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Frontera norte

versión On-line ISSN 2594-0260versión impresa ISSN 0187-7372

Frontera norte vol.15 no.29 México ene./jun. 2003

 

Reseña bibliográfica

 

Espacio y sociedad. Reestructuración espacial de un antiguo enclave minero

 

Humberto Palomares León*

 

Camilo Contreras Delgado, Tijuana, B.C., México, D.F., El Colegio de la Frontera Norte y Plaza y Valdés Editores, 2002, 191 pp.

 

*Investigador de El Colegio de la Frontera Norte, Dirección Regional de Nuevo Laredo. Dirección electrónica: hpleon@colef.mx.

 

Espacio y sociedad. Reestructuración espacial de un antiguo enclave minero es un insumo cualitativo para los estudios regionales ocupados en conocer la riqueza territorial de la dinámica social y económica. Este libro alienta al lector a la reflexión y el debate sobre la estructuración territorial desde la perspectiva del papel que en ella juegan las acciones de los individuos; es decir, en palabras del autor, sobre "La relación entre estructuras sociales y espaciales [...]".

La obra contiene seis capítulos y las conclusiones. Los tres primeros establecen el marco analítico e histórico. El capítulo uno presenta los procedimientos de análisis, así como el diálogo teórico y metodológico; el dos expone la constitución de la trayectoria histórico-espacial en la que surge el caso de estudio (específicamente, sobre los orígenes de la cuenca carbonífera del estado de Coahuila, México); el capítulo tres aporta una discusión sobre la particularidad del caso de estudio —Minas de Barroterán, Coahuila—, un caso susceptible de analizarse como enclave tardío. El autor insiste en que esta característica define la forma particular en que se estructura y desestructura el enclave, antes y después del vínculo con el centro productor: la ciudad de Monclova, Coahuila. Los restantes capítulos pueden agruparse en torno a la presentación de sucesos, los signos y espacios en los cuales agentes y estructuras (exógenas y endógenas) participan en el proceso de internación del espacio donde (con)viven; en otras palabras, los sucesos que llevan a los mineros a conseguir metas que se proponen, entendidas como parte de su pertenencia territorial. El autor organiza los siguientes tres capítulos de la siguiente manera: en el capítulo cuatro construye la argumentación en torno a la conformación de la pertenencia socioterritorial de los agentes en el enclave; en el cinco elabora la discusión sobre los factores exógenos desestructurantes del enclave; en el capítulo seis establece las características sociales que tienen mayor relevancia en la nueva estructuración en el período posenclave.

A sabiendas de que un resumen empobrece la riqueza discursiva del libro reseñado, opto por presentar un diálogo crítico centrándome en algunas reflexiones y categorías que propone el autor. En particular, en dos de las categorías que lo preocupan: estructura espacial y pertenencia territorial. La dialéctica que establece Contreras con las fuentes consultadas (investigaciones filosóficas, sociológicas y de geografía humana) le permiten redimensionar conceptualmente estas categorías. El autor reconstituye y reestructura la compleja discusión de los aspectos del espacio, el tiempo y el territorio, considerando como bases empíricas la participación de los mineros en los aspectos sociales y políticos de su comunidad, así como la relación que estos sucesos establecen como puntos de comparación con comunidades de mineros cercanas. Los barroterranenses, constituidos en agentes estructurantes del espacio, dan significado a su territorio y su tiempo, con lo cual sus acciones los convierten en sujetos de la investigación que emprende el autor. Acciones y agentes que se convierten en evidencia empírica y base analítica y discursiva que invita a volver la vista y el interés de los estudios regionales hacia las herramientas de geografía económica y humana y hacia el aspecto micro de la estructura, que edifica y reestructura el aspecto macro.

Ante la coyuntura del año 1989 (perturbación, le llama el autor, refiriéndose a la clausura de la mina de carbón de la cual dependía el enclave), los pobladores de Minas de Barroterán no sólo modifican su entorno para reforzarlo, sino que lo desbordan expandiendo los límites tradicionalmente considerados como propios de un enclave. Camilo Contreras entreteje el cómo de la estructuración espacial y regional de la respuesta de los habitantes del enclave y afronta esa tarea utilizando categorías como estructura espacial, enclave tardío, mercado de trabajo local y pertenencia territorial.

La búsqueda de trabajo y las redes de confianza que los pobladores de Minas de Barroterán entretejieron en principio mediante la organización gremial y luego mediante la participación activa de las mujeres, se convierten en la base de apoyo para aferrarse al lugar y permanecer en él. Si el centro productor (Monclova, Coahuila) que sostiene al enclave había dejado de tener los vínculos tradicionales con el centro urbano de éste, y si la economía local (enclavizada) permanecía sin diversificación, era predecible la desaparición de la comunidad de Minas de Barroterán. Ésa predicción se basaba en fuentes teóricas y empíricas que Contreras presenta en el capítulo uno. Sin embargo, ante la evidente permanencia del enclave, el autor se pregunta: ¿por qué Minas de Barroterán permanecía una década después de que los vínculos con el centro productor habían desaparecido? Los capítulos cuatro y cinco presentan la respuesta del autor.

