.6% de la población de la metrópoli en 1980, y representaba 0.7% de la población nacional. Su participación en el producto terciario fue aún más reducida, absorbiendo únicamente 0.18% del PIB metropolitano en 1980. Ello significa que su ICRM fue de −94.9 y el ICRN de −88.2 (cuadro 4). Esto es, en ese año se encontraba en una situación claramente deficitaria en sus requerimientos de servicios, tanto del aparato productivo como de la población. No obstante su reducida importancia terciaria, ésta aumentó a 0.96% del PIB terciario metropolitano y a 0.37% del nacional en 1988 (cuadro 4). Aunque su participación absoluta fue muy limitada, el incremento porcentual que experimentó entre 1980 y 1988 fue superior al de sus habitantes, por lo que aumentó su ICRN e ICRM al bajar sus magnitudes negativas. Se verá en los siguientes periodos si logra conformar un nuevo centro de servicios dentro de su ámbito geográfico, lo cual significaría la paulatina consolidación de una ciudad de tipo polinuclear.

Cuadro 6. Tercer contorno: PIB del sector servicios por grupos de actividad respecto a la ZMCM, 1960-2008(porcentajes)a 

a El tercer contorno está conformado desde 1980 por la delegación Milpa Alta y los municipios mexiquenses de Chalco, Chicoloapan, Ixtapaluca, Nicolás Romero y Tecámac; en 1990 se sumaron los municipios de Acolman, Jaltenco, Nextlalpan, Teoloyucan, Tepotzotlán, Tezoyuca y Tultepec; en 2000 se agregaron finalmente Chiautla, Chiconcuac, Isidro Fabela, Texcoco y Valle de Chalco Solidaridad.

Fuentes: Cálculos elaborados con el banco estadístico del proyecto de Gustavo Garza, “Estructura y dinámica del sector servicios de la Ciudad de México, 1960-2008”. Las fuentes originales de la información son los censos comerciales y de servicios IV, VIII, X, XI, XIII Y 2009, INEGI, México. La información fue sujeta a un minucioso ejercicio de comparabilidad intercensal y ajustada con las Cuentas Nacionales según se explica en el apéndice estadístico 1 y 2 de Garza, 2008.

Reconcentración terciaria en la recuperación relativa, 1988-1993

En el lustro de 1988 a 1993 el PIB terciario de la ZMCM creció a una tasa de 5.9%, al elevarse de 125 507 millones de pesos a 167 517 millones, mientras que en el periodo de la crisis había aumentado muy ligeramente. Este dinamismo fue superior al de México cuyo producto creció en 4.2% anual, por lo que la urbe elevó su participación en el PIB de las actividades de servicios nacionales a 41.4% en 1993 (cuadro 1). Experimentó, por ende, una notable mejoría al superarse la crisis nacional, en cierta medida mediante la implantación de una serie de políticas de corte neoliberal. Ello le permitió a la capital de la república acrecentar su hegemonía como el principal polo terciario de México.

Concentración metropolitana de los servicios en el nodo central

Entre 1988 y 1993 el nodo central revirtió la contracción que había experimentado desde 1970. En 1993 elevó su participación en el PIB terciario metropolitano a 55.2%, mientras que respecto al país lo hizo a 22.8%, absorbiendo casi la cuarta parte del terciario nacional (cuadro 1). En 1993 los grupos de actividad comercial con valores superiores al promedio del nodo central fueron seis, en orden decreciente a su importancia: 825, 824, 721, 843, 832 y 821. Respecto a 1988 salieron las actividades de bienes del hogar y personales (831), por lo que el nodo central consolidó su especialización en servicios, tanto profesionales como de consumo inmediato y duradero. Son relevantes las cifras que se tienen en hoteles y difusión e información, que concentraron más de 80% del PIB correspondiente de la megaurbe, además que servicios profesionales absorbió casi tres cuartas partes (cuadro 2). Durante la recuperación relativa el distrito comercial principal de la Ciudad de México reafirmó su centralidad y especialización en actividades modernas de servicios, esto es, las más dinámicas y características de la revolución terciaria que emergió desde la segunda mitad del siglo XX. Ello explica que en la urbe continúe prevaleciendo un patrón monocéntrico por la importancia que mantiene el nodo central (Suárez y Delgado, 2009: 2191).

El aumento de la concentración de los servicios en el nodo principal entre 1988 y 1993 contrasta con la reducción de su participación en la población nacional y en la metropolitana, las cuales bajaron de 2.4 a 1.9% y de 12.8 a 10.4%, respectivamente (cuadro 1). Por lógica aritmética se desprende que los coeficientes relativos de las participaciones entre la producción terciaria y la población eleven su magnitud indefectiblemente. De esta forma, el ICRN aumentó a 1082.4%, cifra que constituye el segundo nivel más alto alcanzado, sólo ligeramente menor que la correspondiente a 2008, por lo que en 1993 se elevó notablemente la concentración relativa del nodo central respecto al país, al superar la concentración del PIB terciario casi once veces su importancia demográfica.

El ICRM, por su parte, aumentó a 430.4%, implicando que el distrito comercial central más que cuadruplicó su importancia terciaria en contraste con su concentración de población. Aunque es el máximo valor alcanzado desde 1960, prosiguió aumentando hasta 2008 (cuadro 1). Por ende, el nodo central de la ZMCM continuó un notable proceso de concentración de la producción terciaria relativa a su participación demográfica, siendo con mucho el núcleo de servicios de primer orden en la república mexicana.

