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Literatura mexicana

versión On-line ISSN 2448-8216versión impresa ISSN 0188-2546

Lit. mex vol.28 no.2 Ciudad de México jul./dic. 2017

https://doi.org/10.19130/iifl.litmex.28.2.2017.984 

Reseñas

Gabriel Wolfson (compilador). Se acabó el centenario: lecturas críticas en torno a Octavio Paz

María Emilia Ismael Simental1 

1Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, México maria.ismael@correo.buap.mx

Wolfson, Gabriel. Se acabó el centenario: lecturas críticas en torno a Octavio Paz.. México: México: Universidad de las Américas Puebla, 2015.


Se acabó el centenario: lecturas críticas en torno a Octavio Paz es una publicación que, como su título bien indica, apuesta por una lectura del poeta mexicano y su obra más allá de las celebraciones nacionalistas y el culto a la figura en el despliegue de homenajes provocados por el aniversario de su nacimiento. La compilación realizada por Gabriel Wolfson recoge la mayoría de los trabajos y discusiones presentadas en el coloquio del mismo nombre celebrado en noviembre de 2014 en el campus de la Universidad de las Américas Puebla, en Cholula. Es una compilación que tiene de todo y para todo tipo de lector. El resultado es, sin duda, una herramienta para examinar a Paz en sus diversas facetas pero, más importante aún, una provocación para interrogar en sus múltiples dimensiones a aquello que llamamos quehacer literario en México y al país mismo desde la literatura.

El libro, publicado dentro de la colección Memorias de la Editorial udlap, hace un recorrido por el Paz poeta, ensayista, crítico, pero lo contrapuntea con aquellos roles menos vitoreados como el de traductor, historiador del arte, periodista cultural, antropólogo, sociólogo, funcionario y, sobre todo, como “institución” cultural en nuestro país. A pesar de la diversidad de aproximaciones, el trabajo no está compartimentado. Wolfson logra tejer en la compilación un diálogo entre los distintos textos para ir armando primero un complejo retrato de Octavio Paz, un esquema multidimensional de la crítica a este autor y una historiografía de la maquinaria cultural del México moderno y nacionalista de la segunda mitad del siglo veinte.

En lo que identifico como una primera parte de la compilación, los textos de Eduardo Milán, Luigi Amara y Alfonso Montelongo problematizan, a través de la obra de Paz, la configuración de su teoría literaria y creativa y cómo ésta revela los conflictos y contradicciones de la cultura en América Latina en sus intentos por, parafraseando a Néstor García Canclini, entrar y salir de la modernidad. En ese marco, las contribuciones de Nicolás Cabral y el mismo Gabriel Wolfson van al grano sobre el papel central que Plural ha jugado en la configuración práctica y simbólica del periodismo cultural, la crítica, la academia y la misma producción, arrojando luces inquisidoras a todos los que participamos en y de la industria literaria. Leonardo Martínez Carrizales y Víctor Barrera agregan a esta formulación el lugar y subjetivación histórica del intelectual en este país y el poder de la figura para reflexionar así sobre la cultura nacional y su política. El texto de Rubén Medina es así un alto en el camino para ver el paisaje, articulando en “Octavio Paz, el centenario y la redundancia del paradigma literario”, ese proceso histórico-cultural que arman los autores previos para cuestionar entonces a la gran maquinaria cultural en México y su indiscutible incidencia política.

En lo que sería para mí un segundo momento en la disposición de la compilación, los textos de Alejandro Hernández Gálvez, Javier Hernández Quezada y Laurence Le Bouhellec son ricos ejemplos de la cultura política moderna de Octavio Paz, entretejiendo complejas y estimulantes reflexiones sobre la ciudad, la animalidad y el arte prehispánico. Mientras tanto, Luis Felipe Fabre, Maricela Guerrero y David Rojas no quitan el dedo de la herida e insisten en el aparato cultural detrás de la figura y la política fallida de una cultura subordinada al modernismo nacionalista. Casi para terminar, “Paz y Quetzalcóatl” de Jorge Aguilar Mora cierra las contribuciones con una invitación abierta a todo lector y lectora a repensar los mitos originales y sobre todo los modernos para ponderar nuestro presente más allá de la identidad.

La edición nos regala, a manera de epílogo, una serie de discusiones entre algunos de los participantes al coloquio y a la publicación sobre tres temas que, más que reflexionar sobre Paz, nos instan a continuar esta conversación con los circuitos críticos, académicos, literarios y culturales en México. Es inevitable después de leer y tomarnos muy en serio la propuesta de Se acabó el centenario, no pensar en nuestra propia capacidad y responsabilidad política desde los ámbitos privilegiados de la cultura. Sin embargo, mi recomendación no es que sea una lectura obligada para estos ámbitos, sino que lo lean aquellos que no van a estos coloquios y no hablan de Paz, los que leen simple y llanamente a Paz.

Algunos artículos tienen por momentos problemas de autorreferencialidad y lenguaje privado. Sin embargo, el objetivo de ir más allá de la razón privada y la institucionalidad trasciende por mucho esos momentos de obscuridad académica con éxito. Esto también se logra por la arriesgada combinación de géneros textuales que la reunión de textos acoge dentro de los límites del soporte; basta leer las contribuciones de Víctor Barrera después de la de Maricela Guerrero y David Rojas o Luis Felipe Fabre para darnos cuenta de que no se podía discutir a Paz y la situación de la crítica bajo un solo esquema.

Finalmente, me gustaría agregar que Se acabó el centenario es en sí mismo un testimonio del país en el 2014 a través de su figura literaria más laureada. Testimonio de un país lleno de contradicciones culturales donde persiste una política cultural que sacraliza figuras nacionales; política cultural que ayuda a desaparecer estudiantes, entonces y ahora. Afortunadamente esta compilación no sacraliza, pero sí deja pensando sobre el significado de leer y escribir acerca de Octavio Paz o cualquier otro escritor, en este país y en este momento.

María Emilia Ismael Simental. Profesora investigadora de la Maestría en Estética y Arte de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), investigadora visitante del departamento de Antropología de la Universidad de Carolina del Norte (UNC)-Chapel Hill, y miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI-C) de Conacyt. Sus intereses de investigación son la crítica y transformación de los marcos analíticos y teóricos heredados de las disciplinas humanísticas eurocentristas tradicionales y sus implicaciones epistemológicas ante las experiencias culturales contemporáneas, en campos como el arte y la vida urbana. Tiene un máster en Estudios de música rusa por el Goldsmiths College de la Universidad de Londres (Inglaterra) y un doctorado en Creation and Culture Theories por la udlap. Es miembro del Grupo de investigación Globalópolis-mx e integrante del Consejo Académico y Editorial de la Colección La Fuente de la BUAP.

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