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Estudios demográficos y urbanos

versión On-line ISSN 2448-6515versión impresa ISSN 0186-7210

Estud. demogr. urbanos vol.27 no.1 Ciudad de México ene./abr. 2012

https://doi.org/10.24201/edu.v27i1.1411 

Informes

Desafíos demográficos para un desarrollo sustentable. Declaración de Laxenburg sobre Población y Desarrollo Sustentable

Demographic Challenges for Sustainable Development. The Laxenburg Declaration on Population and Sustainable Development


Resumen:

Convencido de la necesidad de integrar los tres pilares del desarrollo sustentable -desarrollo económico, desarrollo social y protección del medio ambiente-, el Instituto Internacional de Análisis de Sistemas Aplicados (IIASA) reunió a más de veinte expertos en población y desarrollo para discutir sobre cómo los factores poblacionales promueven o impiden un desarrollo sustentable. La reunión contó con el apoyo del Fondo de Población de Naciones Unidas y se llevó a cabo en las instalaciones de IIASA, en Viena, del 30 de septiembre al 1 de octubre de 2011.

El panel de expertos propuso cinco acciones amplias que recomienda en el marco de la Conferencia Río+20 de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sustentable. A continuación se incluyen sus conclusiones y recomendaciones.

Abstract:

Convinced by the need to integrate the three pillars of sustainable development (economic development, social development and environmental protection), the International Institute for Applied Systems Analysis (IIASA) brought together more than twenty experts on population and development to discuss how population factors promote or impede sustainable development. The meeting, supported by the United Nations Population Fund, was held at the IIASA headquarters in Vienna from 30 September to 1 October, 2011.

The panel of experts proposed five broad actions which were recommended within the framework of the Río+20 United Nations Conference on Sustainable Development. Their conclusions and recommendations are given below.

Declaración del panel global de expertos

Los seres humanos están en el centro de la preocupación por un desarrollo sustentable”. Ésta fue la perspectiva que se expresó en la Declaración de Río de 1992 sobre Medio Ambiente y Desarrollo, la cual reafirmamos. Por tanto, cualquier análisis serio de los desafíos y oportunidades para un desarrollo sustentable debe considerar de manera prioritaria los cambios en los números, las características y la distribución de los seres humanos en el planeta.

Los análisis en torno al desarrollo sustentable deben reconocer que las personas provocan diferentes efectos sobre el medio ambiente y tienen diversas vulnerabilidades frente al riesgo, las cuales dependen de su edad, género, ubicación y otras características socioeconómicas. Las evidencias recientes muestran que el capital humano incrementado mediante la educación y la salud (incluida la reproductiva) puede producir una diferencia sustancial en la contribución de las personas al desarrollo sustentable y mejora su capacidad de adaptación a los cambios ambientales. Por tanto, sólo se podrá alcanzar el desarrollo sustentable si se toman en cuenta los factores demográficos y se responde a ellos. Para promover un desarrollo sustentable, una economía verde y una adaptación al cambio en el medio ambiente se debe impulsar la inversión en capital humano, conjuntamente con otras medidas.

Las aristas demográficas actuales

Durante el pasado medio siglo la población mundial se ha más que duplicado, al pasar de 3 mil millones de habitantes en 1960 a 7 mil millones en la actualidad. La estructura por edades más bien joven de los países con ingresos bajos y medios nos permite prever que habrá un crecimiento demográfico continuo en las próximas décadas, incluso si sucediera el improbable evento de que las tasas de natalidad cayeran precipitadamente en esos países. En consecuencia la población mundial probablemente será de entre 8 y 11 mil millones de habitantes en el año 2050, dependiendo principalmente de la velocidad en la caída de la fecundidad en el futuro. Sin embargo el crecimiento de la población no ocurrirá de manera uniforme en todo el planeta.