El primer contorno agota su crecimiento

La reconcentración terciaria del nodo central en el periodo de recuperación relativa tuvo como contraparte la desconcentración del primer contorno, que redujo su porcentaje del PIB terciario metropolitano a 34.8% en 1993, a pesar de que en términos absolutos se elevó de 48 552 millones a 58 283 millones de pesos entre 1988 y 1993 (cuadro 1). En 1988 el primer contorno tuvo nueve grupos comerciales y de servicios con porcentajes de concentración mayores que la media de 38.7%, mientras que en el segundo fueron 11 grupos, al agregarse recreación y esparcimiento, así como tiendas de departamentos (cuadro 3). En los dos años, estos grupos de mayor concentración se distribuyeron en cinco de los seis conjuntos que los congregan (CBCEI, CBCI, SCI, CBCD Y SCD), quedando únicamente fuera el de servicios profesionales (SP). De estos últimos, el primer contorno únicamente absorbió 20.9% del PIB terciario de la urbe, y como fue la segunda actividad con mayor producto absoluto en 1993 (sólo abajo del comercio de equipo e insumos industriales), ello explica que la mayoría de los grupos superaran la concentración media.

La contribución del PIB de los servicios del primer contorno disminuyó ligeramente respecto al nacional a 14.4% en 1993, así como a 34.8% de la ZMCM (cuadro 1). Conforme al principio de relatividad tridimensional espacio-demográfico-económico, los índices correspondientes registraron una tendencia contradictoria. En primer lugar el ICRN aumentó a 59.1% en 1993, invirtiendo el patrón de descentralización observado con la variable de la producción terciaria, esto es, que en referencia a los valores nacionales ocurrió una centralización relativa. En segundo, el ICRM decreció a −28.6, implicando que aumentó la divergencia entre su población y los servicios que ésta requería, los cuales de nueva cuenta serían adquiridos por sus habitantes principalmente en el nodo central, que reforzó su hegemonía.

Dinámica demográfica en el segundo contorno

Las 13 unidades políticas (cuatro delegaciones y nueve municipios) de este contorno elevaron su PIB terciario total a 14 334 millones en 1993, y su participación en el producto metropolitano a 8.6% (cuadro 4). Siendo que el nodo central aumentó 2.9 UP dicha participación, el incremento de 0.48 UP del segundo contorno implicó 16.6% de lo que aumentó el nodo central, por lo que este último le imprimió una mayor concentración terciaria a la metrópoli mexicana en el lustro de recuperación parcial.

Los grupos de comercio y servicios que superaron la concentración media del segundo contorno se elevaron de 9 en 1988 a 11 en 1993, lo cual se deriva de su baja participación en servicios al productor al absorber sólo 6.2% del PIB metropolitano correspondiente. Los 11 grupos con cifras superiores a la media fueron prácticamente todos los de comercio y servicios al consumidor, ya sean de consumo inmediato o duradero (cuadro 5).

El segundo contorno experimentó un significativo aumento de su importancia en la población de la ZMCM de 1988 a 1993, así como también respecto al país, aunque en menor proporción (cuadro 4). El interjuego de los aumentos relativos del PIB terciario y el demográfico respecto al ámbito nacional y metropolitano produjo una ligera mejoría del ICRN y un decremento del ICRM, además de que ambos mantuvieron cifras negativas. Ello confirma la dependencia del segundo contorno de una serie de servicios centralizados en el distrito principal, fundamentalmente en los grupos de comercio y servicios al productor.

La reactivación de la economía de la ZMCM entre 1988 y 1993 centralizó la organización de las actividades terciarias, observándose un aumento en la participación del PIB en comercio y servicios en el nodo central, y en mucho menor grado en el segundo contorno. Este último, junto con el primer contorno, elevaron la concentración demográfica hasta representar 78.3% de la población total de la metrópoli, quedando el nodo central habitado por únicamente 10.4% (cuadros 1 y 4).

Incipiente y acelerada servicialización en el tercer contorno

El tercer contorno elevó su participación en la población metropolitana de 8.0 a 11.3% entre 1988 y 1993, proporción mucho más elevada que su incipiente contribución a los servicios de la metrópoli, que pasó de 0.96 a 1.46% (cuadro 4). En términos absolutos el PIB terciario observó una elevada tasa de crecimiento de 15.2% anual, al duplicar su valor de 1 205 millones de pesos a 2 440 millones entre 1998 y 1993.

Ante la relativa saturación de los contornos que le anteceden, la expansión demográfica fue aún más notable, lo que le permitió disminuir, aunque muy ligeramente, su ICRM de −88.1 a −87.2%, manteniendo su dependencia de los servicios de las zonas centrales de la urbe (cuadro 4). Respecto al país, el tercer contorno mostró un avance más significativo, pues casi duplicó su participación en los servicios nacio nales al pasar de 0.37 a 0.60%, lo que le permitió aumentar el ICRN más que el metropolitano (cuadro 4).

