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Estudios demográficos y urbanos

versión On-line ISSN 2448-6515versión impresa ISSN 0186-7210

Estud. demogr. urbanos vol.39 no.1 Ciudad de México ene./abr. 2024  Epub 07-Jun-2024

https://doi.org/10.24201/edu.v39i1.2209 

Artículos

Los estudios comparativos en el campo de la investigación urbana*

Comparative studies in the field of urban research

1El Colegio de México, A.C. Centro de Estudios Demográficos, Urbanos y Ambientales Ciudad de México, México mschtein@colmex.mx

2The University of Sheffield Department of Sociological Studies Sheffield, Inglaterra aesierramartinez1@sheffield.ac.uk


Resumen:

Este trabajo examina el papel del método comparativo en la investigación urbana, prestando atención a su utilidad en la generación de teoría, y a las particularidades de las comparaciones entre ciudades de distintas regiones. Para ello, se realiza una revisión de la literatura al respecto y se propone un agrupamiento en líneas temáticas que, sin la intención de ser muy rígido, contribuye a identificar las características de estos estudios. También se presentan reflexiones que emergen de la revisión de los estudios comparativos de una de las autoras del artículo, y de su lectura en paralelo con investigaciones más recientes que incorporan dicho método. Las conclusiones señalan algunos rasgos relevantes que influyen en las características de los estudios comparativos y sugieren que éstos seguirán siendo pertinentes en la investigación urbana mientras eviten visiones deterministas o esencialistas sobre las ciudades.

Palabras clave: estudios comparativos; estudios urbanos; teoría urbana; sur global; norte global; América Latina

Abstract:

This paper examines the role of the comparative method in urban research, paying attention to its usefulness for theory generation and the peculiarities of comparisons between cities of different regions. In doing so, it presents a literature review that groups comparative studies in thematic areas without being rigid, aiming to identify the characteristics of these studies. It also presents reflections that emerge from the revision of comparative studies produced by one of the authors, reading them in parallel with more recent research that implements the comparative method. The conclusions point out some relevant features that influence the characteristics of comparative studies and suggest that they will continue to be important in urban research as long as they avoid deterministic or essentialist views about cities.

Keywords: comparative studies; urban studies; urban theory; global south; global north; Latin America

I. Introducción

En este trabajo exploramos el papel de la comparación como método y estrategia de investigación sobre las ciudades, prestando especial atención a la relación de los estudios comparativos con la construcción de teoría, y considerando la importancia de la comparación entre urbes de distintas regiones. Proponemos una clasificación en líneas temáticas que, sin ser muy rígida, explora el desarrollo de los estudios comparativos según sus problemas de referencia empírico-conceptuales. También presentamos descripciones y reflexiones derivadas de estudios comparativos que llevamos a cabo en distintos momentos, y consideraciones finales sobre el alcance de los estudios comparativos para la investigación urbana contemporánea.

Este texto representa una contribución al campo de la investigación urbana ya que presenta el resultado de una revisión sistemática de bibliografía especializada, lo que permite identificar rasgos comunes que contribuyen a un agrupamiento y clasificación de trabajos comparativos. Aunque se presta particular atención a comparaciones con ciudades de América Latina, no se ignora la existencia de estudios comparativos sobre otras urbes del mundo, y se menciona la importancia de comparar ciudades de diferentes regiones del planeta. Este trabajo también contribuye a dilucidar el papel de la comparación, y particularmente de aquella entre regiones, para la construcción de teoría urbana, lo cual representa una contribución a los debates sobre la comparación en el contexto contemporáneo de la investigación urbana.

Además de presentar esta visión amplia y abarcadora sobre la comparación entre ciudades, también presentamos un análisis observando casos específicos de estudios comparativos, discutiendo sus características y contribuciones. Para ello, introducimos trabajos recientes y anteriores, comparándolos para identificar rasgos comunes y distintivos entre sus aproximaciones y enfoques. De esta manera, el presente trabajo incluye una comparación de comparaciones, lo cual representa una contribución a la forma de abordar el alcance de los trabajos comparativos en el campo de los estudios urbanos.

II. Comparación y teoría urbana

En las ciencias sociales, los estudios comparativos tienen un potencial heurístico al servir para la generación o verificación de teorías y/o hipótesis, así como de conceptos que pueden utilizarse en más de un contexto (Sartori, 1970; Skocpol, 1984). En este sentido, el objetivo de la comparación no es solamente aumentar la cantidad de datos disponibles, sino contribuir a la construcción de conocimiento sobre los procesos, estructuras y fenómenos por observar, utilizando el andamiaje conceptual de diversas disciplinas en las ciencias sociales y humanas. La comparación tiene un potencial heurístico ya que renueva y genera conocimiento, y ha sido parte fundamental para la construcción de teorías dentro de las ciencias sociales en general, así como en la investigación urbana en particular.

Partiendo de una relación dialéctica entre lo teórico y lo empírico, la comparación entre ciudades constituye un ejercicio reflexivo de construcción conceptual e interpretación de problemáticas contextualizadas. En este sentido, autores como McFarlane (2010) han argumentado que la comparación es una “estrategia de pensamiento” abierta a la novedad e innovación conceptual, que parte de la observación empírica, intrínsecamente relacionada a la generación de conocimiento en los estudios urbanos. De esta manera, la comparación se convierte en una aproximación teórica y metodológica en la cual, más que sólo presentar ejemplos para ilustrar análisis previos o ilustrar argumentos, se construyen y problematizan las hipótesis por medio de la observación simultánea de procesos en contextos temporales y espaciales diversos.

Ahora bien, la teoría también contribuye a enmarcar el alcance de la comparación. Según lo planteado por Pickvance (1986), utilizar datos de dos o más contextos no garantiza una comparación en el sentido analítico. Según este autor, un análisis comparativo de ciudades se caracteriza por la relación entre la evidencia y uno o varios modelos teóricos, entendidos como sistemas ordenados de conceptos que permiten establecer relaciones causales entre fenómenos empíricos.

Sin embargo, el modelo teórico también puede ser revisado y actualizado por la observación empírica, especialmente al contar con datos provenientes de diversas ciudades. Por ello, aunque se reconoce la importancia de las diferencias entre contextos de distintas ciudades, esto no debería constituir un impedimento para la formulación de hipótesis que permitan construir un nuevo conocimiento (Peck, 2015). En este sentido, la comparación también debe generar una problematización sobre cómo, dónde y para qué se produce la teoría urbana (McFarlane, 2010).

III. La comparación entre regiones

Los estudios comparativos entre regiones diferentes pueden ayudar a matizar hipótesis elaboradas al estudiar sólo una ciudad o región, así como a renovar los conceptos y actualizar explicaciones sobre procesos urbanos en diferentes contextos; ellos contribuyen a generar reflexiones originales que fortalecen y actualizan la teoría urbana. No necesariamente, como algunos investigadores han alegado, la comparación entre ciudades de distintas regiones (por ejemplo, de países en desarrollo y países desarrollados) representa una actitud de dependencia respecto de las teorías de los países centrales. Por el contrario, a veces puede contribuir a criticar explicaciones derivadas de modelos universales de esos países centrales, y las comparaciones de este tipo pueden abrir nuevas rutas para conceptualizar procesos más locales y ayudar a plantear elementos novedosos para la teorización.