De hecho los agrupamientos demográficos tradicionales se han roto. Mientras que es probable que la población del África Subsahariana aumente entre tres y cinco veces en el transcurso de este siglo, Europa Oriental ya se encuentra en una trayectoria de disminución de su población. China probablemente alcanzará el máximo de población en diez o veinte años, debido a la rápida y reciente caída en su fecundidad, y a partir de ahí entrará en una era de disminución de población. Junto con China y otros países en vías de desarrollo con baja fecundidad, los países industrializados enfrentan los desafíos del envejecimiento de la población y de los cambios en la forma de organización de los hogares, incluyendo los ajustes que necesitan hacerse en la seguridad social y en los sistemas de atención a la salud. Mientras tanto, la esperanza de vida está aumentando en la mayoría de los países, aun en los más duramente golpeados por el VIH-sida. El declive de la mortalidad es una tendencia a largo plazo que, según demuestran las investigaciones, probablemente continuará tanto en los países donde la gente vive ahora más años como en aquellos donde la esperanza de vida es mucho más baja. Los niveles de movilidad, urbanización y educación también difieren sustancialmente entre y en el interior de las regiones, lo que añade otras dimensiones relevantes a las aristas demográficas.

Casi todo el crecimiento poblacional del mundo ocurrirá en las ciudades y en las áreas urbanas de los países más pobres, principalmente debido a la migración rural-urbana en combinación con un elevado crecimiento de la población nacional. Mientras tanto, las poblaciones de muchos de los países de baja fecundidad descenderán. La heterogeneidad en el escenario demográfico entre los países pobres con crecimiento poblacional rápido y el crecimiento lento o decremento en los países industrializados no tiene precedentes históricos.

Estas diferencias demográficas definen la contribución de las personas al deterioro ambiental, su habilidad para participar en las acciones para alcanzar un desarrollo sustentable y su adaptabilidad a un medio ambiente cambiante. Por tanto, desafíos demográficos diferentes requieren respuestas diferenciadas. Los desafíos del desarrollo son notablemente mayores en donde el crecimiento de la población y la pobreza son más elevados, la educación es más baja y la vulnerabilidad frente a los cambios ambientales es mayor. Además, los efectos negativos sobre el medio ambiente tienden a ser mayores donde los niveles de consumo material de las personas son más elevados.

Factores demográficos en la transición a una economía verde

Los esfuerzos de los países en desarrollo para reducir su pobreza y hacer frente a las necesidades y las aspiraciones legítimas de sus poblaciones, que crecen rápidamente, implican un mayor consumo y una mayor producción; si se manejan inapropiadamente, estos esfuerzos aumentarán más la presión sobre los recursos naturales. El crecimiento de la población favorece el aumento de las emisiones de carbono por el uso de combustibles fósiles de las tecnologías actuales; asimismo a menudo contribuye al agotamiento y degradación de los sistemas que sostienen la vida, a causa de la deforestación, el agotamiento de los recursos acuáticos, la contaminación del aire, la pérdida de la biodiversidad y la degradación de las tierras agrícolas. Es importante reducir tales efectos negativos en el medio ambiente y en el clima global con el fin de propiciar beneficios múltiples para el desarrollo sustentable local y global.

La caída en la fecundidad en los países que la han mantenido alta haría que muchos problemas ambientales se resuelvan más fácilmente, pues la reducción de su crecimiento poblacional propiciaría que se alcance el desarrollo. Algunos de estos beneficios serían resultado del cambio en la estructura por edades, que provocaría la disminución en la fecundidad. Si se reduce el número de niños y adolescentes respecto de la población en edad laboral, la razón de dependencia demográfica cae, lo que crea una oportunidad para aumentar las inversiones en salud, educación, infraestructura y protección del medio ambiente. Se ha demostrado empíricamente que, si se utiliza apropiadamente, este bono demográfico puede ayudar a impulsar a los países fuera de la pobreza.

Las investigaciones de la última década muestran que la educación aumenta las oportunidades de vida de las personas en general, contribuye enormemente a la innovación tecnológica y social, y crea la flexibilidad mental requerida para una rápida transición hacia una economía verde. Esto es válido en países tanto de bajo como de alto ingreso. Por consiguiente, el aumento de capital humano desde la niñez temprana hasta la edad adulta mediante la educación formal y la informal constituye una prioridad política decisiva.