Es evidente que la creciente expansión del tejido urbano de la Ciudad de México hasta el tercer contorno se realizó inicialmente en términos demográficos y la oferta de comercio y servicios privados siguió un ritmo descentralizador relativamente más lento. De esta suerte, aunque absorbió 11.3% de la población metropolitana en 1993, sólo tuvo 1.46% del PIB terciario, evidenciando una vez más la tendencia centralizadora de este tipo de actividades económicas que constituyen con mucho la base económica de la megaurbe.

Descentralización en la recuperación-recesión, 1993-2003

El intempestivo crac de 1995, cuando el PIB nacional decreció −6.2%, así como la recesión de 2001 y 2002, desaceleró el crecimiento económico durante los diez años transcurridos entre 1993 y 2003. Sin embargo la inercia demográfica de la ZMCM no se detuvo e incrementó su población de 16.9 millones en 1995 a 18.8 millones en 2005. En este apartado se proseguirán analizando las peculiaridades intrametropolitanas del comercio y servicios entre 1993 y 2003, con el fin de determinar qué cambios han ocurrido en el decenio en forma paralela a su expansión demográfico-urbanística.

El nodo central se contrae

Entre 1993 y 2003 el nodo central redujo su participación en el PIB terciario de la ZMCM a 47.8% (cuadro 1). La disminución fue de 7.4 UP, cifra que aunque muy inferior a la observada en las dos décadas del “milagro económico mexicano”, permite calificar a este decenio como de reanudación de la descentralización hacia las zonas que rodean al nodo principal. Interesará determinar cuál es el contorno que ganó más participación en el producto terciario, pero se establece hipotéticamente que podría ser el primero, de continuar prefigurándose un patrón metropolitano caracterizado por un gradiente decreciente centro-periferia.

Cabría destacar, de inicio, que el promedio de la participación del nodo central en el PIB terciario de la urbe de 47.8% en 2003, fue superado únicamente por dos grupos: servicios profesionales a empresas con 68.6% del PIB respectivo de la metrópoli, y hoteles, moteles y posadas con 81.6% (cuadro 2). Estos dos grupos se caracterizan, al inicio del siglo XXI, como las actividades terciarias con una orientación estructural de carácter altamente concentrado.

La participación del nodo central en el PIB terciario nacional disminuyó a 17% en 2003 (cuadro 1). Su concentración de población relativa al producto (ICRN) bajó de 1 082.4 a 946.9% respecto al país entre 1993 y 2003, pero se mantuvo con una importancia en actividades de servicios casi 10 veces superior a la demográfica, persistiendo su gran concentración relativa en el sector (cuadro 1). Cabe destacar que la reducción de la participación del nodo central en la población de la ZMCM fue ligeramente menor a la terciaria, por lo que elevó su ICRM a 434.9% en 2003, siendo el único índice que se incrementó continuamente en todo el periodo analizado. De esta suerte es incuestionable que esta área central de la capital de la república presenta una elevada centralización del comercio y los servicios, muy superior a la participación total de las grandes metrópolis de México.13

Centralización metropolitana y descentralización nacional del primer contorno

En el periodo de recuperación-recesión el primer contorno recuperó su función natural de absorber parte del PIB terciario que perdió el distrito de negocios principal y elevó su participación entre 1993 y 2003 en 2.6 UP, cifra que representa 35.2% de lo que bajó este último (cuadro 1). El promedio de 37.4% que mostró en 2003 fue superado por 12 grupos de actividad, esto es, sólo el 721, 823, 825, 831 y 843 tuvieron concentraciones menores (cuadro 3). Por el lado de los servicios al productor, destaca que el comercio al mayoreo absorbió 58.8%, lo cual se explica porque en 1982 se inauguró la Central de Abastos de la Ciudad de México en la delegación Iztapalapa, que pertenece a este contorno. Esta central de productos hortofrutícolas de 304 hectáreas es la más grande del país y en ella se comercializa alrededor de 30% de estos bienes en toda la nación.

En el cuadro 1 se observa que disminuyó la participación demográfica del primer contorno en los valores correspondientes a las dos coordenadas consideradas, por lo que al aumentar su porcentaje en el PIB terciario metropolitano y reducirlo menos en el nacional que la caída demográfica correspondiente, elevó sus índices de concentración: el ICRN aumentó a 68.4%, mientras el ICRM lo hizo a −14.5%. Este último observa aún un valor negativo, implicando que el primer contorno persiste con menor participación en la producción terciaria con relación a su población. Se esperaría que supla esta carencia, que es cada vez menor, comprando los servicios requeridos básicamente en el nodo central.

Participación moderada del segundo contorno

La parte sur de la ZMCM, en las delegaciones Tlalpan, La Magdalena Contreras y Xochimilco, tiene una muy limitada superficie disponible para urbanizarse pues sus partes montañosas están protegidas al ser consideradas como reserva ecológica de la megaurbe. No obstante, el segundo contorno incrementó su población y tejido urbano en sus municipios mexiquenses del norte, lo que le permitió elevar el porcentaje del PIB terciario metropolitano de 8.6 a 12.2% entre 1993 y 2003, esto es 3.6 UP, lo cual representa 48.6% de las que perdió el nodo central. Se constituye, por tanto, en el área con mayor ganancia, superando al primer contorno e iniciando, al parecer, una conformación más dispersa de las actividades terciarias. El aún relativamente modesto 12.2% que concentraba del PIB del sector servicios de la ciudad, fue superado por 14 grupos de actividad, tres más que en 1993 (cuadro 5). Se presentó cierta convergencia espacial entre la población y el comercio y servicios, excepto los orientados el productor que, además de ser los principales al absorber 40% del PIB terciario en 2003, se siguieron localizando en el nodo central y, en el caso del comercio al mayoreo, en el primer contorno.