Justamente, comparar ciudades de diferentes regiones del mundo contribuye a la apertura y creatividad en la generación de conocimiento. Influenciadas por la experiencia poscolonial de países de Asia y África, en años recientes investigaciones comparativas más inclusivas han encontrado un impulso relacionado con la democratización de la construcción de conceptos, abandonando modelos teóricos generales sobre las ciudades o explicaciones simplistas de causalidad (McFarlane, 2010; Robinson, 2011; 2014; 2015; 2022; Simone, 2009; Ward, 2010). Este tipo de reflexiones enfatiza la importancia de problematizar las condiciones de la comparación y el proceso de selección de casos de estudio, impulsando la comparación entre ciudades de distintas regiones que rechaza la centralidad del Norte global como ejemplo o paradigma. Al respecto, es importante señalar que, aunque las comparaciones entre ciudades han sido importantes en los estudios urbanos en América Latina, esta estrategia ha sido muy fructífera al inspirar estudios sobre urbes por fuera de la región. Al respecto, han sido relevantes las propuestas de autoras como Robinson (2011; 2014; 2015), que enfatizan la importancia de la comparación entre ciudades sin partir del Norte global como paradigma o modelo de estudio.

El impulso generado por estas investigaciones ha inspirado comparaciones que, además, centran su atención en explicar procesos empíricos antes que a construir o usar conceptos generales. Sin embargo, también se han desencadenado debates sobre el papel de la teoría para la comprensión de ciudades de diferentes regiones y sobre la particularidad o inconmensurabilidad de las urbes del Sur global (Leitner y Sheppard, 2020; Peck, 2015; Randolph y Storper, 2023). Por otro lado, es importante señalar que también se pueden generar comparaciones que no solamente aborden ciudades de diferentes regiones, o ciudades diversas en un momento, sino que es posible comparar una ciudad en momentos distintos o distintas ciudades en más de un momento. Aunque éste no es el énfasis del presente trabajo, pueden consultarse estudios que realizan este tipo de comparaciones en contacto con la historia urbana (Mejía Pavony, 2000; Kenny y Madgin, 2015).

IV. Líneas temáticas de los estudios urbanos comparativos

Una revisión de los estudios urbanos comparativos de las décadas recientes permite identificar líneas temáticas como ejes analíticos o tendencias generales. Partiendo de estos ejes, proponemos un agrupamiento de las investigaciones según un problema de referencia empírico y conceptual, reconociendo que en el área de los estudios urbanos confluyen distintas disciplinas. Es importante aclarar que no se puede ser rígido en el uso de este tipo de recortes, y que este trabajo no tiene pretensión de exhaustividad o definitividad. La clasificación funciona como herramienta de trabajo e hipótesis de investigación. Finalmente, debemos señalar que en muchas ocasiones un estudio puede formar parte de más de una línea temática, con conexiones analíticas y disciplinarias que muestran relaciones entre temas.

Nuestra propuesta de ejes analíticos retoma lo planteado en otras propuestas de balances de estudios comparativos (Brenner, 2011; McFarlane, 2010; Robinson, 2014), pero presta atención también a las reflexiones presentes en anteriores balances de la investigación urbana en América Latina (Carrión y Dammert-Guardia, 2016; Duhau, 2000; Schteingart, 2000; Unda, 1989). Sobre el caso latinoamericano, resulta importante comentar que existió una etapa de los estudios urbanos con orientación marxista que ha tenido una influencia destacada en los trabajos comparativos y en la generación de teoría urbana, al utilizar nuevas categorías analíticas y novedosas concepciones de lo urbano que permitieron la superación de visiones limitadas y simplistas del desarrollo urbano y la urbanización.

Es importante señalar que las comparaciones se relacionan con las coyunturas globales y regionales que atraviesan las ciudades, las cuales son complejas y multidimensionales. Por ello, no podemos ignorar la importancia de otros problemas de referencia que, aunque no son abordados de manera explícita en los ejes que proponemos, presentan importantes resonancias y conexiones con ellos. Dentro de estos aspectos no vistos, podemos destacar procesos asociados a la inseguridad, la alimentación, la desigualdad de género y las condiciones de trabajo. Estos temas también inspiran comparaciones entre ciudades, particularmente al problematizar el papel del espacio público, los cuidados, las condiciones materiales de la vida cotidiana y las prácticas observadas con el concepto de reproducción social (Gillespie y Hardy, 2021; Santos Ocasio y Mullings, 2021). Finalmente, en el momento actual las consecuencias de la pandemia por COVID-19 de alguna manera representan un nuevo impulso a los estudios comparativos en la investigación urbana.

a) Desarrollo y dependencia

La primera línea temática que hemos considerado se relaciona con la cuestión del desarrollo, el crecimiento urbano y la estructura socioespacial de las ciudades. Los estudios comparativos que incluyen estos problemas de referencia se han abordado desde distintas perspectivas teóricas, siendo algunas de ellas cercanas a las teorías de la modernización, y otras, particularmente en el caso de las ciudades latinoamericanas, a la teoría de la dependencia, o del sistema-mundo, que generaron hipótesis de gran relevancia sobre la urbanización latinoamericana (Carrión y Dammert-Guardia, 2016; Quijano, 1973). Las investigaciones asociadas al desarrollo, observado a través de la intersección entre procesos económicos, urbanos y demográficos, se han vinculado en distintos momentos con análisis sobre la globalización, la división social del espacio y el gobierno local (Chávez Galindo et al., 2016; Kanto et al., 1997; Savitch y Kantor, 2002).

Esta línea se caracterizó, durante las décadas de 1960 y 1970, por la importancia que adquirió la elaboración de hipótesis que permitieran construir tipologías de ciudades y comprender procesos de desarrollo y/o dependencia, utilizando de forma predominante datos estadísticos o provenientes de registros históricos. En estudios asociados al funcionalismo y a las teorías de la modernización (Germani, 1976; Redfield y Singer, 1954), la ciudad era analizada por su relación con procesos de industrialización y desarrollo social (Friedmann, 1969). Las críticas a esta visión condujeron a la realización de comparaciones que matizaban estas afirmaciones (Schteingart y Torres, 1973). Con la influencia de la teoría del sistema-mundo también se realizaron comparaciones entre urbes de distintas regiones (Slater, 1978; Walton y Masotti, 1976; Walton y Lubeck, 1979). Para profundizar en estos ejemplos, puede señalarse que Walton y Lubeck (1979) elaboraron un análisis comparativo entre ciudades de distintas regiones como Monterrey (México) y Kano (Nigeria) para analizar cómo la posición de diferentes naciones en el sistema-mundo ayuda a comprender el conflicto entre clases sociales urbanas. La contribución de este tipo de estudios puede identificarse con la construcción de comparaciones que introduce visiones críticas a las miradas clásicas sobre el desarrollo, aunque su selección de ejemplos y la conducción del análisis se relaciona con la comprobación de las hipótesis y teorías. Es importante mencionar que el marxismo, particularmente bajo el influjo de posturas estructuralistas, tuvo una importante influencia en este tipo de estudios críticos del funcionalismo (Castells, 1988).

Un ejemplo de estudios comparativos que abordaron la problemática del desarrollo y la dependencia, como referencia para comprender las ciudades latinoamericanas, se encuentra en el volumen compilado por Schteingart (1973), que incluye información de casos específicos sobre las ciudades latinoamericanas. En esta obra colectiva, estudios como los realizados por Castells (1973), Quijano (1973)) y Kaplan (1973) observan la relación entre la situación de dependencia de los países y sus consecuencias en las ciudades de la región, incorporando una postura crítica sobre la urbanización en los países de América Latina y sus efectos en el llamado desarrollo dependiente. Estos aportes contribuyeron también, por su referencia a distintos casos, a la teorización sobre la dependencia en América Latina. El trabajo de Schteingart y Torres (1973), discutido más adelante, representa otro ejemplo acerca de la utilidad del concepto de urbanización dependiente.