Se destacan, a lo largo de la obra —y en particular, en esos capítulos—, anécdotas relacionadas con el modo como los mineros comenzaron a adquirir sentido de pertenencia, y cómo se consolidó éste a través de las estructuras sociales que los pobladores construyeron y cimentaron territorialmente. Es de particular relevancia una entrevista (nota al pie de la página 140) donde se evidencia cómo los habitantes del enclave lo desbordaron o —si se me permite la expresión— lograron desenclavizarse aún antes de la desestructuración del enclave. Lo que para el autor son casos anecdóticos, en realidad forman parte de las diversas y probables estrategias que buscaron. Como un recurso objetivo y no como un hecho fortuito, el estudio ofrece documentación acerca del proceso de desbordamiento del enclave. Entre los argumentos que existen para explicar esas formaciones socioeconómicas, se establece que esa posibilidad no existía, y por eso los eventos (organización sindical y participación de la mujer en el mundo del trabajo) adquieren una dimensión conceptualizada, enfocada hacia metas precisas y alcanzables. En este sentido, puede afirmarse que la movilidad laboral pendular (una de las contribuciones del autor a los estudios de geografía humana) es un recurso territorial de sujetos en un enclave donde se presenta la especificidad de tomar decisiones alternativas y tener la posibilidad, los recursos y el aprendizaje para desbordar aparentes límites territoriales impuestos por la dinámica capitalista.

Elaborando un discurso a partir de Hartman, entre otros autores, Contreras establece que la espacialidad es una propiedad de quien, sea un individuo o un grupo de individuos, ocupa un espacio (lugar) y cuyas cualidades existen en la medida en que quien lo ocupa las elabora. La clave radica en construir, delimitar y tejer discursivamente el cómo esa propiedad es asumida por quienes ocupan un espacio en un tiempo determinado. Esta condición es discutida con una lupa aproximada, aunque considerando otras características y fines discursivos, por John Friedman,1 quien utiliza el concepto de empowerment, cuya significación discursiva es proporcionar al sujeto el poder, la fuerza o competencia para actuar y asumirse en un entorno específico. Es posible considerar cercana a esta discusión a la escuela del bienestar, encabezada por Amartya Sen. Sobre el mo, Amartya Sen2 ha propuesto la utilización del concepto entitlement, cuyo empleo se establece en términos de otorgar derechos para que al individuo le sean garantizadas la autoridad y las bases para la solicitud y el reclamo de los bienes indispensables para su (con)vivencia. Es posible encontrar una referencia adicional en este mismo sentido en la escuela californiana de geografía económica donde participa Michael Storper.3 Para éste, el cómo puede ser observado desde el concepto de reflexividad, entendido como la posibilidad de retroalimentación entre la toma de decisiones y el sujeto a quien éstas van dirigidas.

Tomar una decisión se convierte en un proceso de ida y vuelta, como un elemento crucial para observar el cómo los mineros de Barroterán adquieren poder, competencia y autoridad a través de la acción sindical y la participación de la mujer en el mundo del trabajo. El autor asienta que "No sería correcto afirmar que los habitantes [...] entienden su espacio para buscar trabajo fuera de su lugar de residencia [...]".

Sin embargo, aquí difiero del autor, pues considerando que, como bien se muestra a lo largo de la obra, tan bien entienden su espacio, su lugar, su territorio, que mineros del lugar 1 (otra localidad minera) en el tiempo 1 (1989) optaron por abandonarlo, mientras que mineros del lugar 2 (Minas de Barroterán), en el tiempo 1 (1989), optan por mantenerse en él, con lo que establecen una dinámica cualitativamente diferente a la época del desenclave. Ambos grupos de mineros respondieron al factor exógeno, y lo que hace peculiar a Minas de Barroterán es que sus habitantes construyen un espacio que permea su respuesta, la cual puede ser entendida como resultado de su pertenencia socioterritorial, su empowerment, sus entitlements y como recurso territorial. En tal respuesta, los participantes y sus acciones son a la vez objetos y sujetos de reflexividad.

Como apego al terruño se conoce coloquialmente a la actitud de irse del lugar pero manteniendo vínculos de retorno. Las estrategias y evidencias de pertenencia territorial que es posible traer a colación serian el envío de remesas,4 la transmigración,5 el commuting,6 y (o) simplemente los viajes migratorios cotidianos al lugar de origen dependiendo de fechas simbólicas,7 períodos vacacionales o cuando el período de trabajo en el lugar de destino se termina. Ha sido documentado, asimismo, que trabajadores migratorios deciden retornar al lugar de origen una vez que cuentan con los recursos y bienes que consideran necesarios para establecer sus propias actividades económicas o para la adquisición de bienes inmuebles, lo que evidencia su clara determinación y pertenencia territorial.