El segundo contorno aumentó su participación en el PIB terciario nacional a 4.3% y a 12.2% en la ZMCM en 2003. La población con relación al primer marco referencial aumentó solamente de 5.5 a 5.9%, por lo que el ICRN redujo su magnitud negativa a −26%, implicando una menor dependencia en actividades de servicios según el parámetro nacional (cuadro 4). Al bajar igualmente la cifra negativa del ICRM, el segundo contorno redujo la asimetría entre la importancia terciaria y la demográfica, pero aún presentaba una magnitud considerable de −62.2% en 2003 (cuadro 4). Esta cifra implica que el segundo contorno, a pesar de su notable dinámica terciaria, aún se caracterizaba por ser más habitacional que de negocios, aunque cubría satisfactoriamente las necesidades de su población en comercio y servicios al consumidor.

El segundo contorno elevó su participación en la población trabajadora en comercio y servicios de 10.7 a 17.4% del total de la ZMCM entre 1998 y 2003, siendo el más dinámico (Sobrino, 2006: 451). Sin embargo, en el último año absorbió 12.2% del PIB terciario, por lo que algunos de los servicios al consumidor que producía tendieron a ser actividades de bajo valor agregado por trabajador.

Disparidad decreciente en el tercer contorno

El tercer contorno está constituido por la delegación Milpa Alta y 17 municipios mexiquenses situados en el norte y este de la zona metropolitana. En el periodo de recuperación-recesión esta área continuó elevando su participación demográfica hasta absorber 15.1% de la población metropolitana y 2.8% de la nacional (cuadro 4). Esta dinámica poblacional ocurrió junto con la elevación más que proporcional de su producción terciaria, la cual pasó de 1.5 a 2.3% del total de la urbe y de 0.6 a 0.8% del valor nacional correspondiente (cuadro 4).

Lo anterior condujo a una reducción de los valores negativos de sus ICRN e ICRM, que pasaron a −69.9 y −84.7% respectivamente (cuadro 4). A pesar de la mejoría relativa, los habitantes del tercer contorno adquirieron los servicios deficitarios en las zonas más centrales según sus correspondientes especialidades. En esta dirección destaca que el número de grupos con valores mayores al promedio metropolitano se elevó de 7 a 10 entre 1993 y 2003, sobresaliendo el comercio y servicios de consumo inmediato, esto es, de una fuerte orientación hacia las necesidades cotidianas de la población. Sobresale el 9.9% que absorbió en comercio de alimentos, bebidas y tabaco en 2003, así como el 9.5% de gasolineras y combustibles. En contrapartida, prácticamente no contó con hoteles y moteles, tiendas de departamentos ni servicios profesionales a empresas (cuadro 6). De esta suerte, hacia la periferia de la megaurbe surgieron actividades de comercio de consumo inmediato, pero no de consumo duradero o servicios al productor, lo que refleja una ausencia del patrón metropolitano tipo “edge city” que caracteriza a las urbes norteamericanas.

Incipiente crecimiento terciario del cuarto contorno

El cuarto contorno se encuentra en lo inicios del siglo XXI en una etapa germinal de integración al tejido urbano de la ZMCM, formando una especie de archipiélago periurbano al norte de la metrópoli que se extiende en nueve municipios mexiquenses y el de Tizayuca, Hidalgo. En 2003 su participación fue verdaderamente marginal con un 0.3% del PIB terciario de la urbe y un minúsculo 0.1% del nacional (cuadro 4).

En términos de sus grupos principales se puede mencionar que de siete que superaron su participación media en el producto de la ZMCM en 1993, se pasó a 11 en 2003 cuando únicamente absorbió 0.34% del total metropolitano, siendo verdaderamente un contorno marginal en la conformación espacial de las actividades de servicios. Quedará por ver el último periodo para intentar alcanzar alguna conclusión sobre esta zona con una participación tan incipiente.

Estabilización en la recuperación moderada, 2003-2008

En este quinquenio de la primera década del siglo XXI México continuó con el modesto desarrollo económico de su periodo neoliberal en una etapa de desacumulación de capital, en buena medida por las transfe rencias de ganancias a las matrices de las empresas transnacionales que dominan al aparato productivo.14

La ZMCM observó un ligero aumento de su participación en el sector terciario nacional al pasar de 35.7 a 36.5% entre 2003 y 2008. Al reducir su participación de la población a 17.5%, experimentó un aumento notable de su ICRN que pasó a 108.9%, significando que su importancia terciaria más que duplicó a la demográfica (cuadro 1). Es sintomático el ligero aumento de la concentración de los servicios, pero se tendrá que determinar si continúa la descentralización hacia el segundo contorno o se visualiza un cambio dentro de la estructuración de dicha actividad en el interior de la urbe: ¿la localización se dirige hacia las áreas periurbanas como acontece dentro del esquema de “edge city” norteamericano? O, por el contrario, ¿se materializa el modelo clásico de un gradiente decreciente de la concentración de las actividades terciarias y de la población del centro a la periferia?