La perspectiva de análisis que considera las diferencias entre ciudades utilizando nociones como centro y periferia continúa siendo importante para los estudios comparativos y la teorización sobre ciudades. Trabajos como el realizado por Caldeira (2017), aplicado al caso de São Paulo y complementado con ejemplos de la Ciudad de México y Nueva Delhi, propone la noción de urbanización periférica. Además, se han producido reflexiones sobre las implicaciones de la urbanización dependiente en la provisión de servicios (Pirez, 2016), o en la comparación de procesos de desarrollo caracterizados por la construcción de grandes obras de infraestructuras (Kanai y Schindler, 2022).

b) Movimientos sociales, conflictos y gobierno local

La segunda línea temática o eje analítico que identificamos corresponde a la cuestión de lo político en las ciudades, que se desglosa en temas y procesos como los movimientos sociales, los conflictos urbanos y el ejercicio del gobierno local. En este eje son comunes los estudios de casos con un enfoque descriptivo, que incluyen elementos para la construcción de teorías. Más que una continuidad u homogeneidad, observamos un mismo problema de referencia interpretado de maneras distintas usando conceptos diversos. Mientras que algunas investigaciones se enfocan en comparar movimientos sociales urbanos, en otras ocasiones lo que se analiza es una política pública o las estrategias de gobernanza. Estas transformaciones se asocian a las coyunturas y problemáticas específicas de las ciudades y regiones que son comparadas. En este sentido, en América Latina, Carrión y Dammert-Guardia (2016) han identificado que los estudios sobre la ciudadanía cobraron popularidad en la década de 1990, vinculados a los ciclos de democratización; mientras que en las dos décadas del siglo XXI, conceptos como el derecho a la ciudad y la gobernanza han cobrado mayor relevancia.

El estudio de los movimientos sociales urbanos fue inicialmente impulsado por una visión estructuralista de la sociología urbana que se enfocaba en las consecuencias de las contradicciones sociales que se manifestaban en las ciudades (Borja, 1975; Castells, 1974; 1983). En torno a estos análisis se produjeron debates sobre el papel de la teoría para comprender diferentes conflictos urbanos o movimientos sociales en ciudades de distintos contextos (Pickvance, 1985). Este enfoque además considera la dinámica del desarrollo capitalista, estableciendo un paralelismo con preocupaciones presentes en el primer eje. En momentos posteriores, el estudio de los movimientos sociales urbanos ha sido complementado por análisis sobre la ciudadanía, la democracia y el derecho a la ciudad (Meyer y Boudreau, 2012). También existen estudios referidos a conflictos o movimientos socioterritoriales en la región latinoamericana (Halvorsen et al., 2019), en el contexto de propuestas de un concepto plural y múltiple del territorio (Haesbaert, 2012; Haesbaert y Mason-Deese, 2019).

En el contexto de transformaciones estructurales sobre el papel del Estado y de la política pública en el desarrollo social, los estudios sobre la gobernanza buscan comprender cómo se gobiernan las ciudades en la escala local y regional (DiGaetano y Strom, 2003; Le Gales y Harding, 1998; Pierre, 2005), inspirando una gran cantidad de estudios en las primeras dos décadas del siglo XXI (Brandtner et al., 2017; Le Gales, 2002). Prestando atención concretamente a ciudades europeas, Le Gales (2002) construye un análisis comparativo que permite observar cómo los procesos de globalización, y particularmente de integración en la Unión Europea, representan conflictos y desafíos para el gobierno local. Partiendo de inquietudes sobre el qué y cómo se construyen los efectos y objetos del gobierno local de ciudades de distintas naciones, los estudios sobre gobernanza urbana han representado una contribución para la observación comparativa de procesos sociopolíticos.

Con respecto a los análisis sobre la gobernanza en América Latina, es importante señalar que, en años recientes, el proceso de expansión urbana y crecimiento metropolitano ha complejizado las condiciones en las que operan los gobiernos locales (Dureau et al., 2015). Al abordar este proceso, Trejo y Niño Amezquita (2022) han coordinado la publicación de un libro en el que se abordan las complejidades del gobierno metropolitano en la región. Análisis sobre el fenómeno de la metropolización también han inspirado estudios comparativos de ciudades de diferentes regiones (Dureau et al., 2002). Los estudios comparativos sobre el gobierno local en América Latina igualmente tienen que ver con la descentralización y democratización (Montecinos, 2005). Relacionadas con estos estudios, se han realizado también comparaciones sobre la transferencia de políticas públicas, o de prácticas gubernamentales, en ciudades de distintas regiones (Clarke, 2012; Montero y Baiocchi, 2022; Saraiva, 2022).

c) División social del espacio

La tercera línea temática se refiere a la división social del espacio como problema de referencia. Éste es un tema transversal de los estudios urbanos que abarca distintas décadas, y dentro del cual se pueden realizar análisis sobre el acceso al suelo y la vivienda, la pobreza urbana, la segregación socioespacial, la exclusión y la desigualdad (Ariza y de Oliveira, 2007; Portes et al., 2008; Roberts, 1996; Schteingart, 2001). Estos temas se han abordado con perspectivas teóricas y posturas metodológicas diversas. Como ejemplo puede señalarse que, mientras que Ariza y de Oliveira (2007) se enfocan en las consecuencias de las desigualdades en la pobreza y la dinámica familiar de las ciudades latinoamericanas, Schteingart (2001) observa los efectos de la desigualdad con un enfoque en la división social del espacio y sus consecuencias en la organización interna de las urbes.

La política habitacional del Estado y sus implicaciones en el acceso a la vivienda por distintos grupos sociales ha sido analizada para el caso de México (Schteingart, 1989; Ziccardi y González, 2015). Por la importancia de las políticas sociales en este aspecto, se presenta una conexión con el eje analítico de lo político y los gobiernos locales. Para analizar la división social del espacio, en ocasiones se han utilizado conceptos como gentrificación, principalmente en la literatura anglosajona (Harris, 2008), aunque también en el caso latinoamericano (Delgadillo et al., 2015; Janoschka y Sequera, 2014).

Sobre la segregación se han producido numerosos trabajos en el contexto latinoamericano, particularmente desde un enfoque cuantitativo (Ariza y Solís, 2009; Rodríguez Vignoli, 2008; Schteingart, 2001). No obstante, también existen casos de comparaciones con un enfoque cualitativo (Segura, 2013), que se refiere en ocasiones a conceptos como informalidad para dar cuenta de las condiciones de supervivencia cotidiana en ciudades del Sur global (AlSayyad, 1993; Roy y Alsayyad, 1993; Simone, 2001; 2009). La contribución de estos estudios sobre la informalidad se encuentra en una mirada comparativa que, priorizando la observación de procesos de lucha por la supervivencia en situaciones de precariedad, identifica rasgos comunes, pero también particularidades en las dinámicas por medio de las cuales los habitantes de ciudades del Sur global y de continentes como Asia y África interactúan con disposiciones institucionales y recursos a su alcance en la vida cotidiana. Estos estudios sobre estrategias de supervivencia y prácticas cotidianas se vinculan con análisis de la pobreza y su relación con la producción del espacio urbano (Caldeira, 2017; Roberts, 1996).