El trabajo de Contreras se sitúa dentro de la discusión de lo que significa irse pero sin irse. ¿Cómo explicar entonces que la tradición minera de los pobladores de Barroteran se haya roto? ¿Por qué el minero de esa población no emigra? ¿Será cómodo vivir en un pueblo agreste? (ésa fue una de las primeras interrogantes que en relación con Minas de Barroterán tuvo el autor cuando conoció la comunidad). Estas impresiones son propias de la carga de prejuicios con los que el investigador enfrenta la tarea de entender el espacio y el tiempo. El hecho de hacerlas explícitas en el proceso de investigación es notable en el libro y es recomendable. Reconocer el tiempo-lugar en una simbiosis específica regional es un recurso necesario cuando se trata de comprender la naturaleza del comportamiento humano. Al citar al historiador griego Herodoto, Janet Jacobs8 refiere esta relación espacio-temporal en los siguientes términos:

Les contaré la historia tanto de las pequeñas como de las grandes ciudades. La mayoría de las que eran grandes son ahora pequeñas; y las que en mis tiempos han crecido hasta ser grandes fueron pequeñas en los tiempos pasados.9

Investigaciones sobre geografía económica han documentado que el proceso de cambio de la magnitud económica y demográfica de un espacio regional determinado no puede entenderse sin la participación de los sujetos que establecieron cualidades únicas de desempeño. Es posible encontrar explicaciones dialécticas entre el cómo las establecieron y el cómo están interrelacionadas estas acciones en asentamientos humanos con diferente magnitud y éxito en la búsqueda de la expansión urbana y económica. Es recomendable el libro Espacio y sociedad. Reestructuración espacial de un antiguo enclave minero, de Camilo Contreras, porque evidencia que la felicidad humana se construye y estructura con el desarrollo de signos, lugares y experiencias de lucha y participación social que tienen un claro componente territorial. La frase "Somos el color de la tierra", con la que se ha identificado el EZLN, tiene la cualidad de significar la pertenencia productivo-territorial de los que vienen habitando, desde épocas precolombinas, el sureste de México, y no sólo es un recurso de poética o romanticismo, como algunos analistas políticos tienden a clasificarla. La estructuración socioespacial del ser humano tiene un fuerte componente territorial, y es preciso destacarlo para entender y dirigir la política y la acción.

 

Notas

1Empowerment: The Politics of Alternative Development, Cambridge, Mass., Blackwell, 1992, 196 pp.         [ Links ]

2The Quality of Life, Oxford, Clarendon Press, 1993, 453 pp.         [ Links ]

3"The City: Centre of Economic Reflexivity", en The Service Industries Journal, vol. 17, núm. 1, Londres, Frank Cass Publisher, 1997, pp. 1-27.         [ Links ]

4Remesas son los recursos que envían quienes trabajan en un país diferente de quienes reciben los recursos. Las remesas ocupan el tercer lugar en importancia para la balanza comercial de México, sólo después de los ingresos petroleros y las transacciones que se llevan a cabo como resultado de la actividad maquiladora.

5Transmigración es un fenómeno donde los individuos establecen un patrón de movilidad entre dos o más localidades, de diferentes países, por diferentes motivos. Una mayor discusión del concepto puede obtenerse en Tito Alegría, "Ciudad y transmigración en la frontera de México con Estados Unidos", en Frontera norte, Tijuana, México, vol. 2, núm. 4, 1990, pp. 7-38.         [ Links ]

6Commuting es la asistencia de trabajadores o consumidores a sus lugares de empleo o a mercados que se localizan en un lugar distinto de donde viven. Dos diferencias cualitativas en relación con el concepto de transmigración son que el fenómeno es observado en áreas fronterizas internacionales y se registra cada día.

7El simbolismo está fuertemente arraigado en el acontecer de las comunidades, sin importar el tamaño poblacional. Una referencia sobre simbolismo, espacio y economía puede ser consultada en Lash Scott y John Urry, Economías de signos y espacio. Sobre el capitalismo de la posorganización, Buenos Aires, Amorrortu Editores, 1998, 465 pp.         [ Links ]

8 The economy of Cities, Londres, Johnathan Cape Editors, 1969, 267 pp.         [ Links ]

9Este mismo discurso es interpretado por Michael Storper y Richard Walker, The Capitalist Imperative. Territory, Technology, and Industrial Growth, Basil Backwell, 1989.         [ Links ] Ellos parafrasean a Herodoto en el sentido de que el historiador griego mantenía el reconocimiento en un mismo discurso, tanto para las ciudades

[...] que antes fueron grandes y ahora han dejado de serlo, como para aquellas que antes fueron insignificantes y ahora son grandiosas. Esto porque él estaba convencido de que "[...] la felicidad humana no permanecía en un mismo lugar".

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