El nodo central refuerza su importancia

Sorprende, de inicio, que el nodo central invierta la tendencia decreciente experimentada en el periodo anterior y eleve su participación nacional y metropolitana a 18.3 y 50.1%, mientras que la demográfica en ambos niveles de referencia se mantenga prácticamente invariable (cuadro 1). Esto indefectiblemente conduce a un notable incremento en sus dos índices de concentración relativa, que además mantienen elevadas magnitudes que implican que el distrito central se consolide como el espacio más altamente especializado en comercio y servicios de toda la república. De esta suerte, se tiene que el ICRN aumenta a 1 087.5% y el ICRM a 468.5%, máximos valores alcanzados desde 1960, lo que significa en el primer caso que se especializa en una magnitud de más de 1 000% en la producción de los servicios nacionales por habitante, y en cerca de 500% dentro de la metrópoli, la cual concentra 36.5% de las actividades terciarias nacionales en 2008 (cuadro 1).

En la estructura terciaria del nodo central destaca que muy pocos de los 17 grupos concentran un mayor porcentaje que su promedio de 50.1% en el total de la metrópoli. No obstante, su número pasa de dos a tres grupos: los hoteles, moteles y posadas tienen una concentración de 74.8% en el nodo central; los cruciales servicios profesionales lo hacen con 63.4%, y se agregan las actividades de recreación y esparcimiento, entre las cuales destacan los cines con 56% (cuadro 2).

Esto se deriva, en parte, de la política deliberada del Gobierno del Distrito Federal, principalmente en el periodo de Andrés Manuel López Obrador, quien instrumentó una política de reconcentración deliberada en las cuatro delegaciones que constituyen el nodo central mediante el denominado Bando 2, que facilitaba la redensificación de dichas unidades políticas y la renovación del centro histórico en la delegación Cuauhtémoc. Aunque las acciones de este programa se centraron en la vivienda, habiéndose realizado 130 mil acciones habitacionales entre 2000 y 2005, naturalmente la redensificación resultante impulsó la creación de establecimientos comerciales y de servicios (Delgadillo, 2009: 211).

El primer contorno pierde dinamismo

Este contorno nuevamente experimentó señales de saturación pues redujo su participación en el sector terciario de la ZMCM a 35.7% en 2008 (cuadro 1). Como su contribución a la población metropolitana disminuyó a 41.7%, se mantuvo invariable su ICRM en -14.5%, esto es, su producción terciaria registró 14.5% menos que la población metropolitana en su conjunto, básicamente por la elevada concentración del nodo central. En el ámbito nacional, la importancia terciaria del primer contorno cayó cuatro décimas porcentuales y bajó a 13% en 2008, mientras la demográfica lo hizo a 7.3%, lo que conllevó un aumento de su ICRN a 78.5%. Ello significa que su participación relativa terciaria aumentó, superando en esa magnitud la producción del sector servicios por habitante en el país.

A pesar de la reducción de su participación nacional y metropolitana, el primer contorno experimentó una significativa dinámica absoluta y su PIB en comercio y servicios se elevó en 15 834 millones de pesos entre 2003 y 2008. Sobresale que los servicios profesionales a empresas aumentaron en 19 401 millones de pesos, más que el incremento general, por lo que otros grupos redujeron su producción. Ello le permitió elevar la contribución de este grupo a 30.5% del total metropolitano, que aunque significó un incremento considerable, aún está por debajo de su participación media en el sector servicios metropolitano de 35.7% (cuadro 3). Ello explica que el primer contorno mantuviera 12 grupos con mayor participación que dicho valor medio, igual que el periodo anterior.

Es verdaderamente relevante destacar el claro inicio de un significativo desplazamiento de los servicios profesionales a empresas, cuya participación se redujo en el nodo central en 5.2 UP, las cuales ganó el primer contorno (cuadros 2 y 3).

El segundo contorno también declina en importancia

La influencia centralizadora de este último periodo afectó al segundo contorno, el cual perdió importancia relativa con relación al país y a la ZMCM al bajar a 4.2 y 11.4% en 2008 (cuadro 4). En forma semejante redujo su participación en la población nacional y en la metropolitana, con la subsecuente baja del ICRN y el aumento del ICRM a -24.5 y -63.8% respectivamente, lo que implica no únicamente que la participación de sus habitantes es en esas magnitudes menor que dichos referentes, sino que esa diferencia aumentó en el ámbito metropolitano entre 2003 y 2008. Ello revela la naturaleza fundamentalmente residencial del segundo contorno, contraparte de la consolidación de un patrón de organización terciaria con un gradiente decreciente del centro a la periferia de la Ciudad de México.

La participación de los servicios profesionales a empresas de 40% en el total metropolitano y de únicamente 5% en el segundo contorno condujo indefectiblemente a que 13 de sus grupos tuvieran más del 11.4% promedio que presentó en 2008 (cuadro 5). Cabría destacar que las actividades de difusión e información (824) elevaron su concentración en este contorno a 42.2% debido básicamente a la localización de TV Azteca en la delegación Tlalpan, que se encuentra en dicho contorno. Es igualmente notable la concentración de los servicios de salud y asistencia social, gasolineras, así como educación y cultura privados.