En esta línea temática se compara cómo se produce y distribuye socialmente el espacio urbano para distintos actores sociales y relaciones de poder, así como sus consecuencias cotidianas. Para ello, también se han realizado estudios sobre ciudades de distintas regiones del mundo buscando identificar similitudes y diferencias en la estructura urbana y los procesos locales. De esta manera, la política de vivienda, la pobreza urbana, el espacio público y la segregación se analizan comparando ciudades como Los Ángeles y São Paulo (Caldeira, 1996), Santiago, Ciudad de México y Londres (Imilan et al., 2016), o Ciudad de México y Hanoi (Boudreau et al., 2016). Otros casos de comparación entre regiones que abordan estos temas se discuten con más detenimiento más delante, y ellos comparan Ciudad de México y Abidjan (Schteingart, 1985), así como Ciudad de México y Washington D.C. (Schteingart, 1997; 2018a; 2018b).

d) Globalización

Por sus efectos durante las décadas de 1980 y 1990, la globalización surge como problema de referencia que inspira muchos estudios comparativos y que se mantiene en décadas posteriores. En este cuarto eje es importante distinguir dos tipos de investigaciones: sobre los efectos locales de estos procesos globales, y sobre las ciudades globales. En ambos tipos, los autores priorizan los estudios de casos, así como datos sobre la localización y estructura de las actividades económicas, privilegiando una mirada general sobre las urbes. Estas investigaciones se pueden vincular con estudios de la división social del espacio, del desarrollo impulsado por el capital financiero, las formas de gobierno (Savitch, 1988), o el papel de las ciudades en el sistema-mundo (Knox, 1995), presentes en otros ejes que proponemos.

Análisis elaborados principalmente en el Norte global se han dedicado a construir explicaciones sobre la ciudad global, construyendo teoría y definiciones con estudios comparados (Brenner, 2011; Sassen, 1995), o generando clasificaciones de ciudades según su papel en la economía mundial (Friedmann, 2002). Dentro de estos análisis se encuentran los que McFarlane (2010) ha identificado como estudios enfocados a identificar paradigmas de ciudad que tendrían influencia o aplicabilidad en distintas regiones, así como a recoger ejemplos, comprobar hipótesis y elaborar conceptos (Abu-Lughod, 1995; Fainstein et al., 1992). Como ejemplos de trabajos sobre la ciudad global y sus características pueden mencionarse los análisis de Abu-Lughod (1995) sobre Chicago, Nueva York y Los Ángeles, enfocados en identificar no sólo sus rasgos similares sino también sus diferencias, relacionadas con sus trayectorias históricas y su contexto político, cultura y demográfico.

La comparación también sirve para estudiar las consecuencias locales del proceso de globalización, particularmente en ciudades latinoamericanas como la Ciudad de México (Aguilar, 2002). Aunque sería reduccionista considerar todas las transformaciones urbanas de finales del siglo XX como efectos de la globalización, estos análisis ayudan a comprender cómo la distribución espacial de las actividades económicas influye en los mercados de trabajo y vivienda, patrones de migración, crecimiento urbano y esquemas de gobierno.

Independientemente de las estrategias y los conceptos utilizados para comparar los efectos de la globalización, la mayor parte de las comparaciones se enfocan en ciudades de las mismas regiones. Por otro lado, cuando se llegan a plantear las comparaciones entre ciudades de distintas regiones, se toma normalmente a las ciudades del Norte global como paradigma (Sassen, 1999). De esta manera, Sassen (1999) compara, por ejemplo, ciudades como Nueva York, Londres y Tokio para identificar rasgos comunes en el papel que tienen dentro de la economía global, tomando como base hipótesis sobre las ciudades globales y sus características. No obstante, el estudio de los efectos de la globalización permitió observar urbes de otras regiones y producir una crítica acerca de los paradigmas de los modelos de ciudad global (Hill y Kim, 2000). El análisis de los efectos locales de procesos globales ha permitido comparar ciudades de distintas regiones, especialmente en investigaciones recientes sobre el papel del capital financiero internacional y de la cooperación público-privada en los proyectos de renovación urbana (Brill, 2022; Robinson et al., 2021; Teo, 2021). En estos estudios recientes se critica una postura dentro de la investigación urbana comparativa que asume al Norte global como paradigma.

e) Ciudad y medio ambiente

La interacción entre ciudad y medio ambiente, y los problemas asociados a ella, han inspirado también estudios comparativos desde la década de 1980 hasta el momento actual, los cuales agrupamos como quinta línea temática. Las evidencias sobre las consecuencias ambientales del crecimiento urbano y sobre los riesgos ambientales en las ciudades son fundamentales para el surgimiento de este tema, que se relaciona con cuestiones presentes en otros ejes analíticos. El objetivo de estas comparaciones en muchas ocasiones se vincula al diseño de estrategias para enfrentar los problemas ambientales urbanos, con particular importancia, en años recientes, de los efectos del cambio climático (García Sánchez et al., 2018; Mabon y Shih, 2021).

Por las características de este problema de referencia, dentro de este eje se suelen comparar ciudades de distintas regiones del mundo, con estrategias metodológicas y fuentes de información diversas que se ajustan al planteamiento del problema de investigación. En lugar de guiarse por una teoría dominante, las comparaciones parten comúnmente del estudio de coyunturas locales o regionales utilizando un acercamiento entre múltiples disciplinas y conceptos. Identificamos entonces análisis sobre los servicios urbanos, sobre las consecuencias del crecimiento y expansión de las ciudades, y sobre el cambio climático (Aylett, 2013; Castán Broto y Bulkeley, 2013).

Con respecto a los servicios urbanos, pueden mencionarse casos de estudio sobre la política y gestión del agua (Tiburcio y Perevochtchikova, 2012), la gestión y acceso a las áreas verdes (Baycan-Levent y Nijkamp, 2009), y las condiciones de la infraestructura de saneamiento (Lancione y McFarlane, 2016). El énfasis en el papel de la infraestructura incorpora una consideración de las consecuencias de las condiciones materiales de la vida cotidiana, y ha influido de manera muy significativa en análisis comparativos entre ciudades (McFarlane et al., 2017; Niranjana, 2022). Este énfasis en las infraestructuras ha dado paso a estudios que se relacionan con otros ejes y abarcan tanto la construcción y gestión infraestructural, como la experiencia cotidiana de habitar las ciudades, dentro de los cuales el cambio climático se vuelve relevante. Incluyendo o no un enfoque en infraestructuras, las comparaciones sobre las consecuencias del cambio abordan aspectos como la gobernanza urbana (Castán Broto y Bulkeley, 2013), o los patrones de consumo de recursos usando el concepto de metabolismo urbano (Delgado Ramos et al., 2012).

El estudio de la relación entre ciudad y medio ambiente no solamente se ha enfocado en la infraestructura y los servicios públicos, o en las consecuencias del cambio climático. En efecto, otros temas importantes en este grupo relacionan las consecuencias ambientales de la expansión urbana y la contaminación del aire (De Souza, 2001; Sarzynski, 2012), el agua (Tiburcio y Perevochtchikova, 2012) y el suelo (Nijkamp et al., 2002). Al respecto, puede mencionarse el trabajo realizado por Schteingart y Salazar (2005) sobre las consecuencias ambientales de la expansión de la Ciudad de México sobre áreas naturales; el realizado por Lungo (2004) sobre la expansión urbana en Centroamérica; o el de Ojima (2007) sobre la dispersión urbana en ciudades brasileñas y sus implicaciones para la sustentabilidad.

V. Nuestros estudios comparativos

Para incorporar algunos análisis comparativos en el área de los estudios urbanos que hemos realizado en distintos momentos del desarrollo de nuestras investigaciones, presentaremos a continuación una síntesis de éstos ya que pueden ilustrar adecuadamente varios tipos de experiencias en las líneas temáticas, así como entre regiones. Después de presentar los casos abordados, se incluirán algunas comparaciones de esos trabajos con otros más recientes, para poder obtener algunas conclusiones acerca de los énfasis u orientaciones que en distintos momentos han guiado las comparaciones dentro de la región latinoamericana o entre distintas regiones.