La mayoría de la población mundial vive ahora en áreas urbanas, y ciertamente la urbanización continuará. Como lo ha confirmado la investigación reciente, la urbanización a menudo mejora la productividad económica y facilita el acceso a la educación, la salud y otros servicios. Sin embargo, el crecimiento de la población urbana también presenta desafíos para la planificación y el buen gobierno, los cuales son más intensos en los lugares ambientalmente frágiles. En los países asiáticos y africanos, donde el crecimiento urbano es más rápido, reducir la vulnerabilidad requerirá lograr la transición urbana sin crear riesgos ambientales indebidos o sin generar desigualdad social.

Invirtiendo en la oleada de juventud global

Un desafío demográfico importante es la oleada creciente de jóvenes de los países en desarrollo que entran al mercado laboral con aspiraciones elevadas, pero con limitadas oportunidades de encontrar un empleo productivo. En el mundo existen 1 200 millones de mujeres y hombres jóvenes entre los 15 y los 24 años, la edad típica para entrar al mercado laboral. Y faltan aún más jóvenes por venir. Tan sólo en el África Subsahariana la población entre los 15 y los 24 años probablemente aumentará de 170 millones en la actualidad a 360 millones para mediados de siglo. Con las tasas de desempleo de los jóvenes ya de por sí altas, asegurar una educación apropiada y crear empleos para estos cientos de millones de jóvenes constituyen altas prioridades.

Si no se les da una oportunidad para una vida plena, estas masas de gente joven sin mucha esperanza en el futuro pueden representar una seria amenaza a la estabilidad social y política. Pero si se les provee de educación y trabajos apropiados, los jóvenes pueden hacer uso de su enorme potencial para la innovación, incluidas las habilidades para adoptar nuevas tecnologías que aceleren el progreso económico y aquellas que hagan viable la transición hacia una economía verde. Con una larga vida por delante, es probable que los jóvenes tengan un interés genuino en la sustentabilidad ya que experimentarán por sí mismos las repercusiones de las tendencias no sustentables.

Las personas se unen y comienzan a tener hijos entre los 15 y 24 años de edad. Se prevé que las mejorías en la educación y en el empleo tendrán un efecto cada vez mayor en la disminución de la fecundidad debido a la posposición del matrimonio y la crianza de los hijos, lo que reducirá el crecimiento demográfico futuro en el mundo en desarrollo. Por tanto, el asegurar una inversión apropiada en la gente joven -desde una edad temprana, cuando son plantadas las semillas de su desarrollo futuro- debe ser un componente esencial de los paquetes amplios de políticas para promover un desarrollo global sustentable.

Las diferentes vulnerabilidades de las personas deben dar forma a las políticas apropiadas

La degradación ambiental y el cambio climático no afectan por igual a todos los países y a todas las regiones geográficas. La vulnerabilidad también varía significativamente entre las personas que habitan una misma región, de acuerdo con sus circunstancias socioeconómicas. Incluso dentro de un mismo hogar los efectos pueden variar de manera importante según la edad y el género. Las políticas para reducir la vulnerabilidad deben enfocarse, por tanto, en los segmentos más vulnerables en el interior de los países y las regiones. Ya no son suficientes las políticas para regiones específicas o para contextos urbanos o rurales particulares. Ignorar las dimensiones demográficas particulares de la vulnerabilidad encauzará mal el enfoque de la política y diluirá sus efectos.

La distribución espacial de las poblaciones entre las regiones, entre las comunidades rurales y la ciudad, y en las ciudades, es una dimensión significativa del desarrollo sustentable. La migración dentro y entre los países ha sido siempre parte integral de la respuesta humana a las cambiantes condiciones económicas, sociales y ambientales. Es probable que este patrón continúe no sólo debido al aumento de las oportunidades económicas que resultan de la mayor información, las mejoras en los sistemas de transporte y la globalización de la producción y mercados laborales, sino que será exacerbado por el desplazamiento y los traslados debidos a la degradación ambiental y a los conflictos civiles.