Finalmente, en términos absolutos el PIB terciario del segundo contorno se elevó en 4 725 millones de pesos entre 2003 y 2008, apenas 8.8% de su aumento en la ZMCM, enfatizando su carácter residencial y de prestador de servicios al consumidor.

El tercer contorno se mantiene marginal

Definitivamente no se vislumbra ningún indicio que prefigure un futuro patrón suburbano característico de las metrópolis norteamericanas, ni de corte “edge city”, ni de dispersión periurbana. La participación del PIB del sector terciario de este contorno aumentó sólo una décima de UP, tanto respecto a la nación como a la ZMCM, como se puede apreciar en el cuadro 4. Es sintomático del bajo dinamismo del tercer contorno que en 2008 su participación en la población del país declinara a 2.6% y a 15.0% la metropolitana (cuadro 4). De esta suerte, ocurre la extraña situación de que mejoraran ligeramente sus ICRN e ICRM, pero no por su crecimiento del producto terciario, sino por la disminución relativa de población.

La marginalidad del sector terciario se ratifica al observar su muy reducida participación en los servicios profesionales al productor, la actividad icono del proceso de servicialización contemporáneo, que apenas era 1.3% en 2003 y se redujo a 0.9% en 2008 (cuadro 6). Ello explica que aumentó el número de grupos con mayor participación que la media del contorno, a 12 en 2008. Destaca que concentró 12.1% del total metropolitano en gasolineras y combustibles, lógicamente por tratarse de municipios periféricos hacia el norte y este de la ZMCM, pues suelen establecerse gasolineras en las carreteras de salida. Los otros dos grupos del subconjunto de CBCI (811 y 812) también tuvieron concentraciones elevadas; en el caso de los supermercados porque los municipios del tercer contorno disponen de tierra suficiente para este tipo de actividades.

En términos absolutos el tercer contorno aumentó su PIB en 1 344 millones de pesos; los grupos que más contribuyeron a ese incremento fueron el comercio al mayoreo (29.4%), la preparación de alimentos y bebidas (13.3%), la educación y cultura privadas (11.2%) y las tiendas de departamentos (9.4%). En conjunto, estas cuatro actividades explican 63.3% del incremento absoluto de la producción terciaria, siendo las actividades básicas de esta área pe riférica de la metrópoli.

Insignificancia terciaria del cuarto contorno

El cuarto contorno tiene importancia por estar constituido por municipios del norte de la metrópoli que se localizan dentro de la Cuenca de México en la única área que es geográficamente susceptible de urbanizarse en el futuro, y en eso radica su relevancia, como lo evidencia que concentre 4.3% del PIB metropolitano de tiendas de departamentos y 2.9% en gasolineras (cuadro 7). Actualmente, sin embargo, no tiene significación en el producto terciario total de la ZMCM pues sólo eleva su participación de 0.34 a 0.43% entre 2003 y 2008, siendo verdaderamente insignificante desde una perspectiva macroeconómica (cuadro 4). En el producto nacional correspondiente su contribución subió cuatro centésimas al pasar de 0.12 a 0.16%, por lo que el muy limitado crecimiento del cuarto contorno consolida el carácter centralizado de la localización del comercio y servicios en la Ciudad de México.

Cuadro 7. Cuarto contorno: PIB del sector servicios por grupos de actividad respecto a la ZMCM, 1960-2008(porcentajes)a 

a El cuarto contorno en 1990 estaba conformado únicamente por el municipio mexiquense de Melchor Ocampo, y en 2000 se sumaron Cocotitlán, Coyotepec, Huehuetoca, Papalotla, San Martín de las Pirámides, Temamatla, Teotihuacán y Zumpango; y el municipio de Tizayuca, Hidalgo.

Fuentes: Cálculos elaborados con el banco estadístico del proyecto de Gustavo Garza, “Estructura y dinámica del sector servicios de la Ciudad de México, 1960-2008”. Las fuentes originales de la información son los censos comerciales y de servicios IV, VIII, X, XI, XIII Y 2009, INEGI, México. La información fue sujeta a un minucioso ejercicio de comparabilidad intercensal y ajustada con las Cuentas Nacionales según se explica en el apéndice estadístico 1 y 2 de Garza, 2008.

Conclusiones: patrón clásico de centralización terciaria

La Zona Metropolitana de la Ciudad de México (ZMCM) disminuyó su importancia respecto al PIB de comercio y servicios nacional de 38.9 a 36.5% entre 1960 y 2008. Una conclusión general es que esta medición convencional constituye un marco de referencias parcial, que aunque manifiesta la persistencia de una ley tendencial de la concentración del aparato productivo en la principal ciudad de un país, implica que ésta suele reducirse en la medida que el desarrollo económico se extiende territorialmente. Así, la descentralización es un proceso consustancial a la creciente acumulación de capital en el sector servicios, el cual se orienta naturalmente hacia otras ciudades del país. De esta suerte, la expansión de las fuerzas productivas y las condiciones generales de la producción urbana implican una distribución espacial de las actividades económicas menos concentrada, pero habrá que determinar en qué grado se descentralizan y cuáles son las características de su organización en el interior de la trama metropolitana.