El primer análisis comparativo que hemos realizado, a comienzos de los años setenta del siglo pasado, se propuso mostrar las características diferenciales de la estructura interna de metrópolis latinoamericanas, en relación con formas específicas de procesos de desarrollo en las sociedades de la región, poniendo énfasis en la relación entre procesos generales y procesos urbanos (Schteingart y Torres, 1973). Más específicamente, se compararon las distribuciones de grupos sociales en el espacio y el papel del centro de la ciudad con relación al resto de la misma, como parte importante de la estructura urbana de tres ciudades, Buenos Aires, Santiago y Lima. Sus respectivos países, Argentina, Chile y Perú, presentaban una gradación de situaciones económicas, sociales y espaciales, a la luz de procesos de desarrollo y urbanización en diferentes periodos históricos, denominados primero y segundo periodo de metropolización en América Latina.

El elemento común presente en los tres casos era la urbanización dependiente de la región, y se relacionaba el crecimiento de las ciudades, los procesos económicos generales y cómo se organizaba la ciudad en su interior. Se concluía que los tres casos partían de un modelo colonial similar que entró en crisis en la segunda mitad del siglo XIX, como consecuencia de cambios económicos en cada país. La élite abandonó el casco antiguo y la ciudad se modernizó, aunque con diferente intensidad y desarrollo temporal de los procesos, dando como resultado, más que un modelo típico de ciudad latinoamericana, una familia de casos. El trabajo comparativo termina discutiendo una hipótesis de gran influencia en esa época, generada por Gideon Sjoberg (1965) a partir de sus estudios transculturales, negando que las ciudades latinoamericanas tendrían que seguir la pauta norteamericana de deterioro central y suburbanización, a medida que crecen y avanzan en su desarrollo temporal.

El segundo trabajo comparativo fue realizado a mediados de los años ochenta, dentro de regiones diferentes, ambas del Sur global, México y Costa de Marfil, en África, con una temática más limitada que tomó como eje central el suelo urbano y la producción del marco construido (Schteingart, 1985). Su objetivo fue analizar problemas de apropiación y utilización del suelo, teniendo en cuenta su manejo por parte del Estado para asegurar el asentamiento adecuado de la mayoría de la población. Se partía de la premisa de que este estudio comparativo podía aportar importantes elementos relativos a los efectos de la presencia de tierras de uso colectivo en el desarrollo urbano, dentro de contextos socioeconómicos diferentes, distintos grados de participación del Estado en lo urbano, en diversos estadios del desarrollo de sus respectivas sociedades. Todas estas circunstancias podrían ayudar a relativizar afirmaciones que surgían de estudios individuales, ampliando así la perspectiva de análisis.

Aunque pareció insólito al principio realizar esta comparación, ella cobró sentido por el tipo acotado de la temática involucrada: el efecto de la presencia de formas colectivas de tenencia de la tierra sobre el desarrollo urbano, es decir, diferentes grados de participación y control del Estado acerca de la configuración del espacio para diferentes estratos sociales. Las diferencias contextuales estaban vinculadas a la extensión geográfica de los países, el tamaño de su población, su desarrollo industrial, sus recursos naturales, y a la existencia de procesos históricos diferentes en cuanto a su colonización y duración del poder colonial. En particular, los diferentes momentos de incorporación de los países al sistema económico mundial explicaban en parte por qué las sociedades africanas fueron penetradas de diferente manera por el poder colonial que las sociedades latinoamericanas.

Las principales conclusiones comparativas buscaban responder a la pregunta de qué efectos podrían tener, dentro de ciertos modelos de desarrollo capitalista dependiente, la presencia de la tenencia colectiva de la tierra, las formas de intervención del Estado en el desarrollo de las ciudades y el manejo del suelo para diferentes grupos sociales. Sin negar los efectos negativos de la propiedad privada del suelo y del manejo capitalista del espacio para conseguir una ciudad equilibrada y menos desigual, el análisis comparativo sirvió, sin embargo, para desmistificar algunas propuestas con respecto a la necesidad de tener un mayor control del Estado, como en el caso de Abidjan, en el paso de la tierra rural de tipo colectivo a usos urbanos. El estudio comparativo dejó en claro que, más que revelar la mayor o menor participación del Estado, lo que era importante era el sentido y contenido social de la misma, estrechamente ligada a las características más amplias de la sociedad. Por ejemplo, en el caso de Costa de Marfil existió mayor intervención estatal que en México en el manejo de la tierra, pero ella sirvió para apoyar a los grupos más directamente conectados a una acumulación rápida de capital (coherente con un modelo de desarrollo basado en esa acumulación rápida, más que en la distribución) a expensas de grandes sectores populares que no tenían una presencia destacada y organizada en la sociedad local. Se atendía así a la clientela del Estado ante la ausencia casi total, en ese momento, de movimientos u organizaciones sociales populares que pudieran ejercer presiones a su favor. Ello condujo en su momento a matizar nuestras conclusiones con respecto al caso mexicano, nuestro objeto más permanente de estudio, y a dejar más clara la crítica a la idealización de la planificación que incluye una visión del Estado como agente neutro representante del bien común, que se encuentra por encima de los diferentes conflictos sociales (Schteingart, 1985).

El tercer estudio que nos pareció relevante introducir en este recuento de experiencias comparativas tuvo lugar hacia mediados de los años noventa y más tarde hacia la mitad de la segunda década de este siglo. También se puede ubicar dentro de los estudios referidos a distintas regiones, aunque en este caso entre el Norte y el Sur global. Las comparaciones llevadas a cabo fueron entre Ciudad de México y Washington DC, capitales de dos países con diferente grado de desarrollo, pero con fuertes vinculaciones económicas y sociales. En el primer estudio comparativo, realizado en 1996, se analizaron las políticas sociales en Estados Unidos y sus cambios más recientes. Ellas adquirieron especial interés dado que ejercieron una influencia importante en la orientación de las políticas sociales que se intentaron aplicar en México, en el contexto de cambios relevantes en este país, del modelo de intervención del Estado y sus políticas (Schteingart, 1997). Sin embargo, el acercamiento de los modelos de programas sociales ocurrió con la existencia de diferencias importantes en su aplicación a nivel de las ciudades capitales, ya que en Washington, donde la presencia de mayores recursos financieros y, en cierto sentido, de organizaciones autónomas más consolidadas de la población, sobre todo afroamericana, se pudieron observar resultados más positivos en cuanto al mejoramiento de los grupos atendidos. Para México, en cambio, las transformaciones de los programas sociales implicaron, en varios aspectos, un retroceso con respecto a aquellos obtenidos durante la etapa de mayor desarrollo de un estado de bienestar.

El segundo trabajo comparativo entre Ciudad de México y Washington se orientó hacia otros aspectos de la dinámica urbana de las ciudades capitales y sus zonas metropolitanas, luego de la gran crisis de 2008-2009 que afectó seriamente sobre todo a los grupos más desfavorecidos de la sociedad estadounidense y específicamente de la sociedad local (Schteingart, 2018a; 2018b). Las comparaciones generales entre áreas metropolitanas incluyen datos sobre su origen, población, empleo, y sobre la distribución de la pobreza en el espacio metropolitano, diferente para ambos casos de estudio, tomando en cuenta la sub- urbanización de la misma y los procesos de gentrificación en las dos ciudades. En las comparaciones se pone énfasis en el porcentaje mucho mayor de pobres entre los grupos de población afroamericana y, por lo tanto, en las áreas de la ciudad habitadas por estos grupos.