Los principales factores demográficos que aumentan la vulnerabilidad son la pobreza, la mala salud, los bajos niveles educativos, la desigualdad de género, la falta de apoyo familiar para los mayores y la ubicación geográfica desfavorable. Las poblaciones con estas características también carecen a menudo de una voz política, lo cual las expone a un mayor riesgo. Entre estas poblaciones, las mujeres y los niños son por lo general los más pobres y los menos empoderados. La vulnerabilidad se reduce y la capacidad adaptativa aumenta donde existe inversión en el capital humano de la gente pobre, particularmente en su educación y más precisamente en la educación de las mujeres y las niñas, cuya importancia en estos procesos de adopción y adaptación es notable. Es posible que las políticas que no incluyan elementos específicamente diseñados para esta población no tengan éxito.

Cinco propuestas para el desarrollo sustentable

  • 1) Reconocer que los números, las características y las conductas de las personas están en el centro de los desafíos del desarrollo sustentable y de sus soluciones.

  • 2) Identificar las subpoblaciones que contribuyan más a la degradación ambiental y aquellas que sean más vulnerables a sus consecuencias. Especialmente en los países pobres estas subpoblaciones son fácilmente identificables de acuerdo con la edad, el género, el nivel educativo, el lugar de residencia y el nivel de vida.

  • 3) Crear políticas de desarrollo sustentable para tratar a estas subpoblaciones de forma diferente y apropiadamente de acuerdo con sus características demográficas y su comportamiento.

  • 4) Facilitar la inevitable tendencia de aumento en la urbanización de manera que asegure que los riesgos ambientales y las vulnerabilidades estén bajo control.

  • 5) Invertir en capital humano -educación y salud, incluyendo la reproductiva- para reducir el crecimiento de la población, acelerar la transición a las tecnologías verdes y mejorar la capacidad adaptativa de las personas al cambio ambiental.1

Los miembros del panel, quienes dieron fe a esta declaración, son:2

Wolfgang Lutz (coord.), Programa Mundial de Población (IIASA) y Centro Wittgenstein para la Demografía y Capital Humano Global

William Butz (coord.), Programa Mundial de Población (IIASA) y Centro Wittgenstein para la Demografía y Capital Humano Global

Marcia Castro, Departamento de Salud Global y Población, Escuela de Salud Pública de Harvard

Partha DasGupta, Facultad de Economía, Universidad de Cambridge

Paul Demeny, Consejo de Población (Population Council)

Isaac Ehrlich, Facultad de Economía, Universidad de Búfalo, Universidad del Estado de Nueva York

Silvia Giorguli, Centro de Estudios Demográficos, Urbanos y Ambientales, El Colegio de México

Demissie Habte, Academia de Ciencias Etíope

Adrian C. Hayes, Instituto Australiano de Investigaciones Demográficas y Sociales, Universidad Nacional de Australia

Leiwen Jiang, Grupo Integrado de Valoración y Modelaje, Centro Nacional de Investigación Atmosférica (NCAR), Boulder, Colorado

David King, Escuela Smith de Empresa y Medio Ambiente, Universidad de Oxford

Detlef Kotte, División de Globalización y Estrategias de Desarrollo, Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD)

Martin Lees, Club de Roma

Paulina Makinwa-Adebusoye, Instituto Nigeriano de Investigación Social y Económica

Gordon McGranahan, Grupo de Asentamientos Humanos, Instituto Internacional para el Medio Ambiente y el Desarrollo (IIED)

Vinod Mishra, Sección de Políticas, División de Población de Naciones Unidas (UNPD)

Mark Montgomery, Facultad de Economía, Universidad del Estado de Nueva York, Stony Brook

Keywan Riahi,Programa de Energía, IIASA y Universidad Tecnológica de Graz, Austria

Sergei Scherbov, Programa Mundial de Población (IIASA) y Centro Wittgenstein de Demografía y Capital Humano Global

Peng Xizhe, Escuela de Desarrollo Social y Políticas Públicas, Universidad de Fudan

Brenda Yeoh, Departamento de Geografía, Universidad Nacional de Singapur

1Para unirse a la lista de firmantes, por favor llene el formulario en: <http://www.iiasa.ac.at/Research/POP/ff/index.html>.

2Los puntos de vista expresados en este documento son los de los firmantes, y no necesariamente reflejan los puntos de vista de sus empleadores o de las organizaciones que representan.

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