Para ello se hace necesario establecer diferentes coordenadas de referencia para cuantificar las magnitudes de las variables económico-espaciales. En el presente trabajo se propusieron dos indicadores que cumplen con ese requisito: el índice de concentración relativa nacional (ICRN) y el índice de concentración relativa metropolitana (ICRM), medidos respecto al país y a la ZMCM. Estos dos indicadores evidencian la existencia de un principio de relatividad en la organización espacial económico-demográfica.

El análisis de la evolución de la distribución del producto de las actividades comerciales y de servicios dentro de las unidades políticas que constituyen la zmcm de 1960 a 2008, esto es, en el largo plazo, permite obtener dos conclusiones específicas fundamentales. En primer lugar, que utilizando un sistema dual de variables en forma conjunta (PIB y población), con relación al país y a la misma zona metropolitana, se puede derivar la existencia de cierta relatividad que implica que su nodo central pueda descentralizarse y concentrarse simultáneamente, dependiendo del marco de referencia utilizado. Ello significa que la estructuración de las actividades económicas en el espacio metropolitano sea relativa, de lo que se puede asumir el impacto diferencial de sus determinantes, entre los cuales sobresale la dotación de las condiciones generales de la producción (infraestructura y equipamiento urbano).

En segundo lugar, se observa que la estructuración espacial de las actividades comerciales y de servicios sigue una conformación definida con un núcleo central claramente hegemónico, y que a medida que crece la metrópoli ocurre una lógica descentralización hacia un primer contorno en una etapa inicial, y luego hacia un segundo contorno. Sin embargo, el tercer anillo concéntrico alcanza poca relevancia, mientras el cuarto es prácticamente insignificante. Lo más notable es que el nodo central aumenta su índice de concentración relativa metropolitana durante todo el periodo, imprimiendo a la Ciudad de México una conformación espacial clásica de sus actividades terciarias, esto es, con una significativa tendencia decreciente del centro a la periferia.

Reforzar este patrón eliminando las deseconomías externas que presenta la Ciudad de México en términos de congestionamiento vial, contaminación del ecosistema y déficit de sus diversos renglones infraestructurales será crucial en cualquier intento de elevar su competitividad dentro de la jerarquía de ciudades de rango mundial.

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1El número de unidades políticas que se agregaron decenalmente de 1950 a 2000 para conformar la zona metropolitana pasó de 12 a las 57 mencionadas (Garza, 2000: 240-141). Existen pequeñas discrepancias entre las unidades políticas de esta fuente y las que se recolectaron de los Censos Comerciales y de Servicios, las cuales se mostraron en una serie de cuatro mapas y otros tantos cuadros en una versión más amplia de este texto, pero fue necesario eliminarlos para cumplir con la extensión máxima permitida en esta revista. El lector interesado puede contactar al autor de este escrito para obtener la versión completa.

2Considerando el periodo de 1982 a 1988 el PIB se redujo –0.01% anualmente, siendo los sectores más afectados la construcción, el comercio y la minería.

3Al parecer, la siguiente etapa de 2008 a 2013 volverá a ser de recuperación-recesión pues en 2009 el PIB sufrió una fuerte contracción como en 1995 (–6.2%), además de que la primera década del siglo XXI tendrá un crecimiento inferior al de los años trein ta del siglo pasado.

4En la versión amplia de este escrito, ya mencionada, se cuenta con un apéndice estadístico con la información de los valores absolutos del PIB para los cinco contornos analizados, desagregados en los 17 grupos de actividad terciaria considerados, de 1960 a 2008. Fue necesario eliminar dicho apéndice por restricciones al tamaño máximo del escrito. Por ende, cuando se mencionen los valores absolutos del PIB terciario en lo que sigue del escrito, la fuente será la base de datos del proyecto del que este artículo forma parte.

5En la referencia citada el valor de 1970 es de 47.4%. Se hicieron posteriormente correcciones a la metodología de la comparabilidad de los censos comercial y de servicios y hubo pequeños ajustes en las cifras.

6Por razones de estilo, en este escrito a las actividades comerciales y de servicios se les denominarán sector terciario o simplemente actividades de servicios, en referencia a las dos divisiones.

7En términos algebraicos el índice tiene la siguiente expresión: ICRN = {[(PIBiZMCM/PIBiMEX) ∕ (POBiZMCM/POBiMEX)] −1}*100; donde PIBIZMCM es el producto bruto interno total de comercio y servicios del año i de la ZMCM; PIBiMEX es el correspondiente nacional; POBiZMCM es la población total de la ZMCM en el año i; POBiMEX es el valor respectivo del país. Los años considerados son: i = 1960, 1980, 1988, 1993, 2003 y 2008. El ICRN se calcula de igual manera para cada una de las cinco zonas en que se dividió el espacio metropolitano (el índice es una adecuación del propuesto por Garza, 2011: 320).

8Su fórmula es: ICRM = {[(PIBiJ/PIBiZMCM) ∕ (POBiJ/POBiZMCM)] −1}*100; donde PIBiJ es el producto bruto interno total de comercio y servicios del año i del contorno metropolitano j; PIBiZMCM es el correspondiente a la Zona Metropolitana de la Ciudad de México; POBiJ es la población total del contorno j en el año i; POBiZMCM es el valor respectivo de la zona metropolitana; i = 1960, 1980, 1988, 1993, 2003 y 2008. Las áreas en que se divide la urbe representadas como j son cinco: nodo central y primer, segundo, tercer y cuarto contornos. Estas unidades territoriales están identificadas en los cuadros del trabajo (los dos índices utilizados son una adecuación de los diseñados para analizar al Distrito Federal por Garza, 2011: 320).