Una conclusión importante que surge de esta comparación es el destacado papel del gobierno federal en una ciudad capital donde éste tiene mucho peso en cuanto a la creación de empleos y los cambios urbanos que ello provoca; la situación es muy distinta en el caso de la Ciudad de México, mucho más poblada, donde además existe la fuerte presencia de otras actividades urbanas, industriales y de servicios, por cierto, más importantes que las actividades administrativas del gobierno federal. Si bien los estudios comparativos de las ciudades capitales se ven en el contexto de las grandes dificultades económicas que afectan a ambos países, con un aumento muy significativo de las desigualdades sociales entre clases o grupos étnicos y raciales, saltan a la vista las convergencias y divergencias que pueden observarse en un análisis comparativo entre dos fenómenos urbanos ubicados en países con muy diferente grado de desarrollo. Al comparar las proporciones de pobres en ambos casos, está claro que ellas son más altas para México, pero resulta importante afirmar que en la mayor economía del mundo no se ha logrado que grandes grupos de la población, que no son migrantes recientes, como el de la población afroamericana, no hayan logrado salir de la pobreza. Con el agravante, como en el caso de Washington D.C., que han sido desplazados a la periferia, donde frecuentemente sus condiciones de vida se tornan más difíciles.

Al intentar una reflexión acerca de los aspectos metodológicos de las tres experiencias comparativas, es importante señalar que en el primer trabajo aquí sintetizado se hace referencia a que no hubo la posibilidad de hacer comparaciones cuantitativas muy precisas por la falta de comparabilidad de los datos, aplicando en cambio consideraciones acerca del sentido de ciertos grandes procesos urbanos, fundamentales para los objetivos del trabajo. En cuanto al segundo caso presentado, las comparaciones fueron más bien de tipo cualitativo, tomando en cuenta marcos teóricos aplicados en África y América Latina, así como el distinto sentido de políticas del Estado con respecto al suelo y el desarrollo urbano. En lo que toca al primer estudio comparativo entre Ciudad de México y Washington D.C., quedó en claro, de entrada, que se trataba de un trabajo exploratorio y un primer intento de realizar un estudio comparativo entre países, y sobre todo entre ciudades para las cuales no existían muchos antecedentes de análisis comparativos. En cambio, para el segundo trabajo realizado, casi veinte años después, ya se llevaron a cabo comparaciones cuantitativas más precisas, utilizando al mismo tiempo mucha mayor información proveniente de análisis elaborados tanto por estudiosos de la cuestión urbana en Estados Unidos, como a partir de nuestras propias investigaciones sobre México.

Es decir que, en general, los trabajos comparativos han utilizado como fuentes de información nuestras propias investigaciones, así como estudios realizados por otros investigadores, completados con trabajos especiales para llevar a cabo comparaciones en lugares como Lima, Abidjan y Washington D.C, en distintos momentos de nuestra trayectoria referida a los estudios urbanos comparativos. También vale la pena aclarar que los objetivos de esas comparaciones tuvieron que ver en cada momento con la aparición de nuevos problemas de la realidad social, con resultados de nuestros propios procesos investigativos, y con el contexto más general, teórico y empírico, de esas tendencias comparativas.

VI. Discusión y reflexiones con respecto a otros estudios comparativos

Hemos seleccionado algunos análisis comparativos para poder llevar a cabo confrontaciones entre los tres estudios de casos que presentamos y otros que nos podrán ayudar a mostrar el tipo de comparaciones que hoy están más presentes en las agendas de investigación comparativa de distintos países.

Así, nos ha parecido de interés comparar nuestro estudio de tres metrópolis latinoamericanas, de los años setenta del siglo pasado (Schteingart y Torres, 1973), con un trabajo comparativo referido a cinco ciudades latinoamericanas: Buenos Aires, Santiago y Lima -las mismas consideradas en nuestro estudio de 1973-, más Ciudad de México y Bogotá (Trejo y Niño Amézquita, 2022). Los autores se centran en la gobernanza metropolitana, referida fundamentalmente a servicios urbanos como el agua y drenaje, el transporte público, y la recolección de residuos sólidos, servicios básicos para el buen funcionamiento de una zona metropolitana.

El tema central de gobernanza que atraviesa los cinco casos comparados recién tuvo un desarrollo importante en los años noventa del siglo pasado, y por supuesto no estuvo presente dentro del contexto en que se desarrollaron nuestras comparaciones en los años setenta, cuando el tema de la urbanización dependiente tuvo un indiscutible apogeo, tocando aspectos estructurales del desarrollo de los países en el contexto mundial, que por supuesto no coinciden con intereses o cuestiones mucho más locales de los trabajos actuales. Así, los análisis de los equipos de las diferentes ciudades involucradas en la investigación más reciente ponen énfasis en temas como el centralismo, la fragmentación, la dispersión y la desigualdad en lo que se refiere a la cobertura y calidad en la provisión de esos servicios por parte de las instituciones encargadas, haciendo referencia en algunos casos a la necesidad de la integración intergubernamental y de la coordinación en la provisión de los mismos. En el capítulo final del libro, en el que se hace un esfuerzo por presentar conclusiones para los cinco casos, se invocan las estructuras de gobernanza en las áreas metropolitanas, señalando cómo se organizan política y administrativamente, ya que esos arreglos determinan las áreas de control, planeación y puesta en práctica de políticas. Se comentan los cambios en la naturaleza jurisdiccional de las metrópolis con la expansión de las áreas metropolitanas y la progresiva fragmentación de competencias al avanzar en procesos de descentralización, así como los problemas que existen en cuanto a la existencia de diferentes autoridades en cada uno de los casos analizados, los cuerpos especialmente creados y las dificultades de coordinación (Trejo y Niño Amézquita, 2022).

Para terminar con esta comparación de comparaciones, se vuelve importante destacar los diferentes objetivos de los dos tipos de comparaciones, ya que mientras en el primer caso se pretende analizar los procesos de desarrollo urbano en un contexto más estructural de los países y de su ubicación en el concierto internacional, en el segundo los objetivos se relacionan con la planeación urbana, las políticas institucionales que han ido surgiendo con los cambios producidos por la complejización del crecimiento urbano y de las necesidades de su población. En esta reflexión también vale la pena no dejar de lado que se ha avanzado en lo que tiene que ver con el apoyo a la investigación comparativa, así como en el conocimiento mayor que hoy puede lograrse de algunos procesos y respuestas institucionales, del cual se carecía indudablemente hace casi cuatro décadas en América Latina.

Para confrontar nuestro trabajo comparativo entre una ciudad mexicana y otra de África (Ciudad de México y Abidjan), nos ha parecido interesante seleccionar una investigación reciente realizada entre São Paulo (Brasil) y eThekwini (Sudáfrica), referida al mejoramiento de barrios marginales en ambas ciudades (Saraiva, 2022). El trabajo hace una rápida revisión de los distintos programas de mejoramiento de barrios populares o irregulares por diferentes organismos internacionales en varios momentos de las últimas décadas, y concluye que no se han llevado a cabo estudios comparativos de la aplicación de éstos en distintos lugares. Ello lleva a la autora a intentar una forma innovadora de comparar esos programas en las dos ciudades mencionadas. La conexión de políticas se usa como herramienta metodológica para llevar a cabo la comparación, y ellas, aplicadas durante largos períodos, han producido tanto convergencias como divergencias entre los casos considerados.

Se pone énfasis en las conexiones entre aspectos locales y supranacionales, justamente en los momentos más importantes en los que el proceso de tomas de decisiones tuvo lugar en cada caso de estudio. Al analizar la conexión de las políticas, en los dos casos se muestran las relaciones entre circuitos globales de políticas de desarrollo urbano y los procesos locales, observando las condiciones políticas históricas de cada ciudad y cómo ellas impactan en los resultados obtenidos. Estas relaciones y condiciones políticas fueron investigadas entre 2014 y 2019, revisando la literatura existente tanto para Brasil como para Sudáfrica, incluyendo asimismo entrevistas en profundidad a destacados actores locales, quienes permitieron conocer cómo se dieron las dinámicas institucionales y los actores políticos para cada caso comparado (Saraiva, 2022).

Una conclusión importante común a las dos ciudades, que parten de situaciones históricas y puntos de arranque similares (después de comparar las trayectorias de mejoramiento barrial que tomaron en cuenta condiciones políticas e institucionales que precedieron la existencia de la conexión), es que tanto en São Paulo como en eThekwini la consolidación de la democracia continuó con el desarrollo de procesos más tecnocráticos, en detrimento de las iniciativas más tempranas de mejoramiento barrial, centradas en el empoderamiento comunitario. No obstante, al ver cómo cada caso puede dialogar con el otro, el llamado proceso de conexión permite observar los resultados diferentes de políticas similares, que tampoco deben verse como resultados estáticos o permanentes.

Al contraponer este estudio comparativo entre ciudades en dos contextos regionales similares (América Latina-África) con nuestra comparación de los años ochenta del siglo pasado (Schteingart, 1985), vemos también diferencias importantes de tipo contextual, ya que en nuestro caso no se incluyen procesos que tienen un referente común de programas institucionales de nivel internacional, sino más bien la orientación de la intervención estatal con respecto a la propiedad no privada del suelo, tomando otra vez en el caso más antiguo la cuestión de procesos más estructurales que tienen que ver con el sentido de la intervención del Estado en diferentes contextos de inserción de los países en el contexto internacional.

Para terminar con la comparación entre comparaciones, tomaremos una realizada entre ciudades de India y Gran Bretaña (Chennai y Londres) para poder establecer algunas diferencias y elementos coincidentes con nuestras comparaciones de los años 1990 y 2010 entre México y Estados Unidos (Ciudad de México y Washington D.C.) (Schteingart, 1997; 2018a; 2018b), comparaciones ambas que implican casos del Sur y del Norte global. Es decir, se trata de comparaciones de regiones diferentes, en general, por su grado de desarrollo (Niranjana, 2022).

La nueva comparación que vamos a sintetizar a continuación se refiere al tema de la infraestructura para la provisión de agua a esas ciudades. En esta confrontación se menciona que existe la suposición de que, en los centros urbanos del Sur global, según la literatura más difundida, la infraestructura se presenta de manera más fragmentada o incompleta que en las ciudades del Norte. Sin embargo, a través de este análisis se podrían contradecir esos acercamientos teóricos. Efectivamente, a través de lo que se llama una comparación experimental, Niranjana (2022) trata de mostrar cierta heterogeneidad dentro de una teoría urbana paradigmática, utilizando lo que denomina una teoría de alcance menor, pero que sirve para poner en duda ciertas generalizaciones dominantes. Es decir, con este ejemplo, al adoptar un enfoque comparativo para pensar las especificidades de la infraestructura del agua en Chennai y Londres, se estaría tratando de diversificar el pensamiento referido a las ciudades, en lugar de repetir consideraciones generales acerca de divisiones entre el Norte y el Sur global. La comparación se considera experimental porque de manera deliberada se eligen dos centros urbanos muy diferentes en tamaño y densidad, centrándose en sus respectivas posibilidades de construir procesos de gestión de infraestructuras, sin desarrollar hipótesis de similitud o diferencias y dando lugar, en cambio, a que cada ciudad pudiera, de manera más abierta, plantearse sus propias preguntas y especificidades sociomateriales. Este enfoque experimental, basado en cierta medida en planteos más o menos recientes de investigadores ingleses como Robinson (2011; 2015), ya mencionados anteriormente en este trabajo, incluye un desplazamiento hacia “registros menores” que sin duda sirven para insistir en la existencia de casos que, aunque minoritarios, ayudan a matizar las generalizaciones que pueden aparecer en vista de ciertas argumentaciones mayoritarias.

Aunque el trabajo enfatiza tres aspectos destacados que surgieron del análisis comparativo, el que más se discute es el de la expertise tecnológica. No se puede dejar de lado que el trabajo comparativo realizado puso especial énfasis en la utilización de conceptos como fragmentación, expertise y racionalidad, tratando de localizarlos en cada análisis y observando cómo ellos emergían orgánicamente en contextos específicos a través de la práctica en la instalación y funcionamiento de las infraestructuras. Se concluye que, cuando una ciudad como Chennai se coloca en una comparación experimental con una urbe como Londres, ello conduce no sólo a poder encontrar aspectos diferentes y especiales en una ciudad de Sur, sino también del Norte. Asimismo, que las comparaciones no sólo deberían incluir más ciudades y su diversificación, sino también la expansión de los estudios urbanos con miras a rehacer, en cierta medida, lo que se entiende como urbano, o como la pluralidad de lo urbano.

En nuestros estudios comparativos de ciudades de México y Estados Unidos mostramos, en general, que las condiciones más favorables en el país más desarrollado produjeron consecuencias más positivas para políticas similares aplicadas en ambos contextos, y que, si bien en un país desarrollado como Estados Unidos existen amplios grupos de la población con niveles muchos más altos de pobreza que el resto de la población, los porcentajes de pobres, aun para la población afroamericana, son menores que en México. Pero también hemos destacado que, a nivel de las desigualdades sociales, no podríamos decir que existe un corte claro entre un país del Norte y otro del Sur global, sino más bien hay una situación relativamente muy negativa para una nación desarrollada, que no ha logrado integrar adecuadamente a una amplia población que no es migrante reciente y que tiene siglos habitando en él. La desigualdad en la distribución del ingreso ha aumentado considerablemente en la Unión Americana, siendo entre los países desarrollados el que se encuentra en peores condiciones al respecto.

VII. Conclusiones finales

A continuación, presentamos algunas reflexiones finales sobre los estudios comparativos en la investigación urbana, su alcance en la construcción de teoría, y el papel de las comparaciones entre ciudades de regiones distintas. Partiendo de nuestra clasificación por líneas temáticas y la comparación entre comparaciones, observamos cambios y matices en los contenidos, objetivos y formas de la comparación. En otras palabras, qué se compara, para qué se compara y cómo se compara varía entre líneas temáticas e incluso épocas de la investigación urbana.

En términos generales, identificamos un cambio en el objetivo de las comparaciones, pasando de la observación de paradigmas o modelos de ciudad y teorías generales, a la predominancia de estudios sobre relaciones locales y procesos. De esta manera, se dejan de estudiar las manifestaciones de una tipología o teoría general de la ciudad para prestar atención a procesos sociales en su contexto específico, analizando las conexiones y relaciones que caracterizan a las urbes contemporáneas (Brill, 2022; Robinson, 2022; Ward, 2010). Como un ejemplo, mientras que en un momento inicial la comparación contribuiría a construir un modelo general de ciudades latinoamericanas, dominada por paradigmas teóricos, rápidamente esto fue matizado al contar con información empírica sobre esas ciudades, como una familia de casos, sin restarle importancia al papel del contexto histórico y social para cada una de ellas. Esto se relaciona con una tendencia en los estudios urbanos en Latinoamérica, expresada por distintos autores, en la cual los estudios de casos no abordan a las urbes en su totalidad, sino que se enfocan en partes específicas de las mismas para observar aspectos y procesos locales dentro de ellas y explorar temas en profundidad (Carrión y Dammert-Guardia, 2016; Duhau, 2000; Schteingart, 2000).