9El presente artículo difiere del trabajo de Sobrino que realiza su análisis con personal ocupado, mientras que aquí se considera el producto interno bruto de los 17 grupos de comercio y servicios en todas las unidades políticas que conforman la ZMCM. De cualquier manera es de interés contrastar las conclusiones de los dos trabajos para ver las diferencias que presentan ambas variables.

10La terminología que se utilizará divide al sector servicios en dos subsectores: CSP y CSC. El primero de éstos se subdivide en dos conjuntos: 1) servicios profesionales (SP); 2) comercio de bienes de capital e intermedios (CBCEI). El CSC se compone de cuatro conjuntos: 3) comercio de bienes de consumo inmediato (CBCI); 4) servicios de consumo inmediato (SCI); 5) comercio de bienes de consumo duradero (CBCD); 6) servicios de consumo duradero (SCD). Estos seis conjuntos están constituidos por los 17 grupos de comercio y servicios considerados en esta investigación (para una justificación de esta clasificación véase Garza, 2008: 84-88). En el cuadro 2 se pueden ver los tres niveles de la tipología empleada.

11Por razones estilísticas se mencionará en ocasiones a la Ciudad de México, pero siempre referida a su zona metropolitana según se define en los mapas ya referidos.

12Los porcentajes respecto al país se calcularon con la base de datos del proyecto del que este artículo forma parte. En lo que sigue, la información de los grupos individuales respecto al valor nacional para cualquiera de los cuatro contornos se obtendrá de la misma forma.

13Monterrey es la ciudad que le sigue a la ZMCM en concentración de las actividades terciarias nacionales, pero la capital regiomontana sólo representa 7.9% del PIB nacional correspondiente en 2003, muy por atrás del 17% del nodo central metropolitano.

14Solamente en 2009 las transferencias de capital de las filiales de empresas extranjeras a sus matrices fueron de 3 297 millones de dólares, además de reinvertir utilidades por 4 412 millones (La Jornada, 21 de octubre, 2010: 26). Además de la anterior descapitalización, en los últimos años ha ocurrido una notable transferencia de capitales nacionales al extranjero, que entre diciembre de 2006 y septiembre de 2010 sumaron 55 503 millones de dólares (González Amador, 2010: 30). Esta monumental desacumulación de capital en México constituye un formidable obstáculo para el desarrollo económico de la nación. En términos de la urgente necesidad de desarrollar el conjunto del andamiaje infraestructural para que México pueda aspirar a ser internacionalmente competitivo, por ejemplo, el Programa Nacional de Infraestructura, 2007-2012, asignó un monto de 397 mil millones de pesos para los seis años programados (sin el sector energía), de lo cual hasta el primer trimestre de 2010 sólo se ha cumplido con 14% del total sexenal (Reforma, 7 de octubre de 2010, Negocios: 4). Esto significa que con las solas transferencias de las transnacionales se podría haber financiado 40% más de todo lo gastado en infraestructura pública en 3.25 años (2 340 millones de dólares). Además, con la salida de 55 503 millones de dólares se sufragaría más que con todos los recursos públicos del Programa Nacional de Infraestructura, 2007-2012, que ascienden a alrededor de 30 mil millones de dólares <www.infraestructura.gob.mx>. Sin embargo, como sólo se ha realizado 14%, se está planeando que el monto propuesto sea para 15 años. El costo de oportunidad de la salida de capital financiero del país es el equivalente a la inversión pública en infraestructura carretera, ferroviaria, portuaria, aeroportuaria, de telecomunicaciones e hidráulica para alrededor de 25 años, según el monto que se ha invertido entre 2007 e inicios de 2010.

Recibido: 08 de Diciembre de 2010; Aprobado: 03 de Agosto de 2011

Gustavo Garza es economista por la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de Nuevo León; realizó sus estudios de maestría en Economía en El Colegio de México; es diplomado en Planeación y Políticas Económicas en la Universidad de Cambridge, y doctor en Economía por la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México. Desde 1970 es profesor investigador del Centro de Estudios Demográficos, Urbanos y Ambientales de El Colegio de México. Ha publicado más de doscientos artículos y capítulos de libro sobre desarrollo urbano en México en revistas y libros especializados, y es autor de 23 libros sobre el tema. Ha sido investigador visitante en la Universidad de California, el Centro Brasileño de Análisis y Planeación (Cebrap), la Universidad de Texas, la Universidad de Cambridge, la London School of Economics and Political Sciences y la Universidad de Alcalá. Obtuvo el primer lugar en el Premio Nacional de Economía, la Medalla “Gabino Barreda” de la UNAM y le fue concedida la beca Guggenheim de Estados Unidos. Fue director del Centro de Estudios Demográficos y de Desarrollo Urbano de El Colegio de México, y en 1994 fue designado director fundador del Instituto de Estudios Urbanos de Nuevo León. Fue miembro del panel sobre Dinámica Urbana de la Academia de Ciencias de Estados Unidos de América y es Investigador Nacional nivel III. En 2011 inició la investigación titulada “Estructuración intrametropolitana del sector servicios en la Ciudad de México, 1960-2008”, que realiza con el apoyo financiero del Conacyt.

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