Observamos también un cambio fundamental en el papel del contexto de los casos estudiados, y en la lógica detrás de la selección de casos de estudio. En efecto, es importante mencionar que, aunque el estudio de casos y análisis sobre procesos locales siempre ha sido parte de los métodos comparativos, identificamos un cambio en el papel del contexto como generador de hipótesis que orientan el análisis y la selección de casos. En este sentido, se da paso a las comparaciones que parten de dinámicas locales y que sirven para superar las grandes visiones deterministas sobre las ciudades y sus contextos históricos (Brill, 2022; Teo, 2021). El papel de la comparación en la construcción de teoría se ha modificado con el incremento de estudios que, en lugar de buscar construir un paradigma teórico sobre las ciudades, se enfocan a construir teorías de menor alcance, tal como observamos en la comparación de comparaciones.

Frente a las discusiones sobre el alcance de la comparación para la generación de teoría urbana, argumentamos que los estudios comparativos tienen el potencial para contribuir a la comprensión teórica de procesos cuando se reconoce el papel de contextos históricos, y cuando se asume una relación dialéctica entre lo conceptual y lo empírico sin caer en esencialismos. Los conceptos, en lugar de ser rechazados, funcionan para orientar las preguntas de investigación y las observaciones, pero debería evitarse el determinismo que impide reconocer aspectos novedosos o matices que surgen con los estudios comparativos. En este sentido y con estas condiciones, la comparación entre regiones ofrece un potencial muy amplio para construir teoría urbana.

Nos ha parecido pertinente no sólo aludir a la utilización de grandes marcos teóricos de referencia, o a la necesidad o no de recurrir a procesos globales de inserción de los países y ciudades en el contexto más general de relaciones capitalistas internacionales, a los que hemos hecho alusión sobre todo al comparar algunas de nuestras comparaciones con otras más recientes, sino también revisar cómo estas comparaciones finales del texto se relacionan con las líneas de investigación planteadas anteriormente.

Así, nuestra investigación comparativa de tres ciudades latinoamericanas (Schteingart y Torres, 1973) se ubica claramente dentro de la primera línea de investigación presentada, “Desarrollo y dependencia”, perteneciente a los años sesenta y setenta del siglo pasado, y que toma en cuenta el crecimiento de las ciudades, así como su estructura socioespacial haciendo referencia asimismo a ciertas tipologías de las ciudades. En cambio, el estudio comparativo más reciente de ciudades latinoamericanas (Trejo y Niño Amezquita, 2022), con el cual hemos comparado nuestro primer trabajo, se ubicaría en parte dentro de la segunda línea de estudios comparativos, “Movimientos sociales, conflictos y gobierno local”, particularmente en la evolución de esta línea hacia los estudios de gobierno local y gobernanza.

En cuanto a nuestra comparación referida a Ciudad de México y Abidjan (Schteingart, 1985), podríamos decir que ambos casos tendrían varios elementos que nos permitirían situarlos dentro de la tercera línea de investigación, “División del espacio”, que aparece en distintas épocas y toma como temas más importantes el acceso al suelo, la vivienda y la cuestión de la pobreza. Ésa, entre dos ciudades del Sur global, se compara con una muy reciente entre São Paulo y eThekwini, localizadas en Brasil y Sudáfrica (Saraiva, 2022), respectivamente, en la cual los temas centrales se ubicarían dentro de la misma línea de investigación, ya que se hace referencia al mejoramiento barrial, en el que cuestiones como la pobreza, la vivienda y el suelo constituyen aspectos de interés primordial.

Por último, nuestras comparaciones entre regiones diferentes del Norte y el Sur global, las referidas a Ciudad de México y Washington D.C. (Schteingart, 1997; 2018a; 2018b), también se situarían dentro de la tercera línea, “División del espacio”, por la importancia que adquiere en las mismas los temas de pobreza, vivienda y organización del espacio, aunque también se estarían presentando ciertos contenidos referentes a la línea temática dos, en la parte que más se vincula a los conflictos y los gobiernos locales y sus políticas. En cambio, las ciudades de Chennai y Londres, localizadas en India y Gran Bretaña (Niranjana, 2022), con las que confrontamos nuestros estudios comparativos, podrían ubicarse dentro de la quinta línea de investigación, “Ciudad y medio ambiente”, ya que se refieren a coyunturas locales, al tema de los servicios urbanos y, más específicamente, a la cuestión de la gestión de las infraestructuras para esos servicios.

De esta manera, podemos concluir que nuestras comparaciones se ubican en las distintas líneas de investigación abordadas en este trabajo, y que los ejemplos con los que comparamos nuestros casos, a veces se ubican dentro de las mismas líneas de investigación y a veces en otras diferentes. Es decir, que además de mostrar distintas condiciones en cuanto al tipo de contexto general utilizado, también presentan diferentes temas de estudios.

Para finalizar estas conclusiones, es importante enfatizar que las comparaciones entre ciudades varían con el tiempo, de acuerdo con la aparición de nuevas problemáticas de la realidad social, o según hallazgos de investigaciones previas. Además, vale la pena señalar que estas transformaciones de las comparaciones están relacionadas con la disponibilidad de datos y métodos para realizar investigaciones. En efecto, los datos disponibles influyen en el alcance que tienen las comparaciones, pues las capacidades de investigación, y por lo tanto de planteamiento de hipótesis y de estudios de caso, se relacionan con la existencia de fuentes de información relevantes y accesibles. Asimismo, la obtención de información empírica desde distintos postulados y problematizaciones se asocia a las posibilidades de colaboración multidisciplinaria y a la existencia de apoyos a la investigación urbana comparativa. Por cierto, el aumento del apoyo a la investigación urbana en general, y a la investigación urbana comparativa en particular, así como la aparición de nuevas fuentes de información y el desarrollo de novedosas técnicas de análisis de datos, han permitido llevar a cabo análisis comparativos que han incluido una mayor profundidad y detalle de los casos comparados, circunstancias que lógicamente pueden brindar nuevos resultados sobre los aspectos teóricos que derivan de tales comparaciones. Ante problemáticas sociales emergentes y cambios en el campo de la investigación, la comparación mantiene su pertinencia, potencial y relevancia dentro de los estudios urbanos.

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1* Artículo disponible en inglés.

Recibido: 21 de Marzo de 2023; Revisado: 07 de Junio de 2023; Aprobado: 24 de Agosto de 2023

Acerca de los autores

Martha Schteingart Garfunkel es profesora-investigadora de tiempo completo desde 1975 en el Centro de Estudios Demográficos, Urbanos y Ambientales de El Colegio de México. Es Investigadora Emérita del Sistema Nacional de Investigadores desde 2008. Obtuvo el Premio Hábitat para América Latina, 2007, de Naciones Unidas, y también ganó el Premio Nacional de Urbanismo en Investigación y Docencia, Domingo García Ramos, 2022, otorgado por la Asociación Mexicana de Urbanistas. Ha sido profesora visitante del Woodrow Wilson International Center for Scholars de Washington D.C. y de las universidades de MIT, Boston, y de Michigan en Ann Arbor, Estados Unidos. También ha sido profesora en cursos de posgrado en la Universidad Nacional Autónoma de México, la Universidad Veracruzana, El Colegio de la Frontera Norte y el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM). Además, ha dado cursos de posgrado en Planeación Urbana en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (Argentina). Es autora de más de 210 artículos en revistas y libros colectivos, y de más de 22 libros como autora o coordinadora.

Andrés Sierra Martínez es maestro en Estudios Urbanos por el Centro de Estudios Demográficos, Urbanos y Ambientales de El Colegio de México, y licenciado en Sociología por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México. Actualmente es estudiante del doctorado en Estudios Sociológicos en el Departamento de Estudios Sociológicos de la Universidad de Sheffield. Sus intereses de investigación se agrupan en torno a las luchas por la justicia ambiental en espacios urbanos, enfocándose en la vida cotidiana, el apego al territorio y las organizaciones vecinales comunitarias.

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